Perspectivas de lo masculino y femenino: hombres ho

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Perspectivas de lo masculino y femenino: hombres homosexuales y heterosexuales
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Ana
María Paula Millán Vergara
Estephania Manrique Sánchez
Dentro de las sociedad occidental se han creado y otorgado diferentes roles y
patrones de comportamiento específicos a los hombres y a las mujeres, pero no
es muy evidente de dónde viene esto, cuándo se estipulo y cuándo se aprobó.
Lo que es más interesante aun, es que nosotros simplemente nos inscribimos
de manera inconsciente a esas normas de comportamiento sin preguntarnos el
porqué de esa diferenciación e incluso, ese deber ser.
Uno de los supuestos de los que podemos partir es que desde el momento
en el que nacemos, la distintas instituciones sociales como la familia, nos están
codificando y enmarcando dentro de dicha lógica de pensamiento y comportamiento. A medida que nos vamos desarrollando, vamos acatando esos modos
diferenciados de ser, para así podernos desenvolver de mejor manera en la sociedad a la cual pertenecemos.
Pero ¿qué pasa cuando esa estructura de pensamiento se rompe y aparecen actitudes que no se codifican dentro de esos roles y patrones socialmente
estipulados? Es por esto que se debe acudir a la categoría de género, puesto que
si nos quedamos pensando las cosas sólo en el sexo biológico de las personas
sería muy difícil llegar a dar cuenta de por qué varían dichos comportamientos.
El sexo es una determinación biológica, va ligado directamente a la composición genética del ser humano y otorga ciertas características físicas evidentes que marcan la diferencia entre los cuerpos de los hombres y las mujeres. El
género es entendido como una construcción social que proporciona una serie de
roles y comportamientos los cuales determinan la vida de los individuos concediéndoles un papel funcional dentro de la sociedad (Lamas, 2000).
A partir de esos parámetros que nos da el género, quien determina lo que
conocemos como femenino y masculino, es que podemos clasificar e inscribir
casi que de manera automática estereotipos a las mujeres y a los hombres. Entendemos lo femenino como una relación directa con la delicadeza, la ternura,
las labores hogareñas, entre otras cosas. Lo masculino lo concebimos como lo
rudo, la fortaleza, el encargado de llevar el sustento al hogar, etc.
La feminidad es la forma socialmente correcta de comportamiento de las
mujeres, a ellas es a quienes se les ha atribuido todo lo relacionado al ámbito
privado, al hogar, pero no sólo se resume a esto; también se han dado roles
como el de la maternidad el cual comprende una relación de ternura y afecto.
La masculinidad es el comportamiento otorgado socialmente a los hombres. Se
inscribe dentro lo público, va relacionado a la fortaleza, el trabajo, la falta de
1
Durante estos meses, también realizamos las entrevistas de los cuatro personajes en los que nos enfocamos.
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sensibilidad, entre otras.
El problema está cuando esa diferenciación que nos da el género no se
adapta como socialmente se ha considerado correcta. Es decir, cuando un hombre decide no ser tan masculino y rudo sino más bien un poco más afectuoso
y tierno de lo normal; o cuando una mujer decide no ser sensible y tener un
comportamiento más tosco. Es en este punto cuando oímos hablar de los homosexuales.
La parte que compete a esta investigación va a estar enfocada principalmente en los hombres. Como el género no es algo obligatorio para seguir y hay
formas diferentes de vivirlo, vamos a tener como referencia a hombres homosexuales y heterosexuales y a partir de ellos intentaremos entender cómo se
construye la noción de femenino y masculino.
Para poder responder a nuestra pregunta nos basamos en los textos de
Martha Lamas en El género. La construcción cultural de la diferencia sexual y
Diferencias de género y diferencia sexual. Mara Viveros en Género e Identidad.
Ensayos sobre lo femenino y lo masculino y De quebradores y cumplidores sobre
hombres, masculinidades y relaciones de género en Colombia. Blanca González
en Los estereotipos como factor de socialización en el género. Michael Kaufman
en Los hombres, el feminismo y las experiencias contradictorias del poder entre
los hombres. Escogimos estos trabajos teóricos, porque consideramos que expresan valores conceptuales pertinentes para nuestra investigación.
