Alianzas con el PAN, falsa salida para fortalecer al PRD

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Alianzas con el PAN, falsa salida para fortalecer al PRD
A la opinión pública
A la militancia del PRD
Una parte del Comité Ejecutivo Nacional del Partido de la Revolución Democrática
propone priorizar las alianzas con el PAN, para competir en las elecciones del
2016. La aparente estrategia es fortalecer al partido y frenar la restauración
autoritaria priista. Pero esa propuesta contraviene el mandato del XIV Congreso
Nacional, y equivoca el rumbo que nuestro partido debe seguir.
De 1991 al 2004 el PRD realizó ese tipo de alianzas para elegir gobernador en
nueve entidades. No en todas se triunfó, pero en todas sufrimos serias bajas por la
pérdida de identidad de izquierda. Los casos destacados fueron Yucatán y
Chiapas cuyos porcentajes de votación hoy apenas superan el 5%.
2010 será conocido como el año de las alianzas exitosas PRD-PAN, en estados
pilares del priismo autoritario. En Oaxaca se expulsó a Murat, en Puebla al “Gober
Precioso” y en Sinaloa a Vizcarra. Pero no toda alianza PRD-PAN derrota al PRI,
como se vio en Durango e Hidalgo.
Allí donde una alianza PRD-PAN ha logrado sacar al PRI del gobierno, no significó
que avanzara la democracia. En Yucatán el gobernador panista traicionó el pacto
con el PRD. En Chiapas la corrupción alcanzó grandes dimensiones. En Sinaloa,
el gobernador Mario López Valdez con sus acciones regresó al PRI; y en Puebla,
Rafael Moreno Valle, adoptó el método autoritario para gobernar.
Esos políticos actuaron como si hubiesen llegado solos al poder. No concretaron
programas comunes de gobierno. No se constituyeron contrapesos ni iniciativas
del PRD para terminar con el autoritarismo, la corrupción, el tráfico de influencias,
y las políticas de beneficio exclusivo para los pequeños pero poderosos grupos
empresariales.
Puebla es un caso emblemático. Su gobernador es señalado como violador de los
derechos humanos. El Consultor de los Derechos Humanos de la ONU, Marcel
Chalreo expresó: “veo un Puebla sin avance para los derechos humanos, más
retroceso y personas detenidas, pero mi verdadera sorpresa fue la revisión de los
casos legales, la impunidad para violentar su situación legal incluso con amparos
interpuestos. La justicia no es una; hay una lenta para los sectores populares y
otra para los ciudadanos pertenecientes a las cúpulas de poder”. Por uso excesivo
de la fuerza y trato indigno en agravio y privación de la vida de diversas personas,
en 2015 la CNDH emitió recomendación al gobierno de Puebla por el caso
Chalchihuapan como grave.
Rafael Moreno Valle trata a la disidencia como enemigo a vencer. Llevó
arbitrariamente a la cárcel a 127 ciudadanos y dirigentes sociales. Actualmente, 18
continúan en calidad de presos políticos. Sus reformas encarecieron la vida de los
poblanos con la privatización del servicio del agua potable, la eliminación de los
moto-taxis, los despidos injustificados de trabajadores, y la discriminación contra
las mujeres: Puebla es la entidad que presenta la mayor desigualdad salarial entre
mujeres y hombres, según estudios del CIDE.
En las experiencias aliancistas los avances para el PRD han sido efímeros. En
2010 creció nuestra representación en las Legislaturas locales, pero éstas se
perdieron en el 2013, sin haber tenido influencia para mejorar el bienestar social.
Los dirigentes que obtuvieron puestos, actuaron como burócratas subordinados al
ejecutivo y alejados de la gente.
Los férreos defensores de la coalición PRD-PAN son los mismos que aprobaron el
fallido “Pacto por México”, que generó serios agravios para la economía de la
mayoría de las y los mexicanos, y una imagen negativa para el PRD.
El interés declarado de quienes colocan el futuro del PRD en las alianzas con el
PAN, no es frenar el autoritarismo, ni fortalecer a nuestro partido, sino recuperar
las relaciones de su corriente con los poderes fácticos. Y, están decididos a
apoyar a un candidato panista en la elección presidencial del 2018.
Las alianzas con la derecha han resultado costosas para el PRD. Tanto los
acuerdos con el PRI para impulsar las reformas estructurales, como muchas de
las coaliciones electorales realizadas con el PAN, debilitaron nuestro carácter de
izquierda opositora y propositiva; desmoralizaron a militantes y votantes; nos
desprestigiaron ante amplios grupos de ciudadanos e intelectuales, y nos crearon
una crisis de credibilidad como alternativa de gobierno democrático, igualitario y
liberal.
