DEPARTAMENTOS Y CULTURAS DE GUATEMALA WILLIAM H. GUATEMALA ESCUINTLA ALTA VERAPAZ HUEHUETENANGO IZABAL QUICHE RETALHULEO BAJA VERAPAZ QUETZALTENANGO SAN MARCOS JUTIAPA SANTA ROSA CHIMALTENANGO PETEN SACATEPEQUEZ ZACAPA CHIQUIMULA TOTONICAPAN EL MATERIAL QUE CONTIENE ESTE FOLLETO FUE RECAUDADO DE PAGINAS CONSULTADAS GUA TEMALA Guatemala La Nueva Guatemala de la Asunción es la capital de Guatemala, el centro y el motor de las múltiples actividades comerciales y conómicas que se desarrollan en el país. Sin embargo, aún dentro del activo departamento de Guatemala, en los otros municipios, sus pobladores encuentran espacio para manifestar las expresiones propias de su cultura. Como un contraste de la ciudad con sus alrededores. Palacio Nacional de la Cultura Cercano a la ciudad capital es posible encontrar lugares donde la naturaleza se impone llama a visitantes que buscan gratas experiencias para pasear, conocer, explorar o simplemente descansar. Entre éstos podemos mencionar el Parque Cayalá, en la misma ciudad; el volcán de Pacaya, que el departamento comparte con Escuintla; El lago de Amatitlán, que aún ofrece opciones para la pesca y los deportes acuáticos, y los Jardines de Palencia, entre otros. Desde aquí puede planear sus excursiones al interior del país, a la vez que aprovecha la oportunidad de conocer esta gran ciudad que ofrece múltiples opciones para el turista. Un lugar que no puede dejar de conocer es el Centro Histórico de la Ciudad, que guarda secretos de este gran país. Una fiesta Kaqchikel en medio de la Ciudad Por: Magda Aragón y Edgar Barrillas Las tradiciones aún persisten en algunos municipios del departamento de Guatemala. Por un estrecho camino, entre cercos de casas donde corretean las gallinas, una procesión de cofrades camina en silencio. En sus manos, unas candelas rituales e incienso, y en el alma, devoción. La calle une a la colonia El Milagro, por un lado, y San Francisco y Carolingia, por el otro. Son barrios populares del área metropolitana de la capital de la República. Los cofrades cruzan entre el tráfico y llegan a la iglesia de la aldea Lo de Bran, Mixco, municipio de Guatemala. En este lugar, repiten la ceremonia que realizaron en la casa de la cofradía: "la pedida de permiso" o "prendida de candelas". El grupo eleva al cielo oraciones en kaqchikel y castellano. Concluida la ceremonia, la alegría de los cofrades anuncia que todo está listo para el "Baile de Moros" de la feria aldeana. Baile de Moros en San Raymundo. En la aldea Lo de Bran se celebra una fiesta kaqchikel a mediados de mayo. Entre el bullicio característico, se encuentra lo tradicional de las ferias guatemaltecas: las loterías que antes se llamaban polacas, ventas de comida, dulces, churrerías que también ofrecen plataninas y los juegos de azar. También podrá degustar un vaso de chicha fresca. Durante muchas semanas, en las casas de la aldea se ha dejado fermentar la fruta para que la bebida esté lista para los días de la feria. Cuando dan las doce del día, salen los chicharrones que pueden consumirse inmediatamente pues no faltan las tortillas calientes. Al frente de la iglesia católica se escucha música de marimba, pito y chirimía. La gente se aglomera. Observan a los danzantes que un año bailan la danza de El Español y al siguiente, el baile de Toritos. Datos generales Nombre del departamento: Cabecera departamental: Población: Municipios: Clima: Guatemala Ciudad de Guatemala 2.521,470 aproximadamente Villa Nueva, Petapa, Amatitlán, Villa Canales, Chinautla, Mixco, San Juan Sacatepéquez, San Raymundo, Chuarrancho, Fraijanes, Palencia, San José del Golfo, San Pedro Ayampuc, Santa Catarina Pinula, San José Pinula y San Pedro Sacatepéquez. Templado. Idioma: El idioma oficial es el español, pero en algunos municipios se habla poqomam y kaqchikel. Altitud: 1,458 metros sobre el nivel del mar. Límites territoriales: Colinda al norte con Baja Verapaz; al este con El Progreso, Jalapa y Santa Rosa; Al sur con Escuintla y Santa Rosa, y al oeste con Sacatepéquez y Chimaltenango. Extensión territorial: 2,253 kil´metros cuadrados Fiesta titular: Fundación: 15 de agosto Día de la Virgen de la Asunción, patrona de la Ciudad de Guatemala. 1,773 Un joven departamento El departamento de Guatemala fue creado en 1825. Su cabecera y la capital del país es la Nueva Guatemala de la Asunción, fundada después de la destrucción de Santiago de Guatemala en 1773, en el valle de Panchoy, hoy La Antigua Guatemala. Un origen más antiguo lo tiene Chinautla. Asentado en las orillas del cerro que alojara la antigua capital de los poqomames al momento de la conquista española. Hoy se le conoce como sitio arqueológico Chinautla Viejo y es poco visitado a pesar de la escasa distancia que lo separa de la ciudad de Guatemala. Posiblemente porque no hay condiciones físicas para escalar la montaña en donde está ubicado. Es un sitio que no está restaurado y por ello no se aprecian los templos ni palacios, sino promontorios de tierra cubiertos de siembras de maíz. Luego de su victoria, los españoles reubicaron a la mayor parte de la población en un asentamiento al que llamaron Santo Domingo de Mixco, en el sitio de la actual cabecera de Mixco. Una pequeña parte de la población se quedó a vivir en el territorio poqomam original y forma parte del actual municipio de Chinautla. En la mayoría de lugares los españoles fundaron sus ciudades sobre las ruinas (o muy cerca) de los poblados prehispánicos originales. Así sucedió con Sacatepéquez, Pinula, Petapa, Amatitlán, nombres indígenas que fueron conservados durante el período hispánico. Mixco y Iglecia panorámica del municipio. Acueducto de Pinula. La naturaleza... el paraíso del explorador La diversidad cultural del departamento de Guatemala y el dinamismo de su desarrollo histórico brindan la oportunidad de disfrutar de una variedad de paseos. Por ejemplo, Chinautla está a sólo 12 kilómetros del Palacio Nacional de la Cultura. Chinautla En el asentamiento tradicional de Chinautla encontrará la más sofisticada muestra de la alfarería de tipo prehispánico. Esta se caracteriza por ser elaborada sin torno de alfarero, quemada al aire libre y no posee ningún tipo de vidriado. Es una cerámica elaborada por manos femeninas, que utiliza materiales de la región. En el patio de las casas, se puede apreciar la elaboración de utensilios para el uso en el hogar: apastes (ollas grandes), comales, tamaleras, candelabros; o bien objetos ornamentales como los famosos "Angeles de Chinautla". Para la época navideña son solicitados los "Misterios", figuras de personajes relacionados con el nacimiento del Niño Jesús, que sirven para confeccionar los "nacimientos" de las familias católicas. Misterios de cerámica en Chinautla. Chuarrancho Es el más norteño de los municipios. Desde allí no sólo se observa una vista panorámica del valle de la Ermita, sino que puede conocer un pueblo kaqchikel que mantiene su identidad étnica. Los tejidos de algodón, la fabricación de carbón y la agricultura son tareas masculinas que consolidan la economía familiar. Anualmente se practican los ritos para pedir las lluvias, actividad que asocia el calendario maya y el respeto a los cerros, en especial el de Las Minas. La feria de Chuarrancho se celebra a finales de junio, en honor a San Pedro. San Pedro Ayumpuc Por el mismo camino se llega a San Pedro Ayampuc, aunque es más recomendable llegar por la zona 18. Allí se encuentra una población mayoritariamente kaqchikel con una economía agrícola que se complementa con artes e industrias populares como lo son la fabricación de calzado, muebles de madera, cerámica y fabricación de canastos y petates (esteras). San Pedro y San Juan Sacatépequez En San Pedro y San Juan Sacatepéquez se puede tener un acercamiento a la cultura tradicional popular así como con la naturaleza. En San Pedro Sacatepéquez se hallan fábricas de muebles de madera, una industria popular que compite con las de Totonicapán. Las poblaciones se caracterizan por elaborar juguetes tradicionales y de las ruidosas "chicharras". Estos dos municipios también son famosos por sus flores. Visitar el mercado de San Juan y su plaza central es un deleite por el colorido de los trajes de las mujeres kaqchikeles y por las tonalidades de las flores que venden y adornan el parque. Mercado de San Juan Sacatepéquez. Mixco La cabecera municipal de Mixco se encuentra a sólo 17 km del Centro Histórico de la ciudad de Guatemala. Aunque la mayor parte de este territorio fue absorbida por la expansión de la capital, quedan expresiones propias del pueblo mixqueño. En Mixco destacan los chicharrones y el chocolate mixqueño, reconocido como uno de los mejores del país. En enero se realiza la fiesta en honor de la Virgen de Morenos y en agosto la celebración de la fiesta dedicada a Santo Domingo de Guzmán. San Miguel Petapa A pesar de su traslado en el siglo XVIII, las reliquias religiosas de la iglesia católica fueron llevadas desde el asentamiento originario y su población católica se enorgullece en invitar a visitar al Señor Sepultado, con más de cinco siglos de existencia. San Miguel Petapa también tiene dos fiestas tradicionales. Una se celebra en febrero y es dedicada a la Virgen del Rosario. Además de la solemne procesión, hay presentaciones de loas, (representaciones de teatro popular religioso). La otra fiesta es la que se celebra en honor a San Miguel Arcángel. Una tradición de ladinos del departamento, es el baile de las flores. Se trata de un baile en el que los participantes, mientras se ejecuta música y se recitan versos, van enrollando, primero, y desenrollando, después, unas cintas que están atadas a un árbol. Esta fue una tradición que se inició en Santiago de Guatemala y luego se extendió a poblaciones cercanas. Más tarde pasó a la Nueva Guatemala de la Asunción. El baile de las flores se ejecuta en San Raymundo, Mixco, San Juan Sacatepéquez, San José Pinula y Villa Nueva. San José del Golfo y Palencia Uno de los célebres depósitos de obsidiana en la América precolombina se encuentra en El Chayal, en el municipio de San José El Golfo. En Llano Largo, en el municipio de Palencia, también se encuentran las "piedras de rayo" (como se le conoce popularmente en Guatemala a la obsidiana) en un sitio lleno de lagunitas que son todo un atractivo. Aquí, también se hallan los asombrosos Jardines llamados "de Palencia", que son un conjunto de arcos, puentes, acequias y pérgolas, de pura roca, entre los cuales florecen exquisitas variedades de la flora de la región. Amatitlán Este municipio ha sido atracción turística desde el siglo pasado. Su lago sigue maravillando, a pesar de los problemas ambientales por los que atraviesa. Su atractivo natural lo complementan pautas culturales que los amatitlanecos han desarrollado alrededor del lago. Lago de Amatitlán. Una de estas manifestaciones es la tradiciónal procesión del Niño de Amatitlán (que algunos llaman Niño de Atocha, Niño de Belén y el Zarquito). Sale de la iglesia local hacia el lago, en donde se abordan lanchas que la conducen hasta el lugar conocido como La Silla del Niño. En esa ocasión acompañan al Zarquito las imágenes de los Niños Visitantes que llegan de las aldeas de los alrededores. En las riberas del lago está instalado un mercado de los más ricos y tradicionales postres guatemaltecos: mazapanes, pepitorias, manías (maní), higos y cocos, que se empacan en vistosas cajetas de madera de Totonicapán y se convierten en un presente inigualable. Guatemala, como un dogal en el camino Por: Luis Villar Anleu El departamento de Guatemala, extraño y sorprendente, actúa como una poderosa constricción en medio de una ruta ecológica. Se sitúa en la región sur del país, sobre el lomo de una inquieta cordillera de volcanes y montañas de ígneos orígenes. Desde su extremo norte, marcado por el curso del Río Motagua, hasta la extremidad sur, delimitada por el Río Aguacapa, los paisajes montañosos dominan el escenario de su entorno. La esencia patrimonial del departamento La Cordillera Volcánica, en Guatemala, ha funcionado a la manera de un peculiar corredor biológico. Gracias a esa maravillosa propiedad, sus bosques se han ido configurando desde los últimos 16 millones de años, cuando menos. Es decir, de simientes que proceden de lejanas latitudes, y que principiaron a establecerse aquí desde mediados del período Mioceno de la historia de la vida sobre la Tierra. Por aquellos lejanos tiempos, llegaron las primeras oleadas de árboles inmigrantes, procedentes de Norteamérica. Entre los pioneros se contaron las fragantes coníferas: pinos, cipreses, enebros y abetos (localmente pinabetes). Junto a ellas, palmo a palmo, también arribaron las primeras poblaciones de cerezos silvestres, de encinas, alisos, fresnos, nogales y olmos. Su establecimiento formó los primigenios bosques, que hasta hoy persisten, cual reliquias, en hermosos pero frágiles entornos. Vegetación como aquella avanzó sobre la Cordillera, siempre hacia el sur, en un lento pero inexorable proceso de dispersión. Si algún linaje se topaba con un obstáculo infranqueable, allí quedaría detenido. Sus múltiples especies, si acaso las tuviera, irían quedándose desparramadas en poblaciones que rememorarían sus fantásticas historias. La evidencia de tal portento persiste en los pinos centroamericanos: abundantes y variados en Guatemala, mucho menos en Honduras y El Salvador, escasos en Nicaragua y ninguno en Costa Rica. El caso del dogal Dos fallas geológicas paralelas recorren el departamento de norte a sur. Se denominan de Mixco y de Santa Catarina Pinula. Entre ellas, los terrenos del centro del departamento se han estado hundiendo desde hace muchísimos años. Esta enorme y alargada depresión se ha asociado a otras: por el sur a la cuenca del lago de Amatitlán y a la hondonada del valle del Río Michatoya (el conocido Cañón de Palín), por el norte a la cuenca del Río Las Vacas. De esa cuenta, un detalle único del departamento es el ahorcamiento que le provoca a la Cordillera Volcánica. El dogal, que eso es la larga depresión del medio, llega a medir casi 60 kilómetros y sus puntos más altos están en el valle de La Virgen, asiento de la ciudad de Guatemala (sólo unos 1,500 metros sobre el nivel del mar). El constreñimiento ecológico que induce sobre las dispersiones naturales, ha derivado en productos espectaculares. Los alisos o ilamos, se han detenido en las escarpas occidentales. En las montañas orientales, mientras tanto, los pinos que lograron establecerse con anterioridad se diversificaron notablemente. Luego, aunque superficialmente parecidos, los pinares de San Juan Sacatepéquez, San Pedro Sacatepéquez y Mixco resultaron estructuralmente diferentes a los de San José Pinula y ecosistemas de más al oriente. Guatemala, el departamento que cabalga a lomo sobre la Cordillera Volcánica, conforma uno de aquellos sorpresivos obstáculos. Esto, en gran medida, como una de tantas consecuencias del permanente hundimiento que afecta a sus tierras centrales. Destinos clásicos Hay, cuando menos, tres sitios de obligado nombramiento: el lago de Amatitlán, el volcán de Pacaya y el parque Naciones Unidas. Amatitlán es uno de los típicos lagos de montaña de Guatemala. Por su cercanía a la ciudad de Guatemala, su accesibilidad y bajo costo de visita, es un sitio intensamente frecuentado. Sufre un severo proceso de deterioro ambiental, pero ello no impide pasar muchas horas remando, pescando, fotografiando, tomando el sol, estudiando sus aves... ¡o simplemente descansando! La cuenca del lago es una verdadera sartén hirviente. Por doquier surgen solfataras, fumarolas y fuentes termales. Muchas de estas últimas tienen reputación de medicinales, por lo que sus visitantes suman varios cientos diariamente. En algunos sitios, los calurosos manantiales han sido transformados en centros recreativos, provistos con piscinas de agua caliente y una gran variedad de facilidades para el recién llegado. El volcán de Pacaya, de poco más de 2,500 metros de altitud, es fácilmente alcanzable pues su macizo tiene caminos que lo suben casi hasta la cima. Su ascenso es suave y los atractivos que posee resultan incomparables: orquídeas de tierra que crecen a la boca de humeantes fumarolas, ríos de lava que descienden con lentitud, ambientes fantasmagóricos que recuerdan la infancia de la Tierra. Un delirio para el montañista bisoño y para el alpinista avezado. El parque Naciones Unidas es un bosque artificial, situado sobre un farallón de la cuenca del lago de Amatitlán. Se le califica, erróneamente, de parque nacional; evidentemente no lo es. Pero los ambientes resultan extrañamente agradables. Se llega a él en vehículo, y en su seno se encuentran muchas facilidades para recrearse al aire libre, hacer deporte, cocinar y solazarse con los paisajes allende sus límites. Sobre un relieve extravagante Las tierras septentrionales del departamento, entre el río Pixcayá al oeste y las corrientes Los Plátanos-Las Cañas al este, son calurosas y áridas. Las del extremo sur son asimismo cálidas, pero infinitamente más húmedas. En ambas extremidades las elevaciones medias rozan los 600 metros y aún menos. Las zonas de montaña se sitúan a occidente y oriente, con cumbres de poco más de 2,000 metros de altitud, siempre agradablemente frescas. La inaudita y severa depresión medial resulta seca, caliente, ventosa, zona de descarga natural de los mayores ríos y depósito del lago de Amatitlán. Muchísima gente vive en ella, y es por eso que sus sistemas naturales han sido dramáticamente modificados y hasta eliminados. Así, la superficie del departamento semeja una lámina combada por la mitad. El norte se vuelve la ladera septentrional de la Cordillera Volcánica y el sur el declive meridional. El primero drena sus aguas hacia el Mar Caribe, el segundo al Océano Pacífico. La Nueva Guatemala de la Asunción se encuentra justo al medio, en el parteaguas de la divisoria. El departamento que alberga a casi la cuarta parte de la población total del país ofrece muchos atractivos naturales. Como una triste ironía, pese a poseer un patrimonio natural de gran riqueza y singularidad, es el menos valorizado y, por consiguiente, el menos conocido y aún menos aprovechado. Geografía y biogeografía El relieve del departamento es inusual. Entre sus detalles prominentes se cuenta un volcán: Pacaya, compartido con el departamento de Escuintla, que es su mayor altura. Posee un lago, Amatitlán, de elongada cuenca y que exhibe su innegable filiación volcánica. En general, la trascendencia ecológica de la geografía local es enorme. En el norte predominan los ecosistemas secos, cactales y zarzales, propios del bioma de Chaparral Espinoso. Los confines del sur poseyeron junglas altas, del bioma Selva Subtropical Húmeda, ahora sustituidos por cafetales. En las montañas centrales crece gran variedad de pinos, encinas y otros árboles de climas templados; en ellos se hallan ecosistemas clásicos de la Cordillera: pinares, encinares y sistemas mixtos del bioma Bosque de Montaña. Nunca podrá negarse que el departamento de Guatemala es extraño y sorprendente. Su territorio, forjado en el fuego que domina el interior de la Tierra, y después modelado por el agua y por poderosas fuerzas geológicas, es un contrastante mosaico de piezas ecológicas. Actúa como una poderosa constricción al medio de una ruta de dispersiones naturales, pero él mismo ha alcanzado una conformación biológica de extraordinaria majestuosidad. Viajes de descubrimiento Lanzarse a rodar por los caminos de tierra o por las avenidas rurales del departamento de Guatemala es una excitante aventura. Quizá muchas de estas vías resulten polvorientas, secas y calurosas, pero otras serán frescas, fragantes, bordeadas de bosques. Por el norte están las carreteras Guatemala-San Pedro y San Juan Sacatepéquez-San Raymundo-Chuarrancho, que alcanza hasta Salamá, en Baja Verapaz. También la ruta Guatemala-Chinautla-Chuarrancho, o la de San Juan Sacatepéquez-Montúfar que llega a Granados, también en Baja Verapaz. Desde Montúfar se puede llegar al sitio arqueológico Mixco Viejo, del vecino departamento de Chimaltenango. Vías importantes son también las que comunican con San Pedro Ayampuc, San José del Golfo, Palencia y la aldea Sanguayabá. En el lado sur la red de caminos es más rica y, en general, en mejores condiciones. Varias de ellas alcanzan y bordean el lago de Amatitlán y el volcán de Pacaya. Las más australes se meten al seno del bioma de Selva Subtropical Húmeda, en donde están las aldeas Los Dolores, Los Pocitos y el Obrajuelo, cerca ya del Río Aguacapa. Los cactales y zarzales del norte ofrecen una expectativa de gratificante sacrificio: conocer y vivir los enigmas del Chaparral Espinoso. Mientras tanto, las junglas húmedas del sur se saturan de trinos de cenzontles y graznidos de urracas. Las montañas, hendidas por carreteras pavimentadas, abren multitud de ventanas que permiten atisbar paisajes de hechizante frescura. Escuintla Bañada por una gran cantidad de ríos, Escuintla es la puerta al Océano Pacífico, donde el sol y el agua se combinan en un mágico escenario. Es el lugar que muchos buscan para descansar, pero también es un departamento con creciente actividad económica. Su prosperidad comercial se refleja en la producción de azúcar y actividad ganadera, así como en la producción de café y cardamomo, sin olvidar las actividades portuarias. Cultivo de sorgo (maicillo). Es importante destacar el comercio informal que se realiza en sus carreteras, con la venta de frutas tradicionales de la región. La "Ciudad de las Palmeras", como también se le llama, es famosa por sus playas y recibe gran cantidad de turismo nacional. Pero allí podemos encontrar muchas cosas más, como las piezas arqueológicas que se pueden apreciar en la Finca El Baúl de Santa Lucía Cotzumalguapa y en el municipio de La Democracia, que evidencian la grandeza de sus antepasados. Sin lugar a dudas, Escuintla es un lugar que tiene mucho para ofrecer a sus visitantes. Datos generales Nombre del departamento: Escuintla. Cabecera departamental: Escuintla. Población: Municipios: Clima: 477,024 habitantes aproximadamente. Escuintla, Santa Lucía Cotzumalguapa, La Democracia, Siquinalá, Masagua, Tiquisate, La Gomera, Guanagazapa, San José, Iztapa, Palín, San Vicente Pacaya y Nueva Concepción. Cálido tropical. Idioma: Poqomam, kaqchiquel y español. Altitud: 347 metros sobre el nivel del mar. Límites territoriales: Colinda al norte con los departamentos de Chimaltenango, Sacatepéquez y Guatemala; al este con Santa Rosa; al sur con el Océano Pacífico, y al oeste con Suchitepéquez. Extensión territorial: 4,384 kilómetros cuadrados. Fiesta titular: Fundación: Temperatura: 8 de diciembre. Fiestas en la cabecera departamental en honor de la Inmaculada Concepción. 1825 Máxima 29.4 grados centígrados. Mínima 18.1 grados centígrados. Historia, población y cultura Al momento de la conquista, el territorio se encontraba habitado por los grupos pipiles que se extendían a lo largo de la franja costera, entrando al territorio salvadoreño. Procedían de los mexicanos y habían tenido una influencia lingüística más duradera que la de sus ancestros. Más tarde cayeron bajo el dominio k'iche'. Según los Anales de los Kaqchikeles, se denomina Panatacat al territorio pipil de la costa marítima. Salinas, en El Semillero, Tiquisate. Los estudios arqueológicos indican que los centros de población más importantes se asentaron en la boca costa y Costa Grande, en los actuales espacios territoriales de la finca El Baúl, Pantaleón, Aguná y los Tarros, así como en el actual municipio de Santa Lucía Cotzumalguapa. Debido a la densidad de sus selvas, las poblaciones se extendían en forma dispersa desde Tapachula, México; hasta El Salvador. En las zonas bajas se ubicaban los centros ceremoniales y el gobierno, los cuales estaban rodeados de poblaciones en grupo. En la Democracia Aquí surgieron las primeras manifestaciones de una cultura monumental, propia de los antiguos habitantes del continente americano. Al principio de la historia colonial, a partir del siglo XVI, sus habitantes fueron catequizados por los franciscanos. Se encontraban asentados en Cotzumalguapa y Alotec. El primero de estos lugares estaba bajo la advocación de Santiago y, el segundo, bajo la protección de San Juan, quedando el resto de estas iglesias perdido en los bosques. Después de los misioneros llegaron los colonos a fundar estancias en tierras fértiles. Posteriormente llegó un período de crisis y se creyó que el añil era el causante de epidemias. Después se comprobó que el motivo de las muertes era el paludismo y otras enfermedades tropicales propias de las regiones añileras. Los indígenas no se adaptaban al clima del lugar y la población se concentró especialmente en Santa Lucía Cotzumalguapa, Siquinalá y Escuintla. Muchos de los primeros habitantes de estos municipios fueron negros y mulatos, como en La Gomera y Escuintla. Se encontraban estrechamente vinculados a los repartimientos, ya que por la fertilidad de sus tierras y la riqueza del lugar, sus haciendas fueron calificadas entre las mejores y por lo tanto, codiciadas por los españoles. Esta situación hizo indispensable el trabajo forzado de grandes contingentes humanos, especialmente de pueblos indígenas. A finales de la colonia, españoles peninsulares, criollos, indígenas y mestizos, se vieron afectados por las medidas represivas de la corona española, lo que trajo como consecuencia la independencia. En este lapso los medios de producción pasaron a manos de los criollos. A mediados del siglo XIX, se dieron modificaciones en el sistema económico. El 1 de enero de 1853 empezó a funcionar el puerto de San José, de gran importancia para la economía nacional en el Pacífico. Su función fue básica en el comercio internacional, especialmente en el movimiento cafetalero. Así se convierte en un fuerte receptor del turismo que viene a Guatemala por la costa sur. El movimiento comercial y turístico generó un desarrollo que lo convirtió en uno de los puntos geográficos más importantes de la época. En los años 80 del siglo XX, se abrieron a la economía nacional las instalaciones de Puerto Quetzal, en el Océano Pacífico, con la construcción portuaria más moderna de la época. Ecología y vida silvestre La ladera de la cadena volcánica es húmeda. Aquí, las nubes atrapadas se convierten en persistente lluvia. Hay poblaciones de micos, tigrillos y comadrejas en el piso y de infinidad de insectos en todo el ámbito. La increíble riqueza natural ha cedido espacio al cultivo de café y de cardamomo. Las zonas llanas, antes cubiertas de selvas tropicales, hoy poseen ecosistemas abiertos de sabana. Por condición natural, la sabana es húmeda, con árboles aislados de conacaste, ceiba y palo blanco. Entre su persistente fauna se encuentra el venado, que sobrevive como un milagro de la creación. Escuintla es conocida como la “Ciudad de las Palmeras”. Corazón de la costa grande Por: Luis Villar Anleu El departamento de Escuintla, localizado al sur del país, muestra la transformación de las montañas en planicies. Es un proceso lento que está presente en todos los continentes, pero que en esta comarca, además de presentar claros vestigios de este tipo de transformaciones, constituye un paisaje singular. La penillanura de la Costa Grande Muchísimo tiempo ha pasado desde que las laderas de la Cordillera Volcánica empezaron a deshacerse grano a grano. Cada gota de agua caída sobre ellas, ha forzado al suelo a erosionarse. El proceso es absolutamente normal a escala geológica. Es un mecanismo de acción sempiterna, que al cabo de miles o millones de años, es capaz de rebajar una montaña hasta un nivel cercano al del mar. El resultado es un campo llano, erosionado, más o menos grande, llamado penillanura. Por la posición geográfica de Escuintla, la formación de una penillanura sobre su suelo es un hecho normal. Las montañas del norte del departamento contenían algunas rocas de excepcional dureza, que no pudieron ser erosionadas junto a los terrenos circundantes. El resultado fue que al pie de la cordillera persistieran numerosos cuerpos pétreos, que son las raíces de la montaña que la erosión borró de la geografía local. Forman un paisaje claramente perceptible entre el pie de la cordillera y las poblaciones de Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla y Guanagazapa. Aquella zona erosionada es la penillanura del departamento. Más al sur, las numerosas corrientes que descienden de la ladera han depositado toneladas de sedimentos. Los volcanes han arrojado grandes volúmenes de arena y ceniza. Así se ha forjado una superficie en la que se mezclan varios tipos de materiales volcánicos, en forma de sedimentos aluviales o como productos eruptivos. Volcán Pacaya, monumento natural Este volcán es compartido con el departamento de Guatemala, pero es en San Vicente Pacaya y sus aldeas, Bejucal, El Cedro, El Patrocinio, Los Chagüites y San Francisco de Sales, en donde el coloso muestra sus rasgos más impresionantes. Es un sitio ideal para caminatas de montaña, aprendizaje sobre geología e historia natural, fotografía de la naturaleza, excursionismo o simple paseo. San Pedro Mártir, gruta y cascada Hay un paraje situado al pie de la montaña El Peñón, a pocos kilómetros al noreste de la ciudad de Escuintla, al que se puede llegar en vehículo. Combina la existencia de una gruta natural con una cascada de casi 65 metros de alto. La caverna es de origen volcánico y es una de las pocas de su género en Guatemala. Consta de una amplia bóveda en forma de concha que posee varias grietas. La cascada, formada por el río Michatoya, consta de cuatro saltos de agua separados por rocas cubiertas de vegetación. Es de fácil acceso, en donde Playas marinas El litoral oceánico escuintleco es muy uniforme. Posee muchas playas y balnearios. Hay algunas preferidas porque son más accesibles o porque tienen cerca restaurantes, servicios y hoteles. Por ejemplo, El Semillero, Tecojate, San José Rama Blanca, La Empalizada, Rancho Carrillo, El Paredón Buena Vista, La Barrita, Chulamar, Likín, Lindamar y El Conacaste. El Cañón de Palín, turicentros El valle del río Michatoya corta la cadena volcánica entre los poblados de Amatitlán, que pertenece al departamento de Guatemala y Palín, Escuintla. La estrecha garganta se ha llamado Cañón de Palín. Es una zona de intensa además de pasear, se pueden tomar refrescantes baños. actividad volcánica, provocada por el volcán Pacaya. Aquí abundan las fuentes termales y los balnearios. ALTA VERAPAZ Por: Alfonso Arrivillaga Cortés y Máximo Bá Tiul Sin duda alguna la naturaleza posee secretos. Y aunque en los diferentes departamentos de Guatemala hay lugares escogidos para tales fines, Alta Verapaz ha sido señalado por albergar a un buen número de tan apreciados tesoros. Para muestra, varios botones. En este departamento se encuentran las cavernas en las Grutas de Lanquín, el río del mismo nombre y el Pozo Vivo, sobre el cual cuenta la leyenda que basta que alguien se acerque y susurre una palabra para que sus aguas empiecen a moverse. Asimismo, se sorprenderá con la Laguna de Lachuá y las famosa pozas de Semuc Champey. Pero la visita quedaría incompleta si no mencionamos parte de su historia, como aquella de que en ese lugar se llevó a cabo la conquista pacífica de los españoles, por vía de la conversión religiosa. A ese proyecto se le conoció como "La Verdadera Paz", del que se deriva posteriormente el nombre de "Verapaz". Este departamento también cuenta con expresiones culturales que nos recuerdan al proceso de conquista. Entre ellos los conjuntos de chirimía, tambor con pito, arpa, violín y guitarra. Además, su gastronomía ocupa un lugar importante entre las tradiciones guatemaltecas, ya que de este lugar proceden el caldo de pavo (kaq ik) y el boj, un licor ceremonial elaborado con caña de azúcar. Lo invitamos a leer y conocer los secretos develados de la cultura y naturaleza de uno de los departamentos más preciosos de Guatemala. Datos generales Nombre del departamento: Alta Verapaz. Cabecera departamental: Cobán. Población: 782,515 aproximadamente. Municipios: Cobán, Cahabón, Chahal, Chisec, Fray Bartolomé de las Casas, Lanquín, Panzós, San Cristóbal Verapaz, San Pedro Carchá, San Juan Chamelco, Santa Cruz Verapaz, Senahú, Tactic, Tamahú y Tucurú. Clima: Frío. Idioma: Español, q'eqchi' y poqomchi'. Altitud: 1,316 metros sobre el nivel del mar. Límites territoriales: Colinda al norte con Petén, al sur con Zacapa, Baja Verapaz y El Progreso, al este con Izabal y al oeste con Quiché. Extensión territorial: 8,686 kilómetros cuadrados. Fiesta titular: 4 de agosto, en honor a Santo Domingo de Guzmán. Fundación: 1543. Temperatura: Máxima 24 grados centígrados. Mínima 13 grados centígrados. Etnohistoria La mayor parte de investigadores ubican a los q'eqchi'es del siglo XVI en el territorio donde se encuentran los ríos Cahabón y Polochic, en los alrededores de Cobán. Para eso se basan en tres puntos. Por medio de los estudios de vocabularios antiguos, se sabe que el q'eqchi' se separó del k'iche' mayor en el año 600 antes de Cristo. Danza de Moros frente a la catedral de Cobán. De la Tierra de Guerra a la Verapaz Al momento de la conquista este territorio fue denominado por los españoles como Tezulutlán (Tierra de Guerra), debido a lo belicoso de sus habitantes. Gracias a las ideas de Fray Bartolomé de las