Perspectivas de lo masculino y femenino: hombres homosexuales y heterosexuales 1806 Ana María Paula Millán Vergara Estephania Manrique Sánchez Dentro de las sociedad occidental se han creado y otorgado diferentes roles y patrones de comportamiento específicos a los hombres y a las mujeres, pero no es muy evidente de dónde viene esto, cuándo se estipulo y cuándo se aprobó. Lo que es más interesante aun, es que nosotros simplemente nos inscribimos de manera inconsciente a esas normas de comportamiento sin preguntarnos el porqué de esa diferenciación e incluso, ese deber ser. Uno de los supuestos de los que podemos partir es que desde el momento en el que nacemos, la distintas instituciones sociales como la familia, nos están codificando y enmarcando dentro de dicha lógica de pensamiento y comportamiento. A medida que nos vamos desarrollando, vamos acatando esos modos diferenciados de ser, para así podernos desenvolver de mejor manera en la sociedad a la cual pertenecemos. Pero ¿qué pasa cuando esa estructura de pensamiento se rompe y aparecen actitudes que no se codifican dentro de esos roles y patrones socialmente estipulados? Es por esto que se debe acudir a la categoría de género, puesto que si nos quedamos pensando las cosas sólo en el sexo biológico de las personas sería muy difícil llegar a dar cuenta de por qué varían dichos comportamientos. El sexo es una determinación biológica, va ligado directamente a la composición genética del ser humano y otorga ciertas características físicas evidentes que marcan la diferencia entre los cuerpos de los hombres y las mujeres. El género es entendido como una construcción social que proporciona una serie de roles y comportamientos los cuales determinan la vida de los individuos concediéndoles un papel funcional dentro de la sociedad (Lamas, 2000). A partir de esos parámetros que nos da el género, quien determina lo que conocemos como femenino y masculino, es que podemos clasificar e inscribir casi que de manera automática estereotipos a las mujeres y a los hombres. Entendemos lo femenino como una relación directa con la delicadeza, la ternura, las labores hogareñas, entre otras cosas. Lo masculino lo concebimos como lo rudo, la fortaleza, el encargado de llevar el sustento al hogar, etc. La feminidad es la forma socialmente correcta de comportamiento de las mujeres, a ellas es a quienes se les ha atribuido todo lo relacionado al ámbito privado, al hogar, pero no sólo se resume a esto; también se han dado roles como el de la maternidad el cual comprende una relación de ternura y afecto. La masculinidad es el comportamiento otorgado socialmente a los hombres. Se inscribe dentro lo público, va relacionado a la fortaleza, el trabajo, la falta de 1 Durante estos meses, también realizamos las entrevistas de los cuatro personajes en los que nos enfocamos. 1807 sensibilidad, entre otras. El problema está cuando esa diferenciación que nos da el género no se adapta como socialmente se ha considerado correcta. Es decir, cuando un hombre decide no ser tan masculino y rudo sino más bien un poco más afectuoso y tierno de lo normal; o cuando una mujer decide no ser sensible y tener un comportamiento más tosco. Es en este punto cuando oímos hablar de los homosexuales. La parte que compete a esta investigación va a estar enfocada principalmente en los hombres. Como el género no es algo obligatorio para seguir y hay formas diferentes de vivirlo, vamos a tener como referencia a hombres homosexuales y heterosexuales y a partir de ellos intentaremos entender cómo se construye la noción de femenino y masculino. Para poder responder a nuestra pregunta nos basamos en los textos de Martha Lamas en El género. La construcción cultural de la diferencia sexual y Diferencias de género y diferencia sexual. Mara Viveros en Género e Identidad. Ensayos sobre lo femenino y lo masculino y De quebradores y cumplidores sobre hombres, masculinidades y relaciones de género en Colombia. Blanca González en Los estereotipos como factor de socialización en el género. Michael Kaufman en Los hombres, el feminismo y las experiencias contradictorias del poder entre los hombres. Escogimos estos trabajos teóricos, porque consideramos que expresan valores conceptuales pertinentes para nuestra investigación. Por otro lado, apoyándonos en los métodos cualitativos realizamos entrevistas a seis hombres, tres de ellos