Historia y Eficacia de la Anticoncepción de Emergencia: Más Allá de

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Historia y Eficacia de la Anticoncepción de
Emergencia: Más Allá de la Coca-Cola
Por Charlotte Ellertson
C
omo se afirmó en la Conferencia Internacional Sobre Población y Desarrollo en El Cairo en 1994, la mujer
tiene el derecho a controlar el número de
embarazos y el momento en que desea quedar embarazada. Para ejercer este derecho,
la mujer debe tener acceso, en cualquier
parte del mundo, a una amplia gama de anticonceptivos, así como al aborto seguro.
Si bien la mayoría de los anticonceptivos
se deben usar antes o durante el coito, algunos métodos pueden ser utilizados durante un corto período después de mantener relaciones sexuales sin protección. Los
míticos métodos caseros, tales como la
ducha con Coca-Cola después del coito,
son de dudosa eficacia, pero afortunadamente no son la única alternativa que tiene
la mujer. Durante los últimos 30 años, se
han desarrollado una serie de métodos que
se consideran seguros y eficaces.
Estas opciones, que son predominantemente variaciones de las formulaciones de
anticonceptivos orales, son denominadas
frecuentemente como “píldoras de la mañana siguiente”. Sin embargo, un mejor
nombre es “anticonceptivos de emergencia”, el cual disipa la idea de que la usuaria
debe esperar hasta la mañana siguiente
para comenzar el tratamiento después de
relaciones sexuales sin protección, o que
será demasiado tarde si no puede obtener
el anticonceptivo hasta la tarde del día siguiente o un poco después. El nombre “anticonceptivos de emergencia” también destaca que estos métodos no están concebidos
para ser utilizados regularmente.
Las raíces de la anticoncepción de emergencia moderna se remontan a los años 20,
cuando los investigadores inicialmente demostraron que los extractos de estrógeno
ovárico interfieren con el embarazo en los
mamíferos.1 Los veterinarios fueron los
primeros en aplicar los frutos de este hallazgo, y comenzaron a usar estrógenos en
perros y caballos que se habían apareado
cuando el dueño no quería que lo hicieran.
No obstante los informes que circulaban
sobre el uso clínico de estrógenos postcoito en seres humanos en la década de los
años 40,2 el primer caso documentado se
Charlotte Ellertson es investigadora asociada en la División de Programas, Population Council, Nueva York.
36
publicó hasta mediados de los años 60,
cuando médicos de los Países Bajos aplicaron la práctica veterinaria de tratamiento de estrógenos después del coito en una
niña de 13 años que había sido violada en
la mitad del ciclo menstrual.3
Más o menos al mismo tiempo, expertos de los Estados Unidos se encontraban
investigando la eficacia de altas dosis de
estrógenos y hacia fines de la década de
los 60, esas preparaciones se convirtieron
en el tratamiento estándar. Las mujeres regularmente recibían concentraciones de
estrógenos, el estrógeno esteroidal etinilestradiol o el estrógeno no-esteroidal dietilestilbestrol (DES). Actualmente, en lugares donde aún se utilizan altas dosis de
estrógenos, se utiliza un tratamiento denominado 5x5, o sea 5 mg de etinil-estradiol por día, durante cinco días.4
A principios de la década de los años 70,
se dejaron de lado las altas dosis de estrógenos y se comenzó a utilizar una combinación estándar de estrógeno-progestina.
El médico canadiense Albert Yuzpe y sus
colegas comenzaron a estudiar en 1972 un
tratamiento combinado, orientados por su
observación de que una dosis de 100 mcg
de estrógenos junto con 1,0 mg de progestina norgestrel-dl induce a cambios endometriales que son incompatibles con la implantación.5 Este método pasó a ser
conocido como el “método Yuzpe” y reemplazó las preparaciones de altas dosis
de estrógenos, no sólo porque ofrecía una
menor incidencia de efectos secundarios,
sino porque el DES estaba vinculado al
cáncer de vagina en las hijas de mujeres
que habían tomado este medicamento
para prevenir las pérdidas del feto.
