Misión El consejo comunitario de la comunidad negra del rio naya a

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Misión
El consejo comunitario de la comunidad negra del rio naya a través de los directivos,
propende a adelantar gestiones, en defensa del territorio ancestral, la cultura, saberes
tradicionales, impulsa el fomento de proyectos etnoeducativo, tecnológicos, científicos,
culturales, folclóricos, recreativos, deportivos, de inversión social, organizativos,
comunitarios, productivos, agropecuarios, eco-turísticos, investigativos, ecológicos,
comercialización y transformación de productos, fortalecimiento y apoyo de líderes e
instituciones que propendan por el desarrollo sostenible y sustentable de los habitantes de
la cuenca del rio naya. Aportando a la consolidación de la paz y la convivencia pacífica en
armonía con la naturaleza. Trabajando de manera autónoma en coordinación con
entidades públicas y privadas que tengan como fin el desarrollo de las comunidades de
base organizadas, de los sectores marginados de la región el país y mundo.
Visión.
El consejo comunitario de la comunidad negra del rio naya, fundamentado en sus
directivos, Promueve la activa participación de la comunidad en general, en el fomento de
valores como la paz, la tolerancia, la convivencia pacífica, el respeto a la vida, la equidad
de géneros, el compromiso social, la justicia, como elementos básicos de la sociedad en
que la libertad se ejerza de manera responsable en el marco de la búsqueda del bienestar
común. Fomentar la educación sexual, el uso adecuado del tiempo libre, la prevención a
sustancias psicoactivas, el respeto a los derechos humanos y la difusión de normas
nacionales e internacionales especialmente la declaración de los derechos humanos y el
derecho internacional humanitario, las convenciones, tratados, protocolos y pactos, al igual
la constitución política, de 1991, la ley 70/93, el decreto reglamentario 1745/95 y todas las
normas vigentes.
Objetivo
Promover la defensa del territorio ancestral fundamentado en respecto a los derechos:
políticos, sociales, culturales, económicos y ambientales, mediante la reivindicación
étnica y cultural, en pie de igualdad al resto de la sociedad colombiana.
Historia del consejo comunitario de la comunidad negra del rio naya.
Debemos recordar que la presencia del Afronayense en la región del Naya data desde
finales del siglo XVI, según la historia cuenta que desde 1680 llegaron los primeros
Afronayense procedente de la madre África traídos en calidad de esclavo para ser
sometidos en el trabajo forzado en las minas o socavones, las familias más predominantes
asentadas en esta región son la familia Angulo Mondragon, se cree que estas familia son
procedentes del país de Angola, Mongolia, congó y otros países africanos. A partir de
1851 abolida la esclavitud en Colombia, la población afro se disperso por toda la región
estableciendo poblados, para rehacer sus vidas y poder comenzar a crear un nuevo
proyecto de vida familiar, social y comunitaria, este crecimiento fue tan acelerado que hoy
podemos contar con más de 53 comunidades, con una población Afronayense de más de
18.570 habitantes. El pueblo Afronayense ha desarrollado prácticas complejas de
aprovechamiento de la oferta ambiental manteniendo el equilibrio natural y un uso
respetuoso de la madre tierra, donde permita mantener la cohesión y armonía con la
naturaleza y la sociedad donde habita, conocido como territorio ancestral donde se cree y
procree la cultura humana. Esta forma de apropiación económica y cultural del territorio
en la que hoy los Nayeros, llamamos territorio ancestral, es la fusión de la cultura y el
territorio que con el tiempo se fue convirtiendo en “territorio de propiedad colectiva”.
UBICACIÓN DEL CONTEXTO DE LA REGION.
La región de la costa pacífica, es un corredor de 1.300 Km. de longitud y 109.060
kilómetros cuadrados que equivale al 10% del territorio de Colombia y está mayormente
cubierto de selvas. La conservación de las selvas se debe principalmente a las
comunidades indígenas y afrocolombianas. Esta zona es también una de las más húmedas
y biodiversas del planeta. Diversas fuentes de datos indican que hay 7.595 especies de
plantas, 707 especies y subespecies de mariposas y 1546 especies y subespecies de aves.