homosexuales y tres heterosexuales; a partir de sus respuestas y contrastando con la teoría nos permitimos definir la concepción que tienen con respecto a lo femenino y lo masculino. Las fuentes que escogimos, dos de los homosexuales y un heterosexual son amigos de conocidos nuestros (Daniel, Julián y Cristian), las otras tres fuentes son amigos cercanos a nosotros (Carlos, Sergio y Diego). Somos consientes de que es un poco limitado, por la cantidad de entrevistas, pero es pertinente tener en cuenta que de ellas sacamos la información necesaria y completa para presentar un abrebocas de lo que podría llegar a ser una investigación importante para la academia que trabaja la categoría de género. Daniel de 24 años y Julián de 21 años, ambos homosexuales, trabajan en un bar gay ubicado en la calle 81 con carrera 13. Durante los meses de marzo y abril estuvimos asistiendo periódicamente para observar qué roles desempeñan en su trabajo y cómo se relacionan entre sus compañeros y los clientes.1 Por otro lado, Carlos de 20 años estudia en la Universidad Nacional. Es estudiante de ingeniería civil y es el único de los tres homosexuales que en este momento tiene una relación afectiva estable con otro hombre. En relación a los heterosexuales, Sergio tiene 20 años y es estudiante de periodismo de la Universidad del Rosario. Diego y Cristian también son estudian- 1808 tes de dicha universidad, inscritos en el pregrado de sociología y tienen 24 y 19 años respectivamente. Para poder realizar las entrevistas fue necesario explicarles el porqué del trabajo y con qué fines se iba a desarrollar. Nuestras preguntas estuvieron enfocadas hacia la discriminación, los estereotipos y categorías de género: femenino y masculino, abordados desde preguntas un poco “informales” de la cotidianidad de cada personaje. Pudimos encontrar una nueva categoría en la investigación, en especial, con las entrevistas a los homosexuales, en donde surge la idea de una nueva categoría de género: la que mezcla y representa a lo masculino y lo femenino lejos de lo biológico, en un intercambio y redefinición constante de identidades. A partir de las respuestas de nuestros informantes nos permitimos contrastar el punto de vista que cada uno de ellos tiene sobre lo que es femenino y masculino, encontrando así diferencias y similitudes que permitirán dar respuesta a nuestra pregunta anteriormente plateada. Como ya lo mencionamos, el límite visible de nuestro trabajo es el enfoque a una muestra representativa de sólo seis hombres, pero aún así, con cada uno de ellos se pudo llegar a compartir algo más allá de la entrevista, lo que nos permitió comprender varios aspectos importantes de la investigación. Análisis de las entrevistas a la luz de algunas posturas teóricas En principio, para complementar la información contextual de nuestros informantes es preciso aclarar que todos (a excepción de Cristian, quien vive sólo con su madre y sus abuelas) nacieron y fueron formados en el seno de una familia nuclear, entendida según Magdalena León como un familia pequeña en su número, que responde al complemento de funciones entre hombre mujer supliendo las necesidades de los demás miembros (León, 1995). Las familias de estos jóvenes, aún están completas y no han pasado por procesos de divorcio. En el caso particular de Julián quien pasó toda su niñez en su casa, a la edad de quince años la abandonó por confesar su condición de homosexual y hasta hace mes y medio volvió a tener contacto con ellos. Su familia está conformada por madre, padre y hermana. Daniel, vive con sus padres y dos hermanos. Sólo uno de sus hermanos menores, tiene conocimiento sobre su condición de homosexual, hasta el momento lo ha tomado bien, por lo que Daniel no ha presentado mayores dificultades en su casa. Carlos también vive con sus padres y su hermano mayor, ninguno de ellos tiene conciencia de su condición de homosexual; lo que hace que Carlos se sienta, en sus palabras, incómodo y presionado a nivel familiar, ya que debe mentir cuando sale o cuando presenta alguno de sus novios como un amigo. Por otro lado, Sergio, convive con sus padres y su hermana, en su condición de hete- 1809 rosexual no ha presentado ningún problema familiar relacionado con esto. Lo mismo se presenta con Diego quien convive con sus padres y hermano y Cristian quien vive con su madre, sus abuelas y sus hermanos. Sabiendo