Patrones y estilos de comunicación de la pareja: Diseño de un

Anuncio
© Copyright 2003: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia
Murcia (España). ISSN: 0212-9728
anales de psicología
2003, vol. 19, nº 2 (diciembre), 257-277
Patrones y estilos de comunicación de la pareja: Diseño de un inventario
Rozzana Sánchez Aragón* y Rolando Díaz Loving
Universidad Nacional Autónoma de México
Resumen: El papel de la comunicación en las relaciones íntimas ha sido abordado por la investigación psicológica y social
desde hace más de treinta años (p.e. Norton, 1978, Fitzpatrick,
1987, 1988; Noller, Petersen y Feeney, 2001). Dentro de este
campo, se ha prestado especial atención a los patrones y estilos
de comunicación presentes durante el intercambio simbólico
llevado a cabo por las parejas. En este trabajo particular, se
identificaron los estilos utilizados por parejas mexicanas mediante metodologías etnopsicológicas y en base a las tipologías
encontradas en la literatura (p.e. Satir, 1986; Miller, Nunnally y
Wackman, 1976), con el fin de desarrollar un instrumento de
medida de los estilos de comunicación universal pero culturalmente sensible. Los resultados indican dimensiones válidas,
confiables y culturalmente sensibles en la medición de la gama
de estilos positivos y negativos que en México las personas con
pareja usan para comunicarse, surgiendo estilos característicos
como: Empático y Social Expresivo, Social Afiliativo, Social
Auto-modificador, Simpático y Social Normativo, Maquiavélico, Chismoso e Hiriente e Irritante Expresivo. Se presentan los
atributos estadísticos y normativos para cada dimensión así
como su conceptual relación con la investigación y los instrumentos de medida previos.
Palabras clave: Comunicación; patrones; estilos; interacción
entre la pareja; inventario.
Tradicionalmente se ha considerado a la comunicación como un proceso simbólico y transaccional, es decir, un trayecto en donde la conducta verbal y la no verbal funcionan como
símbolos creados, los cuales permiten compartir significados, interactuar, al mismo tiempo
que profundizar en el conocimiento propio y
de otras personas (Satir, 1986). Así, la comunicación abarca una amplia gama de signos que
representan cosas, sentimientos e ideas, lo que por ejemplo- permite a las parejas usar los besos, la comida especial y bromear como símbolos de amor; o el silencio y la distancia como
* Dirección para correspondencia: Rozzana Sánchez Aragón. Unidad de Investigaciones Psicosociales.
Facultad de Psicología. Universidad Nacional Autónoma de México. Av. Universidad 3004, Col. CopilcoUniversidad, C.P. 04510 México, D.F.
E-mail: [email protected]
Title: Development of a couple communication style inventory
Abstract: The role of communication in intimate relations
has become a major area of psychological and social research in the past thirty years (e.g. Norton, 1978, Fitzpatrick, 1987, 1988; Noller, Petersen y Feeney, 2001).
Within the field, special attention has been given to behavioral patterns and communication styles present during the
symbolic exchange conducted by couples. In this particular
paper, the styles used by Mexican couples were identified
by means of ethnopsychological methodologies and compared with does described in the international literature
(e.g. Satir, 1986; Miller, Nunnally y Wackman, 1976), in order to develop a universal, yet culturally sensitive measurement instrument of communication styles. Among the
conceptually clear factor validated dimensions found in
Mexico, an Empathic and Social Expressive, Social Affiliative, Social Self modifying, Simpatico y Social Normative,
Machiavellic, Gossiping e Hurtful and an Irritant Expressive dimension appeared. Statistical and normative attributes are presented for each dimension as well as their conceptual relation with previous research and measurement
instruments.
Key words: Communication styles; patterns; couple interaction; inventory.
muestras de enojo. De igual forma, durante la
comunicación cada uno de los miembros de la
díada impacta en el otro al compartirle información de índole personal (auto-divulgación) o
no personal, lo que crea una realidad particular
a cada pareja (Derlenga, 1984). De esta manera,
la comunicación representa el medio idóneo
para que una persona exprese apertura y obtenga a la vez retroalimentación acerca de sí
misma, apoyo, aceptación y confirmación de
que es un individuo digno para establecer una
relación íntima exitosa. Este mecanismo, actúa
como una entidad facilitadora en la emisión de
ciertos comportamientos dirigidos a organizar
la relación (toma de decisiones, manejo de conflicto), pues a través de ella, se asignan funciones y papeles y con ello se crea una visión conjunta del mundo (Fitzpatrick, 1988).
Inmersos en el proceso de la comunicación,
se encuentran dos elementos que en forma
- 257 -
258
Rozzana Sánchez Aragón y Rolando Díaz Loving
conjunta determinan la interacción, la afectividad y el conocimiento que se genera en la relación de pareja. Estos factores son el contenido
que comprende los temas o áreas de interés sobre los cuales la pareja se comunica, su frecuencia o cantidad y el estilo de comunicación,
que refleja la o las maneras en que esa información es transmitida (Nina Estrella, 1991). En
este contexto, es de particular interés para la
investigación psico-social, conocer cómo funciona el proceso de comunicación, y con ello
lograr identificar los patrones o redundancias
que a través del tiempo y del espacio se mantienen (Watt y VanLear, 1996) cuando las personas intercambian información relevante para
ellas; de tal modo que –a futuro- sean predecibles. Los patrones pueden ser genéricos a un
grupo social o idiosincrásico a un individuo o
diada, sin embargo, cuando se hace referencia a
pautas socio-culturales, estos patrones son relativamente estables y muestran continuidad y
cambio sólo de una generación a otra, aunque
dependen del grado de intimidad y tipo de relación que se tenga con la otra persona. A pesar
de que se conceptualiza a la estabilidad y el
cambio como formas opuestas de un fenómeno, cabe mencionar que no necesariamente lo
son y que quizá puedan ser vistos como complementarios, en donde el patrón de comunicación se vea modificado pero a la vez guarde los
elementos que lo crearon.
El estudio de los patrones1 de comunicación se remonta al trabajo pionero de McLeod
y Chaffee en la Universidad de Wisconsin en
los 60’s (Tims y Masland, 1985), en donde el
enfoque se centraba en cómo el ambiente de
comunicación del niño podía determinar su
punto de vista de la realidad social. La idea que
1
En el presente trabajo se considerará patrón y estilo como términos intercambiables ya que la literatura indica que
Estilo es la forma verbal y no verbal de interactuar con
signos que poseen significado literal que deberán ser filtrados e interpretados (Norton, 1978); y patrón es conceptualizado como redundancias que se tienen al comunicar algo
(Watt, et al. 1996). Con base en esto es posible identificar
que la conducta de comunicar representa disposiciones
verbales y no verbales (símbolos) que forman hábitos (o
redundancias) que son interpretados con quien se interactúa.
anales de psicología, 2003, vol. 19, nº 2 (diciembre)
subyace a esta idea, es que el niño aprende su
estilo de comunicación a través de la interacción repetida con amigos, maestros y especialmente con los padres. Una vez establecido, este
estilo se mantiene y define el marco de referencia y la estructura de las interacciones interpersonales que ayudan a definir la personalidad, el
modo de percibir, reaccionar y enfrentar situaciones de la vida. Esta concepción temprana
de estilos de comunicación fue influenciada
fuertemente por trabajo realizado por sociólogos, quienes veían a las relaciones familiares
como dimensiones de poder ya sean democráticas o autocráticas. Con base en dichas nociones, McLeod et al., desarrollaron una medida
enfocada en la armonía familiar, la toma de decisiones jerárquica vs. igualitaria, el pluralismo y
la preocupación por las consecuencias sociales.
A pesar de que ellos esperaban que todos estos
aspectos se fusionaran en una forma de ser de
la familia, los resultados enfatizaron la presencia de uno u otro estilo de comunicación en
distintas familias, y notaron que éste variaba
dependiendo de con quien se comunicaba. Cabe mencionar, que en esos momentos no se
prestó atención a la relación que guardaban dichos patrones con rasgos de personalidad o características sociodemográficas que autores recientes le han brindado (p.e. Noller, 1982; Ojeda García, Sánchez Aragón, Díaz Loving y Rivera Aragón, 1996).
Tipologías de los Patrones/Estilos
de Comunicación
Al buscar identificar no un patrón, sino su
diversidad en la dinámica de la comunicación de
familias o parejas, los estudiosos del área
empezaron a proponer tipologías que ilustran la
gama de posibles maneras de intercambiar
información con otra persona. Entre los
primeros paradigmas de clasificación, Miller,
Nunnally y Wackman (1976), describen cuatro
diferentes estilos de comunicación verbal. El
primer estilo posee las características de ser
sociable, amigable, juguetón, optimista, una
forma es esencial para intercambiar información
Patrones y estilos de comunicación de la pareja: Diseño de un inventario
en forma convencional y de acuerdo a
expectativas sociales. Usualmente, las intenciones
del transmisor son, el ser agradable y amable,
deseando comunicar positivamente tópicos
específicos sin involucrar mucho de sí mismo. El
segundo estilo, tiene la intención de forzar un
cambio en la otra persona; generalmente, su
comunicación incluye juicios que indiquen que
algo es correcto o no, y acciones que señalen lo
que se debería hacer o no. Esta forma tiene la
particularidad de persuadir o desear controlar lo
que está sucediendo o lo que sucederá, por lo
que sus características son ser demandante,
persuasivo, competitivo, controlador, directivo,
ofensivo y prejuicioso, además de que tiende a
etiquetar a los demás y a implicar que los demás
están equivocados. El estilo 3 es reflexivo,
explora y mira hacia lo que ha sucedido en el
pasado para anticipar el futuro. Es un patrón
especulativo en el que la persona elabora,
investiga, desea y es propositiva. Generalmente,
este estilo se expresa en el ámbito cognoscitivo e
interpretativo, pero mostrando poca emoción al
tomar partido en discusiones o actividades.
Finalmente, el estilo 4 expresa la intención de
tratar un tema de manera abierta y directa, por lo
que quien hace uso de este estilo, está en
contacto con los pensamientos, sentimientos,
intenciones propias, de su pareja y de las
implicaciones a la relación en forma honesta y
responsable. Las características de este comunicador son ser: consciente, activo, congruente,
responsable, comunicador, comprensivo y
cooperativo.