Esa errónea política de alianzas alimentó la percepción ciudadana que señala al
PRD como lo mismo que el PAN y el PRI; también amplió la creencia de que todos
los políticos son iguales; aisló al PRD de la sociedad y de sus demandas, y motivó
la renuncia de importantes dirigentes nacionales y regionales.
La pérdida de credibilidad del PRD explica nuestra disminución electoral, y las
derrotas en las elecciones del 2015. La debilidad del perredismo ha generado el
crecimiento de otros partidos y el surgimiento de candidaturas independientes.
Por otra parte, con el mal resultado que obtuvo el PRD en la reciente elección en
Colima, algunos acusan que es producto de la no alianza con el PAN. Olvidan que
en las elecciones de gobernador del 2009 y 2015, el partido obtuvo 1.8% y 1.9%,
respectivamente. Significa que durante más de seis años las últimas tres
dirigencias del PRD no hicieron nada para fortalecer a la militancia en este estado.
Al contrario, hundieron al partido en el abandono organizacional, ideológico y
programático. Esta es realmente la razón por la que el resultado en ese estado es
preocupante.
Para un verdadero diagnóstico del caso Colima es imprescindible evaluar el
programa electoral y la cantidad de recursos que el PRD le destinó, por lo que es
urgente que la dirigencia nacional haga público estos datos.
Quienes se desesperan por las alianzas con el PAN olvidan que ese partido no ha
sido recíproco con el PRD. El hecho es que para 2016 nuestro partido ya aprobó
cuatro coaliciones, mientras que el PAN a la fecha no ha aprobado ninguna de
manera definitiva, por lo que no existe certeza jurídica de dichas alianzas entre
ambos partidos.
Los que dicen que las alianzas deben promover al candidato mejor colocado se
olvidan que el PAN en 2015 no quiso ir con el PRD en Michoacán ni en Guerrero,
cuando en esas entidades los candidatos mejor posicionados eran de nuestro
partido.
Con las alianzas que se han aprobado hasta ahora, el PAN es el que lleva la
ventaja por dos razones, la primera es el inminente triunfo en Veracruz, y en
segunda por haber sacado de la discusión las posibles coaliciones en Hidalgo y
Tlaxcala, donde nuestro partido las pudo haber encabezado.
En vez de rectificar el rumbo, los férreos defensores de las alianzas con la
derecha proponen falsas salidas. Ocultan que el PAN es el principal aliado del PRI
para continuar con las políticas creadoras de pobres y de desigualdad. Con interés
y disimulada ingenuidad insisten en que sólo las alianzas PRD-PAN evitarán la
restauración autoritaria del PRI. Se olvidan que los panistas, durante 12 años de
presidentes, y allí donde han sido gobernadores, no han querido desmantelar las
estructuras autoritarias del PRI.
Los dirigentes del PRD que priorizan las alianzas con el PAN como la estrategia
del 2016, acusan a quienes piensan diferente que serán los responsables del
regreso al partido casi único. Sus errores han dañado nuestra identidad ante la
ciudadanía. En realidad esos dirigentes ya se rindieron, ya no tienen ni el interés
ni la fortaleza política y moral para restituir la pérdida de la identidad de izquierda
de nuestro partido. No confían en la capacidad de nuestra militancia para
fortalecer al PRD, no proponen soluciones para evitar la desmoralización, y
tampoco estimulan el espíritu de partido y de lucha de las y los perredistas.
Alternativa Democrática Nacional considera que el PRD necesita, con urgencia,
que todos actuemos de modo congruente como izquierda opositora y propositiva.
Necesitamos recuperar la confianza en nosotros mismos, y en nuestras
capacidades para defender al PRD como proyecto de partido de izquierda
democrática.
Debemos actuar desde la dirección del PRD, los gobiernos estatales y los grupos
parlamentarios para recuperar la confianza ciudadana con acciones y prácticas en
favor de la democracia, las libertades y el bienestar de todas y todos. Llamamos a
recuperar al perredismo como un movimiento político y cultural reconstructor de
las alianzas con las izquierdas sociales y políticas rumbo al 2018, y defensor de
nuestro carácter de partido alternativo de gobierno democrático.
¡Democracia Ya, Patria para Todos!
Héctor Bautista López
Coordinador de Alternativa Democrática Nacional
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