esto, pasemos a explicar un poco lo que nosotros entendemos por las categorías a estudiar: estereotipos, género, discriminación y dentro de estos conceptos lo que se entiende por femenino y masculino. En cuanto al concepto de estereotipo, tendremos en cuenta a la definición que hace Blanca González en su texto Los estereotipos como factor de socialización en el género. Allí hace dos aclaraciones entre lo que es un estereotipo, un estereotipo de género, un prejuicio y la discriminación. Los estereotipos en palabras de González, hacen referencia a aquellas creencias populares sobre los atributos que caracterizan a un grupo social. Estos grupos pueden estar determinados por la raza, la lengua, el lugar de origen, etc. Esto deja por sentado que son construcciones sociales de los individuos que hacen parte de una sociedad, creadas con el fin de caracterizar a grupos determinados. En el caso del prejuicio, este se entiende como el conjunto de juicios y creencias de carácter negativo con relación a un grupo social (González, 1999). Según esta autora, de este prejuicio se desprende un trato diferenciado a las personas de determinado grupo, inferiorisándolas o haciéndolas sentir subordinadas frente a otros por su pertenencia a ese lugar, esto es conocido como discriminación. De acuerdo al tema que nos compete, relacionado con el género, González define a los estereotipos de género como un subtipo de los estereotipos sociales definidos como “Creencias consensuadas sobre las diferentes características de los hombre y las mujeres en nuestra sociedad.” (González, 1999). Pero, qué consecuencias traen los estereotipos, según esta autora, puede haber tanto estereotipos positivos como negativos, pero por lo general esta forma de categorizar a las personas diferencia y divide fuertemente a los grupos, a pesar de que ayuda a la formación de su identidad. Como lo mencionamos en líneas anteriores, en las sociedades occidentales, se ha construido representaciones de lo que es una mujer y de lo que es un hombre. Ellas están caracterizadas por ser cariñosas, sensibles, débiles y por ende dedicadas a las labores del hogar. En contraste, ellos, son fuertes, varoniles, dedicados a llevar el sustento al hogar. Esta caracterización ha llevado a inferiorizar a la mujer por su forma de ser, que supuestamente está en su naturaleza. Esto es totalmente falso, ya que las sociedades son quienes forman en sus familias e instituciones a los niños bajo estos parámetros de comportamiento. Una prueba de esto, la da una de las respuestas de Sergio durante la entrevista. Él menciona que no trataría igual a una mujer que a un hombre y que tampoco se comporta de la misma forma. Según él, la mujer es sensible, cuidadosa y tierna y por esta razón no la trataría igual; sin embargo, también deja muy claro que no se siente superior a ella ni que ese tipo de actitudes la obligan 1810 sólo a dedicarse a labores de hogar. Estas actitudes, dan cuenta de su formación familiar y educativa, pero también se relacionan con algunas de las transformaciones sociales y culturales que ahora dan una mejor posición a la mujer. En Carlos, lo que se observa, a pesar de su homosexualidad, es que en su discurso está fuertemente interiorizado el comportamiento serio y varonil de un hombre. Pero en sus gestos se observa un poco esa conexión con sentimientos sensibles, que según los estereotipos sólo son de la mujer. Se podría llegar a decir, que Carlos presenta dos formas de comportamientos diferentes de acuerdo al contexto: con su familia su comportamiento es algo varonil, y con sus pares se muestra como realmente se siente, recurriendo a una imagen de ternura, sensibilidad y expresividad. Ahora bien, pasemos a un tema más complejo: el género. Este concepto es definido por varios de nuestros autores citados como una construcción social ligada a contextos y otras circunstancias particulares de una sociedad.2 Para dar una definición un poco más concreta, tomaremos la que hace la mexicana Marta Lamas en su texto Diferencia de sexo, género y diferencias sexual (2000). En sus palabras, el género es el “conjunto de prácticas, creencias, representaciones y prescripciones sociales que surgen entre los integrantes de un grupo humano en función de una simbolización de diferencia anatómica entre hombres y mujeres”, lo que determina su posición y función en la sociedad. Aquí vale la pena aclarar