AL COMPÁS DE LOS VARALES 1.- INTRODUCCIÓN 2.- DESARROLLO: 2.1.- Definición de música. 2.2.-La música de Capilla. 2.3.- Saeta. 2.4.- Origen de la música en Semana Santa. 2.4.1. Evolución de la forma marcha. 2.4.2. Bandas de Cornetas y Tambores. Escámez 2.4.3. Agrupación Musical. 2.4.4. Bandas de Música o Bandas de Palio. 2.5.- Los andares y la música. 1.- INTRODUCCIÓN Buenas tardes a todos, lo primero agradecer a Antonio la presentación que me ha dedicado, y a la Agrupación de Cofradías por la confianza puesta en mí, y por contar conmigo para esta bonita tarea que me va a permitir aportar mi granito de arena a la Semana Santa Tebeña. Y también agradeceros a todos vosotros vuestra presencia y disposición a escuchar lo que a continuación os voy a contar en esta reunión de amigos. Esta tarde voy a intentar exponeros: 2.1.- Definición de música. 2.2.-La música de Capilla. 2.3.- Saeta. 2.4.- Origen de la música en Semana Santa. 2.4.1. Evolución de la forma marcha. 1 2.4.2. Bandas de Cornetas y Tambores. Escámez 2.4.3. Agrupación Musical. 2.4.4. Bandas de Música o Bandas de Palio. 2.5- Los andares y la música. Cómo la música influye en la forma de llevar los tronos en Málaga o los pasos, en Sevilla y viceversa, cómo el ritmo en el andar de los tronos y pasos han influido e influyen en la música de Semana Santa. 2.- DESARROLLO: 2.1. Definición de Música “OIGO LO QUE VEO” Éstas fueron las palabras que pronunciaba el compositor ruso Igor Stravinsky, cuando en la Semana Santa Sevillana de 1921 presenciaba el paso de la Virgen del Refugio por la Puerta de la Carne al mismo tiempo que la banda interpretaba la célebre marcha de Manuel Font, “Soleá, dame la mano” : OÍGO LO QUE VEO No hay mejor manera de poner de manifiesto la relación tan especial de la música con nuestras procesiones de Semana Santa. Y es que la música, el arte de bien combinar los sonidos entre sí, y éstos con el tiempo, tiene una importante función en todas las expresiones del ser humano. ¿Alguno de los que está aquí se imagina María Santísima de la Paz, bailando sobre los hombres de trono, sin que suenen “Los Campanilleros”? ¿O la salida del Santísimo Cristo de la Sangre sin que suene la marcha “El silencio”?...no sería lo mismo...la música tiene la capacidad de magnificar los sentimientos, de multiplicar por diez las sensaciones permitiendo que lleguen más directas al alma…la música está presente en la mayoría de los momentos de la Semana Mayor: música es el crujir del trono cuando éste se levanta; también es música el sonido que produce el roce de las bambalinas con las barras de palio; en los desfiles procesionales malagueños, el repicar de campanilla, indicando los tiempos y los movimientos del cortejo procesional de los campanilleros, también es música; los golpes de martillo de los mayordomos sobre la campana para avisar a los hombre de trono...también es música. 2 Pero es algo más, es algo que transciende los límites de los sentidos…según palabras de Jose Ramón de Rementería y López de Sandaliano “La Música es el arte de sentir, por eso de todas las artes es la más difícil de definir con palabras, quizá imposible. Nos acompaña en nuestra vida, desde la cuna (nanas) hasta la muerte (requiems); altera nuestro ánimo (nos consuela, alegra o exalta), cura nuestro cuerpo (musicoterapia) y forma parte de nuestro ser al igual que la risa, el llanto… Carece de cuerpo como la escultura y de color como la pintura y no tiene un significado concreto como la palabra o la literatura. La Música es pasión y emoción, es el lenguaje del espíritu, del sentimiento. Por ello es una de las cosas de las que no se puede prescindir en la vida, es tan necesaria como el aire que respiramos.” Por todo ello es lógico que la Música deba jugar un papel preponderante en determinados momentos de nuestra existencia, en determinadas épocas del año, donde su presencia, confiere una fuerza especial. Y señores, desde que el Miércoles de Ceniza que empezábamos la Cuaresma, y que nos anunciaba en el calendario cristiano la conmemoración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesuscristo, iniciamos un periodo de intensa actividad litúrgica y cofrade, donde la música se hace presente en cada acto, magnificando cada instante. 