024 - Universidad Nacional del Nordeste

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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDESTE
Comunicaciones Científicas y Tecnológicas 2000
Rotación Maíz – Maíz en macetas,
inoculando la primera siembra
Fogar, Mariela N. - Cracogna, Mariano F. - Iglesias, Maria C.
Cátedra de Microbiología Agrícola - Facultad de Ciencias Agrarias - UNNE.
Sargento Cabral 2131 - (3400) Corrientes - Argentina.
Teléfono: +54 (03783) 427589 - E-mail: [email protected]
INTRODUCCION
En un ensayo anterior en el cual se realizaron tres tratamientos uno con inoculante mixto (Azotobacteriaceae,
Saccharomyce sp. , Endogone sp.), otro con fertilizante fosfato diamónico y un último tratamiento sin
inoculante y sin fertilizante (testigo).
En el primer muestreo se observó una mayor tasa de amonificación en el testigo, en incubación en estufa, si
bien no hubo diferencias estadísticamente significativas con los otros tratamientos; en el segundo muestreo se
pudo observar un marcado aumento en la amonificación en el tratamiento inoculado siendo estadísticamente
significativo y concluye que la utilización del inoculante no presentó diferencias en el ámbito de materia seca
de la parte aérea y favoreció el desarrollo de la masa radicular. Ortega (1999).
Con respecto a la inoculación se sabe que, de la década de los sesenta en la Unión Soviética se citaron
incrementos en los rendimientos de maíz y trigo en orden de un diez a un veinte por ciento al inocular con
Azotobacter sp.. Se indican resultados positivos en la inoculación con Azospirilliun sp. y Azotobacter sp. en
maíz, manteniéndose los inoculos en la rizósfera hasta nueve semanas en invernáculos (Frioni 1981; Frioni
1999)
Por estudios con Pseudomonas se sugiere que algunas especies de bacterias podrían tener una capacidad
inherente de crecer rápidamente y hacerse dominante. (Jjemba et. al 1998). El mismo autor también cita que
la colonización extensa de una raíz por bacterias puede indicar su capacidad de sobrevivir en ausencia del
hospedante.
Según los resultados obtenidos por Ortega (1999) cabe esperar una nitrificación del amonio producido en el
tratamiento con inoculante y que este nitrógeno quede disponible para un próximo cultivo. Para corroborar
esta hipótesis se condujo este ensayo manteniendo los tratamientos antes mencionados.
En función de la hipótesis planteada se fijó como objetivo del trabajo, evaluar mediante ensayos en macetas,
el desarrollo de un segundo cultivo de maíz habiendo inoculado el primero.
MATERIALES Y METODOS
El ensayo se realizó en macetas de plástico con una capacidad de cuatro kilogramos.
El suelo utilizado corresponde a la serie ENSENADA GRANDE (Udipsamentes árgicos). Son suelos de baja
fertilidad, y de baja retención de humedad; en general los niveles de fósforo son moderados, en los primeros
centímetros y la materia orgánica, es de menos del 1 % en la capa arable con muy pobres niveles de bases de
cambio (Escobar et al. 1996).
Las macetas fueron colocadas en invernáculo, donde se las sembró el 22/05/99 con semillas de maíz
PIONEER 3063, semidentado, de ciclo intermedio.
Los tratamientos eran: 1) Testigo. 2) Con fertilización. 3) Con inoculante mixto.
El diseño aplicado fue enteramente al azar con tres tratamientos y diez repeticiones.
Se aplicó riegos sucesivos para mantener la humedad de las macetas durante el periodo de duración del
ensayo.
En cada tratamiento se evaluó: altura de plantas a los 16, 26 y 40 días después de la siembra, se tomaron los
datos de todas las macetas haciendo un promedio de 4 plantas por maceta.
A los los 40 días de la siembra se cortaron todas las plantas, se determinó el Peso seco de raíces y peso seco
de la parte aérea, se secaron y se determinó peso seco por planta.