Casas, quien apoyado en la bula Sublimus Deus logra del gobernador Alonso de Maldonado (1537), la jurisdicción del territorio para iniciar ahí la conquista pacífica. Así inicia el proyecto de “La Verdadera Paz”, del que se derivara posteriormente el nombre de “Verapaz”, dado por Carlos V el 30 de octubre de 1557. Desde 1542 los misioneros Fray Luis de Cáncer y Pedro Angulo, habían iniciado labores de conversión en Cobán. El primer centro de control de los dominicos fue Rabinal, un año después fundaron las reducciones de Santo Domingo de Cobán, San Pedro Carchá, San Juan Chamelco, San Agustín Lanquín y Santa María Cahabón. En éstas se prolongarían por casi tres siglos más. Sin embargo, si los primeros intentos fueron pacíficos, los últimos debieron recurrir a la fuerza. De esta manera, príncipes indígenas como Juan Matalbatz, dieron tenaz resistencia a los españoles. En el área de la Verapaz los intentos de ocupación hispánica fueron tempranos con la Nueva Sevilla, pero ésta pronto fracasó. Fue hasta en el siglo XIX que de nuevo floreció en el área el pueblo de Panzós, que constituía una importante ruta hacia el Caribe y por ende hacia el exterior. Este pueblo no escapó del acoso de los piratas y fue atacado a principios del siglo XIX. El auge del café Con la consolidación de los liberales, la migración alemana a la región se convirtió en una realidad. Muchas familias procedentes de Alemania viajaron a las verapaces y a otras partes del país, con el objetivo de ayudar al país a salir de su atraso. Con el apoyo del gobierno, con una serie de exoneraciones fiscales y apoyados en su tenacidad para el trabajo y en la mano de obra “barata” del indígena, desarrollaron grandes plantaciones de café, que trajo mejoras en la infraestructura, el crecimiento de los poblados y la importación de costumbres foráneas traídas por los nuevos actores en el escenario, así como el mestizaje en la región. Tradición y patrimonios culturales de Alta Verapaz Muestras de la riqueza cerámica de estas culturas puede apreciarse en el museo de Carchá y en el Museo Nacional de Arqueología de Guatemala. La historia colonial también dejó un bello legado patrimonial. Por eso, los pueblos más importantes como Cobán, Carchá y Chamelco, cuentan con bellas iglesias, ermitas o capillas y conventos. De igual manera, San Cristóbal y Tactic. Ello no excluye las iglesias de Santa María Cahabón y la de San Agustín de Lanquín. Aunque son pueblos eminentemente q'eqchi'es, se respira en su trazo y arquitectura una tradición española, con sus casas de adobe, techos de teja y corredores al frente de los patios y huertos de las casas antañonas. El área continúa distinguiéndose por sus cultivos de café y de cardamomo. De la presencia alemana data el desarrollo de la cuenca del Polochic. En esta área los alemanes desarrollaron la línea férrea de la Verapaz, que transitaba de Panjanché a Panzós. El mundo q'eqchi' de la Verapaz El monolingüismo es la principal característica de sus pobladores, que durante años lograron que los foráneos utilizaran el q'eqchi' como una lengua franca. Los q'eqchi'es de hoy conservan sus prácticas y creencias mágicas. Las expresiones como las danzas de Venados, de Cortés o de los Viejitos, destacan en muchas de las poblaciones. La marimba de resonadores de bambú, los conjuntos de chirimía y tambor o con pito; pero sobre todo el conjunto de arpa, violín y guitarra, nos recuerda el proceso de conquista y de adopción instrumental moro-europeo. La culinaria q'eqchi' ha logrado un espacio en el escenario nacional. La sopa del kaq ik, elaborada con chile rojo y achiote que se acompaña de carne de chompipe o pavo y tamalitos de maíz, es codiciada en el área y fuera de su esfera. Los pueblos poqomchi'es Está comprendido por los poblados de San Cristóbal Verapaz, Santa Cruz, Tactic, Tamahú y parte de Tucurú, en Alta Verapaz. Hay población poqomchi' en Purulhá, Baja Verapaz y una parte de San Miguel Uspantán en el departamento de Quiché. Actualmente hay aproximadamente 94,714 hablantes. Hasta hace algunos años, todos los lingüistas afirmaban que el poqomchi' era uno de los idiomas mayas que más conservaba su forma primitiva. Según Erick Thompson, los mayas poqom probablemente fueron quienes dominaron el centro de Guatemala 2000 años antes de la época formativa de Kaminal Juyú. Durante la época postclásica, los maya poqom se refugiaron y se desarrollaron creando centros ceremoniales y ciudadelas (recinto fortificado en el interior de una ciudad) que hoy llevan los nombres de Mogote, Choloxcoc, Panprisión, Kajyup y Chuitinamit o Tzaq Poqoma. La ciudad de Kajyup se encuentra cerca del actual poblado de Rabinal, “es el lugar primitivo de los pueblos poqomchi'es de Tactic, Tucurú, Tamahú y del pueblo poqomam de Chinautla”. Chuitinamit, está situado cerca de Rabinal. Se cree que es el lugar primitivo de San Cristóbal, Uspantán y Santa Cruz Verapaz. Los poqomchi'es y los poqomames, son descendientes de un mismo tronco: los “nim poqom” o los “maya poqom”. Estos últimos tenían como centro principal a Chuitinamit o Tzaq Poqoma. La violenta presencia de los k'iche's ahora conocidos como achi'es, fue la causa principal de la dispersión del pueblo maya poqom y de la división en dos pueblos iguales, pero diferentes: los poqomchi'es y los poqomames. En su libro Los Poqomames del Siglo XVI, Suzanne W. Miles asegura que el territorio poqomchi' era tan grande que abarcaba desde San Cristóbal Verapaz hasta Panzós, y desde Chamá hasta Santa Ana. Estos datos también se pueden confrontar con el Título de los Señores de Kajkoj y escritos del siglo XVI, el cual describe el territorio poqomchi' y los problemas que existieron entre otros pueblos de la misma descendencia. Los municipios más importantes con población poqomchi' son los siguientes: San Cristóbal Verapaz Antiguamente conocido como San Cristóbal Kajkoj o Chi' Choo. Es el lugar poqomchi' donde la Semana Santa es de mayor esplendor. La iglesia católica es de tipo colonial. El Calvario está construido sobre un centro ceremonial maya que da la bienvenida a todos los visitantes. Su feria titular es en honor a Santiago Apóstol (del 19 al 25 de julio) y la feria de San Sebastián (20 de enero). Como centros recreativos posee la laguna de Chi' Choo o Laguna de Chichoj, El Petencito y Venecia. Santa Cruz Verapaz Según los cronistas, en ese municipio se celebraron los primeros bautizos del área poqomchi'. La iglesia de tipo colonial fue la primera en construirse en esos lugares. Su feria titular es honor a Santa Elena de la Cruz (del 1 al 5 de mayo). Tactic Al igual que San Cristóbal Verapaz, son los dos pueblos más desarrollados del territorio poqomchi'. La iglesia fue construida aproximadamente entre 1618 y 1628. Tactic es importante por sus tejidos hechos en telares de cintura y existe una gran cantidad de plateros. Encontramos el Pozo Vivo y otros lugares que invitan a gozar de la frescura de la Verapaz. Tamahú Es uno de los lugares poco desarrollados del área poqomchi'. Destaca por sus telas típicas elaboradas por las mujeres en telares de cintura, especialmente su huipil ceremonial de color rojo. Es un poblado ubicado a orillas del Río Polochic. La naturaleza... el paraíso del explorador En Alta Verapaz, el paisaje kárstico es peculiar en esta área. La agreste hermosura de los escenarios no tiene rivales. Describir todos los atractivos naturales es difícil, sin embargo, describiremos los más renombrados. Parque Nacional Grutas de Lanquín Es una de las cavernas más conocidas de Guatemala. Forman una magnífica red de galerías y bóvedas y pese al permanente deterioro causado por manejo inapropiado, aún exhibe buena parte de su enigmática belleza. Al pie de la entrada surge un río llamado Lanquín, que luego de 12 kilómetros de recorrido descarga en el río Cahabón. Parque Nacional Laguna de Lachuá De poco más de 4 kilómetros cuadrados de superficie. Se encuentra en una calurosa llanura, situada entre los ríos Icbolay y Chixoy, y las montañas Peyán y Nueve Cerros. Rodeada de selvas y fauna silvestre, en un ambiente tropical lluvioso. Parque Nacional Las Victorias Uno de los más populares centros recreativos del departamento. En sus 84 hectáreas se mezclan bosques naturales de pino y liquidámbar. Es un excelente recurso para ecoturismo, recreación naturalista, investigación y educación. Se encuentra dentro del perímetro urbano de la ciudad de Cobán. Reserva de la Biosfera Sierra de Las Minas El extremo suroriental del departamento llega hasta las cimas de los cerros Mululjá, La Cucaracha y Raxón, de la sierra de Las Minas. Por eso, incluye buena parte de las selvas nubladas de la Reserva, especialmente las que se asocian a las cabeceras de los ríos Samiljá, Pueblo Viejo y Zarzaparrilla. Parajes bellos, pero de acceso muy difícil. Un reto del montañismo. Grutas y río Candelaria Un sitio extraordinario, en donde una enorme caverna se traga a un río. La boca de la caverna se encuentra al sur de la montaña Tzululsechaj, de la serranía de Chinajá, al norte del departamento. La corriente posee una longitud de 19 kilómetros antes de convertirse en río subterráneo. El entorno constituye una zona en donde la exploración gratifica con una de las mayores recompensas de la visita. El Pozo Vivo Al este de Tactic, en el sur del departamento, hay un nacimiento de agua. Está atrás del suelo y el caudal es extremadamente bajo. Es de forma circular y tiene aproximadamente unos 18 metros de diámetro. Por condiciones del terreno, el más leve paso a su alrededor, hace que el agua tiemble de manera especial. Hay muchas leyendas y creencias sobre él. Una de ellas es que tiene el don de conceder deseos. Laguna Chichoj Está encerrada entre las quebradas de la serranía de Pampacché, en San Cristóbal Verapaz. Es un cuerpo de agua realmente pequeño. Es accesible y se encuentra en un entorno apropiado para combinar ecoturismo con turismo cultural. Lamentablemente, su deterioro ambiental es severo. Semuc Champey Aquí se juntan todas las extravagancias de la geografía kárstica. El río Cahabón se sume en una profunda gruta. Unos 300 metros adelante sale de nuevo, contrastantemente más apacible. Encima del túnel formado, el agua labró una serie de piscinas color esmeralda. Un paraíso muy accesible para pasear y disfrutar. Valle alto del Río Cahabón, carretera panorámica Al entrar al departamento, procedente del sur, la carretera Nacional 5 toma piso a lo largo de un valle campestre. Nace el valle en los pantanos de Patal, a la par del origen del río Cahabón, pocos kilómetros al sur en tierras de Baja Verapaz. Valle del Río Polochic, carretera panorámica Para llegar al pueblo de Panzós, en los confines orientales del departamento, un camino de tierra parte desde el cruce de San Julián, pocos kilómetros al este de Tactic. Este camino sigue el valle del Río Polochic, resguardado por las sierras de Santa Cruz y de Las Minas. El viaje puede parecer duro, pero el escenario incluye pueblos, paisajes, ríos y parajes de belleza salvaje. Balneario Las Islas A 4 kilómetros de San Pedro Carchá, se localiza una corriente que choca permanentemente con grandes rocas. Sus diversos tonos esmeralda, son el marco ideal para recibir al visitante. Con ranchos, churrasqueras y facilidades para la natación. Huehuetenango Por ser uno de los departamentos que posee un buen número de municipios, 31 en total, Huehuetenango concentra una variedad de atractivos naturales, culturales y turísticos. Entre los naturales destacan los Cuchumatanes, que es la denominación que recibe el macizo montañoso más elevado de América Central. Respecto a los atractivos culturales, se encuentra el sitio arqueológico Zaculeu, considerado la ciudad más importante del señorío mam. Dentro de lo turístico también resalta, sobre todo por las obras de arte que sus pobladores plasman en tejidos, artesanías de bronce y cobre, así como en la fabricación de instrumentos musicales. Catedral de Huehuetenango. Pero eso no es todo. Huehuetenango posee un tesoro milenario, desde casi cualquier aspecto en que se le vea. La mayoría de sus comunidades todavía conservan, a través de su práctica, las tradiciones heredadas por sus antepasados. Y así como la historia describe a Huehuetenango como un lugar difícil de conquistar para los españoles, hoy día todavía conserva las costumbres que datan de mucho tiempo atrás. Por aparte, no se puede dejar de mencionar a los líderes espirituales, quienes son considerados, en algunos municipios, como una fuente de sabiduría y autoridad capaz de guiar sus vidas a través de sus acertados consejos. De esa cuenta, además del español, se reconoce la existencia de los idiomas como en mam, teko, awakateko, akateko, chuj, popti' y q'anjob'al, que en cierta medida se convierten en testigos que afirman que Huehuetenango es un departamento lleno de magia y riquezas ancestrales Datos generales Nombre del departamento: Huehuetenango. Cabecera departamental: Huehuetenango. Población: 854,335 habitantes aproximadamente. Municipios: Huehuetenango, Chiantla, Malacatancito, Cuilco, Nentón, San Pedro Necta, Jacaltenango, Soloma, Ixtahuacán, Santa Bárbara, La Libertad, La Democracia, San Miguel Acatán, San Rafael La Independencia, Todos Santos Cuchumatán, San Juan Atitán, Santa Eulalia, San Mateo Ixtatán, San Juan Ixcoy, Colotenango, San Sebastián Huehuetenango, Tectitán, Concepción Huista, San Antonio Huista, San Sebastián Coatán, Barillas, Aguacatán, San Rafael Petzal, San Gaspar Ixchil, Santiago Chimaltenango y Santa Ana Huista. Clima: De templado a frío. Idioma: Español, mam, teko, awakateko, akateko, chuj, popti' y q'anjob'al. Altitud: 2,000 metros sobre el nivel del mar. Límites territoriales: Limita al norte con México; al este con Quiché, al sur con Totonicapán y San Marcos, y al oeste con México. Extensión territorial: 7,403 kilómetros cuadrados. Fiesta titular: 16 de julio, Nuestra Señora del Carmen; 8 de diciembre, en honor a la Virgen de Concepción, y 2 de febrero, conmemorando a la Virgen de Candelaria. Fundación: 1825. Temperatura: Mínima 9 grados. Máxima 22 grados. Época prehispánica Por: Sylvia Shaw A. y Alfonso Arrivillaga Cortés Hay evidencias de que hubo ocupaciones en el período Paleoindio (15,000 años antes de Cristo), de culturas cazadoras y recolectoras hasta la aparición de la agricultura. El sitio paleontológico “El Mamut” contiene muestras de este período. La agricultura se desarrolló durante el período Pre Clásico hasta 300 años después de Cristo. Los sitios arqueológicos de Cambote, Pucal y Cucal pertenecen a este período. El período Post Clásico que duró hasta 1524 después de Cristo fue el de mayor actividad bélica debido a crisis internas. En esta región la presencia Maya inició hace 4,000 años. A los Cuchumatanes se les supone cuna de esta lengua. También se advierte la influencia de los Olmecas. Los sitios arqueológicos de Quen Santo, Chaculá y La Libertad tienen estructuras que evidencian esto. Sitio arqueológico Zaculeu, en Huehuetenango. De estos períodos se tienen reportados 140 sitios arqueológicos en la Sierra de los Cuchumatanes, siendo Zaculeu uno de los más importantes. El sitio cuenta con más de 1,000 años de ocupación y fue considerada la ciudad más importante del señorío mam. Las culturas regionales desarrolladas en los períodos Clásico y Post Clásico muestran la influencia mexicana de los Toltecas. Al final del Post Clásico hay presencia nahuatl en los Cuchumatanes. La importancia de las rutas comerciales abiertas desde entonces muestra una activa y dinámica región que incluía a Chiapas. Un ejemplo de lo anterior es la ruta de la sal, que establecía nexos por medio de una amplia región mesoamericana. De la época independiente a la actualidad Durante toda la colonia, Huehuetenango formó parte de la Alcaldía Mayor junto a Totonicapán. Esta división administrativa continuó hasta luego de consumada la independencia. Sin embargo, a lo largo del siglo XIX, sucedieron cambios políticos administrativos, como el formar parte del proyecto del Estado de los Altos. Esto fue de 1838 a 1840. Hasta 1877 queda definido como departamento independiente. En este mismo período se inicia una serie de cambios socioeconómicos, particularmente durante el gobierno de Justo Rufino Barrios, como la colonización del norte del departamento y la apertura de otras zonas para desarrollar cultivos comerciales como el café. Durante la época de los presidentes de Guatemala, Manuel Estrada Cabrera y Jorge Ubico, se agilizó la construcción de vías de comunicación interna a través del trabajo forzado. Esta red carretera ha servido de base para las actuales arterias de intercomunicación departamental y algunos tramos, como el camino de Aguacatán, que se mantiene con sus puentes de piedra original. Actualmente es evidente el crecimiento demográfico y económico del departamento, en el que han participado los pueblos indígenas. En este crecimiento ha contribuido la agricultura comercial, así como la población que migra permanente o temporalmente por razones de trabajo, fuera del país y que permiten capitalizarse y establecer comercios o pequeñas empresas. Estos procesos de desarrollo económico han permitido a los huehuetecos mantener mayor contacto con el resto del país y el exterior. Patrimonios histórico-culturales El centro de la ciudad de Huehuetenango le permite conocer una serie de edificios que datan de principio de siglo como el Teatro Municipal, la Escuela Amalia Chávez, Edelmira Mauricio y Jacinta Molina. La catedral también es otra obra arquitectónica que vale la pena conocer. Chiantla En esta Villa, que está a 5 kilómetros de la cabecera, el turista puede visitar la iglesia que guarda en su interior a la Virgen de Candelaria, obra representativa de la época colonial y decorada en su interior por murales realizados por Carlos Rigalt a mediados de este siglo y donde se representan escenas históricas y religiosas. Catedral de Huehuetenango. Esta virgen mantiene la tradición de peregrinajes regionales y se celebran en su honor dos fiestas anuales. Aquí, el turista encontrará artesanías de varios lugares, incluyendo artesanía de bronce y cobre realizadas con los instrumentos de la época colonial. Zaculeu Estas ruinas se encuentran a unos 5 kilómetros del centro de la ciudad. Zaculeu fue restaurado en la década de los años 50 y cuenta con un pequeño museo. Cerca del lugar se encuentra un río con el mismo nombre. Aguacatán A 20 kilómetros del centro de la ciudad, se encuentra la cabecera del municipio de Aguacatán, donde hay que visitar la iglesia colonial y plaza dominical. Es conocido por la excelencia de sus tejidos, así como por los nacimientos del Río San Juan y el Río Blanco. El Mirador Unos 15 kilómetros adelante, se llega al Mirador “Juan Diéguez Olaverri”, en donde se encuentra el poema “A los Cuchumatanes”, escrito por este personaje desde su exilio en Comitán, Chiapas, a principios de siglo. Todos Santos Cuchumatán Por la misma carretera en la vertiente oeste se llega a dicha población. Este pequeño poblado mantiene fuertemente sus costumbres, tradiciones y los trajes mayas más vistosos. La mejor época para visitarlo es el uno de noviembre cuando se celebra la feria municipal con una serie de actividades como bailes locales y carrera de caballos. Colotenango Los días sábados es ideal para visitar la plaza de Colotenango, que está a 40 kilómetros sobre la carretera Panamericana en dirección a la frontera con México. Ixtahuacán Diez kilómetros adelante se encuentra este lugar con un edificio municipal de principio de siglo que vale la pena conocer. Nentón En el municipio de Nentón, al noroeste del departamento, se encuentran los sitios arqueológicos de Chaculá y Quen Santo. También se localiza la laguna Yolnajab o Brava, con una longitud aproximada de 5 kilómetros, bosques subtropicales húmedos y vistas impresionantes. Los Huista En la misma zona de Nentón se pueden visitar los Ríos Selegua, Azul y Lagartero. Esta puede ser oportunidad para visitar la zona de los Huistas, es decir San Antonio y Santa Ana Huista, Concepción Huista y Jacaltenango. Éstos son pequeños poblados llenos de tradición y cultura. Los admirables altos de los Cuchumatanes Por: Luis Villar Anleu Para muchas personas Huehuetenango y los Cuchumatanes son sinónimos. Pero el primero es el nombre de uno de los 22 departamentos de Guatemala y el segundo es la denominación que recibe el macizo montañoso más elevado de América Central. Las tierras huehuetecas se levantan al cielo en el rincón occidental del país. Hace miles de años, esas tierras se formaron a partir de lechos oceánicos y mucho tiempo pasó para que se establecieran las comunidades naturales que hoy existen. Montañas de la Sierra Madre en Tectitán. La grandeza de los Cuchumatanes Según los geógrafos, la cadena montañosa de los Cuchumatanes se forma con varias sierras alineadas. Además de la que lleva el nombre de la cadena, las otras se llaman: de Chamá, de Santa Cruz y Montañas Mayas. Se cree que la sucesión de montañas, junto a la compleja cadena de Chuacús; se levantó de los fondos marinos hace aproximadamente 370 millones de años. Era la etapa Arcaica en el planeta Tierra, y los organismos más adelantados eran peces y anfibios, cuando la evolución sólo creaba los reptiles más primitivos y era la época de los helechos primitivos, colas de caballo y licopodios. Fue un tiempo de enormes cambios geográficos. Mucho tiempo después, reconvertidos en lecho oceánico Cretácico, los Cuchumatanes se cubrieron con enormes volúmenes de sedimentos ricos en carbonato de calcio. Posteriormente estos sedimentos se convirtieron en rocas calizas, de color blanquecino y solubles al agua, sustrato del paisaje actual. Atractivos naturales: La gloria del andinista Planicie Finca Guaxacaná, en Nentón. Sus montañas, cerros, valles y mesetas, le imprimen un carácter propio a la comarca. Debido a que los poblados se han erigido en pequeñas depresiones y valles, sus atractivos inmediatos son los cerros que se levantan a su alrededor. Entre los destinos clásicos para el turismo orientado a la naturaleza están los siguientes: Cumbre de Xemal y Altos de Todos Santos. En ellas se encuentran las más sublimes praderas, en donde los árboles son escasos por naturaleza y están representados por pinos, enebros y abetos. Cueva del Mamut. Este depósito paleontológico se halla en la aldea Chivacabé, a poca distancia de la ciudad de Huehuetenango. Aunque es poco conocido, es accesible y agradable. Montaña Xetaj, Ríos Yulajá y Villa Linda. Estos destinos turísticos pertenecen a un mismo municipio, San Rafael La Independencia. Es uno de los municipios norteños, al que se llega por la Carretera Nacional 9N que atraviesa los Altos Cuchumatanes de sur a norte. La montaña ofrece diversidad de atractivos, y los ríos ceden sus orillas para días de campo. Montañas Yolhuitz y Grutas de Tetloc. Estos destinos pertenecen a Barillas, municipio que ocupa el extremo de la carretera 9N, al norte; en la zona más tropical de Huehuetenango. Hay cantidad de cavernas de misteriosa belleza y rodeadas de lujuriosas junglas. En las montañas puede hacer paseos entre selvas húmedas y verdes. Laguna Yolnabaj. Se encuentra cerca, al norte del departamento, y pertenece al municipio de Nentón. El acceso es difícil, por lo que constituye un paseo para visitantes vigorosos. Balneario Valparaíso. Pertenece al municipio de La Libertad. Está formado por la confluencia de dos corrientes afluentes del Río Selegua. Es visitado por las múltiples facilidades recreativas que ofrece y porque es accesible: se encuentra a la orilla de la Carretera Interamericana (CA-1). Río Serchil. Está situado en el municipio de Malacatancito. Se puede llegar a él muy fácilmente. Pueblo y río son destinos de extraña hermosura, que ofrecen innumerables atractivos para el visitante. Montaña Tenimquán. Está en el municipio de Tectitán. Es una de las escasas cumbres volcánicas del departamento. Está a más de 3,000 metros de altitud, posee dilatadas planicies pedregosas que le confieren una fisonomía muy singular. Es un paseo inolvidable. Laguna Yolnabaj en Nentón. Las Piedras de Kapsim. Es una peculiar aglomeración de las rocas que constituyen el rasgo general de los Cuchumatanes. Es una formación geológica que impresiona por su forma y tamaño. También es fuente de leyendas y tradiciones para los pobladores locales. Está a la orilla de la carretera Interamericana. Nacimiento del Río San Juan. Este peculiar manantial brota de un pedregoso lugar de una de las tantas montañas de los Cuchumatanes. Pertenece al municipio de Aguacatán, del que dista muy pocos kilómetros. Alrededor de la fuente se ha habilitado un paraje para el descanso o paseo, comida al aire libre, baño y relajamiento. Izabal En la puerta del Caribe, muy cerca del Sol, con hermosas playas y muchos lugares por conocer, Izabal es todo un paraíso para pasar unas inolvidables vacaciones. En Izabal abundan las reservas naturales que se han convertido en los sitios de mayor atractivo de la región, entre ellas se encuentran el Lago de Izabal, Río Dulce, Bocas del Polochic, Punta de Manabique y el Biotopo Chocón Machacas, sin dejar de mencionar las hermosas playas de arena blanca. Izquierda: Playa Punta de Palma en Puerto Barrios. La cultura de Izabal, diferente a la del resto del país por la influencia caribe, también atrae a los visitantes. En este departamento se encuentran sitios arqueológicos mayas de gran importancia como Quiriguá. Otro de sus atractivos principales, y debido a que es el único departamento donde hay población garífuna, es el ritmo y las danzas de Livingston, sin olvidar el exquisito pan de coco que elaboran sus habitantes. Izabal tiene un gran desarrollo turístico. Sin embargo, para su economía, desde tiempos históricos, las actividades portuarias han sido de gran importancia tanto para el departamento como para todo el país. Por negocios o por distracción, Izabal tiene mucho qué ofrecer... Definitivamente es un lugar que no puede dejar de explorar porque siempre encontrará un paisaje fascinante. Datos generales Nombre del departamento: Izabal. Cabecera departamental: Puerto Barrios. Población: 327,365 habitantes aproximadamente. Municipios: Puerto Barrios, Livingston, El Estor, Morales y Los Amates. Clima: Cálido, tropical. Idioma: Español, garífuna y q'eqchi'. Altitud: 69 metros sobre el nivel del mar (dato de la cabecera) Límites territoriales: Al norte con Petén, Belice y Mar Caribe; al sur con Zacapa y Honduras; al este con Honduras y al oeste con Alta Verapaz. Extensión territorial: 9,038 kilómetros cuadrados. Fiestas titulares: El Estor el 29 de junio, cuando se conmemora al Apóstol San Pedro. Los Amates el 3 de mayo, Día de la Santa Cruz. Puerto Barrios el 19 de julio, fiesta en honor al Sagrado Corazón de Jesús. Livingston, el 7 de octubre, fiesta en honor a la Virgen del Rosario. Fundación: 1866. Temperatura: Máxima 31 grados. Mínima 29 grados. Historia, población y cultura La población negra caribeña más importante del departamento y la única en el país son los garínagu, más conocidos como garífuna. Este grupo étnico que recién cumplió doscientos años de vida centroamericana (1797-1997), de filiación lingüística caribe arawak; permite adentrarnos en una historia y cultura diferentes a la de los pueblos mayas. Hernán Cortés en su viaje a las Higueras en 1504, pasó por el puerto de Nito y en sus cartas al rey dijo que era un importante puerto comercial. Efectivamente, el área de lo que hoy constituye Izabal, fue un territorio propicio para las rutas de comercio, dado sus corredores naturales creados por las rutas fluviales y lacustres. El sitio más importante del departamento lo constituye Quiriguá, que data del período Clásico. Incide en la ruta comercial marcada por el río Motagua, y en las otras rutas que fueron y siguen siendo importantes hasta ahora, Río Dulce -Lago de Izabal-, Polochic y Río Sarstún. En la instauración del proyecto colonial gran parte de la población indígena, fue diezmada por las enfermedades o traslados a otras áreas. Durante la colonia fue débil y en la costa, a excepción del puerto de Trujillo y el de Omoa, la presencia fue prácticamente nula. Lo que permitió el hostigamiento de los ingleses que buscaban abrirse mercado y se encontraban atraídos por las riquezas madereras de la región. De esta manera, las autoridades coloniales edificaron la fortaleza de Bustamante, que luego se llamó Castillo de San Felipe de Lara, en honor al rey de España. Esta fortificación ubicada en el punto estratégico de la conexión de Río Dulce con el Lago de Izabal, fue atacada y destrozada varias veces. Esto permitió a los piratas incursionar hasta puntos como Panzós, en el territorio de la Verapaz. A finales del siglo pasado, la costa Caribe fue intento de políticas de emigración europea, promovidas por las ideas de la época en el gobierno de Mariano Gálvez. Aunque la primera migración belga a Santo Tomás de Castilla fue un fracaso, posterior a ello se consolidaron otras migraciones, fundamentalmente la alemana que se instaló en la Verapaz y en otros lugares importantes del puerto de Livingston, el cual en los últimos años del siglo XIX se catalogó como el puerto más importante del Caribe guatemalteco. Tradición y patrimonio cultural Posiblemente la construcción más importante de la época es el Torreón de Bustamante o Castillo de San Felipe de Lara. Esta fortaleza ubicada entre el Río Dulce y el Lago de Izabal, permite recrear una escena típica de cualquier otro punto de la región caribeña. Castillo de San Felipe de Lara, punto estratégico entre el Lago de Izabal y el Río Dulce. Además del sitio arqueológico de Quiriguá que data del período Clásico, y cuyas estelas talladas y estructuras son testigos de una historia perteneciente a la gran civilización maya, encontramos del período Post Clásico infinidad de sitios, como los ubicados en la cuenca del lago de Izabal, Bongo, Murciélago, Sepila, Pataxte, Las Delicias y San Felipe. En los márgenes de los ríos Dulce, Sarstún y Motagua; la presencia de plataformas y montículos son claros indicadores de la riqueza de su ocupación prehispánica. Sin duda la construcción más importante de la época es el Torreón de Bustamante o Castillo de San Felipe de Lara. Esta fortaleza ubicada entre el Río Dulce y el Lago de Izabal, permite recrear una escena típica de cualquier otro punto de la región caribeña; un territorio que durante la colonia debió protegerse de los piratas. Cuanto más se acerca el área al litoral caribe, más heterogénea es la población asentada. En las áreas de frontera con Zacapa y Honduras, la población generalmente es ladina y se dedica al trabajo como mozos de fincas de ganado. Esta población tiene una marcada cultura de carácter español y mantiene vivas las tradiciones propias de los ladinos del oriente del país. En este marco de población se han sumado, desde finales del siglo pasado, los ch'orti'es de Chiquimula, y sin duda durante la colonia esta población fue asimilada. Al noroeste, Izabal ha recibido gran cantidad de q'eqchi'es procedentes de la Verapaz. Hoy, El Estor y Livingston cuentan con una población mayoritariamente q'eqchi'. Debido a eso, estos municipios son ricos en expresiones de esta cultura, ya que éste es uno de los pueblos indígenas que con mayor fuerza conservan sus tradiciones. Por eso, los sistemas festivos hasta de las más pequeñas aldeas se encuentran activos. Encontramos bailes y música tradicional, ceremonias y rituales, grandes conocimientos sobre el bosque e interesantes formas de organización social. Además de los chinos y de los negros anglófonos, también conocidos como creoles, sin duda la población negra caribeña más importante del departamento y la única en el país son los garínagu, que son conocidos como garífunas. Este grupo étnico que recién cumplió doscientos años de vida centroamericana (1797-1997), de filiación lingüística caribe arawak, nos permite adentrarnos en una historia y cultura diferentes a la de los pueblos mayas. Esta población negra tiene una cultura sincrética en la que los elementos africanos, amerindios y europeos se manifiestan de particular manera. Ahora asentados en Puerto Barrios, pero sobre todo en Livingston, le imprimen a la región un carácter particular. Su sistema festivo, es rico en tradiciones y en cuanto al arte de la danza acompañada de la poliritmia de los tambores y de particulares cantos. Su tradición de pescadores y de grandes navegantes permite acercanos a otra cultura desconocida en la Guatemala contemporánea. La espectacular magia del caribe Por: Luis Villar Anleu Es el único departamento de la República de Guatemala que limita con el Océano Atlántico. En consecuencia, es el que representa al Caribe con todo el vigor y la exuberancia que es de esperar en este rincón del continente americano. En Izabal están el lago y la bahía marina más grandes del país. Sus campiñas son recorridas por el río más caudaloso. Los pantanos más opulentos, la más intrincada red de corrientes superficiales y el mayor porcentaje de espejos de agua se encuentran sobre sus fértiles suelos. Sus selvas son la representación más genuina de la lejana amazonia, en ellas se encuentra una de las diversidades florísticas más ricas de Guatemala. En sus ambientes naturales vive la fauna silvestre más peculiar y distintiva. Río Las Escobas en Puerto Barrios Una historia sorprendente A no ser por la existencia de tres poderosas