“EL CORAZÓN ARTIFICIAL” - DR. PEDRO BECKER R. “EL CORAZÓN ARTIFICIAL” Dr. Pedro Becker Rencoret (1) INTRODUCCIÓN El anhelo de desarrollar un modelo confiable, efectivo y de amplio uso para poder reemplazar la función del corazón, ha estado presente en la cirugía cardiaca desde sus inicios. De hecho la introducción de la circulación extracorpórea en 1953, que fue una piedra angular para el desarrollo de la especialidad, constituyó la primera forma de reemplazar temporalmente la función del corazón para realizar todo tipo de intervenciones sobre este órgano, hasta el día de hoy. Sin duda que uno de los hitos más trascendentes en el campo del tratamiento de la falla cardiaca terminal ha sido el alotransplante, utilizando donantes cadáver. El primero lo realizó el Dr. Christian Barnard en 1967 y constituye hasta hoy la mejor modalidad de tratamiento de la insuficiencia cardiaca congestiva avanzada. INSUFICIENCIA CARDIACA CONGESTIVA Y TRASPLANTE: MAGNITUD DEL PROBLEMA La insuficiencia cardiaca congestiva es considerada una verdadera epidemia de los tiempos modernos. Se estima que en Estados Unidos hay alrededor de 5 millones de pacientes con esta condición y alrededor de todo el mundo más de 500 mil casos nuevos se generan anualmente, con una sobreviva global a 5 años de un 50%. En los pacientes con enfermedad más avanzada, la mortalidad a un año supera el 50%. (1)(2) Lamentablemente, el transplante cardiaco está lejos de poder satisfacer la demanda existente. A modo de ejemplo, en Estados Unidos actualmente se realizan unos 2500 transplantes cada año, cifra que ha venido descendiendo en los últimos años, y que claramente es insuficiente. Además, alrededor del 20% de los pacientes enlistados fallece mientras espera un órgano y esta espera es en promedio de casi un año. Financieramente esta enfermedad tiene un alto impacto, con un gasto anual estimado entre U$ 10 a 40 mil millones. En el mundo pediátrico, estas cifras son ciertamente menores, pero el impacto social que tiene la muerte de niños en espera de un transplante es muy importante. En Chile el número de donaciones es todavía insuficiente y pese a los esfuerzos y campañas realizados por la Corporación del Transplante, aún muchos potenciales donantes (pacientes con muerte encefálica) no llegan a constituirse en donantes efectivos, y muchos de los que sí lo son, no logran obtener un manejo médico adecuado que permita preservar adecuadamente el corazón para ser utilizado para transplante. LA CARRERA ESPACIAL VERSUS LA CARRERA POR EL CORAZÓN ARTIFICIAL Importantes personalidades del siglo XX (1) Profesor Adjunto. Departamento de Enfermedades Cardiovasculares Correspondencia: [email protected] visualizaron como grandes proyectos de la humanidad el poder conquistar el espacio y simultáneamente poder desarrollar un órgano artificial que permitiera evitar cientos de miles de muertes cada año debidas a enfermedades del corazón. En 1961 el Presidente John Kennedy estableció la meta de poner un hombre en la luna y regresarlo sano y salvo a la tierra antes del fin de la década. Alrededor de esta misma época, su sucesor en la Casa Blanca, Lindon Johnson, el año 1964, dio inicio al “Programa de Corazón Artificial de Norteamérica” y también estableció la ambiciosa meta de cumplir esta tarea en alrededor de 10 años. La persona detrás del presidente Johnson en esta aventura era el Dr. Michael DeBakey y un ejemplar de la revista TIME del año 1965, con una caricatura del afamado médico en la portada, dedicó un reportaje al proyecto del corazón artificial. Hay que recordar que estos acontecimientos fueron previos al primer transplante cardiaco, por lo tanto todas las esperanzas estaban puestas en este proyecto. TIPOS DE CORAZÓN ARTIFICIAL Existen muchas formas de clasificar estos aparatos, dependiendo de su forma de funcionar (pulsátiles y no pulsátiles), la duración efectiva de su uso (de corta, mediana y larga duración), si quedan dentro o fuera del cuerpo (paracorpóreos versus implantables), si reemplazan totalmente la función del corazón o si asisten la función 33 BOLETÍN ESCUELA DE MEDICINA U.C., PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE de uno o ambos ventrículos (corazón totalmente artificial versus aparatos de asistencia uni o bi ventricular). (3) (4) (5) A modo de resumen: - No pulsátiles (ej: ECMO, bomba centrífuga, bombas de flujo axial) - Pulsátiles (ej: Abiomed BVS 5000, HeartMate, Berlin Heart) - Paracorpóreos Implantables - Asistencia parcial (VAD) Asistencia biventricular (Bi VAD) - Corazón artificial total (Ej.:CardioWest, AbioCor) INDICACIONES a) Como puente para transplante cardiaco Constituye la indicación más frecuente. Pretende evitar que pacientes mueran mientras están en la lista de espera y además permite mejorar las condiciones generales de pacientes gravemente comprometidos por la insuficiencia cardiaca y así permitirles enfrentar el transplante en mejores condiciones. b) Como puente para recuperación de función ventricular Existen pacientes que desarrollan miocarditis aguda, mayoritariamente de origen viral, que pueden recuperarse y por lo tanto la asistencia ventricular ayuda a mantener al paciente vivo y en las mejores condiciones posibles, en espera de la recuperación de una función ventricular normal. Otra indicación es cuando se produce falla ventricular posterior a una cirugía cardiaca. c) Como terapia definitiva Esta indicación es de uso más reciente y busca prolongar la sobrevida y mejorar 34 VOL. 32 Nº1 2007 la calidad de vida de pacientes con insuficiencia cardiaca en fase terminal, que no son candidatos a transplante, principalmente por edad avanzada. Es una de las indicaciones que potencialmente podría expandirse en el futuro hacia un mayor espectro de pacientes. ALGUNOS EJEMPLOS Los sistemas de asistencia que hemos empleado en la Universidad Católica han sido principalmente el Abiomed BVS 5000, la circulación extracorpórea con membrana (ECMO) y la bomba centrífuga (Bio Pump). El Abiomed BVS 5000 es un sistema paracorpóreo pulsátil, que funciona en forma neumática asistiendo la función del ventrículo izquierdo y/o derecho. Permite asistir pacientes adultos durante semanas, los cuales pueden extubarse, alimentarse normalmente, pero no pueden deambular. Desde 2004 hemos empleado este sistema en 4 pacientes como puente para transplante; 3 de ellos han logrado ser transplantados exitosamente y uno falleció en falla orgánica múltiple. El ECMO lo hemos usado mayoritariamente en pediatría y es la forma más frecuente de asistencia circulatoria tanto en nuestro medio como en el extranjero. El grupo donde se han obtenido los mejores resultados han sido los recién nacidos con síndrome de dificultad respiratoria y aquellos con hipertensión pulmonar por circulación fetal persistente. Dentro de los sistemas implantables está el HeartMate, que también es del tipo pulsátil. Existe una versión neumática y otra electromecánica, en que a través de un diafragma y válvulas unidireccionales la sangre es impulsada desde la cavidad ventricular hacia la aorta o arteria pulmonar, según corresponda. La carcasa se aloja en el espacio preperitoneal y a través de un cable percutáneo se conecta a un aparato controlador y baterías, ambas fuera del cuerpo. Los primeros tenían un componente extracorpóreo bastante grande y no permitían que el paciente saliera del hospital; los actuales son más portátiles y permiten al paciente irse a su casa. De hecho, al poder darse de alta bajan su categoría en cuanto a la prioridad para obtener un corazón dentro del sistema de reparto de órganos. Un sistema completamente distinto es el MicroMed DeBakey, que corresponde a una bomba de flujo axial, no pulsátil, en cuyo diseño el Dr. Michael DeBakey trabajó con ingenieros de la NASA, aplicando tecnología empleada en los transbordadores espaciales, específicamente en las bombas de combustible de dichas naves. El ingeniero David Saucier, quien trabajaba en la NASA, fue transplantado por DeBakey en Houston. Saucier se sintió muy motivado a ayudar a DeBakey en su proyecto de corazón artificial luego de la difícil experiencia que le tocó vivir y gracias a ello se llegó al diseño del MicroMed. Este sistema ofrece algunas ventajas, como su menor costo y la posibilidad de poder ser usado en niños desde