De éstas, hay 1.311 especies endémicas de plantas, 269 especies y subespecies de
mariposas y 427 especies y subespecies de aves. Esta biodiversidad ha sido posible gracias
a las condiciones biofísicas, pero también gracias a nuestras costumbres, usos y normas
tradicionales que rigen el uso de nuestros territorios, del suelo, aguas y especies de manera
sostenible.
SINTESIS DE LA SITUACION DEL RIO NAYA.
El Poblamiento de la cuenca hidrográfica del Naya, corresponde a los hechos históricos,
dados en el Pacífico, con la llegada de los españoles a América a principios del siglo XVI,
generando un proceso de colonización de este gran territorio. Los españoles luego de
diezmar a la población aborigen, que como quiera se constituyen en los pobladores
milenarios de la zona y del Naya, y al darse cuenta del gran potencial de recursos mineros,
introducen fuertes contingentes de esclavos procedentes del continente africano,
convirtiéndose en el soporte de la explotación minera del siglo XVII y XVIII; este
fenómeno denominado la “trata”, generó una expansión demográfica importante,
convirtiendo a los Afrodesendientes en el grupo étnico dominante de la región pacifico.
Una de las regiones de poblamiento de las comunidades negras durante este período se
ubicaría en “los cursos medios y altos de numerosos ríos que atraviesan la angosta planicie
aluvial entre Buenaventura y la bahía de Guapi. Desde estas tres áreas los negros han
colonizado toda la región” (West, 1957), región en la que se encuentra el Naya.
Existen registros históricos sobre el laboreo en las minas de oro en la región de Micay y
Naya en el año de 1716. (West, 1957). Aunque también existen referencias de que la
primera presencia de población negra esclavizada en el Naya, procedentes de las zonas
con tradición minera (SENEGAL Y NIGERIA), se produjo en 1680, por parte del
esclavista Cristóbal Mosquera (Romero; 1997),
Desde el primer momento que los esclavos llegaron a la zona, se familiarizaron con el
territorio, generando la suficiente confianza y reconocimiento para ser libres, ya sea por
compra con una libra de oro, o escapándose; para ello el territorio fue su aliado; cuentan
algunos mayores que cuando el amo llevaba sus esclavos en busca de nuevas minas, ellos
iban regando semillas de bacao y Pepa de pan, con el fin de asegurar el alimento cuando
obtuviesen su libertad.
En los sitios que fueron centros de explotación minera, se encuentran los poblados más
grandes, tales como San Francisco del Naya, San Francisco Adentro, La Concepción y
Santa Cruz de Golondro, entre otros. Se sabe qué anterior a la llegada de los
afrodesendientes, los indígenas ocuparon este lugar, se desconoce la etnia, su procedencia
de origen y la época en que abandonaron el sitio. Después de la independencia en 1810, el
señor Olave abandonó la explotación minera, y sus cuadrillas de esclavos liberadas
heredaron las tierras posesionándose de ellas. Las familias que hoy conforman los
asentamientos poblados son descendientes de troncos familiares de esclavos, fácilmente
deducibles por el apellido, los lazos de afinidad y consanguinidad, pero también en los
usos y costumbres, prácticas tradicionales que se mantienen como es el caso de la
extracción de oro en los canalones o minas de barequeo. El registro oral que se guarda en
la memoria colectiva de los mayores quienes tienen presente las primeras familias que
dieron origen a los poblados.
INTERESES ECONOMICO SOBRE LA REGION DEL RIO NAYA.
La región del Naya se ve afectada por todo lo que sucede en el Pacífico, como
migraciones, proyectos económicos de gran envergadura, políticas agrarias y de seguridad,
etc. De acuerdo al INCODER, la población negra cuenta con 149 títulos colectivos sobre
un área cercana a los 5.200 millones de hectáreas. Aún hay pendientes 27 solicitudes de
titulación colectiva por parte de las comunidades negras y la del Naya es una de ellas. El
territorio que las comunidades negras, indígenas y campesinas exigen que sea reconocida
legalmente su propiedad es de 300.000 hectáreas aproximadamente y en las cuáles las
comunidades han vivido y ejercido sus derechos de dominio por cerca de 330 años.
