Iglesia de San Bartolomé de Atzaneta

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IGLESIA DE SAN BARTOLOMÉ DE ATZANETA UN ENSAYO SOBRE EL ANÁLISIS ARTÍSTICO, CURIOSIDADES E HISTORIA DEL ARTE BARROCO Estudiante: Encarnación Robres Chillida Tutor: Pilar Escuder Mollón Curso: 2011/2012 GRADUADO UNIVERSITARIO SENIOR UNIVERSITAT JAUME I 1 A mis nietos
2 LA IGLESIA DE SAN BARTOLOMÉ DE
ATZANETA
ÍNDICE:
1. INTRODUCCIÓN
2. LA IGLESIA DE SAN BARTOLOMÉ DE ATZANETA Y EL
BARROCO
3. CONCLUSIÓN
4. BIBLIOGRAFÍA
3 1. INTRODUCCIÓN
La Iglesia de San Bartolomé de Atzaneta se levanta en un lugar privilegiado en el
mismo centro de la villa. Preside la plaza mayor del pueblo dando su bienvenida tanto a
propios como a visitantes y su majestuosidad es testigo del paso del tiempo y de sus gentes.
Construida en una sola nave central, cuando accedemos a su interior la mirada se dirige al
ábside. En él se encuentra situado el retablo mayor. Obra barroca de policromía en oro,
abarca la pared frontal, los laterales y hasta el remate superior, cubriendo totalmente el
espacio absidal.
El retablo fue creado para este espacio y no presenta ningún acceso al reverso del
mismo, se encuentra adosado a la pared. Lo que si nos llama la atención, son dos puertas en
cada uno de los extremos de la parte inferior que, convenientemente camufladas, dan
acceso a un espacio posterior sin aparente funcionalidad.
En la actualidad el templo está dedicado a San Bartolomé, pero este extremo no ha
sido siempre así. En su origen y antes de la Guerra Civil, estaba dedicada a la devoción de
la Virgen de los Ángeles.
4 2. LA IGLESIA DE SAN BARTOLOMÉ DE ATZANETA Y EL
BARROCO
5 Dirigimos nuestra atención inevitablemente hacia el retablo mayor. Inspirado y
construido en estilo barroco, data su finalización hacia 1744, fecha que aparece inscrita en
la parte inferior derecha del retablo. Es en este preciso momento cuando el estilo barroco se
encuentra en su pleno apogeo. Llaman la atención el empleo de columnas Salomónicas que
flanquean el retablo y culminan la grandiosidad de su cuerpo único. De la misma forma que
se obtiene una mayor profundidad y movimiento del plano a través de columnas aisladas y
gracias también a los motivos ornamentales que se crearon con mayor voluminosidad para
tal efecto.
El retablo está acoplado a la pared en forma de “C” abierta. Está compuesto por
tres cuerpos bien diferenciados:
- El banco o predella.
- El cuerpo central, donde se halla la imagen de San Bartolomé.
- Parte superior o remate en arco de medio punto.
Cabe la posibilidad de dividir su análisis también en cinco calles. Las calles están
también separadas por columnas salomónicas. Decoradas con racimos de uvas, motivos
frutales, muy del gusto barroco de la época. Las calles laterales y la central albergan toda
una suerte de hornacinas que sirven de cobijo a la imaginería de la época. Esculturas que se
dedican a distintos santos, prueba y muestra de la religiosidad de la población.
La profundidad total del retablo denota el gran barroquismo del conjunto
monumental, entablamentos y cornisas partidas así lo prueban.
6 La predela es la parte que ha sufrido mayores modificaciones. En ella existen
pocos elementos originales ya que fue durante la Guerra Civil cuando sufrió numerosos
expolios y la mayor parte de la obra quedó destruida. No obstante, la arquitectura base,
excepto las dos puertas laterales, es original.
7 San Bartolomé
Faltan elementos volumétricos, sin embargo su impronta queda reflejada y aún
persiste. En cuanto a los tallos, se encuentran muy manipulados, siendo tan solo dos los
originales. Por su parte los atlantes presentan grandes modificaciones añadidas.
8 En las calles laterales de la Predela aparecen dos pequeñas ménsulas a cada lado,
con pequeñas figuras representativas de los cuatro evangelistas. Cabe decir que ninguna de
ellas es original.
En las calles centrales de la Predela encontramos en ambos extremos otras dos
figuras de imaginarias a modo de Atlantes al igual que en los extremos laterales.
Tanto a diestra como a siniestra aparecen dos puertas en arco de medio punto, pero
su construcción es posterior al origen. Son de madera maciza policromada en oro y con las
figuras de los apóstoles en bajorrelieve. En la parte izquierda se distingue a san Pablo y en
la derecha a San Pedro. Las puertas dan acceso a dos pequeñas estancias que actualmente se
utilizan como pequeño almacén. Las únicas dos figuras que pueden considerarse originales
dentro del conjunto de la Predela son las que aparecen a ambos lados del Sagrario y que son
de pequeño tamaño.
Una de ellas, fotografiada a continuación, representa a Santiago Apóstol, la otra no
se ha logrado identificar.
9 El Sagrario se encuentra ocupado por una tabla de finales del siglo XIX. Esta
rematado con un gran arco de medio punto en oro y con profusión de molduras. Incluso
rematado en su laterales con pequeñas columnas salomónicas, por supuesto policromadas
también en oro.
10 En la tabla se adivina la imagen, tal y como aparece en la fotografía que sigue, de
Cristo bendiciendo el pan y el vino y rodeado de ángeles. El cuerpo central se separa de la
Predela mediante una sencilla cornisa quebrada sin decoración que queda interrumpida en
el centro del retablo por el arco del sagrario.
Está formado por cinco calles divididas por grandes columnas Salomónicas,
decoradas con profusión ornamental. Motivos vegetales tallados y policromados. Tallos y
ramajes originales que adornan las hornacinas fueron destruidos durante la guerra pero se
repusieron posteriormente con gran fidelidad hacia los originales.