que el género es totalmente diferente al sexo que sí hace referencia a la condición física y biológica con la que nace cada individuo. En este sentido, comienza a construirse en sociedad lo que denominamos femenino y masculino. Este último, se refiere a toda clase de representaciones de rudeza, agresividad, violencia, dureza, libertad, racionalidad, objetividad, madurez, fuerza emocional y física para llevar el sustento a la casa y mantener a las mujeres y a sus hijos. En el caso de lo femenino, como ya mencionamos algo en los estereotipos, es todo lo que no es masculino, es decir, lo que hace referencia a sensibilidad, emotividad, dulzura, ternura, debilidad, maternidad, inmadurez, cuidado de hijos y esposo (Fuller, 1995). Ahora bien, antes de comenzar con el análisis de las entrevistas es necesario plantear lo que se entiende por dominación masculina y masculinidad, según Michael Kaufman, para entender un poco más a fondo el porqué de nuestra investigación. Este autor en su texto Los hombres, el feminismo y las experiencias contradictorias del poder entre los hombres, dice que la dominación masculina se da por un poder otorgado socialmente a los hombres y se produce y reproduce en las sociedades patriarcales. El hecho: dar dicho poder a los hombres los presenta como un ente de fuerza, inteligencia y superioridad frente a las mujeres y, en ocasiones, frente a otros hombres. Para poder ejercer ese poder sobre los demás, nos dice Kaufman, el hombre debe cumplir una serie de roles para demostrar su masculinidad. Los hom2 La definición de género aquí planteada responde al consenso y l relación de varias posturas teóricas que abordan este tema. 1811 bres deben reprimir sus sentimientos, emociones y necesidades para así no perder su autocontrol y el dominio sobre los demás. Si se llega a presentar alguna situación en la cual sus emociones salgan y rompa con ese ideal de lo que es un hombre se va a relacionar inmediatamente con actitudes femeninas, se le consideraría una mujer, por lo tanto débil, incapaz de tomar decisiones y cumplir objetivos (Kaufman, 1995). Con base en esto, nuestra principal pregunta en las entrevistas de los jóvenes informantes, fue si ellos pensaban que el género estaba totalmente ligado al sexo de las personas. Así como lo mencionamos en líneas anteriores, Sergio considera que sí, y Carlos presenta cierta contradicción al decir que el género se forma y se enseña en la niñez, pero que por ser homosexual no debe dejar de ser masculino; es decir, sí hay una fuerte relación e importancia en ser hombre y comportarse masculinamente. Daniel, por su parte, resalta la formación biológica y los cromosomas afirmando que sí tiene mucho que ver la biología con los comportamientos de hombres y mujeres. A diferencia de ellos, Julián, responde de forma muy segura, que estas categorías no dependen la una de la otra, precisamente porque esto les fue impuesto y ahora ellos lo deconstruyen con su homosexualidad. Por otro lado, Diego considera que el género no está ligado a lo biológico porque cada individuo construye su identidad de acuerdo a sus afinidades personales. Y finalmente, Cristián afirma que las personas pueden vivir su sexualidad y formas de comportamiento en una cotidianidad libre; sin embargo cree que si se salen de los parámetros establecidos socialmente pueden llegar a ser señalados negativamente. Al hacer un análisis más profundo de estas respuestas encontramos algunos factores importantes en las posturas de cada uno de ellos. Daniel, por ejemplo, parte de la existencia de una dualidad en los homosexuales, es decir, ellos son capaces de representar lo femenino y lo masculino a la vez. En otras palabras, pueden ser fuertes y sensibles, tiernos y radicales, dulces y maduros, dependiendo de la circunstancia. Dicha dualidad, como él la llama, es vista de forma positiva porque los hace más completos; pero si un homosexual es demasiado afeminado o femenino, esto es visto de forma negativa en tanto salir y enfrentarse a la sociedad, además de que si es demasiado “mujer” pierde su encanto partiendo de que a él le gustan los hombres y lo masculino. Sin embargo, en nuestras observaciones, su tono de voz era suave, es amanerado y algo femenino; además de que arguye ciertos celos por la forma en que se construyen las identidades de hombres más femeninos y mujeres más masculinas. Adicional a esto, según