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Se realizó el análisis de la variancia, mediante Linear Models - General AOV/AOCV y prueba de Tukey
HSD (P<0,05) para la comparación de los promedios.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Durante todo el desarrollo del cultivo no se marcaron diferencias de aspecto o sanidad de las plantas entre los
distintos tratamientos.
En relación a la Altura de planta los resultados fueron:
Tabla 1: Altura de plantas a los 16 días
Tratamientos
Medias
1
2
3
11.0 a
10.9 a
10.7 a
Letras iguales no difieren estadísticamente .
Tabla 2: Altura de plantas a los 26 días.
Tratamientos
Medias
1
2
3
33.9 a
33.3 a
29.6 a
Letras iguales no difieren estadísticamente
Tabla 3: Alturas de plantas a los 40 días.
Tratamientos
Medias
1
2
3
55.0 a
53.9 a
49.7 a
Letras iguales no difieren estadísticamente
Si bien no se encontraron diferencias estadísticamente significativas, (Tablas 1, 2 y 3) se observó que el
tratamiento 3 (inoculado) presentó una menor altura de plantas para todas las fechas analizadas a diferencia
de Ortega (1999) que encontró diferencias significativas, a favor del tratamiento inoculado, hasta
aproximadamente los 30 días desde la siembra.
Cabe destacar que donde los tratamientos acusaron mayor altura de plantas en el trabajo anterior en esta
oportunidad mostraron una menor altura.
Para el Peso seco de la parte aérea. se registraron los siguientes datos:
Tabla 4: Peso seco promedios en gramos de la parte aérea por planta.
Tratamientos
1
2
3
Medias
3.6 a
3.3 a
2.2 a
Letras iguales no difieren estadísticamente al nivel 5 %.
Los pesos promedios por plantas no marcaron diferencias significativas entre los tratamientos (tabla 4), si
bien se observó un menor peso de las plantas del tratamiento 3, lo cual es lógico por la menor altura que
alcanzaron. Coincidiendo con los datos de Ortega (1999) quien no encontró diferencias significativas en el
peso de la parte aérea por planta para los 30 días..
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Y al considerar el Peso seco de raíces por planta. los valores fueron:
Tabla 5: Peso seco promedio en gramos de raíces por planta.
Tratamientos
1
2
3
Medias
3.85 a
2.58 b
2.99 ab
Letras iguales no difieren estadísticamente al nivel 5 %.
El peso seco de raíces fue el único valor que marcó diferencias significativas estadísticamente (Tabla 5),
entre los tratamientos testigo y fertilizado.
Ortega (1999) no encontró diferencias significativas a los 30 días, pero el fertilizado fue mayor al testigo y al
inoculado.
CONCLUSIONES
Estadísticamente los datos analizados no muestran un parámetro que avale la posibilidad de residualidad del
inoculante utilizado.
Al parecer el mejor desarrollo del cultivo anterior deja el suelo más agotado, teniendo en cuenta las
características edafológicas de este tipo de suelo.
No sería aconsejable, a nuestro criterio, la realización de un segundo cultivo de maíz sin una nueva
fertilización o inoculación previa en ensayos de este tipo.
REFERENCIAS
Escobar E. H., Ligier H. D., Melgar R., Matteio H., Vallejos O. 1996. Mapa de suelos de la provincia de
Corrientes 1:500.000 – INTA – Corrientes. p. 432
Frioni L. 1981. Ecología microbiana del suelo. Montevideo, Uruguay. p. 519
Frioni L 1999 Procesos microbianos. Tomo II. Ed. de la Fundación de la U.N. Río Cuarto. Córdoba.. 286.
Jjemba P. K. and Alexander M. 1999. Possible determinants of rhizosphere competence of bacteria. Soil
Biology & Biochemistry N° 31 p. 623 – 632.
Ortega M. R. 1999. Utilización de inoculante mixto en maíz. Trabajo final de graduación. Cátedra de
Microbiología Agrícola – FCA – UNNE. p 12.
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