En la actualidad encontramos de izquierda a derecha las siguientes figuras:
11 - En la calle del lateral izquierdo se sitúa la talla de san Juan Bautista. Se trata de
una figura de bulto redondo cobijada en una hornacina que simula unos cortinajes. El
interior está pintado en un azul no original. La parte superior se remata con dos ángeles. El
santo aparece retratado como adulto vestido con una túnica de pieles y con un cinturón de
cuero. A sus pies reposa un cordero, atributo que recuerda el cuarto evangelio:.. “Juan fijó
la vista en Jesús que pasaba y dijo -ese es el Cordero de Dios-…” También le acompaña su
atributo más frecuente, la cruz de caña larga y delgada, que en este caso también esta
12 confeccionada en madera dorada.
- La siguiente calle aparece vacía. Originalmente existía un altorrelieve de San
Gregorio. Al parecer la desaparición de tal obra se debe a un acto vandálico. La parte
superior se remata con una ménsula decorativa con cabeza de angelote.
- La calle central está ocupada por una gran hornacina con una talla de San
Bartolomé. Es aquí donde toma el lugar que en su día ocupó la Virgen de los Ángeles. De
hecho todavía se asienta sobre la base original, formada por cabezas aladas y toda una
suerte de nubes. No obstante San Bartolomé es ahora el santo titular tanto del retablo de la
parroquia, como también es ahora el patrón del pueblo.
Se representa, como muestra la imagen de abajo, como un hombre de edad
avanzada con cabellos y barba gris, vestido con túnica verde y una rica capa en tonos
rojizos. En su mano derecha porta un cuchillo, símbolo de su martirio. En la izquierda un
libro como es habitual en la imaginaria de los apóstoles. Con esta mano también sujeta una
cadena que oprime el cuello de un diablo que está a sus pies. Sobre la hornacina aparecen
dos ángeles que sujetan una corona que queda rematada con el escudo de la población. Este
conjunto separa el primer cuerpo del ático.
A continuación aparece de nuevo una calla vacía. Antiguamente ocupada por un
bajorrelieve de San Antonio, igualmente desaparecido por el devenir de los tiempos.
- Por último, en la calle lateral derecha observamos una imponente figura de San
Sebastián cobijada también en una hornacina. Sorprende la imagen, que a continuación
mostramos, del santo, aparece como un joven imberbe atado con cuerdas al tronco de un
árbol y ofreciendo su pecho desnudo a las flechas.
13 Sólo se le representa con una saeta en el hombro izquierdo y una herida en el
muslo del mismo lado. Una túnica rosada hace las veces de paño de pureza y se enrosca por
detrás. El remate del retablo en forma de arco de medio punto abocinado es de grandes
dimensiones. Todos los elementos de ático son originales, si bien están todos muy
retocados. La moldura exterior está decorada con motivos vegetales así como también con
once cabezas de angelotes regordetes. El arco abocinado se decora con querubines y
medallones con los símbolos de la virgen, mostrando en el centro un altorrelieve de Dios
Padre. Solo se representa el torso con cabeza de anciano con barba, con mimbo triangular
dorado rematado por una cruz que sostiene con su mano izquierda, mientras la derecha
apunta hacia abajo.
En los extremos la línea vertical que forman las figuras de los querubines desde la
predela y las grandes columnas salomónicas en los extremos del cuerpo central, nos llevan
al encuentro de una figura de bulto redondo de San Cristóbal y a la izquierda un San Roque,
ambas figuras originales.
San Roque es una figura exenta tallada en madera que representa a un hombre
barbudo con un bastón en su mano, una calabaza atada a la cintura y una concha de vieira
en el pecho que lo identifican como peregrino. Con la mano levanta su túnica dejando ver
la llaga de su pierna. A su lado le acompaña siempre un perro.
14 San Cristóbal es también una figura exenta tallada de una sola pieza. Se presenta
como un hombre con barba maduro pelo largo y oscuro. Lleva una túnica corta de color
verde y manto rojo. Porta una paloma como atributo. Sobre su hombro derecho lleva un
niño Jesús, con su mano izquierda sobre la cabeza del santo y con su otra mano vacía,
porque su atributo ha desaparecido.
15 En el centro, flanqueada por columnas salomónicas
y estípites se abre una
hornacina que aloja la figura de la Inmaculada.
16 Es una escultura de mujer joven haciendo oración, con túnica blanca floreada y
manto azul. Lleva una corona de rayas doradas y sobre el fondo se dibujan los rayos del sol.
Sobre la imagen de la Inmaculada aparece un medallón con una paloma representando el
17 Espíritu Santo. Todo el conjunto entre grandes tallas vegetales y coronado por una cabeza
de ángel. A los lados de la imagen de la Inmaculada se erigen dos santos:
- Santa Lucía, figura con manto rojo. Sostiene una copa sobre la que antiguamente
deberían de estar sus ojos.
- Santa Bárbara, mujer joven de cabellos largos manto rojo y porta palma de
martirio. Sujeta con las manos una custodia. A sus pies aparece su atributo más conocido,
una torre con dos ventanas, ambos llevan limbos tallados y dorados.
Las dimensiones totales del retablo son de 9,04 metros de ancho por 13,34 metros
de alto. Está realizado en madera policromada y dorada al agua. Su estructura está montada
en vertical, descargando el peso de cada elemento sobre su adyacente inferior, estos a su
vez tendrán sus correspondientes anclajes al muro.
18 Hay que destacar la diferencia entre las distintas manos que han colaborado en la
construcción de esta obra.
- Por un lado la creación arquitectónica
- por otro lado la confección de las esculturas (realizadas en el siglo XX) Estas
figuras han continuado la línea tradicional del retablo tanto en la utilización de maderas
como en sus técnicas de policromía.