Poco tiempo después,
Norton (1978),
plantea una tipología de nueve estilos los cuales
incluyen un “dominante” que tiende a hacerse
cargo de las interacciones sociales (“tengo la
tendencia de dominar conversaciones informales
cuando estoy con otras personas”); un “dramático” que manipula a los demás a través de la
exageración, las fantasías, historias, metáforas,
ritmo de la voz y otros elementos que resaltan el
contenido de la comunicación (“frecuentemente
exagero verbalmente para enfatizar un punto”) y
un contencioso, que es aquel que le gusta discutir
por todo, co-varía con el dominante y tiende a
tener
componentes
negativos
(“muy
259
frecuentemente insisto que otros documenten o
presenten algún tipo de prueba de lo que están
diciendo”). Entre los 6 estilos restantes esta el
“animado”, quien provee de contacto visual
frecuente, usa muchas expresiones faciales,
gestos y movimientos corporales y posturas para
exagerar el contenido de su comunicación.
Generalmente luce atractivo y confiable (“mis
ojos tienden a reflejar en alto grado lo que estoy
sintiendo cuando hablo con alguien”). El
“impactante” que es una persona que es
fácilmente recordada por el estímulo de
comunicación que proyecta (“dejo en la gente
una impresión de mí que tienden a recordar”). El
“relajado” que proyecta un estilo variable, abre
la puerta a análisis complejos y ricos (“como
regla suelo ser calmado cuando hablo”) y el
“atento” que tiende a escuchar y es empático
(“me gusta escuchar cuidadosamente a la
gente”). Los últimos dos estilos son el “abierto”
que es caracterizado por ser platicador, amable,
comunal, no reservado, extrovertido y franco
(“prefiero ser honesto y abierto con una persona
aún si la lastimo”) y el “amistoso”, que se
representa en un estilo variable que va de no ser
hostil a ser profundamente íntimo (“habitualmente reconozco verbalmente las contribuciones de otras personas”).
Al continuar con la revisión de los estilos de
comunicación propuestos en la literatura, se
encuentra la propuesta de, Hawkins, Weisberg y
Ray (1980), quienes proponen y definen cuatro
estilos de comunicación -convencional, controlado vs. especulativo y sociable. El estilo “controlado” minimiza la importancia del otro, no le da
oportunidad de verbalizar y tiene alta divulgación emocional que va acompañada de significados implícitos para el otro. El estilo “convencional” también inhibe al otro, tiene baja divulgación lo que provoca la evasión de temáticas
importantes y la superficialidad en temas como
una fiesta, el clima, etc. lo cual sirve para
mantener la relación temporalmente sin enterarse del punto de vista del otro. El estilo
“especulativo” es abierto hacia la exploración del
otro buscando información sobre creencias,
emociones, ideas, etc. Este estilo también es
analítico, su discurso implica la actitud abierta y
anales de psicología, 2003, vol. 19, nº 2 (diciembre)
260
Rozzana Sánchez Aragón y Rolando Díaz Loving
respetuosa hacia los puntos de vista alternativos,
pero es bajo en auto-divulgación, especialmente
de sus sentimientos. Por último, el estilo
“sociable” también se interesa en el otro, lo
respeta y escucha además de que brinda
información personal con facilidad. Los estilos
propuestos por este grupo de investigadores se
ejemplifican en la Tabla 1, tomando el escenario
en el que un esposo está preocupado por algo…
Tabla 1: Posibles respuestas a una situación con base en la clasificación de Hawkins et al. (1980)
Nivel de divulgación personal
Postura ante el otro
Baja Auto-divulgación
Alta Auto-divulgación
Convencional
Controlado
Trata de actuar como si
nada le preocupara.
Se pasea alrededor de la casa, pero no
menciona verbalmente que está preocupado.
Especulativo
Sociable
No permite que se sepa
que está preocupado,
pero piensa sobre el tema
y empieza a buscar una respuesta a ello.
Dice que está preocupado
y permite a su esposa saber lo que a él le
preocupa.
Minimiza al otro
Respeta al otro
La tipología muestra ciertas similitudes con la
aproximación de Miller et al. (1976) y a un nivel
psicológico se puede advertir que, los estilos
convencional y controlado son cerrados, pues
minimizan la importancia de la experiencia del
otro y son irrespetuosos de su realidad interna.
Los discursos del especulativo y sociable son
abiertos, se interesan en el otro y lo respetan. La
conversación del controlado y el sociable es alta
en divulgación emocional (sentimientos, intenciones, interpretaciones, datos sensitivos y
acciones). Los estilos convencional y especulativo son, en contraste estilos de baja divulgación.
Finalmente, Satir (1986), plantea seis estilos
de comunicación que se definen y funcionan de
la manera que se describe a continuación.
“Aplacar”, es un estilo que consiste en una
tendencia clara a hablar congraciándose con los
otros, tratando de complacer, de disculparse,
de nunca mostrar desacuerdo para no provocar
enojo en la otra persona. Es alguien que
siempre necesita tener la aprobación de otros.
Un segundo estilo es“culpar”, que
se
demuestra al encontrar fallas y defectos en los
demás, es un dictador, mandón, se siente
anales de psicología, 2003, vol. 19, nº 2 (diciembre)
superior, y sus sensaciones internas están
basadas en tensión muscular y presión
sanguínea alta, lo que favorece el tono de la voz
que luce dura, tensa y fuerte. El tercer estilo se
denomina “supra-razonar”, y se caracteriza por
expresarse en forma exageradamente correcta y
razonable, no demostrando ningún sentimiento
por lo que parece calmado, frío, e
imperturbable. Esta forma trata de enfrentar a
la amenaza como si fuera inofensivo y
establecer además, su propio valer empleando
palabras altisonantes. “Distraer”, es una forma
de ignorar la amenaza, comportándose como si
no existiera. El “irrelevante” dirá o hará cosas
que tengan poca relación con lo que digan o
hagan los demás, generando una sensación de
confusión, pues la voz es como un desacuerdo
con las palabras. Y finalmente “apertura” es
una reacción en donde todos los elementos del
mensaje van en la misma dirección, la voz dice
palabras que concuerdan con todo el conjunto,
creando un ambiente de intercambio sencillo,
libre, honesto que a su vez favorece posibilidad
de suavizar rupturas, de eliminar desacuerdos,
o de salvar las brechas. El uso de este estilo
Patrones y estilos de comunicación de la pareja: Diseño de un inventario
inspira confianza a ambos interlocutores y les
permite establecer intimidad.
En general, puede observarse que la
tipología de Miller et al. (1976), Norton (1978),
Hawkins et al. (1980) y Satir (1986) poseen en
común la visión del patrón o estilo de
comunicación como una disposición o
tendencia conductual, generada de la
evaluación cognoscitiva y afectiva del estímulo
con el que se interactúa y por otra parte,
difieren en el tipo de dimensiones que
consideran básicas. Aunque, en mayor o menor
medida, describen cuáles son los adjetivos de
cada estilo y su carga verbal y no verbal, sin
embargo, muestran desacuerdo en el énfasis
puesto en ellas, siendo algunas clasificaciones
más equilibradas y otras más positivas.
Así como existen distintos estilos generales
de comunicación, también aparecen estrategias
que se utilizan en momentos precisos. Desde la
perspectiva de la comunicación a través de los
comportamientos, Tolhuizen (1989) desarrolló
un estudio exploratorio en donde buscaba
identificar las estrategias de comunicación que
intensifican las relaciones en sus etapas
tempranas, las dimensiones que encontró
fueron: incrementar el contacto (“llamo a mi
pareja más frecuentemente para mantenernos
en contacto o saber lo que está haciendo”),
negociación en la relación (“nos sentamos a
discutir cosas de la relación, como nos
sentimos y lo que queremos de ella”), apoyo
social (“le dije a mi madre como me sentía
acerca de mi pareja y preguntarle que sentiría
ella en la misma situación”), hacer cosas para la
pareja (“hago favores a mi pareja y siempre
trato de felicitarla o decirle que se ve bien o
hace las cosas bien”), intento directo de definir
la relación (“pregunto a mi pareja si quiere
mantener nuestra relación”), muestras de
afecto (“doy a mi pareja flores o regalos”),
expresiones verbales de afecto (“le digo a mi
pareja que pienso que estoy enamorada”),
acciones que sugieren (“coqueteo con mi pareja
como loca y hago todo tipo de cosas para que
entienda mis mensajes”), expresiones no
verbales de afecto (“miro intensamente a mi
pareja y trato de estar físicamente más cerca”),
261
involucramiento social (“invito a mi pareja a las
reuniones familiares”), aceptación de definición
de la relación (“he esperado hasta que mi pareja
me pide que estemos juntos en esta relación”),
apariencia personal (“me visto con ropa bonita
tratando de lucir bien cuando voy a ver a mi
pareja”), intimidad sexual (“muestro pasión a
mi pareja”) y adaptación conductual (“siempre
trato de actuar como una dama/caballero
delante de mi pareja”). En el caso de Tolhuizen
(1989) su perspectiva indica más claramente
que cualquier forma de comportamiento
comunica algo y en esos términos, se obtienen
empíricamente las formas en que las personas
transmiten sus deseos de estar en una relación
de pareja.
Medición de los Patrones/Estilos
de Comunicación
Otro aspecto interesante al querer ahondar en
el conocimiento de los patrones de comunicación, son -sin duda-, las formas en las cuales se
busca operacionalizar a este constructo y sus
dimensiones en las personas. De entre los intentos mas renombrados en medir a los patrones de comunicación, aparece en los 70’s la Escala de Comunicación Marital (Kahn, 1970), adaptada por Noller (1980), que consiste en dos series de nueve situaciones relacionadas con la interacción de pareja (uno para él y otro para
ella), cada una con tres opciones de respuesta:
una positiva, una negativa y una neutra, donde
cada miembro debe indicar el grado en el que
respondería a cada una de las opciones; lo que
da por resultado 27 reactivos para cada sujeto.