La investigación sobre tratamientos que
dejaban de lado el estrógeno también comenzó a principios de la década de los
años 70, especialmente en América Latina. Un informe de 1973 describió los resultados obtenidos en un trabajo de investigación experimental en gran escala, de
cinco dosis de levonorgestrel de entre 150
mcg a 400 mcg por tableta. Este tratamiento se experimentó como un método continuo postcoito en vez de una formulación
de emergencia. Se instruyó a las participantes en la prueba a tomar una tableta
después del coito, tan pronto como fuera
posible y dentro de las tres horas subsiguientes. Las participantes podían usar el
método tan frecuentemente como fuere
necesario; algunas continuaron utilizándolo durante dos años.6
Los resultados indicaron que las dosis
más bajas no eran eficaces y que causaban
ciertas distorsiones del período menstrual;
principalmente reducían el ciclo menstrual. Este experimento fue el primer gran
avance en materia de anticoncepción postcoito regular y sentó las bases para los métodos con levonorgestrel que se convirtieron en métodos que ahora se encuentran
disponibles en muchos países en desarrollo y en Europa Oriental.
A finales de la década de los años 70,
aparece el principal método no-hormonal
disponible actualmente, el DIU (T de
cobre). Este mecanismo causa cambios endometriales que inhiben la implantación;
además, los iones de cobre parecen ser directamente embriotóxicos.7
Más recientemente se han investigado
otros dos métodos: el Danazol y el mifepristone. El Danazol es una progestina sintética y antigonadotropina, que a principios de la década de los años 80 se utilizó
como un anticonceptivo de emergencia.8
El mifepristone, más comúnmente conocido como el RU-486, es una potente antiprogesterona registrada en cuatro países
como un abortífero. Existe relativamente
poco material de investigación sobre estos
métodos más nuevos, si bien el mifepristone en particular parece ser extremadamente prometedor como un anticonceptivo de emergencia. A diferencia de los
anticonceptivos orales, estos métodos no
han sido aprobados como métodos para
uso diario o son relativamente caros; en
consecuencia, quizás no sean de fácil acceso y uso en los países en desarrollo.
Este artículo presenta un panorama general de los métodos anticonceptivos de
emergencia disponibles y sugiere pautas
para los futuros trabajos de investigación
que se realicen sobre la eficacia, la seguridad y las cuestiones relacionadas con su uso.
Método Yuzpe
El método Yuzpe es el método más estudiado de anticoncepción oral postcoito.9
(Actualmente se están realizando en Mé-
Perspectivas Internacionales en Planificación Familiar
xico pruebas del método Yuzpe de administración por vía vaginal.10) Si bien el tratamiento exacto varía mucho en los países
en desarrollo,11 el régimen generalmente
utilizado en América del Norte y Europa
consiste en 200 mcg de etinil-estradiol y 1,0
mg de levonorgestrel. La mitad de la dosis
se debe tomar dentro de las 72 horas posteriores al coito no protegido, y la otra
mitad 12 horas después.
Una de las razones de la popularidad
del método Yuzpe es que las hormonas
utilizadas son los ingredientes activos que
se encuentran en varias marcas comunes
de anticonceptivos orales combinados. La
marca que se ofrece a la venta como Ovral
en los Estados Unidos y Canadá, por ejemplo, contiene 50 mcg de etinil-estradiol y
0,25 mg de levonorgestrel por tableta; por
lo tanto, cuatro tabletas de Ovral (la dosis
recomendada por Yuzpe y sus colegas
después de su estudio piloto original)
constituye el tratamiento completo.*
Varias marcas más de anticonceptivos
orales combinados contienen las mismas
hormonas necesarias para el método
Yuzpe, aunque en dosis menores.12 Por lo
tanto, las mujeres que usan esas marcas
deben tomar un mayor número de píldoras; por ejemplo, las mujeres en Vietnam
pueden usar Microgynon para practicar
el método Yuzpe, simplemente doblando
el número de tabletas de esta formulación
de menor dosis. (En otras palabras, deben
tomar cuatro píldoras para cada mitad del
régimen.) En los países en desarrollo, no
se encuentra ningún producto empacado
específicamente para el método Yuzpe, si
bien los anticonceptivos orales para este
tratamiento se encuentran disponibles en
muchos países. En varios países europeos, las tabletas equivalentes al Ovral se encuentran disponibles en envases de cuatro tabletas con una etiqueta que
explícitamente las recomienda para casos
de emergencia.