Por otro lado, apoyándonos en los métodos cualitativos realizamos entrevistas a seis hombres, tres de ellos homosexuales y tres heterosexuales; a partir
de sus respuestas y contrastando con la teoría nos permitimos definir la concepción que tienen con respecto a lo femenino y lo masculino. Las fuentes que
escogimos, dos de los homosexuales y un heterosexual son amigos de conocidos
nuestros (Daniel, Julián y Cristian), las otras tres fuentes son amigos cercanos
a nosotros (Carlos, Sergio y Diego). Somos consientes de que es un poco limitado, por la cantidad de entrevistas, pero es pertinente tener en cuenta que de
ellas sacamos la información necesaria y completa para presentar un abrebocas
de lo que podría llegar a ser una investigación importante para la academia que
trabaja la categoría de género.
Daniel de 24 años y Julián de 21 años, ambos homosexuales, trabajan en
un bar gay ubicado en la calle 81 con carrera 13. Durante los meses de marzo y
abril estuvimos asistiendo periódicamente para observar qué roles desempeñan
en su trabajo y cómo se relacionan entre sus compañeros y los clientes.1 Por
otro lado, Carlos de 20 años estudia en la Universidad Nacional. Es estudiante
de ingeniería civil y es el único de los tres homosexuales que en este momento
tiene una relación afectiva estable con otro hombre.
En relación a los heterosexuales, Sergio tiene 20 años y es estudiante de
periodismo de la Universidad del Rosario. Diego y Cristian también son estudian-
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tes de dicha universidad, inscritos en el pregrado de sociología y tienen 24 y 19
años respectivamente.
Para poder realizar las entrevistas fue necesario explicarles el porqué del
trabajo y con qué fines se iba a desarrollar. Nuestras preguntas estuvieron enfocadas hacia la discriminación, los estereotipos y categorías de género: femenino
y masculino, abordados desde preguntas un poco “informales” de la cotidianidad
de cada personaje. Pudimos encontrar una nueva categoría en la investigación,
en especial, con las entrevistas a los homosexuales, en donde surge la idea de
una nueva categoría de género: la que mezcla y representa a lo masculino y lo
femenino lejos de lo biológico, en un intercambio y redefinición constante de
identidades.
A partir de las respuestas de nuestros informantes nos permitimos contrastar el punto de vista que cada uno de ellos tiene sobre lo que es femenino
y masculino, encontrando así diferencias y similitudes que permitirán dar respuesta a nuestra pregunta anteriormente plateada. Como ya lo mencionamos, el
límite visible de nuestro trabajo es el enfoque a una muestra representativa de
sólo seis hombres, pero aún así, con cada uno de ellos se pudo llegar a compartir
algo más allá de la entrevista, lo que nos permitió comprender varios aspectos
importantes de la investigación.
Análisis de las entrevistas a la luz de algunas posturas
teóricas
En principio, para complementar la información contextual de nuestros informantes es preciso aclarar que todos (a excepción de Cristian, quien vive sólo con
su madre y sus abuelas) nacieron y fueron formados en el seno de una familia
nuclear, entendida según Magdalena León como un familia pequeña en su número, que responde al complemento de funciones entre hombre mujer supliendo
las necesidades de los demás miembros (León, 1995). Las familias de estos jóvenes, aún están completas y no han pasado por procesos de divorcio.
En el caso particular de Julián quien pasó toda su niñez en su casa, a la
edad de quince años la abandonó por confesar su condición de homosexual y
hasta hace mes y medio volvió a tener contacto con ellos. Su familia está conformada por madre, padre y hermana. Daniel, vive con sus padres y dos hermanos.
Sólo uno de sus hermanos menores, tiene conocimiento sobre su condición de
homosexual, hasta el momento lo ha tomado bien, por lo que Daniel no ha presentado mayores dificultades en su casa.
Carlos también vive con sus padres y su hermano mayor, ninguno de ellos
tiene conciencia de su condición de homosexual; lo que hace que Carlos se sienta, en sus palabras, incómodo y presionado a nivel familiar, ya que debe mentir
cuando sale o cuando presenta alguno de sus novios como un amigo. Por otro
lado, Sergio, convive con sus padres y su hermana, en su condición de hete-
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rosexual no ha presentado ningún problema familiar relacionado con esto. Lo
mismo se presenta con Diego quien convive con sus padres y hermano y Cristian
quien vive con su madre, sus abuelas y sus hermanos.