Un ejemplo es: “su esposo acaba de llegar con
su regalo de cumpleaños y usted había estado
esperando un regalo totalmente diferente”. Las
opciones de respuesta son: a) Usted está bastante satisfecha con el regalo, aunque realmente
hubiera preferido lo que usted había pensado,
b) Usted está muy decepcionada y molesta
porque el no le dio lo que esperaba, c) Usted
está agradablemente sorprendida por el regalo.
Así, por medio de esta escala, es posible identi-
anales de psicología, 2003, vol. 19, nº 2 (diciembre)
262
Rozzana Sánchez Aragón y Rolando Díaz Loving
ficar tres tendencias en el estilo al enfrentar situaciones de la vida cotidiana.
Otra forma de medir los estilos de
comunicación fue elaborada por Christensen y
Sullaway (1984), quienes desarrollaron el
Cuestionario de Patrones de Comunicación, una
medida de auto-reporte que evalúa esta variable
en las parejas durante la discusión de
problemas. Los miembros de la pareja eligen
una de nueve opciones de respuestas en
reactivos que comprenden tres escalas:
comunicación constructiva mutua, evitación/
retirada mutua y demanda/retirada. Ejemplos
de los reactivos incluyen, para la primera
dimensión, “ambos miembros de la pareja
evitan discutir el problema”, para la segunda,
“ambos miembros de la pareja sugieren
posibles soluciones y acuerdos” y para la
tercera, “la mujer trata de iniciar la discusión
mientras que el hombre trata de evitar la
discusión”. Los coeficientes de confiabilidad
encontrados para esta medida se consideraron
aceptables y oscilaban entre .62 y .84. Cabe
mencionar que este instrumento ha sido
ampliamente utilizado en la literatura sobre
estilos de comunicación y resolución de
conflicto (p.e. Christensen, 1988; Heavey,
Christensen y Malamuth, 1995; Vogel, Wester y
Heesacker, 1999). Más recientemente, Ritchie
y Fitzpatrick (1990) diseñaron el Instrumento de
Patrones de Comunicación Familiar, basándose en el
estudio de los ambientes familiares y en dos
dimensiones fundamentales: orientación a la
conversación y orientación a la conformidad.
La primera de estas se refiere a cuando el niño
es motivado por los padres a desarrollar y
expresar abiertamente sus sentimientos,
opiniones e ideas propias, y la segunda se
refiere al uso del poder parental que exige que
el hijo se conforme con dicha autoridad.
Muestra de los reactivos que conforman estas
áreas son: “mis padres frecuentemente dicen
algo como cada miembro de la familia debería
tener algo que decir en las decisiones
familiares” (∝=.84) y ”mis padres frecuentemente dicen algo como un niño no debería
discutir con los adultos” (∝=.76).
anales de psicología, 2003, vol. 19, nº 2 (diciembre)
Desde una perspectiva trans-cultural, en
donde se considera que los estilos que los individuos usan para comunicarse varían a través
de las culturas y dentro de ellas, así como desde
el planteamiento de Norton (1978); Gudykunst,
Matsumoto, Ting-Toomey, Nishida, Kim y
Heyman (1996) crearon el Cuestionario de Estilos
de Comunicación de Alto y Bajo Contexto, el cual
aborda dos dimensiones en 62 reactivos Likert
de 7 puntos. La comunicación de bajo contexto
involucra el uso de mensajes explícitos y directos en los cuales el significado está contenido
principalmente en los mensajes transmitidos
(este comunicador es abierto, auto-divulgador,
los silencios significan que no hay nada más
que decir, se es preciso), mientras que la comunicación de alto contexto involucra el uso de
mensajes implícitos e indirectos, en los cuales
los significados están dentro de la persona o en
el contexto socio-cultural (el comunicador no
es abierto, su silencio comunica más que su
voz, son sensibles a los otros) (Hall, 1978). Así,
la gente de una cultura puede usar ambos tipos
de comunicación, pero uno tiende a ser predominante. La confiabilidad obtenida a través
del coeficiente alpha de Cronbach para diferentes países (Estados Unidos, Japón, Korea y
Australia) varió de .75 a .87.
Por su parte Michaud y Warner (1997) diseñaron una Encuesta de Estilos de Comunicación
para evaluar emociones y conductas que surgen
en situaciones de conflicto. Esta medida consta
de 9 viñetas que describen problemas hipotéticos con un amigo, 6 en la primera sección y 3
en la segunda. En la primera sección se le pide
a los sujetos que reporten la posibilidad de presentar ciertas respuestas conductuales ante un
problema con un amigo, un ejemplo de viñeta
es: “un amigo te dice que está triste porque reprobó un curso, como responderías?” y las posibles respuestas son: “decirle como resolver el
problema, decir algo simpático, cambiar de tema, decirle que a mi también me paso lo mismo, jugarle una broma para animarle, decirte
que no se preocupe), ante estas respuestas los
sujetos puntúan entre 1(nunca) a 5 (siempre).
La segunda parte aborda respuestas emocionales a estos estilos de comunicación. Estas viñe-
Patrones y estilos de comunicación de la pareja: Diseño de un inventario
tas involucran situaciones en las cuales se le pide al participante que imagine que tiene un
problema, que se lo comunica a un amigo y que
cuando recibe una de las seis respuestas mencionadas en la primera sección (cambiar de tema o hacer una broma) diga en qué grado (de
1= para nada a 4= mucho) sentiría emociones
como: reconfortado, enojado, agradecido,
humillado, ayudado, como que realmente tengo
un amigo, lastimado. Para evaluar la tendencia
a presentar un particular estilo de comunicación (cambiar de tema o bromear), se estima la
consistencia a través de las situaciones en donde el contenido aborda temáticas comunes entre amigos. Sus confiabilidades indican coeficientes entre .67 y .84. Con la misma perspectiva de relacionar a la comunicación con situaciones de conflicto, Goldstein (1999) diseñó y
validó una escala de estilos de comunicación
durante el conflicto interpersonal (Escala de
Comunicación del Conflicto) compuesta por 159 reactivos. Con base en la literatura, esta autora
desarrolló la medida que incluyera dimensiones
como: confrontación (encarar directamente a la
otra parte), conducta privada/pública (acciones
que típicamente son realizadas en ambientes
familiares son expresadas ante otras personas),
expresión emocional (respuestas afectivas ante
el conflicto que pueden ser tensionantes o
amenazantes), aproximación/evitación del conflicto (ignorar o enfrentar abiertamente) y autodivulgación (revelarse ante otro). Sus coeficientes de confiabilidad alpha de Cronbach variaron de .75 a .83.
Es necesario señalar, que el trabajo sobre
estilos no sólo se refiere a las relaciones de pareja, si no que se extiende a otras relaciones del
ámbito familiar como puede observarse. Al
construir medidas de patrones de comunicación en familia, Tims et al. (1985) y Ritchie et al.
(1990) consideraron que para lograr una confiabilidad completa y tener un entendimiento
integral de la dinámica familiar o de pareja, era
básico explorar cierta correspondencia entre el
reporte de los niños y el de sus padres; o bien,
en el ámbito de la relación de pareja, entre los
datos aportados por cada uno de los miembros
de la pareja. Los resultados indican sistemáti-
263
camente bajas correlaciones entre los reportes
de familias y parejas. En este punto, cabe hacer
una reflexión, ¿será que en el funcionamiento
familiar o éxito marital se vuelve más importante la percepción por separado de cada uno de
los miembros de la familia buscando relación
entre sus percepciones y un consenso en el patrón de comunicación que usan o la percepción
que sus miembros tienen de su propio desempeño y del de los otros miembros en su ambiente con respecto al estilo que usan y perciben al comunicarse, de tal forma que se evalúe
la reciprocidad que el sujeto siente?. Con esta
lógica, Nina Estrella (1991), creó el Inventario de
Estilos de Comunicación, cuyo formato en diferencial semántico evalúa cuatro variantes de estilos
al comunicarse, así como la percepción que tiene el sujeto de la forma en la que su pareja se
comunica con él. Esta medida incluye de entre
cuatro y ocho adjetivos por patrón dando por
resultado 36 reactivos, cuya confiabilidad oscila
entre .78 y .91. Esta autora reporta la existencia
de un estilo de Comunicador Positivo que se
refiere a un estilo abierto, en donde la persona
quiere escuchar al otro y trata de comprenderlo. Generalmente, entre los cónyuges al darse
un intercambio de información e ideas, se expresan de manera amable, educada y afectuosa.
A través de estas características se manifiesta el
valor que los mexicanos le dan a las relaciones
interpersonales, en donde les es importante tener gestos sociales positivos. Un segundo gran
rubro se refiere al el estilo de Comunicador
Negativo que incluye a conductas calificadas
como conflictivo, rebuscado y confuso que
afectan a la comunicación. Se puede presentar
este estilo ante situaciones de conflicto o de
desacuerdo en la relación de pareja produciendo que la comunicación sea inadecuada. El tercer estilo descrito por Nina Estrella es el Reservado-reflexivo, en el que la persona no es
expresiva al comunicarse, es posible que se
adopte este estilo para crear una barrera en el
proceso de comunicación de la pareja, quizá
con el objeto de evitar involucrarse en la relación. Un ultimo factor de su escala es la del el
estilo Violento, que se refiere a formas que
pueden crear problemas en la comunicación de
anales de psicología, 2003, vol. 19, nº 2 (diciembre)
264
Rozzana Sánchez Aragón y Rolando Díaz Loving
pareja. Este patrón, reafirma el modelo de
agresión verbal-físico de Stets y Pirog-Good
(1987), el cual indica que los cónyuges se mueven en situaciones de conflicto de un estado de
agresión verbal a uno físico.
Como puede observarse, los patrones que
distintos autores han identificado y operacionalizado varían y muestran distintas tendencias y
fundamentos, aunque todos ellos tienen el
mismo objetivo y representan aportaciones
interesantes que reflejan un lado positivo,
abierto, respetuoso, claro y dirigido a enriquecer
la interacción de la pareja, a la vez que un lado
negativo teñido de molestia, reserva, criticismo y
ambigüedad. Con base en estos razonamientos y
dada la importancia que para la psicología social
en México y para el entendimiento y diagnostico
de las formas de interacción humanas tiene el
conocimiento de la manera en que la gente se
comunica, se consideró ineludible la tarea de
elaborar un nuevo instrumento que continué la
aportación socio-cultural del trabajo de Nina
Estrella (1991) en español, e integre todos
aquellos adjetivos que provienen de cada uno de
los tipos teóricos mencionados.
