Escena de Der Freischütz en Buenos Aires Ópera en Argentina por Gustavo Gabriel Otero Der Freischütz en Buenos Aires Foto: Liliana Morsia Mayo 24, 2011. Teatro Avenida. La Asociación Buenos Aires Lírica ofreció una nueva puesta en escena de la obra maestra de Carl Maria von Weber en una versión correcta con ningún elemento discordante pero tampoco nada demasiado sobresaliente. En el plano visual, Mercedes Marmorek optó por situar la obra alrededor del año 1890. Este cambio rompió con la atmósfera de cazadores, demonios, brujas, niebla, misterio y credulidad que tiene la obra. La marcación actoral de resultó correcta, pero su concepto fue fallido. La escenografía de María José Besozzi y el vestuario de Lucía Marmorek lucieron buen diseño y confección e, indudablemente, se adecuaron al concepto de la puesta. Irregular la iluminación de Alejandro Le Roux. El maestro Javier Logiogia Orbe condujo una lectura morosa de la partitura, sin demasiada unidad y con notables pifias de los vientos. En el protagónico Enrique Folger fue un Max convincente. A su lado brilló la Agathe de Carla Filipcic Holm. Sólidos recursos evidenció Hernán Iturralde como Caspar. Interesante resultó María Belén Rivarola (Ännchen), mientras que Walter Schwarz (Kuno y Samiel) asumió su cometido con profesionalismo. Efectivo resultó el resto del elenco en sus breves roles, así como el Coro de la entidad preparado por Juan Casasbellas. julio-agosto 2011 Madama Butterfly en La Plata Mayo 15, 2011. Teatro Argentino. El Teatro Argentino de La Plata ofreció Madama Butterfly con un intento de renovación escénica, al trasladarla al período que va entre las dos guerras mundiales del siglo XX. El primer acto, en lugar de estar localizado en la casa que alquila Pinkerton en las colinas de Nagasaki, se ubica en un miserable cabaret. En la segunda parte vemos una miserable casa de madera en un cruce de calles cercano al puerto rodeada de carteles, pobreza y tapiales. El diseño de la escenografía realizado por Juan Carlos Greco es excelente. La cuidadísima producción se enmarca con el estilizado vestuario de Stella Maris Müller. Sorprende la calidad del producto fruto de las labores de los equipos técnicos del teatro Argentino. Rita Cosentino en la dirección escénica no deja detalle al azar en su concepción. Se nota un trabajo detallista de marcación actoral y de reflexión profunda para que cada acción sea lo más coherente posible con el texto. El resultado final no sorprende pero tampoco decepciona. El maestro Tulio Gagliardo Varas condujo con pericia y oficio la Orquesta Estable del Argentino de La Plata. La soprano Daniela Tabernig puso en evidencia su amplio caudal, su buena línea de canto y su profesionalismo en este primer acercamiento a Cio-Cio-San. Salió airosa en todo sentido del difícil compromiso y fue ovacionada por el público. El tenor chileno Pedro Espinoza interpretó un convincente Pinkerton. Parece sufrir cuando emite pero cumple con los requerimientos del rol. El barítono Víctor Torres compuso un Sharpless de excelencia vocal y compenetración actoral, al igual que Alejandra Malvino con su pro ópera Escena de Madama Butterfly en La Plata Die Zauberflöte en Buenos Aires Mayo 15, 2011. Teatro Colón. El Teatro Colón de Buenos Aires presentó, como inicio de su temporada lírica 2011, la penúltima ópera de Mozart en una nueva puesta en escena. Sergio Renán concibió una puesta respetuosa y tradicional, pero con todos los avances tecnológicos para cautivar al público actual. Los cambios escenográficos fueron ágiles y cada escena tuvo una ambientación distinta y perfecta. Como complemento ideal de la monumental escenografía, responsabilidad de Juan Pedro de Gaspar, y la creatividad multimedia, se lució la iluminación de Juan Gómez Cornejo y el colorido y fantasioso vestuario de Renata Schussheim. Inexistente resultó la coreografía de Diana Theocharidis. Frédéric Chaslin condujo la Orquesta Estable con tiempos rápidos y texturas diáfanas como se interpreta hoy a Mozart. La respuesta de la orquesta fue muy buena, considerando su prolongado período de inacción conjunta de más de medio año fruto de los conflictos gremiales. El elenco de cantantes lució sólido y homogéneo. Darío Schmunk fue un Tamino seguro, musical y con voz bien trabajada. En un rol que domina ampliamente. Lyuba Petrova ofreció una bella Pamina de adecuada línea vocal, aunque ya se le nota un pequeño vibrato. Alina Kutan sorteó con excelente material las dificultades de la parte de La reina de la noche, mientras que el Sarastro de Reinhard Hagen lució poderosos recursos y perfecta proyección. De gran simpatía y excelencia vocal el Papageno de Markus pro ópera Werba. Con corrección se mostró Laura Belli en el pequeño rol de Papagena, mientras que Osvaldo Peroni fue un Monostatos de mejor actuación que canto. Irreprochables las tres Damas de la Reina de la Noche (Virginia Wagner, Florencia Machado y Mónica Sardi) luciendo, además, bellísimas piernas. Ajustados los tres genios interpretados por Tobías Campos, María Constanza Leone y Solana Figuera. De perfecto estilo el Orador de Fernando Radó e irregulares los dos hombres de la armadura: Fernando Chalabe demasiado estentóreo y Mario de Salvo sin volumen. Con la calidad habitual el Coro Estable que dirige Peter Burian. Foto: Teatro Argentino Suzuki. Muy interesante en la faz vocal y en la marcación actoral el Goro de Sergio Spina, mientras que el resto del elenco así como el Coro resultaron correctos. Alina Kutan (La reina de la noche) y Lyuba Petrova (Pamina) julio-agosto 2011