Sabiendo esto, pasemos a explicar un poco lo que nosotros entendemos
por las categorías a estudiar: estereotipos, género, discriminación y dentro de
estos conceptos lo que se entiende por femenino y masculino. En cuanto al concepto de estereotipo, tendremos en cuenta a la definición que hace Blanca González en su texto Los estereotipos como factor de socialización en el género. Allí
hace dos aclaraciones entre lo que es un estereotipo, un estereotipo de género,
un prejuicio y la discriminación.
Los estereotipos en palabras de González, hacen referencia a aquellas
creencias populares sobre los atributos que caracterizan a un grupo social. Estos grupos pueden estar determinados por la raza, la lengua, el lugar de origen,
etc. Esto deja por sentado que son construcciones sociales de los individuos que
hacen parte de una sociedad, creadas con el fin de caracterizar a grupos determinados. En el caso del prejuicio, este se entiende como el conjunto de juicios y
creencias de carácter negativo con relación a un grupo social (González, 1999).
Según esta autora, de este prejuicio se desprende un trato diferenciado a las
personas de determinado grupo, inferiorisándolas o haciéndolas sentir subordinadas frente a otros por su pertenencia a ese lugar, esto es conocido como discriminación.
De acuerdo al tema que nos compete, relacionado con el género, González
define a los estereotipos de género como un subtipo de los estereotipos sociales definidos como “Creencias consensuadas sobre las diferentes características
de los hombre y las mujeres en nuestra sociedad.” (González, 1999). Pero, qué
consecuencias traen los estereotipos, según esta autora, puede haber tanto estereotipos positivos como negativos, pero por lo general esta forma de categorizar a las personas diferencia y divide fuertemente a los grupos, a pesar de que
ayuda a la formación de su identidad.
Como lo mencionamos en líneas anteriores, en las sociedades occidentales, se ha construido representaciones de lo que es una mujer y de lo que es un
hombre. Ellas están caracterizadas por ser cariñosas, sensibles, débiles y por
ende dedicadas a las labores del hogar. En contraste, ellos, son fuertes, varoniles, dedicados a llevar el sustento al hogar. Esta caracterización ha llevado a inferiorizar a la mujer por su forma de ser, que supuestamente está en su naturaleza. Esto es totalmente falso, ya que las sociedades son quienes forman en sus
familias e instituciones a los niños bajo estos parámetros de comportamiento.
Una prueba de esto, la da una de las respuestas de Sergio durante la entrevista. Él menciona que no trataría igual a una mujer que a un hombre y que
tampoco se comporta de la misma forma. Según él, la mujer es sensible, cuidadosa y tierna y por esta razón no la trataría igual; sin embargo, también deja
muy claro que no se siente superior a ella ni que ese tipo de actitudes la obligan
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sólo a dedicarse a labores de hogar. Estas actitudes, dan cuenta de su formación
familiar y educativa, pero también se relacionan con algunas de las transformaciones sociales y culturales que ahora dan una mejor posición a la mujer.
En Carlos, lo que se observa, a pesar de su homosexualidad, es que en su
discurso está fuertemente interiorizado el comportamiento serio y varonil de un
hombre. Pero en sus gestos se observa un poco esa conexión con sentimientos
sensibles, que según los estereotipos sólo son de la mujer. Se podría llegar a decir, que Carlos presenta dos formas de comportamientos diferentes de acuerdo
al contexto: con su familia su comportamiento es algo varonil, y con sus pares
se muestra como realmente se siente, recurriendo a una imagen de ternura,
sensibilidad y expresividad.
Ahora bien, pasemos a un tema más complejo: el género. Este concepto
es definido por varios de nuestros autores citados como una construcción social
ligada a contextos y otras circunstancias particulares de una sociedad.2 Para dar
una definición un poco más concreta, tomaremos la que hace la mexicana Marta
Lamas en su texto Diferencia de sexo, género y diferencias sexual (2000). En
sus palabras, el género es el “conjunto de prácticas, creencias, representaciones
y prescripciones sociales que surgen entre los integrantes de un grupo humano
en función de una simbolización de diferencia anatómica entre hombres y mujeres”, lo que determina su posición y función en la sociedad. Aquí vale la pena
aclarar que el género es totalmente diferente al sexo que sí hace referencia a la
condición física y biológica con la que nace cada individuo.
