Libertad de expresión en Bolivia. Trayectos legales e históricos Antonio Gómez Mallea Licenciado en Comunicación de la Universidad Católica Boliviana (UCB) en La Paz. Maestría en Comunicación y Desarrollo UASB LP. Doctorante Comunicación, Derecho a la Información y Ética, Universidad Complutense de Madrid Universidad Diego Portales. Consultor privado. Docente postgrado en Comunicación y periodismo de la UASB LP. Fue presidente de la Asociación Boliviana de Investigadores de la Comunicación (ABOIC). Actualmente es Director del Servicio de Capacitación en Radio y Televisión para el Desarrollo (SECRAD) y profesor universitario de la carrera de Comunicación UCB Cochabamba, Director Revista Punto Cero. Resumen En un primer momento, se establece una definición conceptual de la libertad de expresión que habrá de guiar a lo largo de toda la investigación. Para ello, el estudio se basará en la historia europea y norteamericana, cuyas constituciones estatales resumen años de conquistas en torno a la libertad de expresión. Con la ayuda de esta definición a priori de la libertad de expresión, se fue trazando el recorrido que ha seguido la legislación boliviana en la materia, pudiendo confrontar su evolución con técnicas de derecho comparado. Completa esta revisión el análisis de los convenios internacionales más importantes en la materia que hablan de la libertad de expresión. Finalmente, se realiza una evaluación de los dos anteriores momentos a objeto de proponer una regulación constitucional boliviana que garantice el pleno respeto a la libertad de expresión. Palabras clave <Libertad de expresión > <Legislación> <Comunicación> 1. Presentación El recorrido que va desde la libertad de expresión hacia el derecho de la información se considera como el camino usual tanto en el campo histórico como en el académico. José María Desantes define al segundo como incluyente de la primera. Así el derecho de la información no sólo contiene la facultad de emitir información (libertad de expresión), sino también la de recibirla e investigarla. En Bolivia, como en la totalidad de países de Occidente, se legisló con anterioridad la libertad de expresión, prácticamente, desde la primera Constitución Política del Estado de 1826; para después incluir, recién en la Carta Magna de 2009, el derecho a la información.1 Este hecho fue recibido por los periodistas y trabajadores de la información como una conquista y un afianzamiento del sistema democrático, pues la nueva Constitución no sólo incluía el derecho a la información, sino también a la comunicación. Sin embargo, al poco tiempo empezaron a surgir cuestionamientos sobre lo legislado por la nueva Constitución, pues la misma también incluía la obligación de promover “los valores 1 Hay diferencia entre el derecho “de” la información, como campo disciplinario y jurídico, y el derecho “a” la información, como facultad de la persona. En adelante hablaremos según sea el caso de uno o de otro. 1 éticos, morales y cívicos de las diferentes culturas del país”, así como el deber de respetar “los principios veracidad y responsabilidad”. El cuestionamiento iba en dos sentidos. En primer lugar, ¿quién iría a definir qué valores éticos, morales y cívicos iban a ser los de obligatoria promoción y, en segundo, ¿qué se iba a entender por veracidad? El gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) no dio una respuesta clara a las interrogantes de los trabajadores de la información y aplazó la definición de la cuestión a la promulgación de la legislación conexa a la Carta Magna, la misma que constaba de al menos 100 nuevas leyes y tenía el objeto de dar aplicación positiva al nuevo marco constitucional dentro del recién fundado Estado Plurinacional.2 El tema de la libertad de expresión dentro del Estado boliviano no me es ajeno, pues es parte de una actividad científica dedicada al conocimiento del derecho de la información iniciada desde el pregrado. En mi tesis de licenciatura abordé el tema de la aplicación positiva, el análisis jurídico doctrinal y la jurisprudencia referida a la Ley de Imprenta, marco normativo del periodismo boliviano (GÓMEZ 1999), para continuar en mi tesina del DEA con una investigación acerca de la adecuación entre la legislación publicitaria y las garantías constitucionales de la persona (GÓMEZ 2003). Pude evidenciar en estos trabajos que el corpus del derecho de la información en Bolivia (si así puede llamarse ya) carece de unidad conceptual, jurídica y operativa, lo que no permite su aplicación plena, en adecuación a las necesidades de la sociedad boliviana contemporánea y en respeto a lo establecido internacionalmente en materia de derechos humanos. Esta situación no ha cambiado con el nuevo marco constitucional, sino todo lo contrario, debido a dos razones que me llevarán a plantear, más adelante, mi hipótesis de trabajo: En primer lugar, si bien la Constitución Política del Estado de 2009 incluye el derecho a la información y a la comunicación, este avance no se traduce, para su aplicación positiva, en las leyes y otras normas posteriores