Muchas propiedades de este pueblo lucen un candado en la puerta

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LATERCERA Domingo 2 de febrero de 2014
FOTOS:RICHARD ULLOA
RR Los trabajadores construyen nuevas viviendas.
menzaran las obras recién el
año pasado.
El catastro del Ministerio
de Vivienda indica que 162
familias recibieron el beneficio. De ese grupo, 56 corresponden a rehabilitaciones de propiedades patrimoniales y 106, a casas
nuevas. Setenta de ellas están en obras, aclara la cartera. Juan Hormazával Figueroa, quien tenía una casa de
100 años, dice que también
postuló a la ayuda, pero la
casa nueva no llegó. “Y uno
se pregunta: ¿Por cuánto
tiempo tendré que vivir en
una mejora con mi esposa y
dos hijos? Nadie dice nada”.
Por ahora, guarda como un
tesoro algunas tejas de su
antiguo hogar, con el fin de
reponerlas algún día.
En la vecina calle San Ambrosio, Margarita Amaya
conversa con sus maestros
sobre los avances de su obra.
Se ve contenta, pues en noviembre comenzaron las
faenas: “Mi casa era de adobe, la compré con mi esposo y acá crecieron mis hijos.
Se cayó, pero tendré una
nueva. Aunque nunca será
lo mismo, porque tenía cuatro dormitorios, era fresca
en verano por lo grande”.
Dice estar conforme, aunque le inquieta pasar otro
invierno en la mediagua que
le dieron tras el terremoto.
La directora del Serviu del
Maule, Clarisa Ayala, califica el proceso como “positivo”, aunque admite que los
plazos se han extendido por
“baja cantidad de profesionales que trabajen este ru-
RR Las casas patrimoniales fueron afectadas.
Muchas propiedades
de este pueblo lucen
un candado en la
puerta y una letra
“X” y la leyenda:
“Inhabitable”.
Se construyen 106
viviendas, de las
cuales 70 están en
obras. Además, se
reparan 56 casas
patrimoniales.
La directora del
Serviu del Maule
califica el proceso
como “positivo” y
admite que los
plazos se
extendieron.
bro”. Por ejemplo, hubo un
consultor que no logró la
aprobación de los proyectos,
lo cambiaron y generó demoras. Cada diseño lo revisa
el consejo, lo que también
lleva tiempo. Luego, se buscaron constructoras interesadas, pero en la comuna hay
pleno empleo y poca especialización en patrimonio.
Junto con los vecinos que ya
tienen sus obras en curso,
hay otros que, expectantes,
aún no han visto cambios en
sus propiedades. Cristián
Orellana cuenta que la casona aún está inhabitable, la
que será remozada: “Para mí
es vital, porque es la única
herencia familiar. Quiero
volver a tener una hermosa
casona, pero no pasa nada”.
Del total de rehabilitaciones
patrimoniales, todas están
aprobadas, pero no se inician. El mismo caso vive la
Parroquia San Ambrosio,
emplazada en el siglo XIX, la
que se derrumbó en 2010.
Francisco Hormazával, párroco local, sostiene que
mientras no cuentan con una
iglesia, realizan las misas en
una carpa al aire libre. “Mantengo viva la esperanza”,
dice. El MOP realizó el diseño e informó que luego de
esto se buscará financiamiento para la edificación en el
gobierno regional en 2014.
Christian Muñoz es presidente de la Cámara de Comercio local y dueño de un
inmueble erigido en 1782.
Vigila a los maestros que reconstruyen su casona todos
los días: “¿Sabe cuál es la
conclusión? Mucha gente
quería que el pueblo dejara
de ser Zona Típica, porque
eso impidió que se edificara
en menor tiempo”. Admite,
sin embargo, que pese a lo
sucedido, “hay turismo y
pese a todo quieren ver lo
que quedó. Alguien debió
haber agilizado esto”.
El director de Obras del
municipio, Francisco Rojas,
plantea que aún no hay personas viviendo en sus casas
patrimoniales, pero afirma
que “ha sido un desafío mayor construir y generar una
guía especial para poder diseñar y preservar. Estamos
trabajando para que en el
menor plazo posible los vecinos puedan retornar”.b
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