historia económica - Santillana Uruguay

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CAPÍTULO 1
Introducción a la
historia económica
1. Objeto y método de la historia económica
© Santillana S.A. Prohibida su fotocopia. Ley 15913
¿Historia + economía = historia económica?
Tienes en tus manos un libro de historia económica. ¿Te has preguntado qué disciplina es esta? ¿Es una mezcla de historia y economía? ¿Qué
tanto tiene de cada una? Varias y extensas son las argumentaciones respecto a la relación entre historia, historia económica y economía. Hay
quienes consideran a la historia económica como una rama de la economía aplicada (por ejemplo Schumpeter), otros plantean que la economía y
la historia económica son ramas de la historia (uno de ellos es Mc Closkey),
están aquellos que sostienen que economía e historia, aunque distintas,
son muy cercanas (Solow, Tortella entre otros), y también los que consideran a la historia económica como una disciplina autónoma y específica
(Szmrecsanyi, Porcile, por ejemplo).1
La historia económica y las disciplinas que se han desarrollado en torno
a ella son fruto de fragmentaciones artificiosas. La profundización en determinados temas ha permitido la aparición de diversas ciencias particulares
cuyas fronteras son móviles.2 El historiador económico Carlo Cipolla nos
dice que:
La auténtica realidad es el hombre en su complejidad biológica, psicológica,
social. […] En la realidad de las cosas no existe historia económica, de la misma
1
Schumpeter, 2005; Mc Closkey, 1993; Tortella, en Temin, 1984; Szmrecsanyi, 2004;
Porcile, 2003.
2
Schumpeter, 2005: 26.
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Historia económica y social del Uruguay 1870-2000
manera que no existe historia política, historia social, historia de la tecnología,
ni historia cultural. Existe la historia, sencillamente historia, es decir la vida en
su infinita e inextricable complejidad. […] En virtud de la descripción y el análisis, nos vemos obligados a recurrir a las fragmentaciones de las que hemos
hablado. Pero hay que tener siempre presente que esas categorías son producto
de simplificaciones colosales, que a veces llegan a los límites del absurdo.3
Lo que importa de una materia es su aporte al conocimiento y no dónde
se sitúa en clasificaciones que no dejan de ser esquemáticas. Intentemos
conocer esta disciplina preguntándonos acerca de su objeto de estudio, su
método y la verificabilidad del conocimiento que construye.
Veamos si podemos acercarnos a una definición de su objeto de estudio. Cada uno de los autores consultados4 hacen hincapié en distintos
aspectos; algunos priorizan la importancia de la distribución, otros de la
producción, otros se apoyan en las estructuras económicas, etcétera. Sin
embargo, el objeto de estudio, a grandes rasgos, parece ser el mismo para
todos: conocer el pasado para poder comprender el presente y proyectar el
futuro desde una perspectiva histórico-económica.
Dentro de esta disciplina se estudian las permanencias y los cambios
de las estructuras sociales, políticas y culturales en su relación con las instituciones económicas a través del tiempo. Esto es así porque los fenómenos de tipo económico de una época cualquiera no pueden comprenderse
sin un conocimiento adecuado de los hechos y el contexto histórico. Por
ejemplo: ¿es lo mismo el intercambio basado en el trueque de la época prehistórica y el intercambio basado en el trueque de una comunidad anarquista? Si bien hay trueque en ambas, el contexto histórico le imprime
diferencias a ese tipo de intercambios.
En este sentido, la historia económica no debería ser de carácter puramente económico o de carácter puramente histórico, sino que debería
reflejar hechos e instituciones así como también las ideas, teorías y doctrinas que las interpretan. Solo así es posible acercarnos a comprender la
relación existente entre los hechos económicos y los no económicos.
La historia económica nos permite analizar a qué se ha debido el éxito o
fracaso alcanzado por los distintos sistemas económicos al intentar satisfa-
10
3
Cipolla, 1991: 18.
4
Tamás Szmrecsanyi, Josep Fontana, Joseph Schumpeter, Gabriel Tortella, Luis Bértola,
Robert Solow, Carlo Cipolla.
