María Fernanda muños Atuesta Curso de autodesarrollo y crecimiento humano Auto desarrollo y crecimiento humano Quiero empezar este escrito, agradeciendo a los psicólogos, trabajadores sociales y demás funcionarios que tuvieron la disposición de dirigir el curso. También, quiero agradecer al bienestar universitario y a la universidad como tal, que al prestar sus aulas hizo posible que los cursos de auto crecimiento y desarrollo humano fueran dictados a la facultad de humanidades. Pues bien, este curso proporciono muchas herramientas mi vida; herramientas que me sirven de apoyo en el transcurso de me carrera y me serán de gran ayuda para ir escalando los peldaños de mi proyecto de vida. Una de esas herramientas es la de tomar conciencia de que “yo soy un templo”. Por tal razón, es menester cuidarlo y procurar tenerlo en armonía. Es decir, “auto conservación”. Teniendo en cuenta esto, la auto conservación sería por así decirlo, los pilares que nuestro cuerpo necesita para llevar a cabo todas las actividades que se presentan en nuestro camino. En otras palabras, necesitamos dar un buen trato físico, espiritual, mental y social a nuestro cuerpo, para que este pueda dar óptimos resultados en los diferentes ámbitos en los cuales nos desempeñamos. Pues, a veces creemos tener el camino correcto para llegar a nuestras metas. Pero, nos falla el motor principal; ese motor tan esencial que iba a permitir llevar a cabo todas las actividades presentadas. Debido que, no le hemos dado tiempo para un descanso, lo hemos “recargado” o alimentado y mucho menos llevado a una revisión. Por tal razón, ese motor “cuerpo” se avería. De otro lado, quisiera agregar que este curso de auto desarrollo y crecimiento humano me proporcionó principalmente unas bases para mi proyecto de vida. También, me dejo en claro que, no debo de hacer las cosas por las calificaciones u honores que pueda obtener sino por lo que pueda aprender y colocar en práctica o más bien, por el conocimiento que pueda multiplicar. Ya que, hoy en día, casi todos buscan el sobresalir ante los demás, sin importar dejar atrás el “ser humano”. Pues, muchas veces actuamos como maquinas “comiendo” la información y así mismo “botándola”, sin procesarla… sin pesar, si lo que voy a decir o hacer afectará a otros, y, eso hacemos las personas en la mayoría de ocasiones, todo lo tomamos tal como nos llega y, así lo transmitimos a los que nos rodean, convirtiéndonos en “maquinas humanas”, sin sentimientos, convirtiéndonos solo en “materia pensante”, que lo único que hace es ir en una desenfrenada carrera hacia el éxito, sin importar a cuantos individuos tengan que pasar por encima, con tal de ganar una tonta competencia en la cual hay un solo soberbio participante. Mientras que, si pensáramos en hacer un buen provecho de los conocimientos adquiridos, procesándolos y transmitiéndolos en un lenguaje simple; un lenguaje que en la mayoría de ocasiones sin buscar el éxito nos lleva a él. Pero, ¿Qué ha ocasionado en el mundo esa desenfrenada carrera hacia el éxito? Pues, lo que ha conllevado a gran parte de la humanidad a competir en esa tonta carrera ha sido la creación de lugares, niveles o castas… entre otros, que solo traen consigo división. Ya que, la mayoría piensan en obtener el primer lugar sin importar cómo y qué tengan que hacer para ello. Debido que, la mayoría piensan que al obtener le primer lugar, serán los “grandes” e “intocables” que superan a toda glorias a los otros, y que por este motivo todos deben de verle como a un “dios”. Pues, si se obtiene un lugar diferente, eso ni hablar, se pierde la competencia, esa absurda competencia que va creando falsedad en el ser humano, y, que a su vez, obliga a encubrir mi verdadero “yo” para presentar ante los demás una falsa “perfección” por miedo al rechazo, ya que, si me muestro tal como soy, con mi verdadera personalidad, nunca alcanzaré el éxito y seré un fracasado para el resto de mis días. Pienso que, al mostrar un “yo falso” ante la humanidad, me estoy destruyendo a mí mismo, pues así, estoy mostrando desconfianza ante la persona que soy y puedo llegar a ser pero, nunca dejando atrás el hecho de que soy un ser humano que piensa y siente. El pensar en obtener el éxito ha llevado a muchas personas a no vivir el presente, por estar pensando en que hará con el futuro que aún no le ha llegado y, cuando le llega ese “futuro” tan planeado y esperado, vienen los problemas. Ya que, se pasaron cada momento del presente anticipando problemas para el futuro, en lugar de construirlo. “el secreto de la salud tanto para el espíritu como para el cuerpo es no lamentarse por el pasado, no preocuparse por el futuro, no anticipar los problemas, sino vivir el momento presente de la manera más sabia y sincera”1. Cuando vivimos el presente, los problemas, preocupaciones, ansiedades, decepciones, miedos, desamores, peleas, las peores facetas para con los demás desaparecen, ya que, cuando vivo el ahora de la manera más sabia y sincera, “nunca trato de ser lo que no soy, admito ser parte y no el todo, ser muchas cosas y una sola, porque no soy más de lo que soy, pero tampoco soy menos”.2 La psicóloga me preguntará: ¿por qué no hice las tres páginas que se pedían? Y yo le responderé: “la idea, no es escribir carreta sino lo que verdaderamente se haya interiorizado del curso, lo que considere relevante para mi propia vida”. En conclusión, este curso es de suma importancia para el desarrollo del individuo como persona en la sociedad. 1 2 Buddha. De la niñez a las estrellas, suramericana 2004. Jorge Bucay, cartas para Claudia, editorial integral, buenos aires argentina 2004. Luisa Fernanda Galindo corrales Código: 1324428 Profesional en filosofía Universidad del valle