Los estudios realizados sobre la eficacia del método Yuzpe ofrece resultados
muy variados, en parte porque la definición de la eficacia es un poco diferente
para un método postcoito que para un método anticonceptivo corriente. En un enfoque potencial, los investigadores observan mujeres que utilizan la anticoncepción
de emergencia en un ciclo determinado y
calculan el número de embarazos producidos y luego dividen el número de embarazos por el número de mujeres que tomaron el medicamento. Cuando se
estudia de esta manera, la tasa de falla del
método Yuzpe varía desde aproximadamente el 0,2% al 2%.13 Esta tasa de eficacia
es útil en la medida en que indica que
Número especial de 1997
entre todas las mujeres tratadas con esta
terapia, es probable que se quedaran embarazadas el 2% o menos. Sin embargo,
estos resultados no toman en cuenta el
hecho de que algunas de estas mujeres no
hubieran quedado embarazadas aun
cuando no hubieran utilizado el método
objeto de estudio.
Pero las mujeres generalmente no usan
el método Yuzpe ciclo tras ciclo; lo usan
esporádicamente, y comúnmente en los
momentos de mayor probabilidad de embarazo como, por ejemplo, después de relaciones sexuales durante el período ovulatorio. En consecuencia, estudios mejor
realizados del método limitan la observación a mujeres con ciclos regulares. Para
estas mujeres, se puede estimar el número esperado de embarazos usando las tablas de fecundidad publicadas, si los investigadores registran el día del ciclo en
que se mantuvieron las relaciones sexuales sin protección (o detalles acerca del
ciclo de la mujer, tales como la duración
usual de su período y el primer día del último período menstrual). De los 10 trabajos de investigación disponibles que intentaron emplear este diseño óptimo,14 es
posible calcular una reducción proporcional de los embarazos relacionada con el
uso del método Yuzpe. Al comparar los
embarazos observados y esperados, los investigadores han demostrado que el método Yuzpe reduce las posibilidades de
embarazo en aproximadamente un 75%.15
El consenso médico general es que este
tratamiento no tiene contraindicaciones,16
y no hay evidencias que vinculen su uso
con el riesgo de malformación del feto.
(Un meta-análisis de 12 estudios prospectivos no pudo detectar ninguna relación
con significancia estadística entre el uso
de anticonceptivos orales durante el inicio del embarazo y la deformación del
feto.17) Sin embargo, algunos clínicos
temen que este riesgo puede ser más elevado con el método Yuzpe. En consecuencia, para adoptar una postura más conservadora, un clínico debería hablar con una
mujer antes de que comience el tratamiento, para eliminar la posibilidad de un embarazo preexistente (por ejemplo, un embarazo que haya resultado de un coito no
protegido ocurrido más de 72 horas antes
de iniciar el tratamiento).
Los efectos secundarios del método
Yuzpe son los mismos que se experimentan comúnmente con el uso a corto plazo
de anticonceptivos orales: náuseas (incluidos vómitos en el 20% de los casos), dolores de cabeza, hipersensibilidad de mamas,
dolores abdominales y mareos. La náusea
es, con mucho, el efecto secundario más
común: generalmente lo sufre el 50% de las
usuarias. Si se toma las tabletas con alimentos o con leche se puede reducir la sensación de náuseas, si bien aún no se ha investigado si esta práctica inhibe o no el efecto
del medicamento. Algunos clínicos también recomiendan generalmente un medicamento antiemético que previene las náuseas, por ejemplo, el dimenhidrinato o el
clorhidrato de ciclizina.18
Levonorgestrel
El régimen anticonceptivo de emergencia
de levonorgestrel consiste en dos dosis de
0,75 mg de levonorgestrel administrado
cada 12 horas, y se debe iniciar dentro del
período de 48 horas posteriores a haber
mantenido relaciones sexuales sin protección. Si bien las progestinas se encontraban dentro del primer grupo de medicamentos utilizados en la anticoncepción
postcoito, pocos estudios sobre el tratamiento de emergencia con levonorgestrel
han controlado por el día del ciclo en que
se realizó el coito.