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El objeto de estudio de la historia económica
Unidad 1. Introducción a la historia económica
cer necesidades de consumo humano. En esta capacidad de análisis radica la
utilidad de la disciplina, en la medida que el objetivo de dicha investigación
es encontrar herramientas que nos permitan vivir mejor nuestro presente y
sentar bases para mejores futuros. El hecho de ser historia no significa que se
dedique exclusivamente al pasado. Nuestro objeto de estudio no reside en el
pasado; sí en el tiempo, que también es presente y futuro.
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¿Qué es la historia económica?
El historiador brasileño Tamás Szmrecsanyi brinda una definición bastante completa donde plantea que la historia económica “es una ciencia humana y social que estudia y sistematiza las transformaciones a través del tiempo —esto es— la permanencia y el cambio: a) de las
relaciones económicas en general, sean de producción o distribución; b) de las instituciones
sociales que determinan y viabilizan tales relaciones; c) de las políticas económicas desarrolladas por varios agentes; y d) de las ideas, doctrinas y teorías económicas subyacentes a
esos comportamientos y a su contexto”. Podríamos enriquecer esta definición sumando a ella
la importancia de una línea de trabajo que incluya aspectos de tanta trascendencia como las
condiciones de vida, laboral o el reparto de la riqueza.
Szmrecsanyi, 2004: 8.
¿Qué tipo de preguntas se hace la historia económica?
La esencia de la historia económica es tratar de explicar preguntas o discutir temas como
los siguientes: hace un milenio, China lideraba el mundo en materia tecnológica, ¿por qué toleró que sus más grandes inventos fueran copiados, mejorados y utilizados en su contra? ¿Cómo
Europa, tan pobre y débil hace mil años, terminó por dominar el mundo? ¿Por qué los países
de Sudamérica, con tantos o incluso más recursos naturales que los dos grandes países norteamericanos como Estados Unidos y Canadá, están más atrasados si fueron igualmente colonizados? ¿Por qué en nuestra era las culturas musulmanas fundamentalistas parecen condenadas al subdesarrollo económico, a pesar de que sus países son ricos en petróleo? ¿Cómo
fue que Japón, con un ingreso per cápita probablemente muy similar al chileno a comienzos de
siglo xx, se convirtió en una potencia económica mundial? ¿Acaso las naciones del mundo convergen hacia un alto nivel común de productividad y riqueza? ¿O los países ricos simplemente
están ensanchando la brecha respecto de los pobres?
Montesinos Jerez, en Landes, 1999.
¿Cuál es su método de estudio?
Es difícil estipular cuál es el método de esta disciplina pues dependerá
de la formación del historiador económico y de la escuela del pensamiento
a la que se afilie. Por ejemplo, un economista podrá realizar su investigación recurriendo al método de la economía como primera estrategia, un
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Historia económica y social del Uruguay 1870-2000
historiador al de la historia. Por otro lado, un marxista comenzará su análisis observando la estructura económica y los modos de producción, un
institucionalista mirará las instituciones y los agentes económicos.
Sin embargo, podemos señalar una importante diferencia entre el
historiador económico y el economista: la forma en que cada uno tiene
en cuenta el factor tiempo dentro del análisis. Gabriel Tortella se refiere
a la historia económica como “economía retrospectiva del largo plazo” y
plantea que mientras la economía realiza análisis del presente y de poco
tiempo, la historia económica analiza el pasado y en el largo plazo. Sin
embargo, esto no es un estereotipo inamovible; puede haber un historiador
evaluando algún desempeño en el corto plazo y un economista mirando
en el largo plazo.
La historia económica para Gabriel Tortella utiliza una metodología
propia que implica dominar la teoría económica y los métodos de reconstrucción histórica. Valerse de herramientas que vienen de los dos campos
no significa que el historiador económico actúe como si tuviera dos personalidades. La tarea no es sencilla, porque quien pretenda obtener un
conocimiento relativamente completo, deberá apostar a la interdisciplinariedad, contactarse con los métodos de otras ciencias sociales y utilizar
herramientas como la matemática o la estadística. Todos estos campos del
conocimiento deben formar parte del método en forma equilibrada, ninguna herramienta sustituye a otra. Por supuesto que este tipo de planteo
complejiza cualquier estudio que uno quiera abordar porque las explicaciones resultan ser finalmente un complejo entramado de estructuras sociales, instituciones, mentalidades, coyunturas temporales, etcétera, nunca definitivas, en las que se puede bucear incansablemente.