Método
Sujetos
Se inició con una serie de entrevistas semiestructuradas a una muestra de sujetos voluntarios conformada por 20 parejas mexicanas (cuyas características sociodemográficas se asemejan a la muestra del siguiente estudio), para obtener algunos de los adjetivos que manifestaban
los estilos de comunicación en sus relaciones.
En el siguiente estudio (psicométrico), se trabajó con una muestra –asimismo- no probabilística por cuota (Pick y López, 1991) y comprendía 528 sujetos adultos mexicanos de los cuales
253 eran hombres y 275 mujeres con promedio
de edad de 33.3 años (ds=12.86), todos los sujetos tenían en ese momento una relación de
pareja y el tiempo que llevaban en su relación
de pareja era de 120 meses en promedio
(ds=129.97). En cuanto a su escolaridad, se ob-
anales de psicología, 2003, vol. 19, nº 2 (diciembre)
servó que fluctuaba entre primaria a postgrado
con una moda de secundaria; y finalmente su
promedio de número de hijos era de 2
(ds=1.86).
Instrumento
Para la construcción del Inventario de Estilos de
Comunicación de la Pareja, se siguieron lineamientos
para el desarrollo de instrumentos de Devellis
(1991) y Nunnally y Bernstein (1995) por lo que
se procedió a:
1. Analizar las tipologías de estilos de comunicación citadas de la literatura, evaluando
diferencias y semejanzas entre ellas.
2. Definir los nuevos patrones a partir de las
entrevistas semi-estructuradas y de las
combinaciones conceptuales derivadas de
la literatura.
3. Diseñar adjetivos que concordaran conceptualmente2 con las definiciones logradas en el punto dos.
En lo que respecta a los dos puntos iniciales, se puede decir que teóricamente existen
cinco dimensiones en los estilos de comunicación marital, obtenidos a partir del análisis de
similitud y divergencia de Miller et al. (1976),
Norton (1978), Hawkins et al. (1980) y Satir
(1986). Cabe mencionar que la perspectiva de
Tolhuizen (1989) fue considerada tangencialmente, pues el propósito de esta medida es conocer las disposiciones conductuales que dan
pauta a un estilo de comunicación particular y
no todas las conductas que comunican algo a la
pareja. Las definiciones conceptuales y adjetivos representativos elaborados del ejercicio
empírico y teórico se presentan a continuación.
Positivo. El transmisor es abierto, agradable,
amable, amigable, educado, afectuoso, sociable,
juguetón, optimista, enfoca de sí mismo sus
pensamientos, sus sentimientos, intenciones y
es transmisor de ellos a su pareja y a la relación
2
La lista de adjetivos es fundamentalmente la misma que
aparece en el análisis factorial.
Patrones y estilos de comunicación de la pareja: Diseño de un inventario
que sostiene; su atención la centra en la distribución que hace y hay responsabilidad de su
propia vida, no deja ninguna oportunidad de
ser consciente es cooperativo, activo congruente, comprensivo, comunicador y atento al otro,
desea siempre que su información e ideas sean
confortables y, además, mantiene un tópico al
respecto, algo muy importante es que comunica
mucho de sí mismo y lo manifiesta a su pareja
por medio de las frases yo quiero, yo no quiero
o hablemos sobre esto; por lo cual se le considera alta y explícita su divulgación.
Negativo. El comunicador es conflictivo, rebuscado, confuso e inadecuado en la transmisión de información, siempre está en desacuerdo y crea conflictos, encuentra defectos en todo y en todos, es un dictador, un jefe que
adopta una actitud de superioridad, es ruidoso
y tiránico, acaba con todo y con todos, provoca
y le interesa más molestar que descubrir algo,
critica todo lo que tiene a la vista y el que no le
obedezcan le hace sentir que no tienen valor
alguno, inhibe la verbalización explícita de relaciones internas, la comunicación es cerrada y
aunque la divulgación es alta y va acompañada
por significados de señales extra verbales dejando símbolos implícitos, además minimiza la
importancia de la experiencia del otro, es irrespetuoso de la realidad interna del otro.
Violento. El comunicador crea problemas en
la transmisión de información con su cónyuge,
reafirma el modelo de agresión física–verbal,
hay conflicto y provoca un cambio forzoso de
la otra persona, su comunicación envuelve interpretaciones tales como es correcto o es falso
y acciones como que debería hacer o que no
debería hacer es persuasivo, competitivo, controlador, directivo, prejuicioso, etiqueta a los
demás como abusador, inconforme, envía
mensajes implícitos como tú estás equivocado
o yo primero, mis metas valen más que las tuyas o yo no necesito un cambio, tú si, él puede
llegar incluso con su pareja a la ruptura.
Reservado. El comunicador no es expresivo,
al transmitir información a su pareja crea una
265
barrera en el proceso de la comunicación para
no involucrarse. Asume un papel pasivo sobre
todo ante los conflictos, es una persona muy
correcta, razonable que no muestra sentimiento
alguno, muestra tranquilidad, frialdad en su actitud, es distante, su voz es seca, monótona, sus
palabras suelen ser abstractas, su consigna es
nunca cometer errores, en su interior se siente
indefenso, es convencional, tiene una baja divulgación mediante la evasión, hace uso de
conversaciones sobre la reunión, la fiesta o el
clima sólo para mantener las relaciones interpersonales, ignorando el único y privado punto
de vista de los transmisores, tiene un estilo cerrado de comunicación y minimiza la importancia de la experiencia y la realidad del otro.
Reflexivo. El comunicador explora y mira
hacia lo que ha pasado en pasado y lo que
puede suceder en el futuro, es especulativo,
elabora, investiga, desea, es positivo, usa en
mayor medida la habilidad de hablar para sí
mismo, inicia sus expresiones con frases como
yo pienso, yo tengo, yo haré, yo diré; hace un
gran uso de los cuestionamientos a los demás
con respecto a su forma de ser, se expresa a nivel cognitivo o interpretativo, pero con poca
emoción al tomar partido en discusiones o actividades, es abierto, hacia la exploración de las
varias facetas de una situación, relajado, comunica un deseo para hacer explícitas verbalizaciones tentativas de creencias e ideas, es analítico, su discurso implica la actitud abierta y respetuosa hacia los puntos de vista alternativos,
es bajo en divulgación de sus sentimientos, se
interesa por el otro, lo respeta y considera válida las realidades internas de él mismo y de los
otros.
Se conformó la medida con los adjetivos en
un formato de diferencial semántico, constituido por 145 pares de adjetivos bipolares (lo que
dio un total de 290 pares), en dos versiones:
una para evaluar Cuando me comunico con mi pareja
yo soy y otra para evaluar Cuando mi pareja se comunica conmigo es. Ambas versiones contenían
los adjetivos correspondientes a las cinco dimensiones obtenidas teóricamente.
anales de psicología, 2003, vol. 19, nº 2 (diciembre)
266
Rozzana Sánchez Aragón y Rolando Díaz Loving
muestran la existencia de entre 5 y 7 factores
con valor propio mayor a 1 en cada división
(Ver Tabla 3).
Procedimiento
Se aplicaron los instrumentos a la muestra
descrita en lugares públicos, en sus casas, en
sus lugares de trabajo, etc. Se les pidió que contestaran el cuestionario que era parte de un estudio dirigido a conocer la forma en la que las
personas se comunican con sus parejas. Se les
garantizó la confidencialidad de sus repuestas y
se les auxilió en caso de no comprender la instrucción o bien algún adjetivo.
Resultados
Inicialmente, a través del programa estadístico
SPSS para Windows (versión 10), se llevó a cabo un análisis de frecuencias y X2 con el propósito de estimar en qué casos los pares de adjetivos eran discriminados por los sujetos altos y
bajos en dicho atributo3, encontrándose que del
total (290 pares), 171 pares de adjetivos (en sus
dos versiones) discriminaron (Ver Tabla 2).
Tabla 2: Cantidad de Adjetivos por Dimensión Original
Dimensión Original
Yo Positivo
Yo Negativo
Mi Pareja Positiva
Mi Pareja Negativa
Número de Adjetivos
45
38
43
45
Posteriormente, se realizaron cuatro Análisis
Factoriales con rotación ortogonal (Varimax)
dirigidos a identificar las dimensiones que contenía cada sección del instrumento tomando en
consideración las áreas generales de: Yo positivo, Yo negativo, Mi pareja positiva, Mi pareja
negativa4. En correspondencia, los resultados
3
Así, en el caso de aquellos pares en los que los sujetos
puntuaban entre el 50 y el 70% en el extremo positivo o en
el negativo, se incluían en los análisis posteriores. Y en el
caso de los pares que puntuaron en los mismos porcentajes en el punto medio del diferencial semántico, estos fueron eliminados.
4 Cabe mencionar que estas áreas fueron determinadas
buscando homogeneidad entre los pares de adjetivos dependiendo del estímulo por evaluar (yo vs. mi pareja) y del
tono emocional (positivo vs. negativo).
anales de psicología, 2003, vol. 19, nº 2 (diciembre)
Tabla 3: Dimensiones Originales, Número de Factores y
Varianza Explicada
Dimensión Original
Yo Positivo
Yo Negativo
Mi Pareja Positiva
Mi Pareja Negativa
Número
de Factores
7
5
7
7
Varianza
Explicada
50.92
52.35
60.26
62.12
Ya conformados los factores por cada dimensión con base en su carga factorial [mínima
de .40, lo que garantiza de acuerdo a Gorsuch
(1983; cit. en Nunnally, et al, 1995) alta correlación del reactivo con el factor y por lo tanto,
mayor validez], se calcularon los coeficientes de
confiabilidad alfa de Cronbach con el fin de
conocer la estabilidad de la prueba, tanto para
cada factor como por área (Yo positivo, Yo negativo, Mi pareja positiva, Mi pareja negativa),
los cuales se presentan en las tablas 4, 5, 6 y 7,
junto con los pesos factoriales para cada reactivo. En este punto vale la pena aclarar que el
coeficiente de fiabilidad para la prueba total es
de .89.