que ha promulgado Bolivia. Y, en segundo término, en respuesta a la extrema polarización del conflicto político que se vive entre el Gobierno y los que se le oponen, el primero no ha vacilado en aprobar leyes y normas que no sólo no dan forma concreta al derecho a la información, sino que llegan a cuestionar las bases mismas del derecho a la libertad de expresión.3 Por ello, esta tesis parte del presupuesto de que en la Bolivia de hoy el avance de la inclusión constitucional del derecho a la información y a la comunicación es puramente formal. Lo que ocurre de hecho es más bien un movimiento en sentido contrario: un 2 Bolivia cambió de “república” a “Estado Plurinacional” con la constitución de 2009, como parte del proyecto del MAS de incluir a las 36 nacionalidades, esencialmente indígenas, que se identificó como habitantes del territorio nacional. 3 Desde la asunción a la Presidencia de la República de Evo Morales y de su Movimiento al Socialismo (MAS) en enero de 2006, las fuerzas políticas en Bolivia han asumido dos claras posiciones enfrentadas: una que apoya al Presidente y su proceso de cambio social y otra, liderada por los empresarios privados y algunos periodistas, que se le opone férreamente. A partir del año 2008 y sobre todo en su segundo mandato (2010), el Gobierno ha logrado anular a la oposición en los tres poderes del Estado y en el escenario político, pero a partir del año 2011 han empezado a aparecer disensos cada vez más claros entre las propias filas del partido gobernante. La respuesta del MAS ante ello ha sido reforzar el control del Estado sobre todo el que concierne a la libertad de expresión. 2 reforzamiento legal del control Estatal de la libertad de expresión que aleja cada vez más a ciudadanas y ciudadanos del derecho de la información. 2. Estado de la cuestión Lo primero que podemos decir es que el derecho de la información ya no es un campo nuevo. En 1976, José María Desantes, a partir de una selección de cuarenta mil referencias, publicaba la lista de tres mil títulos que en el mundo trataban de la cuestión. Tres años después, el académico añadía mil doscientas obras a su Bibliografía sistemática del Derecho de la Información. Hoy, treinta años después las obras y referencias sobre el tema son innumerables. Sin embargo, el auge académico del derecho de la información no se ha traducido en una profusión legislativa ni en textos constitucionales o en legislación específica. Si hablamos del derecho de la información desde las tres dimensiones con que lo ha definido la escuela española: emitir, recibir e investigar información, pocos son los textos legales que en Iberoamérica lo incluyen de tal manera. Constituciones como la española (1978) o la colombiana (1991) sólo hablan del derecho de emitir y recibir información. La tercera dimensión, investigar, queda al margen. Es decir, los cuerpos legales que hasta hace poco incluían sólo a la libertad de expresión, ahora contienen disposiciones relativas al derecho de la información. En cuanto a los teóricos, los más cercanos a la libertad de expresión, identifican al Derecho a la Información con ella. Otros teóricos disienten. ¿Qué importancia tiene esta discusión o es anodina? No vamos a hacer una exposición exhaustiva del derecho de la información, pues no es nuestro objetivo. Sí tendríamos que ver cuál es el grado de su desarrollo conceptual. ¿Para qué? Para poder comparar lo legislado en Bolivia con un patrón de desarrollo universal, en el sentido de universalizante que utiliza Claude Jullien. Tenemos que buscar una definición dentro del Estado democrático liberal, no su definición por ejemplo para Internet. Una primera definición, que dé base a todas las otras definiciones. Hablamos de una definición sintética del derecho de la información que tenga en cuenta el condicionamiento que recibe de las relaciones con el poder, porque derecho es poder, porque no puede haber hay una definición fuera de tiempo y lugar. Incluso si se trata de “universales del derecho” tienen que tener sus límites, su época histórica. 3. Objeto, objetivos e hipótesis La libertad de expresión y su formalización en el derecho se ha vuelto algo tan aceptado que suponemos, frecuentemente, que siempre han estado ahí, como una de las conquistas democráticas garantizadas prácticamente desde el nacimiento de los Estados nacionales. Sin embargo, esta tesis parte del presupuesto de que la historia de la libertad de expresión es muy distinta, una historia de largas luchas y difíciles conquistas, que se pueden rastrear en el derecho, por lo que esta libertad de ninguna manera se puede considerar como una garantía adquirida y consolidada, sino una conquista relativamente reciente. Esto es para el marco teórico contextual, para lo que se refiere al derecho comparado, tomaré en cuenta: la Declaración de los Derechos Humanos de 1948, la Convención Americana de Derechos Humanos de Costa Rica y la Declaración de Chapultepec (esta lista no es todavía exhaustiva y será completada con la investigación). 