Paulo Coelho Veinte años después: Odesa es así Catalina la Grande, de Rusia, recibe en pleno invierno algunas cajas de naranjas recién cosechadas. Un billete dice que vinieron de un puerto lejano, parte de su imperio. “Vea de lo que somos capaces: pero necesitamos de su ayuda para crecer.” Impresionada, la emperatriz de todas las Rusias, manda una cantidad enorme de dinero, para que el tal puerto pueda desarrollarse más todavía. La verdad es que las naranjas habían sido traídas de otros países, a través del Mar Negro. Sin decir mentiras, el billete para la emperatriz tampoco explicaba toda la verdad. Pero, como vine a aprender ni bien desembarqué allí, continuando los 90 días que me propuse de peregrinación por el mundo sin destino definido, la frase más oída en la ciudad es: “Odesa es así” Cuando decidí viajar, sabía que precisaba de por lo menos un compromiso oficial por semana. Eso me ayudaría a resistir la tentación de interrumpir el camino por la mitad y volver para Brasil antes de hora. En este caso, acepté venir a Ucrania por invitación del gobierno, para el foro sobre los 20 años del desastre atómico de Chernobyl. El evento duraría apenas una tarde y el viento estaba llevándome para Ucrania, por lo tanto decidí quedarme una semana más allí. Cuando me preguntaron qué deseaba hacer, expliqué que estaba teniendo encuentros “sorpresa” con mis lectores, normalmente avisando con apenas dos o tres días de anticipación. ¿Dónde sería el tal encuentro? - Odesa – respondí. Todos parecieron muy sorprendidos. Por qué Odesa? Contesto que conocí a Sergey Kostin, que tuvo un proyecto seleccionado por la Fundación Schwab (de la cual soy miembro del directorio). En los encuentros en Davos (la fundación está ligada al Foro Económico Mundial) yo me sentía impresionado con aquel ucraniano que, sin hablar inglés, conseguía mostrar su proyecto y sensibilizar a los hombres de negocios que frecuentan Davos. Sergey insistía en que yo debía conocer su ciudad; como estaba siendo guiado por impulsos y señales, creí que había llegado la hora. Manteniendo la tradición que había empezado en Puente la Reina, pedí al librero local que organizase una fiesta/noche de autógrafos, para 50 lectores elegidos a través de sorteo. Um amigo nos prestó su avión. Cuando desembarcamos, mi representante en Rusia me pidió ver la invitación de la fiesta, y certificarse de que estaba todo bien. Veo sus ojos de espanto. - Pero no tiene fecha, ni local ni hora! Paulo Coelho - Odesa es así – responde el librero. – Los que reciban la invitación telefonearán 3 horas antes y recibirán las informaciones necesarias. Si lo saben antes, tendremos muchas entradas falsificadas. Creemos que no irá nadie, pero le pido a Natasha, que no se preocupe, no tenemos ninguna expectativa, es parte de la aventura. Visito la escalinata donde sucede la escena más fuerte de la película “Acorazado Potemkim”, de Eisenstein. La fiesta es un éxito, aunque, como Odesa es así, realmente aparece mucha más gente de la esperada. El librero me presenta a un hombre gigantesco, a quien le gustaría hacer mi escultura. Ya recibí este tipo de propuesta. Jamás acepté porque sé lo que significa quedarse días posando, y pretendo volver para Kiev al día siguiente. Pero el librero insiste - Apenas una hora. Odesa es así. Es la Pascua Ortodoxa, un día importante para la cristiandad. Siento que debo aceptar sólo para darle el placer, no podré quedarme más de una hora, viajamos enseguida para Kiev. Voy a su estudio con algunos amigos. Alexander Petrovich Tokarev, ese es el nombre del escultor, dice que pasó la a noche en vela rezando en la iglesia, (una costumbre ortodoxa). Aún sin dormir, comienza el trabajo. Yo estoy un poco ansioso: conseguirá algo en tan poco tiempo? Está sudando a mares, sus manos no paran, pero sus movimientos son precisos, una especie de ballet espiritual. Me quedo mirando sus trabajos a mi alrededor, su genialidad y su talento. Entiendo su amor, y su capacidad de realizar cosas que aparentemente son imposibles. Allí, una vez más, me fue recordado que cuando se desea algo, todo el Universo conspira a favor. Al final de una hora la escultura está lista. Pero por qué debo sorprenderme? Odesa es así! P.D.: las fotos del clicando en Galeria de Fotos trabajo pueden ser vistas © Traducción: María Angélica La Valle de Uranga