Con base en el contenido de cada uno de
los factores de las áreas: Cuando me comunico
con mi pareja yo soy (positiva y negativa) y
Cuando mi pareja se comunica conmigo es
(positiva y negativa), se re-conceptualizaron las
dimensiones y se llevó a cabo una comparación
tomando en cuenta las dos versiones, tanto la
positiva como la negativa (Ver Tablas 8 y 9).
Tabla 4: Reactivos, pesos factoriales y Alfas para las dimensiones de Yo Positivo (α= .92)
Social Afiliativo
Amistoso
Amable
Atento
Cariñoso
Alegre
Comprensivo
Afectuoso
Agradable
Complaciente
α= .92
.82
.75
.72
.67
.65
.64
.63
.59
.56
267
Patrones y estilos de comunicación de la pareja: Diseño de un inventario
Dulce
Comunicativo
Encantador
Sociable
Media= 3.35
.50
.50
.44
.44
DS= 1.14
Social-Auto-modificador
Tolerante
Tranquilo
Prudente
Pasivo
Respetuoso
Razonable
Tratable
Propio
Relajado
Positivo
Racional
Media= 3.31
α= .86
.71
.70
.57
.54
.54
.53
.50
.47
.45
.42
.41
DS= 1.08
Simpático
Ocurrente
Juguetón
Oportuno
Simpático
Platicador
Optimista
Media= 3.33
α= .84
.74
.64
.61
.60
.47
.44
DS= 1.12
Abierto
Franco
Directo
Expresivo
Curioso
Media= 3.44
α= .68
.74
.61
.60
.41
DS= 1.18
Social-Normativo
Correcto
Educado
Ordenado
Cortes
Cordial
Media= 3.32
α= .82
.77
.60
.52
.43
.40
DS= 1.16
Reservado-reflexivo
Precavido
Cauto
Analítico
Media= 3.11
α= .69
.78
.77
.45
DS= 1.12
Claro
Congruente
Coherente
Comprometido
α= .58
.68
.63
.56
Tabla 5: Reactivos, pesos factoriales y Alfas para las dimensiones de Yo Negativo (α= .91)
Violencia Instrumental
α= .85
Amenazante
Agresivo
Atacante
Conflictivo
Complicado
Abusivo
Violento
Apático
Media= 2.30
.75
.74
.67
.61
.60
.58
.51
.41
DS= 1.16
Evitante
Seco
Frío
Serio
Severo
Intolerante
Distante
Limitante
Indiferente
Inexpresivo
Media= 2.50
α= .83
.79
.70
.58
.54
.52
.49
.43
.42
.40
DS= 1.07
Hiriente Expresivo
Imperturbable
Inquisitivo
Insolente
Hiriente
Injusto
Humillante
Recriminante
Grosero
Ofensivo
Media= 2.31
α= .93
.71
.70
.59
.53
.51
.51
.48
.47
.43
DS= 1.26
Autoritario
Enérgico
Exigente
Enjuiciador
Dominante
Autoritario
Mandón
Media= 2.76
α= .81
.78
.72
.64
.63
.56
.40
DS= 1.05
Irritante Expresivo
Latoso
Enredado
Difícil
Confuso
Fastidioso
Monótono
Media=2.55
α= .81
.71
.61
.47
.45
.43
.40
DS= 1.04
anales de psicología, 2003, vol. 19, nº 2 (diciembre)
268
Rozzana Sánchez Aragón y Rolando Díaz Loving
Tabla 6: Reactivos, pesos factoriales y Alfas para las dimensiones de Mi Pareja Positiva (α= .95)
Social Afiliativo Humorístico
α= .94
Alegre
Cariñoso
Amistoso
Afectuoso
Atento
Amable
Encantador
Simpático
Cordial
Dulce
Agradable
Juguetón
Cortes
Ocurrente
Cooperador
Media= 3.34
.79
.74
.69
.68
.62
.61
.60
.58
.56
.55
.54
.53
.51
.50
.40
DS= 1.22
Social Normativo
Discreto
Propio
Correcto
Educado
Positivo
Respetuoso
Media=3.31
α= .83
.69
.64
.61
.60
.55
.50
DS= 1.21
Abierto
Directo
Franco
Claro
Intimo
Media= 3.41
α= .77
.73
.61
.57
.44
DS= 1.25
Auto-modificador Constructivo
Prudente
Reflexivo
Tranquilo
Sensato
Razonable
Media= 3.29
Congruente
Explícito
Media= 3.09
.56
.42
DS= 1.19
Social Expresivo
Sociable
Platicador
Risueño
Expresivo
Media= 3.32
α= .79
.69
.51
.48
.40
DS= 1.30
Tabla 7: Reactivos, pesos factoriales y Alfas para las dimensiones de Mi Pareja Negativa (α= .94)
Violencia Instrumental y Expresiva
α= .94
Humillante
Grosero
Hiriente
Atacante
Ofensivo
Amenazante
Insolente
Agresivo
Cruel
Violento
Necio
Intolerante
Desafiante
Difícil
Fastidioso
Recriminante
Media= 2.42
.77
.75
.73
.70
.69
.68
.67
.67
.64
.63
.51
.50
.50
.46
.45
.44
DS= 1.26
α= .85
64
.53
.53
.52
.51
DS= 1.21
Evitante
Monótono
Distante
Apático
Indiferente
Seco
Frío
Aburrido
Negativo
Media= 2.44
α= .86
.74
.71
.58
.57
.55
.53
.44
.42
DS= 1.21
Empático
Consecuente
Considerado
Complaciente
Consciente
Comprensivo
Confiado
Media= 3.28
α= .86
.59
.58
.51
.50
.44
.41
DS= 1.22
Autoritario
Exigente
Dominante
Controlador
Mandón
Autoritario
Enjuiciador
Media= 2.69
α= .85
.75
.61
.60
.56
.55
.54
DS= 1.17
Claro
Racional
α= .86
.70
Ambiguo Rechazante
Rebuscado
α= .74
.69
anales de psicología, 2003, vol. 19, nº 2 (diciembre)
269
Patrones y estilos de comunicación de la pareja: Diseño de un inventario
Limitante
Rechazante
Impreciso
Media= 2.50
.65
.57
.47
DS= 1.16
Maquiavélico
Quisquilloso
Dictatorial
Censurante
Ambiguo
Media= 2.55
α= .71
.72
.64
.59
.46
DS= 1.10
Chismoso
α= .78
Chismoso
Conflictivo
Criticón
Confuso
Media= 2.41
.75
.62
.52
.41
DS= 1.21
Impulsivo
Impulsivo
Destructivo
Inconforme
Injusto
Media= 2.55
α= .78
.50
.42
.42
.41
DS= 1.22
Tabla 8: Definiciones de factores positivos y comparación por Yo y Mi Pareja.
Yo Positivo
Social Afiliativo: caracteriza al comunicador amistoso,
amable, cortés y atento, que hace uso de expresiones de cariño, comprensión, dulzura y afecto como formas de complacer y ser sociable.
Mi Pareja Positiva
Social Afiliativo Simpático5: caracteriza al comunicador
amistoso, amable, cortés y atento, que hace uso de expresiones de cariño, comprensión, dulzura y afecto como
formas de complacer y ser sociable. Para lograr un efecto
más positivo se muestra simpático, encantador, juguetón y
ocurrente.
Social Auto-modificador: este estilo es tolerante, prudente, Auto-modificador Constructivo: este estilo de comunicarespetuoso y razonable ante las demandas de su pareja en ción refleja una disposición a ser prudente, reflexivo, tranforma tranquila, relajada y racional.
quilo, sensato y razonable ante su pareja.
Simpático: este patrón de comunicación es optimista ante la
vida para lo cual se expresa ocurrente, juguetón, oportuno
y platicador.
Abierto: el comunicador de este tipo es franco, directo, Abierto
expresivo y a la vez curioso.
Social Normativo: este prototipo de interlocutor se basa en
las normas sociales que dictan que el individuo debe ser Social Normativo
correcto, educado, ordenado y cordial al interactuar con
otros.
Reservado-reflexivo: adjetivos como ser precavido, cauto y
analítico lo definen.
Claro: al comunicarse se muestra congruente, coherente y Claro
comprometido.
Empático: en esta forma de comunicación, características
como ser consecuente, considerado, complaciente y comprensivo favorecen la interacción consciente del otro del sí
mismo.
Social Expresivo: en esta dimensión se agruparon los adjetivos sociable, platicador, risueño y expresivo.
5
Los nombres de los factores en negritas y cursivas indican similitud pero no total.
anales de psicología, 2003, vol. 19, nº 2 (diciembre)
270
Rozzana Sánchez Aragón y Rolando Díaz Loving
Tabla 9: Definiciones de factores negativos y comparación por Yo y Mi Pareja
Yo Negativo
Mi Pareja Negativa
Violento Instrumental: este estilo se caracteriza por ser Violento Instrumental y Expresivo: aquí se conjunta el vioamenazante, agresivo, atacante, abusivo y violento durante lento instrumental y el hiriente expresivo.
la conversación.
Evitante: patrón que refleja la frialdad y severidad al mostrarse frío, serio, severo, intolerante, distante, limitante, Evitante
indiferente e inexpresivo al comunicar.
Hiriente Expresivo: disposición cuya tendencia se centra en
ser inquisitivo, insolente, hiriente, injusto, humillante, recriminante en combinación con ser grosero y ofensivo.
Autoritario: tendencia a mostrarse enérgico, exigente, enjuiciador, dominante, autoritario y mandón con la pareja Autoritario
durante sus intercambios de información.
Irritante Expresivo: es cuando quien comunica es latoso,
fastidioso, busca confundir y enredar al otro haciendo uso
del discurso monotónico y difícil.
Ambiguo rechazante: este estilo refleja varias formas de
agresión encubierta como ser rebuscado, limitante, rechazante a la vez que impreciso al comunicarse.