El historiador económico debe ser consciente de qué tipo de conocimiento puede generar su investigación. Por ejemplo, el economista Milton
Friedman considera útil un modelo explicativo solo en la medida que predice; pero la predicción no es un objetivo que pueda plantearse la historia
económica. No podremos saber lo que vendrá. El historiador económico no
es un gurú ni tiene una bola de cristal; lo que sí puede hacer es describir el
pasado, conocerlo e interpretarlo. Todo el tiempo estamos investigando el
pasado y, a veces, descubrimos cosas que no sabíamos y entonces nuestra
explicación del pasado cambia y, por lo tanto, también la de nuestro presente. Por eso decimos que el objetivo de esta disciplina es la elaboración
de un conocimiento que debe saberse cambiante en la medida que el in-
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¿El conocimiento que construye es verificable?
Unidad 1. Introducción a la historia económica
vestigador, lo investigado, así como el conocimiento, son sujetos históricos
con coyunturas irrepetibles.
Podríamos preguntarnos entonces ¿qué sentido tiene investigar, si
nunca tendremos conocimientos definitivos? La respuesta es sencilla: investigamos para poder seguir enriqueciendo el conocimiento. Solo comprendiendo nuestro presente (que es consecuencia de un pasado) podemos actuar con conciencia en la construcción del futuro. Pero esto no es
matemático y mucho menos automático. ¿Qué futuro generará nuestra
acción? Creemos que será un futuro específico, ese con el que soñamos,
¿pero será? Y si no lo es, volveremos a estudiar ese futuro, que entonces
será nuestro presente y volveremos a tratar de accionar sobre él. “El mundo no es inteligible, nuestra profesión consiste en soñar un mapa de laberinto y nuestro destino el fatigarnos en vano.”5
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2. Escuelas del pensamiento económico
Piensa en la siguiente situación: imagina una pareja adolescente de novios que no tiene trabajo y que espera un hijo. Seguramente la opinión
sobre esta situación que tengan la abuela inmigrante católica de la joven
y la de un amigo de la pareja que también es adolescente, sean absolutamente diferentes. También serán distintas las propuestas respecto a lo que
la pareja debería hacer de ahora en más, como casarse, o conseguir trabajo,
o irse a vivir juntos sin matrimonio, o seguir viviendo cada uno con sus
padres. Las diferentes visiones sobre la misma realidad se deben a que la
abuela de la joven y su amigo, aunque hoy comparten el presente, no han
formado su visión del mundo en el mismo momento o lugar histórico.
Al analizar la realidad desde la economía sucede algo parecido. Si bien
muchos pensadores han reflexionado sobre la disciplina, su forma de ver
la situación y los consejos para modificarla depende del momento histórico que les tocó vivir y de la opción ideológica de cada uno. Cada sociedad,
en su época, se pensó a sí misma y planteó caminos para transformar o
mantener el orden económico. Estos caminos cambiaron la realidad económica, que fue nuevamente pensada y nuevamente cambiada en una lógica que no tiene fin. “Siempre está la realidad y siempre se construye una
idea de ella que sirve para modificarla.”6
En este capítulo nos referiremos a los pensadores e ideologías de los siglos xviii y xix, al keynesianismo, el estructuralismo (Comisión Económica
5
Jorge Luis Borges, citado en Porcile, 2003.
6
Filadoro, 2002.
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Historia económica y social del Uruguay 1870-2000
para América Latina y el Caribe, cepal), la teoría de la dependencia y el neoliberalismo. Existen otras tantas corrientes de pensamiento, pero habremos
de desarrollar aquellas que consideramos fundamentales para que logres
comprender mejor los vaivenes de la historia económica que te contaremos en este libro. Te invitamos a recorrer estas escuelas y corrientes del
pensamiento económico, para conocerlas y ver su evolución en el tiempo.