En este sentido, comienza a construirse en sociedad lo que denominamos
femenino y masculino. Este último, se refiere a toda clase de representaciones
de rudeza, agresividad, violencia, dureza, libertad, racionalidad, objetividad,
madurez, fuerza emocional y física para llevar el sustento a la casa y mantener
a las mujeres y a sus hijos. En el caso de lo femenino, como ya mencionamos
algo en los estereotipos, es todo lo que no es masculino, es decir, lo que hace
referencia a sensibilidad, emotividad, dulzura, ternura, debilidad, maternidad,
inmadurez, cuidado de hijos y esposo (Fuller, 1995).
Ahora bien, antes de comenzar con el análisis de las entrevistas es necesario plantear lo que se entiende por dominación masculina y masculinidad,
según Michael Kaufman, para entender un poco más a fondo el porqué de nuestra investigación. Este autor en su texto Los hombres, el feminismo y las experiencias contradictorias del poder entre los hombres, dice que la dominación
masculina se da por un poder otorgado socialmente a los hombres y se produce
y reproduce en las sociedades patriarcales. El hecho: dar dicho poder a los hombres los presenta como un ente de fuerza, inteligencia y superioridad frente a las
mujeres y, en ocasiones, frente a otros hombres.
Para poder ejercer ese poder sobre los demás, nos dice Kaufman, el hombre debe cumplir una serie de roles para demostrar su masculinidad. Los hom2
La definición de género aquí planteada responde al consenso y l relación de varias posturas teóricas que abordan este tema.
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bres deben reprimir sus sentimientos, emociones y necesidades para así no perder su autocontrol y el dominio sobre los demás. Si se llega a presentar alguna
situación en la cual sus emociones salgan y rompa con ese ideal de lo que es un
hombre se va a relacionar inmediatamente con actitudes femeninas, se le consideraría una mujer, por lo tanto débil, incapaz de tomar decisiones y cumplir
objetivos (Kaufman, 1995).
Con base en esto, nuestra principal pregunta en las entrevistas de los jóvenes informantes, fue si ellos pensaban que el género estaba totalmente ligado
al sexo de las personas. Así como lo mencionamos en líneas anteriores, Sergio
considera que sí, y Carlos presenta cierta contradicción al decir que el género se
forma y se enseña en la niñez, pero que por ser homosexual no debe dejar de
ser masculino; es decir, sí hay una fuerte relación e importancia en ser hombre
y comportarse masculinamente.
Daniel, por su parte, resalta la formación biológica y los cromosomas afirmando que sí tiene mucho que ver la biología con los comportamientos de hombres y mujeres. A diferencia de ellos, Julián, responde de forma muy segura,
que estas categorías no dependen la una de la otra, precisamente porque esto
les fue impuesto y ahora ellos lo deconstruyen con su homosexualidad.
Por otro lado, Diego considera que el género no está ligado a lo biológico
porque cada individuo construye su identidad de acuerdo a sus afinidades personales. Y finalmente, Cristián afirma que las personas pueden vivir su sexualidad
y formas de comportamiento en una cotidianidad libre; sin embargo cree que si
se salen de los parámetros establecidos socialmente pueden llegar a ser señalados negativamente.
Al hacer un análisis más profundo de estas respuestas encontramos algunos factores importantes en las posturas de cada uno de ellos. Daniel, por
ejemplo, parte de la existencia de una dualidad en los homosexuales, es decir,
ellos son capaces de representar lo femenino y lo masculino a la vez. En otras
palabras, pueden ser fuertes y sensibles, tiernos y radicales, dulces y maduros,
dependiendo de la circunstancia. Dicha dualidad, como él la llama, es vista de
forma positiva porque los hace más completos; pero si un homosexual es demasiado afeminado o femenino, esto es visto de forma negativa en tanto salir
y enfrentarse a la sociedad, además de que si es demasiado “mujer” pierde su
encanto partiendo de que a él le gustan los hombres y lo masculino.
