José María Vera, Director de Intermón Oxfam: Dos bienes públicos

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Dos bienes públicos esenciales: Igualdad y Voz
1er Encuentro Bienes Públicos y Gobernanza Internacional
José María Vera, Director de Oxfam Intermón.
Madrid, 29 y 30 de Octubre de 2013.
Quiero agradecer a la Fundación Mujeres por Africa, a la Fundación
Ramón Areces y a la Universidad Complutense la invitación a este
seminario y de una forma especial el hecho de haberlo organizado.
Siempre es bueno tener estos debates sobre el desarrollo, la
cooperación y la gobernanza internacional. En la España de hoy resulta
imprescindible. Asistimos a un proceso de laminación de la
cooperación al desarrollo como política pública, rebajada a la cuarta
parte de su presupuesto y en pleno desmantelamiento de sus
capacidades. Parece que todo se puede hacer con menos, con nada, y
de forma más simple, con dos pinceladas y cuatro elementos retóricos.
Y no es así, sabemos que no es así.
Participar de forma responsable en el mundo, contribuir a su desarrollo
equitativo y sostenible a su buen gobierno y a la provisión de bienes
públicos que hagan viable el planeta y aseguren los derechos de todos,
supone una combinación de dos principios: la solidaridad y el egoísmo
inteligente. A pesar de su aparente contradicción, hemos demostrado
durante años que es posible aunar una presencia relevante del estado
español con una política de cooperación solidaria que esté guiada por
principios internacionales. Lo que es imposible es tener lo primero,
presencia y respeto internacional como potencia media, sin lo
segundo, una cooperación al desarrollo estable, fiable, que escoja
espacios pero que en ellos demuestre con su compromiso lo que la
retórica simplista no es suficiente para asegurar. Espero que estos
debates contribuyan a reforzar esta necesidad de valorar la
cooperación al desarrollo en función de sus logros y retos, de su
necesidad, por ética, responsabilidad e interés.
1. Introducción.
He dudado cómo enfocar esta presentación. Mi primera opción era dar la
visión desde la sociedad civil de los principales bienes públicos globales,
algunos de los cuales se van a discutir y presentar en esta conferencia.
Sin embargo he preferido centrarme en dos grandes temas que
constituyen, en un sentido amplio, bienes públicos imprescindibles, y que
son esenciales para asegurar una gobernanza que pueda llamarse tal, en la
arena internacional y en la nacional.
Tras una avalancha de datos y la constatación de que la desigualdad es,
además de injusta, un factor que frena la lucha contra la pobreza y el
desarrollo sostenible, la lucha contra la desigualdad extrema se ha
ubicado en el centro de la agenda de diversos procesos, organizaciones y
actores públicos. Algo muy positivo que no impide que la desigualdad
crezca en prácticamente todos los países del mundo.
Por otro lado, la voz está en cuestión, silenciada. Por más que la retórica
refrende lo que los derechos civiles y políticos afirman desde hace
décadas, los espacios se cierran a la participación ciudadana en muchos
países. No nos dejemos deslumbrar por la emergencia de movimientos
sociales en diversos lugares del mundo. En algunos casos estamos viendo
lo que ocurre con ellos (manipulación, represión, olvido…) y en otros
muchos países, de forma más silenciosa de lo que nos gustaría, se van
poniendo trabas, subiendo el nivel de las amenazas o directamente
cerrando cualquier opción de voz crítica a las políticas de estados cerrados
o en manos de empresas depredadoras.
Es imposible construir una gobernanza internacional capaz de “gestionar”
de forma adecuada la suma de crisis que enfrentamos, sin revertir la
tendencia imparable a una mayor desigualdad y sin escuchar y abrir
espacios efectivos a la participación ciudadana.
2. El crecimiento de la desigualdad.
Global:
En los últimos años la desigualdad entre países ha descendido en buena
medida, al hilo de las crisis en el mundo desarrollado y del mantenimiento
de unas tasas de crecimiento fuertes en buena parte del mundo en
desarrollo. En absoluto es un asunto a olvidar, máxime teniendo en cuenta
los límites en la sostenibilidad, cambio climático y consumo de recursos.