cadenas montañosas, que se presentan como otras tantas costillas orientadas de noreste a suroeste, todo el departamento sería una extensa planicie. Una es la sierra de Santa Cruz, otra la del Mico, que es una extensión de la de Las Minas, y la del Merendón. Alternando con ellas hay otras tantas planicies, alargadas, orientadas en el mismo sentido. Sobre la primera discurre el río Sarstún, sobre la segunda están los lagos de Izabal y Golfete, así como el Río Dulce, y sobre la tercera serpentea el Río Motagua. Los tres valles deben su existencia a resquebrajamientos de la tierra, tan antiguos como las sierras, que han evolucionado desde tiempos inmemoriales. Cada uno es una falla geológica. Funcionalmente forman un activo conjunto que separa a dos enormes placas tectónicas. La falla que corre entre las sierras de Santa Cruz y la del Mico se separó en dos fracturas. Al medio de ellas los terrenos se hundieron y forman las vastas cuencas de los lagos Izabal y Golfete y el estrecho cañón por donde discurre el Río Dulce. Las tierras de Izabal han resultado ser de una fertilidad asombrosa. Se piensa que el suelo más fértil de Guatemala está ahí, justo en el sitio en donde fue construida la antigua Quiriguá. En la desembocadura del Río Dulce, en la parte noroeste, se ha encargado de depositar sedimentos en la propia orilla del mar. La centenaria acumulación ha creado rasgos espectaculares: la península de Punta de Manabique y, colateralmente, la bahía de Amatique, un rincón oceánico atrapado por suelos de fuentes muy lejanas. Atractivos naturales Bocas del Polochic, Refugio de Vida Silvestre. Es un área protegida en el delta pantanoso del Río Polochic. Tierras inundadas, brazos de ríos, selvas y pastizales. Un escenario espléndido y una vida silvestre prodigiosa. Punta de Manabique, Refugio de Vida Silvestre. La costa caribeña por excelencia. Playas de arena blanquecina, mar somero de aguas cristalinas y suave oleaje, abundante sol, palmeras y un aire saturado de música tropical. Un pedazo del paraíso a la orilla del mar. Cerro San Gil, Reserva Ecológica. Un área protegida que resguarda selvas pluviales de mediana altitud. A pocos pasos de la costa, la cima se envuelve en nubes y brisas del mar. Hay senderos, un hotel de montaña y mucho que conocer y disfrutar. Chocón Machacas, Biotopo Protegido. A la orilla del Golfete, consta de extensas selvas medio pantanosas, cortadas por riachuelos y salpicadas de lagunas rebosantes de peces, tortugas, aves acuáticas y anfibios. Río Dulce, Parque Nacional. Desde el Castillo de San Felipe, al final del Lago de Izabal, hasta su encuentro con el mar, a la par de Livingston, se encuentran un conjunto de parajes de extraordinaria belleza. Entre el ardiente sol del trópico, la brisa de la costa y la tórrida humedad caribeña, este extenso destino concentra la esencia del departamento. Siete Altares y Punta Cocolí. Dos rasgos geográficos en la costa interior de la Bahía de Amatique. Siete Altares es un conjunto de pozas naturales, creadas por un río selvático; a la orilla misma del mar, pero inusitadamente frescas. En Punta Cocolí la playa trata de hacerse espacio entre la jungla y el mar, pero acepta gustoso a los amantes de la natación y la pesca. Punta de Palma. Playa muy cercana y accesible desde Puerto Barrios. Discreta pero no apartada, visitada pero no hacinada. En épocas de alto turismo se convierte en el paraíso de los niños, de los jóvenes y de los adultos con espíritu juvenil, que llenan sus noches de reggae y otros ritmos tropicales. Bahía de Amatique. Un eslabón entre el agua dulce del continente y la salada del mar. Forma un extraño mundo con atractivos para todos los gustos. Ideal para remar, navegar a vela o con botes de motor, para nadar, pescar, disfrutar de un plato de comida caribeña, pasear, fotografiar y observar aves del mar o de la jungla. Bahía La Graciosa. Una pequeña extensión de la Bahía de Amatique dentro del pantano de palma de confra. El pantano, de fisonomía selvática, encierra a la Graciosa en un escenario paradisíaco. Un paseo que jamás puede olvidarse. Bahía de Santo Tomás. Otra extensión de la Bahía de Amatique, pero esta vez dentro de las junglas del pie del cerro San Gil. Contiene muchos atractivos particulares, como el balneario Poza Azul o las refrescantes aguas del Río Las Escobas. Canal de Los Ingleses. Este es un canal navegable que comunica a la bahía La Graciosa con el Mar Caribe, seccionando a lo ancho la Punta de Manabique. Un delicioso trayecto entre el mundo agreste del litoral costero, que finaliza en las incomparables playas de la península. Lago de Izabal. Este lago es tan grande y variado que, por sí mismo, sería suficiente para señalar por decenas los atractivos turísticos que contiene. Uno de ellos es Playa Dorada, a la vecindad de la población de Mariscos; uno más es el poblado de El Estor, situado entre el lago y la montaña de Santa Cruz. Río Sarstún, Vía Escénica. Separando Belice de Izabal, el Río Sarstún constituye tanto una ruta histórica como una vía turística de inusitado valor escénico. El curso está flanqueado de manglares y juncales, los que conectan el puerto fluvial de Modesto Méndez con la bahía de Amatique. Río Las Escobas. Esta corriente nace en las cumbres del cerro San Gil. Al despeñarse ladera abajo crea cascadas, rápidos y recodos de hermosura sin par. Descarga al fondo de la bahía de Santo Tomás, en medio de pozas de agua más fresca de lo esperado. No es exagerado decir que a Izabal no le hace falta nada para calificarlo de vergel. También es acertado afirmar que donde el visitante vaya, encontrará suficientes motivos para pasarla bien. Quiché Las manos artesanas de sus pobladores y sus costumbres religiosas, hacen de Quiché un departamento rico en expresiones que el visitante puede apreciar en sus mercados, así como en el colorido de sus trajes. El diseño arquitectónico de sus edificios, especialmente las iglesias, transportan al visitante a épocas antiguas, cuando se iniciaban las cofradías, que son las más completas del territorio nacional. En cuanto a su producción artesanal, se destacan los tejidos de algodón y lana. Los primeros elaborados por las mujeres en telares de cintura y los segundos por los hombres en telares de pie. Junto a este rubro económico también se encuentran la orfebrería, manifestada en cadenas, pulseras y esclavas de oro y plata. Tejedora en Chajul. Es interesante recordar que el párroco de Santo Tomás Chichicastenango, el padre Fray Francisco Ximénez, cuando llegó a este lugar, a principios del siglo XVIII, recopiló y transcribió el Popol Vuh, libro sagrado de los k'iche'es, y principal obra literaria precolombina de nuestra Guatemala. Datos generales Nombre del departamento: Quiché. Cabecera departamental: Santa Cruz del Quiché. Población: 575,677 habitantes aproximadamente. Municipios: Santa Cruz del Quiché, Chiché, Nebaj, Chinique, Zacualpa, Chajul, Patzité, Chichicastenango, San Antonio Ilotenango, San Pedro Jocopilas, Cunén, San Juan Cotzal, Joyabaj, San Andrés Sajcabajá, Uspantán, Sacapulas, San Bartolomé Jocotenango, Canillá, Chicamán, San Luis Ixcán y Pachalum. Clima: De templado a frío. Idioma: Uspanteko, ixil, sakapulteko, k'iche' y el español. Altitud: 2,021 metros sobre el nivel del mar. Límites territoriales: Colinda al norte con México; al este con los departamentos de Alta Verapaz y Baja Verapaz; al sur con los de Chimaltenango y Sololá, y al oeste con los de Totonicapán y Huehuetenango. Extensión territorial: 8,378 kilómetros cuadrados. Fiesta titular: 18 de agosto en honor a Santa Elena de la Cruz. Fundación: 1872. Temperatura: Máxima 19 grados centígrados. Mínima 5 grados centígrados. Cultura, historia y población Por Kajkoj Máximo Bá Tiul “En cuanto llegó a Utatlán, Alvarado se dio cuenta de que la ciudad tenía tan sólo dos entradas, una de las cuales estaba en parte destruida, siendo prácticamente imposible que los caballos pudieran pasar por ella. Entonces, se dio cuenta que era una trampa y logró a tiempo salvar a sus hombres y caballos." Izquierda: Mujeres en día de mercado en Cotzal. Durante la lucha que siguió la fuga, los españoles capturaron a dos de los jefes K'iche'es, Oxib' Kej y Belejeb' Tz'i. Éstos al confesar ante Alvarado su intención contra los invasores, ordenó que murieran en la hoguera. Así es como cae la ciudad capital de los k'iche'es, hecho ocurrido el 4 de abril de 1524. El 11 de abril, Alvarado considera el territorio de Utatlán como dominio suyo y de los reyes de España, por lo tanto había que avanzar a otro territorio. Durante la Colonia y alrededor de 1700, el obispo Cortés y Larraz, hacía referencia del pueblo de Santa Cruz del Quiché, como municipio. La referencia que daba era lo siguiente: “El camino es bueno; aunque hay algunas cuestas pero no violentas. El pueblo está situado en buena llanura, pero estéril que para nada se aprovecha: porque en el tiempo de lluvias es un barrial, difícil para transitar, y cuando faltan las lluvias, es una arena que no tiene planta ni yerba verde”. Según el mismo obispo, el idioma hablado en una parte del departamento es el k'iche'. La producción es maíz y frijol, así como el trabajo en la ganadería. Además afirmaba; “entiendo que entre sus papeles se encontrarían en estos pueblos raras historias del rey de Quiché; porque estos indios tienen (a mi parecer) muy vivas esperanzas de volver a tenerlo, y yo mismo, o con algún cuidado, los he puesto con varios pretextos en que me dijeran, cómo era el rey de Quiché y hablan de esto con mucha individualidad y afición”. Como se encuentra actualmente el departamento del Quiché, es una creación del segundo período del gobierno liberal guatemalteco. El departamento se estableció en 1872, según decreto No. 72 de Justo Rufino Barrios, “cuando éste, dirigiendo la insurrección provinciana en curso contra el orden conservador de la capital, todavía no ha conquistado definitivamente el poder central y necesita localmente del apoyo de milicias y guerrillas, tanto ladinas, particularmente en Santa Cruz del Quiché y Cubulco, como indígenas de Santa Cruz y San Bartolomé Jocotenango”. Mayas Se pueden dividir en cuatro grupos étnicos bien definidos: 1) K'iche': Es el mayoritario. Se ubican en el resto de los municipios del departamento. 2) Ixil: Ubicado en la región que recientemente se le ha llamado Triángulo Ixil. Esta región está formada por Nebaj, Cotzal y Chajul. 3) Poqomchi': Se localizan en el municipio de Uspantán y Chicamán, donde llegaron después de buscar tierras. Hay cinco aldeas bien definidas: Belejú, Pajuil, El Soch, La May y Tiritibol. 4) Q'eqchi': Originarios de Alta Verapaz. Ocupa el área conocida como Zona Reyna. Llegaron casi en la misma época de los colonizadores alemanes. Además de estas comunidades, encontramos a los Sacapultekos (Sacapulas), Uspantekos (Uspantán), aunque no reconocidos como idiomas propiamente dichos. Chichicastenango es famosa por sus rituales mayas los cuales son celebrados por Sacerdotes Mayas frente al atrio de la iglesia de El Calvario y en muchos centros ceremoniales como Pascual Ab'aj. Además, es importante por la comida del fiambre en la casa de la cofradía de Santo Tomás, el 1 de noviembre. Derecha: Ceremonia maya, interior de la iglesia Santo Tomás, Chichicastenango. Sitios Arqueológicos Mencionaremos entre otros los siguientes: - Santa Cruz del Quiché: Gumarkaaj. Chichicastenango: Pascual Ab'aj y la Iglesia Parroquial y el Calvario. Sacapulas: Xutixtiox, Chuitinamit, Xolpocol. San Andrés Sajcabajá: Mixcolajá, Patzac, Pantzac. Uspantán: Cawinal, Peña Flor, Agua Colorada. San Juan Cotzal: Achitz, Caquixaj, Chipal, Oncap. Cunén: Balbitz, Chijaam. Chajul: Ilom, Xacbal, Huil. Lugares recreativos - Cunén: Las Grutas, La Meseta y Las Doncellas. Sacapulas: Río Negro. Santa Cruz del Quiché: La Laguna de Lemoa y Sepelá. Nebaj: Las Cataratas de Nebaj. Trajes típicos El departamento del Quiché es una de las regiones de Guatemala, que tiene una diversidad de trajes. Por ejemplo, sólo en el Triángulo Ixil se encuentran diferentes colores, siendo distinto el traje de Chajul al de Nebaj y San Juan Cotzal. Izquierda: Mujeres en feria de Joyabaj. El traje de Cunén, es diferente al de Sacapulas, por los picos que llevan los güipiles y la forma de usar el corte. En cuanto a Uspantán, es importante reconocer que existen dos trajes: el uspanteco antiguo que es parecido al de Cunén y el uspanteco moderno que es parecido al traje del municipio de Santa Cruz del Quiché. El traje de Chichicastenango es peculiar y único en la región, tanto en hombres como en mujeres. Así como el traje de Joyabaj que se parece un poco al cubulero de Baja Verapaz. Laguna de Lemoa en Santa Cruz del Quiché. Tres cordilleras; un territorio Su dilatada extensión adquiere una configuración alargada, de norte a sur. El extremo meridional es como una cuña que se introduce en los departamentos de Sololá y Chimaltenango; el septentrional, mientras tanto, es parte de la recta que forma la frontera internacional Guatemala-México. Debido a tan peculiar disposición, los grados de desarrollo son radicalmente disímiles. Es muy intenso en el sur, de intensidad media en la porción central y absolutamente desordenado y caótico en la zona norteña. La delimitación territorial de los departamentos, ni por asomo se ha hecho sobre bases geográficas. Éstas, invariablemente, han girado alrededor de intereses económicos y políticos. Por eso no puede generalizarse una historia común para todas las tierras de Quiché. Puede decirse, eso sí, que casi toda la comarca es parte de los terrenos más arcaicos de Guatemala, aquellos que surgieron a consecuencia de los procesos tectónicos más antiguos de que se tenga noticia. Tales procesos dieron origen, entre otras, a las cordilleras Los Cuchumatanes y Chuacús, cuyas secciones locales forman casi el 97 por ciento del departamento. El 3 por ciento restante corresponde a la Cordillera Volcánica, más joven y de historia geológica diferente. Con estas cadenas montañosas, y con las depresiones que las separan, se establece en Quiché un patrón geográfico interesante. Consta de seis bandas paralelas, cada una orientada en sentido este-oeste. Principiando en el extremo norte, la primera es la zona de tierras bajas que penetra desde Petén. A continuación se levanta el primer complejo montañoso: Los Cuchumatanes, que procede de Huehuetenango. Luego, más al sur, se encuentra la primera depresión: el Valle del Río Negro, que aguas abajo se llamará Chixoy. Después del valle se eleva la otra cadena orográfica, Chuacús, que nace cerca del límite occidental del departamento. Termina esta cadena en otra depresión, menos profunda que la primera, que es parte del Valle Alto del Río Grande, que habrá de llamarse Motagua al entrar a Zacapa. Y, al sur de este otro valle, aparece la tercera zona de montañas volcánicas, la que forma la cuña que penetra los departamentos vecinos. De la geografía a la geología Como resultado de dicho patrón geográfico, ha surgido a la vida un mundo ecológico fantástico, contrastante como ningún otro en el resto del territorio nacional. En las tierras bajas del norte, por ejemplo, se hallan las selvas tropicales más lluviosas. Las precipitaciones ahí son del orden de 4,000 a 6,000 milímetros anuales. La diversidad biológica es formidable, aunque los suelos son de una pobreza increíble. El paisaje es muy parecido al del norte de Alta Verapaz, con profusión de cavernas, manantiales, sumideros de ríos y montes calizos. Unión de Ríos Blanco y Negro en Sacapulas. Entre esta zona y el Valle del Río Negro, sin la majestuosidad de los Altos Cuchumatanes huehuetecos, se alza el brazo oriental de la cordillera. Sobre la cumbre se ha desarrollado el magnífico Bosque de Montaña, ese fresco conjunto de ecosistemas en donde predominan los pinos y las encinas. Mientras, al sur, el valle ha resultado restringido en extremo a las lluvias. Aquí los promedios anuales apenas son de 500 a 600 milímetros. Consecuentemente, los ecosistemas son de Chaparral Espinoso, calurosos, secos, semidesérticos, ricamente poblados por cactos, zarzas, acacias y otros vegetales punzantes. La siguiente banda ecológica es la de las tierras altas de la Sierra de Chuacús. De altitud media ligeramente inferior a la de Los Cuchumatanes, es la que soporta a la mayor cantidad de la población humana del departamento. Resultado de ello es que sus ecosistemas primigenios, del mismo bioma que los de las otras tierras altas, casi han desaparecido. Originalmente constaban de pinares, encinares y bosque mixtos de pino-encina. Comunidades naturales como éstas son las que se han establecido también en la fracción de montañas volcánicas del extremo sur. Sobre las tierras que forman el desfiladero del Río Grande, los ecosistemas forestales del Bosque de Montaña se diversifican más que en las cumbres. Las condiciones son secas, pero las altitudes no bajan más allá de 1,500 metros. Por eso, no se desarrollan condiciones de Chaparral Espinoso, aunque se insinúan. En los bosques de estas barrancas aparecen árboles de palojiote, guachipilín, madroño y abundantes estoraques. Se ve, pues, que Quiché es un territorio extraordinario, antiquísimo, partido en varios pedazos como consecuencia de ser atravesado por las pavorosas fallas geológicas Polochic y Motagua. Pero, con todo, conforma un mundo espectacular. Atractivos turísticos La esplendorosa Zona Reina. A mediados de la década de los 50, y quizás hasta principios de la década de los 70, hablar de la Zona Reina era cosa común. Se llamaba así a una región inmersa en enigmas, rodeada de fascinantes relatos y leyendas de la naturaleza. Se decía que constituía una selva muy cerrada, ocupada en todos sus rincones por los animales más variados. Relatos de encuentros con grandes fieras, con seres desconocidos, con lugares salvajes o con cavernas misteriosas eran frecuentes. La Zona Reina abarcaba tierras que van de la cumbre de Los Cuchumatanes quichelenses, hasta los confines del norte del departamento. Un recuerdo de ella es la recientemente declarada Reserva de la Biosfera Visís-Cabá, del municipio de Chajul. Por razones obvias, esta Reserva es una de las joyas más preciadas del sistema guatemalteco de áreas protegidas. Los ecosistemas que conserva, y las facilidades que ofrece para conocerlos, son extremadamente especiales. Es la única puerta que nos queda para reentrar a un esplendoroso mundo, al reino de los misterios, de las leyendas y de los relatos fantásticos. Es cierto que más allá de Santa Cruz del Quiché, la cabecera departamental, los bosques persisten con señorial magnificencia, pero cuando el cielo se pinta de encarnado sobre ellos, los paisajes adquieren ribetes de arrolladora belleza. Dignos escenarios para artistas, escritores, fotógrafos y turistas, es decir, para los amantes de la naturaleza. A pesar de tan favorables condiciones y muchos potenciales destinos para la práctica del turismo orientado a la naturaleza, éste casi no ha progresado en Quiché. Mencionaremos aquí, únicamente los más tradicionales. Balneario de Pachitac. Dista ocho kilómetros de Santa Cruz del Quiché. Ha sido bastante desarrollado para facilitar las visitas. Cuenta con una pequeña laguneta, piscina, baños individuales y canchas para jugar baloncesto y voleibol. Tiene gran afluencia de visitantes, en particular los fines de semana y días feriados o de asueto. Los alrededores son muy agradables. Todo el sitio es ideal para caminatas, recreación, observación de la naturaleza, natación, baños, fotografía, descanso o relajamiento. Balneario Chocoyá. Dista cuatro kilómetros de la cabecera departamental. Es parte del arroyo del mismo nombre, que cuenta con agua fría, especial para tomar un baño de revitalización. Los alrededores son apacibles y placenteros. Los recursos para distraerse son ilimitados. Laguna Lemoa. Localmente a esta laguna se le llama “El espejo de Santa Cruz”. Se localiza a seis kilómetros de la cabecera del departamento, a la orilla de la carretera asfaltada que va a Chichicastenango. En ella se puede pescar con anzuelo o tomar un baño. La rodea un fragante pinar, a cuya sombra se han construido pequeñas cabañas y parrillas para cocinar, asar carne o los pescados provenientes de la pesca. Ideal para días de campo, para disfrutar del aroma de la tierra húmeda o del fresco viento que sopla entre los pinos. No está demás agregar que es un verdadero oasis para descansar a mitad de una jornada de viaje. Cerro Pascual Ab'aj. También llamado Cerro T'urkaj, se encuentra a tres kilómetros de la Villa de Chichicastenango. Es más conocido por la permanencia de rituales del pueblo k'iche', por lo que se le considera un lugar sagrado. Además, el cerro concentra los atractivos propios de un ambiente natural: senderos, bosques, paisajes, encuentros con fauna silvestre, variedad de aves e infinidad de motivos para la recreación. Salinas de Sacapulas. Ésta es una mina de sal negra, que localmente se conoce como xupej, de la que se dice posee propiedades medicinales. Se encuentra a orillas del Río Negro. En las vecindades hay varias fuentes de aguas termales curativas, en forma de pozas. Por eso, y porque son accesibles y se hallan en un ambiente hermoso, muchos turistas nacionales y extranjeros acuden a bañarse y a pasear. Cerca de ahí están los parajes Río Blanco, Trapichitos y Tzununul, de incomparable belleza escénica. Reserva de la Biosfera Visís-Cabá. La más soberbia muestra existente de la legendaria Zona Reina. La selva es magnífica, rica y con gran diversidad de fauna y flora. Pertenece al municipio de Chajul, un pueblo en donde la belleza rural resulta incomparable. A pesar de su lejanía, esta Reserva es accesible por camino de tierra, y ofrece muchas oportunidades de paseo, estudio, investigación y conocimiento del medio. Retalhuleu Bañada por una gran cantidad de ríos se encuentra la “Capital del Mundo”, como llaman sus pobladores a Reltalhuleu. El mayor atractivo de esta calurosa tierra lo constituyen sus playas. Otro lugar muy visitado por los turistas es el IRTRA, en cual se encuentra el Parque acuático Xocomil, ubicado en San Martín Zapotitlán. Los sitios arqueológicos abundan en Retalhuleu, y aunque son poco frecuentados poseen una gran importancia. Ellos evidencian la cultura prehispánica y fueron habitados en una época anterior a Tikal. En este departamento se encuentran descendientes mayas k'iche'es y kaqchikeles que conservan muchas de sus tradiciones. La fertilidad y riqueza de sus suelos está bien aprovechada por los retaltecos, con la ganadería y el turismo, que son trascendentales para el desarrollo económico de este departamento, uno de los más prósperos del país. Fuente del parque en El Asintal. Datos generales Nombre del departamento: Retalhuleu. Cabecera departamental: Retalhuleu. Población: 237,967 habitantes aproximadamente. Municipios: Retalhuleu, San Sebastián, Santa Cruz Muluá, San Martín Zapotitlán, San Felipe, San Andrés Villa Seca, Champerico, Nuevo San Carlos y El Asintal. Clima: Cálido. Idioma: Español, k'iche' y kaqchikel. Altitud: 239 metros sobre el nivel del mar. Límites territoriales: Al norte con el departamento de Quetzaltenango; al sur con el Océano Pacífico; al este con el departamento de Suchitepéquez, y al oeste con Quetzaltenango y San Marcos. Extensión territorial: 1,856 kilómetros cuadrados. Fiesta titular: 8 de diciembre en honor a la Concepción de María. Fundación: 1877. Temperatura: Máxima 32 grados centígrados. Mínima 20 grados centígrados. Pescadores en la aldea El Chico en la Reserva Manchón Guamuchal. Historia, población y cultura; importancia prehispánica Por Kajkoj Máximo Bá Tiul A menos de 15 kilómetros de la cabecera departamental se encuentra situado uno de los más importantes legados de los mayas. Los hallazgos arqueológicos realizados en el municipio del Asintal, llevaron al descubrimiento de uno de los centros ceremoniales más importantes de toda la región, el cual se puede visitar actualmente por medio de un camino transitable en cualquier época del año; su nombre es Abaj Takalik. Altar 8 y estela 5 en la Plaza Central del sitio arqueológico Abaj Takalik, en El Asintal. Este lugar es considerado como uno de los centros ceremoniales más antiguos y extensos de la bocacosta guatemalteca. En dicho lugar se han encontrado monumentos del período Preclásico. Allí se puede apreciar la Estela No. 2, fechada en el 200 antes de Cristo y la Estela No. 5, que figura como una de las más tardías de ese período, fechada en la Cuenta Larga y que data del año 126 después de Cristo. Esta última se considera que fue tallada 166 años antes que la estela más temprana encontrada en el centro de Tikal, (en el departamento de Petén), lo cual nos hace ver comparativamente su importancia. Además se han podido encontrar evidencias de que Abaj Takalik y otros centros Prehispánicos en el departamento funcionaron como sitios de enlace entre los pueblos ubicados en el sur y occidente con los del centro y norte guatemalteco. De manera igual a la mayor parte de los centros ceremoniales del mismo período, estas ciudades fueron abandonadas, sin conocerse los motivos exactos que llevaron a sus habitantes a hacerlo. Uno de los atractivos turísticos de mayor importancia con que cuenta Abaj Takalik y por el cual no se debe dejar de visitar, es La Cueva del Encanto en la cual se han descubierto vestigios arqueológicos de los mayas del Preclásico y Clásico, los que han permitido llegar a reconstruir parte de la vida de esta gran civilización y de la cual se narran infinidad de leyendas. Son de gran importancia los sitios arqueológicos: Alejos, La Tortuga, San Juan Noj y Río Jesús. En el museo arqueológico ubicado en el centro de la ciudad de Retalhuleu se exhibe un considerable número de piezas arqueológicas, las cuales dan evidencia y manifiestan el notable grado de desarrollo que alcanzaron los antiguos habitantes del departamento, el cual se encuentra abierto a los visitantes que desean apreciar elementos de la cultura material de esta incomparable civilización. Referentes del período Hispánico (1524-1821), nos describen que el departamento era visitado como punto de tránsito para llegar a Soconusco y Tehuantepeque (actualmente en la República de México), o de estos puntos hacia la capital de la Provincia de Guatemala. Situación que prosigue en la actualidad, siendo punto de referencia por el paso comercial y turístico de personas que transitan por la frontera de Tecún Umán y El Carmen (en el departamento de San Marcos). La población mayoritaria durante la época Hispánica la constituían habitantes indígenas del grupo quiché. En el presente, mayahablantes de este idioma se ubican en los municipios de Retalhuleu, San Sebastián, Santa Cruz Muluá, San Martín Zapotitlán, San Felipe, San Andrés Villa Seca, Champerico, Nuevo San Carlos y El Asintal. Comunidades que mantienen arraigados sus patrones culturales, heredados de una cultura milenaria y rica en costumbres y tradiciones que han preservado vigentes a lo largo de muchos siglos. Costumbres que se pueden apreciar vívidamente hoy en día en estos municipios, como lo son: el tradicional día de plaza donde se ofrecen productos de diversa índole, con suma sencillez e informalidad. Las fuentes históricas relatan sobre la exuberancia de los ríos Ocós, Sis, Tilapa y Samalá, cuyas cuencas atraviesan el departamento, los cuales no solamente eran extensos y caudalosos, sino además relatan viajeros y cronistas del período colonial, que sus aguas eran peligrosas ya que estaban infestadas de lagartos, en asecho de quien atravesara sus causes. Así como sus riberas y alrededores, estaban densamente cubiertos de bosques tropicales, que albergaban a infinidad de especies animales, muchas de las cuales aún permanecen refugiadas en esta región. Actualmente estos ríos, principalmente el Samalá, son soberbios e impetuosos. El legado arquitectónico y escultórico de este período se aprecia en los templos católicos de los municipios de San Martín Zapotitlán, Santa Cruz Muluá y Retalhuleu. Retalhuleu moderno Es durante el período Republicano (1821 a nuestros días), que se crea el departamento de Retalhuleu por Decreto del 16 de Octubre de 1877, al tomarse en cuenta el incremento del comercio y la agricultura en la región. Y debido a la dificultad de llevar a cabo la administración del departamento de Suchitepéquez se estableció que una parte de este, formaría este nuevo departamento. Es en el año de 1849 que quedan habilitadas las aduanas para el comercio de importación y exportación en Champerico, constituyéndose en uno de los puntos de mayor importancia de entrada marítima por el Océano Pacífico de Centroamérica. A esto hay que agregar la belleza de sus playas como centro de esparcimiento y recreación, atractivo que se ha mantenido hasta la fecha. La pujanza económica que alcanzó el departamento a partir del período Liberal en la última parte del siglo XIX, como resultado del cultivo del café, permitió al departamento ubicarse como uno de los lugares más prósperos del país, debido a la fertilidad y riqueza de su suelo. A finales del siglo XX, se puede afirmar que Retalhuleu es uno de los departamentos más ricos de la Costa Pacífica y aún más notoria es su prosperidad, cordialidad, belleza natural y cultural, que lo ha situado como uno de los departamentos más importantes del país. Su situación geográfica, le augura un potencial de desarrollo a sus habitantes, dadas las características singulares, al ubicarse como punto de confluencia entre la zona del Altiplano Occidental del país, y la zona Costa Sur Pacífica. Además, representa un punto estratégico para el desarrollo de la región, y que es aprovechado por los retaltecos. Patrimonio cultural Retalhuleu se le denomina como “La Capital del Mundo” debido, según cuentan sus pobladores, a la riqueza de sus recursos, hospitalidad de su gente y la exuberancia de su naturaleza. Se considera que el nombre de Retalhuleu proviene etimológicamente de dos voces: retal que en idioma quiché se interpreta como “señal” y huleu que significa “hoyo de tierra”; lo cual se puede definir como “señal de tierra”. Otra versión sobre el origen del nombre señala que, durante la época en que llegó Pedro de Alvarado a conquistar dichas tierras, formó con su espada una señal en el aire, indicando la separación en dos del territorio que vislumbraba; del lado derecho indicó al territorio del pueblo mam y del lado izquierdo al área del pueblo quiché; quedando este último límite sobre el Río Nil, en lo que actualmente es la cabecera departamental de Retalhuleu. Calle de Retalhuleu. Al fondo se observa la Catedral. A nivel de tradiciones culturales, Retalhuleu cuenta con una variedad de manifestaciones de gran esplendor, las que se representan con una singular exposición y colorido, particularmente durante las celebraciones patronales y festejos titulares en cada uno de los nueve municipios que conforman el departamento; las cuales son apreciadas y degustadas por propios y foráneos. Dentro de las actividades que sobresalen se encuentran: las festividades de las Cofradías y las actividades patronales de las comunidades, llenas de gala, pompa y alegría. A ellas se integran elementos comerciales y de diversión. No son menos importantes las actividades tradicionales que se llevan a cabo el 2 de Noviembre, Día de Los Finados; la celebración de la Independencia el 14 y 15 de Septiembre; el festejo de carnaval; y sobre todo las conmemoraciones durante la Semana Santa, en las que cada pueblo muestra su devoción y respeto en un mundo altamente encerrado en un sincretismo religioso, digno de observar. La gama de expresiones culturales de los retaltecos proviene de costumbres heredadas por ladinos e indígenas mayas que se han adaptado a las nuevas formas de la civilización, aunque en algunos espacios del departamento sobreviven manifestaciones culturales, que parece como si estuvieran congeladas en el tiempo, siendo éstas: el respeto a los miembros de la familia, el respeto a la naturaleza, y sobre todo la sencillez y aprecio por la vida. Por eso, los extranjeros que llegan al departamento a visitarlo no tienen dificultad en adaptarse a sus costumbres. Podemos decir que tanto histórica, cultural y socialmente el departamento ha atraído a infinidad de visitantes quienes se han quedado satisfechos e impresionados ante la belleza de los atractivos de Retalhuleu. Desde el siglo XVI, los viajeros aseguran que quien llegue a este lugar no podrá resistir de la magia que ofrece este paraíso tropical. Entrada a la cueva de El Encanto en El Asintal. Es el corazón de la Costa Cuca El departamento de Retalhuleu, de la región suroccidental de Guatemala, es uno de los territorios más representativos de la Costa Cuca; en verdad, constituye el corazón de la misma. Está situado entre el pie de monte de la imponente Cordillera Volcánica y el mar, de tal suerte que sus terrenos más elevados apenas si alcanzan 900 metros de altitud. Resulta de temperamento cálido, húmedo, de suelos muy fértiles y de una vitalidad asombrosa. Peculiar geografía Geográficamente hablando, Retalhuleu es un terreno de gran homogeneidad. Las dilatadas planicies son su rasgo más evidente, y sólo de vez en cuando se encuentran interrumpidas por modestas ondulaciones y depresiones. En general, posee únicamente dos zonas topográficas: la montuosa del pie de monte al norte y la llana del litoral oceánico al sur. Debido al