Las tallas del ático originales están realizas de una sola pieza ahuecada por detrás
policromadas y doradas al temple.
El proceso del policromado en un retablo consta de cuatro fases muy diferentes:
19 - Estofado
- Dorado
- Aparejado
- Encarnado.
La arquitectura del retablo y zonas vestidas de las figuras se policromaban en
primer lugar, siendo su proceso diferente en todas y cada una de sus partes. Los elementos
desnudos y las figuras de la encarnación se dejaban en el último lugar del proceso. El
dorado y el estofado de las imágenes no responden únicamente a criterios estéticos si no a
razones religiosas y de tipo práctico. Se buscaba la mejor conservación de la madera para
evitar el polvo y el ataque de insectos xilófagos.
Llama la atención la cantidad de santos protectores que aparecen en este retablo
como San Roque, protector de la peste, San Cristóbal protector de los viajeros, Santa Lucia
protectora de la vista, Santa Bárbara protectora de rayos y tormentas y San Sebastián
protector de enfermedades contagiosas. En este mismo orden de cosas también
encontramos a la pareja formada por San Pablo y San Pedro típica unión de los dos
elementos fundamentales de la iglesia: el judío y el gentil.
- San Pablo apóstol tiene la misión especial del mundo de los gentiles. Era judío de
raza pero heredo de su padre la ciudadanía romana. Lo describen como de baja estatura. En
el arte del SXVII lo describen alto con barba y pelo largo.
- San Pedro es el príncipe de los apóstoles el primero de los doce apóstoles y el
más próximo a Jesús. El y su hermano Andrés fueron llamados a ser pescadores de hombres
ya que eran pescadores de oficio en Galilea. San Pedro acompaño a Cristo durante su
ministerio después de su crucifixión se dirigió a Roma donde estableció la primera
comunidad cristiana. Fue crucificado por Nerón en el año 64 D.C.
Su aspecto es de un hombre anciano y vigoroso con pelo y barba corta canosa y
20 rizada, tiene calva incipiente. Suele llevar sobre los hombros una capa color oro sobre una
túnica azul y verde. Su atributo especial es llevar una o varias llaves su participación en el
ministerio de Cristo. La misión de Pedro es ser la base de la iglesia “…Tu eres piedra y
sobre esta roca voy a edificar mi iglesia…”, “…Te daré las llaves del reino de Dios…”
esta expresión metafórica de Cristo fue reproducida muchas veces era considerada como
prototipo del sacramento del orden sacerdotal. Lleva dos llaves una es de oro y otra de plata
o metal que simbolizan respectivamente las puertas del cielo y del infierno. Otro atributo
principal es el libro o rollo de pergamino al igual que los demás apóstoles. Otros atributos
son una cruz invertida, un báculo con brazo transversal triple.
En el primer y único cuerpo encontramos de izquierda a derecha a San Juan
21 Bautista, San Bartolomé y San Sebastián. San Juan Bautista es el precursor o mensajero de
Cristo, vinculo entre el Antiguo y el nuevo Testamento. Considerado como el último de la
serie de los profetas del Antiguo Testamento y el primero de los Santos del Nuevo y en el
que narra su historia. Era hijo de Zacarías y de Isabel, parientes de la Virgen. Bautizaba en
el Jordán todos los que venían a él en actitud de penitencia. Fue encarcelado por Herodes
Antipas y más tarde ejecutado por la promesa de aquel a su hijastra Salomé. San Juan aquí
aparece como adulto vestido con una túnica de pieles y con un cinturón de cuero. Tiene un
cordero, atributo que recuerda el cuarto evangelio, cuando dice “Juan fijó la vista en Jesús
que pasaba y dijo, ese es el cordero de Dios”, su atributo más frecuente es la cruz de caña
con un palo largo y delgado. Por lo que a San Bartolomé respecta, el nuevo testamento solo
menciona su nombre, sin decir nada de sus hechos. La leyenda dorada habla de un viaje
misional que hizo a La India y de su muerte en Armenia, donde fue desollado vivo. No es
raro que le cuelgue del brazo la piel. Los temas más frecuentes en su representación
artística es la de predicador bautizando y siendo arrastrado ante las autoridades por negarse
a adorar a sus ídolos. La escena más frecuente y más conocida es la del momento de su
martirio. Algunas veces los artistas se inspiran en las esculturas Helenistas.
Sus atributos personales son un cuchillo en la mano y el demonio a sus pies, al que
tiene sujeto por una cadena, o bien como se ha mencionado antes, su propia piel colgando
del brazo.
Atributos menos comunes son el libro propio de los apóstoles y el largo bastón con
la cruz.
San Sebastián fue oficial de la guardia pretoriana de Diocleciano y fue acusado de
cristiano y condenado a morir atravesado con flechas. Sus verdugos lo abandonaron cuando
pensaron que ya había muerto, pero ninguna de las flechas había logrado atravesar ningún
órgano vital, detalle que a veces no se respeta en las representaciones artísticas.
Una viuda, llamada Irene, le atendió hasta devolverle la salud. San Sebastián se
22 presento ante el Emperador Diocleciano, donde fue nombrado oficial de la guardia.
Santa Bárbara, el atributo más característico de esta mujer santa es su torre.
Generalmente representada con tres ventanas, y la palma de mártir. Se la invoca contra la
muerte provocada por tormentas y rayos y por eso lleva un cáliz y una sagrada forma. Este
último extremo hace referencia a la Extrema Unción. También en algunas ocasiones lleva
una pluma de pavo real, como símbolo de inmortalidad. También en ocasiones aparece con
un cañón a sus pies.
Si seguimos analizando la imaginería del retablo, encontramos en su parte más alta
y en los extremos a las imágenes de San Roque y San Cristóbal, dos santos protectores.