Pensadores liberales de los siglos xviii y xix
¿Recuerdas el sistema feudal? ¿Recuerdas al señor feudal, su feudo, sus
relaciones con el campesinado, los siervos? Ese sistema feudal entró en
decadencia en los siglos xiv y xv; desde el aspecto económico se explica
por el desarrollo y fortalecimiento de otro sistema: el capitalismo.
En Inglaterra, durante los siglos xiv y xv, el sector de manufactureros y
comerciantes había logrado acumular capital como fruto del desarrollo de
sus actividades económicas e invirtieron ese capital en la fabricación de
productos, lo que implicó una nueva forma de producción. Junto al antiguo
artesano apareció un sistema de trabajo a domicilio que consistía en que
el comerciante-capitalista proveyera de materias primas y herramientas al
trabajador, que elaboraría el producto en su casa y bajo su supervisión. De
esta forma reunía para trabajar, bajo un mismo techo, a varios trabajadores.
Este cambio en la forma de trabajo no es menor. Cuando el artesano
trabajaba en su taller, decidía respecto a la forma de ejecución del trabajo,
los ritmos y los resultados. En esta nueva modalidad trabaja bajo la supervisión del comerciante-capitalista, que ejerce un mayor control sobre el
proceso de trabajo. Por otro lado, en el caso anterior el artesano no vendía
su fuerza de trabajo sino que percibía ingresos al vender su producto. En
el nuevo sistema de trabajo a domicilio se le paga al trabajador por su
tiempo de trabajo y no por la cantidad de productos que elabore. El hecho
de que el trabajador venda su trabajo y no sus productos transforma las
relaciones sociales y lleva al nacimiento de una nueva relación social:
patrón-asalariado.
Pero este no fue el único cambio que trajo la nueva modalidad de producción; también modificó el proceso de trabajo, proceso al que Adam
Smith llamó la división del trabajo y que explica con claridad en su libro
Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (1776),
que te invitamos a leer.
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Contexto histórico: del feudalismo al capitalismo.
Nuevas forma de producir
Unidad 1. Introducción a la historia económica
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La fabricación de alfileres
Un obrero que no haya sido adiestrado en esa clase de tarea (convertida por virtud de la
división del trabajo en un oficio nuevo) y que no esté acostumbrado a manejar la maquinaria que
en ella se utiliza [...], por más que trabaje, apenas podría hacer un alfiler al día, y desde luego no
podría confeccionar más de veinte. Pero dada la manera como se practica hoy día la fabricación
de alfileres, no solo la fabricación misma constituye un oficio aparte, sino que está dividida en
varios ramos, la mayor parte de los cuales también constituyen otros tantos oficios distintos.
Un obrero estira el alambre, otro lo endereza, un tercero lo va cortando en trozos iguales,
un cuarto hace la punta, un quinto obrero está ocupado en limar el extremo donde se va a
colocar la cabeza; a su vez la confección de la cabeza requiere dos o tres operaciones distintas: fijarla es un trabajo especial, esmaltar los alfileres, otro, y todavía es un oficio distinto
colocarlos en el papel.
En fin, el importante trabajo de hacer un alfiler queda dividido de esta manera en unas
dieciocho operaciones distintas, las cuales son desempeñadas en algunas fábricas por otros
tantos obreros diferentes, aunque en otras un solo hombre desempeñe a veces dos o tres
operaciones. He visto una pequeña fábrica de esta especie que no empleaba más que diez
obreros, donde, por consiguiente, algunos de ellos tenían a su cargo dos o tres operaciones.
Pero a pesar de que eran pobres y, por lo tanto, no estaban bien provistos de la maquinaria
debida, podían, cuando se esforzaban, hacer entre todos, diariamente, unas doce libras de
alfileres. En cada libra había más de cuatro mil alfileres de tamaño mediano. Por consiguiente,
estas diez personas podían hacer cada día, en conjunto, más de cuarenta y ocho mil alfileres,
cuya cantidad, dividida entre diez, correspondería a cuatro mil ochocientas por persona.