trazo topográfico que le diera la existencia administrativa, la zona de montes es estrecha y representa no más del 10% de las tierras; la otra es relativamente ancha y mayoritaria. Los montes nunca llegan a ser espectaculares. Localizados en una franja de apenas 300 a 900 metros sobre el nivel del mar, conforman un espacio de estribaciones montañosas de suave pendiente. Los rangos de humedad atmosférica son elevados ahí, y las lluvias se presentan con generosidad y abundancia. Agregado lo anterior, a la descollante fertilidad de los suelos, se tiene un área de enorme productividad y de evidente riqueza ecológica. No es de extrañar que se asienten en ella siete de las nueve cabeceras municipales del departamento. Hacia la zona meridional, Retalhuleu se extiende en dilatadas planicies hacia el Océano Pacífico. En esta región los terrenos muestran pendientes casi imperceptibles, que raramente llegan a ser de 5% (de 1 a 2% resulta el rango común). Un detalle particular lo constituyen los llamados zanjones. Son discretas hondonadas, debidas a procesos erosivos, que cortan la continuidad de la planicie y crean un cosmos de hábitats especiales para la vida silvestre. La zona culmina, en el litoral oceánico, con infinidad de médanos, estuarios, manglares, bocabarras, cenagosos deltas, playas y profusión de aves acuáticas y otros seres vivos. El agua superficial llega a ser un elemento muy distintivo de la campiña retalteca. Es tal su abundancia que, con toda probabilidad, puede afirmarse que Retalhuleu es el departamento más recorrido por ríos. Esto es resultado de la copiosa precipitación pluvial en la vertiente volcánica situada al norte. El más caudaloso de cuantos discurren ahí es el Samalá, que viene desde Quetzaltenango. El Ocosito y el Sis forman sus límites occidental y oriental, respectivamente. Los demás casi forman un enrejado, tal es su abundancia. De la geografía a la ecología Como se habrá podido deducir, la disposición de los elementos geográficos de Retalhuleu son propicios para desarrollar ciertas condiciones ecológicas distintivas. Así, en la zona de montes y suaves ondulaciones, los ecosistemas selváticos son los privativos. Son parte del bioma de Selva Subtropical Húmeda, que en este nivel tan bajo poseen innumerables árboles de virola, volador, hormigo, guapinol y conacaste. Entre las aves, las pericas, quenques, quebrantahuesos y urracas son características. El humano ha aprovechado la extrema fertilidad local, y ha implantado cultivos de café, cardamomo, cacao y hule. Derecha: Río Nil en El Asintal. La planicie, abanicada por innumerables corrientes, se ha cubierto de suelos volcánicos muy ricos. Originalmente estuvo poblada de tupidas selvas tropicales, que ahora sólo persisten escondidas en los zanjones. Eso hace de estas depresiones un insustituible medio para resguardar naturalmente bolsones de la Naturaleza primigenia. Otros ecosistemas de la llanura son los bosques de galería. Se llama así a las comunidades naturales que se desarrollan a lo largo de los ríos; tienen identidad propia y constituyen otro tipo de refugio para la vida silvestre. Los bolsones y bosques de galería alternan con pastizales, en donde grandes árboles de conacaste, ceiba y palo blanco crecen dispersos, como salpicados. En conjunto forman el bioma de Sabana Tropical Húmeda, que domina toda la planicie costera del Pacífico de Guatemala. Pero una característica preeminente de Retalhuleu son las pampas. Son sistemas naturales costeros, que conforman estancias llanas y anegadizas saturadas de lagunetas, lagunas, pantanos, meandros abandonados y brazos de ríos. Se forman en las tierras más bajas, en donde el agua de las corrientes se ve parcialmente retenida por las condiciones propias del terreno. Y, casi en la línea del mar, antes de alcanzar los ecosistemas de dunas costeras, se halla el rico conjunto de esteros, bocabarras y deltas. Paraíso de mangles, reptiles y aves acuáticas, es la culminación de una Naturaleza exuberante. Atractivos naturales de pampas, ríos y manglares a playas En Retalhuleu, la Naturaleza se expresa con inusitado vigor y exuberancia. Es más, está organizada con tal variedad de hábitats que uno se ve tentado a pensar que existe una correspondiente variedad de atractivos para el desarrollo de ecoturismo. Sin embargo, esto es verdad, para ello se requiere de un turista especial. Un tipo de visitante que ni acudirá en tropel ni requerirá de hoteles y restaurantes ostentosos. Ahí llega el verdadero amante de la Naturaleza. Aquel que pasa muchas horas del día sentado a la vera de las pampas, con binoculares o cámara fotográfica al punto, solazándose con el espléndido teatro que organiza la flora y la fauna. O aquel que, redes al hombro, recorra incansablemente los ríos en busca de una pesca que le permita comprender algo de la historia natural de las corrientes. Tal vez sea el ceñudo escritor que busca el espacio apropiado para dar rienda suelta a la imaginación. O quizá se trate de familias completas las que vayan en pos de un motivo para la recreación. En este caso no será infrecuente verlas en los balnearios fluviales, disfrutando a la sombra de un cocotero, un manglar, un flamboyán o un frondoso conacaste... estos, que crecerán en la ribera, podrán ser testigos de los refrescantes baños que pueden tomarse en las transeúntes aguas. Hay una gran cantidad de balnearios de este tipo a lo largo y ancho del departamento, invariablemente dotados de las facilidades necesarias para lograr una visita placentera o un día campestre reconfortante. Pero, los más poderosos atractivos de Retalhuleu se encuentran a la orilla del mar. Sus playas marinas son el más fuerte recurso ecoturístico, pues las hay para todos los gustos. Con la comodidad de los hoteles y restaurantes de lujo, con las infaltables casetas y comedores que ofrecen platos de mariscos que proceden del mismo sitio, y hasta las más aisladas, que permiten una comunidad más íntima con el abundante sol y la brisa. Aún estas últimas están al alcance de quien las busque. Las más conocidas playas están Tres Cruces, El Chico, Manchón, Champerico y Tulate. Champerico es un puerto con todas las comodidades que la civilización ofrece: comunicación, energía eléctrica, servicios médicos y de salud pública, hospedajes, restaurantes, comedores y transportes. A él se llega, pasando por la cabecera del departamento, por medio de la Carretera Departamental 9-S, que entronca con la internacional CA-2 en la población de San Sebastián. La 9-S es una carretera cómoda y totalmente asfaltada. Baja Verapaz Las playas de El Manchón son más agrestes. Se alcanzan a través de un camino de tierra corto, que parte de la carretera 9-S pocos kilómetros antes de llegar a Champerico. En este sitio hay muchos motivos más para entrar en contacto con la Naturaleza, pues persisten varios esteros bordeados de manglares. Se presentan, por consiguiente, innumerables oportunidades para pescar, caminar, fotografiar, bañarse, o disfrutar el abundante sol. Atardecer en la playa de Champerico. Agradables playas son las Tulate. Para llegar ahí debe tomarse una ruta diferente, tan cómoda como la de Champerico, que también enlaza con la CA-2 pero en la población de Cuyotenango, del departamento de Suchitepéquez. No hay tanto desarrollo como en el puerto, pero sí hay servicios como para lograr una visita placentera. Los esteros de Tulate gozan de gran fama por su riqueza biológica, pero también porque forman paisajes de belleza espectacular. Los paseos en lancha son aquí una actividad que nadie desaprovecha, pues constituyen un velado pretexto para adquirir el envidiable bronceado de la gente de mar. Baja Verapaz Además de disfrutar de un lugar de contrastante vegetación, en Baja Verapaz hallará una gran riqueza cultural, en la cual conviven tres comunidades étnicas: achi', pocomchi' y ladinos. Aún hoy, sobreviven algunos rasgos propios de la tradición indígena. Una de estas expresiones es el Rabinal Achi', un etnodrama que representa el reclamo que los rabinales del siglo XIII le hicieron a los gobernantes k'iche'es por haber destruido varios de sus pueblos. El mismo se presenta en el municipio de Rabinal. Uno de sus mayores atractivos naturales es el área reservada del Biotopo Mary Dary Rivera, comúnmente conocido como Biotopo del Quetzal, en el cual los turistas y visitantes encuentran las comodidades necesarias para realizar un paseo por la montaña e intentar “espiar” al Quetzal. Las espumeantes cascadas de aproximadamente 225 metros de altura, que forman el río Matanzas, las grutas de Chicoy y la represa del río Chixoy, son de las mejores cartas de presentación de Baja Verapaz. Además, no se pueden olvidar los sitios arqueológicos, por cierto poco visitados, en Salamá, Cubulco, San Jerónimo y Rabinal, entre los de mayor trascendencia. Y no podemos dejar de destacar a Rabinal, donde se edificó la primera iglesia dominica de la Verapaz del sur. De este lugar provienen las conocidas, “naranjas de Rabinal”, cultivo que ha sido trascendental para la economía de dicho municipio Datos generales Nombre del departamento: Baja Verapaz. Cabecera departamental: Salamá. Población: 199,303 aproximadamente. Municipios: Cubulco, El Chol, Granados, Purulhá, San Jerónimo, Rabinal, San Miguel Chicaj y Salamá. Clima: De templado a frío. Idioma: Achi', k'iche' y español. Altitud: 940 metros sobre el nivel del mar. Límites territoriales: Colinda al norte con Alta Verapaz, al sur con Guatemala y Chimaltenango, al este con El Progreso, al oeste con Quiché. Extensión territorial: 3,214 kilómetros cuadrados. Fiesta titular: 17 de septiembre, en honor a San Mateo. Fundación: 1543. Temperatura: Máxima 24 centígrados. Mínima 13 centígrados. Por: Alfonso Arrivillaga Cortés y Máximo Bá Tiul Este departamento se encuentra más cercano a lo que fue la Capitanía General de Centro América y luego a la ciudad de Guatemala, en el período de la República. Por ende, su conquista fue antes de la llegada de los españoles a la Alta Verapaz. El camino conocido como del Chol a Granado, marcaba la ruta colonial. En esta ruta encontramos los poblados de Rabinal y San Miguel Chicaj, que destacan por la dimensión de sus iglesias. Poblados como El Chol habían sido utilizados por los españoles en su intento de conquistar una salida al caribe. Este territorio habitado por poqomchi'es y achi'es, tenía una rica tradición precolombina, que actualmente es fuente importante de interés para los estudiosos de la arqueología. El proceso de conversión pacífica permitió conservar algunos rasgos propios de la tradición indígena y el surgimiento de otros de carácter sincrético. De esta cuenta, el Rabinal Achí (drama de carácter precolombino), se conserva hasta nuestros días. Elaboración de un telar de cintura en Rabinal. Rabinal es el principal escenario de estas tradiciones, por algo el religioso Narciso Teletor, escribió valiosa información al respecto. La importancia de estos poblados, como fuente de mano de obra, continuó y se consolidó para los españoles, lo que fue en aumento en el período republicano. Cerca de la cabecera de Salamá se encuentran los restos de la Hacienda de San Jerónimo, que bajo la administración de las órdenes dominicas alcanzó su máximo esplendor. El trapiche, aún ubicado en la hacienda, es un lugar importante en la región como productor de panelas. En la región se introdujo un número elevado de población de raza negra africana para impulsar el sistema de plantaciones. Fue así como el territorio que hoy conocemos como Baja Verapaz permitió la configuración de una población mestiza, con presencia de varias procedencias de mestizaje. Esta población se caracterizó por su capacidad emprendedora y por sus cualidades en la educación. Época Prehispánica y Colonial Cuando los dominicos llegaron a tierras mayas, el único lugar que faltaba por conquistar era Tezulutlán. Según el cronista Andre Saint-Lu, en su libro “Evangelización y Colonización de la Verapaz”, Pedro de Alvarado en dos ocasiones envió a dos capitanes para conquistar la provincia de la Verapaz y nunca pudieron sino hasta la llegada de los misioneros. Por eso, los españoles le llamaron a este lugar “Tierra de Guerra o Tezulutlán”. Entre los dominicos, venía un fraile llamado Fray Bartolomé de las Casas, que ofreció convertir a los indígenas al cristianismo. En esta región, se “trató de llevar a cabo el proyecto de evangelización que había fracasado en la zona de Cumaná, Venezuela”. Según algunos cronistas, desde 1574, Baja Verapaz formaba parte de la Provincia de la Verapaz. Época actual Tiene un área aproximada de 3,214 kilómetros cuadrados. Colinda al norte con Alta Verapaz, al este con el Progreso, al sur con Guatemala y Chimaltenango, al oeste con Quiché. Está formado por los municipios de Cubulco, El Chol, Granados, Purulhá, San Jerónimo, Rabinal, San Miguel Chicaj y Salamá. Desde 1825, Baja y Alta Verapaz eran un departamento y su cabecera, Cobán. Según decreto Ejecutivo del 17 de junio de 1833 tuvo por cabecera a Salamá. Por decreto Ejecutivo número 181 del 4 de mayo de 1877, se dividen en Alta y Baja Verapaz. El primero se quedó con cabecera en Cobán y el segundo en Salamá. Principales Municipios: Salamá: Su etimología es Tz'alam Ha', que significa tablas sobre el agua, y es la cabecera del departamento. Conviven dos grupos étnicos: achi'es y ladinos. Los cultivos son: maíz, frijol, manía, tomate y caña. Hay fincas de ganado. Su feria titular es en honor a San Mateo y se celebra del 17 al 24 de septiembre. Los centros arqueológicos encontrados en el lugar son Las Figuras, Pachalum, San Jacinto y Tzalcam. Cubulco: Se ubica en la Sierra de Chuacús. En la época prehispánica se conoció como Nima' Cubul o Cubuleb'. En el Título Real de don Francisco Izquin Nehaib (1558) se lee: “los de Rabinal y los de Qubuleb entraron al mediodía a pagar su tributo de sal y de jícaras de Rabinal”. Desde la época de la colonia se le conoce como Santiago Cubulco. En Cubulco hay varios sitios arqueológicos, como Belejeb' Tzaq, Chilu, El Tablón, Los Cimientos, Moxpán, Nim Poqom, Plan de Tierra Negra y Pueblo Viejo. Su feria titular es del 19 al 25 de julio. El día principal es el 25, en honor a Santiago Apóstol. Durante la feria se pueden apreciar las danzas: el Torito, Chico Mudo, el Palo Volador, Moros y Cristianos, el Costeño, de Cortés y el Diablo. El 3 de agosto es la fiesta en honor a la Cruz y se celebra con los bailes del Venado, El Costeño, Los Marineros y Los Cinco Toros. Familia achi’ en Cubulco. Rabinal: Se localiza en el Valle de Urram. Anteriormente Rabinal era territorio poqomchi', pero desde el siglo XI y XII comienza la presencia k'iche' en el lugar. En Rabinal se edificó la primera iglesia dominica de la Verapaz del sur. Desde el período prehispánico se le conoce como San Pablo Rabinal. Su feria titular es en honor a San Pablo y se celebra del 20 al 25 enero. Durante el tiempo que dura la feria, se presentan la danza prehispánica del Rabinal Achi', el baile de los Negritos y Paxcá, y el Chico Mudo. En el mes de diciembre se celebra la fiesta de la Virgen María y se realizan representaciones del baile de la Conquista. Los cultivos son: maíz, frijol, manía y las naranjas que son famosas en la región y en toda Guatemala. También existe la producción de artesanías como guacales, chinchines, alcancías y jícaras (todo elaborado con el fruto del morro). Hay trabajos en cerámica y tejidos hechos en telar de cintura. Los principales centros arqueológicos son: Kajyup, Chuitinamit, Pichec, La Picota y Toloxcoc. El idioma predominante es el achi', aunque para algunos lingüistas es una variante k'iche'. San Miguel Chicaj: El idioma predominante es el achi'. Los cultivos más importantes son: maíz, frijol y caña. Además hay ganadería. Entre los oficios destaca el tejer telas típicas y la fabricación de morrales, redes y alfarería. En el mercado de este municipio, todas las tardes se puede disfrutar comida típica del lugar. San Miguel Chicaj fue elevado a municipio por medio del acuerdo del 5 de octubre de 1803. Su feria titular es en honor a San Miguel Arcángel y se celebra del 2 al 29 de septiembre. El 29 es el día principal. San Jerónimo: Se encuentra en el Valle de San Jerónimo. Durante la época de la Colonia, aquí se encontraban las mejores haciendas y viñedos de los dominicos y de aquí salía el mejor vino del Reino de Guatemala. Se cultiva el maíz y frijol. Se encuentran algunos trapiches de caña de azúcar y sitios arqueológicos como El Portón, Laguna, Los Mangales, Matanzas, Pueblo Viejo, Sibabaj, Xubalbal y Zacualpa. La fiesta titular es en honor a San Jerónimo y se celebra del 28 al 30 de septiembre. Purulhá: Desde la época colonial se le conoce con el nombre de San Antonio Purulhá. La feria titular es en honor a San Antonio de Padua y se celebra del 10 al 13 de junio. El día principal es el 13. El idioma predominante es el poqomchi'. La mayoría de los habitantes se dedican a la agricultura del café, plátanos, verduras y principalmente maíz y frijol. En algunas comunidades se fabrican canastos de mimbre y tejidos típicos. En Purulhá encontramos el Biotopo del Quetzal “Mario Dary”, que es un parque nacional donde se protege el ave nacional. El sitio arqueológico más importante se llama Purulhá. La comida típica de la región es el pinol con carne de chompipe o sea pavo, gallina, la cuxa (bebida ceremonial) y atoles. Quetzaltenango Quetzaltenango La segunda ciudad de Guatemala, tiene una gran importancia a nivel económico, no sólo por su producción agrícola sino por la actividad industrial y comercial que en ella se desarrolla, debido, entre otros aspectos, a su estratégica ubicación. Izquierda: Quiosco en el Parque Centroamérica de Quetzaltenango. Xelajú, como también se le conoce a la cabecera del departamento de Quetzaltenango, tiene un hechizo especial. Sus calles, residencias y edificios son testimonio de la magia de la ciudad de la luna de plata. Segunda ciudad de Guatemala Por Hugo Rafael López Mazariegos Quetzaltenango es sin duda, uno de los tres o cuatro destinos obligados en todas las guías turísticas de nuestro país. El departamento de Quetzaltenango tiene una superficie total de 1,953 kilómetros cuadrados, equivalentes al 1.8% del territorio nacional. A nivel departamental el 60.57% de la población es indígena, porcentaje superior al observado a nivel nacional (41.9%); predomina el grupo étnico mam y k'iche', pero también se habla el español. Es importante señalar que muchas de las mujeres indígenas jóvenes ya no visten sus trajes regionales (típicos). La población total del departamento de Quetzaltenango, censada en 1994 fue de 503,857 habitantes, estimándose que para el año 1997 contaría con 661,375 habitantes, que equivale a un 6.0% del total nacional. Para el período 1981-1994 la tasa de crecimiento anual fue de 1.80, inferior al promedio nacional que llegó a 2.5%. La composición de la población es de un 40% a nivel urbana y 60% a nivel rural. Datos generales Nombre del departamento: Quetzaltenango. Cabecera departamental: Quetzaltenango. Población: 661,325 habitantes aproximadamente. Municipios: Quetzaltenango, Salcajá, Olintepeque, San Carlos Sija, Sibilia, Cabricán, Cajolá, San Miguel Sigüilá, San Juan Ostuncalco, San Mateo, Concepción Chiquirichapa, San Martín Sacatepéquez, Almolonga, Cantel, Huitán, Zunil, Colomba, San Francisco La Unión, El Palmar, Coatepeque, Génova, Flores Costa Cuca, La Esperanza y Palestina de Los Altos. Clima: Frío. Idioma: Mam, k'iche' y español. Altitud: 2,333 metros sobre el nivel del mar. Límites territoriales: Limita al norte con Huehuetenango, al este con Totonicapán y Sololá; al sur con Retalhuleu y Suchitepéquez; y al oeste con San Marcos. Extensión territorial: 1,951 kilómetros cuadrados. Fiesta titular: 6 de octubre, Virgen del Rosario. Fundación: 1845. Temperatura: Máxima 22 grados centígrados. Mínima 6 grados centígrados. Aproximación etnohistórica Son escasos los conocimientos sobre la etnohistoria de Quetzaltenango. Sin embargo, se cree que en épocas remotas no existía más que una laguna, que con el paso de los años se fue sedimentando. Según el Diccionario Geográfico (1984:29), una de las particularidades es que la cabecera sigue estando en el mismo lugar en que se fundó unos mil años antes de la conquista y hasta la fecha nunca ha cambiado de ubicación, por el contrario, ha ido creciendo más dentro del valle del Altiplano. Teatro Municipal de Quetzaltenango. El origen del nombre aún no se ha determinado con exactitud, pero en El Título Real de don Francisco Izquín Nehaíb, fechado en 1,558 (Recinos 1984:18), se menciona a Culahá, Ah Xelahuh como nombre de Quetzaltenango. Los k'iche'es dieron a este lugar el nombre de Xelahuh y Xelahúh Queh (Lugar de los diez venados) o el día 1 Queh de su calendario. La actual cabecera también es mencionada en relación con guerras comunes de K'iche'es y Kaqchikeles de 1,552 (Recinos 1984: 145), con el nombre de Xelahuh como el nombre que tuvo en el período indígena de la época del rey Quicab, y el Diccionario Geográfico (1984:29), afirma que, quizá por mala copia u otro motivo pasó a escribirse como Xelahub. El texto agrega que el pueblo, quemado antiguamente por Ah Chiyú, Ah Chi Ckix, Halic y Tabanal, fue conquistado por los zotziles y tukuchés. En el Popol Vuh (Recinos 1979:144) se le menciona como Xelahuh. Según Carmack (1979, 181) “después de que Pedro de Alvarado mató a Tecún Umán preguntó a los indígenas mexicanos que lo acompañaban ¿Cuál es el nombre de la montaña? Le fue dicho, Quetzaltenango es como se llama señor: Luego Quetzaltenango (será nombrado) porque un gran capitán murió (allí)”. En 1825 obtuvo el título de ciudad, por decreto de la Asamblea Constituyente, mencionándose como Quezaltenango. Algunos escribieron posteriormente Quetzaltenango, indicando que provenía del lugar en que abundaban los quetzales (pharomacruz moccino) basándose en el título de Ixquin Nehaib de 2558. Este último nombre también lo confirma el Diccionario Geográfico (1984:31), en él se explica que como se desprende de varios documentos oficiales y de la normalización llevada a cabo, su verdadero nombre es Quetzaltenango. Más tarde, este nombre se oficializó por el Decreto-Ley número 92-84 tanto para el departamento como para la ciudad. Años después de la Independencia, el 2 de febrero de 1838 los pueblos del Altiplano Occidental y del Oeste, que incluía parcial o totalmente los actuales departamentos de Quetzaltenango, Totonicapán, Sololá, San Marcos, Quiché, Retalhuleu y Suchitepéquez, se consideraban lesionados con la política central y en defensa propia decidieron segregarse y valerse por sus propios medios para formar el Sexto Estado en la República del Centro. Así lo hicieron ver los Pueblos de los Altos en el Acta Memorable Pronunciamiento de Quetzaltenango de Segregación de Guatemala. Se eligió un gobierno provisional, integrado por los licenciados Marcelo Molina, José Antonio Aguilar y José María Gálvez, quienes enviaron copia del acta al secretario del Despacho del Supremo Gobierno del Estado de Guatemala. Posteriormente, se inició la construcción de la metrópoli de Quetzaltenango, construyéndose el área del parque central con copias de edificios de Grecia. Así se construyeron el Edificio Rivera, el Pasaje Enríquez, el Banco de Occidente, primer banco privado que funcionara en esta metrópoli y la Casa de la Cultura, por mencionar algunos. A la vez se construyó el primer ferrocarril eléctrico que viajaba hacia la Costa Sur y se unía a los ferrocarriles nacionales. Su sede estaba en lo que ahora es la Brigada Militar. De 1950 al 64 crece la ciudad, es necesario hacer hincapié que en este tiempo se establecieron más fábricas, puesto que ya existían las fábricas Cantel y Capuano. El establecimiento de la Cervecería Nacional y la Embotelladora Nacional contribuyeron a formar la estructura económica que fue dibujando lo que más tarde sería la metrópoli de Occidente y la segunda ciudad del país. Actualmente la ciudad de Quetzaltenango se constituye en un lugar estratégico para el comercio y los servicios, así como para la industria textil y licorera a nivel nacional. Otro sector que ha tenido un repunte interesante en la ciudad es el sector de la construcción, ya que ha proliferado la construcción de centros comerciales y algunos condominios. Los aspectos comerciales, de servicios, educativos (a nivel primario, secundario y universitario, tanto por la cantidad como calidad de algunos), sociales, de instancias políticas, gubernativas y culturales, entre otras, atraen a muchas personas de lugares cercanos y otros departamentos, por lo que Quetzaltenango se convierte en una ciudad que concentra el comercio y los servicios en el occidente del país. Otro de los municipios de Quetzaltenango con gran pujanza económica y cultural es Coatepeque. Su nombre tiene origen Nahuatl y se deriva de las palabras “Coatl” que significa culebra y “Tepeo” que quiere decir cerro o lugar. Es el municipio más grande del departamento, atendiendo a su aspecto geográfico. Allí se encuentran más de 30 sitios arqueológicos, entre los cuales destaca uno que se conoce como La Felicidad. Coatepeque cuenta con atractivos balnearios y ríos. Dentro de sus cultivos destacan: café, maíz, fruta, palma africana, ajonjolí, arroz y hule. Es una zona ganadera, industrial y de gran actividad comercial. Finalmente, el departamento se caracteriza por tener atractivos turísticos como: el Cerro del Baúl, el Cerro Siete Orejas, los baños de Almolonga Cirilo Flores, las Delicias, las Fuentes Georginas, la Laguna de Chicabal y otras, lo que ha determinado que el número de turistas haya aumentado en los últimos años. Así como el 15 de septiembre, que se conmemora la independencia de Guatemala con una serie de actividades a lo largo del mes. La quinta esencia del altiplano Es más conocida por sus tierras frías, altivos volcanes y fragantes pinares. Pocas personas caen en la cuenta que en sus extremos septentrional y meridional tiene zonas calurosas. El rincón sureño, a poco más o menos 10 metros de altitud, constituye una región eminentemente tropical. No obstante, por su zona montañosa, Quetzaltenango es la quintaesencia del altiplano guatemalteco. A altitudes moderadas, de unos 1,700 metros, Quetzaltenango colinda con Huehuetenango. El final por el lado sur fue demarcado siguiendo el curso del Río Ocosito. Una buena parte del lindero oeste es el curso del Río Naranjo, pero la otra parte es tan caprichosa como el curso del límite oriental, que discurre sobre elevadas cimas. Así, encerrado entre irregulares demarcaciones, la forma del departamento resultó ser la de un pie empinado. El empeine, por ejemplo, abre hacia San Marcos, el talón de Aquiles lo forma el límite con Totonicapán; el carcañal es la helada serranía de Chuatroj que lo separa de Sololá; mientras que la planta se forma de la línea limítrofe con Retalhuleu. Su posición lo hace pertenecer al oeste de la República, en donde atraviesa la cordillera volcánica a todo lo ancho. Por eso es que la totalidad de su territorio está hecha de montes y tierras volcánicas. Igual que sus comarcas vecinas, combina tierras nacidas de dos diferentes períodos de vulcanismo. Los sabios los denominan según las épocas en que acaecieron: Terciario y Cuaternario. El colosal proceso del Terciario tal vez pueda situarse entre 20 y 3 millones de años, en tanto que el Cuaternario, relativamente reciente, data de los últimos 2 millones. Atractivos turísticos - del romance a la aventura El altiplano quetzalteco es una extensa meseta, que se eleva de cuando en cuando en forma de serranías y volcanes. Se proyecta hacia el cielo desde el amplio piso, cuyas altitudes van de los 2,100 a los 2,600 metros sobre el nivel del mar. La cima del volcán Santa María, posee el cuarto lugar en cuanto a las elevaciones de Guatemala. Por ello, los atractivos turísticos de Quetzaltenango resultan de una naturaleza en extremo variada y rica. Ante la imposibilidad de nombrarlos a todos, revisaremos los más conocidos, organizados en cuatro categorías: rutas de descubrimiento, volcanes, escenarios naturales o paisajes semiagrestes y fuentes termales. Como complemento, un zoológico. Cascada del Río Samalá en El Palmar Un cañón, un río, un pasadizo: La más espectacular de las rutas es la que acompaña al Río Samalá en su viaje al mar. Es un pasadizo natural, recorrido por camino de asfalto, que conecta al altiplano con la costa. Por su intermedio se puede ir desde el bosque templado de coníferas hasta la calurosa sabana tropical, pasando por la selva subtropical del declive de la cordillera volcánica. Para el amante de las ciencias de la tierra, la multitud de detalles que afloran a lo largo del cañón resultan de un interés inimaginable. Combina el paisaje urbano de poblados tales como Cantel, Zunil, Santa María de Jesús y San Miguelito Calaguaché. El camino de la Costa Cuca: Otra magnífica ruta corre junto a la carretera departamental 3. Une a varios pueblos: La Esperanza, San Mateo, Ostuncalco, Concepción Chiquirichapa, San Martín Sacatepéquez, Colomba, Coatepeque, Bethania y Las Pampas. Al llegar a ésta, una pujante aldea, se está a un paso de la extraña zona de pampas, como se llama ahí a los pantanos y tierras anegadas. Previo a abandonar la altiplanicie, el camino pasa entre los volcanes Lacandón y Chicabal; después, se desliza por la pegajosa y húmeda selva del declive volcánico, hasta Costa Cuca y su reino de pampas e innumerable vida silvestre. Volcanes: La lista de éstos va desde el Santa María con 3,722 metros de altitud; Siete Orejas, con 3,370 metros; Cerro Quemado, con 3,197 metros; Chicabal, con 2,900 metros; Lacandón 2,770 metros; y Santiaguito 2,510 metros. El Zunil, con 3,542 metros, se comparte territorialmente con Sololá. Cada volcán tiene su propio atractivo. Santa María es el preferido por los montañistas, expertos y aficionados, porque representa un magnífico reto. Cerro El Baúl y otros domos: Algunos les llaman domos, otros cúpulas. Son montes de origen volcánico, formados por erupciones de lava que no ha podido extenderse por su gran viscosidad. La ciudad de Quetzaltenango está rodeada de ellos. Se les nombra como El Baúl, La Pedrera, El Galápago y Zunilito. El Baúl o Tecún Umán, está situado al oriente de la ciudad; sus bosques de encinas albergan gran cantidad de aves, ardillas y otros animales. Hay un mirador en la cumbre, senderos y muchas facilidades de acceso. Chicabal: posee una laguna en la cumbre; de ascenso fácil, y la laguna es un poderoso imán por su frescura, belleza e integración cultural. Zunil es muy buscado porque cuenta con parajes increíblemente bellos y variados. Santiaguito es inalcanzable por su constante y vigorosa actividad. Monumento en El Cerro El Baúl, Quetzaltenango Llanos de Urbina y otras llanuras: Las planicies de Urbina se extienden hacia el noreste de la cabecera. Su extrema fertilidad las condenó a campos de cultivo. Muestran cómo los elementos humanos se integran al paisaje agreste; pero, en todo caso, los Llanos son motivo agradable como primer plano de un horizonte ya de por sí hermoso. Hay en ellos, además, profundas raíces históricas, pues se dice que fueron campo de batalla entre los guerreros k'iche'es, comandados por Tecún Umán, y las huestes españolas de Pedro de Alvarado. Otras llanuras, igualmente gallardas, son las de Chiquilajá, La Floresta, El Chirriés y La Ciénaga. Zoológico Minerva: Sin ser precisamente un elemento de la naturaleza quetzalteca, el zoológico del Parque Minerva, en la cabecera departamental, representa en la romántica urbe una posibilidad para acercarse al ambiente natural. Colinda con los llanos de La Floresta, es un buen motivo para pensar en él como un atractivo de mucho valor y gran calidad. Su agradable ambiente y múltiples facilidades lo transforman en un paseo intensamente aprovechado para días de campo, paseos, caminatas o para ir a descansar a la sombra de un fresco pino. Fuentes termales: Agraciado ha resultado Quetzaltenango por la variedad y abundancia de fuentes cálidas. Son resultado de la intensa actividad volcánica del subsuelo. Para la gente son un rico conjunto de posibilidades de paseo, visita ritual, aseo o curación. Todas son medicinales. Ya sea vaporosas, como manantiales, pozas o estanques, individuales o colectivas, calurosas o solamente tibias. Entre las más populares están: Fuentes Georginas, Aguas Amargas, Baños de Almolonga, Baños de Zunil, Baños de Cantel y muchas más. Izquierda: Balneario Fuentes Georginas en Zunil (inferior). San Marcos San Marcos Conocido por estar en una de las principales fronteras de Guatemala, San Marcos es un centro comercial de gran importancia. Es la puerta hacia México y por ende el paso de muchos emigrantes que van hacia el norte. Cuando nos referimos a San Marcos, usualmente pensamos en el altiplano, pero en este mismo departamento encontramos desde el volcán más alto de Centroamérica, hasta las cálidas playas bañadas por el Océano Pacífico. De un extremo a otro las características del terreno varían considerablemente y por lo mismo, los atractivos que se encuentran en este departamento son muy diversos. Derecha: Palacio Municipal de Tejutla. Sin lugar a dudas San Marcos es una tierra llena de contrastes, no sólo por su clima, sino también por su cultura, en la cual también influye la altitud. En este territorio conviven ladinos y mames. Los mames, descendientes