más o menos los 6 años (con superficie corporal mayor a 0,7 m2). Constituyó la primera versión implantable de un sistema de asistencia circulatoria utilizable en niños y además el primero en su tipo en ser aprobado por la FDA con este propósito. Otro interesante aporte lo han hecho los alemanes a través del Berlin Heart, que es un sistema pulsátil, neumático y paracorpóreo de asistencia uni o biventricular, pero que es muy versátil en cuanto al espectro de pacientes en que se puede usar. Como existen 6 tamaños diferentes, todos conectables a una consola de control y fuente de poder común, puede emplearse desde pacientes con superficie corporal de 0,2 m2 (desde los 3,5 a 4 Kg. de peso aproximadamente) hasta adultos. Ofrece también ventajas financieras en relación a los sistemas implantables y por lo “EL CORAZÓN ARTIFICIAL” - DR. PEDRO BECKER R. tanto, al igual que el Abiomed BVS 5000, constituyen opciones más alcanzables para países como Chile. Algunos cientos de niños en Europa y más recientemente decenas en Estados Unidos, han sido tratados con el Berlin Heart como puente al transplante, con razonables resultados. (6) (7) (8) (9) (10) (11) RESULTADOS Se estima que más de 5000 pacientes en el mundo han sido tratados con algún sistema de corazón artificial como puente para transplante. Además un 30% de los adultos que esperan transplante utilizan en la actualidad alguno de estos sistemas, logrando globalmente el 60% llegar al transplante, con buenos resultados posteriores. Los sistemas implantables, como el HeartMate, han demostrado mayores tasas de éxito, con series que se acercan al 80% de pacientes asistidos exitosamente hasta que obtienen un órgano. (3) (4) (5) COMPLICACIONES Evidentemente uno de los aspectos más difíciles de superar en la carrera por el corazón artificial ha sido la presencia de complicaciones. Ellas derivan principalmente de la imposibilidad hasta ahora de diseñar superficies y válvulas 100% biocompatibles, y que por lo tanto no sean trombogénicas, y de la necesaria conexión al exterior de estos aparatos, con el consecuente riesgo de infección. Así entonces, las principales han sido las hemorragias, los accidentes neurológicos, ya sea por embolias o hemorragia, las infecciones del trayecto del cable de conexión percutáneo, la sepsis, la falla estructural o de funcionamiento de los aparatos, la hemólisis y la mayor sensibilización inmunológica, con el teórico mayor riesgo de rechazo posterior al transplante. (3) (4) (5) USO COMO TERAPIA DEFINITIVA El año 2001 se publicó la primera experiencia clínica que evaluó, mediante un estudio randomizado, la efectividad del uso crónico o definitivo de asistencia ventricular en comparación al tratamiento médico óptimo (estudio REMATCH ). El grupo de pacientes tratados con dispositivo tipo HeartMate (N=68) tuvo una sobrevida al año de 52%, en comparación con el grupo con terapia médica (N=61), que tuvo una sobrevida al año de 25% (p = 0,002). Además hubo una significativa mejoría en la calidad de vida en el primer grupo. Fueron candidatos a entrar en este estudio, pacientes con insuficiencia cardiaca avanzada, con contraindicación para transplante, siendo la edad mayor a 65 años la causa más frecuente para esta condición. El costo por paciente de cada implante del HeartMate fue de U$ 210.187, de los cuales U$ 60.000 corresponden al dispositivo; además el costo anual por readmisión fue de U$ 105.326 por paciente. Posteriormente, los resultados en cuanto a sobrevida, probabilidad de estar libre de complicaciones y costos mejoraron gracias al uso de aparatos de mejor calidad. Así, el año 2003 la FDA aprobó el uso de este sistema de corazón artificial como terapia definitiva en pacientes con contraindicación para transplante. (12) (13) (14) (15) (16) (17) EL CORAZÓN ARTIFICIAL TOTAL Existen ciertas condiciones en que no se puede emplear un sistema de asistencia implantable como el HeartMate, por ejemplo. Entre ellas está la presencia de disfunción ventricular derecha asociada, lo que se ve en alrededor del 20% de los pacientes que requieren asistencia. En estos casos aparece más atractiva la opción de un corazón