No tenemos más que ver las diferencias entre Africa y Europa y lo que
supone, entre otros campos, en el de las migraciones.
Lo más significativo de la última década sin embargo es el incremento
sistemático de la desigualdad dentro de los países, independientemente
de la región de la que se trate, del régimen político o de la estructura
económica y productiva. Esto da que pensar. Hay algunas excepciones
ligeras como es Brasil, aunque partiendo de uno de los peores índices del
mundo.
Siempre nos hemos referido a la desigualdad en AL o en el mundo
anglosajón. Y sí es el caso, pero ahora podemos hablar de cualquier lugar
del planeta.
- En EEUU, la proporción del ingreso nacional del 1% más rico se ha
duplicado desde 1980 pasando del 10% al 20% del PIB. Pero la del
0,01% más rico, se ha cuadruplicado.i
- En el mundo, el 1% más rico (60 millones de personas)ii y en
concreto el 0,01% (600.000 personas) se han enriquecido de
manera obscena en los últimos 30 años. Los ingresos del 1% más
rico han aumentado un 60% en 20 años.
- En China, el 10% más rico acapara cerca del 60% del PIB. Los niveles
de desigualdad son equiparables a los de Sudáfrica, que es el país
más desigual del mundo (más desigual ahora que al final del
apartheid).
- Incluso en los países más pobres, la desigualdad está creciendo
rápidamente, a medida que crecen y que la riqueza se acumula,
sobre todo en las capas superiores y en una clase media alta que
aún no es mayoritaria.
- Los 100 mayores multimillonarios del mundo sumaron 240.000
millones de dólares a su riqueza en 2012. Cuatro veces lo necesario
para acabar con la pobreza mundial.iii
Hasta el FMI ha dicho que la desigualdad es peligrosa y puede generar
tensión social. Mientras el Banco Mundial lo ha incorporado en su
nueva agenda, aunque aún con poca claridad sobre lo que supondrá su
abordaje.
Si nos fijamos en la Europa del ex bienestar, donde nos precipitamos a una
sociedad dual, la tendencia es la misma.
- La brecha entre las personas más ricas y las más pobres se dispara
en el seno de la Unión Europea. En todos los países durante la crisis,
con las políticas de austeridad, bien el 10% más rico ha aumentado
ingresos bien el 10% más pobre los ha disminuido, o ambos. En
2011, el 10% más rico se llevaba el 24% de los ingresos en la UE,
frente al 3% del 10% más pobre.
- La desigualdad ha aumentado más de un punto porcentual en
Portugal, Grecia e Italia entre 2010 y 2011.
- Los países más afectados (España entre ellos) podrían llegar a estar
entre los más desiguales del mundo (como Paraguay o Sudán del
Sur).
- De seguir esta tendencia, con las mismas políticas, en 2025 las
personas más ricas (en la UE) podrían ingresar 18 veces más que las
personas más pobres.
España no se escapa de este drama de consecuencias que aún no sabemos
valorar. De hecho está entre los países europeos más desiguales (4º lugar).
Antes de la crisis (2008), el 20% de los más ricos ingresaba 5,3 veces lo que
el 20% más pobre. En 2011, este factor era de 6,8 veces y sigue creciendo.
De seguir la tendencia, la diferencia podría llegar a ser de 15 veces.
3. Vectores de la desigualdad.
He dado datos de ingreso y sé que todos quienes estamos en esta sala
compartimos que la desigualdad tiene muchas variables y manifestaciones
y que la brecha de los ingresos es solo una los modos de medirla. Otras
formas de desigualdad, que se retroalimentan y que quiero mencionar,
son:
- La de género, desde el ingreso a la educación y a roles en la
sociedad, llegando a la violencia que nos arrasa y que tiene su
germen precisamente en la desigualdad.
- En el acceso a servicios que garantizan derechos fundamentales
como la salud o la educación. Aquí hemos fracasado como Europa
tratando de promover, a través de la cooperación entre otras
medidas, un sistema universalista de calidad que nosotros mismos
estamos desmontando para ir al dual, tan cuestionado en AL o en
otros países. Quien paga tiene más y mejor, lo cual el mejor camino
hacia la perpetuación de la desigualdad.