2.2.-La música de Capilla. Conviene reseñar, de modo claro y evidente, que la música desde los inicios de la Edad Media está íntimamente ligada a la liturgia cristiana, no existiendo la menor duda de que la música fue el primer arte al servicio de la Semana Santa, ya desde la articulación del Año Litúrgico en la Edad Media y que la música religiosa fue creada y alentada durante siglos por la religión cristiana. Hablamos entonces, de la música de Capilla. Capilla: La palabra capilla deriva del latín medieval "cappa", y con él se denominaba al espacio del templo donde ensayaban los músicos y, por extensión, al conjunto de músicos encargados de cantar o tocar, con todo el acompañamiento de libros corales, instrumentos, vestimenta, distintivos, al servicio de una iglesia o corte. 3 Los inicios de la capilla musical pueden corresponderse con los inicios de la música occidental. Todo comienza en el siglo IX, donde Pipino el Breve con el apoyo de Gregorio VII unificará y hermanará todas las liturgias llamándolas Gregorianas. De esta coalición se propone como canto oficial de la liturgia el Canto Gregoriano. A finales del siglo XI, principios del XII la composición sustituye a la improvisación aportando un sistema de notación musical que permite aprender, componer e interpretar en ausencia del compositor. La polifonía sustituye a la monofonía, sin abandonar el Canto Gregoriano, con lo que aparece el Organum y el Discantus. Estos estilos se desarrollarían durante los siglos XII y XIII hasta llegar al florecimiento del Organum de Notre Dame. Canónigos de dicha catedral fueron sus máximos exponentes, Leonín y Perotín. Con Perotín se alcanza el máximo esplendor polifónico creando el Conductus, llegando a finales del siglo XIII, al Motete. Hasta aproximadamente, 1322- 1325, que aparece el término Ars Nova de la mano de Philipe de Vitry; todas las composiciones se habían creado para uso litúrgico y de tema religioso. Es a partir del siglo XIV, con la aparición del Ars Nova los mecenas y príncipes de la Edad Media deben reflejar su poder. Contratan a los mejores artistas para realizar las mejores obras que manifiesten el esplendor de su territorio. En lo musical, se crean Capillas Musicales bajo la dirección de un maestro. En la Corte Papal de Avignón se empezó a contar con una capilla musical que acompañase en la liturgia y en actos religiosos. Consecutivamente, las cortes de los Reyes Católicos, Felipe el Hermoso, Carlos I, Felipe II,… y posteriores, fueron los precursores de las Capillas Musicales en sus cortes, con lo que destinaban bienes económicos a crear y conservar las capillas musicales de sus catedrales. Estas Capillas estaban compuestas por un maestro, un coro de niños cantores, cantores adultos que formaban un coro, ministriles (chirimías, bajón, sacabuche,…) órgano y trompeteros. 4 La capilla musical de la Catedral de Sevilla fue la más importante capilla catedralicia de España contando con importantes y reconocidos Maestros como Cristóbal de Morales o Hilarión Eslava. La importancia de la capilla musical de la Catedral Hispalense, incluso la de la Colegiata del Salvador, sería el desencadenante para que las cofradías sevillanas apostaran por trasladar la música del oficio religioso a la procesión y acompañamientos de sus distintas comitivas penitenciales. Estas hermandades adaptan la Capilla Musical para que intervenga, por medio de ministriles, en dichas estaciones de penitencia. Con lo cual, si los músicos se disponían a interpretar su música caminando, necesitarían utilizar instrumentos aptos para este oficio. Instrumentos de poco peso que proporcione un timbre adecuado al evento: nostálgico, suave,… Hablamos de instrumentos como la chirimía y el bajón. Actualmente, estos instrumentos han evolucionado hasta llegar a lo que conocemos como oboe (chirimía) y el fagot (bajón). En este momento las Capillas Musicales tocan música no rítmica, suena la música de manera independiente de los tronos o pasos, que iban a su aire, a su forma. La música de capilla se usaba para rezar, y para dar un golpe, es decir, tocaban para callar a la gente, cuanto más piano más bajo habla la gente, cuanto más suena una banda, más ruido hace la gente. Poco a poco, se va metiendo voz a la música de capilla, y así llegamos a la saeta, que es la más vocal de todas las expresiones de música. 