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21-A-2003
REF.21-A-2003.
CAMARA DE FAMILIA DE LA SECCION DEL CENTRO: SAN SALVADOR A
LAS OCHO HORAS CON TRES MINUTOS DEL DIA QUINCE DE MARZO DE
DOS MIL CUATRO.
Conocemos del recurso de apelación interpuesto por el Lic. ROBERTO MORALES
HENRÍQUEZ, apoderado del señor ********************, de cuarenta y dos años de
edad, empleado, del domicilio de Los Angeles, Estado de California, E.U. contra la
sentencia dictada por la Licda. MARIA ELIZABETH CASTRO ZELAYA de ARÉVALO,
JUEZ DE FAMILIA DE SAN MARCOS, en el proceso de divorcio, promovido por el
impetrante contra la señora ****************, de treinta años de edad, de oficios del
hogar, de domicilio ignorado, quien es asistida legalmente por la Procuradora de Familia
Adscrita a ese Juzgado, Licda. ANA GLADYS CALDERON MORALES.
VISTOS LOS AUTOS Y CONSIDERANDO:
I. Que por sentencia de fs. 41/44, pronunciada el día siete de enero de dos mil tres, la jueza
a quo, resolvió en síntesis declarar NO HA LUGAR al divorcio solicitado por el Licenciado
ROBERTO MORALES HENRÍQUEZ como apoderado del señor **********, contra la
señora ***********.
La jueza motivó su decisión manifestando que la parte actora ofreció prueba testimonial
para demostrar la causal de divorcio. Aquélla fue insuficiente para ese propósito. Así, a los
dos testigos que declararon, les constaba únicamente que el demandante salió del país y que
mantenía relaciones familiares con su esposa e hijos. No les constaba fecha cierta de la
separación conyugal. Que ésta fue un acuerdo de ambos con el propósito de mejorar las
condiciones económicas de la familia.
II. Inconforme con el punto decidido, el Lic. MORALES HENRÍQUEZ, presentó apelación
a fs. 45, la que fundamentó en síntesis de la manera siguiente: que su poderdante
inicialmente vivía con su esposa e hijos, en Colonia California, Km tres y medio Carretera
que conduce a los Planes de Renderos en casa número veinte. El viajó a los E.U. en el mes
de marzo de 1997. Después su esposa cambió de domicilio, el cual es ignorado por aquél,
aspectos que originaron la separación conyugal.
Que la separación conyugal, en base al Art. 106 ord. 2° C.F., se configura mediante una
separación física, de lo contrario no hay separación conyugal.
Que en todo caso existe esa separación y una nula comunicación de los cónyugues, según la
prueba testimonial, se demuestra que los testigos desconocen la vida familiar de la pareja.
El primer testigo, se contradijo en la fecha de la supuesta separación, ya que hizo referencia
al año mil novecientos setenta y nueve. Éste sólo se ha relacionado con el demandante vía
telefónica. No le consta como sucedieron los hechos, por lo que no dio razón suficiente de
su declaración, según el Art. 318 Pr. C.
El segundo testigo, al igual que el primero no le consta de vista los hechos, solo de oídas.
Ambos testigos concluyen que existió separación física, pero ello fue por acuerdo mutuo de
la pareja, con el objetivo de mejorar la situación económica de la familia, por lo que no se
infringió su deber de vivir juntos, Art. 36 inc. 2° C.F. Además, ellos desconocen más
hechos y solo se han comunicado telefónicamente con el demandante. Pidió no se conceda
el divorcio.
III. El decisorio de esta Cámara radica en determinar si se demostró la separación de los
cónyugues durante uno o más años consecutivos, en su caso que se decrete el divorcio o por
el contrario, se declare sin lugar lo solicitado.
Para acceder a este tipo de pretensión, deben demostrarse elementos objetivos, es decir
hechos ocurridos en la vida de los cónyugues (separación física); también elementos
subjetivos (separación moral – espiritual) que determinen el ánimo en el accionar de la
pareja o en uno de ellos. Este último punto puede inferirse de los hechos concretos.