de los Mayas, aún guardan y viven muchas de sus tradiciones que permanecen intactas y que constituyen parte fundamental del patrimonio cultural de Guatemala. Datos generales Nombre del departamento: San Marcos. Cabecera departamental: San Marcos. Población: 708,022 habitantes aproximadamente. Municipios: San Marcos, San Pedro Sacatepéquez, San Antonio Sacatepéquez, Comitancillo, San Miguel Ixtahuacán, Concepción Tutuapa, Tacaná, Sibinal, Tajumulco, Tejutla, San Rafael Pie de La Cuesta, Nuevo Progreso, El Tumbador, El Rodeo, Malacatán, Catarina, Ayutla (Ciudad Tecún Umán), Ocós, San Pablo, El Quetzal, La Reforma, Pajapita, Ixchiguán, San José Ojetenam, San Cristóbal Cucho, Sipacapa, Esquipulas Palo Gordo, Río Blanco y San Lorenzo. Clima: Frío. Idioma: Mam, sipakapense y español. Altitud: 2,398 metros sobre el nivel del mar. Límites territoriales: Limita al norte con Huehuetenango; al sur con Retalhuleu y el Océano Pacífico; al este con Quetzaltenango, y al oeste con México. Extensión territorial: 3,791kilómetros cuadrados. Fiesta titular: 25 de abril, San Marcos. Fundación: 1866. Temperatura: Máxima 20 grados centígrados. Mínima 8 grados centígrados. Historia, población y cultura Por José Rodríguez Ovalle De conformidad con los análisis del historiador Oscar Gutiérrez, se dice que las tierras del pueblo mam llegaron hasta el Océano Pacífico ascendiendo al valle de Quetzaltenango y luego al valle de Huehuetenango, pero que el valle de Quetzaltenango entró en posesión de los k'iche'es luego de las luchas que se dieron entre estos dos pueblos prehispánicos. Mercado de animales en San Sebastián. Entre los pueblos actuales, y que son una continuidad de esos antiguos asentamientos humanos, encontramos Chanchicupe, Talchicupe, Toquián Chico y Chaná o Toná que, entre otros, han dado origen al municipio que hoy conocemos como Tajumulco. Sibinal, y Tacaná están asentados sobre los sitios arqueológicos denominados Sibinal y Coatán, respectivamente. Las ciudades de San Pedro Sacatepéquez y San Marcos se encuentran ubicadas dentro del perímetro de los sitios El Oratorio, Casa Colorada, Chamaque o Chamac y San Andrés Chapí. La ocupación española de San Marcos se consuma hacia el 14 de Abril de 1533, cuando el capitán Juan de León y Cardona, destacado a esa región por Pedro de Alvarado, guiado por los Tlaxcaltecas, bautizan al valle central con el nombre de “Quetzalli” que significa resplandeciente, al que luego le agregan Sacatepéquez cuyo significado es cerro cubierto de vegetación. Durante la época colonial la zona mam se reorganiza a partir del sistema de curatos atendiendo a la estrategia española de fundar pueblos sobre o cercanos a los conquistados, de esta cuenta se fundan las siguientes Parroquias en lo que hoy es territorio marquense. a) San Pedro Sacatepéquez. b) Santa Ana Malacatán. c) Santiago Texutla. El Actual departamento de San Marcos perteneció a la provincia de Quetzaltenango distribuyéndose las tierras urbanas y rurales mediante el Bando leído el 25 de septiembre de 1675 ordenado por la Real Audiencia de Guatemala. En 1752 algunos vecinos del barrio y pueblo de San Marcos solicitaron la instalación de su Ayuntamiento Municipal, lo que fue aprobado el 3 de enero de 1754, en nombre de la Real Corona, confirmado por real decreto de la Real Audiencia de Guatemala el 19 de junio de 1754. El 12 de noviembre de 1825 los pueblos de San Pedro Sacatepéquez y San Marcos fueron elevados a la categoría de Villas y el 8 de mayo de 1866 se elevó el distrito de San Marcos a la categoría de Departamento. Acueducto colonial en Caserío Los Arcos, Tejutla. Patrimonio cultural El departamento de San Marcos se encuentra geográficamente ubicado en un lugar privilegiado, su cautivador territorio presenta toda la variedad de pisos térmicos (climas) que tiene el país guatemalteco. En él encontrará desde las cálidas playas del Pacífico en el Puerto de Ocós y Tilapa, hasta el gélido ambiente del volcán más alto de Centro América, el Tajumulco, con una elevación de 4,220 metros sobre el nivel del mar. Esta concentración de climas, incide también en sus expresiones culturales, y en este sentido, San Marcos presenta una interesante diversidad de elementos históricos. En la zona fronteriza con la República de México, están las ciudades de Ayutla o Ciudad Tecún Umán y el Carmen, que son las fronteras con uno de los mercados globalizados más grandes del mundo, -el Tratado de Libre Comercio integrado por Canadá Estados Unidos de Norte América y México-, esto hace que los habitantes de estos lugares hayan adoptado una amplia cultura comercial y de adaptación al agitado mundo de los negocios, y de la migración humana, pues son también estos lugares la puerta de entrada y salida de los soñadores latinoamericanos que ven en el Norte la posibilidad de realizar sus deseos de desarrollo personal. Palacio Maya en San Marcos. En la región de temperaturas cálidas, están las relaciones sociales surgidas a partir del trabajo. Por un lado las que se dan entre los propietarios de las industrias (las que en buena medida se han dedicado a la producción de aceite de palma y en el caso del municipio de San Pedro, fábricas de tejidos y prendas de vestir) y los propietarios de las tierras cultivables. Por otra parte, las relaciones que se dan entre los trabajadores. Las primeras denotan urbanidad y modernidad en sus manifestaciones culturales, mientras que las segundas, son aún rurales con cierto misticismo, pues muchos de los trabajadores son migrantes internos que provienen de las tierras altas en su mayoría de población maya mam. En la bocacosta marquense existen pueblos que surgieron durante la época del auge cafetalero guatemalteco ente 1880 y 1920. Esto les da un conformación social diversa, en la que se entrecruzan costumbres y tradiciones indígenas y ladinas, que hacen que en lo religioso se observe un sincretismo que se manifiesta en los ritos mayas y cristianos de la siembra y cosecha de cultivos tradicionales como el maíz, aunque el producto que más se cultiva es el café. Durante las ferias titulares, que tienen una especial connotación religiosa, pueden degustarse deliciosos y delicados platos tradicionales que en muchos lugares son cocinados solamente una vez al año, pues constituyen no sólo una muestra de festejo y alegría, sino también un particular homenaje al santo patrono. Para degustarlos y compartirlos, hacen viaje desde muchos lugares los paisanos y las familias que por diversos motivos ya no se encuentran en el lugar y que han emigrado hacia la ciudad capital u otros departamentos, haciendo del día principal de la celebración, la ocasión del reencuentro y la celebración familiar. Son muchas las familias que a pesar del avance de nuevas prácticas sociales, aún conservan la hermosa tradición de compartir entre vecinos y amigos parte de la comida elaborada, lo que estrecha y renueva la amistad para que perdure durante el año que pasará hasta que llegue nuevamente esa celebración. En la región del Altiplano, zona fría con temperaturas que llegan a alcanzar algunos grados bajo cero durante los meses de diciembre a febrero, los pueblos y sus habitantes sobreviven gracias a la producción de artículos manufacturados en lana, cuero y alfarería, que establece lazos de convivencia intrafamiliar muy fuertes, pues la producción se basa en la colaboración y distribución del trabajo entre los miembros de la familia, lo que se aprovecha para que muchas de las técnicas aplicadas sean aprendidas y transmitidas constantemente a los miembros de la familia. La mayor parte del patrimonio histórico material de la época colonial y contemporánea se localiza en el valle central de San Marcos. Esto porque fue desde el inicio de la colonización de la región donde se asentó el gobierno tanto político, militar, y religioso. Ahí existen templos católicos con más de cien años de construcción, en San Lorenzo se encuentra la casa y objetos personales del ex presidente de Guatemala, impulsor de la Reforma Liberal del siglo pasado, Justo Rufino Barrios. Asimismo, en San Pedro Sacatepéquez está el original de la Cédula Real emitida por Carlos V, en donde se le da este nombre. En la región, algunos dicen que el nombre fue en honor a las virtudes de Fray Pedro de Angulo, fraile dominico que dirigió esta orden en los inicios de la conquista, y algunos otros señalan que es en honor del Apóstol Pedro, y los hay también que dicen que es en honor a ambos. Palacio Municipal de San Pedro Sacatepéquez. La tradición comercial de este municipio se refleja en su mercado que se convierte en el lugar a donde asisten personas a vender y comprar provenientes de los municipios del valle central, siendo la rama textil la que sobresale como producción particular de San Pedro. La ciudad de San Marcos como centro del gobierno departamental, alberga a las principales autoridades políticas, lo que la convierte en el centro de la actividad administrativa del departamento. Volcán Tacaná. desde el camino a Tajumulco. Lo más cercano al cielo Al examinar la geografía administrativa guatemalteca, el primer territorio que aparece sobre la Cordillera Volcánica es el departamento de San Marcos. Y como si él quisiese ejemplificar lo más grandioso de la insigne cadena montañosa o todo cuanto ahí sucede, es el único en abarcar una sección transversal completa, desde el límite de la placa del Caribe en el valle del Río Cuilco hasta la orilla misma del mar. Por eso, ahí se encuentran detalles sorprendentes de una naturaleza inigualable. Limitado por fallas geológicas Por: Luis Villar Anleu A la República de Guatemala concurren tres de las muchas placas tectónicas existentes sobre la Tierra: Norteamericana, del Caribe y del Coco. Éstas se encuentran separadas por dos fallas geológicas activas: la del Motagua y la Fosa Mesoamericana. Resulta acreditado el que la falla del Motagua (que separa entre sí a las primeras dos placas) tome determinados nombres locales de acuerdo a los lugares por donde pasa, y que uno de ellos, entre los departamentos de Huehuetenango y San Marcos, sea falla de Cuilco. Debemos agregar que todos los países costeros poseen un mar patrimonial, definido por una extensión submarina de su territorio en forma de plataforma continental. Pues bien, Guatemala no es ajena a este derecho, de tal cuenta que las costas de San Marcos se prolongan, por debajo del Océano Pacífico, hasta alcanzar la abismal Fosa Mesoamericana. Esta falla separa a la placa del Caribe de la del Coco. Una de las primeras situaciones que podemos derivar de tan peculiar configuración es, que todos los terrenos comprendidos entre la falla del Motagua y la Fosa Mesoamericana, pertenecen a la placa del Caribe. En Guatemala todos estos terrenos son de naturaleza volcánica y conforman la peculiar mole denominada Cordillera Volcánica (mal llamada Sierra Madre). San Marcos es, por decirlo así, la punta de lanza de esta placa, confinada entre las dos fallas que la definen. Una superficie original Representando un corte hecho a lo ancho de la Cordillera, la superficie del departamento resulta comba. Terrenos bajos en el norte, a poco menos de 900 metros de altitud, constituyen un pie de monte seco. Un vigoroso levantamiento alcanza un altiplano fresco, a 2,100 y más metros de elevación, capaz de levantarse aún más, empinado en forma de volcán hasta alcanzar el punto más alto de América Central, a 4,220 metros sobre el nivel del mar. Ahora, un continuado y largo descenso que pasa por el pie de monte lluvioso del sur, atraviesa la dilatada planicie costera y culmina en la orilla del Océano Pacífico. Pese a reproducir un plano combado, erizado de montañas y volcanes, hay un manifiesto desequilibrio en la curvatura superficial. La divisoria de aguas, que separa corrientes hacia el Golfo de México y al Océano Pacífico, está fuertemente desplazada al norte. La mitad septentrional concentra todas las elevaciones, mientras que la meridional lo hace con las potentes laderas y las llanuras que mueren a la orilla del mar. Es clara la existencia de, cuando menos, cuatro zonas topográficas, que se disponen a modo de bandas orientadas en sentido oeste-este. Contadas desde el extremo norte, la primera es la ladera del Río Cuilco. La segunda es la cima de la cordillera, tradicionalmente llamada El Altiplano. La tercera es el complejo descenso del altiplano a la costa, rica zona que por muchos años ha sido conocida como El Tumbador. La cuarta, finalmente, es la Costa Cuca, parte de la gran llanura que se comparte con todo el sur guatemalteco. Atractivos naturales, como para alcanzar las nubes En Guatemala, San Marcos es el lugar ideal para vislumbrar las puertas del cielo. Ahí es en donde mejor puede el visitante alcanzar las nubes, sobrepasarlas y ver, desde tal antesala, el formidable mundo que se extiende a sus pies o la diafanidad del firmamento. Es que en su territorio está el techo de América Central, el Volcán Tajumulco, de 4,220 metros de altitud. Y no está solo. Desde este departamento también se empina hacia el espacio celeste el elegante cono del Volcán Tacaná. Es un poco más bajo, pero sus 4,092 metros sobre el nivel del mar son suficientes para convertirlo en la segunda altura centroamericana. ¿Se quiere más? Sí. Hay un tercer volcán, parcialmente relegado por sus hermanos a segundo plano debido a ser más bajo. Su nombre es San Antonio y su cima se sitúa a 2,750 metros. Cualquiera de estas desoladas cumbres, antesala del cielo, domina hacia los cuatro puntos cardinales escenarios de arrobadora magnificencia y pasmosa majestuosidad. Al norte el horizonte se transforma en una silueta azulosa, de relieve extrañamente constante y cercana: la mole de los Altos Cuchumatanes. Al poniente aparecen las serranías de Chiapas y la impresionante depresión del Río Grijalva. Al oriente las complejas cordilleras guatemaltecas, colmada una de inconfundibles conos volcánicos. Y al sur, con majestad y engañosa suavidad, se tienden al Océano Pacífico las laderas de El Tumbador y la planicie de la Costa Cuca. Si se quiere estar en una cumbre más amplia, aunque más baja, lo recomendable es la cima del macizo montañoso que separa a las poblaciones de Ixchiguán, San José Ojetenam y Concepción Tutuapa. Es una cumbre extraña, una reducida altiplanicie desde la que se elevan más montañas, localmente calificadas de “cerros”. El ambiente es frío, cortado por ráfagas de viento neblinoso entre las cuales, de cuando en cuando, se escucha el graznido de un cuervo que lucha por sobrevivir en tan precario y exclusivo refugio. En el municipio de Tajumulco hay innumerables motivos de atracción. Uno es la catarata del Río Cuzulchimá, de casi 60 metros de alto. Hay también balnearios de aguas termales, con fama de medicinales, muy visitados. Un paraje curioso, de la aldea Tuinimá a 12 kilómetros de Tajumulco, es el de dos lagunetas rodeadas de cinco cerritos (no más de 40 metros de altura); a decir de la gente, representan los cinco volcanes del escudo de Centroamérica. En la aldea Tolash se levanta un descomunal peñasco, asociado a la Cueva del Negro, así llamada porque según tradiciones locales, frente a ella solía pasearse un fantasma negro. El municipio de San Cristóbal Cucho cuenta, entre su patrimonio, con tres cerros: Ixtgagel, Pata de Venado y Las Nubes. En todos hay miradores naturales increíblemente agradables, desde donde puede verse mucho de la campiña montuna del oriente del departamento. También hay ahí algunos balnearios, como La Castalia, muy frecuentado porque está proveído de los vapores que emanan de una cueva cercana. Otro balneario es el de La Simareona. El extremo ecológico opuesto se encuentra en los confines del sur, a la orilla del mar. En esta zona se encuentran los impetuosos ecosistemas litorales, de vigor y templanza tropical, que principian con las pampas y terminan con los esteros y bocabarras. El más poderoso y fascinante destino es la Reserva Biológica de ManchónGuamuchal (como ecosistema y como Reserva se comparte con el oeste de Retalhuleu). Lo alimentan caudalosos ríos, como Ocosito, Pacaya y Naranjo. Combina playas con vegetación de dunas, espléndidos manglares, matorrales espinosos, pastizales anegados (pampas) y bosques de galería. También es importante hablar de las playas marinas de San Marcos. Por razones obvias son las más lejanas de Guatemala, pero no por ello inaccesibles. Muy conocidas son las del puerto local Ocós, de Tilapa y de La Isla del Tular. Tilapa, conectado por medio de la Carretera Nacional 2 a la Internacional CA-2, a la altura del pueblo de Pajapita, es la puerta de entrada al fastuoso mundo de la Reserva de Manchón-Guamuchal Jutiapa Iglesia y parque en Yupiltepeque. Jutiapa “La Cuna del Sol”, como se le conoce a Jutiapa, tiene muchos atractivos naturales que son producto de la gran actividad volcánica que esa zona tuvo en tiempos remotos. Por algo es conocido como el más volcánico de los departamentos de Guatemala. Su riqueza cultural es fruto del mestizaje. Allí fue donde floreció la cultura xinca, actualmente extinguida. La conformación del departamento de Jutiapa ha experimentado muchos cambios a lo largo de su historia, lo cual también ha contribuido a la diversidad cultural. Este departamento también posee playas que, aunque menos conocidas que las de regiones más turísticas del país, constituyen una de las grandes riquezas paisajísticas de la región. Jutiapa es un lugar que tiene mucho por enseñar y no cabe duda de que será una fuente de descubrimientos valiosos para el turista que se aventure por sus bellos recodos. Datos generales Nombre del departamento: Jutiapa. Cabecera departamental: Jutiapa. Población: Municipios: Clima: 380,503 habitantes aproximadamente. Jutiapa, El Progreso, Santa Catarina Mita, Agua Blanca, Asunción Mita, Yupiltepeque, Atescatempa, Jerez, El Adelanto, Zapotitlán, Comapa, Jalpatagua, Conguaco, Moyuta, Pasaco, San José Acatempa y Quesada. De cálido a templado. Idioma: Español. Altitud: 906 metros sobre el nivel del mar. Límites territoriales: Colinda al norte con los departamentos Jalapa y Chiquimula, al este con la República de El Salvador, al sur con el Océano Pacífico y Santa Rosa y al oeste con Santa Rosa. Extensión territorial: 3,219 kilómetros cuadrados. Fiesta titular: Fundación: Temperatura: Feria departamental del 11 al 15 de septiembre, fiesta titular 24 y 25 de julio. 1852. Máxima 28 grados. Mínima 15 grados. Historia, población y cultura Por Edgar Barillas El 19 de febrero de 1936, Francisco Amado, Jefe Político del departamento de Jutiapa, rindió su informe a la Secretaría de Gobernación dando cuenta de la marcha administrativa de la jurisdicción a su cargo. Entre otras cosas, el señor Amado hacía constar que en su visita ordinaria a estos municipios localizaron 9 monolitos de piedra labrada y se ordenó su traslado a la capital, con destino al Museo Nacional. También encontraron piezas de cerámica que fueron remitidas a la Secretaría de Educación. El sitio descrito por el funcionario de la época, corresponde a un asentamiento del período Clásico, compuesto de una pirámide central y una plaza, de acuerdo a la explicación de los arqueólogos que lo han conocido. Según los registros del Instituto de Antropología e Historia, el asentamiento está orientado al aprovechamiento de los ríos de la región, como el Paz, el Margarita y sus afluentes. Estos ríos forman un conjunto con el Canal de Chiquimulilla que permitía la navegación en las áreas costeras del Pacífico, lo que posibilitaba el aprovechamiento de la biodiversidad terrestre y acuática. parque de Asunción Mita. Torre frente al Por otro lado, el lugar llamado La Nueva es uno de los numerosos sitios arqueológicos que se ubican en Jutiapa y que dan cuenta de una ocupación nutrida del territorio, aunque en concentraciones urbanas de pequeña y mediana extensión. Se trataba de sociedades en desarrollo que sufrieron la conmoción de la conquista española y cuyos restos podemos apreciar ahora. Los mayores conglomerados urbanos eran los de Mictlán, en la actual Asunción Mita, y Paxá, hoy Pasaco. También se encuentran sitios arqueológicos en Agua Blanca (Papalhuapa), Comapa (Comapa y Las Pilas), El Progreso (Palo Amontonado), Moyuta, Los Bordos, Montaña Verde y Pasaco (Potrerillos). ¿Cuáles eran estas sociedades originarias? Los especialistas no se ponen de acuerdo. Se sabe que hacia el norte, en las colindancias con Chiquimula, se hablaba el ch'orti'. Hacia el sur era una región pipil, de ascendencia mexicana. En Conguaco, Jalpatagua y otros lugares se hablaba el populuca. Y hacia el actual departamento de Santa Rosa, los pueblos eran de origen xinca, filiación étnica hoy prácticamente desaparecida. Mestizaje cultural Quizá este largo recorrido nos haya develado una tendencia de los gobiernos liberales: parecerse más a los países considerados “civilizados”. De esta manera, en el intento por borrar su pasado prehispánico el resultado fue un mestizaje cultural de sorprendente riqueza. Cabe mencionar que algunas poblaciones presentan enclaves de descendencia hispana “pura”, lo cual añade más variedad cultural a la sociedad jutiapaneca. Iglesia de Jutiapa. Nuevos poblados Una vez realizada la conquista, los vencedores ibéricos reorganizaron a la población dominada. Los asentamientos prehispánicos dieron lugar a nuevos poblados. El obispo Cortés y Larraz, en su viaje al reino de Guatemala hacia el tercer cuarto del siglo XVIII, nos presenta la organización administrativa de la diócesis guatemalteca en aquellos tiempos. Conguaco era cabecera de una jurisdicción que comprendía Ysulca, Moyuta, Pasaco y Jalpatagua. Cortés y Larraz encontró pueblos indígenas que hablaban populuca, pero que también entendían el español. Por lo visto, el proceso del mestizaje se hallaba desarrollado en la región. Igual cosa sucedía en la parroquia de Jutiapa, que tenía tres pueblos anexos: Yupilteque, Atescatempa y Comapa; en donde se hablaba el xinca y también el español. En la primera época del régimen colonial, los poblados que hoy corresponden a Jutiapa pertenecían al corregimiento de Chiquimula de la Sierra. Más tarde pasaron a integrar el de Mita, jurisdicción que se mantuvo hasta después de la Independencia. En 1848, Mita se dividió en tres distritos: Jutiapa, Jalapa y Santa Rosa, medida que fue reconsiderada dos años más tarde y sus poblaciones pasaron a depender de Chiquimula y Escuintla. El departamento de Jutiapa En 1852, se creó en definitiva el departamento de Jutiapa. Pero su integración no quedó como lo es en la actualidad. Las recomposiciones siguieron dándose con el transcurso de los años. En 1853 se anexaron a Jutiapa, Asunción Mita, Santa Catarina Mita y los valles de Agua Blanca y El Espinal. Un año después se incorporó Azacualpa. En tiempos de la Reforma Liberal, en 1873, Jalapa pasó a formar un departamento diferente, con lo cual se redujo considerablemente el territorio de Jutiapa. Los liberales tenían como dogma la búsqueda del progreso de los pueblos, la geografía guatemalteca da cuenta de ello. En Jutiapa, en 1882, el poblado de El Sitio pasó a denominarse El Adelanto y se convirtió en municipio. En 1886, en la misma dirección, El Progreso alcanzó también la categoría de municipio, lo que dio lugar a que los jutiapanecos y jutiapanecas, muy pomposa y burlonamente proclamaron ser el departamento más progresista y adelantado del país. Muestra de que la época estaba para la “modernización” positivista son los nombres de algunos lugares que dieron lugar a otros menos “pueblerinos”. Véase, por ejemplo, el caso de Chingo Arriba, Chingo Abajo y Hueviapa, que cambiaron sus nombres respectivamente por los más occidentalizados de Esmeralda, Jerez y Miramar. Muchos años después, siempre con gobiernos liberales, en la década de los treintas, la aldea El Conejo, de El Progreso, cambió su nombre por el de Las Flores; el municipio de Azacualpa, pasó a ser San José Acatempa; Los Matasanos, llegó a denominarse Betania; y La Burrera pasó a ser Nueva Esperanza. En la cuna del sol Por: Luis Villar Anleu En el extremo suroriental del país, en donde la cordillera volcánica termina su recorrido por tierras guatemaltecas, se estira entre los montes y el mar, el departamento de Jutiapa. Su posición, apretada contra la línea de levante, le otorga el privilegio de recibir al sol naciente; por eso es llamado: “la cuna del Sol”. La cadena orográfica del sur de Guatemala, la cordillera volcánica, que se extiende a todo lo ancho, forma un monumental espinazo de conos. Es un verdadero eje de fuego. Pero es en Jutiapa en donde la preeminencia de la condición volcánica se manifiesta con excepcional vigor y agradable diversidad. Ahí, los conos volcánicos no sólo se encuentran por montones; están, también, asociados a multitud de lagunas y lagunetas. Los orígenes de esta superficie deben buscarse en tiempos remotos, entre 3 y 8 millones de años, durante los períodos que los geólogos llaman Mioceno y Plioceno, de la época Terciaria, y otra parte en tiempos más recientes, de menos de dos millones de años, durante la época Cuaternaria. El potente vulcanismo de las edades Terciarias se distingue, ahora, por la intensa erosión del terreno. El poderoso vulcanismo no sólo formó edificios volcánicos, también despedazó muchos de ellos. Esto, debido a que el fragor fue de inusitada intensidad, porque hubo explosiones catastróficas que hicieron reventar cierto número de conos y hasta la superficie misma del suelo. De esa manera, los campos se llenaron de cráteres explosivos y de grandes depresiones circulares que los geógrafos llaman calderas. Paulatinamente, muchas de estas oquedades capturaron significativas cantidades de agua, formando así lagos, lagunas y lagunetas. En nuestros días, el paisaje de Jutiapa resulta particular. Debido a que forma el final guatemalteco de la cordillera volcánica, que desciende del poniente a la parte oriental. Sus tierras se ubican a altitudes medias entre 500 y 900 metros, mientras que en el extremo opuesto lo están entre 2,000 y 3,700. Los escenarios están plagados de pequeños conos alineados, de montes cónicos, de cráteres y calderas de filiación volcánica. Destinos turísticos Dentro de buen número de conocidos destinos turísticos se encuentran los siguientes: Lago de Güija. El mayor de los lagos orientales. Su espejo de agua se halla, figuradamente, roto por la línea fronteriza que separa a las Repúblicas de Guatemala y El Salvador. Todo el ambiente que lo rodea es caluroso y muy seco, por lo que el lago representa una fresca posibilidad de nadar, bañarse, pasear a sus orillas, pescar, o bien, organizar un delicioso almuerzo campestre. Laguna de Atescatempa. Es dueña de una extraña hermosura. Muchas personas, locales y foráneas, se sienten particularmente atraídas por la ascensión del volcán Las Víboras, que se empina al cielo desde sus orillas. Casi resulta innecesario decir que el paisaje que se tiene desde la cima es extraordinario. No obstante, sí es importante pensar en el papel que han de cumplir las frescas aguas de la laguna después de haber dominado las alturas del volcán. Playas marinas. Jutiapa es poco conocido por sus playas marinas. Esto, no obstante, parece ser una irónica jugarreta del destino, porque el mar frente a sus costas es apacible como pocos. Tomando por nombre el de los lugares ahí situados, las más hermosas son Barra del Jiote, El Limón, Barra de La Gabina, La Barrita y Cojoyera. El relativo aislamiento de estas playas es uno de sus más poderosos atractivos. Si a ello se suma la ligereza del mar, lo extenso de los litorales y la suavidad de la arena, se estará frente a una copia del paraíso. Volcanes. El Culma, situado justo a la par de la ciudad de Jutiapa, es el más pequeño de los volcanes del país. El de Las Víboras, se mantiene apretujando a la laguna de Atescatempa. El Chingo está partido en dos por la línea limítrofe entre Guatemala y El Salvador; sin embargo, es un paseo muy querido por la gente de sus alrededores. El Ixtepeque está hecho casi completamente de esa vidriosa roca llamada obsidiana. El Suchitán mantiene un casquete boscoso tan peculiar, que mucha gente desea convertirlo en área protegida. Y El Moyuta despide a la cordillera en su camino hacia el mar... Probablemente el andinismo sea la actividad que con más vehemencia dirige su atención a este departamento. Cueva de Anda Mirá, balneario. Este paraje combina la existencia de una gruta, a cuya boca se ha construido una pequeña piscina. El agua, cristalina como pocas, procede del interior de la cueva, razón por la que resulta notoriamente fresca. Es frecuentado por turistas nacionales y extranjeros, para quienes darse un refrescante baño completa una jornada de paseos, aventuras y andanzas de exploración rodeados de una naturaleza agradable. Santa Rosa Santa Rosa es el lugar ideal para realizar actividades recreativas que incluyen un descanso plácido y otra serie de distracciones menos pasivas como montar a caballo, navegar, pescar, fotografiar naturaleza, observar aves, broncearse, nadar, caminar a la orilla del mar, escalar volcanes o conocer el centro exacto del continente americano. Su economía se desarrolla alrededor de la agricultura, especialmente del café. En esta región abundan los beneficios de café, así como las fincas ganaderas y de ahí la fama de sus quesos, cremas y mantequillas. Los días festivos en Santa Rosa son memorables, y la sola preparación de las fiestas son un evento en sí. Pueden apreciarse las mayordomías, hermandades y los comités organizadores, que hacen posible revivir las tradiciones que en siglos pasados marcaron una nueva forma de sincretismo religioso. Además, no podemos dejar de mencionar las playas que han sido visitadas por turistas nacionales y extranjeros, el canal de Chiquimulilla, así como el tortugario en Monterrico, que es un importante centro de convergencia donde los ecologistas tienen la oportunidad de observar las técnicas aplicadas para conservar esta valiosa especie en peligro de extinción. Puente sobre el Río Los Esclavos en Cuilapa. Datos generales Nombre del departamento: Cabecera departamental: Población: Municipios: Clima: Santa Rosa. Cuilapa. 314,151 habitantes aproximadamente. Cuilapa, Barberena, Santa Rosa de Lima, Casillas, San Rafael Las Flores, Oratorio, San Juan Tecuaco, Taxisco, Chiquimulilla, Santa María Ixhuatán, Guazacapán, Santa Cruz Naranjo, Pueblo Nuevo Viñas y Nueva Santa Rosa. Cálido. Idioma: Español. Altitud: 893 metros sobre el nivel del mar. Límites territoriales: Colinda al norte con los departamentos de Guatemala y Jalapa, al este con Jutiapa, al sur con el Océano Pacífico, y al oeste con Escuintla. Extensión territorial: 2,955 kilómetros cuadrados. Fiesta titular: Fundación: Temperatura: 25 de diciembre. 