Maquiavélico: es una forma particular de ser quisquilloso,
dictatorial, censurante y ambiguo al comunicar.
Chismoso: este tipo favorece el conflicto al criticar y
confundir al interlocutor.
Impulsivo: disposición destructiva, que muestra
inconformidad e injusticia.
Discusión
Durante los últimos 30 años, la investigación
psico-social ha puesto un particular interés en las
formas en que los individuos se comunican.
Ejemplos de ello, son los trabajos pioneros de
McLeod et al., en los 60as, Norton (1978),
Chelune (1976) y Derlenga y Chaikin (1976) en
los 70as y trabajos en la década de los 80as
realizados por Noller (1980,1982), Hawkins et
al. (1980), Fitzpatrick (1987, 1988) y
Christensen (1988) y más recientemente Vogel
et al. (1999) y Noller, Petersen y Feeney (2001)
por mencionar algunos. La presente
investigación se centra en esta tradición y agrega
la integración de pasadas aportaciones y le
infunde un carácter etnopsicológico. De esta
forma, el objetivo se centró en crear y validar un
Inventario de Estilos de Comunicación sensible
anales de psicología, 2003, vol. 19, nº 2 (diciembre)
a las relaciones de pareja mexicanas. Para ello,
fue necesaria la búsqueda de aquellas tipologías y
medidas que han sido planteadas previamente en
la literatura, identificar sus similitudes, adicionar
el componente cultural, y con ellas desarrollar
una nueva medida que reflejara las tendencias o
patrones consistentes en los cuales cada
miembro de la pareja se comunica y, además,
percibe que su pareja se comunica.
En cuanto a la validez de constructo del inventario, se observa que quedó conformado
por cuatro áreas: Yo Positivo, Yo Negativo, Mi
Pareja Positiva y Mi Pareja Negativa, cada una
de estas áreas comprenden entre 5 y 7 factores
que explican entre el 50.92 al 62.12% de varianza y guardan -en general- concordancia con
las clasificaciones de estilos de comunicación
propuestas por los autores (Ver Tabla 10).
Patrones y estilos de comunicación de la pareja: Diseño de un inventario
Tabla 10: Clasificaciones de estilos de comunicación propuestas por los autores.
Autores
Literatura
Miller et al. (1976)
Estilo 1. Sociable, amigable, juguetón y optimista.
Norton (1978)6
Hawkins
(1980)
et
al.
Satir (1986)
Nina Estrella (1991)
271
La presente investigación
Social Afiliativo + Simpático
Estilo 2. Controlador, demandante, competitivo, ofensivo.
Irritante Expresivo
Estilo 3. Reflexivo, pensativo, especulativo.
Reservado-reflexivo
Estilo 4. Abierto, congruente, sociable, comprensivo,
cooperativo.
Dominante, tiende a hacerse cargo de las interacciones
sociales.
Dramático, manipula a los demás a través de la
exageración, las fantasías, historias, metáforas, ritmo de la
voz y otros elementos que resaltan el contenido de la
comunicación.
Contencioso, es aquel que le gusta discutir por todo,
covaría con el dominante y tiende a tener componentes
negativos.
Animado, este comunicador provee de contacto visual
frecuente, usa muchas expresiones faciales, gestos y
movimientos corporales y posturas para exagerar el
contenido de su comunicación. Generalmente luce
atractivo y confiable.
Relajado como estilo es variable, abre la puerta a análisis
complejos y ricos
Atento es el comunicador que escucha y es empático
Abierto, es caracterizado por ser platicador, amable,
comunal, no reservado, extrovertido y franco
Amistoso, es un estilo variable que va de no ser hostil a ser
profundamente íntimo
Controlado. Minimiza al otro, no le deja hablar, no respeta.
Social Afiliativo + Claro
Autoritario
Simpático
Irritante Expresivo
Social Afiliativo + Simpático
Social Auto-modificador
Social Afiliativo
Social Afiliativo
Social Afiliativo
Incluye dimensiones negativas.
Convencional. Baja auto-divulgación, evasivo y superficial.
Evitante.
Especulativo. Abierto, tolerante, respetuoso, prudente.
Social Auto-modificador
Sociable. Se interesa en el otro, escucha, comprende.
Social Afiliativo
Aplacar. No muestra ningún desacuerdo, complace, busca
aprobación.
Culpar. Busca fallas, dictador, mandón, enjuiciador.
Suprarazonar. Se expresa en forma exageradamente
correcta, calmado.
Distraer. Evade, ambiguo, confuso.
Apertura. Congruente, directo, facilita la intimidad.
Positivo. Es abierto, escucha, comprende, amable,
afectuoso.
Negativo. Conflictivo, rebuscado y confuso.
Reservado. No expresivo, frío y callado.
Violento. Agresivo, temperamental, gritón.
Social Auto-modificador
Autoritario
Social Normativo
Irritante Expresivo
Abierto + Social Afiliativo
Social Afiliativo + Abierto
Irritante Expresivo
Evitante
Violencia Instrumental + Hiriente
Expresivo
6
El tipo “Impression Leaving” (impacto de la impresión) no es claro como estilo, parecería que se refiere a la percepción
que tiene la otra persona del interlocutor. Dada esta ambigüedad no se encontró correspondencia con alguna de las dimensiones obtenidas en este estudio.
anales de psicología, 2003, vol. 19, nº 2 (diciembre)
272
Rozzana Sánchez Aragón y Rolando Díaz Loving
Con base en la información presentada en la
tabla, es evidente que los factores de la versión
Yo Soy, en especial el área Social Afiliativa,
guardan similitud en todos los casos con algún
estilo propuesto por los autores. En el caso de
las dimensiones restantes, tanto positivas como
negativas, hay coincidencias pero no con todos
los autores, ni en forma precisa. Es decir, los
factores obtenidos se ven de alguna manera
reflejados en la literatura pero guardan ciertas
particularidades culturales, no expresadas por
otros autores. Por ejemplo, el estilo reservado
del que habla Nina Estrella (1991) aparece en
esta investigación como evitante y el factor que
se obtuvo como Reservado-reflexivo es positivo
y refiere más una forma analítica y precavida que
fría y callada. Otro ejemplo, se da en el caso del
estilo dramático de Norton (1978), el cual está
implícito en el estilo simpático que es ocurrente,
juguetón y simpático obtenido en este estudio,
pero no son idénticos, pues la propuesta teórica
se refiere a la exageración en la forma de
comunicar un tópico, sin abordar formas
particulares. Con respecto a la estabilidad de la
prueba, ésta mostró coeficientes alfa de Cronbach robustos en la mayor parte de los factores.
Aunado al apoyo teórico que brinda cada
una de las tipologías a los factores obtenidos en
el inventario diseñado en esta investigación, la literatura sobre comunicación, cultura y relaciones
personales, contribuye también en la explicación
de cada factor. Así, en lo que respecta a las dimensiones positivas, tanto de la versión Yo como la versión Mi Pareja; es interesante identificar
ciertas particularidades culturales. En el caso del
estilo Social Afiliativo (Yo), no solo es el primer
factor que surge en los análisis factoriales, lo que
de inicio indica que cuando un hombre o mujer
se va a comunicar con su pareja, la primera forma que surge para hacerlo es siendo amistoso,
amable, cortés, atento, cariñoso, complaciente,
comprensivo y dulce; sino que además, este primer patrón se ve fuertemente apoyado en la literatura sobre la psicología del mexicano que indica la existencia de un individuo que le da mucha
importancia a las relaciones afectuosas entre las
personas, que le gusta complacer a los demás, y
le gusta dar y recibir cariño a través de sus conanales de psicología, 2003, vol. 19, nº 2 (diciembre)
ductas (Díaz Guerrero, 1994). En la versión Mi
Pareja, este estilo se combina con el Simpático,
cuya expresión incluye ser encantador, juguetón,
ocurrente y platicador; al parecer esta forma de
agregar sorpresa y humor en la comunicación,
enriquece, da vigor y optimismo a la interacción
entre la pareja.
El segundo factor, llamado patrón Social
Auto-modificador (Yo), cuya esencia es ser
tolerante, prudente, respetuoso y razonable ante
las demandas de la pareja en forma relajada, y en
el caso del Auto-modificador Constructivo (Mi
Pareja), caracterizado por ser igualmente
prudente y tranquilo, pero más reflexivo y
sensato y no necesariamente más respetuoso, es
notoria la disposición positiva al comunicarse.
Sin embargo, se notan ligeras diferencias, de
hecho, de acuerdo a la investigación
transcultural, los mexicanos tienden a ser más
cooperativos, aceptantes y adaptables a las
situaciones sociales que los estadounidenses en
sus interacciones sociales; esto refiere a la forma
en la que hombres y mujeres procuran mantener
la armonía con los demás, aún a costa de sus
deseos personales, cediendo ante las peticiones
de los otros tranquila y reflexivamente (Díaz
Guerrero, Holtzman y Swartz, 1975).
Al analizar los estilos Abierto y Claro (Yo y
Mi Pareja), se debe conceder que estos han
estado vinculados históricamente, al ser franco,
directo, expresivo a la vez que coherente.
Dicho patrón, colabora en el establecimiento
de reglas y evitación de malos entendidos entre
los miembros de la relación de pareja (Miller et
al. 1976). Una característica importante de estos
estilos, es que la pareja logra abordar temáticas
privadas, que si no son expresadas a tiempo
pueden ser interpretadas en una dirección,
cuando en realidad tienen otra. La falta de
claridad puede favorecer la idea de que se tiene
un conocimiento mayor del otro, o permite el
crecimiento de áreas de posible conflicto al no
ser entendidas de la misma manera por los
miembros de la pareja.
Un siguiente factor con un claro contenido
colectivista es el Social Normativo (Yo y Mi
Pareja). Este factor es caracterizado por un ser
educado, ordenado y cordial al interactuar con
Patrones y estilos de comunicación de la pareja: Diseño de un inventario
otros. No solo es este factor particularmente
importante en la cultura mexicana por aparecer
implícito en las premisas histórico socioculturales de la familia mexicana, en la que se encuentran elementos de respeto por el estatus,
autoridad y honor familiar (Díaz Guerrero,
1994) que exigen ciertos comportamientos dentro y fuera del grupo primario, que garanticen
relaciones gratas y correctas de relacionarse socialmente; sino que además refleja de manera
nítida una dimensión primordial del autoconcepto del Mexicano que versa sobre la amabilidad, la educación y la cortesía (La Rosa y DíazLoving, 1991).
