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CAPÍTULO II.
“La comunidad argelina y su proceso de asimilación: vivienda, trabajo y
educación”.
La comunidad argelina en Francia origina numerosos debates que son discutidos
por los principales dirigentes del país. A pesar de que entre la Primera y la Segunda
Guerra Mundial el gobierno realizó políticas para incorporar a esta comunidad,
actualmente se hace una reestructuración en la agenda interna de Francia en donde se
contempla la lucha contra las discriminaciones, la aplicación del laicismo y la
integración (Haut Conséil à l’Intégration, 2003), criterios que están vinculados con la
existencia de una población heterogénea.
Los inmigrantes bien podrían ser una de las causas de las inconformidades en la
sociedad receptora -como ocurre en Norteamérica-, pues con su llegada se aumenta la
competencia laboral y se suscitan debates con respecto al decremento cultural, moral y
religioso, obstaculizando su asimilación (Bernard, 1934:33). A pesar de que se han
planteado diversos programas para la asimilación e integración de los inmigrantes, no
siempre se alcanza este punto, debido a que los textos legislativos no se aplican
equitativamente y resultan insuficientes para garantizar la eliminación de prácticas
discriminatorias.
Según Patrick Simon (2004:1), existe diversidad entre los “inmigrantes”, quienes
pueden ser divididos conforme a su historia, relaciones con el país de origen y los
proyectos de instalación que tengan en Francia. La comunidad argelina se divide en
descendientes de argelinos inmigrantes, descendientes de harkis y de pieds-noirs,
quienes se desenvuelven en un particular proceso de aprendizaje de valores y modos
franceses, siendo sujetos de exigencias sociales para poder llegar a sentirse aceptados
por la sociedad francesa.
31
La integración es un principio de asimilación cultural, social y económica no
discriminatoria, sin hacer distinción de religiones, cultura, razas o sexos (Actas de la
Historia de Inmigración, 2004:1); hay indicadores para comprobar el alcance de esta
integración -principalmente de cuestión social- que sirven como medidores: el
debilitamiento de barreras comunitarias, el logro para adquirir una vivienda y el acceso
al empleo –sin previa discriminación- (Simon, 2004:1), a lo que habría que anexar el
alcance educativo de los grupos integrantes de la comunidad argelina.
En este capítulo se desarrollarán tres tópicos que exponen el proceso de
asimilación atravesado por la comunidad argelina, enfocándose en el ámbito educativo,
de vivienda y laboral –lo que tiene que ver con la movilidad social-, con el objetivo de
analizar la influencia que ello ha tenido en su incorporación en la sociedad francesa y
por lo tanto en su mejor convivencia. En el aspecto laboral se ve relacionada la cuestión
educativa, ya que a pesar de que las nuevas generaciones de argelinos podrían hallarse
en las mismas condiciones de educación que sus compañeros franceses, la
discriminación en el trabajo sigue siendo palpable. La influencia que juega la educación
en el proceso de asimilación es sumamente importante, y más adelante se extenderá este
punto.
Cuando Lionel Jospin ocupó el cargo de Primer Ministro se planearon diversas
políticas que fomentaran la integración de los inmigrantes y sus descendientes, aspecto
que se continúa con Jean-Pierre Raffarin. Una de las políticas sociales que se diseñaron
para la integración fue la prohibición de símbolos “ostensibles” en las escuelas públicas,
un factor que repercute en el proceso de asimilación de los argelinos en Francia,
estableciendo una igualdad entre las creencias islámicas, católicas y judías.
32
2.1
Los conflictos sociales y la asimilación argelina.
“No hay que prostituir a la República Francesa, haciendo penetrar en ella al
pueblo argelino” es una frase que M. Meyer mencionó a la Asamblea Nacional Francesa
en el período de descolonización, cuando numerosos individuos comenzaron a
abandonar la antigua colonia con el fin de inmigrar en Francia (Fanon, 1986:36).
Ciertamente la presencia del individuo extranjero conlleva una amenaza al orden social
(Doty, 2003:26) y cuando Francia se vio como tierra de llegada de argelinos, su
presencia traía consigo una deformación e “infección” de valores nacionales franceses,
concibiendo al indígena argelino como un elemento corrosivo y destructor (Fanon,
1986:36).
Sin embargo, los años han pasado y varias generaciones han establecido su
hogar en la antigua metrópoli, modificando sus viejas costumbres, sumergiéndose en un
proceso que puede brindarles una mejor estancia en la sociedad francesa: la asimilación,
un proceso que se ha complicado para los argelinos. No obstante, Simon Zalfen
(2001:10) opina que probablemente esta comunidad está tan integrada [en la sociedad
francesa], que no es interesante hablar o escribir algo acerca de ello. Por otro lado,
podría pensarse que para el pueblo francés es preferible apartar este tema, pues se
encuentra presente en sus calles, siendo muchas veces un malestar urbano (Creamean,
1996:3); ciudades como París, Marsella, Lyon y Grenoble son sitios donde la existencia
argelina suscita innumerables discusiones.
