El Observatorio, 31 de mayo de 2012. Centro de Estudios de Migraciones Internacionales (C.E.M.I), Universidad de La Habana L a extensión del conflicto en Libia y su impacto en los flujos migratorios del Norte de África. MCs. Yulianela Pérez García [email protected] Profesora e Investigadora Centro de Estudios de Migraciones Internacionales Universidad de la Habana. Migración internacional, migración forzada, conflicto, refugiado, Norte de África, Magreb La subregión del Norte de África, por su posición geográfica, se ha convertido en una de las principales fronteras de mano de obra. Se estima que viven en el extranjero más de 8 millones de personas provenientes del Magreb1, de los cuales, 4,7 millones se ubican en Europa y 2,4 en las monarquías petroleras árabes del Golfo Pérsico2. No obstante, este mismo conjunto de países recepcionan migrantes procedentes de África Subsahariana o Asia que utilizan las rutas de tránsito intermediterráneo hacia otros destinos. La ola de levantamientos iniciada en diciembre del 2010 y su extensión desde Túnez hacia otros países del área como Egipto, Libia, Marruecos y Argelia, estos dos en menor medida, han introducido cambios en los patrones migratorios de la región. En este contexto, los acontecimientos en Libia se han presentado como una revuelta interna que condujo a una guerra civil y a la necesidad de auxiliar a la instauración de la “democracia”3. El inicio de las acciones militares por parte de una coalición internacional, liderada por Estados Unidos, contra la nación árabe el 18 de marzo de 2011 y la caída del gobierno del coronel Al–Gaddafi cinco meses después, han sembrado la semilla de una espiral de violencia que aún hoy no concluye. Ante el Consejo Nacional de Transición (CNT) se abre el desafío de lograr la reconciliación nacional y materializar la reconstrucción política y económica del país. Como resultado del conflicto y la prolongación de la situación de inestabilidad e inseguridad, han tenido lugar flujos de libios en calidad de refugiados hacia los países del área. Además, ha tomado forma un proceso de migraciones de retorno desde Libia, provocando que los otrora migrantes económicos se transformen en migrantes forzados y tengan que adoptar canales irregulares de migración en función de sobrevivir en medio del actual conflicto. Con la excepción de Libia, los países del Norte de África son emisores netos de emigración desde mediados del siglo XX, en un movimiento dirigido básicamente hacia la antigua metrópoli francesa en los casos de Argelia, Túnez y Marruecos. Egipto, antiguo protectorado británico, ha desarrollado una pauta migratoria diferente, orientada hacia otros países árabes, especialmente hacia las monarquías del Golfo Pérsico. La migración económica de magrebíes con destino a Europa es resultado de las relaciones históricas entre Francia, Italia y Gran Bretaña con sus colonias del Magreb. Sin embargo, este proceso cobró fuerza cerca de 1950 cuando los estados europeos buscaron migrantes para apoyar en el esfuerzo de reconstrucción luego de la Segunda Guerra Mundial. La migración se 1 El Observatorio, 31 de mayo de 2012. Centro de Estudios de Migraciones Internacionales (C.E.M.I), Universidad de La Habana estableció mediante el reclutamiento formal por agencias especializadas, lo que sentó las bases para las redes de migración que permitirían el establecimiento espontáneo y el reclutamiento informal una década después. Durante los años 60, la región del Magreb se consolidó en el sistema migratorio euro-mediterráneo como región emisora de migración laboral hacia Europa. Muchos de estos migrantes fueron inicialmente considerados como “trabajadores huéspedes”4, pero la mayoría se volvió residente permanente en los países europeos de destino. La crisis petrolera de los 70 y el alza vertiginosa del desempleo en el viejo continente causó que muchos estados cerraran sus puertas a la migración laboral y por ende, los flujos desde el Norte de África decrecieran considerablemente. Solo la reunificación familiar y el asilo se convirtieron en canales legales de migración. A mediados de esa misma década se reanudaron nuevamente los flujos pero mediante vías irregulares y hacia nuevas direcciones en respuesta a la demanda cambiante y al incremento de las dificultades para acceder a los países tradicionales de inmigración. Así, los nuevos migrantes se dirigieron hacia Francia, Bélgica, Alemania y Países Bajos. Incluso, recientemente, nuevos flujos migratorios están dirigidos a otros países como Italia, España y Grecia. La emigración ha sido durante décadas una salida a la tensión social creada, entre otros factores, por el rápido crecimiento de la población joven a lo largo del siglo en correspondencia con el aumento de la tasa de desempleo dentro de este grupo. Esto se debe principalmente al crecimiento constante de la fuerza de trabajo, la baja productividad, la congelación del empleo público y el recorte de trabajos por la reestructuración y la