- En el acceso a los recursos. Energía, agua, tierra. Estamos
trabajando de forma especial en éste último. ¿Saben que en Africa
en 10 años inversores extranjeros han comprado el equivalente a la
superficie de España de la mejor tierra? ¿Para qué? Desde luego no
para el mercado interno de alimentos sino para exportación, en un
60% destinada a la producción de biocombustibles. Alimentar
coches en vez de personas. Con la buena tierra, escasa, en manos
de cada vez menos manos, la desigualdad tiene otra vía para crecer.
Quiero mencionar ahora algunos factores que están detrás de este
incremento de la desigualdad, que la hacen posible, que la enmarcan.
- En la última década la desigualdad aumentó tanto en tiempo de
crisis como de crecimiento. Esto resulta chocante, ya que cuestiona
el modelo de desarrollo y crecimiento de forma dramática.
- Una mayor concentración de poder. En menos manos, en manos
menos transparentes. De forma efectiva y de forma difusa.
Connivencias entre estados poderosos, nuevos poderes y empresas.
No se trata de ver confabulaciones per sé, siempre. Sin embargo
cuando se entra a estudiar en detalle con rigor mercados como el
de la tierra en Africa, los contratos de las extractivas, la
especulación sobre los precios de los alimentos, realmente, aparece
esa confabulación, ese manejo nada transparente, fuera de
cualquier control democrático, que no rinde cuentas a nadie.
- Especulación financiera. Movimientos de capital masivos, rápidos,
con capacidad devastadora sobre economías. Lo que pareció un
movimiento de freno a la economía especulativa, desvinculada de la
real, tras la crisis de 2008, se ha diluido con reglas menores (Basilea)
y con señales claras sobre el riesgo moral. Hacer el bestia en lo
financiero no tiene consecuencias, los bonos se cobran, la sociedad
asume las pérdidas. Jueguen señores jueguen. Su consecuencia
sobre la desigualdad es doble: efecto devastador sobre la economía
real y sobre la población vulnerable. Y separación entre quienes
pueden entrar en ese “juego” de alto valor y poco riesgo (al final
pagamos todos) y quienes no.
- Sistemas fiscales regresivos y atomizados. La tendencia es clara.
Impuestos regresivos, al consumo. Versus una caída drástica de
aquéllos que pueden volar y vuelan….grandes fortunas y
sociedades. Es imposible acabar con la desigualdad sin una
combinación de sistemas fiscales justos en cada país con una
ruptura positiva de los marcos nacionales para avanzar en fiscalidad
internacional orientada a una mayor justicia económica. La
ingeniería financiera, la evasión y la elusión fiscal hacen imposible
mantener políticas públicas que se llamen tales y no hacen sino
crear una “clase global”, la que evade, que reside en países de
forma accidental. Que no usa los servicios, que paga por ellos en el
campo privado y que no se considera vinculada a sistemas de
solidaridad públicos. No creo que exista un mayor vector de
desigualdad que éste: sistemas fiscales regresivos y evasión
internacional.
- Sostenibilidad. No da. Tenemos que conseguir vivir todos dentro de
un donut. Ninguna persona sin cubrir sus necesidades básicas y sin
tener sus derechos fundamentales garantizados. Ninguna persona
(y soy claro hablo de personas, no ya de países, clases, grupos..)
debería estar fuera del círculo de consumo y huella ecológica que
hace insostenible el planeta. Desigualdad y sostenibilidad están
ligadas. El acaparamiento de recursos (naturales, económicos…) por
una parte de la población o lleva al colapso ambiental o fuerza a
cientos de millones de personas a la privación. O ambas cosas, que
es lo que ocurre. Una mayor desigualdad no hace más que
incrementar esto. Una mayor tensión sobre recursos escasos (agua,
tierra..) no hace más que exacerbar la desigualdad a través de la
seguridad sobre el acceso al recurso.