La mejor y más reciente prueba de levonorgestrel como anticonceptivo de
emergencia se realizó en Hong Kong,19 e
indica una tasa de falla del 2% y una reducción proporcional de embarazos del
60%. Los investigadores asignaron en
forma aleatoria a recibir el método Yuzpe
o el tratamiento de levonorgestrel a las
mujeres que solicitaron el tratamiento dentro de 48 horas después de un coito sin
protección. Durante la prueba, 410 mujeres utilizaron el régimen de levonorgestrel. Los investigadores no detectaron una
diferencia estadísticamente significativa
entre los dos métodos. Actualmente, se repite este ensayo en un estudio multinacional patrocinado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).20
Como se observó anteriormente, el tratamiento con levonorgestrel ha sido estudiado como un método continuo o primario de anticoncepción postcoito. Para estos
casos, la empresa húngara Gedeon Richter una vez comercializó un envase de 10
píldoras con una dosis de 0,75 mg cada una.
Hoy en día la empresa comercializa un envase con cuatro píldoras para destacar que
estas píldoras deben ser utilizadas en forma
esporádica y en casos de emergencia.
La marca, Postinor, se recomienda para
las mujeres que mantienen relaciones sexuales menos de cuatro veces al mes. De
la misma forma que los compuestos de
progestina sola que allanaron su camino
*En otros países, están disponibles los mismos ingredientes activos y dosis en marcas tales como Anfertil, Anulette, Anulit, Daphyron, Eugynon, Ovral, Planovar, Primovlar y Stedril.
37
Historia y eficacia de la anticoncepción de emergencia
en América Latina, el Postinor debe ser administrado dentro del período de ocho
horas posteriores al coito sin protección.
A diferencia de las preparaciones comerciales del método Yuzpe, el Postinor está
disponible en muchos países en desarrollo y en algunos lugares se vende incluso
sin receta médica.
Además, se han desarrollado nueve
marcas de píldoras chinas, denominadas
“píldoras de visita”; ocho de ellas contienen una progestina y algunas tienen levonorgestrel. Una prueba aleatorizada de
multicentros, doblemente anónima, no
pudo demostrar que haya una diferencia
entre una de estas fórmulas de levonorgestrel chinas y el Postinor.21
Ciertas marcas de anticonceptivos orales solamente con base de progestinas,
también pueden adaptarse para casos de
emergencia. La marca Ovrette (la principal píldora preparada únicamente a base
de progestinas distribuida por la Agencia
para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos), por ejemplo, contiene 0,075
mg de norgestrel-dl, el equivalente de
0,0375 mg de levonorgestrel, por tableta.
En consecuencia, para un tratamiento
completo se requiere un total de 40 tabletas. Si bien este tipo de tratamiento es poco
práctico para la mayoría de las mujeres,
ésta puede ser una importante opción
para las mujeres que tienen contraindicaciones con respecto a los estrógenos.22
Mifepristone
El mifepristone es una antiprogesterona potente que ha sido probada desde comienzos de la década de los años 80 por sus cualidades de abortífero.23 Más recientemente,
en dos estudios que evaluaban el mifepristone como anticonceptivo de emergencia,24
el régimen probado consistió en una sola
dosis de 600 mg dentro del período de 72
horas posteriores al coito sin protección. En
ninguna prueba se observaron embarazos
entre las usuarias de mifepristone, a pesar
de que las participantes ascendían a un
total de casi 600 mujeres. El perfil de efectos secundarios causados por el mifepristone también fue en general superior al del
método Yuzpe, si bien las molestias menstruales fueron más comunes con este método que con el Yuzpe.
También puede resultar de eficacia
dosis más bajas de mifepristone, y el plazo
límite en que se puede aplicar esta terapia podría extenderse más allá de las 72
horas. La dosis de 600 mg es la misma que
actualmente se utiliza en Francia en el régimen del aborto médico.25 La OMS actualmente está investigando la eficacia de
dosis mucho más bajas de mifepristone
38
(50 mg y 10 mg).26 Si resulta segura y eficaz una dosis más baja (por ejemplo, 10
mg ó 1 mg), su uso sería más aceptable
desde el punto de vista político en países
donde se restringe la práctica del aborto,
en la medida en que dichas dosis podrían disipar los temores de que las mujeres
acumularan píldoras para utilizarlas en
un aborto médico inducido.