Una dimensión crucial para el funcionamiento de las relaciones es la de Reservadoreflexivo (Yo). Por la manera en que se conformó el factor, se aprecia una forma particularmente interesante en este estudio, pues aunque en otras investigaciones tiene una tonalidad
totalmente negativa (p.e. Nina Estrella, 1991),
en este caso se refiere a cierta distancia que
toma la persona para analizar el tema de conversación con su pareja. No apareció el típico
Reservado-reflexivo que es callado, seco y frío,
sino una persona que dedica más tiempo y toma sus precauciones al comunicarse, quizá como una búsqueda de mejores respuestas en sí
mismo.
El estilo Empático (Mi Pareja), es decir, ser
considerado, complaciente y comprensivo tiene
un papel importante en el establecimiento de la
intimidad en la relación de pareja. Pues es a
través de la auto-divulgación (compartir aspectos privados del yo con el otro) y las respuestas
de entendimiento por parte del otro, es posible
ir configurando los lazos de confianza, atención
y aceptación que hacen a una relación única
(Derlenga, 1984). De hecho, la mayor parte de
los programas de intervención en comunicación de parejas, sugieren como meta alcanzar
una postura más empática en la relación. Aquellos interesados en mayor información sobre la
empatía en México, pueden consultar a DíazLoving, González Varela, Andrade Palos, La
Rosa, y Nina Estrella (1985), o Díaz-Loving,
Andrade Palos, y Nadelsticher, (1986).
273
El patrón Social Expresivo (Mi Pareja) indica la percepción de la pareja como sociable platicadora, risueña y expresiva ante la comunicación del sujeto que responde. Este estilo refleja
a un comunicador positivamente interesado en
la divulgación de su pareja; asimismo, estas dimensiones reflejan al mexicano obedienteafiliativo, es decir, al 80% de los mexicanos que
se caracterizan por ser respetuosos, amistosos,
felices, románticos, corteses, amables, tolerantes y sentimentales (Díaz Loving y La Rosa,
1991). Asimismo reflejan al Síndrome de la
Simpatía descrito por Triandis, Marín y Betancourt (1984), compuesto por una orientación
afiliativa, amable y sociable, normada en este
sentido y a la vez con una tendencia a la promoción de afecto y felicidad hacia los otros …
características fundamentalmente colectivistas.
En lo que respecta a los factores negativos
logrados, el Patrón Violento Instrumental (Yo)
caracterizado por ser amenazante, agresivo,
atacante, abusivo y violento durante la conversación, está fuertemente sustentado en la literatura sobre violencia marital y familiar. Se ha dicho que la función de las conductas violentas
incluyen el control de la proximidad que se tiene con la pareja (Mattison y Sinclair, 1979; Sánchez Aragón, 2000), pueden ser utilizados para
manejar a la pareja (Rivera Aragón, 2000) y a la
vez puede coincidir con periodos de transición
de un nivel de intimidad a otro (Roberts y Noller, 1998). En lo que toca al factor Violento
Instrumental y Expresivo (Mi Pareja), en donde
esta versión instrumental se conjuga con la
tendencia a ser inquisitivo, hiriente, injusto y
ofensivo (estilo Hiriente Expresivo), es notoria
la presencia de emociones que probablemente
colaboren en el enganchamiento de los miembros de la pareja en una situación de conflicto.
En este tenor, Roberts et al. (1998) analizan el
papel del estilo de apego ansioso ante el abandono en la emisión de este tipo de formas de
comunicarse. Entre sus observaciones indican
que estos individuos buscan mantenerse realmente cercanos a su figura de apego y cualquier
afecto negativo que pueda amenazar con la
proximidad, es tratado de una forma obsesiva,
se presentan también altos niveles de divulgaanales de psicología, 2003, vol. 19, nº 2 (diciembre)
274
Rozzana Sánchez Aragón y Rolando Díaz Loving
ción, aunque ésta es carente de flexibilidad y
reciprocidad. La investigación sobre el mexicano también da luz sobre este tipo de persona
puesto que el mexicano con control externo
pasivo, se caracteriza por ser agresivo, impulsivo, gusta de lastimar los sentimientos de los
demás, es peleonero y tosco; como se puede
observar se juntan aquí la instrumentalidad y la
expresividad negativa (Díaz Guerrero, 1994).
En lo que toca al estilo de comunicación
Evitante (Yo y Mi Pareja), cuyas características
son ser frío, serio, severo, intolerante, distante,
limitante, indiferente e inexpresivo al comunicarse; este muestra similitudes con el estilo de
apego evitante caracterizado por ser defensivo
y rechazante (Shaver y Hazan, 1988). Es de
considerarse, que el apego evitante mantiene un
sentido de independencia e invulnerabilidad,
carentes de calidez (Bartholomew y Horowitz,
1991), que requiere que la persona se niegue a
compartir, no conviva, muestre desinterés, no
presta atención a los demás ni este interesado
en resolver los problemas de otros (Sánchez
Aragón, 2000). Roberts et al. (1998) mencionan
que el estilo de apego evitante se caracteriza
por incomodidad ante la cercanía, por falta de
involucramiento emocional en las relaciones y
por una fuerte tendencia a rechazar y expresar
afecto negativo, lo que favorece que cuando estas personas terminan una relación de pareja,
sientan un descanso (Feeney y Noller, 1992).
Al buscar una estrategia que permita imponerse sobre la pareja, aparece el patrón Autoritario (Yo y Mi Pareja), en el se aprecia una tendencia a comunicarse en forma enérgica, exigente, dominante y mandona con la pareja, lo
cual –según la investigación- correlaciona positivamente con bajos índices de satisfacción marital en parejas que tienden a usar este estilo para crear coerción, amenazar e intentar humillar
al otro (Bolland y Follingstad, 1987). Este estilo
tiene sus raíces en las relaciones familiares tradicionales en México, cuando los padres exigían la obediencia ciega de los hijos y el marido
de la esposa sigla mediación de la afiliación
(Díaz Guerrero, 1994; Melchor Ocampo, 1959,
cit. en Sabau-García y Jované, 1994). Un estilo
similar al autoritario, pero con un propósito
anales de psicología, 2003, vol. 19, nº 2 (diciembre)
más directo al control a través de cualquier estrategia efectiva es el Maquiavélico (Mi Pareja),
definido por ser quisquilloso, dictatorial, censurante y ambiguo al comunicarse. Este patrón
refleja una variante de autoritario con una sabor irritante expresivo, en donde no solo se es
dictatorial y censurante, sino también quisquilloso y ambiguo. Esta forma de comunicarse en
la relación de pareja de alguna forma se asemeja a los dobles mensajes que en ocasiones se
envían (doble vínculo) entre los miembros de
una relación cercana cuando el lenguaje verbal
indica algo que el no verbal no indica o contradice (Watzlawick, 1967).
Con un carácter negativo y emotivo, pero
en el lado contrario del espectro de control,
aparecieron los estilos Irritante Expresivo (Yo)
(comunicar en forma latosa, fastidiosa, buscando confundir y enredar al otro, haciendo uso
del discurso monotónico y difícil) y el Ambiguo
Rechazante (Mi Pareja) o agresión pasiva, el
cual incluye ser rebuscado, limitante, rechazante e impreciso al comunicarse. Estos dos estilos
son patrones relativamente nuevos en la literatura, pero encontrados por Nina Estrella (1991)
en México en su estilo negativo cuando habla
de alguien intratable, rebuscado conflictivo y
confuso. Otros dos estilos llenos de emotividad
negativa son por una parte el factor Chismoso
(Mi Pareja), caracterizado por ser criticón y
conflictivo, evidencia la percepción de que la
pareja se ve envuelta en situaciones en las que
tiende a expresar opiniones negativas de la relación o la pareja u otras personas lo que favorece problemas dentro o fuera de la relación. El
otro estilo es el Impulsivo (Mi Pareja), el cual
retoma cierta disposición destructiva que muestra inconformidad e injusticia continua, como
formas de relacionarse. Al parecer, este ultimo
factor es la contraparte del Reservado-reflexivo
y el social normativo, que toman su tiempo para medir sus palabras y finalmente actuar de
acuerdo a la situación. Este estilo es menos
pensado y más actuante, lo cual puede representar un problema, pues al actuar deliberadamente es probable que los otros estilos también
negativos fluyan fácilmente.
Patrones y estilos de comunicación de la pareja: Diseño de un inventario
Conclusiones
Al analizar las respuestas que los sujetos dieron
al instrumento, se obtuvo una medida culturalmente sensible que muestra una orientación social y de alto contexto (Gudykunst et al. 1996),
es decir, una herramienta que involucra el uso
de mensajes implícitos e indirectos en donde se
minimiza el contenido del mensaje verbal y que
es sensible a las formas que las personas utilizan para mantener la armonía o influenciar a la
otra persona. Esta lógica, permite inferir que en
México, como cultura centrada en el grupo, las
formas o patrones, más que los tópicos y el
contenido que se abordan en la comunicación,
juegan un papel fundamental en la forma en la
que se relacionan las personas.
Con base en el análisis de los factores obtenidos en este inventario, es posible afirmar que
éste da luz sobre la gama de estilos positivos y
negativos que en México las personas con pareja usan para comunicarse, surgiendo estilos característicos como: Empático y Social Expresivo (Mi Pareja); y Social Afiliativo, Social Automodificador, Simpático y Social Normativo
(Yo). En el caso de las áreas negativas, estilos
como el Maquiavélico y el Chismoso (Mi Pareja) y el Hiriente e Irritante Expresivo (Yo). Algo también interesante, es el hecho de que algunos factores obtenidos se encuentren en ambas versiones (Yo y Mi Pareja): Social Afiliativo, Abierto, Social Normativo, Claro, Violento
Instrumental, Evitante y Autoritario, lo cual
significa que existe la percepción de correspondencia que tiene el sujeto sobre el estilo que
usa al comunicarse con su pareja y la percepción que tiene de su pareja en términos de reciprocidad en el estilo de comunicación; así
cuando siente que es congruente, coherente y
275
comprometido percibe que su pareja también
lo es y cuando es negativo, provoca y evidencia
las mismas formas en el otro.