1,852. Máxima 29 grados centígrados. Mínima 15 grados centígrados. Aspectos históricos Por Mirna Annabella Barrios Figueroa Se divide en 14 municipios con diferentes características según la zona geográfica en que se ubican, ya que el departamento se divide en dos zonas topográficas bien definidas, la norte que se ubica sobre la Sierra Madre, de superficie montañosa y la sur que corresponde a la costa y bocacosta, con extensas planicies y valles que culminan en las playas del Océano Pacífico; por lo que que hay variedad de climas, desde el frío de San Rafael Las Flores, hasta el caluroso de los municipios costeros. Entre los primeros aspectos históricos que se pueden mencionar de la actual Santa Rosa, fue la presencia del idioma nahuatl durante el primer milenio de la era cristiana. Poco después del siglo X, ocurre una nueva invasión descendiente del la primera, llamada nahua. A la llegada de los españoles se encontraban totalmente establecidos los xincas y los pipiles. El señorío xinca se extendía desde la costa hasta las montañas de Jalapa. Sus habitantes se manifestaron siempre valientes y aguerridos, fueron de los grupos que pusieron más fiera resistencia a los españoles bajo el mando de Alvarado, cuando cruzaron la zona rumbo a Cuscatlán. La vida del departamento se inicia alrededor del pueblo que se llamó Nuestra Señora de los Dolores o Candelaria de los Esclavos, el cual en 1570 contaba ya con un cura doctrinero y vida organizada. El 21 de Agosto de 1573, a solicitud del síndico procurador Baltasar de Orena, las autoridades del reyno acuerdan la construcción del Puente de los Esclavos, iniciándose en 1592. Ya establecido y organizado el sistema colonial, gran parte del actual territorio de Santa Rosa correspondió a la alcaldía de Escuintla y Guazacapán, este último conocido como partido. La fertilidad de las tierras y un comercio pujante, fueron las causas de una gran prosperidad económica en la región; la misma fue un punto de tránsito comercial, paso obligado de las mercancías que como tabaco, afluían procedentes de Honduras y El Salvador; asimismo el único camino habilitado para el comercio con el resto del reyno y hacia los puntos del atlántico era por aquí, dado que el Puente de los Esclavos era el único para cruzar el río del mismo nombre. Es de hacer notar que para esta época el mestizaje se había acentuado en la región y los ladinos constituían un alto porcentaje de la población. Al momento de proclamarse la independencia el 15 de septiembre de 1821 y al llegar a oídos del pueblo, éste lo recibió con mucha alegría, habiéndose celebrado con quema de cohetes, voladoras y cámaras, repique de campanas (a falta de artillería), música y otras manifestaciones de algarabía. La Asamblea Nacional Constituyente dividió el estado de Guatemala en siete departamentos, siendo el tercero el de Guatemala-Escuintla y Guazacapán, subdividiéndolo en siete distritos, entre los que figuraba Cuajiniquilapa (Cuilapa), que pasó a ser cabecera departamental. Para mejorar la administración en 1848, el gobierno dividió el departamento de Mita en tres distritos: Jutiapa, Santa Rosa y Jalapa. Más adelante se decidió crear el departamento de Santa Rosa como se encuentra actualmente. Su fecha de creación es el 8 de mayo de 1852. En 1892 aparece como parte de la región sur de Guatemala, con poblaciones de reciente formación y como cabecera Cuajiniquilapa. En su organización actual, Santa Rosa agrupa poblaciones antiguas que datan de la época colonial y otras que se formaron en el siglo XIX. Patrimonio Cultural Santa Rosa es un departamento con un 97% de población ladina. El grupo indígena apenas alcanza un 2.62%, los cuales se concentran especialmente en Guazacapán. Es un departamento mestizo por excelencia y uno de los mas ricos en folclor en todas sus manifestaciones. Este bello departamento que ofrece muchas expectativas al turismo; es la amalgama perfecta entre patrimonio natural, clima y patrimonio cultural, del cual un turista regresará maravillado. Actualmente cuenta con vías de comunicación modernas y en perfectas condiciones de tránsito. El departamento muestra manifestaciones del folclor guatemalteco, en todas sus expresiones: respecto a las artesanías cada municipio es productor de uno o más renglones, pero vale la pena mencionar por separado la cerámica-alfarería tanto de Guazacapán, como la de la aldea Media Cuesta, (San Rafael las Flores), Santa María Ixhuatán y Santa Cruz Naranjo, destacándose las dos últimas por sus finos acabados, así como muestran la asimilación que tales expresiones prehispánicas han tenido por las manos mestizas. Iglesia de Taxisco. La producción artesanal incluye trabajo en jarcia, sombreros y escobas de palma, objetos de madera, cerería, cestería y objetos de tule. En todo el departamento, especialmente en Taxisco, los talabarteros producen objetos de cuero como aperos para vaquería, sillas de montar, fundas para machetes y armas de fuego. En todos los poblados costeros o próximos a los ríos, los artesanos tejen atarrayas, lumpes y trasmayos para pesca. Son importantes también los instrumentos musicales. Los turistas encontrarán muchas artesanías del departamento visitando sus mercados, caracterizados por la amalgama de variedad y color. En cada municipio o aldea se realiza su fiesta religiosa, con fuerte influencia hispana. También se realizan jaripeos, corridas de cintas y de gallos, amenizadas por lo general, por músicos de bandas con instrumentos de viento. La fiesta ganadera se encuentra expandida por toda la costa sur y demás regiones ganaderas. Las danzas tradicionales hacen su aparición en algunas fiestas patronales, tal el caso de Barberena y Taxisco Silla de montar. Trabajo de cuero en Taxisco. Una de las estampas propias del departamento es la Zarabanda de la aldea Los Esclavos. Para la celebración, en el mes de enero, las mujeres lucen trajes de satín con colores fuertes, brillantes y llamativos, con mangas agüicoyadas. Al parecer, es una continuación de las mengalas que habitaron la región. Ésta se realiza en casas particulares o en enramadas hechas para la ocasión. Las enramadas son un elemento propio del departamento, ya que hace uso de la vegetación local, así como los adornos de las casas, los flecos y la concepción multicolor. Casi todas las fechas religiosas, marcadas en el calendario, tienen su acogida ya sea en un municipio o en una aldea. Un elemento religioso común en el departamento, como en todo el oriente guatemalteco, es el encuentro de santos que bien pueden ser en la casa de una hermandad, cofradía, en un cruce de camino, la iglesia u otro punto concebido para la ocasión. Al hablar de leyendas no puede pasarse por alto una de las creencias que identifican a Santa Rosa, como es la construcción del Puente Los Esclavos. Según creencia popular, fue edificado por el Diablo una noche a petición de un esclavo para ser perdonado por su amo. A cambio de ese favor, debía entregar su alma, pero se arrepintió y ya llegada la madrugada mostró un crucifijo al demonio que huyó dejando una piedra sin colocar. La gente dice que aunque ésta se coloque siempre vuelve a caerse. El centro geográfico del continente Por: Luis Villar Anleu El punto equidistante entre los gélidos territorios de hielo del extremo de Norteamérica y la tormentosa Tierra del Fuego, en el extremo austral del continente americano, se localiza en Guatemala, en el departamento de Santa Rosa, para ser más precisos. Autores de la talla de Francis Polo Sifontes y de Guillermo Corado Ruano, han sido todavía más rigurosos, ya que aseveraron que el centro geográfico del continente se encuentra en terrenos de la cabecera departamental, la ciudad de Cuilapa. De ser verdaderos tales señalamientos, el corazón de América estaría representado en el departamento de Santa Rosa, por un terreno medio montañoso, medio llano. El punto nuclear estaría entre las montañas, éstas corresponden a la región sudoriental de la Cordillera Volcánica, y constituyen casi tres cuartas partes del departamento, del lado septentrional. El lado meridional, llano, reúne aproximadamente la cuarta parte de las tierras y pertenece a la gran planicie del Océano Pacífico, históricamente llamado Costa de Guazacapán. Un poderoso vulcanismo La historia geológica de Santa Rosa está basada, fundamentalmente, en procesos de vulcanismo de inimaginable intensidad. Si bien en principio la historia es común a la del resto de la Cordillera, en varios sitios, tales como las lagunas de Ayarza, del Pino e Ixpaco y en el mismo volcán Tecuamburro, se han impreso detalles que los diferencian claramente. En Santa Rosa casi todos los rasgos geográficos son de un vulcanismo joven, que data del Cuaternario Temprano (de los últimos dos millones de años, apenas). Cuando la actividad ígnea estaba en su apogeo ocurrieron generalizadas erupciones de lava fluida, capaz de hacer que los edificios volcánicos tuvieran forma cónica, como la del volcán Jumaytepeque. Sobre algunos volcanes ocurrieron erupciones laterales. Crearon conos parásitos, a veces más de uno. Así, determinados volcanes adquirieron formas grotescas, de macizos montañosos, tal cual ocurre con Tecuamburro y Cruz Quemada. A veces las erupciones no fueron de tipo central, como las típicas de las chimeneas volcánicas, sino que a lo largo de fisuras más o menos largas. Esto dio lugar a la formación de montecillos alineados, usualmente de formas redondeadas y pendientes suaves. En algunas partes los montes reventaron con colosal intensidad lanzando enormes volúmenes de materiales, como las piedras pómez, que rellenan todos los valles. Se aprecia sobre las cumbres que rodean a la Laguna de Ayarza y en todos los terrenos planos alrededor de Santa Rosa de Lima, Nueva Santa Rosa, Casillas, Santa Cruz Naranjo y muchos sitios más. El origen de la cuenca de la Laguna de Ayarza también se relaciona a la actividad volcánica. Según algunos autores, dos volcanes que ahí habían entraron en una actividad inusualmente intensa. Se cree que sus erupciones fueron de tal manera desmesuradas que casi se vaciaron de magma, lo que los llevó a colapsar en un evento catastrófico. De esta manera es que la cuenca tiene forma de ocho y posee paredes fuertemente escarpadas. En cambio en la cuenca de la Laguna del Pino, los científicos creen que hubo combinación de procesos volcánicos y tectónicos. Piensan que la forma irregular se debe a que se formaron fallas que hundieron los terrenos del lado norte, en un evento asociado a fuerte actividad eruptiva ocurrida en el área. En cambio, en las faldas norte del Volcán Tecuamburro, en un cráter de explosión (o caldera), se formó la Laguna de Ixpaco. Atractivos turísticos, El largo lago de la orilla del mar En concordancia con su variedad geográfica, el departamento de Santa Rosa también es un variado conjunto de destinos ecoturísticos. Cualquiera que sea la razón de viajar hacia él, estando ahí surgirá siempre, con espontaneidad, gran abundancia de motivos para recrearse, descansar plácidamente, montar a caballo, navegar, pescar, fotografiar naturaleza, observar aves, ayudar a conservar tortugas marinas, broncearse, nadar, caminar a la orilla del mar, escalar volcanes o conocer el centro exacto del continente americano. Volcanes. Son cuatro: Tecuamburro (1,945 metros de altitud) en jurisdicciones de Pueblo Nuevo Viñas, Taxisco y Chiquimulilla; Jumaytepeque (1,815 metros) en terrenos de Nueva Santa Rosa; Cruz Quemada (1,690 metros) en Santa María Ixhuatán, y Cerro Redondo (1,220 metros) en Barberena. Tecuamburro y Cruz Quemada, son los más australes, forman parte de la vertiente de la Cordillera, los que adquirieron forma de montaña y desde su cima pueden apreciarse las extensas llanuras de la costa y el Océano Pacífico. Los otros dos, más al norte, representan paseos muy concurridos. El ascenso de los cuatro es fácil y gratificante. Laguna del Pino. Su cercanía a las ciudades de Guatemala y Cuilapa, la cabecera departamental, hacen de esta laguna un lugar intensamente visitado. Los fines de semana, en especial domingo, hay muchísimas ventas de comidas y bebidas. Los campos que la rodean que están poblados de casuarinas, resultan ideales para caminar y merendar. Hay, incluso, una cancha para la práctica de fútbol y la posibilidad de rentar caballos para cabalgar por la campiña. La laguna misma ofrece posibilidades de nadar, pescar y remar en pequeñas lanchas de alquiler. Se llega a ella por medio de una carretera transitable en todo tiempo con cualquier vehículo. Laguna de Ayarza. Un poco más alejada pero no inaccesible. Se llega hasta ella por camino de tierra en buen estado. Sus laderas son abruptas y majestuosas, pero están muy descuidadas y deforestadas. Muchos pobladores locales la visitan asiduamente para nadar y tomar baños. Otros la prefieren para pescar, observar aves y fotografiar. Laguna de Ixpaco. Esta laguna, conectada por buen camino de tierra corto, es un raro depósito de agua azufrada que nace en el mismo sitio. Sin duda, es consecuencia de la actividad del volcán Tecuamburro, a cuyas faldas se encuentra. Es casi circular, con un diámetro de unos 350 metros, color amarillo pajizo y enérgico olor a azufre. Sus burbujeantes fuentes, cálidas, tienen fama de ser medicinales. El escenario es de extraña belleza; por lo demás, es una laguna muerta. Río Los Esclavos. Corriente propia del territorio, al que divide en dos mitades longitudinales. En muchos lugares, a lo largo del valle, se han habilitado balnearios intensamente agradables y refrescantes. En algunos hasta existe la posibilidad de acampar y pasar deliciosas veladas a la luz de la luna o de las estrellas. Playas marinas. Toda la línea costera de Santa Rosa, de poco más de 45 kilómetros de largo, es una serie casi continua de playas. Debido a la uniformidad del litoral, la mayor diferencia entre ellas es su relativo grado de aislamiento o de facilidades turísticas. Muchos visitantes prefieren cierta soledad, otros la posibilidad de ir a un restaurante u hotel de lujo; para todos hay según sus preferencias. Las más populares son: El Garitón, Madre Vieja, La Candelaria, El Pumpo, Monterrico, Hawaii, Los Limones, San José Buena Vista y Las Lisas. Esta última es, tal vez, la playa más bella del Pacífico de Guatemala. Canal de Chiquimulilla. Este largo cuerpo de agua atraviesa todo el departamento, a la par de la línea de mar y sus playas, sólo separado de ella por un médano de gran riqueza, color y sol. En rigor geográfico constituye un alargado lago litoral, de aguas salobres, estuarinas. Es navegable a todo lo largo, así es que a través suyo se puede alcanzar cualquier playa, comunidad costera o paraje de agreste solemnidad. Sus riberas están pobladas, ya sea de manglares, de juncales, en una alternancia de hábitats de extrema importancia para la vida silvestre y hermosura para el fotógrafo o el visitante común. Reserva Natural Monterrico. Teniendo como corazón a la aldea Monterrico, municipio de Taxisco, esta reserva es una sección del Canal de Chiquimulilla, con su médano, playas, manglares y juncales magníficamente representados. Es el punto de la costa santarroseña que más facilidades presta para conocerla, degustar olorosos platos de mariscos, beber un refrescante coco, hacer que la piel tome el color del bronce, extasiarse frente a la caída del Sol en el horizonte o ayudar a los programas ambientales del Centro de Estudios Conservacionistas. Chimaltenango Situado a pocos kilómetros de la ciudad capital, Chimaltenango es un departamento lleno de colorido y tradición. Ese colorido ha sido impregnado no sólo por los pintores de Comalapa, sino por los acontecimientos históricos que lo han convertido en un lugar importante en la historia de Guatemala. Izquierda: Día de plaza en Comalapa. Los sitios arqueológicos de Mixco Viejo e Iximché, tienen como lugar que los albergue a Chimaltenango, los cuales al ser visitados nos relatan, gracias a su contrucción y a los vestigios que aún se pueden encontrar, los hechos allí vividos, como por ejemplo, nombrar la primera capital del reino de Guatemala, fundada en Iximché, (Tecpán), el 25 de julio de 1524. Sus famosas “rosquitas”, que son aquellos panes de color anaranjado que suelen verse en las ferias, son, en su mayoría, procedente de este lugar, las cuales forman parte de los recuerdos que suelen adquirirse al visitarlo. Dentro de sus tradiciones no se pueden dejar de mencionar las visitas hechas por locales y visitantes a San Simón, en San Andrés Itzapa, quien según los creyentes concede peticiones relacionadas a salud, dinero y amor a cambio de recibir ofrendas. Datos generales Nombre del departamento: Cabecera departamental: Población: Municipios: Clima: Chimaltenango. Chimaltenango 416,189 habitantes aproximadamente. Chimaltenango, San José Poaquil, San Martín Jilotepeque, Comalapa, Santa Apolonia, Tecpán Guatemala, Patzún, Pochuta, Patzicía, Santa Cruz Balanyá, Acatenango, Yepocapa, San Andrés Itzapa, Parramos, Zaragoza y El Tejar. De templado a frío. Idioma: Kaqchikel y español. Altitud: 1,800.17 metros sobre el nivel del mar. Límites territoriales: Limita al norte con los departamentos de El Quiché y Baja Verapaz; al este con Guatemala y Sacatepéquez; al sur con Escuintla y Suchitepéquez, y al oeste con Sololá. Extensión territorial: 1979 kilómetros cuadrados. Fiesta titular: Fundación: Temperatura: Corpus Christi en Patzún (fecha movible) y 26 de julio fiesta de Santa Ana. 1839. Máxima 24.8 centígrados y mínima 12.6 centígrados. Por: Isabel Rodas La historia de Chimaltenango o B'oko', se relaciona con el centro de poder kaqchikel y posteriormente con el desarrollo del valle de la ciudad española. Mientras estas tierras fueron del dominio de los mayas, la población tenía una relación periférica a Iximché. A finales del siglo XVII, Francisco Vásquez escribió que el rey Ahpotzotzil dirigía aquel reino y aunque no era del tamaño del reino k'iche', tenía varios poblados. Este rey fundó otro centro para su hermano Ahpoxahil en Tecpán Atitlán, lugar identificado como Kahay, situado entre Patzún y Patzicía. La reducción a pueblos coloniales Comalapa, San Andrés Itzapa, Parramos, Patzicía, Patzún, Acatenango, San Antonio Nejapa, Tecpán, Santa Apolonia, San Martín Jilotepeque, Balanyá y Poaquil, fueron algunos lugares a los que la corona española dotó de tierras comunales para obtener el pago de tributos. El empadronamiento se convirtió en el mecanismo indispensable para el cobro de los impuestos y la organización de las encomiendas de los españoles. A pesar de las fundaciones, los movimientos de población no cesaron y persistieron los conflictos territoriales entre linajes, producto de constantes traslados. Un ejemplo de ello fue el del siglo XVII por los Xpansay, linaje heredero de las familias prestigiosas de Iximché contra los Sanón de Patzicía. Para identificar sus tierras, las familias usaron advocaciones como la Virgen de Concepción, Santiago, Santa Ana o San Andrés. Esta asociación de tierras, familia y creencias dotó de sustento económico y organizativo a las cofradías que se encargaban de las fiestas patronales. A finales del siglo XVI, otras familias españolas de los conquistadores se establecieron en sus estancias de ganado en los alrededores de aquellos pueblos. Su ruralización y empobrecimiento los incorporó a la vida de las comunidades indígenas, a pesar que la corona prohibió que se acercaran a ellas. De esa presencia tan sólo se fundó Zaragoza, en 1767, como villa de españoles. Los efectos del establecimiento de la República Con la Independencia, el régimen republicano estableció su relación con los municipios y sus alcaldías. Aunque las nuevas jurisdicciones abarcaron el mismo territorio que los pueblos coloniales, sus contornos se modificaron al antojo de los presidentes del siglo XIX. Los ladinos, algunos herederos de los hacendados españoles, permanecieron en los pueblos ilegalmente, pero el régimen republicano los admitió y les dio autoridad para gobernar lo que era menester de los kaqchikeles. Esto fomentó diferencias entre las poblaciones indígenas y ladinas: autoridades paralelas (dos alcaldías simultáneas), hermandades y cofradías diferenciadas, así como condiciones inherentes a la política y la economía nacional del siglo XIX. Historia reciente La proximidad de estos municipios a la capital y la imposibilidad de profesionalizarse en lo local, hizo que las familias con capacidad económica enviaran a sus hijos a la ciudad para que prosiguieran sus estudios. Hacia 1940, las familias de élite ladina que tenían el control de la municipalidad y eran propietarias de buenas porciones de tierras, abandonaron las cabeceras municipales. Con el terremoto de 1976, se notó el inicio de la reocupación de las alcaldías por parte de la población kaqchikel. Paulatinamente los ladinos vendieron las tierras, y a partir de 1970 esos sitios los compraron los kaqchikeles. Sin embargo, la misma necesidad que movilizó a los ladinos, hizo que en aquellos tiempos sucediera algo similar: los hijos de los mayas abandonaran sus pueblos. Algunos se desplazan hacia los Estados Unidos, pensando en no retornar, otros abren vías comerciales para la importación de vehículos o para vender sus hortalizas en los países centroamericanos. Y no es para menos, ya que el auge de las hortalizas para la exportación se constituyó en una actividad importante. Aunque la venta se canaliza por las bodegas de San Lucas y Chimaltenango, algunos campesinos hicieron de la producción de la arveja china, el brócoli y la mora, una de las principales fuentes de ingreso. El centro de la cordillera volcánica La cordillera volcánica es una cadena de montañas y conos que atraviesa el sur de Guatemala. Se extiende paralela al Océano Pacífico, desde la frontera con México hasta su límite oriental. El extremo occidental es más alto y quebrado que el de oriente. En ambos, los picos volcánicos son uno de los elementos más comunes del paisaje. En medio de esa cadena hay un territorio muy singular: Chimaltenango, poseedor de un relieve caracterizado por mesetas dilatadas, fértiles, frescas y fragantes. Tres planos topográficos Debido a que ocupa terrenos de la divisoria continental de aguas, este departamento posee una ladera hacia el Océano Atlántico y otra hacia el Océano Pacífico. En medio se encuentra la zona que atañe al parteaguas, y es la que forma las mesetas. Como en muchos otros puntos de la extensa ladera meridional de la cordillera volcánica, la sección chimalteca presenta un poderoso frente de contención para los vientos cargados de humedad que vienen del sur. En el otro extremo, el límite es el río Grande o Motagua. Ahí se alcanzan alturas cercanas a los 600 metros. Esta ladera recibe oleadas de vientos cálidos y secos, gobernados por el sistema árido del valle del Río Motagua. Entre ambos declives está la fresca región de la divisoria de aguas, consta de dilatadas mesetas que, por hallarse cortadas por la carretera principal del departamento, CA-1, son las que a primera vista señalan el plano topográfico fundamental. A partir de este altiplano se distribuyen los distintos ríos. Hacia el norte los que descargan en el Río Grande, hacia el sur lo hacen directamente al Océano Pacífico. Lugares por conocer El Tejar. Camino a occidente, probablemente el primer lugar para detenerse es El Tejar, un lugar en el que la vista llega a percibir la existencia de esos hornos que parecen casas y conocer la fabricación de ladrillos y tejas de barro. Chimaltenango. El siguiente poblado es la cabecera departamental, ubicada a 56 kilómetros de la ciudad capital. En su plaza central se conserva una de las pocas fuentes del período colonial. En los días de feria patronal, las actividades comienzan desde una semana antes y todavía se observan las muestras de fe colectiva. Itzapa y Patzicía. Especial mención merecen las fiestas de cofradía de San Andrés Itzapa y de Patzicía, en las que desde una semana antes de la celebración patronal, se inicia la “armada de la pluma”. El festejo involucra a los mayordomos y texeles (cofradía femenina). El anda en donde los Santos Patronos recorrerán las calles del pueblo se adorna con plumas, espejos, piezas de tela de colores y pequeñas imágenes de madera. El ritual comienza desde el baile de los baúles que contienen los ornamentos, hasta la visita desde la casa de la cofradía a la iglesia parroquial. En San Andrés Itzapa un motivo de peregrinación es Maximón, a quien los visitantes rinden culto y hacen consultas de todo tipo. Los Aposentos. El paso hacia el municipio de San Andrés Itzapa, obliga a detenerse en el estanque de los Aposentos, lugar visitado por los chimaltecos, capitalinos y habitantes de los municipios cercanos. Parramos. Muy cercano al tradicional paseo anterior se encuentra Parramos, cuyos pobladores montan las danzas del Venado y del Torito, en ocasión del Día de los Inocentes. Patzún. Destaca la celebración del Corpus Christi en Patzún. El marco lo proporciona el templo colonial de la iglesia católica, que en su interior guarda un valioso legado del arte escultórico guatemalteco del siglo XVIII. Iximché-Tecpán. A inmediaciones de Tecpán se localiza el sitio arqueológico de Iximché. La exploración arqueológica ha sacado a la luz edificios y plazas, y las piezas allí encontradas han sido reunidas en el pequeño museo del sitio. El templo colonial de este municipio es un edificio de estilo barroco antigüeño y conserva varios retablos de la época. A la salida de Tecpán se encuentran lugares para comer, desde los ya tradicionales hasta nuevos hoteles que se han instalado a lo largo de la carretera. Santa Apolonia. Este municipio es conocido por un restaurante que sirve buenos desayunos: El Pedregal, y ésta es la excusa que invita a pasar al pueblo para conocerlo. Además, es un importante centro de producción cerámica de tradición prehispánica elaborada sin torno. Comalapa. La pintura tradicional en los últimos años ha mostrado un intenso desarrollo de temáticas, imágenes y recursos manejados por grupos de mujeres kaqchikeles. También se encuentran los fabricantes de aretes tradicionales de plata. Zaragoza. El itinerario hacia Comalapa permite una primera parada en Zaragoza, en los que la observación del campo y su producción agrícola se constituye en uno de los paisajes típicos de la región. A mitad de camino hacia Comalapa, no estaría demás una parada en la aldea Rincón Grande, para apreciar el trabajo de una comunidad que desarrolló una tecnología agrícola para la exportación de fresas. La bocacosta. Hacia el sur se encuentran los municipios de la bocacosta: Pochuta, Acatenango y Yepocapa. El volcán de Acatenango hace de este lugar un sitio para practicar andinismo, y los ríos que la cruzan hacen un lugar ideal para largas caminatas, siguiendo las veredas y antiguos caminos que comunicaban el altiplano central con la ciudad de Antigua y con la Costa Sur. En toda su extensión hay una serie de fincas cafetaleras que nos trasladarán a la dinámica económica del siglo XIX. Destinos de tradición En la mayoría de casos es imposible separar, un destino turístico cultural de uno natural. En consecuencia, vale la pena recordar dos sitios de gran valor: Iximché y Mixco Viejo. El marco natural en el cual se encuentran los provee parcialmente del contexto histórico en el que se desenvolvieron. Pinares, encinares, correteos de ardillas y olores de zorrillos, son tan propios de Iximché como el viento helado y la neblina. Por su lado, Mixco Viejo es semidesértico pero estratégicamente situado a la par del Río Grande. En Chimaltenango hay tres destinos naturales básicos: Los Aposentos. Balneario situado a 4 kilómetros de la ciudad de Chimaltenango, la misma distancia que lo separa de Parramos, sobre la Ruta Nacional 14. Fue declarado Parque Nacional en 1955. Posee varias vertientes de aguas frías y termales, algunas son medicinales. Es el origen del río Guacalate. Está provisto de ranchos, bancas, restaurantes, baños, botes para remar. Todo en un ambiente boscoso agradable. San Rafael Pixcayá, Reserva de uso múltiple. Situada en la misma zona que el sitio arqueológico Mixco Viejo. Junto al cauce del Río Pixcayá. Se le calculan 3,076 hectáreas de superficie, con bosques y cabeceras de ríos en un terreno de topografía muy quebrada. Buen número de hectáreas se han cultivado con maíz y frijol. Volcán Acatenango. El tercer volcán más alto de Guatemala, que está unido al Volcán de Fuego. Preferido de muchos andinistas por su accesibilidad y su cercanía a la ciudad de Guatemala, a La Antigua Guatemala y al municipio de Acatenango. Aquí se pueden conocer las praderas subalpinas, los ecosistemas elevados, fríos, cortados por ráfagas de vientos cargados de niebla. Su ascensión es un reto para cualquier montañista. Petén Al departamento que sirvió de inspiración al escritor guatemalteco, Virgilio Rodríguez Macal, para escribir el libro La Mansión del Pájaro Serpiente, le corresponde el turno en este recorrido por nuestro país. La belleza natural es, sin lugar a dudas, una importante carta de presentación de la inmensa región petenera. Este patrimonio ecológico sin parangón en Centroamérica sólo es superado por la riqueza arqueológica que caracteriza al Petén y que lo ha convertido en uno de los centros más interesantes para el turismo mundial. Además de sus sitios arqueológicos, encontramos aquí una extensa y variada vida silvestre, que se presenta en toda su belleza a los que se atreven a internarse en sus tupidas selvas. El valor histórico del Petén se traduce en la ocupación que la cultura maya hizo de él hace varios siglos, cultura que dejó una huella perenne en la historia y en la vida actual de Guatemala. Templo El Gran Jaguar, en sitio arqueológico Tikal. Datos generales Nombre del departamento: Petén. Cabecera departamental: Flores. Población: Municipios: Clima: 321,186 habitantes aproximadamente. Flores, San José, San Benito, San Andrés, La Libertad, San Francisco, Santa Ana, Dolores, San Luis, Poptún Sayaxché y Melchor de Mencos. Cálido tropical. Idioma: Itzá', lacandón, mopán, español y en menor cantidad q'eqchi' e ixil. Altitud: 127 metros sobre el nivel del mar. Límites territoriales: Limita al norte con México, al este con Belice, al sur con Izabal y Alta Verapaz y al oeste con México. Extensión territorial: 35,854 kilómetros cuadrados. Fiesta titular: Creación del departamento: Temperatura: 11 y 12 de diciembre en conmemoración a la Virgen de Guadalupe, del 2 al 15 de enero en honor al Señor de Esquipulas. Poblado por los mayas desde el año 400 de nuestra era. Máxima 35 grados centígrados. Mínima 15 grados centígrados. Milenario entre historia y tradición Por Alfonso Arrivillaga Cortés Sin duda, Tikal es el lugar más importante del listado de sitios precolombinos en Petén; pero la lista es más larga de lo que podemos imaginar: Yaxhá, Nakún, Nakbe, Aguateka, Petexbatún, Piedras Negras y Ceibal, son considerados de primer orden; por lo que dejamos sin incluir una infinidad de sitios. El tiempo de ocupación del departamento prácticamente fue continuo hasta la llegada de los españoles, pero no por ello significó que la conquista fuera temprana. Y es que Hernán Cortés pasó por la región ya en 1502, en su paso a Honduras, pero después de este hecho, fueron varios los intentos de “entrada” y de “conversión” de los españoles, aunque todos fracasaron. No fue sino hasta 1697, cuando Martín Urzúa y Arismendi logró la primera reducción de itza'es, precisamente en “noh petén”, en el lugar que ocupa hoy la actual Isla de Flores. Dos años más tarde de haber consolidado la conquista del centro del departamento, se logró la de los mopanes; al parecer paralelo a este proceso, esa otra serie de grupos étnicos pobladores, referidos por los cronistas, se vieron envueltos en un violento proceso de extinción. Algunos bolsones de población chol, situados en las márgenes del Río La Pasión y del Usumacinta, los que habían permanecido en la región hasta mediados del presente siglo, terminaron por huir a territorio mexicano en la lacandonía, acosados por las políticas de gobierno; especialmente las implantadas por Jorge Ubico, que incluso trajo a varios de ellos para ser exhibidos en los campos de la feria de noviembre, como parte de las ideas exóticas que se tenía de ese pueblo. Durante la colonia, la isla fue bautizada inicialmente como Nuestra Señora de los Remedios y San Pablo del Itzá; fue en este lugar donde se levantó el fuerte presidio de Arismendi. De este período colonial podemos apreciar también los poblados de San Andrés y Dolores. Actividades como las monterías, conocida como explotación maderera, la chiclería, extracción de xate y pimienta negra, han influido determinantemente en las formas de subsistencia que practican los pobladores. Algunos terratenientes cuentan con importantes fincas de ganado, aprovechando las formaciones tradicionales de las sabanas, propias del centro del departamento y el resto de la población campesina se dedica a la agricultura. A mediados del siglo XX, el gobierno de la República inició un ambicioso proyecto de colonización de las márgenes del Río la Pasión y Usumacinta, lo que trajo consigo la formación de varias cooperativas asentadas a las orillas de estos ríos; de aquí se partió a la formación de otros poblados como El Chal y se consolidaron otros asentamientos como la cabecera del municipio de Sayaxché. Patrimonio cultural Petén es sin duda una de las áreas más importantes de ocupación precolombina. Ahí se encuentran infinidad de sitios arqueológicos, unos de gran valor documental y que merecieron la declaratoria de patrimonio de la humanidad. Un paseo al cercano Tayasal, pronto le remitirá al imaginario de la ocupación prehispánica. Los actuales itza'es y los mestizos peteneros aún cuentan en su tradición oral la historia de estos grupos guerreros. La leyenda más contada es quizá la del paso de Hernán Cortés, del que se deriva la leyenda del caballo de piedra, que se encuentran en alguna parte del fondo del lago, probablemente en el lugar conocido como Punta Nitun camino a San Andrés, en las márgenes del lago. El otro grupo de ascendencia maya, con una cultura propia de las tierras bajas, es el mopán ubicado en el municipio de San Luis, mientras que en el sur de Belice el resto de la población finalmente fue diezmada en el violento proceso de conquista. No obstante, hoy el turista podrá apreciar grandes contingentes de población maya; éstos son en su mayoría migrantes q'eqchi'es de la Verapaz. Este grupo maya ha traído consigo en esta movilización cultura y tradiciones; por lo que expresiones tradicionales de la Alta Verapaz, como los Pabankí, los bailes de Venados, rituales y culinaria q'eqchi', son encontradas en Petén, sobre todo en el sur del departamento. La población mestiza petenera en la actualidad es reducida, dado que el departamento se ha convertido en un importante punto de atracción para los campesinos del país; de esta manera muchos de los “ladinos” asentados en el departamento son definidos como “sureños”, y traen consigo una cultura principalmente proveniente del oriente del país, de donde son oriundos. Detalle del relieve de Estela en Ceibal, Sayaxché. La Isla de Flores cuenta con una particular tradición arquitectónica de corte caribeño, única en el territorio nacional. Esto constituye un encuentro entre la tradición arquitectónica del caribe inglés y la tradición maya. Por fortuna este rostro poco ha cambiado en la isla y presenta síntomas de recuperación. Poblados como Uaxactún y Carmelita, en pleno corazón de la Reserva de la Biosfera Maya, son el clásico ejemplo de comunidades extractivas de chicle. Otras, como el Remate en camino a Tikal, producen una abundante, variada y rica tradición artesanal de talla en madera que es bien recibida por los visitantes como recuerdos. La tradición festiva de estos pueblos es diferente al resto del país. Sobresale en sus bailes el de La Gigantona, llamada Chatona, que se hace acompañar del caballito (otra estructura de madera), danza que cuenta con su pieza especial en el repertorio musical tradicional, que