él, un hombre que sea muy sensible, puede ser el más fuerte a la hora de enfrentarse a otro hombre; es decir, que sensibilidad no implica debilidad, como en las construcciones heterosexuales que si lo implican. En relación a la maternidad que mencionamos como característica básica y primordial de la mujer, Daniel considera que sí es cuestión de instinto 1812 de mujer, pero ser femenino no implica ser maternal. En contradicción a lo anterior aparecen las posturas de Diego y Cristián, quienes afirman que la dualidad que supuestamente tienen solo los homosexuales también se presenta en los heterosexuales; puesto que ellos también pueden ser sensibles, cariñosos y realizar algunos de los oficios domésticos. Ellos concuerdan con Daniel en que la sensibilidad no implica la debilidad, evidenciando así que no se tiene esa postura en los heterosexuales afirmada por Daniel. De otra parte, Julián también explica que los homosexuales son mezclas un poco de todo, es decir, un poco de femenino y un poco de masculino; pero que existe una pequeña lucha y rivalidad entre la comunidad LGBTI en general, porque las mujeres buscan ser masculinas y los hombres femeninos. Es decir, existe una representación cruzada del generó establecido por la sociedad hegemónica heterosexual, en donde los comportamientos femeninos son empleados por los hombres y los masculinos por las mujeres. Por supuesto esta no es la única forma de reproducir el género pero podría llegar a conformar un aspecto importante de la identidad de género homosexual. A pesar de que no siente ningún tipo de discriminación hacia la mujer, si la hay frente a la representación femenina en un gay, ya que se ve como algo negativo que sea muy “loca” o hasta travesti. Sus expresiones, siguen siendo muy amaneradas y hasta femeninas en su forma de hablar, caminar, mover las manos, etc. Julián también afirma que estas representaciones cruzadas dejan como resultado mezclas en donde por ejemplo, si un hombre es sensible, también puede ser fuerte y viceversa. En relación a la maternidad, él considera que no tiene nada que ver con si se es mujer u hombre, sino que cualquiera de ellos puede dar un buena educación a sus hijos. Pasemos a Carlos, ya sabemos que él afirma que por ser homosexual no deja de ser hombre y mucho menos masculino. Sin embargo, él dice que los homosexuales si se identifican con rasgo femeninos. También resalta que por el hecho de ser emotivo o sensible no quiere decir que se sea afeminado, es decir, estos no son rasgos que le deben pertenecer específicamente a las mujeres y tampoco significa debilidad. Esto nos lleva a pensar que él concuerda con la postura de Daniel y Julián en donde se afirma que los homosexuales si tienen una dualidad interna entre lo femenino y lo masculino. Por último, con respecto a la maternidad Carlos está totalmente de acuerdo en que ésta no es un aspecto que va ligado a la mujer, sino que los hombres también están en la condición de criar y formar a un/a buen/a hijo/a. De lo anterior se puede afirmar que, aunque Carlos aparenta ser muy masculino y muy hombre también presenta rasgos femeninos en lo cual quiere acatar una labor que socialmente se le ha asignado a la mujer. Otro aspecto que cabe rescatar de Carlos, es que a pesar de afirmar no sentirse superior a la mujer sí hay un sentimiento negativo frente a los homosexuales demasiado afeminados. En el caso de Sergio, como ya se mencionó, el sexo si va ligado al género Conclusiones A partir de todo este análisis realizado, entre la teoría y la práctica, podemos decir que la respuesta a nuestra pregunta es que lo femenino y lo masculino en los homosexuales son categorías dinámicas, que surgen en relación a la estructura heterosexual pero que se redefinen constantemente. También, sus representaciones son indeterminadas y dan libertad a los individuos que hacen parte de este medio, de transformarlas y utilizarlas de acuerdo a la personalidad de cada uno. Desde otro punto de vista, se podría decir que estamos a la luz de una nueva construcción de género creada por un grupo específico de la sociedad. 