Conferencia de Francisco Gutiérrez Carbajo: Letras

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Flamenco, un arte popular moderno
Conferencia de Francisco Gutiérrez Carbajo: Letras modernas, canciones antiguas
Francisco Gutiérrez Carbajo, Decano de la Facultad de Filología de la UNED (Universidad Nacional de
Educación a Distancia), inició su intervención en el seminario Flamenco, un arte popular moderno señalando
que las letras flamencas se entienden mejor si se insertan en el contexto de la tradición lírica popular. Una
tradición -que se inicia en la península ibérica con las jarchas- en la que se integrarían las canciones
antiguas a las que hace referencia en el título de su ponencia. A su vez, por letras modernas, Gutiérrez
Carbajo entiende las poesías que se sitúan en la órbita del modernismo literario, un concepto difuso y
complejo que en la tercera acepción del diccionario de la Real Academia Española de la Lengua se define
como un movimiento estético que se caracterizó por su voluntad de independencia artística, su sensibilidad
abierta a otras culturas (sobre todo a la francesa) y su búsqueda constante de innovaciones lingüísticas,
especialmente rítmicas.
La importancia de las canciones populares fue ya resaltada por algunos de los primeros poetas conocidos
de la lengua castellana como Juan de Mena o el Marqués de Santillana que en el siglo XV estableció tres
tipos de producciones líricas: sublimes, mediocres e ínfimas (que concibe como "aquellas de las que se
alegra la gente de baja y servil condición social"). Gil Vicente, Lope de Vega, Covarrubias y otros tratadistas
del siglo de oro criticaron el desprecio de ciertos sectores autoconsiderados cultos hacia las cancioncillas
populares y el maestro Gonzalo Correas, autor del libro Arte grande de la lengua española castellana,
recurrió continuamente a dichas canciones para construir su antología de refranes. Así mismo, en la obra de
Luis de Góngora, las grandes composiciones cultas alternan con poemas que se atienen al ritmo y al
contenido de las "canciones antiguas".
Este interés de los "autores cultos" por la tradición lírica popular se incrementa durante el romanticismo.
Incluso dos escritores andaluces de la época, Antonio García Gutiérrez y Juan Valera, eligieron la poesía
popular para ilustrar sus discursos de entrada a la Academia de las Letras Españolas. Por popular,
Gutiérrez Carbajo, entiende aquello que tiene una difusión oral, una trasmisión colectiva y es susceptible de
admitir variantes. Lo que para él no tiene sentido es asociar lo popular a lo anónimo. Por ejemplo, a día de
hoy se sabe el nombre de los autores de muchas de las canciones populares que recapituló Francisco
Rodríguez Marín en sus emblemáticos y seminales trabajos Cantos populares españoles (1882-83) y El
alma de Andalucía en sus mejores coplas amorosas (1929).
Las composiciones populares tuvieron una gran aceptación durante el modernismo, una etapa clave en la
literatura hispánica. Francisco Gutiérrez Carbajo recordó que las palabras modernismo y modernidad
derivan del vocablo moderno, un término bastante antiguo (mucho más que todas las letras flamencas que
conocemos) cuyo origen en castellano, según Corominas, data de 1433. Por aquel entonces venía a
significar lo mismo que en la actualidad y ya en un sentido similar lo había empleado el filósofo latino
Casiodoro en el siglo V. El modernismo abarca un amplio y difuso periodo temporal que iría desde el último
tercio del siglo XIX hasta la mitad del siglo XX, mientras que la noción de modernidad haría referencia a una
etapa de la civilización (que en Occidente comienza con el Renacimiento y se consolida en el siglo XVIII) en
la que el hombre es la medida de todas las cosas.
Para Juan Ramón Jiménez, el moderrnismo no es sólo una tendencia literaria, sino un gran movimiento de
entusiasmo y libertad hacia la belleza. Un movimiento general, como el Renacimiento, en el que caben
corrientes específicas (el parnasianismo, el simbolismo, el impresionismo, el dadaísmo, el cubismo...) y que
en el ámbito literario hispanoamericano se articula en dos direcciones fundamentales: una de carácter
estético, que encarna Rubén Darío; y otra de carácter más ideológico, cuyo principal representante sería
Miguel de Unamuno. En la línea de Juan Ramón Jiménez, Ricardo Gullón en su ensayo La invención del 98
señala que la nota distintiva de la época modernista es la emergencia de un movimiento de rebeldía (en el
que se funde lo ético con lo estético) contra los principios determinantes de las estructuras sociales. A juicio
de Gullón se trata de una tendencia epocal, no sólo generacional, que pone en marcha un proceso de
revisión total en el que todo -desde la teología a la geometría- se cuestiona.