Adam Smith, 1776.
La división del trabajo permitió un aumento en la productividad, es decir, con los mismos recursos humanos o de capital y en el mismo tiempo se
producía mucha más cantidad de bienes con un costo unitario menor. La
enorme oferta unida a la reducción de los costos de producción permitió la
caída en los precios de los productos, que a su vez promovió un aumento
en la concentración de capital. Poco a poco el comerciante-capitalista se
fue transformando en industrial, el espacio donde se hacía trabajo a domicilio se transformará en fábrica, el trabajador en obrero, y así nos encontraremos en la puerta de la sociedad industrial.
La Revolución industrial implicó una gran transformación en casi todos los
aspectos de la vida del hombre. Las fábricas atrajeron población del medio rural, las ciudades crecieron y surgieron nuevos barrios en los cinturones de las
urbes. Desde lo técnico podemos señalar la incorporación del uso del carbón,
el vapor y el hierro. Desde lo económico, la apertura de nuevos mercados en
Asia y América. En la organización del trabajo la máquina desplazó al hombre,
se profundizó la división técnica del trabajo que generó que los trabajadores
perdieran absolutamente el control sobre el producto final de su trabajo.
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En este contexto histórico se enmarca la escuela clásica, que como
cuerpo teórico coherente se originó con los trabajos de Adam Smith (1776)
y continuó con los de Thomas Robert Malthus (1798), David Ricardo (1817)
y John Stuart Mill (1844). Si bien estos economistas tuvieron divergencias,
hay una serie de ideas centrales que son comunes a todos: la confianza
en el mercado, el rol asignado a la competencia, el egoísmo humano y su
búsqueda de bienestar individual, la mano invisible que mueve al sistema
económico y que explicaría la innecesaria intervención del Gobierno. Sin
realizar un planteo exhaustivo de cada uno, conozcamos algunas de las
ideas de estos autores.
Fisiocracia
La escuela fisiocrática surgió en Francia en el siglo xviii. Sus principales exponentes fueron Quesnay (1694-1774) y Turgot (1727-1781). Los fisiócratas entendían que la única actividad
creadora de riqueza era la agricultura; la industria y el comercio no eran generadoras sino
transformadoras. Por este motivo, los trabajadores vinculados a la producción agrícola eran
considerados como clase productiva mientras que el resto de los sectores económicos eran
considerados clase estéril. Por ello, recomendaban que solo fuera gravada con impuestos la
clase productiva, ya que podía generar riqueza con qué pagarlos, no así la clase estéril.
A diferencia de los mercantilistas, los fisiócratas rechazaban la intervención del Estado en
las actividades económicas, rechazaban las medidas proteccionistas y las regulaciones del
comercio exterior. Es famosa su frase “dejar hacer, dejar pasar, que el mundo camina solo”.
Adam Smith.7 Estudió las causas del desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo y cómo su producto se distribuye en la sociedad capitalista.
7
16
Adam Smith (1723-1790) nació en Kirkcaldy, Escocia, y se graduó en la Universidad de
Glasgow. Allí fue profesor de Lógica y Filosofía. Influenciado por los trabajos de David Hume
y François Quesnay, se le asigna la fundación de la escuela clásica de economía política.
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Mercantilismo
Fue un conjunto de medidas económicas que buscaban, según la particularidad de cada
monarquía europea, aumentar la acumulación de metales preciosos. Como lo que se buscaba
era aumentar el poder del reino, los mercantilistas consideraban que el Estado debía intervenir en las actividades económicas y que el monarca debía tener amplias facultades y poderes.
El mercantilismo se desarrolló en los siglos xv, xvi y sobre todo en el siglo xvii. En un primer
momento fue fuertemente metalista. Con el correr del tiempo comenzó a percibirse que la
riqueza no estaba en poseer los metales sino sobre todo en poder conseguirlos. El comercio
se transformó en una actividad por la cual se podía obtener el oro y plata buscados. Alcanzaba
con tener una balanza comercial favorable, exportar más de lo que se importaba en términos
de valor.