5 2.3.- La Saeta El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define Saeta como arma arrojadiza consistente en un asta delgada y ligera, con punta afilada en uno de sus extremos y que se dispara con un arco. Por eso, debo decir que fue todo un acierto bautizar como saeta este cante que a modo de flecha sale del corazón y llega directo al alma. La saeta es una oración en forma de cante flamenco que se lanza en alto a un Cristo o Virgen de la devoción de la persona anónima que se expresa con todo su sentimiento. Aunque el origen musical de las primitivas saetas es incierto, se les atribuye una raíz árabe relacionada con las llamadas a la oración de los almuédanos de las mezquitas andaluzas complementada por cantos judíos y estructuradas por los cantos procesionales cristianos de los misioneros franciscanos en los siglos XVI y XVII, quienes llamaban saetas a "los avisos que en forma de coplillas recitaban o cantaban por las calles en determinados momentos de sus misiones". El nacimiento de la saeta popular y la costumbre de cantarla el pueblo para expresar su sentimiento religioso data, aproximadamente, de mediados del siglo XIX. A principios del siglo XX, la saeta tradicional se transforma hacia la llamada saeta flamenca, un canto de una sola persona muy elaborado, en ocasiones improvisado y de extrema dificultad interpretativa. Desde entonces, se interpretan al paso de las procesiones de Semana Santa dirigidas, sin acompañamiento, a las imágenes. También existen las saetas con acompañamiento de tambor. Parece que en la actualidad se están recuperando en los pueblos de Andalucía la costumbre de cantar saetas a los Sagrados Titulares de las Hermandades. 2.4.- Origen de la música en Semana Santa 2.4.1. Evolución de la Forma Marcha. Pero ¿Cuál es el origen de la presencia de las bandas de música en nuestra Semana Santa? Para encontrar el origen de la música acompañando a nuestras hermandades tenemos que hablar de la forma musical específica de marchas. La marcha, como tal es una creación musical que nace para ser interpretada en movimiento por razones no artísticas, sino funcionales, razones prácticas. Existen distintos tipos de marchas: marcha militar, marcha procesional, marcha religiosa, marcha triunfal, fúnebre, nupcial…todas ellas tienen un origen común. 6 Este origen está asociado a la vida militar y hay que buscarlo en la intención de producir música para conseguir que un grupo de personas pueda caminar de manera acompasada. Debemos diferenciar el ritmo o toque de marcha y lo que es una marcha. Entiéndase por toque o ritmo de marcha el diseño rítmico, continuo, regular y repetitivo generalmente producido por instrumentos de percusión para conseguir el desplazamiento ordenado de un grupo de personas. En principio estos sonidos fueron utilizados como parte de la técnica militar para hacer que las tropas se desplazaran de forma conjunta y acompasada. La unidad de movimiento no obedece por tanto sólo a un criterio estético, sino primordialmente a criterios de efectividad militar. La forma musical conocida como marcha surge de la evolución de este ritmo o toque de marcha. Es una forma musical que servía y sirve para que el movimiento de las tropas se haga de manera más unitaria y además, según el carácter de la música, se conseguían otros efectos psicológicos tales como: aumentar el valor de la tropa, atemorizar al enemigo, aumentar la solemnidad en desfiles, acrecentar la emotividad de