A su vez, Ricardo Gullón rechaza la separación que se ha realizado tradicionalmente en España entre
escritores modernistas (más estetas, frívolos y ligeros) y noventayochistas (más serios, densos y
moralistas). En ese caso, se pregunta Gullón en su libro El modernismo visto por los modernistas, "¿dónde
situar a Valle Inclán, esteta máximo ayer y adelantado hoy de la preocupación ética?". A su juicio se trata de
una división arbitraria que ya ha desechado la mayor parte de la crítica literaria internacional que propone
una definición transversal y global del modernismo. En este sentido, Iris M. Zavala, siguiendo la idea de Paul
de Man de que la modernidad existe en forma de deseo de borrar lo que vino antes, define el modernismo
hispánico como una experiencia socio-cultural que, además de ser un movimiento literario, "apuntaba a
nuevas formulaciones ideológicas del sujeto social".
En pleno auge del modernismo hispánico (finales del siglo XIX, principios del siglo XX) aparecieron las
primeras "letras modernas" relacionadas con el universo de lo flamenco. Para Cansinos Assens una de las
posibles causas de esa relación fue el influjo de Verlaine que abogaba por una poesía pura y directa,
despojada de elocuencias vanas y de artificios innecesarios. "Y el poema reducido a su esqueleto melódico
y emotivo, explicó Francisco Gutiérrez Carbajo citando a Cansinos-Assens, queda convertido en copla, que
es el primitivo protoplasma lírico, el alfa y omega del poema". En su libro La copla andaluza, Assens
reproduce varias composiciones de autores considerados vanguardistas (Amado Nervo y Juan Ramón
Jiménez) que responden a una estructura métrica y a un contenido temático propio de las coplas
populares."Letras modernas, por tanto, con estructura y motivos característicos de las canciones antiguas",
puntualizó Gutiérrez Carbajo.
Curiosamente, una de las letras seleccionadas por Cansino-Assens de Juan Ramón Jiménez ("Me da pena
cuando veo / en la alegre primavera / algún arbolillo seco") se publicó por primera vez en el periódico El
Programa y posteriormente aparecería -con leves modificaciones léxicas, sintagmáticas y métricas- en los
libros Almas de violeta y Leyenda. Y ese no es el único caso en el que un poema del autor de Eternidades
fue admitiendo variables con el paso del tiempo, de la misma forma que lo hacen, según Gutiérrez Carbajo,
las poesías populares.
Otros poetas modernistas como José Sánchez Rodríguez (Alma andaluza) y, sobre todo, Augusto Ferrán
(La soledad, La pereza) también realizan numerosas letras que recurren a la estructura métrica y temática
de la soleá o la seguiriya: "Desde la mañana / hasta la alta noche / siempre luchando el cuerpo ya viejo /
con el alma joven". El mismo Ferrán asocia esta composición con las letras de dos seguiriyas gitanas que
aparecen recogidas en las antologías de coplas populares de Machado y Álvarez, de Rodríguez Marín y de
Ricardo Molina. Igualmente, existen varias composiciones de Manuel Balmaseda, un poeta poco conocido
que fusionaba la nueva sensibilidad de la modernidad con la cadencia de las canciones antiguas, que
aparecen calificadas como populares en el libro Poesía flamenca, lírica en andaluz de J.M. Pérez Orozco y
Juan Alberto Fernández.
La fusión de lo antiguo con lo moderno es ya plena en la obra del poeta malagueño Salvador Rueda, uno de
los máximos representantes del primer modernismo español. Además de sus coplas, Salvador Rueda -que
siempre estuvo muy preocupado por los aspectos rítmicos y musicales de sus poemas- también realizó
textos reflexivos y periodísticos muy sugerentes sobre el mundo del flamenco, entre otros, un artículo
publicado en la revista Blanco y Negro donde describe con enorme plasticidad el baile de Concha La
Carbonara en el café Burrero de Sevilla. Del mismo modo que le ocurrió a Balmaseda, algunos poemas de
Salvador Rueda son identificados como cantes populares en las colecciones de Machado y Álvarez y de
Rodríguez Marín.
