" Apunte sobre Franz Joseph Haydn Mq,rzo 1732 . Mayo 1809 I POR MANUEL SANCHEZ MEllA El siglo XVIII fué fecundado por las ideas de unos cuantos 'hombres de genio cuya vigencia en su tiempo 'no llegó a convertirse en estado de conciencia social; pero, no obstante, son la levadura que va a hacer fermentar el pan y a ese reducido grupo genial perteneció Franz Joseph Haydn. o de Mozart. su familia. a juzgar por el árbol genealógico. es tan poco genial corno 'las familias de Shakespeare o de Cervantes. Se conservan muy pocos detalles sobre sus primeros años y los que tenernos se refieren casi exc1us,ivamente a su precocidad. musical. Desde luego no fué una precocidad comparable aJa de Mozart, que tocaba miÍlUetos a la edad de cuatro años y escribía conciertos a los cinco, pero precisamente por' esto es tanto más verosímil. La precocidad de Haydn se reveló en una aguda sensibilidad al sonido. un oído singularmente delicado y una vigorosa percepción del ritmo; su padre fornentábale estas manifestaciones de la vocación musical soña~do, quizás, que haría famoso algún día el nombre de Haydn. La casa en que nació el compositor fué construída por su mismo padre; el hogar era realmente mísero.' ,pero la ternura, la devoción fel orden habitaban en él y, probablemente, la época más feliz de su carrera, fué la que pasó en las ha~itaciones angostas y obscuras~ al alcance' del rumor de las aguas del Leitha. Habría sido extraño que un músico con tales dotes no hiciera famoso su nombre y hubiese muerto de hambre: su capacidad emotiva debidamente dirigida por la inteligencia, de modo paulatino y seguro, le fué abriendo camilW y el tiempo le sorprendió con una sólida reputación c01110 artista. Menos deseoso de gloria que de perfección, Haydn esta~a a~n ignora~te de su fama cuándo ésta Beethoven. en' algu~a ocasión, ohservó: "j Qué extraño que un hombre tan grande naciera, en Un hogar tan mísero!" llenaba Europa entera. "Ha sido llamado padre de la música instrumental y, aunque algunos críticos le nieguen el derecho a semejante Halagado por los, grandes, y ac1amado por los entendidos, Haydn jamás se sinti6 avergonzado de sus orígenes humildes; arttes a1 contrario, se vanagloriaba de ello' y, solía ,recordar su cuna con una mezc1a,?-e org,ullo y de nostalgia: con orgullo por haber sacado' algo de' la' ~ada,' y eón tÍtulo, no cabe duda que es muy.justo: construyó' sobre los cimientos de la moderna sinfonía colocados por la escuela d~ Ma.nnheim y estableció la base de la orquesta l):loderna mediante el' contrast~ y la', co'mbinación de los timbres instru'mentales. consiguiendo un 'efecto más rico y sonoro del con- nostalgia cuando, sesenta' y tres p.ños junto,. HAYDN, silueta de Lavater después de su nacimiento, invitado a, ,Desde, sus pr~me~as, obras avanzó inspeccionar ':ln monuri;1ento, eri~i~o por un camino genuinamente sinfóen su ho~or, sea~rodilló en el umbral ~ico:" la sinfonía en ' sus manos se de su antigua' casa 'y' b~sÓ la tierra ,conviúió 'en algovigoróso y, al misque sus pies hollaran 'en' días ya le- ' mo tiempol má,s realmente musical. ,,; , Al, ,respe~to ,dice, Michel Brenet: "La janos. Las teorías, sobre }a hen~ncia y el compilación, de, un catálogo absolutaorigen del genio son de escasa aplica- mente '~~ti~¿áóCio' de lás! obras insción en el caso de, est~ c~mp~sitor. A tiumentéiles de' Haydn presenta grandiferencia de los' ailtepasaCl'os de Bath des dificultades.", Efectivamente; De .' ~ :. ,... ' , .. . , .' t·. ~ ; : acuerdo con los priméros biógrafos lleza e inventjva inagotable de su de Haydn, el número de sus sinfonías melodía, su mesura y sobriedad, su se fijó durante largo tiempo en 118. júbilo y su buen h~mor instintivo: Posteriormente fué aumentado a 144 tales son algunas de las cualidades de por L. Schmidt. a 149 por Wotquen- un hombre consagrado exclusivamenne y a 153 por Hadow, habiéndose te al culto de la belleza. hoy reducido definitivamente a 104" La atormentada, y azarosa existencon arreglo a la edición de Obras , cia de los artistas contemporáneos no Completas. que nos ofrece al comien- ofrece parecido alguno con la plácida zo del primer torno una lista crono- y tranquila vida de Haydn. Una sola lógica y temática de ellas. nube empañó, durante algún tiempo Las sonatas y los cuartetos mues- su existencia: fiel a imprudentes protran el mismo ,adelanto que sus sin- mesas de su época advers~, se había , fonÍas. El cuarteto era el modo na~u­ enlazado con la hija de un antiguo ral de expresión para Haydn; esto es protector, pero el carácter poco amacolocar muy alto tal género entre la ble de su cónyuge le hizo desgracia~ producción general del maestro; pero do. Algunos escritores pretenden que su valor ,artístico y ,Su' importancia esta mujer era en extremo devota y difícilmente podría exagerarse a tal quisquillosa, y que como Haydn, a' grado. que no fal~¡1O entusiastas que pesar de str, muy piadoso, no perdió consideren los cuartetos más impor- nunca su jovialidad, mientras su 'mutantes aún que sus sinfonías, ' Las ,jer se, hacía intratable y arisca, esta obras maestras entre las sonatas de incompatibilidad trajo como conseHaydn. lo mismo que las de Mozart cuencia la separación. A pesar de ello y Beethoven, sorpren,den por su flui- no olvidó cuanto convenía al decoro ; dez, armonía y espléndido desarrollo de la que había llevado su nombre, y de motivos. tal parece que a partir de' dicho aconSobre la obra de este fecundo autor tecimiento sus obras tienen un carácpodría escribirse todo un tratado; de ter más severo y elivado. su estilo general' apenas si' se precisa hablar. Decir de 'una obra musical que es haydnesca es condensar en una "Sé que Dios me ha concedido un cierto talento y le doy humildemente gracias, ,por ello, --escribía Franz Joseph Haydn-;creo ha~er, cumpli~ do mi d~ber y servido de algo a ,mis semejantes; que todos aquellos' que' palal;>ra un" idea bien clara y precisa en la mente de todos los af~ciona~os cultos. La música de Haydn es diáfana. fresca 'y sin la más leve' huella entren' al santuario consagrado alcu1to de afectación ni morbidez: de la belleza y el bien, unidos o dis- A Miguel de Unamuno los escri- persos, hagan otro tanto .. ." tores pornográficos, o' simplement,e Tengamos artistas dotados de tal eróticos le parecían los mellaS it,lteligentes; Haydn consideraba que la firmeza de carácter y convicciones, ,y nuestro arte,, en. lugar de ser cómplice , " p~eocupaci6n Úbidinosa es lo que mis de malos instintos, servirá la causa de' estropea la inteligencia. Una 'peiteét~ las ideas elevadas y generosas' y re'i-' transparencia. un trazo firme. una vindicatá su' puesto en la obra de la exquisita fluidez instrumental, la, be- verdadera civilización. l' VNIVERSIDAD DE, MEXtCO *- 11