privatización. Una comparación entre las tasas de desempleados de adultos y jóvenes magrebíes reveló que el alcance del desempleo para el primer grupo se estima en 6,3%, mientras que para el segundo en 24,1%5. De esta manera, la carencia de oportunidades laborales atractivas y el descontento con el estado general de sus países, combinado con la atracción que ejercen las sociedades europeas, crea una voluntad de emigrar muy extendida entre la población árabe joven. En las últimas décadas, múltiples factores como el incremento de africanos subsaharianos en las rutas migratorias intermediterráneas, las políticas migratorias cada vez más restrictivas de la Unión Europea, las obligaciones de control que ésta impone sobre los países norafricanos y el impacto de la recesión económica mundial desde 2008 están estimulando un proceso paulatino de asentamiento de la denominada “migración de tránsito”6. Se calcula que entre 65 000 y 120 000 personas del África Subsahariana ingresan en el Magreb todos los años por tierra, de ellas solo entre el 20 y el 38% llegan a Europa, esto indica que son más los africanos subsaharianos que viven en el Magreb que en el viejo continente7. En la mayoría de las principales ciudades del Magreb, como Nouakchott, Rabat, Oran, Argel, Túnez, Trípoli y Benghazi, están creciendo las comunidades de migrantes subsaharianos. A pesar de su situación irregular, extrema marginación y del aumento de la vigilancia interna, esta población encuentra trabajo en determinados espacios del sector de los servicios, la construcción, la agricultura 2 El Observatorio, 31 de mayo de 2012. Centro de Estudios de Migraciones Internacionales (C.E.M.I), Universidad de La Habana y la pesca. Esos trabajos por lo general suponen una ardua labor que algunos magrebíes no desean realizar. Así, ha comenzado a tomar forma un nuevo sistema donde el erróneamente llamado “migrante de tránsito” decide permanecer en los países del Magreb como segunda mejor opción antes de regresar a sus países de origen. Una dimensión importante de las migraciones en el contexto regional del Norte de África lo constituye el caso de Libia. El embargo de armas y de vuelos impuesto por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre este país, entre 1992 y 2000, fue interpretado por Al–Gaddafi como una falta de apoyo internacional y regional a su proyecto. En este marco, la dirección del gobierno libio inició una reorientación radical en la política exterior dirigida entonces hacia los países subsaharianos. La enorme renta petrolera le permitió a Al– Gaddafi posicionarse como líder africano y motivar a los subsaharianos a trabajar en Libia. Según cifras de los censos libios en 1995 vivían en el país 40 000 africanos provenientes de las zonas al sur del Sahara, este número alcanzó su pico máximo en el año 2000 con 1,5 millones de migrantes de origen africano8. Como consecuencia de la denominada política de “puertas abiertas”, Libia se convirtió en un importante destino. A principios de los años 90, la mayor parte de los migrantes provenían de los países vecinos, como Sudán, Chad y Nigeria que, posteriormente, se convirtieron en países de tránsito para los migrantes de otras naciones subsaharianas. Pese a que esta situación cambió radicalmente en el período entre 2003 y 2007 aproximadamente cuando Libia tuvo que asumir las propuestas europeas de control del tránsito migratorio, implementar políticas restrictivas en cuanto al otorgamiento de visados y ejecutar acciones gubernamentales de expulsión de inmigrantes ilegales, los flujos hacia el país se mantuvieron en un bajo perfil y adoptando canales ilegales. En territorio libio los migrantes laborales encontraban empleo principalmente en el sector energético el cual, en los últimos años, ha representado alrededor del 95% de las exportaciones, el 80% de los ingresos públicos y más de la cuarta parte del PIB de Libia9. El inicio de las revueltas en el país el 17 de febrero y de las acciones militares por parte de la comunidad internacional un mes después han socavado la seguridad interna provocando cambios en los flujos migratorios. Esta situación más que a Libia ha afectado a toda la región. Algunas fuentes citan que la crisis humanitaria dentro de Libia ha producido la emergencia de una crisis de refugiados en el Norte de África, con un incremento en los flujos de migrantes desde Libia hacia Túnez y Egipto principalmente. Otras calculan que al menos 1 400 migrantes y refugiados han muerto tratando de escapar por vía marítima desde Libia hacia Europa10, algunos probablemente bajo los ojos de las fuerzas europeas encargadas de la operación Hermes11. Gran variedad de fuentes han aportado cifras y datos sobre esta problemática. No obstante, aún se hace muy difícil de cuantificar los flujos por las irregularidades que se comenten durante los mismos. Entre febrero y junio de 2011, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (UNHCR, siglas en inglés) estimó que más de 356 000 personas habían