20 de enero batalla de Yungay

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BATALLA DE YUNGAY:
CONMEMORACIÓN DEL DÍA DEL ROTO CHILENO.
(20 de enero de 1839)
Veteranos que combatieron en Yungay, frente al monumento del Roto Chileno, en Plaza Yungay,
Fotografía Miguel Rubio.
Colección Archivo Fotográfico. Museo Histórico Nacional.
Departamento Educativo
Museo Histórico Nacional
El Ministro Portales y el Mariscal Santa Cruz:
Diego Portales, que ostentaba el omnipotente grado de ministro Plenipotenciario
(a cargo de los ministerios de Interior y Relaciones y de Guerra y Marina), desde esta
posición emprendió una prolija actividad. En temas referentes a política internacional,
el ministro consideraba que Chile debía desarrollarse entre las cordilleras y el mar y
basar su porvenir en la expansión económica y comercial sobre el Pacifico, Valparaíso,
con sus almacenes francos, debía ser el gran puente del comercio.
Pero estos planes debían estrellarse con las ideas del Mariscal Boliviano Andrés
de Santa Cruz, quien estaba empeñado en crear en el norte una gran potencia capaz de
ejercer la hegemonía en el Pacifico. Tal sería la Confederación Perú-Boliviana. La
columna vertebral de su proyecto era el reestablecimiento del imperio incaico.
Ya antes de la conformación de la Confederación existían temas pendientes con
el Perú, asuntos de orden económico y políticos. Las negociaciones para solucionar
estas dificultades no dieron resultado, y entre los dos países empezó una verdadera
guerra de tarifas, en la cual, mientras el Perú asignaba un impuesto alto al trigo chileno,
Chile hacia igual cosa con el azúcar.
Portales,
comprendiendo desde su punto de vista chileno lo peligroso que
resultaba que la Confederación se consolidara y a pesar de las protestas de pacifismo
por parte de Santa Cruz, el ministro se propuso destruir la alianza y para tal efecto envió
como ministro plenipotenciario a Mariano Egaña; las negociaciones no fueron
satisfactorias y Santa Cruz se negó a aceptar la disolución del nuevo Estado y Egaña
hubo de declarar la guerra en 1836.
Ministro Diego Portales. Óleo de Camilo Domeniconi, 1835.
Colección Archivo Fotográfico. Museo Histórico Nacional.
Mariscal Andrés de Santa Cruz. Fotografia Hermanos Courret, Lima
Colección Archivo Fotográfico. Museo Histórico Nacional.
Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana y la Batalla de Yungay (18361839):
La guerra resultaba ser impopular, pues el pueblo no podía comprender que se
expedicionaria a tierras tan lejanas. Además dentro del propio ejército de Chile había
opositores de la campaña del Perú.
El 3 de junio de 1837 pasaba revista el ministro Portales a las tropas en Quillota,
cuando fue rodeado y apresado. El jefe del motín era el coronel José Antonio Vidaurre.
Las tropas sublevadas se dirigieron a Valparaíso, donde se llevó a cabo un combate. El
ministro Diego Portales fue hecho asesinar por la tropa.
El asesinato de Portales, realizado por individuos faltos de propósitos definidos,
causó el más profundo dolor a los amigos del gobierno; los culpables y los autores del
crimen fueron considerados traidores al servicio del enemigo.
El gobierno decidió continuar con la guerra; un pequeño ejército de 2.800
hombres, al mando de Blanco Encalada, zarpó desde Valparaíso en 1837. El ejército
chileno desembarcó en la costa peruana y la promesa de encontrar la adhesión de los
opositores a Santa Cruz, se frustró. Ante la superioridad del enemigo, Blanco firmó el
tratado de Paucarpata, que entre sus dispociones establecía, la paz entre Chile y la
Confederación y el regreso a su patria del ejército chileno.