El Art. 106 ord. 2° C.F. solo exige la comprobación de por lo menos un año o más de
separación conyugal.
Dentro del proceso, tenemos como antecedente, que en la demanda, se dijo que los
cónyugues se separaron desde el diez de marzo de mil novecientos noventa y siete, ya que
viven en casa separadas.
La parte actora, para demostrar esa pretensión ofreció prueba testimonial.
En la declaración de los testigos, ********** y ********** a fs. 41/44, se observa, que
ninguno de ellos aporta ningún dato respecto a la vida actual de la demandada, señora
*************.
El primer testigo, dijo que el demandante, Sr **************, viajó a los E.U. en marzo
de mil novecientos noventa y siete, lo que originó una separación física de la pareja, hecho
que fue acordado con la cónyugue. Que justo antes de la separación, la relación de pareja
era buena.
El segundo testigo, por el contrario dijo que la demandada no estaba de acuerdo.
Es decir, los testigos no son contestes en ese punto, sin embargo, ambos expresaron que al
sostener conversación telefónica con el demandante este les ha manifestado su deseo de
ayudar económicamente a sus hijos.
Si tomamos en consideración la crisis económica de la familia salvadoreña, resulta que una
gran mayoría de la población decide emigrar a los E.U. con el objeto de lograr mejores
condiciones de vida, por lo que podemos concluir que muy probablemente, el motivo de la
separación tuvo el propósito de mejor la condición económica del matrimonio.
Con ello, no se demostraría la separación conyugal que justifique el divorcio, porque no se
infringiría en este caso el deber de vivir juntos, Art. 36 C. F.
Pero lo más importante es que ninguno de los testigos conoce los hechos objetivos de vida
de los cónyugues, puesto que ninguno ha visitado en el extranjero al demandante y
desconocen el paradero actual de la demandada; por lo que no pueden dar fe de la
separación de la pareja.
El primer testigo, para el caso, no menciona que los cónyugues se separaron en la fecha
relacionada, expresó, que se separaron en el año mil novecientos setenta y nueve, aunque
obviamente se trata de un error, lo que se extrae del contexto de su declaración, puesto que
dijo conocer a los cónyugues desde el año 1992 y que el demandante viajó en marzo de mil
novecientos noventa y siete. Pero en todo caso es un testigo de oídas, pues no le consta
directamente la separación, solo aquello que le ha expresado la parte actora. Así, también
tiene conocimiento únicamente que el Sr ************* viajó a E.U., lo que se
complementa con la prueba documental, según poder anexado a fs. 8/10, pero no da más
detalles de su actual vida familiar y menos de la demandada.
El segundo testigo, apenas ha mantenido contacto con la parte demandada, aquel al igual
que el primero solo conoce algunos hechos por referencia del mismo actor.
Tampoco fue posible realizar el estudio social que pudiera haber aportado algún otro
elemento a valorar.
El apelante en su alzada expresa otros hechos, que no alegó en su demanda y no están
demostrados, referidos a que su poderdante actualmente tiene otra compañera de vida,
aspecto que no puede ser valorado en esta instancia, por no haberse comprobado en el
proceso.
Por todo lo anterior, no se han demostrado los hechos que prueben la separación conyugal.
Por tanto; con fundamento en lo precedente y en los artículos 106 ord. 2° del C. F. 147,
153, 156, 158, 160, 161 y 218 de la Ley Procesal de Familia, 427 y 428 del Código de
Procedimientos Civiles, a nombre de la República de El Salvador esta Cámara FALLA:
Confirmase la sentencia que declaró sin lugar el divorcio entre los señores
**************** y ***************. Devuélvanse los originales al Juzgado remitente
con certificación de esta sentencia.
Notifíquese.
PRONUNCIADA POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS
DOCTOR JOSÉ ARCADIO SÁNCHEZ VALENCIA Y
LICDA. RHINA ELIZABETH RAMOS GONZÁLEZ.
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