Quinta Semana: Perdón de Dios

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Celebraciones para Cuaresma
Quinta Semana: Perdón de Dios
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Canto inicial
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Introducción:
(Volved a mí, yo soy tu Dios…)
Entender el perdón de Dios tiene una dificultad casi
insuperable, porque nos empeñamos en proyectar
sobre Dios nuestra propia manera de perdonar. El
perdón de Dios es anterior al pecado. Y su amor no
acaba cuando fallamos. En realidad Dios es solo
amor, pero nosotros lo descubrimos como perdón,
cuando nos sentimos perdonados.
(silencio)
Dios y Señor nuestro: te damos gracias por
ser como eres. Queremos creer en tu
bondad y en tu amor y te prometemos
difundir a nuestro alrededor esta imagen
tuya de un buen Padre.
Contamos con tu ayuda. Es lo que te
pedimos humildemente en nombre de
Jesucristo, tu hijo, nuestro guía y hermano.
Amén.
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Lectura del libro de la Sabiduría (11, 22-26)
Señor, el mundo entero es ante ti como grano de arena en la balanza, como gota de
rocío mañanero que cae sobre la tierra.
Te compadeces de todos, porque todo lo puedes, cierras los ojos a los pecados de los
hombres para que se arrepientan. Amas a todos los seres y no aborreces nada de lo
que has hecho; si hubieras odiado alguna cosa, no la habrías creado. Y, ¿cómo
subsistirían las cosas si tú no lo hubieses querido?
Por eso corriges poco a poco a los que caen, les recuerdas su pecado y los reprendes,
para que se conviertan y crean en ti, Señor.
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Lectura del evangelio de Lucas (15,11 -32)
Jesús dijo la siguiente parábola:
–Un hombre tenía dos hijos. El menor dijo al padre: Padre, dame la parte de la
fortuna que me corresponde. Él les repartió los bienes. A los pocos días el hijo menor
reunió todo y emigró a un país lejano, donde derrochó su fortuna viviendo una vida
desordenada. Cuando gastó todo, sobrevino una carestía grave en aquel país, y
empezó a pasar necesidad. Fue y se puso al servicio de un hacendado del país, el cual
lo envió a sus campos a cuidar cerdos. Deseaba llenarse el estómago de las bellotas
que comían los cerdos, pero nadie se las daba. Entonces recapacitando pensó: A
cuántos jornaleros de mi padre les sobra el pan mientras yo me muero de hambre. Me
pondré en camino a casa de mi padre y le diré: He pecado contra Dios y te he
ofendido; ya no merezco llamarme hijo tuyo. Trátame como a uno de tus jornaleros. Y
se puso en camino a casa de su padre. Estaba aún distante cuando su padre lo divisó y
se enterneció. Corriendo, se le echó al cuello y le besó. El hijo le dijo:
–Padre, he pecado contra Dios y te he ofendido, ya no merezco llamarme hijo tuyo.
Pero el padre dijo a sus sirvientes:
–Enseguida, traigan el mejor vestido y vístanlo; pónganle un anillo en el dedo y
sandalias en los pies. Traigan el ternero engordado y mátenlo. Celebremos un
banquete. Porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido, se había perdido y ha
sido encontrado. Y empezaron la fiesta. El hijo mayor estaba en el campo. Cuando se
acercaba a casa, oyó música y danzas y llamó a uno de los sirvientes para informarse
de lo que pasaba. Le contestó:
–Es que ha regresado tu hermano y tu padre ha matado el ternero engordado, porque
lo ha recobrado sano y salvo. Irritado, se negaba a entrar.
Su padre salió a rogarle que entrara. Pero él le respondió:
–Mira, tantos años llevo sirviéndote, sin desobedecer una orden tuya, y nunca me has
dado un cabrito para comérmelo con mis amigos. Pero, cuando ha llegado ese hijo
tuyo, que ha gastado tu fortuna con prostitutas, has matado para él el ternero
engordado. Le contestó:
–Hijo, tú estás siempre conmigo y todo lo mío es tuyo. Había que hacer fiesta porque
este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido, se había perdido y ha sido
encontrado.
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Compartimos resonancias de la Palabra
Se propone un tiempo para compartir lo que nos ha dejado la Palabra, lo que nos invita a
rezar y contemplar. Algunos puntos de reflexión (que más que leerse pueden servir al
animador para motivar el compartir):
1. El Dios de Jesús es, sobre todo, Abbá; es decir, padre y madre que se entrega
incondicionalmente a sus criaturas. Es amor, misericordia y compasión.
2. Decimos que Dios ama porque Él es amor. Dios no nos ama porque seamos buenos,
al contrario, seremos buenos cuando hayamos descubierto el amor infinito del Padre.
La misericordia de Dios es gratuita y eterna.
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3. Además de leerse el evangelio puede verse el siguiente video que presenta una
versión “moderna” de la lectura.
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=rxZPDSdPmuY
4. Dejemos tiempo de ecos, acción de gracias y súplicas.
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Padrenuestro
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Canto Final (el mismo que al inicio)
Las oraciones y algunos de los textos de esta celebración están tomados
del libro “60 encuentros eucarísticos”, de la colección feadulta.com
A lo largo de estas celebraciones
cuaresmales sería bueno mantener algunos
signos en todas ellas: la Biblia abierta, una
vela, la cruz, cenizas…
Y ubicar visible la palabra que orienta cada
celebración (perdón, en este caso), para
ver el camino hecho.
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