Con relación en las medidas de estilos de
comunicación referidas en la introducción, es
evidente que el inventario realizado difiere de
la mayoría de las otras medidas en cuanto a
ciertas características: a) Longitud, aparecen
desde de 9 viñetas a más hasta de 150 reactivos
que exploran los patrones de comunicación; b)
el formato, el cual varía de viñetas que solicitan
que el sujeto indique una de tres a cinco opciones de repuesta, su reacción ante situaciones
reales en términos de posibles conductas o
emociones, a instrumentos de auto reporte de
tipo Likert o bien Diferencial Semántico; c)
el énfasis en las áreas positivas o negativas. Es
evidente que algunos instrumentos se centran
en situaciones de conflicto dándole un peso
mayor a reacciones de evitación o retirada,
otras procuran equilibrar formas neutras, positivas y negativas, otros se concentran en la
orientación cultural y otros manejan los extremos pasivo-activos durante el intercambio de
ideas. Finalmente, d) difieren en cuanto a la
unidad de análisis. Al respecto, algunos instrumentos van dirigidos a familias, otros a amigos
y la mayor parte a relaciones de pareja. Como
conclusión, de la comparación con lo existente
en la literatura conceptual y empírica sobre los
estilos de comunicación, podemos decir que en
general, esta medida provee de una fuente fiable del aspecto emocional y actitudinal del estilo de comunicación de la persona (y la percepción de su pareja) en términos de las formas
verbales y no verbales, lo que da una visión
más precisa de la forma en que la persona es o
se “sabe” al comunicarse en el contexto de la
socio-cultura mexicana.
Referencias
Bartholomew, K. y Horowitz, L. M. (1991). Attachment
Styles among young adults. A test of a four-category
model. Journal of Personality and Social Psychology, 61,226244.
Bolland, J. and Follingstad, D. (1987). The relationship
between communication and marital satisfaction: a review. Journal of Sex and Marital Therapy. 13(4), 286-313.
Chelune, G. (1976). Self Disclosure. CA: Jossey-Bass Publication.
Christensen, A. (1988). Dysfunctional interaction patterns
in couples. En P. Noller y M. A. Fitzpatrick (Eds.),
Perspectives on marital interaction. Clevedon, Inglaterra:
Multilingual Matters.
anales de psicología, 2003, vol. 19, nº 2 (diciembre)
276
Rozzana Sánchez Aragón y Rolando Díaz Loving
Christensen, A. y Sullabay, M. (1984). Communication
Patterns Questionnaire. Unpublished questionnaire, University of California, Los Angeles.
Derlenga, V. y Chaikin, A. (1976). Shared Intimacy. NJ:
Prentice Hall, Inc. Englewood Cliffs.
Derlenga, V. J. (1984). Self-disclosure and Intimate Relationships. En Derlenga, V. J. (Ed.) Communication, Intimacy, and Close Relationships. USA: Academic Press.
Devellis, , R. F. (1991). Scale development : theory and applications. Applied Social Research Methods Series, Vol. 26.
Newbury Park: Sage Publications.
Díaz Guerrero, R. (1994). Psicología del Mexicano: descubrimiento de la etnopsicología. México: Trillas.
Díaz Guerrero, R., Holtzman, W. H. y Swartz, J. D.
(1975). El desarrollo de la personalidad en dos culturas:
México y Estados Unidos. México: Trillas.
Díaz-Loving, R., González Varela, M., Andrade Palos, P.,
La Rosa, J. y Nina Estrella, R. (1985). Empatía: Antecedentes históricos y su relación con conductas prosociales y antisociales. Revista de Psicología Social y Personalidad, 1, 2, 77-92.
Díaz-Loving, R., Andrade Palos, P. y Nadelsticher, M.A.,
(1986). "Desarrollo de la Escala Multidimensional de
Empatía (EASE)". Revista de Psicología Social y Personalidad, II, 1, 1-12.
Feeney, J. A. y Noller, P. (1992). Attachment style and romantic love: relationship dissolution. Australian Journal
of Psychology, 44, 69-74.
Fitzpatrick, M. A. (1987). A typological approach to communication in relationships. En B. Rubin (Ed.) Communications yearbook. New Bunswick, New Jersey: Transaction Books.
Fitzpatrick, M. A. (1988). Between husbands and wives,
communication in relationships. En B. Rubin (Ed.)
Communication yearbook. New Bunswick, New Jersey:
Transaction Books.
Goldstein, S. B. (1999). Construction and Validation of a
Conflict Communication Scale. Journal of Applied Social
Psychology, 29(9), 1803-1832.
Gudykunst, W. B., Matsumoto, Y., Ting-Toomey, S., Nishida, T. Kim, K. y Heyman, S. (1996). The influence
of cultural Individualism-Collectivism, self construals,
and individual values on communication styles across
cultures. Human Communication research, 22(4), 510-543.
Hall, J. A. (1978). Gender effects in decoding nonverbal
cues. Psychological Bulletin, 85, 845-857.
Hawkins, J., Weisberg C. y Ray, D. (1980). Spouse differences in communication style: preference, perception,
behavior. Journal of Marriage and the Family, (August):
585-593.
Heavey, C. L., Christensen, A. y Malamuth, N. M. (1995).
The longitudinal impact of demand and withdrawal
during marital conflict. Journal of Consulting and Clinical
Psychology, 63, 797-801.
Kahn, M. (1970). Nonverbal communication and marital
satisfaction. Family Process, 9, 449-456.
La Rosa, J. y Díaz-Loving, R. (1991). Evaluación del autoconcepto: Una escala multidimensional. Revista Latinoamericana de Psicología, 23, 1, 15-34.
anales de psicología, 2003, vol. 19, nº 2 (diciembre)
Mattison, J. y Sinclair, I. (1979). Mate and stalemate. Oxford,
Inglaterra: Blackwell.
Michaud, S. L. y Warner, R. M. (1997). Gender differences
in self-reported response to troubles talk. Sex roles,
37(7-8), 527-540.
Miller, S., Nunnally, E. y Wackman, D. (1976). A communication training program for couples. Social Casework.
(January).
Nina Estrella, R. (1991). Comunicación Marital y Estilos de
Comunicación: Construcción y Validación. Tesis de Doctorado no publicada, Facultad de Psicología, UNAM.
Noller, P. (1980). Misunderstandings in marital communication: a study of couples no verbal communication.
Journal of Personality and Social Psychology, 39, 1135-1148.
Noller, P. (1982). Couple communication and marital satisfaction. Australian Journal of Sex, Marriage and Family,
13(2), 69-75.
Noller, P. Peterson, C. D. y Feeney, J. A. (2001). Personal
relationships across lifespan. USA: Routledge.
Norton, R. W. (1978). Foundation of a communicator style construct. Human Communication Research, 4(2), 99112.
Nunnally, J. C. y Bernstein, I. J. (1995). Teoría Psicométrica.
México: McGraw-Hill.
Ojeda García, A., Sánchez Aragón, R., Díaz Loving, R. y
Rivera Aragón, S. (1996). Estilos de comunicación y
los rasgos de masculinidad-feminidad en la toma de
decisiones de parejas mexicanas. La Psicología Social en
México, VI, 303-310. México: Ed. AMEPSO.
Pick, S. y López, M. (1991). Como investigar en Ciencias Sociales. México, Trillas
Richie, L. D. y Fitzpatrick, M. A. (1990). Family communication patterns: measuring intrapersonal perceptions
of interpersonal relationships. Communication Research,
17 (4), 523-544.
Roberts, N. y Noller, P. (1998). The associations between
adult attachment and couple violence: the role of
communication patterns and relationship satisfaction.
En J. A. Simpson y W. S. Rholes. Attachment Theory and
Close Relationships. USA: Guilford Press.
Sabau-García, M. L. y Jovane, A. (1994). Estampas de la Familia Mexicana. México: Impresora Formal, S. A. de C.
V.
Sánchez Aragón, R. (2000). Validación empírica de la Teoría
Bio-Psico-Socio-Cultural de la relación de pareja. Tesis de
Doctorado no publicada. Facultad de Psicología,
UNAM. México.
Satir, V. (1986).Relaciones Humanas en el Núcleo Familiar.
México: Editorial Pax México, 122-139.
Shaver, P. y Hazan, C. (1988). A biased overview of the
study of love. Journal of Social and Personal Relationships,
5, 473-501.
Stets, J. y Pirog-Good, M. A. (1987). Violence in dating relationships. Social Psychology Quarterly, 50, 237-246.
Tims, A. R. y Masland, J. L. (1985). Measurement of Family Communication Patterns. Communication Research,
12(1), January, 35-57.
Tolhuizen, J. H. (1989). Communication strategies for intensifying dating relationships: identification, use and
Patrones y estilos de comunicación de la pareja: Diseño de un inventario
structure. Journal of Social and Personal Relationships, 6,
413-434.
Triandis, H. C., Marin, G., Lisansky, J. y Betancourt, H.
(1984). Simpatia as a cultural script of Hispanics. Journal of Personality and Social Psychology, 47(6), 1363-1375.
Vogel, D. L., Wester, S. R. y Heesacker, M. (1999). Dating
relationships and the demand/withdraw pattern of
communication. Sex Roles, 41 (2/4), 297-306.
Watt, J. H. y VanLear, C. A. (1996). Communication Process Approaches and Models: Patterns, Cycles and Dy-
277
namic Coordination. En Watt, J. H. y VanLear, C. A.
(Eds.) Dynamic Patterns in Communication Process. USA:
Sage Publications.
Watzlawick, P. (1967). Pragmatics of human communication: a
study of interactional patterns, pathologies and paradoxas.
Nueva York: Norton.
(Artículo recibido: 3-12-2001, aceptado: 27-2-2003)
anales de psicología, 2003, vol. 19, nº 2 (diciembre)
Descargar