Si bien en la cuenca del Naya se han logrado desarrollar condiciones de vida en salud,
educación, en producciones agrícolas y pecuarias, que en mas de 300 años de poblamiento,
han desarrollado sus pobladores. Esta región esta marcada por la ausencia de presencia
estatal y de inversión social, que se acentúa año tras año y que tiene que ver con la baja
cobertura en Salud y Educación principalmente. La pauperización de las comunidades ante
el agotamiento de la base natural se acentúa por los planes de desarrollo centralistas y
excluyentes que van en contravía de los planes de vida de las comunidades indígenas y los
planes de manejo de los territorios colectivos de las comunidades negras, como también
por desaciertos en la cooperación internacional, la depredación de la biodiversidad con
obras de infraestructura, la implementación y expansión de monocultivos que lesionan la
integridad cultural y social de nuestras comunidades afrodesendientes, indígenas y
campesinas; entre otras muchas iniciativas que se realizan en la región.
Esto ha conducido a situaciones tremendamente indeseables como la elevada migración de
la población juvenil y la pérdida de control sobre los territorios y el debilitamiento de la
gobernabilidad. En tales condiciones avanzan iniciativas donde la concertación y
negociación quedan tremendamente disparejas. La negociación de nuestras organizaciones
y representantes de nuestras comunidades con el sistema de Parques Naturales, las
corporaciones ambientales, Ministerios de Minas, Ministerio del Transporte e INVIAS y
las empresas dueñas de las proyectos de explotación da cuenta que se imponen visiones e
iniciativas desde el nivel central del gobierno desconociendo flagrantemente la obligación
de aplicar el mecanismo de Consulta Previa, consagrado en instrumentos internacionales
Convenio 169 de la OIT y la misma Ley 70 de 1993, art. 49.
Existen propuestas de iniciativas Forestales por el gobierno nacional que promueve la
explotación del bosque de las comunidades, los proyectos de palmicultura sobre los
territorios colectivos, la ley de Minas que estimula a las empresas multinacionales la
explotación de los minerales sin atender los impactos sociales, económicos y ambientales,
un estatuto de desarrollo rural que privilegia monocultivos y establecimiento de
biocombustibles, y también una iniciativa legislativa que pretende privatizar el agua; son
muestra de cómo el atropello a las comunidades afrodesendientes e indígenas, es parte de
la política pública del Estado colombiano.
SITUACION DE VIOLENCIA Y VULNERACION DE DERECHO EN EL MUNICIPIO
DE BUENTURA.
Todo esto está derivando en una situación muy crítica. El Pacífico ha vivido una de las
mayores hecatombes del conflicto colombiano reciente. Buenaventura es uno de los
epicentros de la mayor violencia en Colombia y esta se ha centrado en contra de las
comunidades afrodesendientes.
Entre 2004 y 2007 se cuenta en cerca de 1493 personas asesinadas y masacradas en este
puerto, de los cuales el 98% son negros. Cabe señalar las permanentes y graves
violaciones de Derechos Humanos que se siguen realizando contra los jóvenes que llegan
del río a Buenaventura; los cuáles son perseguidos, atacados, destruidas sus pertenencias,
por la misma fuerza pública.
RIEZGOS Y CONTROLES DESPUES DE LA MASACRE EN LA REGION DEL
NAYA.
La región del Río Naya es uno de los escenarios que mejor ilustra el desconocimiento de
los derechos de las comunidades en todas las categorías. A la masacre de 2001, donde
fueron brutalmente asesinados más de 144, indígenas, campesinos y afrodesendientes por
los paramilitares del bloque calima, que hoy negocian con el Estado colombiano, se le
suma una tenebrosa impunidad, la negativa visible de garantizar el acceso legal al
territorio y su manejo, y los atropellos a la población aún en el propio territorio. Esa ha
sido la respuesta a las solicitudes de titulación colectiva. Por eso las comunidades del
Naya le preguntamos al gobierno nacional ¿Cómo va a responder el Estado colombiano en
el tan publicitado éxito de la desmovilización ante esta situación? ¿La reparación a las
comunidades del derecho a la tierra será posible?