los distintos tipos de actos en los que se utiliza,… por tanto, en sus orígenes, nos encontramos ante una forma musical de aplicación práctica para mejorar la productividad de una actividad humana aunque al mismo tiempo no podamos olvidar su aportación artística consustancial. El momento histórico en que se comenzó a utilizar la música para ordenar el movimiento de las personas es difícil de determinar. Existen restos arqueológicos, del s. V a.C. sobre la tumba de Leopardos en Tarquinia, hay pinturas, en las que se pueden contemplar representaciones de músicos que hacían ambas cosas: tocar y andar. Se tiene constancia de que en Roma, durante el reinado de Servio Tulio (578-534 a.C), a través del sonido producido por músicos se conseguía la marcha acompasada de las legiones romanas para invadir las Galias. Para los militares de aquella época, según los escritos de Vegacio, era primordial enseñar a los reclutas el paso militar pues pensaban que lo más importante en una marcha o en una acción de guerra, era conservar la unidad de movimiento entre los soldados. Los músicos de estas bandas romanas eran soldados que gozaban de un importante prestigio. Existen autores que piensan que la utilización de sonidos musicales para conseguir el movimiento unificado de tropas podría haberse utilizado antes en la India y en Egipto. 7 Durante la Edad Media la utilización de la música con fines militares está extendida por el mundo árabe y cristiano. Desde el siglo XII al XVII, como he expuesto anteriormente, los monarcas españoles contaban con capillas musicales que recibían el nombre de Ministriles. La documentación escrita a medida que avanza la historia es cada vez más numerosa. Los Reyes Católicos contaban con un grupo de ministriles (7-8 músicos) para amenizar los desfiles militares, las exhibiciones, etc. Sabemos que Carlos I llegó a contar con una banda de más de cuarenta músicos. Felipe II llegó a contar con un grupo de ministriles cuyo número de componentes osciló según la época entre los 12 y 16 músicos. ¿Pero cuándo se interpretó por primera vez una marcha tras un paso o trono en un desfile procesional? De ese dato determinado no se tienen constancia, hay que tener en cuenta que los grupos de ministriles, en muchos casos, eran formaciones similares a las bandas de música militares. Básicamente dos tipos de marchas procesionales: marchas fúnebres y marchas de procesión (con un montón de sinónimos, como son marcha lenta, regular, marcha de cofradía). Sabemos que durante el siglo XIX se interpretaban en procesiones marchas lentas y marchas fúnebres. Estas marchas procesionales eran originales en unos casos y en otros casos, adaptaciones de marchas fúnebres preexistentes procedentes de óperas por lo general. Así, en muchas ocasiones de las marchas fúnebres emanaron grandes composiciones que posteriormente, y debido al escaso repertorio a que tuvieron que enfrentarse las primeras bandas de música, fueron adaptadas, siendo tocadas en las procesiones de Semana Santa, continuando hoy en día, vigentes en algunos lugares. Este es el caso del segundo movimiento de la Tercera Sinfonía de Beethoven o de la marcha fúnebre que Frédéric Chopin compuso para el segundo movimiento de su Sonata para piano n.º 2, entre otras. Pero muy pronto comenzarían a aparecer las primeras marchas fúnebres compuestas específicamente para cofradías y hermandades. Aunque aún hoy queda mucho por investigar, se considera a José Gabaldá Bel, quien fuera director de la Banda de la Guardia Real en Madrid, uno de los primeros autores en componer expresamente música para la Semana Santa. Su serie de marchas fúnebres, entre las que se 8 encuentran las tituladas «El llanto» o «Soledad», acompañan a la adaptación de la marcha fúnebre de la ópera Ione del maestro Enrico Petrella. Pronto tomaría la alternativa Andalucía. En la segunda mitad del s. XIX, en concreto, en el año 1874, el cordobés Rafael Cebreros compone la primera marcha fúnebre para la Semana Santa de Sevilla. En 1876, y en