La excusa perfecta

Anuncio
“La excusa perfecta”1
Por María José Romero
Monitor de IFIs en América Latina
Instituto del Tercer Mundo (ITeM)
Al analizar los acontecimientos de los últimos meses en relación a la crisis y las medidas
adoptadas por el G-8, el G-20 y las instituciones financieras internacionales (IFIs), es
posible sostener que la actual crisis económica y financiera internacional representa “la
excusa perfecta” que estas instituciones necesitaban para legitimar su rol en el concierto
internacional y aumentar su presencia en los países de ingresos medios.
Luego del fracaso de las recetas del Consenso de Washington, muchos países
latinoamericanos aprovecharon la fase de crecimiento para alejarse de los recursos y
políticas de las IFIs. Sin embargo, en un escenario de crisis económica y financiera
global, la escasez de financiamiento hace que éstos se vean enfrentados a la necesidad de
volver a las IFIs o de construir alternativas de financiamiento.
Este trabajo presenta las principales medidas adoptadas por las instituciones financieras
internacionales y regionales –FMI, BM, BID, CAF, FLAR- frente a la crisis económica y
financiera internacional, advierte sobre las condicionalidades del FMI, una de las
principales críticas que realizan las organizaciones sociales a la institución, y plantea
algunos desafíos hacia delante.
1. Las resoluciones del G-20
El Grupo de los 20, constituido como una ampliación del G-8, es una de las novedades
que en materia de institucionalidad multilateral nos depara la crisis global. Este grupo
reúne a: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Francia,
India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Sudáfrica, Korea del Sur, Turquía, Reino
Unido y Estados Unidos. Este grupo de países representa el 85 por ciento del PIB
mundial y el 80 por ciento del comercio mundial (incluyendo el comercio al interior de la
Unión Europea) y dos tercios de la población mundial. Con estas cifras como principal
argumento, el grupo creado en 1999 en Berlín, como un foro informal para discutir temas
claves de la economía mundial, se adjudica la potestad para tomar decisiones que afectan
al resto de los países del planeta. Ante esto, ha quedado en evidencia la debilidad de
Estados Unidos para resolver por sí solo todos los problemas globales, y que éstos, claro
está, tampoco pueden ser resueltos sin la presencia de dicho país.
Una de las principales resoluciones del G-20 (en cumbres celebradas en noviembre de
2008 en Washington y en abril de 2009 en Londres), dio como resultado un claro
1
Esta presentación fue elaborada en ocasión del Seminario Internacional “Crisis global y su impacto en los
Derechos Sociales de los Pueblos Andinos y Amazónicos”, realizado en Lima, Perú el 4 y 5 de junio de
2009.
fortalecimiento del FMI, cuya actividad -coincidentemente- necesitaba de un impulso
externo.
Hacia comienzos de 2008, la institución había disminuido dramáticamente el volumen de
sus préstamos y se había visto obligada a implementar un programa de salidas
incentivadas de sus empleados para enfrentar un importante déficit presupuestal interno.
Sin embargo, luego que estallara la crisis, en setiembre de 2008, el G-20 decidió triplicar
los fondos destinados a fines especiales a 750.000 millones de dólares, al agregar 500.000
millones a lo ya establecido. El G-20 también aprobó el uso de una porción de las ventas
de oro del FMI para ayudar a financiarlo. La propuesta de venta de una porción
importante del oro de la institución se encuentra en consideración del directorio del FMI
desde mayo de 2008.
El G-20 se comprometió a implementar las reformas que están en marcha en el FMI e
instó a más cambios para que el organismo multilateral sea más transparente y más
representativo de la economía globalizada. El FMI y el Banco Mundial se encuentran
desde hace más de dos años en un proceso de reforma, producto de la distribución
inequitativa de poder al interior de ambas instituciones, pero está claro que para que unos
aumenten su posición otros deberán disminuirla…
El FMI también fue llamado a mejorar sus sistemas de alerta para prevenir crisis antes de
que éstas se extiendan a la economía mundial, en colaboración con el Consejo de
Estabilidad Financiera, un sucesor reforzado del Foro de Estabilidad Financiera.
Muchos analistas saludaron el generoso desembolso del G-20 como un impulso a la
estabilidad global y a los países en desarrollo, sin embargo, este dato no representa un
buen augurio para los países en desarrollo, dado el historial negativo de la institución.