entrado a Egipto vía Saloum. De ellos, aproximadamente 172 000 eran de origen libio, 105 000 egipcios, y 77 000 provenientes de 3 El Observatorio, 31 de mayo de 2012. Centro de Estudios de Migraciones Internacionales (C.E.M.I), Universidad de La Habana terceros países. Hacia el último mes, se calculaba que 144 000 libios habían retornado a su país mientras que unos 25 000 aún permanecían en Egipto12. En marzo de 2011, autoridades internacionales estimaron que el campamento tunecino de Choucha había recibido 17 000 refugiados, de ellos 10 000 de origen bangladeshi y el resto provenientes de países de África subsahariana13. La mayoría de ellos no dispone de los medios económicos para regresar a sus países de origen y llegan a los campamentos de refugiados solamente con su ropa puesta luego de ser víctimas de robos, violencia o discriminación racial, como es el caso de los migrantes africanos. Algunos artículos han reportado la situación de insalubridad de estos campamentos y la ocurrencia de hechos violentos como invasiones de la población civil sobre algunos de ellos en busca de alimentos, acciones que han costado la vida de varios refugiados. En este contexto, los esfuerzos de repatriación son muy variables, algunos países realizan labores coordinadas para regresar a sus nacionales a casa, mientras que otros no tienen un país al que regresar como es el caso de los somalíes y los palestinos. De esta manera, muchos migrantes quedan atrapados en Libia como 14 “involuntariamente inmóviles” . El movimiento de protestas populares que vive el Magreb desde finales de 2010 no ha cambiado las relaciones estructurales que determinan la dirección y composición de los flujos en la región. La dilatación del conflicto en Libia y las dinámicas migratorias que ha impuesto a su población inmigrante evidencia lo frágil que puede ser una frontera nacional. El abrupto flujo de refugiados libios y trabajadores extranjeros ha impuesto problemáticas a la seguridad de los países vecinos, además, constituye el principal argumento del discurso europeo respecto a una amenaza de migraciones masivas de inmigrantes irregulares. 1 Región que se extiende al oeste de Egipto e incluye a Libia, Túnez, Argelia, Marruecos, la República Árabe Saharauí Democrática y Mauritania. 2 Hein de Haas. “Sistemas migratorios en el Norte de África: evolución, transformaciones y vínculos con el desarrollo”, en Revista Migración y Desarrollo. 2006. (Consultado el: 10 de noviembre de 2011): p. 64. Disponible en: http://www.migraciónydesarrollo.org. 3 María E. Álvarez. Las guerras contemporáneas: el caso de Libia. 2011. (Consultado 8 de enero 2012): p.6. Disponible en: www.ceid.edu.ar. 4 Hein de Haas. Ob.Cit., p. 68. 5 International labour migration and employment in the Arab region: Origins, Consequences and the Way Forward. OIT. 2009. (Consultado el: 24 de marzo de 2012): p. 8. Disponible en: www.ilo.org. 6 Con este término nos referimos a los desplazamientos de personas que entran en el territorio nacional y pueden permanecer durante varias semanas, meses o hasta un año para trabajar y organizar la siguiente etapa de su viaje, hasta que estén en condiciones de continuar hacia el siguiente destino. 7 Hein de Haas. “La migración irregular del África Occidental hacia el Magreb y la Unión Europea: panorama general de las tendencias recientes”. En: Serie de Estudios de la OIM sobre Migración. 2008. (Consultado el: 17 de febrero de 2011): Nº 32, p. 9. Disponible en: http://www.iom.int. 8 Sylvie Bredeloup y Olivier Pliez. The Libyan Migration Corridor. 2010. (Consultado el: 2 de noviembre de 2011): p. 6. Disponible en: http://www.eui.eu. 9 Gonzalo Escribano. Una agenda energética para Libia: seguridad, reconstrucción y gobernanza. 2011. (Consultado el: 16 de diciembre de 2011): p. 2. Disponible en: http://www.realinstitutoelcano.org. 10 Simba Russeau. La situación apremiante de los trabajadores migrantes en Medio Oriente y el Norte de África. 2011. (Consultado el: 15 de 4 El Observatorio, 31 de mayo de 2012. Centro de Estudios de Migraciones Internacionales (C.E.M.I), Universidad de La Habana octubre de 2011): p. 3. Disponible en: http://www.globalresearch.ca. 11 Iniciativa solicitada por Italia a la Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores de los Estados miembros de la Unión Europea (FRONTEX), desde febrero de 2011, para prevenir la llegada masiva de inmigrantes a las costas europeas. 12 Humanitarian Situation in Libya and the Neighbouring Contries. Update no 30. UNHCR. 22 de junio de 2011. (Consultado el: 6 de abril de 2012): p. 2. Disponible en: http://www.unhcr.org/4e0201a09.html. 13 Michelle Chen. Migrant Refugees Swept into Revolutions in Libya and Bahrain. 2011 (Consultado el: 21 de octubre 2011): p. 1Disponible en: http://www.inthesetimes.com. 14 Ayla Bonfiglio. North Africa in Transition: Mobility, Forced Migration and Humanitarian Crises. 2011. (Consultado el: 15 de octubre de 2011): p. 4. Disponible en: http://www.imi.ox.ac.uk. 5