3 En Bolivia, pretendo demostrar que la libertad de expresión, como garantía constitucional, es bastante reciente porque su ejercicio ha estado cuestionado por actos regulatorios paralelos, también constitucionales, como la censura previa, muy reciente y todavía presente en nuestra historia jurídica. En cuanto al objeto de estudio es el siguiente (LEGISLACIÓN VIGENTE): • Constitución Política del Estado (2009) Legislación conexa: • Ley de Imprenta • Ley Tamayo contra el Anonimato • Ley 1632 de Telecomunicaciones • Ley 2026 Código Niña, Niño Adolescente • Estatuto Orgánico del Periodista Boliviano • Reglamento General del Servicio de Televisión • Reglamento General de Servicios • Ley Marco de Autonomías • Ley contra el Racismo y toda forma de Discriminación • Ley de Deslinde Jurisdiccional • Ley de Educación Avelino Siñani – Elizardo Pérez • Código Penal (Delitos contra el honor) • Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional • Ley del Régimen Electoral • Ley del Órgano Judicial • Ley del Órgano Electoral Plurinacional • Ley de Modificaciones al Sistema Normativo Penal • Ley de Lucha contra la Corrupción, Enriquecimiento Ilícito e Investigación de Fortunas Marcelo Quiroga Santa Cruz. • Reglamento del Régimen Especial de Propaganda para el Proceso de Elección de Autoridades del Órgano Judicial y del Tribunal Constitucional Plurinacional En cuanto a los objetivos de investigación formulados en forma de pregunta tenemos lo siguiente. La primera pregunta de la investigación buscará indagar ¿cuál ha sido la formalización histórica que ha seguido la libertad de expresión en el derecho positivo constitucional boliviano y las leyes marco referidas al tema? Y, en segundo lugar, ¿de qué manera se adecua esta evolución a la del derecho comparado, referido específicamente a los convenios internacionales sobre la libertad de expresión? Para finalmente preguntarnos ¿la actual formalización de la nueva Constitución Política del Estado Boliviano (2009) y la legislación conexa (hasta el presente) otorgan garantías plenas para el ejercicio de la libertad de expresión? En cuanto a la hipótesis de partida, considero lo siguiente: 4 Creo que si bien la historia legal de la libertad de expresión en Bolivia sigue un curso ascendente, el mismo ha tenido retrocesos que han impedido su libre ejercicio, lo que demuestra que la conquista de esta libertad es fruto de una larga lucha social. En segundo lugar, creo que la actual Constitución Política recientemente promulgada y la legislación conexa que van dando forma el nuevo marco jurídico nacional tienen serias deficiencias que impiden el establecimiento de garantías plenas para el ejercicio de la libertad de expresión, tal como hoy se la concibe en virtud de la legislación comparada. En lo que toca a las recomendaciones, la tesis propondrá líneas generales para que una propuesta regulatoria que cumpla con todas las garantías debidas de la libertad de expresión plena en textos constitucionales. 4. Estructura y metodología Se trata de una tesis panorámica reducida, histórica, contemporánea y científica. El método de la tesis será cualitativo, deductivo, descriptivo y explicativo. Su técnica será el estudio de gabinete y su instrumento la ficha bibliográfica. Se considerará como fuentes primarias a los documentos legales. En un primer momento, estableceremos una definición conceptual de la libertad de expresión que habrá de guiarnos a lo largo de toda la investigación. Para ello, nos basaremos en la historia europea y norteamericana, cuyas constituciones estatales resumen años de conquistas en torno a la libertad de expresión. Completaremos esta revisión con el análisis de los convenios internacionales más importantes en la materia que hablan de la libertad de expresión. Con la ayuda de esta definición a priori de la libertad de expresión, iremos trazando el recorrido que ha seguido la legislación boliviana en la materia, pudiendo confrontar su evolución con técnicas de derecho comparado. Finalmente, realizaremos una evaluación de los dos anteriores momentos a objeto de proponer una regulación constitucional boliviana que garantice el pleno respeto a la libertad de expresión. 5. Una primera aproximación al concepto de “universalizantes del derecho” Es una característica de los Estados occidentales modernos, modelo del cual forma parte Bolivia, es la imposición legal de los derechos a través de su formalización jurídica. Esta formalización pretende tener vocación universalista para todos los hombres y mujeres y plantea que su forma escrita, el derecho positivo, es la única válida. No podría ser de otra manera porque si no todo su edificio jurídico se derrumba. Pero en un análisis científico, esta concepción ya no basta. Pues hay que reconocer que el derecho es producto de una historia en particular. Ignora esta posición que el derecho es un rehacer constante a todo lo largo de la historia, imperfecto, que tiene retrocesos en lugar de una evolución ascendente. La aspiración a la perfección del derecho es un mito. El derecho es fruto de conflictos (como nuestra Independencia), conflictos, intereses, luego compromisos. Pero una vez aprobado el derecho, surge el mito, se dota de un aura de “universal” al texto que antes se combatió. Es el caso del derecho a la libertad de expresión defendido a ultranza sin saber qué se está defendiendo. Se pretende una universalidad de principio. El texto asombra, por ello, por su triunfo histórico a pesar de sus yerros. Sin embargo, un texto como la constitución y la libertad de expresión constantemente rescritas muestran que la universalidad no existe. Hay que recordar que la libertad de expresión como derecho, no es universal e intemporal sino contingente históricamente. 