se caracteriza por zapateados y otros ritmos similares llamados huachinangos. Podemos apreciar también polcas y shoties, los que dan prueba de su marcada influencia europea, pero también de su conexión yucateca y campechana. Vegetación, biotopo del Zotz en San José. Llanura selvática Su patrimonio aglomera junglas, extensas sabanas, humedales, ríos y las complicadas esculturas de una intemperie inclemente. Con todo, es la representación de un trópico forjado bajo la poderosa influencia del Caribe. El fascinante carácter de su conformación ecológica muestra un misterioso influjo caribeño. El departamento es parte de una sola masa estructural con la península de Yucatán. Consta de una base de rocas muy antiguas, cuyas edades pueden remontarse hasta 370 millones de años. Sobre ellas se emplazaron, en por lo menos dos formidables períodos de deposición, enormes volúmenes de sales calizas, principalmente carbonatos y sulfatos de calcio. Ambos territorios forman una vasta plataforma, que nació cuando en la costa este de Norteamérica se levantaron las montañas llamadas Acadianas. Esta plataforma, según se ha podido interpretar, era parte de la "minúscula" placa tectónica conocida como Maya Oriental. De su ajuste y lenta evolución, se formaría el zócalo ancestral; es decir el basamento más antiguo. El territorio Petén-Yucatán se ha originado en el poderoso levantamiento acadiano del fondo oceánico, luego fue colosalmente hundido hasta su reconversión en lecho marino. Un formidable empuje desde abajo, y vuelve a ser tierra seca. Otro hundimiento, y una vez más a las profundidades marinas, de donde habría de surgir por tercera vez. En tanto, su microplaca tectónica también se daba a la tarea de desplazarse sobre la superficie, buscando acomodo en un proceso inexorable y lento, uno de cuyos momentos es el que vemos ahora, a modo de fotografía que congela el tiempo geológico. Los dos hundimientos le proveyeron, como se dijo, de muchas calizas. Inconmensurables volúmenes de sales de calcio, con las que los elementos se solazarían moldeando y esculpiendo miles de caprichosas formas. Cavernas atiborradas de estalactitas, inimaginables túneles surcados por ríos que cortan una oscuridad pavorosa y murmurante, siguanes que se abren al sol, manantiales que escupen torrentes de aguas azulosas y grietas que igualmente pueden tragarse un río en un abrir y cerrar de ojos, descubren una porción del mundo subterráneo a la curiosidad de los seres que pululan sobre el peculiar campo. Atractivos naturales Hay en Petén dos Reservas de la Biosfera, siete Parques Nacionales, cinco Refugios de Vida Silvestre, cuatro Biotopos Protegidos, tres Monumentos Culturales y una Reserva Biológica. Todos estos lugares, además de la espléndida naturaleza que resguardan, poseen sitios arqueológicos de enorme valor. Laguna y sitio arqueológico Yaxhá, desde el Templo 216, en Flores. Áreas protegidas El total de tierras protegidas de Petén es enorme. La superficie que ocupan, de casi 17,000 kilómetros cuadrados, resulta tan grande como los departamentos de Totonicapán, Quiché, Quetzaltenango, Sololá, Chimaltenango, Sacatepéquez y Guatemala juntos. Hay ahí, al menos, dos Reservas de la Biosfera, siete Parques Nacionales, cinco Refugios de Vida Silvestre, cuatro Biotopos Protegidos, tres Monumentos Culturales y una Reserva Biológica. Todos, además de la espléndida naturaleza que resguardan, poseen sitios arqueológicos de enorme valor. De sobra está decir que cada una de estas zonas representa una portentosa muestra de la creación. Para el visitante, se muestra la posibilidad de pasar la noche en una tienda de campaña, tal vez amenizado por el rugido de los pumas a sabiendas que en la mañana podrá despertarse con el griterío de los monos aulladores. Luego, a lo mejor le interese caminar tranquilamente en un sendero educacional, estudiar las aves o admirarse de las piruetas de los micos, ver una familia de pizotes o apreciar el potente aleteo de los pavos silvestres. Quizás quiera sentarse a la sombra de algún árbol, junto a unas ruinas del pasado maya. Aventuras y exploración. Es aconsejable navegar en los tres ríos más impresionantes: La Pasión con sus amplios meandros, que prolonga el goce de estar en un mundo de color, calor, clorofila y vigorosas manifestaciones de vida; Usumacinta, el señor de los ríos, poderoso, a veces violento y a veces apacible, recomendable para expertos; así como el San Pedro y sus tributarios, en las planicies del noroeste, una vía de hermosura inimaginable que pasa al sur de la zona de pantanos interiores de agua dulce más grande de América Central. Si el visitante desea introducirse al mundo oscuro y húmedo de las entrañas de la tierra, quizás quiera empezar por las grutas de Naj-tunich, por las de Aktún-kan o por las de Jobitzinaj. Tienen la ventaja de ser muy conocidas y ricas en los detalles propios de las cuevas kársticas: estalactitas, bóvedas, cámaras, pasadizos, “nidos de perlas”, el eterno goteo del agua y el acre olor a moho y murciélago. Si quisiera algo más, todavía hay infinidad de cavernas a la espera de ser descubiertas. La selva misma es un infinito surtidor de oportunidades para la exploración. Profusión de noveles botánicos se adentran a ella con la ilusión de descubrir una nueva planta medicinal, otros tal vez vayan impulsados por la búsqueda de una flor de prestancia exótica o de una especie que la ciencia todavía no conoce. Pero la selva no es sólo para botánicos. ¿Cuántos fotógrafos van en busca de un cuadro único o un motivo excepcional? ¿cuántos estudiosos desean encontrar materia para sus divagaciones? y ¿cuántos escritores no han explorado sus misterios para lograr una obra tan perecedera como el trópico que les da inspiración? Izquierda: El Cenote, en Bethel, La Libertad. Rodríguez Macal fue uno de éstos. Gracias a que Petén se aferra a seguir siendo el mundo del misterio verde, muchas personas más podrán seguir disfrutando de las maravillas que encierra. Y, a pesar de no poder confeccionarle la enciclopedia turística que se merece, valga una pincelada de su esplendor como invitación para conocerlo y protegerlo. Sacatepéquez Sacatepéquez Cuando mencionamos Sacatepéquez, no podemos menos que pensar en las calles empedradas y las ruinas coloniales de Antigua Guatemala. Porque este departamento, siendo el más pequeño de todos, posee una riqueza arquitectónica e histórica que la hace ser un punto atractivo para visitantes locales y extranjeros. La ciudad de Antigua Guatemala ha servido como marco para acoger las ancestrales formas literarias de tradición oral, especialmente leyendas animísticas de aparecidos y ánimas en pena. De esta manera, personajes como La Llorona, El Sombrerón o bien el Duende, son parte de las historias que los abuelos narran a sus descendientes, pero que al parecer se están perdiendo debido a la transculturización. Derecha: Museo y edificio de la antigua Universidad de San Carlos en Antigua Guatemala Además, agregamos que el trabajo artesanal que llevan a cabo los pobladores de Sacatepéquez es digno de admirar, por ejemplo los barriletes de Sumpango y Santiago Sacatepéquez, elaborados para el uno y dos de noviembre, así como las alfombras diseñadas para Semana Santa. Esto sin olvidar sus trabajos en madera y hierrro forjado; aparte de los dulces típicos, tejidos y artesanías que son ideales para llevar como recuerdo. Datos generales Nombre del departamento: Cabecera departamental: Población: Municipios: Clima: Sacatepéquez. Antigua Guatemala. 251,265 habitantes aproximadamente. Antigua Guatemala, Jocotenango, Pastores, Sumpango, Santo Domingo Xenacoj, Santiago Sacatepéquez, San Bartolomé Milpas Altas, San Lucas Sacatepéquez, Santa Lucía Milpas Altas, Magdalena Milpas Altas, Santa María de Jesús, Ciudad Vieja, San Miguel Dueñas, Alotenango, San Antonio Aguas Calientes y Santa Catarina Barahona. Templado. Idioma: Kaqchikel y español. Altitud: 1,530 sobre el nivel del mar. Límites territoriales: Limita al norte y al oeste con Chimaltenango; al este con Guatemala y al sur con Escuintla. Extensión territorial: 465 kilómetros cuadrados. Fiesta titular: Fundación: Temperatura: 15 de agosto en honor a la Virgen La Asunción. 8 de diciembre en honor a la Inmaculada Concepción. Y el 25 de julio en conmemoración a Santiago Apóstol. 1776. Máxima 25 grados centígrados. Mínima 13 grados centígrados. Época Precolombina El centro político de los kaqchikeles era la ciudad fortaleza de Iximché, hoy Tecpán Guatemala en Chimaltenango, que significa “Planta de Maíz”. A fines del siglo XV y principios del XVI gobernaban a los kaqchikeles los reyes Huntuh y Vucubatz, amigos del rey Quicab (k'iche'). Durante la revuelta contra este rey, las capas bajas de la población k'iche' se enfrentaron también contra los reyes Kaqchikeles, más adelante logró convencer a estos reyes que emigraran hacia Iximché. Barriletes en Sumpango, Sacatepéquez. Época Colonial Pedro de Alvarado fundó la capital del Reyno de Guatemala el 25 de julio de 1525 en Iximché, a la que llamó Santiago en honor al Apóstol. Los kaqchikeles se sublevaron contra las autoridades en 1526, entonces la capital fue trasladada al Valle de Almolonga, el 22 de noviembre de 1527. Esta ciudad fue destruida entre el 10 y 11 de septiembre de 1541 por un torrente de agua que bajó del Volcán Hunahpú (de Agua), arrastrando peñascos, piedras y árboles. En este desastre murió la gobernadora doña Beatriz de la Cueva. El 10 de marzo de 1543, la ciudad se asentó en el Valle de Panchoy o Panqän (en el sitio en donde se encuentra la ciudad de La Antigua Guatemala). El vocablo Panqän significa “en lo amarillo”, debido al color del terreno o la abundancia de las caléndulas, chilcas y otras flores de ese color. Panchoy significa “en la laguna grande”, ya que una leyenda indicaba que en ese valle existió un lago. La ciudad de Santiago fue fundada siguiendo el trazo que hiciera el ingeniero Juan Francisco Antonelli. Dicha ciudad permaneció en este valle hasta el 29 de julio de 1773, fecha en que fue destruida por los terremotos de Santa Marta y se trasladó al Valle de la Virgen o de la Ermita en donde se encuentra actualmente la ciudad de Guatemala. Vida Cultural Algunos años después de la fundación de la ciudad de Santiago en el Valle de Almolonga, hoy Ciudad Vieja, y antes de ser trasladada al Valle de Panchoy, las autoridades coloniales se dieron cuenta que la población en edad escolar crecía y la falta de establecimientos educativos. Siendo obispo el licenciado Francisco Marroquín, se estableció la primera escuela de letras para atender a los hijos de los conquistadores, los encomenderos y primeros pobladores españoles. La educación primaria se organizó paulatinamente alrededor de los conventos para hijos de españoles y criollos. Las diversas órdenes religiosas se preocuparon por castellanizar a los indígenas. No existían escuelas para niños indios, solamente las que atendían a hijos de caciques o gentes principales. El 31 de enero de 1776, se fundó la Universidad de San Carlos de Guatemala. Durante la época colonial (siglos XVI y XVII) en la ciudad de Santiago, abundaron los cronistas, historiadores y literatos, entre ellos: Bernal Díaz del Castillo, Francisco Vásquez, Francisco Ximénez y Domingo Juarros. Los poetas Rafael Landívar y Caballero y Simón Bergaño y Villegas. Los fabulistas: Rafael García Goyena y Fray Matías de Córdova. Derecha: traje ceremonial en Santo Domingo Xenacoj. El 16 de julio de 1660 se mandó a traer la primera imprenta a instancias de Fray Payo Enríquez de Rivera. El primer impresor fue José de Pineda Ibarra. Arquitectura y Artes Plásticas Durante la primera época de 1525 a 1590, coexistieron en el Reyno de Guatemala diversos estilos arquitectónicos: desde el románico, el gótico, el mudéjar y las variantes renacentistas que existían en España en el siglo XVI. Los estilos barroco y manierista fueron muy importantes, no sólo en la arquitectura, sino también en la pintura y la escultura. Entre los arquitectos destacan: Joseph y Diego de Porras, Luis Diez de Navarro. Entre los escultores: Juan Aguirre, Quirio Cataño, Alonso de la Paz, Mateo de Zúñiga y Evaristo Zúñiga. En pintura: Cristóbal de Villalpando, Juan Correa y Tomás de Merlo. Gran parte del desarrollo de la historia de la época colonial de Centroamérica se concentró en la ciudad de Santiago, en el Valle de Panchoy, hoy cabecera del departamento de Sacatepéquez. En las demás épocas de la historia, los acontecimientos se centralizaron en la Nueva Guatemala de la Asunción. En la época contemporánea se llevan a cabo cuatro acontecimientos importantes: el 30 de marzo de 1944, La Antigua Guatemala es declarada por la Asamblea Legislativa como Monumento Nacional. El 12 de octubre de 1948 el Congreso la declaró Ciudad Emérita. En Julio de 1965, el Instituto Panamericano de Geografía e Historia, la declaró Monumento de América. En 1979, la UNESCO la declaró Patrimonio Mundial y Cultural. Patrimonio cultural El departamento de Sacatepéquez y particularmente su cabecera, la ciudad de La Antigua Guatemala constituye uno de los principales centros turísticos del país. Desde el punto de vista cultural, deben destacarse dos aspectos importantes de atracción turística: los sitios arqueológicos (principalmente los monumentos coloniales) y lo referente a la cultura popular tradicional (folclor). En cuanto a sitios arqueológicos precolombinos existen varios: en La Antigua Guatemala: el Portal; en Ciudad Vieja: Pompeya; en Pastores, en la finca La Cruz: la Cueva Nanayaca; en San Lucas Sacatepéquez: el Cerro Alux; en Santiago Sacatepéquez: Chacayá, Los Pinos y Santa María Cauqué; en Sumpango: Los Pinos. Pedro Las Huertas. Iglesia en San En La Antigua Guatemala los monumentos coloniales como: el Convento de la Merced, La Recolección, San Jerónimo, La Compañía de Jesús, La Candelaria, Santa Clara, San Francisco, Capuchinas, San José de Catedral, San Sebastián, Palacio de los Capitanes Generales, Palacio del Ayuntamiento. Las iglesias: La Merced, San Francisco, El Calvario, Belén, Escuela de Cristo y Catedral. Museos: Museo de Santiago; Museo de Arte (antigua sede de la Universidad de San Carlos de Guatemala, sexta universidad del continente americano). Museo de la Iglesia de San Francisco y Casa Popenoe. En los alrededores de la ciudad de La Antigua Guatemala hay varios sitios de interés para el turismo, porque en ellos se encuentran monumentos, iglesias, imágenes o manifestaciones de la cultura popular tradicional. Estos sitios son: Cerro Mirador de la Cruz, San Felipe de Jesús, Santa Catarina Bobadilla, Jocotenango, Pastores, Santa Ana, San Bartolomé Becerra, Ciudad Vieja, San Antonio Aguas Calientes, San Cristóbal El Bajo, San Juan del Obispo y Santa María de Jesús. Sacatepéquez es uno de los departamentos de mayor riqueza en cuanto a la cultura popular tradicional (folclor). Debe recordarse que ésta es una cultura mestiza en la cual se fusionan los elementos de las culturas indígenas prehispánicas, de la cultura española y de la africana. Lógicamente en La Antigua Guatemala (y por extensión en todo el departamento) por haber sido la capital del Reyno, durante muchos años de la época colonial, aún conserva muchas tradiciones. De manera especial, posee abundancia de manifestaciones de la cultura material, específicamente en cuanto a artes y artesanías. Entre éstas cabe destacar: los tejidos de Santo Domingo Xenacoj, Sumpango, Santiago Sacatepéquez, San Antonio Aguas Calientes, Magdalena Milpas Altas y Santa María de Jesús. Cerámica: Vidriada mayólica: Antigua Guatemala; pintada: Antigua Guatemala; Pastores y San Miguel Dueñas. Hierro Forjado: Antigua Guatemala, Santiago Sacatepéquez, San Antonio Aguas Calientes, Santa María de Jesús y Alotenango. Orfebrería: Oro y plata: En Antigua Guatemala; plata: en Santa María de Jesús; hojalata: en Antigua Guatemala, Santa María de Jesús y San Antonio Aguas Calientes. Cerería: Antigua Guatemala, Santo Domingo Xenacoj, Sumpango, Pastores, Ciudad Vieja y San Miguel Dueñas. Cestería: Jocotenango, San Bartolomé Milpas Altas, Santa Catarina Barahona, San Miguel Dueñas, Ciudad Vieja y Alotenango. Jarcia: Jocotenango, Santa Catarina Barahona, Ciudad Vieja, Santa María de Jesús y Alotenango. Muebles: Antigua Guatemala, Alotenango, Sumpango, Santa Catarina Barahona, San Antonio Aguas Calientes, San Miguel Dueñas, Ciudad Vieja, Santa María de Jesús y Magdalena Milpas Altas. La puerta florida del altiplano Por: Luis Villar Anleu Las comparaciones son fastidiosas. No pretendemos pensar que Sacatepéquez es un departamento poco significativo. Queremos, más bien, establecer algo que se parezca a un patrón de referencia. Resulta indispensable para destacar la existencia de una naturaleza excepcional, portentosa, para ver a la pequeña comarca como un gigante cuando exhibe la monumentalidad de sus entornos biogeográficos. Valle de Panchoy en Antigua Guatemala. Al fondo Volcán de Agua. En la Cordillera Volcánica Quiso el destino que el territorio estuviera ubicado a medio lomo de la Cordillera Volcánica, inclinado hacia el Océano Pacífico. Como una sección de altiplano que empieza a desplomarse a la gran planicie del Mar del Sur. De esa suerte, se mantiene expuesto a los vientos que llegan desde el Pacífico. La carga de humedad que llevan no es excesiva y, como atravesaron toda la planicie costera, llevan cierto agradable calorcillo. La conjunción de condiciones como éstas hacen que una gran parte del departamento mantenga un clima muy agradable. Una pequeña parte de las tierras del norte drena sus aguas hacia el Mar Caribe, por la vía del Río Motagua. Éste las recibe del Río Pixcayá, que las toma por intermedio del Río Santo Domingo (el ramal local del Santo Domingo tiene varios nombres aguas arriba: Chopac, Xaltayá Chinimayá, Chiritzrín). Pero la mayor parte del drenaje fluye al sur. El canal principal es el Río Guacalate, que corta todo el centro. Nace en Chimaltenango, un poco al norte del límite, entra por San Luis Las Carretas, atraviesa el Valle Panchoy-Almolonga y sale por un desfiladero entre los Volcanes de Fuego, Acatenango y de Agua. Mientras serpentea por el valle recibe al Río Pensativo, por varios siglos unido a la vida de la ciudad de La Antigua Guatemala. El Cañón del Guacalate es trascendental, pues constituye una puerta de comunicación con la planicie costera. Atractivos naturales Dichoso quien pudiera recorrer los parajes del Sacatepéquez del siglo XIX. Debieron haber sido magníficos y hermosos. Ahora, llevados de la mano por escritores de la época, vislumbramos una parte de su pasado esplendor. George Alexander Thomson escribió: “después de caminar una milla y media por los suburbios de la ciudad, penetramos en unos obscuros senderos tan sombreados por los follajes exuberantes, que difícilmente podrían caminar por ellos dos jinetes apareados. Una milla más allá, al mismo pie del Volcán de Agua, llegamos a un gran edificio muy quebrantado por los terremotos”. Izquierda:emplar en “Mariposario Antigua”, en Jocotenango. Por el año 1894, el notable pero malogrado escritor don Agustín Mencos Franco, dejó para la posteridad relaciones como la siguiente (levemente modificada para fines de adecuación al texto): “Efectivamente aquel era el pueblo de Dueñas, escogido para objeto de excursiones. Recorrimos a pie sus poéticos alrededores, por último nos dirigimos a la cercana laguna en cuyas frescas y encantadoras orillas nos tendimos perezosamente”. La laguna a que se hace referencia es la de Quilisimate o Quinizilapa, actualmente extinguida. Como se ve, el atractivo natural de los Valles Almolonga y Panchoy debió haber sido de elevada delicadeza. Hoy, sin un recuerdo vivo de aquel esplendor, y habiéndole dado una preeminencia absoluta a la monumentalidad arquitectónica que revive el pasado colonial, la naturaleza ha quedado relegada a segundo plano. Es tal la inclinación a rememorar la presencia hispánica, que ni siquiera la oficina local de información turística se atreve a orientar a los potenciales visitantes hacia entornos naturales. Vale la pena que pensemos también en ellos. Algunos son de sobra conocidos, otros ni siquiera parecen destinos reales. Graves obstáculos son, primero, el hecho que no han sido valorizados turísticamente, a pesar de constituir insustituibles recursos para revivir el pasado histórico mismo. Segundo, que no han sido dotados de ninguna forma de facilitación turística para hacer de ellos destinos más agradables. Volcán de Agua. Paseo clásico para el andinista. Ideal para aficionados. El sexto más alto del país pero de ascenso fácil. La cima posee un refugio rústico para pernoctar. Bonitos bosques de aliso y praderas subalpinas. La cumbre es agradablemente fría. Volcanes Acatenango y Fuego. Forman un solo macizo, pero el segundo mantiene constante actividad. Acatenango es el tercero más alto del país. Recomendables para expertos. La particular conformación de sus cimas, que forman un conjunto de tres picos, hace que su conquista se llame “el triple ascenso”. Un paseo inolvidable. Florencia, parque ecológico. Pequeña finca de montaña convertida en parque. Cercana al pueblo de Santa Lucía Milpas Altas, a la orilla del camino asfaltado. Muestra de los ancestrales bosques de encinas. Posee senderos, parrillas para preparación de comidas, juegos infantiles y áreas de descanso. Clima fresco y ambiente de encanto. Vía escénica del Río Guacalate. Junto al Guacalate baja el camino que une a La Antigua Guatemala con la ciudad de Escuintla. Del altiplano a la costa, pasa entre volcanes, cafetales y agradables paisajes. Recomendable como ruta alterna para ir a Sacatepéquez. Ruta histórica de la Laguna de Dueñas. Camino de tierra, transitable con comodidad en todo tiempo, une en círculo a los poblados de San Antonio Aguas Calientes, Santa Catarina Barahona, San Miguel Dueñas y Ciudad Vieja. Pasa por la cuenca fósil de la Laguna Quilisimate. Paisajes de extraña fascinación y ambientes cargados de historia. Bello circuito. Ruta del altiplano. El extremo norte del departamento está a 1,380 metros de altitud, el opuesto a 600 metros. En el norte, la divisoria de aguas de la Cordillera es acompañada por la carretera CA-1, o ruta del altiplano. En su camino a Chimaltenango enlaza a San Lucas Sacatepéquez, San Bartolomé Milpas Altas, Santiago Sacatepéquez y Sumpango. Hay innumerables atractivos a lo largo de ella y en los pueblos que comunica. Cerro de La Cruz. El paseo a pie más cercano y requerido desde La Antigua Guatemala. Es parte del cerro Santo Domingo. Preferido de los fotógrafos pues domina la ciudad y el valle. Ideal para caminatas, fotografía, descanso y meditación. Mariposario de Jocotenango. En Jocotenango, pueblo vecino y cercano a La Antigua Guatemala, se mantiene una colección de mariposas vivas digna de conocerse. Privada, pero abierta al público mediante una módica cuota, representa una alternativa exótica. Balneario el Cubo. Vecino a La Antigua Guatemala, es una pequeña piscina y baños. Entre cerros, para escaladas suaves, paseos, fotografía y días de campo. Ventas de comida y refrescos. Hay otros baños del mismo nombre, en Ciudad Vieja, reputados de medicinales. El departamento de Sacatepéquez cuenta con buenas carreteras que comunican cómodamente todos sus rincones. Sólo hace falta, sin duda, valorizar y conocer más su sorprendente patrimonio natural. Zacapa Es uno de los departamentos más interesantes de la República, tanto desde el punto de vista geográfico como por el carisma de sus pobladores, famosos por su inventiva. Además, es ampliamente conocido por sus comidas tradicionales como la yuca con chicharrón, las quesadillas y los productos lácteos. Zacapa participa muy activamente en la economía de nuestro país, y muestra de ello son las plantaciones de tabaco, melón, tomate, uva y ocra, destinados en su mayoría a la exportación. En época de verano parece que el Sol mismo abrasa a sus habitantes, pero el clima hace posible que los ríos y balnearios se transformen en maravillosos oasis para los visitantes que llegan a ellos a refrescarse. Izquierda: catarata en Pasabien. Uno de sus atractivos culturales es el museo de Paleontología, en Estanzuela, que reúne piezas arqueológicas encontradas en esa área, murales de representaciones mayas, así como una extensa variedad de muestras de la fauna de la región. Pero lo más impresionante son los restos fosilizados de un mastodonte y un armadillo gigante, lo que le ha valido ser llamado por sus pobladores como “museo del hueso”. Datos generales Nombre del Zacapa. departamento: Cabecera departamental: Población: Municipios: Clima: Zacapa. 207,814 habitantes aproximadamente. Zacapa, Estanzuela, Río Hondo, Gualán, Teculután, Usumatlán, Cabañas, San Diego, La Unión y Huité. Cálido seco. Idioma: Español. Altitud: 220 metros sobre el nivel del mar. Límites territoriales: Al norte con los departamentos de Alta Verapaz e Izabal; al este con la República de Honduras; al sur con los departamentos de Chiquimula y Jalapa, y al oeste con El Progreso. Extensión territorial: Fiesta titular: Fundación: 2,690 kilómetros cuadrados. Del 4 a 9 de diciembre en honor a la Virgen de Concepción. 1871. Máxima: 34 grados centígrados. Temperatura: Mínima: 21 grados centígrados. Historia, población y cultura Por Felipe Antonio Girón Palacios El valle medio del Río Motagua está formado prácticamente por casi todos los municipios del departamento: Cabañas, Usumatlán, Teculután, Huité, Río Hondo, Estanzuela y Gualán, quedando únicamente afuera los municipios de San Diego, La Unión y Zacapa. La evolución natural de esta zona tiene su registro más antiguo desde los tiempos prehistóricos. Con los restos paleontológicos de un Gliptodonte, o armadillo gigante, encontrado en noviembre de 1996, en Teculután, por un grupo de arqueólogos de la Universidad de San Carlos, se ha podido confirmar el poblamiento de la zona desde tiempos muy antiguos. Por la evidencia encontrada hasta ahora, se cree que movimientos tectónicos ocasionados por la actividad volcánica (de los volcanes Ipala en Chiquimula; Tahual en Jalapa, y Suchitán en Jutiapa, que están cercanos a la zona) y la falla del Motagua durante el período terciario, hayan contribuido al drenaje de una laguna que cubría alguna área de Estanzuela, Zacapa y Río Hondo. Actualmente el Valle Medio del Motagua constituye, en Secando tabaco en Cabañas. sus partes bajas, una región de llanos irrigados conocidos como La Fragua, donde principalmente se cultiva melón, tabaco, sandía y caña de azúcar. Hasta ahora se han reportado sitios arqueológicos de grandes dimensiones, urbanizados y con estructuras constructivas propias de las culturas mesoamericanas como juegos de pelota y otros, estos sitios son: La Vega del Cobán en Teculután, La Reforma en Huité y Marines en Río Hondo. Hasta ahora, la evidencia encontrada hace pensar en un tipo de civilización plenamente asentada en la zona desde tiempos del pre clásico, de la era pre colonial, que aún es un misterio por resolver. Al parecer, los actuales municipios de Gualán, Río Hondo, Zacapa y Estanzuela, estuvieron habitados por indígenas ch'orti'es, y los municipios de Cabañas (antiguamente Chimalapa), Usumatlán, Teculután y posiblemente Huité, por indígenas que hablaban un idioma alagüilac, que aparentemente era una mezcla entre ch'orti' y pipil (Stoll 1958"249 y Terga 1980"26), muy probablemente a raíz de la llegada de grupos nahuatl provenientes del centro de México. Las fuentes etnohistóricas nos informan que la lengua ch'orti' se hablaba en San Pablo Zacapa, en San Pedro Zacapa y en Gualán para la época colonial; por lo que es de suponer que eran ch'orti'es los habitantes de esta parte de Zacapa. Etimológicamente Zacapa significa: “sobre el río de zacate o de la hierba”, derivado de las voces nahuatls y maya, zacatl, que significa zacate o yerba, y apán, en el río, formado a su vez de atl, agua y pan, en (Archila 1928:19). Éste no es el único municipio con nombre de raíz nahuatl (pipil) del departamento, además está Teculután, Usumatlán y Huité. Los chichimecas provenientes del Valle de Anahuac, centro de México, por el siglo VII y VIII, se fusionaron con los ch'orti'es de Zacapa, aunque los detalles de este proceso aún no se conocen con claridad, al menos los toponímicos del departamento parecen confirmar tal extremo. La pregunta es si estos nombres se dieron antes, durante o después de la conquista española, puesto que con los españoles también venían indígenas mexicanos. Es de suponer que por la ubicación geográfica del departamento, éste se halla constituido en una ruta de comercio desde los primeros asentamientos humanos en la región hasta nuestros días, lo que lo hace un departamento que juega un papel importante en la economía del país. Sin lugar a dudas, la navegación del Río Motagua permitió la distribución y la comercialización de la piedra jadeíta (jade), de la piedra obsidiana antes de la colonial, así como la comunicación entre las tierras altas, intermedias y bajas del área maya. El afloramiento de jade se encuentra en las faldas de la Sierra de Las Minas. Aún para los propósitos coloniales, la misma navegación del río permitió la comunicación de la Capitanía General de Guatemala con la Real Corona Española. El Camino Real de Santiago fue trazado casi paralelamente al mencionando río. Esta condicionante determinó, en buena parte, que la mayoría de colonos españoles para los siglos XVI y XVII se asentaran en esta región, poblando la totalidad de Zacapa y desplazando a la población nativa, que ya había sido menguada por las epidemias traídas por los europeos. De tal manera, que para la colonia se inicia un proceso importante en la configuración de la actual Zacapa, ya que este trajo consigo las haciendas de ganado vacuno y la transformación agrícola de los llanos de La Fragua. También el ganado caballar y mular era necesario para la transportación de bienes y personas, principalmente para aquellas cuyos destinos finales eran la ciudad de Santiago de los Caballeros, algún barco anclado en el Golfo Dulce o en el mar Caribe. La producción de grana y cochinilla, tan famosa durante la colonia, se extrajo en su mayor parte de la región. Aún más, para consolidar al departamento como una ruta de comunicación, es a finales del siglo XIX que se construye el ferrocarril del Atlántico que atraviesa el territorio, teniendo estaciones importantes en Zacapa, Gualán y Cabañas. La colonización española instauró instituciones como la encomienda, que era una práctica institucionalizada que tenía sentido dentro del sistema colonial de extracción de riquezas y bienes por parte de la metrópolis dentro de la colonia. Con ellos se asentó una mayoría castellana que culturalmente creó ciertos sincretismos dentro de la zona que la han hecho particular; como el predominio del castellano sobre la lengua ch'orti'. El establecimiento de haciendas de ganado, similares a los cortijos y haciendas andaluzas, permitió el establecimiento de población española que fue mayoría y hegemónica, por lo que la cultura tiene un matiz hispánico. Zacapa ha sido un vínculo entre la capital y la costa atlántica, el cultivo del añil fue su fuente económica y en tiempos recientes, las fincas bananeras y el ferrocarril fueron una fuente de trabajo para mucha gente del departamento. El crisol de oriente Vegetación en Sierra de las Minas en Juan de Paz, Gualán. Por: Luis Villar Anleu En forma de valle flanqueado por montañas, el departamento es una extraña mezcla de ambientes ecológicos contrastantes (aunque no lo parezca a simple vista) y de manifestaciones geológicas espeluznantes. En dilatadas extensiones es de temperamento tórrido, seco, abundantemente irradiado por un Sol que a veces se antoja inclemente. En ellas se convierte en hogar del “monstruo de gila”, un peculiar reptil que, aunque aquí se llame escorpión, no tiene con estos invertebrados ningún tipo de parentesco. En otras partes Zacapa se proyecta hacia el cielo. Tanto lo hace que la cima del Cerro Raxón, a 2,987 metros de altitud, se convierte en la parte más alta de la Sierra de Las Minas. La Sierra de Las Minas y del Merendón, parte de sus posesiones, son de las montañas más antiguas de Guatemala, tal vez de hasta unos 370 millones de años. La primera es rica en mármoles, jades, jadeítas, serpentinas, serpentinitas y gneisses. Abrumadora geología El Río Motagua, que con tanta prodigalidad irriga su valle al atravesar el departamento de Zacapa, esconde una pavorosa grieta. Es la fractura que divide en dos partes a Guatemala. Aquí se presenta en forma de dos extensas fallas geológicas, paralelas, que vienen de muy al este y van hacia el oeste. Una de ellas se llama falla de San Agustín y corre al pie de las montañas del lado norte (Sierra de Las Minas); la otra se llama falla del Motagua, discurre al pie de las montañas del sur, volcánicas unas y sedimentarias otras. Estas fallas, pero especialmente la segunda, se deslizan una contra la otra, en toda su longitud. Un monumento colocado a la vera del camino que une la población de Río Hondo con la ciudad de Zacapa, a pocos kilómetros de la primera, marca el sitio por donde pasa y en donde, el 3 de febrero de 1976, hizo evidente el formidable desplazamiento de terrenos que puede provocar. Otro caudaloso e importante Río del departamento, el Grande de Zacapa, tributario del Río Motagua, hace lo propio. La corriente corre sobre un valle