Posterior a esa masacre, hemos unido todos nuestros esfuerzos con las comunidades
indígenas de los pueblos Paeces y Eperara y las comunidades campesinas para la titulación
del territorio colectivo del Naya y esto no ha sido posible, por el contrario ha sido
boicoteado, bloqueado y menospreciado por las instituciones de gobierno: incora, incoder,
la UNAT y Estado. Hemos visto por el contrario que se impulsan proyectos que
contravienen la integridad de las comunidades afrodesendientes y sus derechos legítimos:
la propuesta de establecer un corredor biológico que aísla la cultura y la vida de la gente
frente a su territorio, las exploraciones y explotaciones mineras, la llamada acuapista que
desestructura y deteriora los complejos manglares y aumenta la extracción de los recursos
del mar, los llamados puertos para dar la cara al Pacífico y las carreteras que buscan
integrar a grandes costos el capital trasnacional, la arremetida de la empresa Indupalma en
establecer monocultivos de palma aceitera (Elais guinenses) y los actos de gobierno que
directamente impiden los derechos de las comunidades. Veamos, como ha ocurrido:
Silvio Garcés, funcionario afrodescendiente del Instituto de Tierras (INCODER), agilizó el
proceso de clarificación del territorio del Naya para titular colectivamente las tierras a
favor de las comunidades negras e indígenas, en el año 2005 fue trasladado de su cargo.
Este proceso coincide con un estudio coordinado por el Sr. Garcés donde se demuestra que
las tierras de Jiguamiandó y Curvaradó fueron arrebatadas de mala fe y con consecuencias
negativas para las comunidades negras del Bajo Atrato.
En el 2006, después de la clarificación de la propiedad del territorio, José Joimer, director
regional de INCODER en Cali (Suroccidente del País) firma la extinción de dominio
contra la Universidad del Cauca y a favor de las comunidades negras. Hoimer también fue
destituido del Cargo.
En el mismo 2006, en Popayán, cuando el abogado del INCODER Javier Serna notifica a
la Universidad del Cauca de la extinción de dominio, fue relevado del Cargo.
ACCIONES REALIZADAS POR EL CONSEJO COMUNITARIO DEL RIO NAYA.
Desde el mes de diciembre de 1.999, nuestro consejo comunitario de la cuenca del río
naya (cauca – valle), conformado por 53 comunidades, 18.570 habitantes, solicitó
formalmente al incora (hoy incoder) la titulación colectiva de 190.000 hectáreas de tierra,
del territorio que ancestralmente, desde 1680, hemos habitado los afrodescendiente del
naya. Han pasado ocho años y aún no se titula colectivamente nuestro territorio. no nos
titulan colectivamente, pero a cambio sufrimos las violaciones de los derechos humanos a
partir de la incursión paramilitar desde el 9 de abril del 2001, lo que todo el mundo conoce
como la masacre del naya, que generó el desplazamiento forzado de varias de nuestras
comunidades afrodescendiente, el asesinato de Juana Bautista Angulo Hinestroza.
Nuestros derechos colectivos como pueblo afrodescendiente han sido violados
sistemáticamente, se desconoce nuestro dominio sobre el territorio desde 1.680, se
desconoce el convenio 169 de la OIT, ratificado por el estado colombiano a través de la
ley 21 de 1991, donde se dice que todos los grupos étnicos tenemos derecho a un territorio
para desarrollar nuestro quehacer cultural y vivir dignamente como personas. Como
afrodescendiente tenemos derecho a la existencia como pueblo y sin el título colectivo de
nuestras tierras corremos el riesgo de desaparecer.