5 Está condicionada por eventos históricos. Y lo mostraremos a lo largo de varios momentos históricos que han tenido su correlato constitucional en el derecho a la libertad de expresión. 1. La Independencia (influencia de la Ilustración Francesa) 2. La consolidación del Estado republicano (Santa Cruz) 3. El Estado liberal (Aniceto Arce) 4. La caída de los liberales (Guerra del Chaco, Busch 1938) 5. La modernización de 1952 6. El neoliberalismo 7. El socialismo del MAS Doctrinalmente, los derechos del hombre son producto de dos abstracciones occidentales (Jullien): “Derechos como reivindicación y liberación del sujeto” y “Hombre como ser individual aislado de todo contexto vital”. De acá se concluye que el objetivo de toda asociación (por supuesto el Estado) es la “preservación” de los “derechos naturales e imprescriptibles” Ésta es una lógica particular que se opone a cualquier otra. Es el burgués reclamando su libertad individual al Rey. No es el hombre (o mujer) universal conquistando sus derechos. ¿En qué nos damos cuenta de la construcción histórica? Primero, en la ausencia de la familia. Los niños no tienen libertad de expresión frente a los adultos, están omitidos. Este reconocimiento es tardío en nuestro derecho y no lo liga sino tangencialmente a la libertad de expresión (que por supuesto sigue siendo “individual”). Es con posterioridad que el derecho (de la naturaleza, del grupo, etc.) completamente individualizado empezará a reconocer otras categorías. Lo mismo sucede con la libertad de expresión. Y siempre las trata de universales aunque su inclusión muestre su historicidad. Son dos lógicas: “emancipación” (partiendo de lo individual) e “integración” (al medio social). ¿Son conciliables estas dos lógicas que en un principio no lo fueron? Por eso el concepto de derecho “universal” (individual) no encuentra eco en el derecho comunitario indígena originario boliviano. A “libertad individual” este último le opone como valor supremo “integración en la comunidad”. Hay dos posibilidades de explicar la integración. • Uno, la concepción “universal” de los derechos del hombre es un aporte del progreso humano a toda la humanidad. • Dos, esta concepción es una imposición etnocentrista del capitalismo a escala mundial. Sin embargo, la primera no se sostiene: ¿en nombre de qué parámetros se juzga el dicho progreso si no son precisamente los parámetros ideológicos occidentales que le dieron lugar? La justificación ideológica de la universalidad de los derechos humanos no tiene salida. Claude Jullien trata de justificarlos a partir de su “capacidad universalizante en lugar de universalizable”, por lo negativo: • En lugar de otorgarles una “universalidad” de nacimiento, su “universalidad” por su abstracción y radicalidad que los hace comunicables interculturalmente, es progresiva, está en curso… Es universalizante en lugar de universalizable. 6 • Esta capacidad universalizante sería “vector” en lugar de imposición, agente promotor, ideológico, pero discutible, propuesta antes que imposición, hasta que se encuentre una mejor. Esta capacidad universalizante es de orden práctico (de intervención) antes que teórico (de fundamento), está para ser invocada cuando se la necesite, ello justificaría incluso la adaptación del derecho a otras situaciones. No es una verdad universal, universalizable que tiene fundamento teórico (y que pierde legitimidad ideológicamente como lo hemos visto). Lo universalizante es lo que hace surgir lo universal (el valor de lo humano que no sólo es individual sino colectivo y natural). Los derechos humanos, la libertad de expresión como derecho humano es un universalizante fuerte, porque produce un efecto universal, transcultural, en nombre de lo cual un combate (a priori, porque el derecho tiene que enunciarse por escrito) es justo. 6. Bibliografía y fuentes documentales Monografías • ABC. (1993): Libro de Estilo. Barcelona, Ariel. • BEL MALLÉN, Ignacio; & CORREDOIRA Y ALFONSO, Loreto (coordinadores). (2003): Derecho de la información. Madrid, Ariel Comunicación. • CHOMSKY, Noam; & HERMAN, Edward S. (1990): Los guardianes de la libertad: Propaganda, desinformación y consenso en los medios de comunicación de masas. Barcelona, Grijalbo Mondadori. • DE CARRERAS SERRA, Llúis. (1996): Régimen jurídico de la información. Ariel, Barcelona. • DESANTES GUANTER, José María (1992): El futuro de los profesionales de la información. 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