San Roque es un santo cristiano que recorrió gran parte de Europa atendiendo a las
víctimas de la peste. Y es en el siglo XV cuando se consolida su figura como protector de
los que padecían esta terrible enfermedad. A partir de entonces su imagen se repite con gran
frecuencia en el arte, como figura de devoción y como intercesor ante la virgen a favor de
sus devotos, que de esa manera esperaban no verse afectados por el contagio. San Roque
suele estar vestido de peregrino con bastón y morral. También puede llevar una concha de
vieira, distintivo este del peregrino. No obstante, cabe decir en rigor que tal forma solo era
propia de los que iban en peregrinación a Compostela. También levanta su túnica para dejar
ver una mancha negra en la parte interna del muslo, lugar del cuerpo donde solían
presentarse los primeros síntomas de la peste. Va acompañado de su perro con un trozo de
pan en la boca.
San Cristóbal, en la historia del arte se le suele representar siempre en la misma
escena, atravesando un río con el niño Jesús a sus espaldas. La leyenda lo describe como un
camarero de enorme estatura que buscaba servir únicamente a la persona más poderosa del
mundo. Su primer señor fue un rey, pero le defraudo, cuando San Cristóbal descubrió que
temía a Satán. Entonces lo abandonó. A partir de entonces Cristóbal sirvió a Cristo y se
dedicó a ayudar a los pobres y débiles a cruzar el río. Una noche llevaba a sus espaldas un
23 niño que, a cada paso que daba le resultaba más pesado. El niño le revelo que era en
realidad el mismo Cristo y le dijo al Santo que en realidad lo que había hecho equivalía
realmente a llevar el peso de todo el mundo sobre sus hombros. Cristóbal planto su bastón,
y al día siguiente broto un río. El nombre Cristóbal, significa en griego el que lleva a Cristo,
y siempre reza una inscripción que dice que “el que dirija su mirada al santo no se dejara
vencer ese día por la debilidad”. Por ello se considera el protector de los viajeros.
24 La figura de la Inmaculada ocupa la hornacina central del ático. La Inmaculada
Concepción no se refiere, como suponen algunos, a la concepción de Cristo en el vientre de
María, sino a la concepción de María en el vientre de su madre Ana.
Según esta doctrina, como la virgen estaba elegida para ser recipiente de la
encarnación de Cristo, ella misma debía estar también libre de pecado.
Esta idea fue ganando terreno durante la edad Media, siendo objeto de intenso
debate, hasta que en 1854 fue definida como artículo de fe por el Papa IX.
España se colocó bajo su advocación en el siglo XVII. En el arte del siglo XVII,
sobre todo en España, el estimulo que la Contrarreforma supuso para la veneración de la
virgen, consagro un modelo de representación.
Se presenta como “Mujer del Apocalipsis” envuelta en el sol, con la luna bajo sus
pies y en la cabeza una corona de estrellas. Vestida de blanco con un manto azul las manos
cruzadas sobre el pecho o juntas en actitud de oración.
Santa Bárbara es una primitiva santa y mártir cristiana cuya historia surge en el
siglo VII, no tiene una base histórica y se reproduce en la Leyenda Dorada. El padre de
Bárbara, noble pagano llamado Dióscoro mandó construir una torre con dos ventanas donde
encerró a su hija para alejar a sus pretendientes.
En ausencia de su padre Bárbara convenció a los albañiles para que abrieran una
tercera ventana para que dejaran entrar en secreto a un sacerdote que la bautizó en la
religión cristiana.
Cuando regresó Dióscoro ella le dijo que las tres ventanas representaban al Padre,
al Hijo y al Espíritu Santo que ilumina su alma.
25 Bárbara huyó pero fue delatada y su padre la entregó a las autoridades romanas,
pero Bárbara se negó a retractarse y fue torturada. Finalmente y al mismo tiempo que la
estaban ejecutando por la espada de su padre, quedo fulminada por un rayo que consumió
su cuerpo. Por eso dicen que Santa Bárbara es invocada como protectora contra los rayos y
tormentas.
Santa Lucía fue virgen y mártir de Siracusa, Italia, que murió durante la
persecución del emperador Dioclesanio, contra los cristianos. Su historia cuenta que la
curación milagrosa de su madre en el templo de santa Agatha impulsó a Lucía a repartir sus
riquezas entre los pobres en signo de agradecimiento. Esta acción molestó tanto a su
prometido que la denunció a las autoridades acusándola de cristiana. Al negarse a abjurar
de su fe, fue atada sobre una yunta de bueyes que debería arrastrarla hasta un prostíbulo
pero Lucía se mantuvo firme y no pudieron moverla. Entonces fue torturada y muró
finalmente con un puñal. Lucía suele llevar la palma del martirio y sólo se representa la
herida. Sin embargo su atributo personal es un platillo o fuente en la que aparecen sus dos
ojos. Ni en las antiguas pasiones, ni en las leyendas doradas se habla del tormento de
sacarle los ojos. Al parecer el atributo no tiene otro fundamento que su nombre derivado de
la luz, y por esta razón se la ve tan bien representada con una lámpara o linterna encendida.
Es invocada como protectora de las enfermedades de la vista. Por eso cuando tienes mal en
los ojos le pides a Santa Lucía por ellos. Es la protectora de la vista y de la luz.
Y continuando con el análisis del retablo central de la iglesia de Atzaneta
relataremos que después de la guerra comenzaron las reposiciones de todos aquellos
elementos que fueron expoliados.
En los extremos predela aparecen unos querubines de gran tamaño, uno a cada
lado a modo de atlantes que simulan soportar la estructura del retablo. Se sitúan debajo de
cada una de las seis columnas salomónicas unos angelotes.
Estas tallas son en parte originales y en parte reposiciones aunque su aspecto
26 inicial indica una fuerte intervención de retoques en escayola. En las calles laterales de la
predela aparecen ménsulas con pequeñas figuras de los cuatro evangelistas, colocados por
parejas ninguna de ellas es original.