En la constitución política de 1991, se liberan las tierras de las cuencas del pacífico a
través del artículo transitorio 55, para ser tituladas colectivamente a las comunidades
negras, lo cual es ratificado en la ley 70 de 1993, la cual nos dice que el estado colombiano
adjudicará a las comunidades negras el título de propiedad colectiva sobre los territorios
donde tradicionalmente han habitado. A demás establece la figura de saneamiento por
parte del estado, a los territorios, que por alguna circunstancia, no sean susceptible de
titulación colectiva en el pacifico.
Todo pueblo tiene derecho a un territorio donde pueda vivir dignamente. Nosotros somos
dueños del territorio que habitamos, pero necesitamos el título colectivo para evitar que
otros se apoderen de lo que les pertenece a nuestros hijos. Como es el caso de la
universidad del cauca, cuyas directivas se han opuesto a nuestros derechos ancestrales y
colectivos diciendo que nuestras tierras les pertenecen, según ellos por un “permiso
minero” otorgado al entonces colegio mayor del cauca, hoy universidad del cauca, por el
general francisco de Paula Santander, en el año 1.827 cuando era vicepresidente de la gran
Colombia. Nosotros los habitantes del rio naya, en 1827 ya teníamos 147 años de vivir en
este territorio desde 1680, con lo cual ya habíamos adquirido el derecho de posesión,
señor y dueño del mismo. Desde ese entonces nuestros derechos han sido pisoteados por el
gobierno hasta la fecha.
El incoder realizó un estudio técnico – jurídico que presentó en octubre del 2002, en el
cual expresa claramente que se puede titular colectivamente las 190.000 hectáreas que nos
pertenecen y dice que ante cualquier oposición de titulación, como la que ha hecho y viene
haciendo la universidad del cauca, el incoder está en la obligación de realizar extinción de
derecho de dominio con el fin de titular al consejo comunitario del río naya. Esto se sabe
desde hace seis años, pero a la fecha aun no se realiza la extinción de dominio, requisito
para la Titulación Colectiva
Desde el 02 de enero del 2002, nuestro consejo comunitario es beneficiario de medidas
cautelares otorgadas por la honorable comisión interamericana de derechos humanos –
CIDH, y en el marco de estas medidas, el estado y gobierno colombiano se comprometió a
cumplir con un “plan de acción a corto plazo para los ríos naya y Yurumanguí”, en el que
se incluía la titulación colectiva como parte de los mecanismos de prevención ante nuevos
hechos de violencia, como el desplazamiento forzado, contra los pobladores del río naya.
Quienes quedaron como responsables de acelerar el trámite de titulación colectiva fueron
el incora (hoy incoder), el ministerio del interior y de justicia, ministerio de educación
nacional, la procuraduría general de la nación y la defensoría nacional del pueblo.
Sistemáticamente el estado y el gobierno colombiano nos han incumplido a pobladores
afrodescendiente del rio naya, pero también a nuestros hermanos indígenas y mestizos de
la parte alta del rio naya.
Nuestro consejo comunitario ante tal incumplimiento y viendo el riesgo que corren
nuestros hijos de dejar de existir dentro del territorio que ancestralmente nos ha
pertenecido, elaboramos varios derechos de petición dirigidos a los funcionarios de
gobierno y estado que eran responsables de cumplir con la titulación, exigiendo el
cumplimiento de los compromisos, a los que o no nos respondían o cuando lo hacían se
hacían los que no sabían de qué estábamos hablando.
Ante el incumplimiento de los acuerdos, nuestro consejo comunitario dio poder a la
comisión Intereclesial de justicia y paz, para que presentaran una acción de cumplimiento
solicitando: se de cumplimiento a la ley 70 de 1993, y su decreto reglamentario 1745 de
1995 y en consecuencia se ordene la titulación colectiva de 190.000 hectáreas de tierra al
consejo comunitario de la cuenca del río naya, tal como fue solicitado por este consejo
comunitario al incora el 23 de diciembre de 1999 y reiterado a través del derecho de
petición al Dr. Arturo enrique vega barón, gerente general del incoder, con fecha de
radicado del 22 de junio del 2004 y al Dr. Sabas petrel de la vega, en su condición de
ministro de interior y justicia y al Dr. Jesús Ramírez, en su condición de director de
asuntos étnicos del ministerio de interior y justicia, con fecha de radicado del 23 de julio
de 2004. La cual fue negada, diciendo que era improcedente.
