Bachillerato de Artes Escénicas, Música y Danza. IES López

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Bachillerato de Artes Escénicas, Música y Danza. I.E.S. López-Neyra. Historia de la Música y de la Danza
tema 3
Tema 3. La música y la danza en el barroco: suite,
concerto y ópera.
1/ .Situación del tema en su contexto histórico y social.
El siglo XVII y la primera mitad del XVIII se conocen en la Historia del Arte como la época del
barroco. Durante este largo siglo y medio ocurrieron importantes acontecimientos, algunos de
ellos de especial importancia para la música.
Políticamente, el poder de los monarcas se fortalecerá dando lugar a las monarquías
absolutas. Supone una concentración del poder en torno a la figura del rey, que lo ejerce de
manera caprichosa y en su propio beneficio. Esta nueva forma política con gobiernos
absolutistas se generalizará en toda Europa durante los siglos XVII y XVIII, como en la Francia
de Luis XIV, con algunas excepciones como la monarquía parlamentaria en Inglaterra y la
república en Holanda.
En cuanto a las relaciones internacionales, los intereses nacionales se exacerbaron y los
diversos países intentaron imponer su hegemonía en el resto de Europa. El barroco seguirá
siendo un periodo de frecuentes conflictos, muchos de ellos por cuestiones religiosas, como
consecuencia de la Reforma y Contrareforma del siglo anterior. La Guerra de los 30 años entre
protestantes y católicos, resuelta con la paz de Westfalia, marcará el inicio de la hegemonía
francesa bajo los Borbones, que coincide con la decadencia de España a nivel político y
económico. La corte absolutista francesa será el principal promotor del estilo cortesano,
poniendo al arte en general al servicio del poder político como exaltación de los soberanos.
En cuanto a las artes, el barroco abarca el siglo XVII y la primera mitad del siglo XVIII. El
término barroco se refiere a un arte muy adornado y recargado. Las diferentes artes están
dominadas por la pasión, el dramatismo y la expresividad, alejándose del espíritu clásico del
periodo renacentista anterior. Durante este siglo y medio vivieron grandes personalidades de
la literatura, como Góngora, Quevedo, Lope de Vega, grandes pintores como Rubens,
Velázquez, Rembrant, Zurbarán o grandes arquitectos y escultores como Bernini y Borromini.
Se habla del Siglo de Oro español para referirse a un siglo XVII en el que, a pesar de la crisis
económica, política y demográfica, las artes y la literatura vivieron se máximo apogeo en
nuestro país, destacando sobre todo el teatro, la poesía y la pintura.
Dentro de la sociedad estamental, la nobleza y el clero seguirán siendo los dos estamentos
privilegiados frente a la gran masa del pueblo llano, donde no obstante irá surgiendo una clase
media cada vez más enriquecida con el comercio. Los grandes mecenas seguirán siendo la
nobleza y el alto clero, imponiendo su gusto aristocrático en las distintas manifestaciones
culturales. En países como Holanda, una nueva clase social enriquecida procedente del pueblo
llano irá demandando un nuevo tipo de arte, especialmente en la pintura. Por tanto, la
aristocracia, el clero y la burguesía constituirán la clientela de los artistas.
A nivel económico, la teoría económica imperante será el Mercantilismo, un auténtico
nacionalismo económico que reforzará las monarquías absolutas. Sin embargo, el siglo XVII
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Tema 3. La música y la danza en el Barroco: suite, concertó y ópera.
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será un siglo de estancamiento en la agricultura y la incipiente actividad industrial, que unido a
la crisis demográfica ocasionada por la hambruna, pestes y epidemias, supondrá un retroceso
con respecto al periodo anterior.
En el ámbito cultural y científico el periodo fue muy brillante. Nace la ciencia moderna con
Galileo. Newton trabaja en los ámbitos de las matemáticas, la astronomía y la óptica y en la
filosofía Descartes, Spinoza y Leibniz desarrollaron el racionalismo. En Inglaterra destacaron los
empiristas Bacon y Hume.
2/. Características musicales.
