4 El Dios invisible se hace visible

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EL DIOS INVISIBLE SE HACE VISIBLE
“Porque desde la creación del mundo las cualidades
invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su
naturaleza divina, se perciben claramente a través de
lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa.”
(Romanos 1:20)
La Biblia no discute la existencia de Dios, lo da por un hecho real; es la necedad y la presunción
humana que le induce a decir “no hay Dios” (Sal. 14:1) y a sostener un ateísmo insensato.
La creación del mundo es una evidencia de la existencia y de la presencia de Dios en la humanidad.
La creación es la expresión visible de un Dios invisible. Sucede parecido con la electricidad que no la
podemos agarrar con la mano o un tubo de ensayo para ser observada y analizada; sin embargo, sí
podemos experimentar su impacto en la vida diaria. De igual manera, la creación del mundo refleja “las
cualidades invisibles de Dios”, sus atributos de sabiduría, perfección, excelencia. La creación refleja su
gloria y “su eterno poder” que manifestó al crear tan inmenso y excelso mundo y su grandeza al
sostener la tierra y el universo.
La creación también expresa la “naturaleza divina”, es decir el carácter amoroso y misericordioso de
Dios, que se manifiesta en bendecir a los seres humanos y animales; por su amor “Él hace que salga el
sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos.” (Mt. 5:45).
Lamentablemente, el pecado en los seres humanos ha distorsionado su “razonamiento” y la visión
del Dios invisible y poderoso para convertirlo en “imágenes que eran réplicas del hombre mortal, de
las aves, de los cuadrúpedos y de los reptiles” (Ro. 1:23). Quizás la mayor desfachatez, insolencia e
insensatez de una persona es pretender reducir la gloria y la inmensidad de Dios en un objeto inanimado; por esta razón “no debemos pensar que la divinidad sea como el oro, la plata o la piedra: escultura hecha como resultado del ingenio y de la destreza del ser humano.” (Hch. 17:29). Esta es la esencia de la idolatría. La actitud más sabia del ser humano es humillarse ante Dios y darle gloria por su
grandeza y expresarle agradecimiento por su eterno poder y amor hacia cada uno de nosotros ya que
“En verdad, él no está lejos de ninguno de nosotros” (Hch. 17:27).
Marvin Leandro, pastor.
Pastor Marvin Leandro P.
[email protected]
Tel.: 2226-6205
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