Líos de familia: la narrativa de Chico Buarque

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LATERCERA Sábado 18 de julio de 2015
RR Chico Buarque vive en Río
de Janeiro y en algunos meses
del año en París. FOTO: AFP
Sociedad
Cultura
LA FICHA
El hermano alemán
[CHICO BUARQUE]
Literatura Random House
210 págs.
2015
$ 12.000
[NUEVA NOVELA] La leyenda de la
música brasileña publica El hermano
alemán, donde relata la aventura
personal tras enterarse de que su padre
tuvo un hijo en Berlín en 1930.
Por Javier García
Líos de familia:
la narrativa de
Chico Buarque
P
odría existir un
hombre en Alemania intentado reconstruir su pasado. Buscar a su padre, del cual tiene
muy pocos antecedentes, y escribir una novela
autobiográfica con esa historia a
medias. Es lo que se imagina el
brasileño Chico Buarque (71) en
su nuevo libro, El hermano alemán, donde ficciona una realidad
que se convierte en su obsesión:
el hijo que su padre tuvo en Alemania nacido en 1930.
La historia la cuenta Ciccio, el
alter ego del cantante, compositor y dramaturgo, que a pesar de
la máscara narra su aventura más
personal, luego de lograr buena
acogida de la crítica con novelas
como Budapest (2003) y Leche
derramada (2009). Su obra fue
celebrada por el Nobel José Saramago y por los autores estadou-
nidenses Jonathan Franzen y Nicole Krauss. “Es hilarante y original, inteligente y profunda”,
dijo Franzen sobre Budapest al
diario británico The Guardian.
El hermano alemán es la novela número 9 del artista. Su padre,
Sergio Buarque de Hollanda, era
un destacado historiador y periodista y tenía en su casa cerca de
20 mil libros. Una de las bibliotecas más apetecidas de Sao Paulo.
“Sacudir un libro de mi padre es
como soplar un cenicero”, escribe Buarque al momento de
hallar la carta en medio de un
ejemplar de La rama dorada,
que se encontraba en una de las
paredes empapeladas de libros
de su hogar familiar. La carta estaba fechada en Berlín, en diciembre de 1931.
En la novela, ambientada mayormente en la década del 60,
Ciccio logra que un amigo de
juerga traduzca el mensaje. “Vengo a informarte que nuestro hijo
Sergio tiene un año de edad”, dice
la carta firmada por Anne. “Una
fotografía prometo enviarte”,
agrega. Finalmente, el niño sería
dado en adopción.
Sergio Buarque de Hollanda,
como corresponsal de prensa llegó a Berlín en 1929. Tras unos
meses regresaría a Sudamérica y
la torcida historia quedó guardada en silencio. Sería un secre-
to que un día una carta daría a conocer. Pero vendrían más documentos como huellas.
Con un pasado a medias entre
manos, Chico Buarque presentó
el proyecto editorial en 2012. Había escrito unas 50 páginas. El sello Companhia das Letras le proporcionó el presupuesto para
contratar a un historiador y a un
museólogo. Buarque quería saber más y uno de los estudiosos
viajó a Alemania. “Ellos descubrieron que mi hermano, en realidad, se llamaba Sergio Günther
y que había sido adoptado por
una familia a los pocos años de
edad”, dijo Buarque al diario español El País.
Velocidad de crucero
En la primera mitad de El hermano alemán, Buarque describe sus
años de juventud en Sao Paulo,
en la universidad, su relación
con la literatura y sus aventuras
sentimentales y sexuales. “Si hubiera podido me habría tirado a
todas las mujeres que mi hermano tuvo en la vida”, dice Ciccio por otro hermano mayor que
él. Ya en la segunda parte, la realidad comienza a dar pistas concretas.
El padre de Buarque intentó traer a Sergio a Brasil desde Europa.
Era tarde. Una carta de 1934 enviada por el tutor del pequeño, se-
ñala que “se encuentra bajo los
cuidados del matrimonio
Günther”. Adolf Hitler ya se había autoproclamado como Führer, y el tutor solicita certificado
de nacimiento al padre. Era importante definir “su origen ario”.
El tutor se despide con un “Heil
Hitler!”.
Es 20 de mayo de 2013 y el protagonista de El hermano alemán
se sube a un avión Lufthansa
rumbo a Berlín. “Por encima de
las nubes, en altitud y velocidad
de crucero, seguimos más o menos la línea del litoral brasileño
que el barco de mi padre costeó en
1929”, se lee en la novela.
Después de varios párrafos de
reflexiones, hipótesis de una vida
ajena, pero sin duda familiar, es
Chico Buarque quien se despide. Y se enfrenta al pasado ya archivado: Sergio Günther, su hermano alemán, también fue cantante y animador de televisión
en la Alemania Oriental. Murió
de cáncer, como su padre biológico, en 1981.
“Grabó un número incierto de
discos, hoy día fuera de circulación”, señala Buarque, quien logró conocer a la otra parte de la
familia. A su ex mujer, hija y una
nieta. La novela está dedicada a su
hermano y también al padre.
“Para Sergios”, apunta en plural
al comienzo. b
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