Otros métodos
Altas dosis de estrógenos
El tratamiento postcoito con altas dosis de
estrógenos (el tratamiento estándar que se
ofrecía para casos de anticoncepción de
emergencia durante la década de los años
60 y principios de los 70) es al menos tan
eficaz como el método Yuzpe, aunque produce más efectos secundarios. Estos tratamientos deben iniciarse dentro del período de 72 horas posteriores al coito sin
protección y se deben administrar en dos
dosis diarias durante cinco días. Cada
dosis (2,5 mg de etinil-estradiol, 10 mg de
estrógenos esterificados o conjugados, ó 5
mg de estrona) equivale a 25 mg de DES.
Un ejemplo de un estrógeno de alta dosis
de que aún se receta como anticonceptivo
de emergencia es el Lynoral, que se ofrece a la venta y usa en los programas de planificación familiar de los Países Bajos.27
Danazol
La progestina sintética y andrógena, Danazol, puede ser utilizada como anticonceptivo de emergencia. El tratamiento con
Danazol consiste en administrar dos dosis
de 400 mg cada una, con 12 horas de intervalo entre una y otra. También se están
investigando otras alternativas que pueden ser tres dosis de 400 mg cada una, con
12 horas de intervalo, y dos dosis de 600
mg cada una, también con 12 horas de intervalo.28
Las ventajas del Danazol son que sus
efectos secundarios son menos prevalecientes y menos severos que aquellos relacionados con el método Yuzpe y que el
Danazol puede ser utilizado por mujeres
que tengan contraindicaciones con respecto a anticonceptivos orales combinados o
estrógenos. Sin embargo, se dispone de
muy poca información sobre este tratamiento. De los dos ensayos clínicos más
completos de este tratamiento, uno concluyó que el método es eficaz,29 y otro que
el Danazol no funciona.30
DIU de cobre
Un meta-análisis de 20 estudios realizados sobre la inserción del DIU de cobre
después del coito31 revela que la tasa de
falla de este método probablemente no so-
brepasa el 0,1%. El DIU ofrece además la
ventaja de ser un método anticonceptivo
que tiene hasta 10 años de duración. Sin
embargo, los problemas que enfrenta el
suministro de este método pueden ser serios, particularmente en algunos países en
desarrollo. Además, este método no es recomendado para mujeres en riesgo de
contraer enfermedades de transmisión sexual,32 quienes frecuentemente son las
mismas que necesitan anticonceptivos de
emergencia.
Directrices de investigación
Si bien se han publicado cientos de artículos sobre los anticonceptivos de emergencia, sólo unas pocas docenas se basan
en diseños de investigación adecuados y
siguen las metodologías necesarias para
abordar las interrogantes básicas sobre la
eficacia, seguridad y otros aspectos que interesan a las usuarias. En consecuencia, se
necesita más datos, especialmente de los
países en desarrollo. Entre los estudios clínicos adicionales que se están planeando
e implementando, se realizan trabajos de
investigación en Escocia para evaluar los
efectos en las tasas de embarazo cuando
las mujeres tengan las cajas de píldoras de
anticonceptivos de emergencia a mano en
caso necesario.33 En los Estados Unidos y
otros países se está planeando realizar trabajos de investigación similares.34 Además
de la necesidad de realizar trabajos de investigación básica, también se necesita estudios cualitativos para documentar las
experiencias de las mujeres, encuestas
para evaluar el nivel de conocimiento de
mujeres y de proveedores, y experimentos para descubrir las formas óptimas para
educar a las mujeres en este campo.
Estudios sobre la eficacia
Para evaluar la eficacia, un investigador
debe comparar un número observado de
embarazos con un número previsto. El número de embarazos que podría esperarse
en un grupo de mujeres fértiles es básicamente una función del día del ciclo en que
se consumó el coito sin protección, aunque
muchas pruebas de anticonceptivos de
emergencia no controlan este factor.
