Las masas imponen el traslado del rey a París | Contexto

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Tipo de documento: Fragmento de libro
Autor: Valeria Ianni
Título del libro: La Revolución Francesa
Editorial: Ocean Sur
Lugar de publicación: México
Año de publicación: 2011
Páginas: 42-44
Temas: Fuerzas populares, Movimiento social popular
Las masas imponen el traslado del rey a París
A pesar de todos los cambios, la Asamblea y el rey seguían estando en Versalles. Allí estaba la Corte desde que Luis
XIV decidiera sacarla de París. Versalles quedaba lo suficientemente cerca de esta ciudad como para que las
informaciones llegaran rápido pero, a la vez, lo suficientemente lejos como para aislar a la Corte de las conspiraciones
e intrigas de la aristocracia capitalina.
Puesto en marcha el proceso revolucionario que había arrastrado a las masas a la escena política, el pueblo de París
consideró que no debía existir distancia entre el lugar donde se tomaban las decisiones y la ciudad en la que tenían
lugar los principales acontecimientos.
Desde septiembre, Luis XVI mostraba su oposición a dos medidas claves de la Revolución: los decretos del 4 y 5 de
agosto que abolían la feudalidad, y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano del 26 de agosto de
1789. El modo en que lo hacía consistía en retrasar la promulgación de esas medidas. La exigencia de la Asamblea de
que se acelerara la sanción recibió como respuesta un nuevo acantonamiento de tropas en París.
El 1ro. de octubre, la guardia del rey ofreció un banquete para recibir al regimiento recién llegado. Durante el festín, en
el que participó también la familia real, se insultó a la Asamblea y a la soberanía nacional y varios pisotearon la
escarapela que desde las jornadas de julio simbolizaba la Revolución. El desparpajo de la familia real indignó a la
multitud. Hacía varias semanas que periodistas y oradores revolucionarios proponían una marcha sobre Versalles para
reducir el poder de la corte. Al frente de las denuncias de conspiración e intriga, surgió la legendaria figura de
Jean-Paul Marat (1743-1793), con su periódico El amigo del pueblo.4 Gracias a la acción sistemática de propaganda y
agitación de militantes como él, y muchos otros con nombres menos célebres, el pueblo pudo hacer una lectura política
de sus problemas (Rudé b).
El día 5 de octubre de 1789 una multitud encabezada por mujeres marchó sobre Versalles. Lafayette, temeroso de que
la iniciativa lo desbordara, aceptó ponerse a la cabeza del grupo para tratar de atemperar los ánimos. Los reclamos
eran varios y mostraban cómo la movilización de las masas había superado el plano de lo estrictamente económico
inmediato. Estaba incluida la demanda de garantizar la provisión de pan a París. Pero este objetivo aparecía junto (y
subordinado) a la exigencia de que se respetase la libertad, que el rey sancionara los decretos de la Asamblea, que se
reparara la humillación ejercida en contra de la escarapela y que el gobierno se trasladara a París.
Luis XVI aceptó sin mayores remilgos dar la sanción real a los decretos pero se negaba a abandonar Versalles. La
multitud se mantuvo durante la noche del 5 al 6 de octubre en los jardines, esperando y presionando para que se
realizara el traslado. Ante la negativa del rey, por la madrugada los hombres y mujeres del pueblo de París entraron por
la fuerza en el palacio y ajusticiaron a varios guardias del palacio. Cuando Lafayette y la Guardia Nacional lograron
controlar la situación, la familia real se asomó a los jardines donde la multitud gritaba: «¡A París!».
Finalmente, la familia real tuvo que ceder y dejó para siempre Versalles y se instaló en el Palacio de las Tullerías.5 La
fracción de diputados que durante los primeros meses de revolución había dirigido el proceso, defensores acérrimos de
la monarquía (con el adjetivo de constitucional) y partidarios de la negociación y el compromiso a cualquier precio con
el rey, fueron repudiados. Muchos abandonaron sus bancas y se pasaron de lleno al campo de la contrarrevolución. La
conducción pasó a quienes encabezaban, en ese momento, el ala más radical nucleada alrededor del llamado
«triunvirato», formado por los hermanos Lameth, Barnave (1761-1793)6 y Duport.
4
. El periódico de Marat cambió de nombre varias veces. Pero en todos ellos Marat firmaba sus artículos como «el
amigo del pueblo».
5
. El Palacio de las Tullerías estaba unido al edificio donde hoy está el museo del Louvre, pero fue destruido cuando
las tropas reaccionarias se acercaban a París para derrotar a la Comuna en 1871.
6
. Barnave fue uno de los primeros intelectuales que sostuvo que la lucha de clases que ocurría en Francia tenía en
sus raíces en el antagonismo entre dos formas de propiedad.
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