Sin embargo, en nuestras observaciones, su tono de voz era suave, es
amanerado y algo femenino; además de que arguye ciertos celos por la forma
en que se construyen las identidades de hombres más femeninos y mujeres más
masculinas. Adicional a esto, según él, un hombre que sea muy sensible, puede
ser el más fuerte a la hora de enfrentarse a otro hombre; es decir, que sensibilidad no implica debilidad, como en las construcciones heterosexuales que si
lo implican. En relación a la maternidad que mencionamos como característica
básica y primordial de la mujer, Daniel considera que sí es cuestión de instinto
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de mujer, pero ser femenino no implica ser maternal.
En contradicción a lo anterior aparecen las posturas de Diego y Cristián,
quienes afirman que la dualidad que supuestamente tienen solo los homosexuales también se presenta en los heterosexuales; puesto que ellos también pueden
ser sensibles, cariñosos y realizar algunos de los oficios domésticos. Ellos concuerdan con Daniel en que la sensibilidad no implica la debilidad, evidenciando
así que no se tiene esa postura en los heterosexuales afirmada por Daniel.
De otra parte, Julián también explica que los homosexuales son mezclas
un poco de todo, es decir, un poco de femenino y un poco de masculino; pero
que existe una pequeña lucha y rivalidad entre la comunidad LGBTI en general,
porque las mujeres buscan ser masculinas y los hombres femeninos. Es decir,
existe una representación cruzada del generó establecido por la sociedad hegemónica heterosexual, en donde los comportamientos femeninos son empleados
por los hombres y los masculinos por las mujeres. Por supuesto esta no es la
única forma de reproducir el género pero podría llegar a conformar un aspecto
importante de la identidad de género homosexual.
A pesar de que no siente ningún tipo de discriminación hacia la mujer, si
la hay frente a la representación femenina en un gay, ya que se ve como algo
negativo que sea muy “loca” o hasta travesti. Sus expresiones, siguen siendo
muy amaneradas y hasta femeninas en su forma de hablar, caminar, mover las
manos, etc. Julián también afirma que estas representaciones cruzadas dejan
como resultado mezclas en donde por ejemplo, si un hombre es sensible, también puede ser fuerte y viceversa. En relación a la maternidad, él considera que
no tiene nada que ver con si se es mujer u hombre, sino que cualquiera de ellos
puede dar un buena educación a sus hijos.
Pasemos a Carlos, ya sabemos que él afirma que por ser homosexual no
deja de ser hombre y mucho menos masculino. Sin embargo, él dice que los
homosexuales si se identifican con rasgo femeninos. También resalta que por el
hecho de ser emotivo o sensible no quiere decir que se sea afeminado, es decir,
estos no son rasgos que le deben pertenecer específicamente a las mujeres y
tampoco significa debilidad. Esto nos lleva a pensar que él concuerda con la postura de Daniel y Julián en donde se afirma que los homosexuales si tienen una
dualidad interna entre lo femenino y lo masculino.
Por último, con respecto a la maternidad Carlos está totalmente de acuerdo en que ésta no es un aspecto que va ligado a la mujer, sino que los hombres
también están en la condición de criar y formar a un/a buen/a hijo/a. De lo anterior se puede afirmar que, aunque Carlos aparenta ser muy masculino y muy
hombre también presenta rasgos femeninos en lo cual quiere acatar una labor
que socialmente se le ha asignado a la mujer. Otro aspecto que cabe rescatar
de Carlos, es que a pesar de afirmar no sentirse superior a la mujer sí hay un
sentimiento negativo frente a los homosexuales demasiado afeminados.
En el caso de Sergio, como ya se mencionó, el sexo si va ligado al género
Conclusiones
A partir de todo este análisis realizado, entre la teoría y la práctica, podemos
decir que la respuesta a nuestra pregunta es que lo femenino y lo masculino en
los homosexuales son categorías dinámicas, que surgen en relación a la estructura heterosexual pero que se redefinen constantemente. También, sus representaciones son indeterminadas y dan libertad a los individuos que hacen parte
de este medio, de transformarlas y utilizarlas de acuerdo a la personalidad de
cada uno. Desde otro punto de vista, se podría decir que estamos a la luz de una
nueva construcción de género creada por un grupo específico de la sociedad.