que esconde otra falla, ésta viene desde Chiquimula y se une a la del Motagua en ángulo recto. Su existencia provoca la separación de las montañas del sur del departamento en dos bloques disímiles: hacia el este persiste una suave estribación de montañas de la Cordillera Volcánica; la población de San Diego está sobre ella. En el sentido opuesto, teniendo a la población de La Unión como referencia, las montañas corresponden a la naciente sierra del Merendón. Por estos lares, las fallas de San Agustín y del Motagua tienen un rumbo aproximado de suroeste a nordeste. La Sierra de Las Minas lo tiene igual. Es paralela a ellas y al curso del Río Motagua. Quienes trazaron los límites del departamento, que se aproximan a los de un rectángulo, los concibieron concordantes con aquellas orientaciones. Por eso Zacapa tiene una superficie geográfica insólita: semeja la sección longitudinal de un canal, al que le entra agua por un extremo, le sale por el otro, y las paredes son macizas sierras montañosas. Grandes contrastes ecológicos En los umbríos y húmedos ambientes naturales, de la Sierra de las Minas, se encuentran especies forestales extremadamente raras en Guatemala, como los tejos y los arces. Tienen en sus oscuros ecosistemas, propios del bioma de Selva de Montaña, probablemente el último refugio local para sobrevivir. Junto a ellos hay una variedad de animales sorprendente y espléndida. Entre ellos se cuentan aves tales como el quetzal, auroras, pitorreales, guardabarrancas y cenzontles de alta montaña. Los terrenos bajos, a nivel del piso de los valles del Motagua y del Grande de Zacapa, así como las estribaciones poco elevadas de las montañas del sur, son secas y calurosas en extremo. Tanto es así, que en el sector conocido como La Fragua, muy cerca de la ciudad de Zacapa, los geógrafos suelen reconocer el punto más seco y caliente de Guatemala. Los registros de lluvia son de unos 470 milímetros, 39 días de precipitación al año y temperaturas de hasta 45 grados. La extrema aridez de las bajuras es responsable de que contengan el mundo del Chaparral Espinoso, ese particular bioma que agrupa a los ecosistemas de cactales, zarzales y de bosques secos caducifolios, en donde abundan los arbolillos de acacias, yajes, aripines, brasil, mimosas y palojiote. No es un mundo muerto, posee extrema vitalidad. Los cactales, en particular los situados al centro del departamento, se han convertido en refugio para el escorpión de Zacapa, un elusivo reptil en peligro de extinción. Atractivos naturales, además de los Llanos de La Fragua Debido a que la mayoría de los pueblos que forman Zacapa están ubicados en los terrenos bajos, en donde la lluvia es escasa y el calor abundante, se tiene la generalizada idea que el departamento es semiárido en todas partes. De hecho, el medio desértico bioma de Chaparral Espinoso, con sus punzantes vegetales y millares de bichos igualmente agresivos, es el que domina el paisaje zacapaneco, pero no es el único. Hay también espléndidas selvas, de gran complejidad ecológica, casi perpetuamente inmersas en nubes, que contienen maravillosas muestras de la diversidad biológica del país. Juntas forman el Bioma de Selva de Montaña, que desde aquí compone un largo corredor ecológico que alcanza las laderas septentrionales de los Altos Cuchumatanes. Se encuentran en la Sierra de Las Minas, en una complicada cumbre abrupta, quebrada, oscura, de intensa humedad, que es al mismo tiempo productora de agua que se desparrama hacia el Río Motagua en forma de corrientes cristalinas y frescas. Otros ecosistemas forestales, más secos que los de Las Minas, pero nunca tanto como los de los valles bajos, están sobre algunas discretas montañas del sur. Entre ellos resultan dignos de mención los pinares y encinares que crecen en el Cerro Miramundo. Estas comunidades naturales pertenecen al bioma Bosque de Montaña. Se han venido desparramando sobre los montes de la Cordillera Volcánica, y elevaciones vecinas, hasta alcanzar terrenos como los de Miramundo. El archivo geológico del departamento también resulta de supremo interés. Varias capas sedimentarias del período Pleistoceno, de cuando menos 30,000 años de edad, contienen un rico legado fosilífero que ha permitido a los sabios entender parte de la historia natural del lugar. Gracias a ellas se ha podido reconstruir el pasado, y saber que ahí (vecindades de Estanzuela, principalmente) hubo lagos, que estuvieron rodeados de pastos y sabanas en donde vivieron armadillos gigantes, capibaras, caballos y tapires primitivos, mastodontes y otros seres. Algunos de los lugares en donde puede disfrutarse del rico patrimonio natural zacapaneco son los siguientes: Pasabien, balneario. A nivel del Valle del Río Motagua, por lo tanto de ambiente caluroso. Pero el balneario está al pie de la Sierra de Las Minas, en donde el río que lo alimenta baja tumultuoso y espumante. El agua resulta inesperadamente fría... ¡refrescante! Hay ahí muchas facilidades para pasar un rato agradable. Un poco más allá está el centro Longarone, con piscinas, restaurantes, ventas de frutas y cuanto se quiera. Otros balnearios. Con aguas tan frescas, como las de Pasabien, que proceden de Las Minas, hay balnearios en Santa Rosalía, Talisguite, Jones, La Espinilla y Doña María. Cuevas de Doña María. Doña María es un restaurante, construido y atendido casi sobre el río del mismo nombre, a la orilla de la carretera asfaltada CA-9. Amén de disfrutar de deliciosa comida y refrescantes bebidas, el río es un agradable motivo para bañarse, relajarse y tomar un reparador descanso. A pocos minutos a pie, mediante una caminata deliciosa en un paraje muy grato, se llega a la Cuevas de Doña María. Recomendables para no olvidar el paseo Valle Dorado, piscinas y restaurante. Ideal para disfrutar a plenitud la fascinación y el encanto del Chaparral Espinoso, con todas las comodidades de un hotel de primera. Es casi como un oasis en el desierto. El aventurado caminante podrá aquí internarse en un mundo sólo aparentemente hostil, pero sí fuerte, caluroso, agobiador y punzante. Se disfruta mejor en el ocaso del día; luego, un duchazo y un descanso que será increíblemente reparador. Museo paleontológico de Estanzuela. No es un sitio natural obviamente, pero está construido casi sobre los lechos rocosos que produjeron los restos fosilizados que contiene. La mayor parte son enormes esqueletos de animales prehistóricos; la exhibición se complementa con otros motivos de gran interés. Muy cerca del museo, a la orilla de la carretera, se encuentra el monumento que marca el derrotero de la famosa falla del Motagua. Sierra de Las Minas. Reserva de la Biosfera. El recurso ecoturístico más prominente de Zacapa se encuentra en los aproximadamente 80 kilómetros lineales que le corresponden de la cresta de la Sierra de Las Minas. Declarada área protegida y manejada como tal, enseña las más espléndidas muestras de ecosistemas selváticos que pueda uno imaginar. Hay varios accesos desde la carretera CA-9, todos empinados, requieren vehículos de doble tracción. Una vía recomendable es la de San Lorenzo (oportunidad de conocer una cantera de mármol); otra es por las aldeas La Espinilla, Jones, Talisguite; una más por la aldea El Arenal. Chiquimula Laguna de Ipala, ubicada dentro del cráter del volcán del mismo nombre. Chiquimula La historia de Chiquimula es sorprendente. En el período terciario tuvo una gran actividad volcánica, lo cual se evidencia en la cordillera donde se sitúa. La cultura ch'orti', que todavía se halla en Jocotán y Camotán, se desarrolló en ese lugar. Algo muy importante de mencionar es que Chiquimula, desde tiempos prehistóricos, se halla en medio de una región económica y social muy importante. Durante la época de la colonia estuvo en el Camino Real, que era la ruta comercial que conducía desde Izabal hasta la ciudad. Uno de los lugares más visitados de Chiquimula es Esquipulas. De toda la república e incluso de los países vecinos recibe visitas y romerías la venerada imagen del Cristo Negro que se encuentra en la famosa Basílica de Esquipulas. Pero lugares para visitar y conocer hay muchos más. Entre ellos podemos mencionar el volcán de Ipala y su laguna, así como curiosos sitios como “la piedra de los compadres”... En Chiquimula también se encontrará con deliciosos platillos propios del lugar, como chicharrones de marrano, yuca cocida, curtido de pacaya y manjar de leche. Datos generales Nombre del departamento: Chiquimula. Cabecera departamental: Chiquimula. Población: Municipios: Clima: 305,682 habitantes aproximadamente. Chiquimula, Camotán, Concepción las Minas, Esquipulas, Ipala, Jocotán, Olopa, Quezaltepeque, San Jacinto, San José La Arada y San Juan Ermita. Cálido. Idioma: Ch'orti' y español. Altitud: 215 metros sobre el nivel del mar. Límites territoriales: Colinda al norte con Zacapa; al este con la República de Honduras; al sur con la República de El Salvador y el departamento de Jutiapa, y al oeste con Jalapa y Zacapa. Extensión territorial: 2,376 kilómetros cuadrados. Fiesta titular: Fundación: Temperatura: 1 al 14 de enero Cristo Negro de Esquipulas, del 11 al 18 de agosto, fiestas de la Virgen del Tránsito en Chiquimula. 1938. Máxima 35 grados. Mínima 20 grados. Historia, población y cultura Por: Felipe Antonio Girón Palacios Se conoce muy poco acerca de la historia de la “Perla de Oriente”, como se le llama a Chiquimula. Sin embargo, su importancia social y económica viene de tiempo atrás. En la época de la colonia estaba a la orilla de la ruta comercial que venía desde Izabal hasta la ciudad, e incluso hay indicios de vida humana en el lugar desde tiempos prehistóricos. Mercado de Jocotán Ch’orti’es en el Patrimonios histórico culturales La actual ciudad de Chiquimula, que de no ser por la independencia también contaría con el título de Muy Noble y Muy Leal como la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala, es una ciudad que está en un crecimiento urbano acelerado. Alberga importantes instituciones educativas en la vida pública local e internacional. En las letras, han destacado poetas como Humberto Porta Mencos y Miguel Ángel Vásquez. Entre sus iglesias sobresalen la catedral y la Iglesia del Calvario, así como las ruinas de la antigua catedral que están cercanas al centro y desde allí se puede llegar a pie. La estación del tren es testimonio de lo que fue este medio de comunicación, así como el templo a Minerva que se construyó en tiempos de la dictadura de Manuel Estrada Cabrera. Gastronomía. La cocina tradicional es buena y el buen comensal podrá deleitarse con las recetas típicas del departamento. Para ello, tome un buen manjar de leche en los puestos ubicados frente al mercado central. Además, ahí puede degustar los deliciosos chicharrones de marrano, curtido de pacaya y yuca cocida. Por la tarde, también se encuentra comida típica de la región en lo que se conoce como la “pilona”. Es una pila pública en donde las señoras llegan a vender comida. El peladero. En los pueblos del oriente es muy común que la gente converse en las horas de la tarde o por la noche, ya que es uno de los momentos más frescos del día y en el que se han terminado las labores cotidianas. Por lo general las personas conversan en los parques, en frente de las casas o en los lugares comúnmente conocidos como “peladeros”. Esquipulas. La ciudad de Esquipulas es importante por la Basílica del Cristo Negro, que convoca a fieles de Guatemala, México y Centroamérica. Esta ciudad también ha sido escenario de reuniones políticas de gran importancia regional. Jocotán. Los días de plaza en Jocotán son de gran atractivo para el visitante. Los productos artesanales de jarcia y de palma de Jocotán y Camotán tienen una fuerte distribución a nivel nacional, así como en El Salvador y Honduras. Para quien crea que todo Chiquimula tiene un clima caliente le recomendamos visitar Olopa para conocer sus plantaciones de café. San Esteban. Por la carretera que va a Quetzaltepeque se encuentra el pueblo de San Esteban, cercano a la cabecera departamental. En este lugar sobresalen los herreros que fabrican desde un machete hasta una pieza de motor. Muy cerca se encuentra el volcán de Ipala en la localidad con el mismo nombre, de cuyo cráter surgió una preciosa laguna. Los municipios de Chiquimula son Chiquimula (la cabecera), San José La Arada, San Juan Ermita, Jocotán , Camotán, Olopa, Esquipulas, Concepción Las Minas, Quetzaltepeque, San Jacinto e Ipala. El reino de los minerales Por: Luis Villar Anleu Su elevación media se sitúa entre 900 y 1,500 metros sobre el nivel del mar. Algunos puntos representan elevaciones extremas, como la cima del cerro Montecristo de aproximadamente 2,524 metros, la del volcán Quezaltepeque de casi 1,904 y la del volcán Ipala de 1,650. Por sus campos corren los ríos San José, Shutaque y Jocotán, que dan origen al río Grande de Zacapa. Son también conocidos el Jupilingo, el Del Playón, Mapá, Olopa, San Sebastián y en la frontera Frío y Anguiatú. Una geología sorprendente Una de las condiciones geológicas de Guatemala, recientemente comprendida, es su antigüedad. Quizá sea de unos 370 millones de años. En concordancia con esto, Chiquimula se forjó con espectacularidad. Dentro de las características más preeminentes está su conformación geológica. La cordillera en donde se sitúa es uno de los núcleos más representativos del colosal vulcanismo del período Terciario. La poderosa actividad volcánica de los tiempos pasados se produjo sobre aquel terreno infinitamente más antiguo. Entre la formación del zócalo de 370 millones de años y el recubrimiento volcánico ulterior, hubo un lapso en el que, sobre tierra firme se desarrollaban los bosques de pinos y plantas con flores primitivas. En ese tiempo la Tierra era habitada por reptiles gigantes, aves con dientes y mamíferos primitivos y pequeños. Era el período Cretácico. El pasado geológico le ha dado a Chiquimula una diversidad mineralógica verdaderamente rica. Depósitos de hierro, plomo, vestigios de oro y plata, son algunos de ellos. Un sector que alude a esta riqueza es el de las montañas de Concepción las Minas. La naturaleza entre sierras y mesetas volcánicas Del antiguo período Terciario, época de colosal actividad volcánica, datan la mayoría de los materiales superficiales de Chiquimula. Hoy, es una zona caracterizada por cerros que muestran los efectos de una intensa erosión, que alterna con mesetas y valles fluviales agrestes e imponentes. Las fallas geológicas contribuyen a formar el escenario fuerte que caracteriza al departamento. Algunas, como la de Jocotán, controlan valles alargados, rectilíneos, surcados por ríos y cubiertos del agobiante Chaparral Espinoso. Otras han provocado colosales hundimientos, que han contribuido a modelar el relieve. Chiquimula posee gran cantidad de atractivos, pero los siete de mayor tradición son los siguientes: Volcán y laguna de Ipala. El volcán de Ipala es muy peculiar, posee un cuerpo de agua en el cráter. La laguna, de casi 59 hectáreas y contorno circular, se sitúa a poco menos de 1,500 metros de altitud. El ambiente es fresco y apto para merendar, pasear, fotografiar y observar aves. El ascenso es fácil, cómodo y seguro. Volcán Quezaltepeque. A unos 10 kilómetros al oriente del pueblo de Quezaltepeque, pasadita la montaña La Brea, se encuentra el volcán del mismo nombre. Aunque ahí le llaman “Cerro de Chiramay” y alcanza los 2,000 metros de altitud. Su ascenso se ve recompensado por una cima que permite gozar de un bello paisaje. Es un viaje gratificante para los amantes del montañismo, y una experiencia única para los andinistas aficionados que gustan de las excursiones placenteras. Poza de la Pila. En Chiquimula hay ríos que forman pozas o playones aptos para tomar relajantes baños. El balneario Poza de la Pila está en el pueblo de Ipala. Se forma con una de las tantas cabeceras del río San José, que según los lugareños nace a partir de los acuosos del volcán de Ipala. Río Jocotán, balneario. Tan anónimo como la Poza de La Pila, el balneario del pueblo de Jocotán, a orillas del río Grande de Jocotán, es otro centro recreativo. El estrecho valle de este río se engalana con el chaparral espinoso. La carretera que lo recorre conduce hasta el afamado sitio de Copán, en Honduras. En este balneario hay mesas debajo de frondosos árboles, en donde se puede tomar un refresco o un respiro, que animan a cualquiera. La Piedra de los Compadres. ¡La imaginación del hombre!... Resulta que la intemperie logró modelar dos grandes trozos de roca. Se localiza en donde la Ruta Histórica del Peregrino deja las montañas para aventurarse por el delicioso valle de Esquipulas. Según una leyenda de los antiguos romeristas, el Señor castigó a una pareja de compadres que sucumbió al pecado y transformados en piedras yacen una encima de la otra. Hasta hoy se habla de la inmoralidad de su acción. Cerro de Montecristo. Este es el punto en donde se unen las fronteras de Honduras, El Salvador y Guatemala. Alrededor de él, se ha establecido la Reserva de la Biosfera La Fraternidad. En la cumbre se desarrolla un bosque nublado, húmedo, fresco y abundante en vida silvestre. Este bosque es el corazón de la reserva y destino insustituible para quienes gustan del montañismo, las caminatas y la naturaleza o la educación ambiental. Ruta Histórica del Peregrino. Anteriormente, de Quezaltepeque a Esquipulas, se cruzaba una serranía densamente arbolada, llena de zanjas y hoyos profundos. Ahora la arboleda de pinos y nances es escasa, las zanjas y los hoyos son más prominentes. Aún así, la magnífica ruta espera a nuevos viajeros para envolverlos con sus encantos... igual que a los compadres petrificados que yacen al pie de la ruta. Totonicapán Rodeado de un verde resplandeciente y con un friíto delicioso se llega a Totonicapán, famoso por sus Riscos de Momostenango, pero con una gran variedad de atractivos poco conocidos, como las termas, la cueva de ChumundoCárcel, las Nueve Sillas y Los Chozabales, entre otros. Totonicapán fue uno de los sitios más importantes del reino Maya K'iche' antes de la llegada de los españoles. Por ello aún persisten tradiciones y costumbres mayas. En esta área también se pueden encontrar ruinas y sitios arqueológicos, así como vistosos templos religiosos de la época colonial. Dentro de las actividades que realizan sus pobladores destaca la producción de artesanías. Totonicapán es uno de los centros artesanales más importantes del país, desde época de la colonia. Allí se produce la cerámica y en los últimos años ha crecido su comercialización en el extranjero. Además, en Momostenango se fabrican los famosos “ponchos de Momostenango”. En suma, Totonicapán es un paraíso entre las montañas. Convite en Santa María Chiquimula, Totonicapán. Datos generales Nombre del departamento: Totonicapán. Cabecera departamental: Totonicapán. Población: Municipios: Clima: 314,831 habitantes aproximadamente. Totonicapán, San Cristóbal Totonicapán, San Francisco El Alto, San Andrés Xecul, Momostenango, Santa María Chiquimula, Santa Lucía La Reforma y San Bartolo. Frío. Idioma: K'iche' y español. Altitud: 2,495 metros sobre el nivel del mar. Límites territoriales: Al norte con el departamentos de Huehuetenango; al sur con Sololá; al este con Quiché y al oeste con Quetzaltenango. Extensión territorial: 1,061 kilómetros cuadrados. Fiesta titular: Fundación: Temperatura: 29 de septiembre, San Miguel Arcángel. 1825. Máxima 18 grados centígrados. Mínima 5 grados centígrados. Historia, población y cultura de Totonicapán Por: Enrique Virgilio Reyes Desde el punto de vista político administrativo, está conformado por ocho municipios los cuales son: Totonicapán (cabecera departamental), Momostenango, San Andrés Xecul, San Bartolo Aguas Calientes, San Cristóbal Totonicapán, San Francisco El Alto, Santa Lucía la Reforma y Santa María Chiquimula. Muchacha en el mercado de animales, en San Cristóbal. Parte de la historia de Totonicapán, nos dice que éste era uno de los sitios más importantes del Reino Quiché antes de la invasión y colonización española. Algunos datos de los historiadores señalan que los k'iche'es tenían por diversas razones, una movilidad frecuente en cuanto a sus asentamientos humanos. De hecho, uno de los más antiguos estuvo en un lugar llamado Otzoyá, posteriormente se sabe que se trasladó al norte, entre Patacaj y Paquí, finalmente se concentraron en el sitio de Chuí Mekenhá. Chuí Mekenhá según Jorge Luis Arriola, quiere decir sobre el agua caliente y hace referencia a las aguas termales que actualmente existen en la cabecera departamental. La palabra Totonicapán es posterior y viene del nahuatl: atotonilco, o totonilco que es una toponimia que también se refiere al lugar del agua caliente. Durante la colonia esta ciudad fue una de las alcaldías mayores, y su importancia no solo resalta por el hecho de estar en una ruta importante de comercio, sino también fue un centro de levantamientos indígenas en contra de la dominación española. De esta forma, en 1820 se produjo un levantamiento encabezado por Atanasio Tzul y Lucas Aguilar, lo que les valió posteriormente la constitución de ciudad prócer. Otro aspecto de importancia en este territorio es la existencia de grandes cantidades de bosques. Desde hace muchos años los pobladores han realizado esfuerzos por conservar sus recursos que en buena parte son de propiedad comunal. Además de abastecerles de madera y leña para sus actividades cotidianas estos bosques también les proporcionan fuentes de agua que son vitales para la región. Derecha: Bosques y cerros de Momostenango. Actualmente la población es de más de 205,000 habitantes aproximadamente. Es de predominancia Maya- K'iche', que se dedica a la producción de trigo, papa, frijol, maíz y haba, así como a la crianza de ganado ovino del cual obtienen la carne y lana que se utiliza en la confección de tejidos. Hay una fuerte producción de artesanías tales como: tejido, alfarería, cerámica; y la fabricación de muebles de madera. En cuanto a la producción de cerámica, Totonicapán es uno de los centros artesanales más importantes del país, desde la colonia. Aquí se produce la cerámica pintada, mayólica, y vidriada, ya sea de tipo utilitario o religioso, que progresivamente se ha estado exportando hacia los Estados Unidos y Europa. En este tipo de producción, intervienen las familias durante todo el proceso, utilizando tornos a la usanza colonial y grandes hornos de leña en la cual se quema el producto. Actualmente hay cambios sustanciales con la introducción de tornos y hornos eléctricos, así como nuevas mezclas de minerales para los barnices que se utilizan. Entre los productos de cerámica que pueden encontrarse están los incensarios, vajillas completas, candeleros, miniaturas, comales, sartenes, platos decorativos, y lápidas, entre otros. La artesanía de madera también es reconocida, ya que en este lugar se fabrican las famosas cajetas, en las cuales se guarda la dulcería que se produce y vende en Amatitlán, así como los juguetes de madera que son fáciles de observar en la ciudad capital, tales como los camiones, guitarras, y utensilios de cocina. La fabricación de muebles es importante, al igual que los mascarones para las danzas en las ferias patronales. Dentro de los atractivos turísticos, están los talleres artesanales que existen en la mayor parte del departamento. Con relación a la cerámica, los principales centros están ubicados en la cabecera departamental y en San Cristóbal Totonicapán. Los tejidos también son muy reconocidos a nivel nacional, hay una gran diversidad de los mismos. Éstos consisten en la elaboración de ropa típica, ponchos como en Momostenango y Santa María Chiquimula y sastrería en general. Por la producción de trigo, los productos de panaderías existen en gran cantidad, tanto en San Cristóbal Totonicapán, como en la cabecera departamental. En el aspecto monumental, en la ciudad de Totonicapán se pueden observar la iglesia que es colonial, el teatro municipal y la pila de los dragones. En San Cristóbal Totonicapán la iglesia es un punto esencial de su atractivo, al igual que en San Andrés Xecul, donde también sobresalen los talleres de fabricación de tejidos. En San Francisco El Alto, la plaza es una de las mayores a escala nacional tanto en extensión como en volumen de ventas. Aquí se comercian diversos productos al por mayor y menor, con compradores nacionales y del área centroamericana. Los días viernes es el día de la plaza aunque martes y jueves son días importantes para las ventas al por mayor. En la estructura del mercado llama la atención el comercio de animales, en un espacio especial se venden gatos, perros, cerdos, cabras, caballos, mulas y pollos. En este municipio incluso existen diversos centros ceremoniales donde cada 260 días se celebra el Wakxakib Batz, o año nuevo maya. Sobre los baños de aguas termales, en la ciudad de Totonicapán existen las ruinas del que fue el antiguo baño; hay otro nuevo a manera de piscinas que popularmente son llamadas las del “aguacaliente”, que es administrado por las comunidades. En San Bartolo Aguas Calientes, también existen baños con las mismas características. El aroma de los pinares Por: Luis Villar Anleu En Totonicapán, desde la cumbre de María Tecún que comparte con Sololá, hasta las estribaciones del nordeste de la Sierra de Sija, que ínfimamente comparte con Quetzaltenango, se dispone de una larga cadena montañosa que forma un espinazo sesgado. Fracncisco El Alto, desde el camino a Momostenango,. Panorámica de San No es de los departamentos más grandes pero sí de los más poblados. Pese a esto, como cosa rara, carece de un desarrollo vial acorde a la densidad de su población humana, a su trascendencia productiva y a la manifiesta movilidad de sus numerosos comerciantes. Tampoco ha sido muy explorado; consecuentemente, todavía son pobres los conocimientos acerca de su historia natural, que se adivina esplendorosa en todos los ángulos. Tiene fama de territorio frío por ser alto. Irónicamente, carece de alturas espectaculares. Quizá uno de los registros más elevados sea 3,334 metros, sobre la cima de uno de los cerros que rodean al paraje El Desconsuelo. Tiene un volcán, Cuxliquel, que es todavía más bajo: 2,610 metros de altitud. Lo real es que casi todas sus tierras están por arriba de 2,000 metros, excepto una pequeña zona en el norte, donde descienden hasta registros extremos, cercanos a 1,500 metros. Ecosistemas de Bosque de Montaña En concordancia con la uniformidad altitudinal del departamento, con la altitud media por encima de 2,000 metros y por sus relaciones de vecindad dentro de la Cordillera Volcánica, a la que pertenece, los ecosistemas primigenios en Totonicapán estuvieron constituidos básicamente por pinares, encinares y bosques de aliso. Muchas veces daban paso a bosques mixtos, en donde las mezclas de pinos con encinas, pinos con alisos, pinos con encinas y alisos, pinos y abetos, entre otros, formaban el núcleo del bioma de Bosque de Montaña. En ciertas cumbres, las comunidades arborescentes fueron sustituidas por los infaltables pajonales. Esos tenues ecosistemas en donde las gramas robustas forman matojos, se rodean de ericas (escobillos), cardos, chilcas, eringios y otras hierbas de flores llamativas. Y de trecho en trecho, un pino, una encina, un aliso, o un ciprés; solitarios árboles que dan cobijo a bullangueras sharas, pertinaces aves de estas comunidades. Éstos son los ecosistemas predominantes del bioma Bosque de Montaña, el propio de Totonicapán. Es la gran comunidad ecológica que agrupa a los ecosistemas templados de la extensa cima de la Cordillera Volcánica y de los Altos Cuchumatanes. Su fauna, de comadrejas, zorrillos, taltuzas, ardillas y gatos de monte, pervive milagrosamente en estos hábitats. ¿Por qué? Porque de ellos solamente quedan remanentes, bolsones aislados rodeados de una voraz agricultura que devora cuanto se le cruza, ¡Magnífico e incomprendido bioma! Atractivos naturales; para explorar entre montañas y pinos Entre los más poderosos y conocidos atractivos de Totonicapán, de índole natural, se cuentan los riscos de Momostenango y las fuentes termales de la cabecera departamental. Pero, aún con la afamada tentación que representan para turistas, actuales y potenciales, y la evidente satisfacción que provocan en quienes llegan a conocerlos, no son los únicos ni los más accesibles destinos posibles en este rincón de la Cordillera Volcánica occidental de Guatemala. Porque, en fin, tanto la vida silvestre como los turistas, disponen en Totonicapán de innumerables motivos para encontrar hábitat y paisajes espléndidos. Algunos itinerarios podrán basarse en sitios tan clásicos como los famosos riscos, mientras que otros podrán hacerlo en lugares menos tradicionales, aunque siempre conocidos, seguros, accesibles y hermosos. De estos últimos está lleno el departamento y constituyen un excelente pretexto para despertar la inquietud inquisitiva del viajero... ¿qué habrá un poco más adelante? En las siguientes líneas haremos el intento de presentar a algunos, en el entendido que el gran principio que los identifica y une es la posibilidad de convertirlos en motivos de aventura. Ya que todos pertenecen a un territorio en donde explorar parajes es sinónimo de pasear, conocer y divertirse, nada mejor que llevar el ánimo dispuesto a convertir la exploración en aventura. Al final, esta posición resulta en experiencias inolvidables. Cueva de San Miguel. Es de origen volcánico y se encuentra en jurisdicción municipal de Totonicapán, cabecera del departamento. Alrededor de ella se han tejido innumerables leyendas y anécdotas, muchas de las cuales son verdades absolutas para la mayor parte de lugareños. La caminata hacia ella es muy agradable. El sitio en donde se encuentra es un paraje hermoso, ideal para descansar, meditar o integrarse a la Naturaleza. Cueva de Chumundo-Cárcel. Esta gruta reviste enorme interés antropológico, debido a que es un sitio sagrado para los k'iche'es locales y para algunas comunidades humanas de la lejana costa del Océano Pacífico. Sus sacerdotes o sajorines, acuden frecuentemente para orar en medio del humo de velas y de pom-incienso que llega a saturar la bóveda. Están en jurisdicción de San Francisco El Alto, en un sitio semiquebrado que pertenece a estribaciones montañosas. Es un bello paraje, con maravillosas vistas hacia el Valle de Quetzaltenango y sus alrededores. Las Nueve Sillas. Éste es un sitio de increíble belleza escénica, encajonado en el desfiladero del recién nacido Río Samalá. Una parte del atractivo es la imponente presencia de acantilados rocosos que bordean la corriente. El lugar es muy visitado y su fama trasciende el ámbito regional. Para interpretar las fuerzas de la Naturaleza, caminar, pasear, fotografiar, conocer el medio o meditar, el acantilado de las Nueve Sillas no tiene rival. El entorno es agreste pero de gran accesibilidad; se encuentra en jurisdicción de San Francisco El Alto. Termas La Guaca. Según dicen algunos, el nombre es una corruptela de la expresión ¡el agua caliente! (la guacaliente). Son las fuentes sulfurosas de la ciudad de Totonicapán. Muy visitadas y famosas, ya que se asegura que poseen propiedades medicinales; para muchas personas su empleo tiene profunda significación ritual, para otras es la oportunidad de un baño revitalizador, calientito y delicioso. Su cercanía a la cabecera las hace accesibles. Termas de Momostenango. La población de Momostenango, que está conectada por medio de la Carretera Departamental 2 a la Ruta Interamericana (CA-1), posee innumerables fuentes termales que surgen junto a sus corrientes. Algunas son de trascendencia artesanal: en ellos se sumergen los distintivos ponchos momostecos, poco antes de peinarlos para darles el acabado final. En otras fuentes se han habilitado balnearios sulfurosos, agradables e intensamente frecuentados. Los más populares son Palá, Palá Chiquito, Palá Grande, El Barranco, Salitre y Paxeyú. Los riscos de Momostenango. Los riscos son la bandera ecoturística de Totonicapán. Se hallan en el municipio de Momostenango, un poco al norte del departamento. Constituyen una formación rocosa, de formas extravagantes, que ha resultado como consecuencia de un largo proceso de erosión sobre las laderas de los cerros. Son, por consiguiente, las raíces enhiestas de montañas desaparecidas, cubiertas de minúsculos granos minerales que, según les incida la luz, despiden miríadas de reflejos de extraña fascinación. En 1955 fueron declarados Parque Nacional. Este lugar es un paseo obligado e inolvidable. Los Chozabales. Éstos son sitios sagrados, en donde se quema pom, estoraque e incienso y se encienden muchas velas. Son lugares de oración situados en las cimas de los cerros (muchos de ellos están alrededor de Momostenango). Para muchos pueblos indígenas, como el k'iche', según sus creencias, en las cimas montañosas moran divinidades. Por supuesto que eso le da una dimensión portentosa al ya de por sí espléndido patrimonio natural. Ruta escénica de El Desconsuelo y cumbre María Tecún. Al oriente de la ciudad de Totonicapán, sale un camino de tierra hacia las aldeas Panquix y Rancho de Teja. Es el camino de las cumbres de El Desconsuelo, parajes de soledad y agreste magnificencia, que a su modo compiten con la espléndida María Tecún. Rutas hermosas, de sobrecogimiento, exploración y aventura.