El relieve, muy complicado en sus detalles, responde, sin embargo, a un esquema general bastante sencillo. Una cadena montañosa que desde el extremo Nordeste atraviesa la isla en dirección Sudoeste, con alturas gradualmente crecientes, que termina en el Circo de Las Cañadas, con pendientes laderas, a uno y otro lado, surcadas de profundos barrancos. Esquemáticamente, podríamos asimilar la isla a un aplastado tetraedro, cuyo vértice superior aparece truncado por la plataforma de Las Cañadas, en la que se levanta el gigantesco cono del Teide. La cadena que acabamos de indicar constituye una de las aristas superiores; las otras, que unirían el desaparecido vértice con los de Teño y Rasca, no existen realmente, quedando sustituidas por un contorno convexo terriblemente accidentado, sobre todo en el ángulo Noroeste, por la presencia del macizo de Teño. La mayor parte de la isla, en su configuración actual, depende geológicamente de las erupciones que tuvieron como cráter Las Cañadas, en sus distintos períodos. Únicamente se separan los espolones de Anaga y Teño, procedentes de erupciones mucho más antiguas, y algunos terrenos de litoral en el Sur y Sudoeste. La orografía de la isla tiene importancia fundamental para nuestro estudio, pues en ella radican gran parte de las causas que determinan las diferentes zonas climáticas que luego distinguiremos, con su corolario de vegetación diferente; por ello vamos a describirla a continuación, en sus aspectos más importantes. En el extremo Nordeste se encuentra el macizo de Anaga, formado por una estrecha arista orientada de Nordeste a Sudoeste, a la que los numerosos y profundos barrancos de sus dos vertientes comunican una curiosa disposición en espina de pescado. La altura general de esta sierra es reducida, pudiendo señalarse como puntos más importantes Roque Anambro (850 m.), Piedra Chinobre (910 m.), Pico Limantes (850 m.), Cruz de Taganana (824 m.) y Montaña de Taborno (1.024 - ) > desde donde se separan dos ramales de menor importancia y alturas decrecientes, uno hacia el Norte, que termina sobre Chinamada, y otro, más hacia el Oeste, en dirección a Bajamar. En las estribaciones meridionales de este sistema se encuentra la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, capital de la isla y puerto más importante. . Continuando hacia el Sudoeste, se interrumpe la cordillera por la altiplanicie de Los Rodeos (600 m.), en la que se encuentra enclavada la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, antigua capital de la isla. Esta meseta, de suelo profundo y gran humedad atmosférica, constituye uno de los más fértiles lugares para cultivos ordinarios de toda la isla, i Desde la tal meseta se continúa otra vez la arista montañosa, que va elevándose desde La Esperanza (966 m.) hasta la montaña de Izaña (2.362 m.)> m