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y a los comportamientos que debe tener el hombre y la mujer, de no ser así se
saldría de los parámetros establecidos. A pesar de decir no sentirse superior a
la mujer y considerar que está en decisión de ella realizar determinadas funciones efectuadas por los hombres, sí considera que la mujer debe ser delicada y
cuidadosa, y que la maternidad está ligada a aspectos instintivos y biológicos de
la mujer, donde el lazo madre/hijo es más fuerte que el lazo padre/hijo. Cabe
resaltar que aunque él no ve la sensibilidad como un aspecto negativo, pero
también dice que él no mostraría dicho comportamiento en ámbito netamente
masculino.
Diego considera que el género no necesariamente va ligado al género porque cree que cada quien puede construir su identidad y ésta se relaciona con el
circulo social donde se desenvuelve cada persona. En su condición de heterosexual, no se considera superior a la mujer porque en sus relaciones familiares
y amorosas las mujeres realizan los mismos oficios, ya sea en la casa o fuera de
ella. Sin embargo, encuentra cierto control social entre sus pares puesto que si
se muestra muy cariñoso con ellos (abrazos, caricias y demás) le hacen comentarios como: “qué marica”. Diego también piensa que la homosexualidad es una
elección sexual concreta y que no tienen ningún tipo de postura negativa frente
a esto, por ende considera que el hombre está en la misma condición para criar
a los hijos que una mujer.
Finalmente, Cristian afirma que las personas pueden elegir su forma de comportarse independientemente de si son hombres o mujeres, pero aun así cree
que hay un control social que nos les permite desenvolverse libremente. Considera que el machismo está obsoleto, sin embargo, le molesta realizar actividades que se encuentran socialmente inscritas dentro de los roles femeninos. También afirma que no siente molestia o incomodidad frente a la existencia de los
homosexuales, pero la reacción cambia cuando se encuentra frente a frente con
ellos. Se siente incómodo y además le molestan las expresiones de cariño así
sea entre amigos cercanos. En cuanto al caso de la maternidad, Cristián piensa
que hay un limitante biológico para los homosexuales pero aun así podrían dar
un buen cuidado a sus hijos.
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A modo de conclusión, podemos afirmar varias cosas. La primera de ellas es
que en los homosexuales se rompen los parámetros de género establecidos en
la sociedad heterosexual. Pero que estas construcciones se representan en ellos
de distintas formas particulares que en muchas ocasiones no se podrían generalizar. De igual modo, en el joven heterosexual, existe una fuerte relación del
sexo y el género; y en algunos casos se ve de forma “diferente” a quien rompe
los parámetros de comportamiento de hombres y mujeres. Adicional a esto se
observan ciertos cambios respecto a las funciones de hombres y mujeres, en
donde los parámetros que caracterizan los comportamientos de cada uno de
ellos se desdibujan y redefinen constantemente.
Haciendo alusión a los estereotipos y la discriminación, estos también se rompen en el momento en que todos concuerdan en afirmar que lo sensible no
siempre es gay y que depende de la personalidad de cada uno. Sin embargo,
en cuanto a la discriminación, aunque no hay un sentimiento de subordinación
frente a la mujer y sus oficios sí se ven características femeninas como negativas que desembocan en la discriminación frente a los hombre que las representan demasiado. Esto deja ver una especie de contradicción en el discurso que
alimenta nuestra tesis de que dichas categorías se construyen y deconstruyen
constantemente según las circunstancias.
La última conclusión que pudimos extraer es que los homosexuales tienden a
sentirse parte de un tercer género que mezcla las categorías heterosexuales y
que por lo mismo no está obligado a ceñirse a una estructura cerrada sino que
cada día reconoce nuevas experiencias y representaciones que forman la identidad homosexual. Todo esto, fortalece la idea de género como construcción
social que origina estereotipos, prejuicios y ciertas actitudes discriminatorias
de los individuos hacia un grupo social particular. Las identidades sexuales y
de género se forman continuamente, no son estáticas ni fijas, y a pesar de que
la presencia de los estereotipos aún es constante, el manejo del género tiende
cada vez más a cambiar los parámetros establecidos por la sociedad.
Bibliografía
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