4. Impacto de la desigualdad en la democracia. Derecho a la voz.
El incremento de la desigualdad tienen graves consecuencias
socioeconómicas: debilita la confianza de la ciudadanía, debilita la
cohesión social, aumento de delincuencia, empeora la salud, peores
resultados académicos; además, mayor riesgo de crisis financiera por
aumento de préstamos de riesgo por lo que peligra la sostenibilidad del
crecimiento económico a largo plazo.
Diversos estudios demuestran no solo que la desigualdad limita las
posibilidades de erradicar la pobreza sino que es un factor limitante del
crecimiento, especialmente de aquél que se produce de forma estable, en
la economía real, de forma inclusiva.
Al tiempo que se incrementa la desigualdad se reducen los espacios de
participación. De hecho es un círculo vicioso, cuanto menos espacio hay
para la voz crítica, más impunidad para un crecimiento desigual que se
acumula en las elites. Esto a su vez cierra espacios a organizaciones y
movimientos sociales que se ven ninguneados en la arena política. Hasta
que estallan.
La experiencia más reciente que tengo es en América Latina. Mis visitas
recientes a países con gobiernos de orientación tan diversa como
Colombia, Bolivia, Paraguay o lo que escucho de otros como Guatemala,
apunta en la misma dirección…cierre de espacios a la sociedad civil. A
veces usando formas poco agresivas aunque contundentes por vías
fiscales, administrativas y judiciales. En otras ocasiones directamente por
vías represivas, criminalizando movimientos y organizaciones sociales. Y
siempre organizando espacios de participación inútiles que no conducen a
nada.
5. Medidas para evitar que el incremento de la desigualdad nos lleve a
sistemas de gobernanza no participativos, accountable y transparentes
Evitar crear sociedades más desiguales con mecanismos democráticos
débiles. Para ello son necesarios espacios de rendición de cuentas y
ciudadanía activa en beneficio del interés público.
- Fomentar participación de todos los actores (especialmente en
procesos presupuestarios, de asignación de recursos y control del
gasto).
- Mayor transparencia y rendición de cuentas de los procesos
políticos.
- Garantizar el acceso y la calidad de la información hacia la
ciudadanía, con una ley específica de acceso a la información que
reconozca este derecho a saber como un derecho fundamental.
- Fomentar una democracia participativa en la que la consulta a la
ciudadanía sobre decisiones importantes que afectan a sus
derechos económicos y sociales, sea un ejercicio habitual.
- Garantizar la independencia y el buen funcionamiento de los entes
supervisores y reguladores del Estado.
- Garantizar el ejercicio pleno de las libertades ciudadanas.
- Promover un sector financiero transparente y que cumpla con el fin
social de dar acceso al crédito a la ciudadanía Una banca al servicio
de la sociedad.
- Combatir con más firmeza la corrupción, y evitar la impunidad de
los delitos que resultan en graves perjuicios para los derechos
sociales.
- Inversión en las personas: Creación de empleos dignos, reciclaje,
conexión con protección social, igualdad de género. Y mejora del
diálogo social entre patronal, trabajadores y autoridades públicas.
- Invertir en los servicios públicos: los servicios sociales (educación,
salud y protección social) no son un lujo, son clave para garantizar el
desarrollo humano y la igualdad de oportunidades.
- Sistemas fiscales justos ya que tenemos un reparto de cargas
enormemente injusto. Sistema fiscal como mecanismo eficaz de
redistribución de la riqueza: reforma fiscal progresiva, FTT, atajar
evasión y elusión fiscal.
i
ii
http://www.economist.com/node/21564414
Milanovic, Branko, 2012. "Global income inequality by the numbers : in history and now -an overview-"
Policy Research Working Paper Series 6259, The World Bank.
iii
http://www.globalresearch.ca/billionaires-gain-as-living-standards-fall/5318471 and
http://topics.bloomberg.com/bloomberg-billionaires-index/ the top 100 billionaires added $241 billion
to their income in 2012. Jeff Sachs has estimated that it would cost $175 billion a year for 2 years to end
extreme poverty.
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