Al igual que ocurriera en el Renacimiento, Italia seguirá siendo la fuente principal para las artes
en general y la música en particular. Los compositores italianos marcarán la pauta. El barroco
fue una época de gran vitalidad en el campo de la música, lo que hizo posible que aparecieran
novedades de gran trascendencia en cuanto a géneros, procedimientos compositivos y
diversidad de estilos. Con el barroco asistimos una primera eclosión de la música para
instrumentos. Siguiendo la evolución iniciada en el XVI, llega un momento en que los
instrumentos se sienten mayores de edad y tratan de producir una música totalmente
independiente de la palabra. Aparece una música instrumental pura, con un lenguaje
idiomático para instrumentos de tecla, cuerda pulsada y frotada. Se habla de la emancipación
de la música instrumental. A todo ello contribuye el perfeccionamiento en la construcción de
algunos instrumentos como el violín. Surgen ahora los grandes luthiers de cuerda frotada,
destacando los talleres de Amati, Guarnerius y Stradivarius en Cremona.
Los rasgos básicos de la música del barroco, tanto vocal como instrumental, son:
-Utilización del bajo continuo, con un instrumento grave de cuerda frotada (la viola da gamba y
violonchelo), y otro que realiza acordes, como el clave o la tiorba. El bajo continuo sirve de
soporte a la línea melódica aguda.
-Búsqueda de la expresividad a través del contraste. Mediante la contraposición de ritmos,
timbres de instrumentos, de registros agudos y graves, sonoridades fuertes y débiles… Es el
llamado estilo concertato.
-Pulsación mecánica. Este concepto se refiere al ritmo enérgico y constante en muchas obras
barrocas, sobre todo en los movimientos allegro del concerto italiano.
-Gusto por la ornamentación, a base de trinos, apoyaturas, mordentes y en general todo tipo
de notas de adorno y notas rápidas.
-Unidad de afectos dentro de una misma pieza o movimiento. Rara vez se manifiestan
sentimientos contratados en un mismo movimiento
-Procedimientos compositivos: contrapunto imitativo, técnica de la variación, composición a
partir de un bajo o de una secuencia armónica (en música de danza. La folía, el pasamezzo).
-Nueva textura de la melodía acompañada, sobre todo en el repertorio vocal. Polaridad entre
voces agudas (como sopranos, contratenores o violines) y graves ( a través del bajo continuo).
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Tema 3. La música y la danza en el Barroco: suite, concertó y ópera.
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-Nuevo concepto armónico. Progresivamente se va dejando la música modal a favor de la
tonal, con dos tipos de escala, mayor y menor. Empieza el largo periodo de la tonalidad o la
práctica común. Para ello resultó de gran importancia el nuevo sistema temperado, que
permitía pasar o modular de un tono a otro con gran facilidad.
El canon de Pachelbel es un claro ejemplo de muchas de las características y técnicos arriba
descritas: bajo continuo, polaridad en las voces, textura contrapuntística del canon, técnica de
la variación, utilización de una secuencia armónica recurrente con un bajo ostinato, música
tonal ( Re Mayor), gusto por la ornamentación, pulsación mecánica y unidad de afectos.
Durante la primera mitad del siglo XVII la música puramente instrumental fue tomando tanta
importancia como la vocal. Las formas estaban aún lejos de verse ajustadas a normas y las
denominaciones eran aún confusas. Sin embargo, conforme fue avanzando el barroco, se
fueron definiendo dos grandes formas instrumentales para la música de conjunto: la suite y el
concerto, este último con tres variante (a solo, grosso y ripieno). Se interpretaban por la
orquesta barroca, aún de pequeñas dimensiones, donde la cuerda frotada será la espina dorsal
de todo el conjunto. El modelo más habitual de orquesta barroca tendrá los instrumentos de la
familia del violín, flautas, oboes, fagotes y trompetas, timbales y bajo continuo.
La suite.
Gran parte de la música bailable del siglo XVI perdió su finalidad original, con su coreografía,
para convertirse en un conjunto de piezas estilizadas destinadas a la escucha. Estas piezas se
empezaron a agrupar por pares, alternando movimiento lento y rápido, como en el caso de la
pavana y la gallarda. Éste es el origen de la suite barroca. Puede definirse como una sucesión
de diferentes danzas estilizadas de diverso carácter, con la intención únicamente de ser
escuchadas. Se compusieron numerosas suites tanto para instrumentos a solo (en ocasiones
acompañados de bajo continuo) como para formaciones de cámara y orquesta.