PROCUPACION DE LAS COMUNIDADES DE LA CUENCA DEL RIO NAYA.
Nos indigna que el gobierno y el estado colombiano se comprometan a dar solución al
problema de la titulación colectiva y nos incumpla.
nos indigna que a pesar de la resolución Defensorial no. 009 del 09 de mayo del 2001,
sigan sucediendo hechos que atentan gravemente contra nuestra existencia como pueblo
afrodescendiente, que valora el territorio como signo de vida y no simplemente como
mercancía o fuente de financiamiento.
Nos indigna que a pesar de las medidas cautelares de la CIDH, todo siga en la impunidad,
nuestros muertos y los de los hermanos del alto naya, sin título colectivo.
Nos indigna que tengamos que recurrir a una acción de cumplimiento para hacer valer
nuestros derechos ancestrales como lo contempla la ley 70 de 1993, y aún así, el tribunal
contencioso administrativo de Cali, a través del magistrado ponente Oscar a. Valero
Nisimblat, nos niegue la titulación colectiva.
Nos indigna y ya estamos cansados de la indignación, por eso necesitamos que la Unidad
Nacional de Tierras Rurales – UNAT y el Incoder, resuelvan en derecho, de manera justa,
y reconozca nuestros derechos ancestrales como población afrodescendiente sobre el
territorio del río naya y sancione a favor de nuestra gente, de nuestros niños y mujeres,
para garantizar nuestra existencia, la decisión de titulación colectiva.
Nos duele que una universidad pública, como lo es la universidad del cauca, se oponga a la
afirmación de nuestros derechos buscando en cambio el beneficio de unos pocos. la
universidad pública defendiendo intereses privados. sabemos que han fomentado la tala
indiscriminada de árboles a través de terceros, sabemos que a través de una ONG que
trabaja para la universidad del cauca, llamada proselva, han firmado un convenio o
contrato con el banco mundial para explotar nuestras riquezas naturales, bajo el pretexto
de un corredor biológico, sabemos que la universidad del cauca ha pagado estudios de
ampliación de explotación minera y forestal, sabemos que la universidad del cauca ha
realizado prestamos al fonade y a cambio pone en hipoteca nuestro territorio.
nos indigna esta actitud de la universidad del cauca, de sus directivas que nos han hecho
saber a través de su abogado que no tienen nada qué hablar con las comunidades y que no
seguirán perdiendo su tiempo. pues ese es el comportamiento de una de las instituciones
públicas de la nación encargada de formar profesionales para el país.
Nuestros ancestros, nuestros hombres y mujeres fueron clavados en la cruz de la
esclavitud, fueron golpeados, torturados con grillos, cepos y cadenas. Asesinados.
Humillados como pueblo. Como raza conocieron las profundidades de la nada. Con la ley
21 del 21 de mayo de 1.851, se declaró que todo negro que pise tierra colombiana quedaría
libre. @Nosotros somos hombres y mujeres libres, incluso antes de la ley de 1.851… pero
nosotros no podemos concebir la libertad sin territorio, sobre todo, la propiedad sobre éste.
Los negros del río naya no entendemos la libertad sin vida digna. Los negros del río naya
no entendemos la libertad sin territorio colectivo.
Con la ayuda del Dios de nuestros ancestros y nuestro, no vamos a permitir que se sigan
atropellando nuestros derechos. No vamos a permitir que nos sigan oprimiendo.
Seguiremos defendiendo lo que es nuestro. Nuestro territorio. Nuestra vida. Pero solos no
podemos, necesitamos la solidaridad de todas y todos aquellos que estén en contra de toda
nueva forma de esclavitud,
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