Para reducir las probabilidades de error
e incrementar la confiabilidad de las estimaciones, los investigadores deberían limitar los estudios a las mujeres que tienen
ciclos regulares y deberían definir el
medio del ciclo (cuando la mujer ovula)
como 14 días antes de la presencia del próximo período menstrual para las mujeres
con ciclos de 28 días. Mediante el uso de
estimaciones publicadas sobre la probabilidad de concepción en cada día del
Perspectivas Internacionales en Planificación Familiar
ciclo,35 los investigadores pueden calcular en sus pruebas el número esperado de
embarazos entre las mujeres. Sin embargo, los resultados de estos cálculos deben
ser apreciados como niveles bajos, porque
las estimaciones publicadas se basan, en
parte, en mujeres que han sido sometidas
a inseminación artificial utilizando esperma congelado, y también en parejas seleccionadas por un nivel de fertilidad por debajo del promedio.36
Otro problema que se presenta en muchos ensayos clínicos de anticonceptivos
de emergencia es que en éstos se pueden
incluir a algunas mujeres que han quedado embarazadas debido a un coito no protegido que ocurrió más de 72 horas antes
de iniciar el tratamiento de emergencia;
cuando sea posible, los investigadores
deben establecer que mujeres tales no
hayan participado. En este caso, pueden
jugar un papel importante los análisis de
gonadotropina coriónica de detección precoz, particularmente para las pruebas de
métodos que pueden iniciarse después de
las 72 horas tradicionales de un coito sin
protección. Por ejemplo, con límites de
tiempo de cinco días, los embarazos preexistentes podrían ser descartados mediante el uso de pruebas ultrasensitivas
que permitan la detección precoz.
Los investigadores deberían limitar su
análisis de falla a las mujeres que no mantuvieron relaciones sexuales adicionales
sin protección durante el ciclo menstrual
del tratamiento. Varios estudios han puesto como condición para participar, estar
dispuesto a practicar la abstinencia o a usar
condones durante el resto del ciclo. (Es evidente que las pruebas del DIU no tienen
que imponer esta regla, porque éste es un
anticonceptivo continuo altamente eficaz.)
Como no resulta claro si existe una relación entre la duración precisa desde que
se consumó el coito sin protección y la eficacia del tratamiento, los investigadores
deberían registrar y analizar el número de
horas transcurridas entre el coito sin protección y el inicio de la terapia.
Algunos investigadores sugieren también que el plazo límite para el método
Yuzpe puede extenderse hasta cinco
días.37 Sería muy valioso contar con datos
adicionales sobre este aspecto.
Si rinden frutos las propuestas de probar
sistemas creativos de servicios, tales como
su venta en máquinas tragamonedas o mediante la venta de paquetes profilácticos de
anticonceptivos de emergencia, sería muy
válido estudiar los efectos de estos nuevos
sistemas para su administración.
A lo mejor, los investigadores deberían
limitar el análisis de sus estudios a mujeNúmero especial de 1997
res de probada fecundidad. Si bien esta
práctica puede retrasar las pruebas inaceptablemente (porque muchas mujeres que
procuran anticonceptivos de emergencia
son jóvenes y nunca estuvieron embarazadas), podría ofrecer estimaciones más
precisas sobre la eficacia del tratamiento.
Es evidente que las mujeres cuya fecundidad no está probada quizá también requieran anticonceptivos de emergencia.
Los investigadores no deberían negar a
estas mujeres su acceso a la terapia, pero
deberían analizarlas por separado de
aquellas que anteriormente han estado
embarazadas.
En forma similar, si bien las pruebas
sobre la eficacia deberían excluir a las mujeres que han mantenido relaciones sexuales sin protección más de una vez durante el ciclo menstrual, éstas deberían recibir
tratamiento cuando lo soliciten. Los estudios que requerían que las mujeres declararan que no habían mantenido ninguna
relación sexual sin protección antes del período de 72 horas antes de iniciar el tratamiento, se encontraron con el problema
de que a fin de recibir tratamiento, con frecuencia estas mujeres daban información
errónea.38 Protocolos posteriores de estos
mismos investigadores permitieron que
toda mujer que solicitara tratamiento
podía obtenerlo, pero el análisis se limitaba únicamente a las mujeres que habían consumado el coito sin protección solamente una vez durante el ciclo, y este
acto había ocurrido menos de 72 horas
antes de comenzar el tratamiento.