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Unidad 1. Introducción a la historia económica
Como fruto de su investigación publicó en 1776 su obra más importante:
Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones.
Adam Smith considera que la economía funciona con leyes naturales. Y
parte de la base de que el hombre es un ser egoísta que busca su propio
bienestar, sus propios intereses. Esta búsqueda individual de bienestar lo
impulsa a intercambiar cosas. De este intercambio se obtiene el beneficio
individual. De la suma de beneficios individuales termina resultando el
beneficio de la sociedad. Y todo sucede sin que nadie se lo haya propuesto
explícitamente. Hay una mano invisible que permite que del interés individual se logre el interés general. La mano invisible garantiza el equilibrio del
sistema. El funcionamiento de las fuerzas económicas no debe alterarse
interviniendo desde fuera sobre ellas. Por lo tanto, la acción del Estado
es contraproducente, pues la completa libertad de la economía produciría
espontáneamente una “armonía natural de intereses” de los distintos sectores sociales. Sin embargo, reconoce que es el Estado el que debe promover obras e instituciones públicas que no son rentables para la iniciativa
privada.
Por otro lado, este autor no considera al oro como la base de la riqueza.
Para él, el origen de la riqueza está en el trabajo y la riqueza de una nación
se explica por el trabajo total de una sociedad. Sin embargo, no todo trabajo añade valor al objeto; los funcionarios judiciales, militares, marines, sacerdotes, médicos, abogados, cómicos, músicos, etcétera; son trabajadores
improductivos, según Smith. Solo el trabajo del obrero y de los comerciantes e industriales capitalistas es productivo; todos los demás descansan
sobre ellos. Si la riqueza depende del trabajo, para aumentarla es necesario aumentar la cantidad de trabajadores productivos o la productividad
de los trabajadores. Y esto requiere de un capital adicional, ya sea para
contratar más trabajadores, para comprar las nuevas maquinarias, u otros.
La división del trabajo es un factor de importancia para aumentar la
productividad del trabajo y la riqueza; pero advertía que la monotonía del
trabajo implicaba un alto costo sobre el desarrollo intelectual y espiritual
del trabajador asalariado. Encontraba en el gobierno al único agente que
debía “tomarse la molestia” de evitar esta decadencia progresiva de las
virtudes intelectuales y sociales de los obreros.
Según Smith, la sociedad está compuesta por tres clases sociales: asalariados, empresarios capitalistas y terratenientes, que se diferencian por
el tipo de ingreso que perciben. Y el salario es la recompensa que se otorga
al trabajador por su labor. Este trabajador no es el propietario de las herramientas o maquinarias —bienes de capital— que emplea.
A su vez, entendía que los beneficios eran apropiados por el capitalista
y que eran una parte del producto del trabajo. Mientras que la renta era
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Historia económica y social del Uruguay 1870-2000
aquella parte del ingreso proveniente del producto de la tierra y que el
propietario exige en virtud de su derecho de propiedad.
Smith consideraba que era probable el surgimiento de un importante
conflicto de clases debido a incompatibilidad de intereses, en la medida
en que el capitalista desea dar lo menos posible y el obrero obtener lo más
posible. En esta lucha, obrero y patrón no están en igualdad de condiciones. Mientras un
[…] propietario, un colono, un fabricante o un comerciante, aun cuando no
empleen un solo trabajador, pueden generalmente vivir un año o dos, disponiendo del capital previamente adquirido. La mayor parte de los trabajadores no
podrán subsistir una semana, pocos resistirán un mes, y apenas habrá uno que
soporte un año sin empleo. A largo plazo, tanto el trabajador como el patrono se
Para Smith, la expansión económica no es ilimitada. En determinado
momento el incremento del capital va a provocar una reducción de las
ganancias, la expansión se detendrá y dará paso a un estado estacionario.
En su visión, la historia es un proceso largo y lento que por un devenir
natural propende a ese estado estacionario, percibido como una realidad
inevitable pero muy remota. Por lo pronto, en su presente, el mundo y más
concretamente la Europa occidental de los siglos xviii y xix respiraba un
aire generalizado de profunda fe en el progreso, a la luz del desarrollo científico-técnico que inauguró la revolución industrial.