Alejandro Sawa, poeta simbolista y decadente que inspiró el personaje de Max Estrella de Luces de
Bohemia (Valle Inclán), reproduce en su libro Iluminaciones en la sombra varias coplas flamencas y resalta
la profundidad y grandeza de estos cantares que, en sus palabras, "guardan en los sesos grabados a
punzón, el estigma de la Edad Eterna". En esta órbita modernista, Manuel Machado y Enrique Paradas
publicaron en 1894 el poemario Tristes y alegres que incluye una contera a modo de epílogo de Salvador
Rueda. En esta contera, el poeta malagueño califica Tristes y alegres como un conjunto de rapsodias
"brotadas de la lira del pueblo" que escribe así su propia historia, "atando cada idea, cada sentimiento, a esa
mariposa de cuatro alas que se llama copla". Francisco Gutiérrez Carbajo indicó que Tristes y alegres es el
germen de Cante hondo (1912), un auténtico hito en la trayectoria poética de Manuel Machado que
representa el más profundo acercamiento al universo de la poesía flamenca que ha realizado un poeta culto.
De hecho, muchos de los poemas incluidos en Cante hondo se han terminado confundiendo con antiguas
canciones populares y forman parte del repertorio de numerosos artistas flamencos.
En la actualidad, cantaores como Enrique Morente siguen ese camino de fusión entre lo antiguo y lo
moderno, sin olvidar nunca las raíces pero explorando otras manifestaciones expresivas, otras
sensibilidades estéticas (desde la poesía mística de San Juan de la Cruz al rock oscuro de Lagartija Nick,
desde la sonoridad polifónica de las voces búlgaras a los poemas lorquianos de Leonard Cohen). En la fase
final de su intervención en el seminario Flamenco, un arte popular moderno, Francisco Gutiérrez Carbajo
analizó la presencia en la lírica morentiana de algunos de los temas más recurrentes en los cantes
populares, entre otros, el de los ojos como transmisores del amor. En coplas de sus discos Homenaje a
Miguel Hernández (1971), Sacromonte (1991) o Alegro, Soleá y Fantasía de Cante Jondo (1995), Morente
re-inventa algunas de esas letras populares aplicándoles procedimientos expresivos contemporáneos: "Si
unos ojos te llaman / mira primero / donde pones el alma / no llores luego"; "Por ti me olvidé de Dios / Mira
que gloria tan grande / Yo perdí / Y ahora me voy quedando / Sin gloria, sin Dios, sin ti / Por ti me olvidé de
Dios".
Otras artistas actuales como Carmen Linares o Ginesa Ortega han recurrido también a este tipo de
creaciones de tipo popular. La cantaora jiennense, rescata en unas bulerías por La Repompa y Juana la
Cruz una conocida copla -"Y al pasar la barca / me dijo el barquero/ las niñas bonitas / no pagan dinero"que aparece con ligeras variantes en cancioneros populares de folclore gallego o en las seguidillas antiguas
que recopiló a principios del siglo XX el hispanista francés Foulché-Delbosc. Ginesa Ortega, por su parte,
canta una copla -"De Madrid a Getafe / ponen dos leguas / veinte son si la calle / se pone en cuesta"- que
ya aparece en la comedia Desde Toledo a Madrid de Tirso de Molina.
A su vez, también podemos encontrar numerosas referencias de autores cultos en los repertorios de los
artistas flamencos contemporáneos. Morente, por ejemplo, ha cantado a Ibn Hazm, Fray Luis de León, Lope
de Vega, los hermanos Machado, Nicolás Guillén o Pedro Garfias; el Cabrero ha interpretado un soneto de
Borges; Diego Carrasco se ha re-inventado a Góngora, García Lorca o Miguel Hernández; Esperanza
Fernández ha dado voz a textos de Bergamín y Neruda; Miguel Poveda se ha atrevido con poetas
contemporáneos como Gil de Biedma o José Ángel Valente; Vicente Amigo ha compuesto un "concierto
flamenco" inspirándose en la obra de Rafael Alberti;...
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