acerca del perdon - MIS HEREJÍAS: Siglo 21

ACERCA DEL PERDON
Por: Sant Ajaib Sing Ji. (Apartes del Satsang de preguntas y respuestas de Marzo 26 de 1989 en
Rajastan, India). (GOOGLE). Blog: Mis Herejías Siglo 21.
Documento en tres paginas.
Bueno, ahora pueden hacer sus preguntas.
Pregunta: Cuando una persona me hiere hondamente,
siento que debo perdonar y puedo decirle que la
perdono, pero en lo profundo de mi corazón no sé cómo
perdonar ni olvidar. Por favor ayúdame a entender
cómo hacerlo.
Respuesta: Todos las satsanguis deberían
entender muy bien la respuesta que se da a esta
pregunta porque el perdón es un elemento muy
importante en el Sendero De Los Maestros. Después
de perdonar a una persona ustedes deberían olvidarse
por completo que la han perdonado, porque
si
empiezan a pensar en la capacidad de perdonar que
han desarrollado, o en la forma como la persona aceptó
el perdón, o que quizá se aprovechó de eso, es posible
que la mente los siga molestando
y aumente en
ustedes el sentido del ego, incluso podría causarles más
problemas y hacer que ustedes en el fondo no
perdonaran a esa persona. Por eso, cuando perdonen no deberían acordarse siquiera en sueños
de haber perdonado a una persona.
Después de perdonar a alguien por alguna falta que ha cometido uno jamás debería
volverse a acordar de sus faltas. Pero lo más importante que deben recordar es que cuando estén
en una situación de tener que perdonar a una persona deberían recordar La Forma Del Maestro y
perdonarla solamente si sienten que lo están haciendo delante de La Forma Del Maestro.
Deberán decirle que no son ustedes los que conceden el perdón si no que es el Maestro mismo el
que lo está haciendo; porque si se atribuyen ustedes el mérito de perdonar a una persona, es
posible que el ego los persiga y los siga molestando; en cambio, si le dan el mérito al Maestro y
dicen: El Maestro dentro de mi es quien te perdona evitarán muchas dificultades con el ego.
Ustedes bien saben que nosotras las yivas (almas), no valemos nada ni tenemos la
capacidad de perdonar a nadie; por lo tanto, en vez de atribuirnos cualquier mérito por haber
perdonado a una persona debemos atribuirlo a nuestro Maestro, y después deberíamos
sentarnos a meditar a los Pies del Maestro y orar diciendo: ¡Oh Amado Señor! concédeme Tú
perdón de la misma forma que has perdonado a esa persona a través mío.
Alguna vez hablé sobre este tema comentando un bani de Suami Yi Majará, es posible que
muchos amados hayan leído esa charla. En ella les decía que si alguien comete una falta, bien
sea consciente o inconscientemente, la persona debería admitirlo tan pronto como se dé cuenta
de su error y pedir perdón a la persona que ha ofendido; y la persona afectada, además tiene la
responsabilidad de aceptar las disculpas que le presenten y perdonar en nombre del Maestro a
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quien le causó la ofensa. Nuestra alma nunca comete errores porque ella está libre de todo mal y
es de la esencia de DIOS TODOPODEROSO. Él está libre de toda falta y nuestra alma es de la
misma condición.
Nosotros encontramos faltas en DIOS TODOPODEROSO solamente cuando nos alejamos
de ÉL. Porque mientras permanezcamos unidos a Él, y lo veamos como un alma jamás le
encontraremos una sola falta. Pero si nos alejamos de ÉL, comenzamos a verle faltas y errores.
Con esto quiero decirles que el alma no comete faltas ni errores porque ella es de la misma
esencia de DIOS TODOPODEROSO; es la mente la que nos hace cometer errores y la mente no
tiene el poder ni la capacidad de perdonar a nadie, porque DIOS no le ha dado esa capacidad de
perdonar a los demás.
El alma, es decir, el poder del Shabd Naam que el Maestro a puesto dentro de nosotros
es la que perdona y pide perdón. Así que ustedes ya saben que cuando alguien comete un error
es la mente la que lo ha inducido a cometer ese error; pero la mente rechaza admitir sus errores;
luego el alma que es de la parte más profunda del corazón termina confesando y admitiendo las
faltas cometidas. Entonces el Maestro pide perdón por nosotros; y así mismo, es el Maestro o
poder del Shabd Naam el que concede ese perdón. Por lo tanto, si el Maestro es el que pide
perdón por nuestros pecados, y Él es el que concede el perdón, ¿Qué problema puede haber en
perdonar?. Siempre que alguien nos pida perdón debemos estar dispuestos a perdonarlo.
Yo no conozco muy bien la Santa Biblia pero ustedes seguramente la habrán leído muchas
veces y la conocen muy bien. En alguna parte dice que se considera un verdadero cristiano a la
persona que perdona a los demás y no lastima a nadie. También recordarán que cuando Cristo
fue sometido a los sufrimientos de la crucifixión se le colocó una corona de espinas y tuvo que
recorrer un largo camino con la cruz acuestas. Es fácil imaginarnos todas estas cosas y todo lo
que tuvo que padecer. Con solo pensar en tanto sufrimiento el alma se estremece, pero aun así
el exclamó: ¡Oh Señor! perdónalos porque ellos no saben lo que hacen, están obrando sin
darse cuenta, por favor perdónalos.