Cádiz, Eduardo López Juarranz, compone la marcha fúnebre «¡Piedad!» en honor a la corporación del mismo nombre de esta ciudad. En años sucesivos, Juarranz, acometería nuevas marchas, entre la que destaca «Pobre Carmen», común en innumerables ciudades españolas. En Córdoba, Eduardo Lucena Vallejo, músico destacado del romanticismo andaluz, compone, en 1883 «Un recuerdo», marcha dedicada expresamente al Ayuntamiento de Córdoba, siendo director de la Banda Municipal de esta ciudad andaluza, formación en la que el propio Lucena junto con otros compositores dejaron un curioso e importante catálogo de marchas fúnebres. Pero, si hay una época dentro del siglo XIX que resultó verdaderamente prolífica, esta fue la década de los noventa, la de los años 1890, ya desde esta época tan temprana, alguno de los compositores comenzarían a introducir melodías que se pueden denominar «alegres» dentro del patetismo propio de la marcha fúnebre. Hoy día, son muchas las personas que investigan para descubrir marchas procesionales cada vez más antiguas, aunque con escasa rentabilidad para la aplicación práctica de estos descubrimientos. Hay que tener en cuenta que las bandas de música alcanzan su esplendor a partir de mediados del siglo XIX, con la llegada de nuevos instrumentos como la familia de los saxofones y la mejora técnica de mucho de los instrumentos existentes. En este proceso algunos instrumentos cayeron en desuso. Además, la sonoridad de las instrumentaciones antiguas es mucho menos brillante al no contar con los actuales saxofones y trompetas agudas, que sustituyeron a instrumentos como cornetines, trombas en mi b, saxhornos barítonos y onovenes. 2.4.2. El género de las cornetas y tambores. Alberto Escámez. En el primer tercio del siglo XX se produce un hecho verdaderamente curioso, la aparición de las primeras marchas para bandas de cornetas y tambores. El auge de este tipo de bandas se produce gracias a la labor de un compositor que desde Málaga impulsó una verdadera revolución. Este compositor es Alberto Escámez. Es en 1918 cuando se produce el hito fundamental de la historia de las bandas de cornetas y tambores, con la constitución de la Banda del Real Cuerpo de Bomberos de Málaga, pionera en Andalucía en el estilo musical 9 denominado “a cuatro voces” y fundada por el jefe del cuerpo, comandante Joaquín Ramírez y realizando su primera salida procesional en la Semana Santa de 1920. La figura de Escámez es relevante porque creó un repertorio propio para estas bandas. Escámez escribió marchas a 4 voces, como si fuesen corales para bandas de cornetas y tambores. Sus marchas procesionales se consideran dentro del repertorio clásico. Compuso marchas como "Consolación y Lágrimas" en 1922, "La Expiración" en 1926, "Virgen de la Paloma", "Virgen del Rocío" o la más famosa de ellas, "Cristo del Amor" compuesta en 1944, siendo referente de las marchas de cornetas y tambores. La mayor parte de su actividad se desarrolló en Málaga y otras zonas de Andalucía. Las marchas de Alberto Escámez se consideran un clásico y se interpretan por toda España. De la misma forma que las bandas de cornetas y tambores tienen su origen en Málaga y de ahí se extienden al resto de Andalucía y España, las agrupaciones de música tienen su origen en Sevilla, con la extinta Banda del Cuartel de la Guardia Civil de Eritaña, y de ahí pasan al resto de provincias. 2.4.3. Agrupación Musical. Se denomina Agrupación Musical a las bandas de música para Semana Santa que están formadas por trompetas, trombones, cornetas, tambores y bombos. Desde hace unos años a estas fechas, se han incorporado también instrumentos del tipo tubas, bombardinos, fliscornos, platos y caja royal, entre otros. Las agrupaciones musicales se caracterizan por ser formaciones de viento-metal, percusión en la que es la trompeta la que tiene un papel preponderante respecto a otros instrumentos, y hacen su trabajo polifónico al margen de la corneta, introduciéndola sólo en las partes que estética y técnicamente es posible añadirlas. En cambio, las bandas de cornetas y tambores son agrupaciones instrumentales de viento-metal y percusión, pero donde el principal instrumento melódico es la corneta. 