En estas citadas calles se puede observar la impronta de elementos antiguos que
perdidos ya no se han podido reponer. A la izquierda y derecha de la parte frontal de la
predela aparecen dos puertas en arco de medio punto no originales. Son de madera maciza
con fondo dorado policromado al agua, representan dos figuras en alto relieve de San Pedro
y San Pablo respectivamente.
En el centro donde hoy en día se ubica una tabla de finales del siglo XIX
27 advertimos que se trata de una zona muy alterada a juzgar por la única foto antigua de que
disponemos para comparar, no obstante debajo de la tabla todavía quedan las marcas de la
antigua ubicación del altar.
Todas las tallas originales del cuerpo central del retablo se destruyeron durante la
guerra civil española y han ido siendo repuestas posteriormente con piezas de nueva
factura. Hoy en día encontramos de izquierda a derecha las siguientes figuras:
- En la calle del extremo izquierdo aparece San Juan Bautista, la siguiente calle
aparece vacía.
- Originalmente esta calle estaba ocupaba por un alto relieve de San Gregorio y
hoy ocupa su lugar una tabla lisa dorada y con decoraciones de estofado.
- La hornacina de la calle central que se encuentra ocupada con una talla de San
Bartolomé en la actualidad fue originalmente el lugar reservado a la antigua virgen de los
Ángeles. Incluso todavía hoy se conserva la base original sobre la que reposaba la estatua
de la virgen.
- A continuación aparece de nuevo una calle vacía, en la que en el pasado había un
alto relieve de San Antonio.
- Por último en la calle lateral una figura de San Sebastián.
En el momento que empezaron a restaurarse los elementos del retablo se
empezaron a encontrar grandes y numerosas zonas repintadas e incluso las zonas de bol
entre los panes de oro de los fondos han sido intervenidas con anterioridad. En algunas
partes se apreciaba la superposición de intervenciones sobre la policromía original,
detectándose una primera capa de color gris cubierta con rojo y plata, también elementos en
oro y sobre todo esto estucados de color ocre acabados con purpurina. En general los
28 retoques con purpurina se localizaron por todas las superficies del retablo ya que este
elemento artístico se oxidaba con facilidad. El acabado de estos repintes es bastante
irregular, invade juntas y se sitúan a un nivel más alto creando relieves diversos. Están
repintadas completamente las coronaciones de las figuras originales del retablo, incluyendo
todos los relieves de querubines. Sus ropajes presentan repintes de tipo puntual. Los
cortinajes de las hornacinas de San Juan y de San Esteban se encontraron completamente
repintados cubriendo totalmente sus decoraciones originales.
La parte exterior presenta dos capas de pintura roja y la interior una de color azul
que cubre completamente el blanco original.
Hasta aquí hemos descrito el retablo o altar Mayor de la Iglesia de Atzaneta.
En la misma Iglesia, junto al retablo Mayor barroco, coexiste un altar pequeño
donde se ubica una imagen de madera del siglo XIV, llamada la Virgen de Belem.
También nos encontramos en la misma un pequeño museo con piezas valiosas
entre las que destaca una bandera que se cree que fue estandarte de la Batalla de Lepanto.
Ha sido un objeto que ha despertado mucha curiosidad entre los vecinos del pueblo y los
visitantes al mismo, preguntándose qué personaje, militar o vecino trajo esa bandera al
pueblo. Existen ciertas leyendas, opiniones y respuestas pero ninguna satisfactoria o por lo
menos con signos de veracidad a esa cuestión.
Son más de cuatro siglos los que nos separan de aquel 7 de Octubre de 1571 en el
cual se produjo la batalla de Lepanto. Unos dicen que la trajo un soldado, pero ¿quién era?
¿Sería para entregarla a alguien? ¿Sería para la Iglesia como ofrenda debido a una
promesa? ¿Era un objeto perdido encontrado por un vecino? ¿Fue traído para decorar un
hogar como recuerdo? Una de esas leyendas cuenta que en mayo 1572 el gobernador del
Maestrazgo y Teniente General de la Orden de Montesa Don Pedro de Rojas y Ladrón se
casaba con Francisca de Borja por lo que aviva el dilema la pregunta ¿sería la bandera un
29 obsequio del gobernador para su novia? En esa línea de posibles respuestas otra más
adquiere más verosimilitud, en el año 1571 era gobernador de Atzaneta y Vistabella, Don
Pedro de Borja Caballero de Montesa, casado con Isabel de Borja y Llansol pariente del
antepenúltimo Maestrat: Francisco Llansol y Romaní (1537-1544) ¿Le traería el obsequio
de la bandera como recuerdo de la gran batalla? Hay muchas preguntas que quedan en el
aire sin tener respuesta.
Descripción de la Bandera.
En el centro, uniendo los ángulos del cuadrado de lado amarillo, se ve la Cruz de
Borgoña en trazos rojos. Era la insignia o la bandera del tercio restante, símbolos de los
30 Caballeros de Montesa. La cruz del círculo central está formaba por cuatro espadas o
sables. Las empuñaduras tienen la flor de Liz o de lirio, y se puede ver en ello una alusión a
la Trinidad Divina y al sacrificio Santo. Son flores abiertas a la fuerza de lo alto que nos
impulsa a cambios por dentro y mantener nuestro honor a abrirnos a los valores humanos.
Nuestros sentimientos no serian partidistas si no universales. Los triángulos entre espadas
alternan los colores blanco y negro, los primeros indican pureza, virginidad, los segundos
representan tristeza. La túnica del Caballero de Montesa es de color negro, su manto
blanco.