1813 y a los comportamientos que debe tener el hombre y la mujer, de no ser así se saldría de los parámetros establecidos. A pesar de decir no sentirse superior a la mujer y considerar que está en decisión de ella realizar determinadas funciones efectuadas por los hombres, sí considera que la mujer debe ser delicada y cuidadosa, y que la maternidad está ligada a aspectos instintivos y biológicos de la mujer, donde el lazo madre/hijo es más fuerte que el lazo padre/hijo. Cabe resaltar que aunque él no ve la sensibilidad como un aspecto negativo, pero también dice que él no mostraría dicho comportamiento en ámbito netamente masculino. Diego considera que el género no necesariamente va ligado al género porque cree que cada quien puede construir su identidad y ésta se relaciona con el circulo social donde se desenvuelve cada persona. En su condición de heterosexual, no se considera superior a la mujer porque en sus relaciones familiares y amorosas las mujeres realizan los mismos oficios, ya sea en la casa o fuera de ella. Sin embargo, encuentra cierto control social entre sus pares puesto que si se muestra muy cariñoso con ellos (abrazos, caricias y demás) le hacen comentarios como: “qué marica”. Diego también piensa que la homosexualidad es una elección sexual concreta y que no tienen ningún tipo de postura negativa frente a esto, por ende considera que el hombre está en la misma condición para criar a los hijos que una mujer. Finalmente, Cristian afirma que las personas pueden elegir su forma de comportarse independientemente de si son hombres o mujeres, pero aun así cree que hay un control social que nos les permite desenvolverse libremente. Considera que el machismo está obsoleto, sin embargo, le molesta realizar actividades que se encuentran socialmente inscritas dentro de los roles femeninos. También afirma que no siente molestia o incomodidad frente a la existencia de los homosexuales, pero la reacción cambia cuando se encuentra frente a frente con ellos. Se siente incómodo y además le molestan las expresiones de cariño así sea entre amigos cercanos. En cuanto al caso de la maternidad, Cristián piensa que hay un limitante biológico para los homosexuales pero aun así podrían dar un buen cuidado a sus hijos. 1814 A modo de conclusión, podemos afirmar varias cosas. La primera de ellas es que en los homosexuales se rompen los parámetros de género establecidos en la sociedad heterosexual. Pero que estas construcciones se representan en ellos de distintas formas particulares que en muchas ocasiones no se podrían generalizar. De igual modo, en el joven heterosexual, existe una fuerte relación del sexo y el género; y en algunos casos se ve de forma “diferente” a quien rompe los parámetros de comportamiento de hombres y mujeres. Adicional a esto se observan ciertos cambios respecto a las funciones de hombres y mujeres, en donde los parámetros que caracterizan los comportamientos de cada uno de ellos se desdibujan y redefinen constantemente. Haciendo alusión a los estereotipos y la discriminación, estos también se rompen en el momento en que todos concuerdan en afirmar que lo sensible no siempre es gay y que depende de la personalidad de cada uno. Sin embargo, en cuanto a la discriminación, aunque no hay un sentimiento de subordinación frente a la mujer y sus oficios sí se ven características femeninas como negativas que desembocan en la discriminación frente a los hombre que las representan demasiado. Esto deja ver una especie de contradicción en el discurso que alimenta nuestra tesis de que dichas categorías se construyen y deconstruyen constantemente según las circunstancias. La última conclusión que pudimos extraer es que los homosexuales tienden a sentirse parte de un tercer género que mezcla las categorías heterosexuales y que por lo mismo no está obligado a ceñirse a una estructura cerrada sino que cada día reconoce nuevas experiencias y representaciones que forman la identidad homosexual. Todo esto, fortalece la idea de género como construcción social que origina estereotipos, prejuicios y ciertas actitudes discriminatorias de los individuos hacia un grupo social particular. Las identidades sexuales y de género se forman continuamente, no son estáticas ni fijas, y a pesar de que la presencia de los estereotipos aún es constante, el manejo del género tiende cada vez más a cambiar los parámetros establecidos por la sociedad. Bibliografía Fuller, Norma. (1995). En torno a la polaridad marianismo-machismo. En: Arango, Luz Gabriela; León, Magdalena; Viveros, Mara. Género E Identidad. Ensayos Sobre Lo Femenino y lo Masculino. Bogotá: Tercer Mundo Editores. 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