2. El financiamiento de América Latina
En América Latina, la inversión extranjera directa llega anualmente a U$S 100 mil
millones. Según el Banco Mundial y la CEPAL, la inversión extranjera directa ha caído
precipitadamente en la región, y se prevé una reducción de más de la mitad, lo que
supone U$S 47 mil millones.
Si bien no es probable que los países de América Latina requieran de rescate ni de
préstamos de emergencia en 2009, los bancos multilaterales buscarán compensar, al
menos en parte, este enorme déficit de financiación. Para hacer frente a esto, el FMI, el
BM y el BID, han aprobado nuevos nuevas modalidades de créditos en respuesta a la
crisis. Cabe destacar, que las tres principales entidades de financiamiento multilateral
para América Latina - el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y la
Corporación Andina de Fomento - normalmente prestan cerca de U$S 20 mil millones
por año y este año esperan llegar a cifras récords de desembolso para América Latina.
A continuación presentamos las principales medidas adoptadas por las instituciones
financieras internacionales y regionales en respuesta a la crisis.
2.1 Fondo Monetario Internacional (FMI)
Como complemento de los programas de apoyo de la balanza de pagos ya existentes, el
Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció en octubre 2008 la creación del Servicio
de Liquidez a Corto Plazo para países con acceso al mercado internacional de capitales.
El propósito de esta línea de crédito es permitir el desembolso por adelantado de
cantidades significativas de recursos líquidos. Los desembolsos pueden llegar a
quintuplicar la cuota de los países en el Fondo, con una madurez de tres meses. Los
países elegibles pueden recurrir a estas líneas hasta en tres ocasiones en un período de 12
meses; y la elegibilidad se restringe a países con historial de “buenas políticas” (según las
evaluaciones periódicas que realiza el FMI – Artículo IV) y cargas de deuda sostenibles
(según el Marco de Sostenibilidad de la Deuda del FMI). Los desembolsos son expeditos
y en teoría no seguirán las secuencias y condicionalidades que normalmente se aplican a
los otros programas del Fondo.
Posteriormente, en marzo de 2009, como parte de la reforma de la política de crédito de
la institución, el FMI anunció la creación de una Línea de Crédito Flexible (LCF) que
sirve de garantía para los países con un “sólido desempeño económico”, principalmente
países de mercados emergentes. En este caso no se utiliza el dinero, sino que el país
dispone de una cuenta de respaldo que se acredita directamente ante un problema de
sobregiro. Si bien se conoce como un programa sin condicionalidades, sí tiene
prerrequisitos. Según el propio sitio web del FMI, el país solicitante debe mostrarse
comprometido a mantener determinadas condiciones macroeconómicas de
sustentabilidad, como inflación y deuda pública bajas o decrecientes, y transparencia
fiscal, entre otras.
En el marco de este mecanismo, México ha solicitado una línea de crédito precautoria por
47 mil millones de dólares (17 de abril de 2009), y Colombia por 11 mil millones de
dólares (11 de mayo de 2009), ambos coincidentemente países que siguen las recetas
ortodoxas del FMI.
2.2 Banco Mundial y sus instituciones asociadas
El Banco Mundial dice estar en condiciones de incrementar sus préstamos a un máximo
de 100 mil millones de dólares entre 2009 y 2011.
A través de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) el Banco puso a disposición
fondos por 2.000 millones de dólares para apoyar a los países que buscan entrar al
mercado de capitales y respaldar a los que enfrentan dificultades debido a la caída de los
precios de los productos básicos y de las remesas.
A través de la Corporación Financiera Internacional (CFI) el Banco apoya al sector
privado con un total de 30 mil millones de dólares para el período mediante las siguientes
iniciativas:
• Duplicación del monto del programa mundial de financiamiento para el comercio (de
1500 millones de dólares a 3000 millones de dólares).
• Inversión de 1000 millones de dólares en el fondo accionario global para la
recapitalización de bancos. Japón ya ha comprometido 2000 millones de dólares y se
espera al menos una inversión igual de otros inversionistas.
• Implementación de una línea de crédito para proyectos de infraestructura
financieramente viables y con financiamiento privado comprometido.
En el último año fiscal (julio 2008 - junio 2009), el Banco ha aprobado préstamos por
montos considerables a Colombia, El Salvador, Perú, Brasil y México.