2.4.4. Bandas de Música. Las Bandas filarmónicas o Bandas de Música, popularmente llamadas como bandas de palio por ser encargadas de acompañar a los tronos y pasos de palio de las Vírgenes en la Semana Santa, es el estilo más identificativo de nuestra Semana Santa y de estructura más compleja 10 ya que en su plantilla se incluyen instrumentos de viento-madera y viento-metal de diverso timbre y tesitura e instrumentos de percusión. Aunque este tipo de bandas cuenta con bastante antigüedad, el surgimiento de la marcha procesional para banda de música es algo posterior. Ya he citado cómo la música que va detrás de los tronos nace de marchas fúnebres adaptadas de la ópera. Éstas van evolucionando hasta las música actual de palio. En este proceso tuvo gran relevancia el maestro Manuel López Farfán, quien marcó una época dentro de la música procesional con composiciones de sorprendente alegría y gracia, además innovando en la instrumentación de las bandas de música. También cabe destacar la figura del onubense Abel Moreno, con marchas como “Madrugá”, “Hermanos Costaleros” o “Macarena”. Y la figura del valenciano Perfecto Artola, por definición el alma mater de la marcha malagueña, quien sentó cátedra y creó el más sólido modelo de la marcha procesional en Málaga, con composiciones como “Virgen de Gracia” o “Jesús de la Pasión”. 2.5- Los andares y la música. Cómo la música influye en la forma de llevar los tronos en Málaga o los pasos, en Sevilla y viceversa, cómo el ritmo en el andar de los tronos y pasos han influido e influyen en la música de Semana Santa. Partimos de la distinción de tres tipos principales de portar los tronos o pasos: 1.- Estilo Malagueño: consiste en portar las imágenes sobre los hombros. Los encargados de esta tarea son los denominados Hombres de Trono. Hombre Católico y Cofrade que porta sobre su hombro a sus Sagrados Titulares durante su salida procesional, con el comportamiento, la religiosidad e indumentaria tradicional de nuestras Hermandades y Cofradías. Y los varales, pieza de madera o metálica de grandes dimensiones sobre la que va apoyada el trono y que apoyan sobre sus hombros, los hombres de trono, están situados fuera del Trono en sí. La cantidad de varales oscila entre 6 y 8 según el tamaño del trono. No es raro encontrar en Málaga Capital, tronos con unos 200 hombres de trono. Además, los hombres de trono siguen el llamado "paso marinero". La forma de andar de los Tronos es muy similar al andar de una persona, marcando claramente un ritmo binario, es decir, paso izquierdo-paso derecho. 11 2.- Estilo Sevillano: Es el más extendido por toda Andalucía. En este caso, los portadores van debajo del paso (a diferencia de lo que ocurre en Málaga con los Tronos), y soportan el peso sobre su cuello, concretamente sobre la séptima vértebra cervical, y protegen esta zona con una tela llamada costal, fundamental para su labor. De ahí, que los hombres encargados de esta tarea reciban el nombre de costaleros. Los elementos del paso adaptados para que los costaleros carguen el peso son las trabajaderas. Éstas, son los palos que lo cruzan transversalmente y que se colocan a diferente altura (de más a menos) para dar cabida a los costaleros según grupos de estatura semejante. El paso en este caso es más corto, totalmente diferenciado del estilo malagueño. Hay pasos en los que las trabajaderas no van transversalmente, sino a lo largo, en estos casos no se utiliza costal ya que la trabajadera va sobre los hombros de los cargadores (dos trabajaderas por cargador), y el estilo a la hora de andar es diferente al del costalero. Esta forma de llevar los pasos destacaba en Granada. El número de costaleros que lleva un paso sevillano ronda los 40, y se hacen relevos a lo largo de la procesión. 3.