artificial total, vale decir que reemplace totalmente la función de ambos ventrículos. Por lo tanto las indicaciones aceptadas para optar por esta opción son la presencia de disfunción importante del ventrículo derecho, la presencia de arritmias graves, la insuficiencia valvular aórtica, la presencia de una prótesis en posición aórtica, la existencia de una comunicación interventricular post infarto y los trombos intracavitarios. (2) El primer modelo con que se obtuvo sobrevida alejada fue el Jarvik, que se implantó por primera vez en 1982. Luego de alrededor de 198 implantes, a principios de los años 90 el proyecto fue suspendido, principalmente por los altos costos y los resultados poco alentadores, sobretodo por las complicaciones de tipo infecciosas, fenómenos tromboembólicos y la necesidad de consolas de gran tamaño. En 1993 este sistema reapareció, ahora bajo el nombre de CardioWest. Un estudio multi institucional en Norteamérica comparó pacientes en que se implantó el CardioWest como puente a transplante (N = 81), con un grupo pareado de pacientes con características similares, pero que se mantuvieron con terapia médica en espera del transplante (N = 35). El primer grupo tuvo una sobrevida hasta el transplante de 79% versus 46% para el segundo grupo (p< 0,001). Además los pacientes con corazón artificial tuvieron una mejoría en su calidad de vida. Estos pacientes deben permanecer hospitalizados pues la consola de control es aún muy grande; sin embargo en Europa se ha empleado una consola portátil que ha permitido el alta de los pacientes. En 2004 CardioWest fue aprobado por la FDA como el primer corazón artificial total como puente para transplante. Por último, la compañía Abiomed desarrolló recientemente el modelo AbioCor, que es el primer modelo 100% implantable, pues utiliza un transmisor de energía transcutáneo, por lo tanto no hay conexiones externas y esto debería contribuir a disminuir las tasas de 35 BOLETÍN ESCUELA DE MEDICINA U.C., PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE infección. Actualmente de han implantado 14 de estos aparatos y sus pruebas están por ahora autorizadas para ser utilizados como terapia definitiva en pacientes con contraindicación para transplante. (18) (19) (20) CONCLUSIÓN La meta de alcanzar la luna y traer a los astronautas a salvo a la tierra se cumplió en julio de 1969, 8 años después de que el Presidente Kennedy manifestara este propósito. Sin embargo el desarrollo del corazón artificial ha tomado cerca de 40 años. Pienso que el corazón artificial efectivamente constituye una de las fronteras de la medicina del presente siglo. Será necesario aún perfeccionar su diseño, reservando el corazón artificial total para ciertas indicaciones específicas, por ahora. También se hace necesario comparar los resultados del uso de estos dispositivos con otras opciones de tratamiento de la insuficiencia cardiaca avanzada, como la terapia de resincronización por ejemplo. No está de más reforzar la necesidad de optimizar la utilización de donantes, de modo de ampliar la posibilidad de realizar transplantes. No imagino dónde pueda estar el límite, pero sin desmerecer el justificado entusiasmo que despierta esta área del conocimiento y desarrollo, no creo que los hombres seamos capaces de superar a nuestro Creador en diseñar una máquina tan asombrosa y compleja como el corazón humano. REFERENCIAS 1) J Kirklin, J Young, D McGiffin. Mechanical support of the failing heart; in 36 VOL. 32 Nº1 2007 “Heart Transplantation”. Copyright 2002 by Churchill Livingstone: 252–289. 2) N Gray, C Selzman. Current status of the artificial heart: American Heart J. 2006;152: 4-10. 3) Operative techniques in thoracic and cardiovascular surgery. “Mechanical circulatory assistance”.1999, vol 4. James Cox (editor). WB Saunders company. 4) O Frazier. Left ventricular assist; in “Advances in Cardiac Surgery”, Copyright 1997 by Mosby – Year Book, Inc: 131 148. 5) Operative techniques in thoracic and cardiovascular surgery. “New devices for the failing heart”.2002, vol 7. James Cox (editor). WB Saunders. 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