El tratado de Parcarpata fue rechazado con indignación por el gobierno y por el
pueblo de
Chile. El ejército había regresado sin combatir y aquella afrentosa
humillación fue titular de todos los diarios de la época.
Resuelta por el gobierno la prosecución de la guerra, el ejército fue elevado en
5.400 hombres y confiado al general Manuel Bulnes Prieto, sobrino del presidente en
ejercicio.
Después de desembarcar en Ancón, se llevó a cabo un combate en la Portada de
Guías, después de lo cual el ejército Chileno resolvió ocupar Lima.
A esto siguieron los combates de Matucana y Buin.
Bulnes decidió trasladar las tropas más al norte, a un valle fértil y de mejor
temperatura. Lo recorre el río Santa y en él se encuentra la aldea de Yungay.
Santa Cruz había ocupado y fortificado excelentes posiciones en Yungay y el
cerro llamado Pan de Azúcar por su forma cónica y elevada que lo hacía inexpugnable.
Bulnes se veía obligado a atacar sin pérdida de tiempo, antes de que se agotaran sus
recursos y quedara aislado de la escuadra en el mar.
Después de un ligero tiroteo, se efectuó el asalto del Pan de Azúcar por una
parte de la infantería. En ella iba la famosa cantinera Candelaria Pérez, la heroína de
este combate, más conocida después por “la Sargento Candelaria”.
Pronto se generalizó el combate en todos los frentes, hasta que el campo quedó
en manos de los chilenos, mientras Santa Cruz emprendía precipitada fuga. En la batalla
combatieron 6.000 hombres por cada lado y se convirtió en una de las más sangrientas
de la historia americana, pues se contabilizaron 1.600 bajas para los confederados, y
Bulnes no menos de 1.500. El triunfo chileno significó la inmediata disolución de la
Confederación.
El triunfo de las armas chilenas en Yungay produjo la unidad nacional; el amor a
la patria y el cariño al suelo natal se convirtió en el sentimiento de nacionalidad.
El pueblo chileno experimentó la sensación de su fuerza y la confianza en sí
mismo. A partir de los triunfos en la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana
aparecieron los héroes verdaderamente populares, como la célebre Sargento Candelaria
y el valeroso mapuche Colipí, hijo de un toqui de Arauco.
Todos estos sentimientos nacionalistas, patriotas y populares, hallaron su más
amplia expresión en las estrofas de la Canción de Yungay, música de José Sapiola y
letra de Ramón Rengifo.
La celebración del Día del Roto Chileno se lleva a cabo cada 20 de enero en la
Plaza Yungay en Santiago, en ella participa la comunidad recordando el glorioso día en
que los sencillos ciudadanos se alistaron en las filas y fueron a combatir por su patria.
Manuel Bulnes Prieto. Óleo de Raymond Monvoisin.
Colección Archivo Fotográfico. Museo Histórico Nacional.
Monumento al Roto Chileno, Plaza Yungay; Santiago 1940.
Fotografía Archivo Fotográfico. Museo Histórico Nacional.
Fiesta del Roto Chileno, Plaza Yungay, 1947.
Fotografía Miguel Rubio. Colección Archivo Fotográfico. Museo Histórico Nacional.
Misa en fiesta del Roto Chileno. Plaza Yungay, 1947. Fotografía Miguel Rubio.
. Colección Archivo Fotográfico. Museo Histórico Nacional.
Publico asistente a fiesta del Roto Chileno. Plaza Yungay, 1947. Fotografía Miguel Rubio.
. Colección Archivo Fotográfico. Museo Histórico Nacional.
Niños corren durante una competencia por celebración del día del Roto Chileno en Plaza Yungay, 1947.
Fotografía Miguel Rubio. Colección Archivo Fotográfico. Museo Histórico Nacional.
“El Roto Chileno”
Escultura de Virgilio Arias, 1882.
Instalada en 1888 en la Plaza Yungay de Santiago.
Colección Archivo Fotográfico. Museo Histórico Nacional.
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