(Segmento tomado del Satsang del 2 de Enero de 1991, Rajastán, India): En el reino del
Poder Positivo no existe la venganza, lo único que existe es el perdón. Por eso, cuando
abandonamos este reino del Poder Negativo y entramos en el del Poder Positivo, se nos
concede el perdón. EI único motivo por el cual los Maestros vienen a este mundo es para
llevarnos a ese plano. EI Guru Nanak Sahib decía: “Oh Hermano, no culpes a nadie. Si tienes
que culpar a alguien, piensa en ti, en tus propias acciones, o en tus karmas. Mis actos son
la causa de mi sufrimiento. No culpes a nadie más. ¿Por qué has de culpar a los demás si
todo lo que ahora padeces es obra tuya?”. En el momento actual el alma esta confusa
porque desconoce la razón por la cual suceden todas las cosas. El alma no sabe que los
sufrimientos del presente se deben a sus propios Karmas (acciones en vidas pasadas).
AHIMSA (NO VIOLENCIA)
Tomado del folleto del Maestro Kirpal, titulado: Siete Senderos a la Perfección.
Es una virtud ennoblecedora que lleva a cada uno a la igualdad con sus semejantes y por
último conduce al principio de la fraternidad del hombre y de la Paternidad de Dios. Cultivar esa
virtud exige que se desarrolle ampliamente la tolerancia hacia todos, independientemente de sus
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defectos y fracasos. Irradiar el gran principio de la Familia del Hombre sobre la base Divina de un
deseo amoroso y compasivo por el bienestar de todos, cuesta muy poco pero cuenta mucho. Un
corazón lleno de compasión Divina es la morada de todas las virtudes.
Una revisión detenida del problema mostraría que de ordinario no estamos ni preocupados
ni irritados cuando todo va en concordancia con nuestros deseos. Pero en cuanto nos figuremos
que algo obstaculiza nuestros intereses o hiere nuestros sentimientos, se inicia una cadena de
reacciones que tiene como resultado la violencia en pensamiento, en palabra o en acción, según
la formación física, mental o moral de cada uno. Muchos de nosotros consideramos como nuestra
legítima obligación el devolver el insulto, real o supuesto, con la misma moneda, y muy pocos
llegarían a considerar que ceder, perdonar y olvidar es una virtud. Jesús siempre predicó las dos
virtudes cardinales: (1) "Ama a tu prójimo como a ti mismo" y (2) "Ama a tus enemigos."
¿Significa esto que es por timidez o debilidad por lo que uno debe amar a sus enemigos y ser
tolerante con ellos?¿No, hay algo moral y Divino en la raíz de tal actitud?.
EI lugar donde el fuego arde se calienta primero y luego transmite su calor a la atmosfera
circundante. Este el caso con el fuego de la ira. Un agravio imaginario o supuesto va causando
inflamación en la mente, como una espina, y cuando uno ya no puede soportar su intensidad,
estalla en llamas de odio y desdén (empieza a proferir injurias a diestra y siniestra), pierde su
equilibrio mental y, como una llaga, emite un olor maligno que virtualmente contamina la atmosfera
que Ie rodea. La mayor parte de nuestros daños y agravios son el resultado del proceso de
nuestros propios pensamientos y tales pensamientos engendran otros en incontable número,
multiplicándose en proporción geométrica.
Solo podemos salir de este círculo vicioso cambiando nuestra actitud hacia la vida. ¿Por
qué sacrificar nuestra ecuanimidad natural por meras bagatelas, por burbujas pasajeras y
vapores de nada, que son cosas sin consecuencia? En lugar de cavilar sobre estos supuestos
e imaginarios agravios, sería mucho mejor reflexionar sobre los aspectos más elevados de la vida,
la Divinidad interior y la divinidad exterior, pues este mundo en verdad pertenece a lo Divino y la
Divinidad reside en él. Si realmente deseamos a Dios y aspiramos a alcanzar la Divinidad,
debemos aprender a amar Su creación, pues Dios no es sino Amor.
San Juan ha proclamado con énfasis: "EI que no ama no conoce a Dios, porque Dios es
Amor." Y Kabir dijo: "EI alma del hombre es de la misma esencia de Dios." Siendo este el
caso, debemos tratar de vivir en nuestro hábitat natural de amor y de todo lo que es y pertenece al
amor, pues el amor todo lo embellece por dentro y por fuera. Vivimos a causa del amor de Dios
que no es sino un principio de vida. Amor, Vida y Luz, son sinónimos. La creación entera es
manifestación de su amor y Dios verdaderamente mora en ella.
También se dice que la creación entera ha surgido de la Luz y a nadie por lo tanto se Ie
debe señalar como "Bueno" o "Malo." Intrínsecamente, todos nosotros tenemos nuestras raíces
profundamente encajadas en la Luz y en el Amor de Dios, aunque no nos demos cuenta de ello
porque pocas veces tenemos la oportunidad de asomarnos dentro, por estar siempre totalmente
absorbidos por el ambiente exterior, sin tener la más remota idea de Io que está dentro de la
verdadera esencia de la esencias, la fuente de toda vida, que es el Amor y la Luz de Dios. Si tan
solo supiéramos esto y Io practicáramos en nuestra vida cotidiana, no podríamos menos que vivir
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en el Amor de Aquel por cuyo Amor nosotros vivimos y toda vida existe. Ahimsa (no Violencia) es
pues el aspecto práctico de la Vida Divina y un fruto que crece en el Árbol de la Vida.
El tema completo de: Siete Senderos a la Perfección, puede descargarse del blog, completo o en fascículos.
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