En el caso del préstamo otorgado a Colombia en diciembre de 2008, por 636.5 millones
de dólares, estos recursos fueron aprobados bajo la modalidad de Transferencias
Monetarias Condicionadas (CCT, por sus siglas en inglés), y servirán para expandir el
programa “Familias en Acción”.
El Salvador, por su parte, recibió en enero de 2009 450 millones de dólares de asistencia
financiera “para garantizar la sostenibilidad de su sistema fiscal”. La asistencia tomó la
forma de un Préstamo para Políticas de Desarrollo (DPL, por sus siglas en inglés), que
apunta “a consolidar reformas para mantener el equilibrio macroeconómico y fiscal”. Del
mismo modo, fue concedido un préstamo a Perú entre febrero y abril de 2009 por 660
millones de dólares y a Brasil en marzo de 2009 por 1300 millones.
En el caso de México, el Banco aprobó en abril de 2009 un préstamo por 1500 millones
de dólares con destino al Programa “Oportunidades”.
2.3 Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) anunció, en octubre de 2008, nuevas líneas
de desembolso rápido por 6000 millones de dólares para ayudar a los países a “proteger
el crecimiento económico y el empleo ante la escasez de crédito”.
El Programa de Liquidez para el Sostenimiento del Crecimiento tiene por objetivo
otorgar financiamiento a empresas de la región a través de bancos intermediarios cuando
enfrenten problemas transitorios para acceder al crédito interbancario o a plazas
internacionales. Los países que reciban financiamiento del capital ordinario del BID
pueden recurrir al Programa y el BID determinará el monto de los préstamos, caso a caso.
Además, el BID se propone acelerar la aprobación de su cartera de préstamos para
financiar proyectos y fortalecer programas sociales con el fin de aprobar un récord de 12
mil millones de dólares en 2009.
En 2008, el organismo aprobó 10 mil millones de dólares en nuevos financiamientos. De
utilizarse todos los recursos del nuevo mecanismo y alcanzarse la meta de aprobaciones
de nuevos préstamos, el financiamiento otorgado en 2009 totalizaría unos 18 mil millones
de dólares, lo que representaría un aumento del 80% sobre el financiamiento actual para
la región.
2.4 Corporación Andina de Fomento (CAF)
La Corporación Andina de Fomento (CAF) dio a conocer recientemente una línea de
crédito contingente de liquidez por 1500 millones de dólares. Asimismo, se anunció un
incremento de las líneas de crédito que la CAF dirige en la actualidad para el sistema
financiero de la región, que de 1500 millones de dólares pasarán a 2000 millones.
Junto a las operaciones de préstamos tradicionales y otras modalidades de
financiamiento, estos mecanismos harán que la CAF apruebe un total de 16 mil millones
de dólares para el período 2008-09.
Durante la última Asamblea de Gobernadores del BID, en marzo en Medellín, la CAF y
el BID crearon un fondo conjunto para proyectos de infraestructura en Perú. Al 1° de
junio ambas entidades se encontraban abocadas a identificar a las empresas privadas
interesadas en administrar ese fondo de capital.
2.5 Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR)
El Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) ofreció la disponibilidad inmediata de
sus líneas de crédito de liquidez, a través de las cuales puede desembolsar 1800 millones
de dólares. El FLAR podrá extender esta suma hasta 2700 millones de dólares adicionales
en los próximos meses por medio de sus líneas de contingencia para el apoyo de la
balanza de pagos, según evolucionen las condiciones del mercado.
3. Las condicionalidades del FMI
Las condicionalidades políticas que el FMI impone en sus préstamos siguen siendo un
tema de fuerte cuestionamiento de las organizaciones sociales. Las políticas fiscales,
monetarias y cambiarias de la institución siguen siendo tan estrictas y restrictivas como lo
fueron en años anteriores.
Un estudio reciente de la Red del Tercer Mundo (Third World Network) analizó los
últimos préstamos aprobados a Pakistán, El Salvador, Georgia, Ucrania, Hungría e
Islandia. Más los casos de Sri Lanka, Turquía y Rumania que se encontraban en proceso
de negociación al momento de cerrarse la publicación.
El estudio señala que “el FMI sigue diseñando sus programas de crédito en un marco de
restricción de las políticas fiscales y monetarias y estableciendo rigurosas metas de
inflación en los países estudiados”. Los nueve países receptores de créditos son
orientados para que apliquen políticas de reducción del gasto público, planes de
consolidación fiscal, recortes de los salarios del sector público y eliminación gradual de
los subsidios”, señala el informe de TWN.