Como las condiciones de la prueba ideal
pueden ser pesadas para algunas mujeres,
los investigadores deberán prestar especial atención en asegurarles que pueden
recibir el tratamiento aun cuando, por
ejemplo, no están dispuestas a abstenerse
de continuar manteniendo relaciones durante el resto del ciclo. En realidad, lo mejor
sería que los investigadores trataran a toda
mujer que necesite terapia y luego analizaran los datos solamente de aquellas que
cumplen con los requisitos previstos. Si se
les imparte demasiadas instrucciones a las
participantes o se les solicita que modifiquen su estilo de vida en una forma demasiado drástica para beneficiar una prueba,
se corre el riesgo de que decidan no declarar coitos adicionales u otras violaciones
del protocolo.
Estudios de uso
Es crucial que se realice investigación
sobre la mejor forma en que la mujer
puede usar los anticonceptivos de emergencia para satisfacer sus necesidades, especialmente los métodos hormonales, los
cuales dependen mucho menos de los proveedores. ¿Deberían venderse sin receta
o usar máquinas de venta automática para
el expendio de anticonceptivos de emergencia? ¿Deberían recetarse en forma regular o distribuirse en cada visita a un
centro médico, para tener en caso de emergencia? ¿Debería expedirse una tarjeta de
identificación (equivalente a una receta
pendiente) que les permita adquirir un tratamiento de anticonceptivos de emergencia una vez que se las haya examinado y
aconsejado sobre el uso de esta terapia?
¿Preferirían las mujeres un producto especialmente empacado, o un ciclo sencillo o parte de un ciclo de píldoras? ¿Cuánto saben las mujeres acerca de los métodos
y cómo podrían aprender más? Las respuestas a estas interrogantes, y muchas
más, permitirán determinar qué tipos de
sistemas de distribución y normas de uso
ayudarían a la mujer a evitar los embarazos no deseados de la mejor manera.
Investigaciones adicionales
Mientras las directrices antes señaladas se
aplican al estudio de todos los tratamientos con anticonceptivos de emergencia, algunas necesidades son específicas de ciertos métodos. Lo más relevante es que sería
extremadamente conveniente tanto para
los proveedores como para los consumidores, si el método Yuzpe se pudiera ampliar para incluir todos los tipos de progestinas utilizadas en los anticonceptivos
orales combinados. Por ejemplo, ninguna prueba publicada ha evaluado los anticonceptivos orales combinados que contienen las progestinas desogestrel,
noretindrona o diacetato de etinodiol. Si
bien no hay ninguna razón para creer que
estas píldoras no funcionarían como anticonceptivos de emergencia, su uso con
esta finalidad aún no ha sido probada y
establecida. Si fuera en realidad el caso de
que las mujeres pudieran usar cualquier
marca de anticonceptivos orales combinados en una dosis de emergencia, se reducirían en forma sustancial las barreras
de acceso a muchas mujeres.
Los mecanismos de acción para los diversos tratamientos de anticoncepción de
emergencia no son bien comprendidos.
Los trabajos de investigación preliminares realizados en los Estados Unidos, indican que el mecanismo exacto de acción
y particularmente el momento de acción
en el proceso de concepción, pueden ser
información de importancia para la mujer
en su determinación ética de usar los diferentes tratamientos.39 Estos mecanismos
se podían aclarar mediante trabajos adicionales de investigación básica.
39
Historia y eficacia de la anticoncepción de emergencia
Conclusión
Más de 30 años de experiencia con anticonceptivos de emergencia han establecido
que los métodos pueden reducir
sustancialmente las posibilidades de embarazo, que sus efectos secundarios son
aceptables a la mujer y que los requisitos
para el suministro de servicios no resultan
generalmente onerosos a los clínicos. Aunque es necesario realizar más trabajos de
investigación sobre este tema, la documentación disponible apoya un caso convincente para expandir la disponibilidad de los
anticonceptivos de emergencia, si las consideraciones de eficacia y seguridad son los
criterios fundamentales para hacerlo.
Los anticonceptivos de emergencia son
de fácil uso, de relativamente bajo costo y,
en muchos casos, ya están disponibles para
las mujeres que los necesiten. El principal
obstáculo para su uso puede ser, en buena
medida, la ignorancia. Los defensores y suministradores de servicios de salud reproductiva deben educarse los unos a los
otros, e instruir a las mujeres acerca de
estas importantes opciones disponibles.
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Perspectivas Internacionales en Planificación Familiar
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