La cruz que forman los sables o espadas significaba “elegido de Dios”, sus
corazas eran triangulares, espadas y corazas a la vez eran símbolos que indicaban la
necesidad de defender y combatir a los bárbaros o paganos. La línea curva de los círculos
que tiene la bandera representa lo sobrenatural. Alrededor del primer círculo se puede
apreciar toda una serie de puntos. Llegamos a contar hasta diez entre espada y espada,
cuarenta en total. Curiosamente cuarenta son las cuentas del rosario que acostumbraba a
rezar el Papa San Pío V. Envolviendo este círculo hay un anillo central blanco del cual
brotan cuatro triángulos. Los cuatro forman a su vez una cruz que representa el devenir del
mundo, de todo lo creado. Su color es azul y en el centro todos llevan un signo o dibujo que
asemeja una letra “M”. Tal letra se puede interpretar como alusión a María, a su manto y a
la virgen de Montesa.
También puede interpretarse el color azul como símbolo propio de la orden de
Montesa, color que distinguía a los barcos que navegaban a las ordenes de Don Juan de
Austria. Los triángulos que envuelven los círculos símbolos trinitarios, forman a su vez una
cruz.
En definitiva, no dejan de ser representaciones de los símbolos universales de la
eternidad: perfección divina y armonía universal.
Muy pocos museos pueden enorgullecerse de poseer alguna de las banderas que
31 ondearon en el fragor de la batalla de Lepanto.
La iglesia de Atzaneta conserva todavía una de estas banderas y muchos de los
actuales vecinos del pueblo lo ignoran.
Para comprender todo el simbolismo que encierra hay que retroceder cuatro o
cinco siglos y estudiar la mentalidad de aquel tiempo, tan diferente y tan distante de la
actual. Sirva como ejemplo el hecho de que incluso las Órdenes Militares tenían alfabeto y
escritura propios. Los de la Orden del Temple usaban entre ellos todo un alfabeto de signos,
ángulos y punto. Según la posición que ocuparan éstos podían significar una letra u otra.
De la existencia de la bandera y de su conocimiento queda constancia ya que ésta
se utilizaba para celebrar la fiesta conmemorativa del 7 de octubre. Para devoción de la
Virgen del Rosario se sacaba la bandera colocándola desplegada en un mástil y
permaneciendo todo el día a la vista de los fieles. Al finalizar la jornada se plegaba, se
colocaba en una caja que a su vez la albergaría otra de mayor tamaño y de madera. Una
familia del pueblo fue elegida encargada de orquestar toda esta parafernalia y se
preocupaba también de ornamentar el altar de la Virgen del Rosario. Con el paso de los
años los miembros de la familia custodia fueron desapareciendo hasta que al final quedo
bajo la tutela del Sr. Cura, Párroco de Atzaneta, Mosen Osvaldo Giner. Tal fue la
preocupación del citado religioso tutelante que mandó llamar a un sacerdote muy avezado
en las artes sacras, conocido por Mosen Culebras, para que valorase, examinase y
clasificase la bandera. Tal era la reputación artística del tal Culebras que infinidad de
vecinos aprovecharon la ocasión para que el especialista autentificase y valorase objetos,
cuadros y reliquias.
La bandera de Lepanto fue objeto de estudio del afamado perito sacro y su primera
actuación consistió en cortar unos pequeños filamentos de seda de la misma y enviarlos a
Barcelona para que fueran analizados y comparados, esos pequeños fragmentos, con una
muestra de otra de las Banderas que aún se conservaban en la Ciudad Condal.
32 Los análisis fueron concluyentes: Los filamentos de tela de seda enviados
resultaron ser idénticos y cronológicamente fechados en la misma época que en los que se
encontraban en Barcelona. Nuestra bandera ondeó sin duda en la batalla de Lepanto.
A tenor de los resultados, el siguiente párroco del municipio Mosén Jesús Miralles
entendió que el valor de la reliquia justificaba que ésta fuera enmarcada y colgada en una
de las paredes del museo de la iglesia, tal y como está ahora, que seguir con la tradición de
envolverla y guardarla en sendas cajas.
Hoy en día, la bandera de la batalla de Lepanto ya no se utiliza para conmemorar
las fiestas de la Virgen del Rosario, quedando relegada en el museo sólo para ser
contemplada, por curiosos y visitantes.
El pueblo de Atzaneta debería estar orgulloso de poseer tal reliquia como tesoro,
ya que con toda seguridad nuestros antepasados lucharon en esa renombrada batalla (es
digno de nota que el famoso e ilustre escritor de la obra más insigne de la literatura
universal, El Quijote, Don Miguel de Cervantes Saavedra, participó en dicha batalla. Fue en
ella donde se le hirió en el brazo izquierdo detalle que justificó el que se le conociera como
el “Manco de Lepanto”).
En el término de Atzaneta nos encontramos la Ermita del Castell. En ésta hubo un
incendio y se quemaron algunos cuadros y parte de una tabla que se encontraba en dicha
iglesia, concretamente en el altar de San Antonio, suponemos fue el primitivo retablo del
altar mayor (además del retablo de Santos Juanes ubicado en el museo parroquial antes
descrito). Representa, la tabla central, el Bautismo de Jesús en el río Jordán allá en
Palestina consagrado por el Bautista; primorosa esa imagen central del bautismo de Jesús;
la tabla de la derecha reproduce a San Juan Evangelista y la de la izquierda a San Onofre y
en la espiga la sepultura del Señor con la Virgen, San Juan y la Magdalena.
33 El anterior citado retablo mide 1,71 de ancho por 2,30 de alto. El anónimo pintor
del dibujo recio y vigoroso, no es ajeno a la escuela de Bartolomé Bermejo.
Tiene el bancal sagrado tres compartimientos, el central representa el festín de
Herodes, el de la derecha a San Roque y el de la Izquierda la muerte de San Onofre.
Como ya hemos ido explicando, el retablo principal de la Iglesia de Atzaneta es
máximo exponente del arte barroco. Si bien este movimiento artístico imperó en la
construcción de gran parte de las ornamentaciones de los templos de esta provincia, ya
adentrándonos en el siglo XIX se empezó a relacionar al barroquismo como una tendencia
decadente e incluso corrompida.