Aunque los objetivos de las políticas de crédito apoyadas por el FMI consisten en ampliar
las reservas de moneda extranjera y aliviar la carga de la deuda pública, no hay una
mención clara, ni un análisis del impacto social y económico que estas políticas
contractivas tendrán en países que ya enfrentan una caída de su producción y efectos
económicos externos negativos.
"Es cierto que el FMI apoya el gasto en redes de seguridad social y programas de
asistencia social en varios países prestatarios, observa TWN, pero en países como
Pakistán el incremento acumulado del gasto social es de 0,3 por ciento del PIB, mientras
que la reducción del gasto público está en el orden de 3,2 por ciento del PIB”.
El Salvador, por ejemplo, firmó un acuerdo stand-by que prohíbe el uso de políticas
fiscales expansivas. Esto es especialmente problemático porque el país no puede valerse
de la política cambiaria para estimular su economía (mediante la depreciación), dado que
ha adoptado el dólar como moneda. Al impedirle a El Salvador aumentar el gasto
público, el acuerdo con el FMI le impide usar prácticamente la única herramienta política
que le quedaba para contrarrestar choques externos a su economía. Esto podría hacer que
la recesión sea mucho más grave de lo que sería si se permitieran políticas fiscales
expansivas.
Las políticas de contracción monetaria y fiscal del FMI en varios países parecen
contradecir la promesa del G-20 en su cumbre de abril en Londres de que los incrementos
de recursos para las instituciones financieras mundiales “respaldarán el crecimiento en
mercados emergentes y países en desarrollo ayudando a financiar el gasto contracíclico”
o expansivo. También parecen oponerse a las políticas contracíclicas que los países del
G-20 se han prescrito a sí mismos, relacionadas con fuertes recortes de las tasas de interés
y el mantenimiento de políticas expansivas de sus bancos centrales.
Asimismo, un informe de publicado por el Center for Economic and Policy Research
(CEPR) señala lo siguiente: "aunque es improbable que los nuevos recursos reviertan la
tendencia de los gobiernos a evitar, siempre que sea posible, los préstamos y la influencia
del FMI, ayudarán a reestablecer un FMI no reformado como gran poder en la economía
y las decisiones de los países de bajos y medianos ingresos, sin que éstos tengan poder de
opinión en la toma de decisiones del FMI. Esto podría tener importantes consecuencias a
largo plazo para el crecimiento, el desarrollo y los indicadores sociales en muchos
países".
El CEPR advierte que los gobiernos que están contribuyendo a este aumento de la
financiación deberían pensar cuidadosamente en las consecuencias y posibilidades de
sujetar dicho aumento a una reforma seria del FMI, especialmente en las áreas de
gobernanza y rendición de cuentas. "No se le deberían proporcionar nuevos fondos al
FMI salvo que la institución se someta a importantes reformas que le impidan continuar y
repetir los graves errores que cometió en las importantes crisis de los años noventa”.
4. Algunos desafíos por delante
Sin duda, el proceso de endeudamiento de los países latinoamericanos se profundizará a
lo largo de los próximos años, como consecuencia de la crisis, por lo que será necesario
estar atentos al destino y condiciones de dichos préstamos. La crisis se presenta como una
oportunidad importante para que el Banco Mundial incremente su presencia en la región,
y los antecedentes en esta materia no son los mejores.
Numerosas organizaciones sociales de todo el mundo presionan para que las decisiones
sobre el futuro de la economía global sean tomadas en un ámbito democrático y
participativo, como lo es la Asamblea General de Naciones Unidas. El Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial, como agencias especializadas de Naciones Unidas,
deberían regirse por el mandato del G-192, y no por la voluntad de Estados Unidos y
Europa. Las decisiones tomadas hasta el momento por el G-20 han demostrado ser más
de lo mismo.
Hoy está en discusión el rol y la forma del gobierno del FMI y el BM. Dentro y fuera de
ambas instituciones se discute sobre cuál es la mejor forma para que estas instituciones se
reformen y sean funcionales al actual escenario internacional. El poder creciente de las
economías de los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China) desafía la distribución de
poder al interior del FMI y el BM, pero el cambio parece ser lento... hasta el momento
hay pocas señales de los países desarrollados de querer resignar parte de su poder. Está
claro que ambas instituciones no serán las mismas al final de esta crisis, pero… ¿qué tan
cosméticos serán los cambios?
Descargar