Entre los aportes de Adam Smith, destacamos las siguientes ideas:
Libre competencia: considera que solo compitiendo libremente se puede asegurar el máximo bienestar de la sociedad.
División del trabajo: explicó la creciente productividad como consecuencia de la división del trabajo.
Clases sociales: planteó la existencia de clases sociales, diferenciadas
por el tipo de ingreso percibido.
Teoría del valor: planteó que la fuente del valor de los bienes se encontraba en el trabajo (teoría valor-trabajo), ya sea el trabajo que tenía incorporado por su elaboración o el trabajo que se ahorraría alguien empleando
ese bien en alguna actividad. Al momento de intercambiar bienes, el que
necesita dos días de trabajo para su elaboración “valdrá” el doble que el
que necesita un día de trabajo. Utilizando otras palabras: el valor de cambio de un bien es igual a su costo de producción.
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Smith, 1997.
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necesitan mutuamente; pero con distinta urgencia.8
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Unidad 1. Introducción a la historia económica
Trabajo productivo y trabajo improductivo: no todo trabajo añade valor
al objeto; solo el trabajo del obrero y de los comerciantes e industriales
capitalistas es productivo.
Precio natural y precio de mercado: para intercambiar bienes en su justo valor hubiera sido necesario saber con exactitud cuánto trabajo tiene
incorporado. Sin embargo, si bien medido en horas la cantidad de tiempo
empleado en la producción de un bien puede ser igual a la de otro bien,
existen trabajos que son cualitativamente diferentes. En este sentido es
imposible encontrar una medida exacta de todos los trabajos que existen.
Lo que se volvió frecuente fue comparar un artículo con otro y no con
su trabajo incorporado. El dinero es el bien que media este intercambio.
Cuando el precio de una mercancía es suficiente para pagar los salarios, los
beneficios y la renta implicados en su elaboración, se llama precio natural.
También existe un precio de mercado: es aquel que se paga efectivamente
en el mercado y que está regulado por la oferta y la demanda de ese bien.
El precio de mercado puede ser mayor, igual o menor que el precio natural.
Ley de la oferta y la demanda: el precio de mercado se determina al
equilibrarse dos fuerzas: la oferta y la demanda. Suele suceder que frente a
una escasa oferta de bienes, algunos demandantes por temor a no adquirir
aquello que desean, estén dispuestos a pagar más por él. En este caso podemos decir que la escasez de oferta genera un aumento en los precios de
mercado. En el sentido inverso, cuando la oferta es superior a la demanda,
el ofertante suele bajar el precio de mercado respecto del precio natural,
para lograr vender su producto. El precio al cual se ofrecerá y demandará
el producto en el mercado se llama precio de equilibrio del mercado. La ley
de la oferta y la demanda regulará el precio de equilibrio del mercado por
arriba, por debajo o al mismo nivel que el precio natural de la mercancía.
David Ricardo.9 Vivió en una Inglaterra que triplicó su comercio exterior entre 1760 y 1815. Se preguntó ¿cómo se produce la distribución de la riqueza? Al
reflexionar en torno a esa cuestión le dio forma a uno de sus más importantes
aportes: la teoría de la renta diferencial. Según esta teoría no cualquier pago
realizado a un propietario de tierra puede denominarse renta, pues muchas
veces incluye el pago de intereses o beneficios del capital. Ricardo considera
renta solo a “aquella parte del producto de la tierra que se paga al propietario
por el uso de las fuerzas originales e indestructibles del suelo”.10
9
David Ricardo (1772-1823) nació en Londres, Inglaterra. Fue un hombre de negocios,
especulador exitoso y amasó una considerable fortuna al trabajar, igual que su padre,
como agente de bolsa. Estuvo rodeado de pensadores como James Mill (padre de John
Stuart Mill) y Thomas Malthus. Su obra más importante fue Principios de economía
política y tributación, publicada en 1817.
10 David Ricardo, 1985: 51.
19
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