Durante muchos años se fue ignorando el estilo barroco o a lo sumo aceptándolo
como un mal menor que sirvió de puente entre el clasicismo, Renacentismo y el
neoclasicismo del siglo XIX.
No sería hasta la llegada de las nuevas vanguardias como el dadaísmo y el
surrealismo cuando se volvió a dar valor y primacía a lo sensorial sobre lo racional.
Desde esta nueva óptica ha sido reivindicando el Barroco con un movimiento
coherente y lúcido.
Pero sin embargo, el Barroco no termina de progresar técnicamente en ninguna de
las artes. En arquitectura se mantiene el esquema del siglo anterior. En pintura se sigue
representando figuras con fingimiento de realidad al que contribuye la perspectiva lineal
siendo más la aérea y el calor oscuro. En escultura se siguen los mismos principios
figurativos y en cuanto a los materiales se siguen utilizando los mismos, mármol y bronce
principalmente. Habrá que esperar unos años, final del siglo XIX, para volver a lo instintivo
y sensual, con todo el simbolismo que las nuevas artes modernas definitivamente nos
llevaran a un camino desligado de los esquemas clásicos.
34 El estilo Barroco nace en Italia al amparo de los nuevos mecenas entre los cuales
los papas son los más importantes. De tal manera que no es de extrañar que el arte barroco
mantenga unos esquemas clásicos en los que prevalece la iconografía religiosa, si bien el
barroco italiano nunca llegaría a la exuberancia hispana ni a la frivolidad francesa. A modo
de ejemplo de lo anteriormente citado el barroco sevillano efectúo una síntesis de lo
morisco y lo plateresco obteniendo una envidiable, profusa y feliz combinación. En Galicia
y particularmente en Santiago de Compostela nos hallamos ante una escuela regional en la
que el barroco alcanzas notas de gran originalidad, la dureza del granito que se utilizaba
como material de construcción obligó a los arquitectos a poner límites a la ornamentación
que es sustituida por combinaciones de figuras geométricas. Serían éstos artistas de la
primera de las tres generaciones de arquitectos compostelanos. Por otra parte en Santiago
de Compostela se puede admirar la grandeza espacial del urbanismo barroco en las célebres
plazas del Obradoiro y la Quintana. Cabe destacar la oposición que se encuentra entre los
exteriores e interiores proyectados por el barroco francés, siendo los últimos profusamente
decorados en contraste con los primeros que mantenían una relativa pureza clásica.
Italia impondrá un nuevo modelo, pero siempre procederá con moderación, quizás
por su natural espíritu de equilibrio. El máximo exponente de la imaginería barroca fue
Juan Lorenzo Bernini. Hombre moderno y de amplio espectro de actividades plásticas, no
en vano fue escultor, pintor, decorador, urbanista y por supuesto también arquitecto.
Educado en el espíritu jesuítico alcanza profundamente el sentido contrarreformista y logra
reflejar admirablemente las pretensiones del poder de la Iglesia.
Los antecedentes más claros los encontramos en Vignola, De Giacomo de la Porta,
y Carlo Maderna. Del primero ya vimos su Iglesia del Gesú, en Roma cuya fachada
principal debemos a De Giacomo de la Porta, en la que incorpora ménsulas invertidas que
contribuyen a unir el cuerpo ático con el resto. Siendo esta solución arquitectónica tema de
inspiración de numerosas obras barrocas.
35 Felip Juvara (1736) fue el mejor representante del nuevo sesgo que toma la
arquitectura tras los pasos de Borromini. El temple clásico de Roma, que representa este
autor, reclama un reposo entre tanta dislocación. En este siglo se reduce la agresividad de
los elementos arquitectónicos empleados en fachadas e interiores y se cuida la decoración.
Por otro lado abandonaron los excesos de curvas en entablamentos, frontones y en
las plantas se vuelve con frecuencia al rectángulo, detalle que ya presagia el advenimiento
del neoclasicismo de finales de siglo.
El artista Juvara, que nace en Mesina, estudia en la Roma seiscentista, recala en
Portugal y de aquí hasta su muerte residirá en España en 1736. Su obra religiosa más
importante es la basílica de Superga de Turín aunque la planta en forma en forma de
octógono y regular pertenezca más al lenguaje barroco concebirá el pórtico como un algo
clásico. Este arquitecto aunque relevante destacó sobre todo como constructor de palacios.
El Barroco si bien no está tan preocupado por la idea de la belleza como por la
comunicación frontal y directa recurre a mil sutilezas y efectos casi siempre escenográficos.
El naturalismo característico del barroco favorece el arte del retrato que, aunque
obtuvo su máximo esplendor en el Renacimiento, alcanzará cotas inimaginables durante el
barroco. (Es importante en ese periodo la faceta de Bernini como retratista). Sin embargo
como mejor se pone de manifiesto el sentimiento escenográfico barroco es en los conjuntos
sepulcrales que se realizan: sirva de ejemplo el de Urbano VIII, y el de Alejandro VII en
San Pedro de Roma. Con todo ello es natural que al Barroco se le identifique como una
puerta abierta a la fantasía y libertad creadora. Forma de proceder que se acentuará en la
dimensión pictórica del barroco.
En el Barroco se enfatiza la selección delante/detrás y la pintura parece poseer tres
dimensiones.
36 Hemos visto que la perspectiva había constituido una obsesión para los maestros
del siglo XV e incluso del siglo XVI pero en esos años la superficie, el plano próximo al
espectador, retenía el acento del cuadro y paralelos al plano superficial, otros contenían
escenas o un paisaje.
En el siglo XVII la correlación de planos se rompe porque la tela se concibe como
un volumen en cuyo seno las formas se distorsionan de manera continua, como en una
realidad sin planos.