Las danzas más habituales de la suite, además de una obertura o preludio introductorio al
comienzo, son: Allenmanda (ritmo binario, lenta y de origen alemán); Zarabanda (origen
español, lenta y ternaria); Corrente (rápida y ternaria); Gavota (tempo moderado y binario);
Bourré, Minueto (ternario y más bien lento) y Giga (en compás de 6/8 y tempo rápido).
Buscando la ley del contraste característica del barroco, se suelen colocar de forma que
contrasten unas con otras por el tempo o velocidad, el carácter y el valor emotivo de cada una.
El concerto.
Es una forma barroca para orquesta que consta de tres movimientos contrapuestos según el
esquema 1º allegro, 2º lento y 3º alegro. Puede ser concerto grosso si es para un grupo de
solistas (concertino) y orquesta (tutti) o concerto a solo si es para un solista y orquesta.
Normalmente se estructura a base de un diálogo contrastante que se establece entre el tutti y
el concertino o los solistas. Por otra parte, está integrado por el ritornello (retornar: volver)
que es la música que toca el tutti y que se repite y el solo, que es el material nuevo que toca el
concertino, en una especie de rondó. Un tercer tipo de concerto, aunque menos importante,
es el concerto ripieno, obra para orquesta de varios movimiento sin instrumentos solistas. En
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Tema 3. La música y la danza en el Barroco: suite, concertó y ópera.
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el concerto se aprecian claramente cualidades barrocas como la contraposición de planos
sonoros entre orquesta y solistas y los cambios de velocidad y carácter entre los movimientos.
La ópera.
Es posiblemente la gran creación musical del barroco. Con su origen aristocrático en la
Camerata de los Bardi, pronto se convirtió en el género preferido por el público italiano y
buena parte de los compositores. Este hecho es fácil de entender si tenemos en cuenta el
gusto por el teatro durante el XVII y XVIII. En la ópera la intensificación emocional
característica del barroco intentará explotar las posibilidades dramáticas del texto,
fundamentalmente a través de la monodía acompañada. Musicalmente hablando la ópera
italiana presenta tres grandes elementos: la obertura o pieza instrumental introductoria, las
arias o canciones propiamente dichas, y los recitativos (seco o acompañado). Los coros, a pesar
de los ejemplos en las óperas de Monteverdi, no serán habituales en Italia, tomando un mayor
protagonismo en la ópera francesa. En la ópera italiana surgirá el bel canto, un estilo y técnica
vocal muy depurada donde prima la velocidad de ejecución y los adornos ( coloratura).
La danza.
Durante los siglos XVII y primera mitad del XVIII, la relación de la danza con el teatro irá
conformando en la corte francesa una serie de géneros conocidos como la comedia-ballet, el
ballet de entrada y la ópera ballet. En Inglaterra tenemos la masque. Todos estos tipos de
ballet, más o menos afines, se caracterizan por la falta de unidad argumental, siendo en
muchos casos un pretexto para la entrada de diferentes números o danzas. Aún no contamos
con un argumento unitario, siendo en realidad un conjunto de danzas cortesanas que se
suceden unas a otras sin una gran dependencia entre sí. Estas danzas están sujetas a unas
normas muy estrictas, son muy formalistas y académicas, con movimientos lentos y solemnes.
En cuanto a la vestimenta, prima el aspecto visual frente a la comodidad, empleándose
vestidos poco apropiados para la danza. En definitiva, el coreógrafo se encuentra con muchos
convencionalismos. Las danzas más utilizadas en el ballet barroco (danzas que se bailaban, no
como en la suite) son la chacona, el canario, la contradanza, giga, pasacaglia, zarabanda,
passpied, rigodón y, sobre todo el minuet. Esta última es una danza de pareja que consta de
seis pasos, en compás ternario y con una forma musical ternaria característica.
3/. Cita y comentario de autores y obras.
La suite.