- Estilo Gaditano: Es un estilo mixto, consistente en portar los pasos sobre los hombros, pero debajo del mismo. Los portadores reciben el nombre de cargadores. Es el estilo de la Semana Santa Gaditana, y se caracteriza porque en apariencia es similar a la de Sevilla, pero con un andar semejante a los tronos malagueños. Otra característica de este estilo es que por fuera del paso van cuatro portadores, uno en cada esquina, denominados maniguetas, que tienen la función de dirigir el paso junto con el capataz. Cada manigueta lleva una horquilla, que hacen sonar al compás de cada paso izquierdo, dando una peculiar sonoridad a la Semana Santa de Cádiz. Incluso hay hermandades que sólo llevan como acompañamiento musical el golpe de las horquillas de los maniguetas. El número de cargadores de los pasos gaditanos es de una media de 60 hombres. ¿Os preguntaréis qué tiene que ver esto con la música, no? Pues mucho… Porque los ritmos que casan con las distintas formas de andar de los tronos y de los pasos, se diferencian de manera clara, y se marcan los ritmos con la cadencia adecuada en cada caso. Así, la música que suena en Málaga se diferencia de la música que acompaña a las procesiones en Sevilla, porque las marchas que suenan en esta última son más alegres de manera que se ajustan mejor al ritmo de andar de los costaleros. La música ha evolucionado en función del andar de los pasos y tronos. Como dijimos al principio, las marchas de Semana Santa eran marchas muy lentas y largas, procedían de las marchas fúnebres. A mediados de 12 los años setenta, es cuando (sobre todo en Sevilla) las cuadrillas de costaleros comienzan a tomar parte en la confección y elección de las marchas a tocar en una procesión, tendiendo siempre a escoger aquellas composiciones que, según ellos, se adaptan mejor al ritmo y al andar del costalero. Hasta entonces las cuadrillas de costaleros se limitaban a portar el paso sin objetar la música que sonaba. Sea lo que fuere, lo cierto es que se pasó de un escenario en el que la música no tenía por qué supeditarse tanto al paso, a un caso totalmente contrario: el compositor se ve obligado a componer por y para el paso, por y para el costalero, estableciéndose una serie de criterios que dejaban a un segundo plano otros criterios más estrictamente musicales. Esto ocurre especialmente en Andalucía. Así, de esta forma, para que la música se adaptara a los tiempos de descanso de los costaleros, las marchas procesionales se van acortando, y se van tornando cada vez más alegres, para que el andar fuera más cómodo. ¿Qué ocurre con el paso del tiempo? Pues que se van componiendo marchas cada vez más cortas…y llegamos a la carrera oficial de las grandes ciudades. Ahora son los propios capataces los que sin querer bajar el paso durante toda la carrera requieren que las bandas toquen todo el recorrido de la misma…se pasa a poner repeticiones en las marchas, o en repetir las marchas una y otra vez hasta que la carrera oficial concluye. Todo esto degenera las piezas musicales tal y como las compuso su autor. Entonces, surge la necesidad de que director de banda de música y capataz se pongan de acuerdo sobre las marchas que van a sonar en cada punto del recorrido, de manera que se procura elegir marchas de mayor duración para recorridos más largos donde el paso necesita lucirse, y marchas más cortas cuando se está fuera de la carrera oficial. Lo mismo ocurre, pero en menor medida en el resto de provincias andaluzas. Los autores contemporáneos se mueven en una situación complicada en la que tienen que supeditar la calidad de sus composiciones bien a las modas imperantes, o bien por imposiciones de las propias hermandades. En particular, mi opinión sobre este tema, es que deber existir un equilibrio y una coordinación entre capataz- mayordomo y director de banda de música. Ambos buscan un mismo fin, y ambos están condenados a entenderse. Sólo de esta forma, el trono lucirá con la música adecuada, y la música nos traspasará los sentidos y nos ayudará a ver lo que oímos. Irene Guerrero Ángel Cuaresma 2014 13