Los procedimientos para obtener la tercera dimensión, es decir, la sensación de
volumen, son diversos, incluso se pueden utilizar líneas convergentes. En la pintura barroca
la luz y el juego de las sombras adquieren un papel hasta entonces inédito. La forma se
subordina a la luz a través de la combinación de claros oscuros se desencadenan las formas
por debilidad o intensidad por centelleo luminoso.
Técnicas trasladables también a la arquitectura. Las construcciones barrocas
españolas se diseñaron con toda la fantasía ornamental sin embargo no se atrevieron a
modificar sustancialmente las plantas tal como lo hicieran los italianos.
Uno de los primeros arquitectos que se despejaron de la austeridad fue Juan
Gómez de Mora. Autor de la portada del Convento de la Encarnación de Madrid enmarcada
dentro de la corriente purista. Pero en 1617 realiza la Clerecía de Salamanca, Gran Colegio
de la Compañía de Jesús, y prototipo del barroco equilibrado. Otro interesante monumento
barroco de este momento es la Sacristía del Monasterio de Guadalupe, que a pesar de lo
profundo de su decoración se encuentra enmarcado en severas líneas arquitectónicas. Su
decoración recuerda las líneas renacentistas y es ejemplo del barroco plateresco que tanto
arraigo tuvo en España.
Narciso Tomé es padre de otro grupo de arquitectos decoradores. Extremadamente
37 barroco fue quien mejor supo expresar el nuevo lenguaje que proponía el barroco italiano.
Su obra fundamental es el Transparente en la Girola de la Catedral de Todelo, representa el
pan de la sagrada comunión a la humanidad. Nunca se había utilizado en España el barroco
con tanta vehemencia, en esta obra las tres artes plásticas quedan integradas en un solo
lenguaje expresivo.
Llegamos a Pedro a Riera (Muere en 1742).
Es el más importante arquitecto de todo el barroco español, hombre de insólita
imaginación creadora y un excelente ingeniero constructor. En su obra no se limita a los
aspectos únicamente decorativos sino que demuestra poseer un gran sentido del espacio y
de las estructuras internas. También en Madrid, ciudad a la que da una inconfundible
fisonomía, aquello a lo que se le ha dado llamar “barroco madrileño” variedad estilística
que utiliza todos los elementos ornamentales del estilo Churrigueresco. Es esencial en este
estilo el empleo del baquetón o moldura cilíndrica muy gruesa que se retuerce o se encurva
enmarcando siempre puertas y ventanas. Son ejemplo interesantísimo las numerosas
portadas madrileñas del antiguo Hospicio, la del Cuartel Conde Duque, o la de la
Magdalena.
Es natural, pues, que al hablar de la arquitectura y arte barroco hayamos
encontrado toda esa profusión decorativa, ornamental y grandilocuente ya que para la
historia del arte, barroco significa una puerta abierta a la fantasía y a la libertad creadora.
Esa misma sensación es la que nuestro espíritu y sensibilidad encuentran al atravesar las
puertas de la iglesia del San Bartolomé de Atzaneta.
38 39 3. CONCLUSIÓN.
De nuevo me doy cuenta de que uno no sabe de lo que es capaz hasta que se pone a
ello. Hace unas semanas y ante la primera página en blanco de lo que sería este trabajo,
reconozco que sentí temor ante el primer estudio serio frente al que me encontraba.
Realmente no sabía por dónde empezar. Pero finalmente hoy concluyo un análisis sobre un
tema que, además de un reto personal, me ha hecho apreciar algo que he tenido siempre
frente a mis ojos.
A partir de ahora esa Iglesia que veo a través de mi ventana ya no volverá a ser la que
era, mi visión se ha ampliado, soy capaz de admirarla de otra manera, y así también podré
trasmitirlo a los demás.
El examen exhaustivo que he realizado en este trabajo me ha hecho sentir bajo la
mirada de la Mare de Déu. Y no es por otra razón que el encontrar y admirar cada una de
las obras de arte que encierra la Iglesia de San Bartolomé me hace apreciar desde lo
profundo esa Iglesia Parroquial, de estilo renacentista del siglo XVII, el gran tesoro de
Adzaneta.
Por fuera no es muy llamativa pero por dentro tiene su encanto y admirar su
grandioso retablo barroco de 1744 me llena de gozo.
La imagen del Cristo de la Piedad, obra de Juan Muñoz o alguno de los formados al
lado de Gregorio Sánchez del siglo XVII es simplemente bella...
La imagen de la Virgen de Belén del siglo XIV, irrepetible. Un tríptico de los
llamados de Artesa y lienzos de la escuela valenciana, así como vasos sagrados de los
siglos XV y XVI, la bandera de la guerra de Lepanto todo un hallazgo que desconocía.
40 Me parece importante leer un poco de la historia de los edificios para entender lo que
vemos e imprescindible su visita.
Es imperdonable perderse este lujo.
El conocimiento, el estudio, la investigación y el análisis no deberían tener edad. La
información amplía la mente, la capacidad de entender el mundo y como no también el
espíritu. Tras estos tres años en la universidad me siento mucho más abierta y comprendo
mejor todo lo que me rodea. Es una experiencia que recomiendo encarecidamente a todas
las personas de mi edad, más y cuando, al igual que yo, no tuvieron la oportunidad de
hacerlo en su día.
El esfuerzo ha sido grande pero ha valido la pena. Estoy satisfecha.
41 4. BIBLIOGRAFÍA.
¾ El arte barroco en España y Portugal. Henri y Anne Estierlin.
Barcelona, 1994.
¾ Historia del Arte. Fernández, A.; Barnechea, E; Haro, J.
Editorial Vicens Vives.
¾ La bandera de Lepanto de Atzaneta. Federico Moliner.
o Información del Retablo Mayor de la Iglesia de Atzaneta,
Mosén Pepe (párroco de Atzaneta)
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