Entre las suites para teclado están las compuestas por los franceses Couperin y Rameau. Por
su parte J.S. Bach (1685-1750) compuso seis suites inglesas y otras seis suites francesas. Las
cuatro suites para orquesta de Bach se cuentan entre sus obras principales para orquesta,
llevando a esta forma a una gran perfección. De Haendel y vinculadas a Inglaterra son también
sus célebres suites para orquesta Música acuática y Música para los reales fuegos artificiales.
Ejemplo de suite para instrumento de cuerda son las seis suites para violonchelo solo de Bach.
El concerto.
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Tema 3. La música y la danza en el Barroco: suite, concertó y ópera.
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Normalmente se considera al compositor y violinista Arcángelo Corelli el precursor del
concerto barroco italiano. Destacan sus Concerti Grossi. Uno de los más famosos es el
Concierto de Navidad. El punto de partida del concerto de Corelli fue la sonata a trío. Antonio
Vivaldi (1676-1741), uno de los más grandes genios del barroco veneciano, es quien pone a
punto la forma concierto. Son principales aportaciones son: establecimiento del modelo en
tres movimientos (rápido-lento-rápido), frecuente introducción de solos virtuosísticos, una
apasionada expresión en los movimientos lentos y el uso de instrumentos de viento como
instrumentos solistas, junto a otros poco frecuentes, como las mandolinas. Los conciertos a
solo de Vivaldi influyeron mucho en sus contemporáneos. Más de 330 de sus concertos están
escritos para solista, la mayoría para violín. Como virtuoso del violín, estableció otra
característica básica del concierto de los siglos siguientes: su uso para lucimiento del solista.
Entre susu obras hay que destacar sus colecciones de conciertos para violín tituladas L´estro
armónico, La stravaganza y Il cimento de la armonía e de la invencione, que contiene las
famosas Cuatro estaciones, uno de los primeros ejemplos de música programática. Como casi
toda su música, se caracteriza por los ritmos vigorosos, los fuertes contrastes, la expresividad
melódica, la utilización de progresiones melódicas y armónicas y las amplias secciones con
ciclos de quintas. La aportación fundamental de Bach, además de sus numerosos conciertos
para clave y orquesta y conciertos para violín y orquesta, son los Conciertos de Brandemburgo.
Son seis conciertos y destacan por el uso de solistas y sobre todo por su riqueza tímbrica.
La ópera.
La ópera se desarrolló sobre todo en Italia. La mayoría de los compositores escribieron óperas
y buscaron el éxito en este campo. Merecen destacarse tres nombre: Claudio Monteverdi (uno
de los iniciadores, con Orfeo), Alessandro Scarlatti (afianzó el aria da capo) y Pergolesi ( La
serva padrona abre camino al estilo clásico). Tras Monteverdi, la ópera italiana se caracteriza
por ser una sucesión de recitativos y arias. En cuanto a la temática, predomina la ópera seria,
mitológica, con libretos de Metastasio. Venecia, con teatros públicos como el de San Cassiano,
será uno de los centros operísticos más importantes. A partir del siglo XVIII irá ganando
terreno la ópera bufa de la escuela napolitana. Surge ahora también la figura del intérprete
consagrado, como el famoso contratenor Farinelli. En Francia la ópera, si bien con un carácter
más cortesano, está representada en la figura de Lully y Rameau. En Inglaterra destacaron las
óperas italinas de Haendel (Julio César, Rinaldo…) así como Henry Purcell con Dido y Eneas.
La danza.
Como comedia-ballet de finales del siglo XVII tenemos El burgués gentilhombre, fruto de la
colaboración entre el coreógrafo Beauchamps, el escritor Moliere y el músico Lully. La Europa
galante de André Campra es un ejemplo de ópera ballet. El ballet más representativo del
barroco es el Ballet real de la noche, de 1653, con música y coreografía de Lully y dedicada al
rey Luis XIV de Francia. Durante su reinado la danza cobra un papel muy importante,
fundándose la Real Academia de la Danza. El coreógrafo Beauchamps, el escenógrafo Torelli y
el músico Lully fueron los grandes creadores de ballets. Uno de los tratados más importantes
fue el Arte de describir la danza, obra de Raúl Fevillet publicada en 1700. Desarrolla un sistema
de notación coreográfica bastante fiel, describiendo pasos y posiciones.
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Tema 3. La música y la danza en el Barroco: suite, concertó y ópera.
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