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En nombre de la ciencia
Ante las noticias que se suceden sin cesar sobre todo lo que ocurre en este planeta, muchas
personas toman conciencia de que para estar bien informados es preciso conocer la Historia.
Pretendiendo rescatar esta memoria histórica, y ante los desafÃ-os inevitables de la bioética,
conviene recordar acontecimientos importantes en la historia de las ciencias. Emilio Carmona
Doctorado en BiologÃ-a molecular
[email protected]
Ante las noticias que se suceden sin cesar sobre todo lo que ocurre en este planeta, muchas personas
toman conciencia de que para estar bien informados es preciso conocer la Historia. Pretendiendo rescatar
esta memoria histórica, y ante los desafÃ-os inevitables de la bioética, conviene recordar
acontecimientos importantes en la historia de las ciencias. Si hojeamos libros y artÃ-culos de finales del
siglo XIX y principios del XX, veremos qué concepto de la bioética se tenÃ-a entonces. Antes de la
Segunda Guerra Mundial, la eugenesia (selección de una raza superior) estaba bien vista, y cualquiera que
se opusiese era un retrógrado que pretendÃ-a frenar el progreso de la humanidad. Algunos escritores,
como G. K. Chesterton, J. R. R. Tolkien o C. S. Lewis, advirtieron ya de los peligros del cientificismo, pero la
propaganda positivista de J. Huxley, E. Haeckel, Haegel, Feuerbach y C. Marx (entre otros) sobre la fe en
"la todopoderosa Ciencia, demostrada en el triunfo del Darwinismo sobre la obsoleta religión" impulsó la
idea del imperativo tecnológico ("Todo lo que puede hacerse se hará"). Pero ¿puede existir ética sin
religión?. Algún tipo de ética siempre existe, pero ¿qué ética se forjó en la primera mitad del siglo
XX?.
Los alumnos de carreras de ciencias (y todo el mundo) tienen archiconocidos los enfrentamientos
históricos entre ciertos cientÃ-ficos y la posición teológica dominante de su época (que estén bien
informados de todo lo que se dijo entonces es harina de otro costal): Galileo y Darwin se citan como casos
paradigmáticos. Lo que no todos conocen tan bien es que en la Historia se han dado igualmente casos
paradigmáticos de enfrentamientos de una minorÃ-a (cientÃ-fica, religiosa o de otra Ã-ndole) contra la
postura predominante de la comunidad cientÃ-fica. Y la eugenesia de principios del siglo XX es ese caso.
Estaba "cientÃ-ficamente demostrado" que la raza blanca o caucásica era la más evolucionada de todas
las existentes, siendo los negroides los más próximos a nuestros antepasados simiescos. Y "por
supuesto", las personas con sÃ-ndromes genéticos suponÃ-an una amenaza al progreso de la especie.
DebÃ-an ser abortados, esterilizados, o incluso utilizados para experimentación. Al fin y al cabo, su vida
era "inferior". Una nación progresista -Alemania- se atrevió a llevar estas ideas a la práctica. Y el mundo
entero se dio cuenta de la barbaridad que suponÃ-a aquello. La eugenesia es hoy reconocida como una
atrocidad, y lo que ocurrió entonces se asocia inequÃ-vocamente a posturas polÃ-ticas radicales.
Pero no hay más que coger el periódico o ver ciertos documentales para notar que está surgiendo un
nuevo tipo de eugenesia. Un cientÃ-fico alemán decÃ-a el año pasado en unas declaraciones a "El
paÃ-s" que habÃ-a que domesticar al ser humano mediante la genética, porque llevamos la agresividad
en los genes. Y añadÃ-a: "La gente se escandaliza de esto porque lo dice un alemán, pero si lo dijese un
cientÃ-fico americano no pasarÃ-a nada". A esto podrÃ-amos añadir las noticias sobre aplicaciones
"erróneas" de la eutanasia en Holanda, la inadmisión en la UVI de mayores de 70 años en Dinamarca, el
tráfico de fetos humanos con fines "médicos", los abortos horas antes de cumplir los nueve meses, los
maltratos en centros de personas mayores o los de enfermos mentales (de los que nadie se entera, "y no
pasa nada"), etcétera.
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Hoy no queremos seleccionar a nadie por su etnia o nacionalidad, pero ¿qué actitud está tomando la
sociedad hacia las personas con sÃ-ndromes genéticos, los enfermos graves, los embriones y fetos
humanos "que sobran", los inadaptados...? ¿Nos "estorban"? ¿Se preocupará alguien si son
eliminados?. Conviene tener olfato histórico, porque aquellos que olvidan su Historia, tienden a repetirla.
Autor: Emilio Carmona Doctorando en Biología molecular
En nombre de la ciencia, España 2006
SE PUEDE usar este material con toda libertad, citando la fuente.
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