En las investigaciones de Michèle Tribalat (2004:1) se han realizado
aseveraciones acerca de la integración de los argelinos, lo que le permite afirmar que si
se habla acerca de esta comunidad en Francia, hay que analizar cómo ha sido el modelo
de integración diseñado por el gobierno francés y cómo el incremento de tabúes ha
tenido una indudable influencia en la integración. La directora del Institut National
d’Études Démographiques (INED) asevera que la situación social es difícil para las
33
personas de origen magrebí, en especial para los argelinos, quienes viven una “muy
mala situación” (Tribalat, 2004:8). De hecho, la condición general en la comunidad
argelina no es muy favorable debido a que se enfrentan a dificultades sociales y
culturales que les separan del esquema occidental.
Al respecto hay que hacer referencia a los pasos en los que Robert Park (2004:1)
divide al proceso de asimilación. Después de que se hizo el “contacto inicial”, se
encuentra la fase de “alojamiento”, paso en el que los inmigrantes empiezan a adaptarse
en su nuevo entorno. De esta manera y en este proceso de adaptación, el papel que
desempeñan las HLM es indudablemente influyente, ya que significan el inicio de la
integración en la sociedad francesa.
2.2
La creación de las HLM.
La idea de crear las HLM surgió en 1832, cuando sus usuarios no eran
precisamente inmigrantes sino obreros. En el año de 1912 se conocía a estos
conglomerados habitacionales como Habitations à Bon Marché; y es hasta los años 50
cuando cambian de nombre a Habitations à Loyer Modéré.
Las Habitations à Loyer Modéré se destinan a familias de escasos recursos, con
el fin de que tengan acceso a viviendas, pagando bajos precios (l’Union sociale pour
l’habitat, 2002). En el momento que el gobierno francés tuvo la intención de mantener
poblado su territorio, posteriormente a la Segunda Guerra Mundial, llevó a cabo
mecanismos que contribuían a tal proyecto. Uno de los elementos que usó fue la
instauración de viviendas familiares en donde ubicaban a sus inmigrantes, y que
también servían como medio para mantener vínculos con sus coterráneos (Posadas,
2003:14).
Los trabajadores nacionales ocupan puestos prioritarios cuando de hallar un
34
apartamento se trata, las HLM tienen cuotas establecidas y únicamente el 6.5% de ellas
son destinadas a individuos extranjeros (Minces, 1973:58); a pesar de ello, cuando este
tipo de viviendas son solicitadas por inmigrantes, los arrendatarios se muestran
desinteresados en alquilarles, pues si toda esa zona es habitada por inmigrantes, los
edificios cercanos pierden valor. Por otro lado, los nacionales se rehúsan a vivir en estos
sitios, ocasionando que las HLM se vuelvan un símbolo de “regresión social” (Ferrer,
1999:3).
Las HLM se han construido en grandes ciudades del territorio francés en donde
la llegada de inmigrantes ha sido sobresaliente, con el fin de componer un elemento
importante en el desarrollo social de los argelinos, así como representar un factor
integrador de éstos en la comunidad. Sin embargo, las palabras impresas en los
documentos son opuestas a lo que los hechos en las comunidades demuestran, ya que
estos conjuntos habitacionales son una forma de marginar a las comunidades de origen
extranjero, especialmente a los provenientes del Norte de África, ubicando un
microcosmos de individuos musulmanes. Existe la cifra de que uno de cada dos
argelinos habita en un HLM (La Documentation Française, 2003).
Tabla IV.
Arrendatarios de HLM según procedencia
Argelia +50% del total de argelinos
África y Turquía
40%
Marruecos
47%
Sureste de Asia
26%
Túnez
42.5%
Portugal
22%
Fuente: GELD,2001:15
*en comparación, más de la mitad (54.3%) de las familias de origen francés son dueños de su
residencia, mientras que los originarios del extranjero ocupan un 37%.
35
2.2.1
La influencia de la estructura habitacional en los conflictos sociales.
En 1958, poco después de que surgieran las Habitations à Loyer Modéré,
apareció una organización llamada Fundación de Acción Social, cuya tarea era
preocuparse por la cuestión habitacional de los argelinos, así como vigilar aspectos
como el educativo –en cuanto a la inmersión al idioma francés-, el entrenamiento
laboral o la situación social de estos individuos en Francia (Doty, 2003:60). Dichos
elementos eran usados por el gobierno hace algunas décadas, con el fin de incorporar a
los inmigrantes en la sociedad francesa.
A pesar de los programas gubernamentales, la comunidad argelina no
experimentaba bienestar o satisfacción, atravesando por segregación social y
discriminación laboral. Conforme el número de inmigrantes no europeos fue
incrementándose y la sociedad francesa tuvo que redefinirse, el gobierno tomó de nuevo
cartas en el asunto, y dio forma a la cuestión gubernamental, planteando la
“deterritorialización” y “redecodificación” (Doty, 2003:28).
El enfrentamiento de la sociedad francesa con la cultura argelina provocó
reacciones, como compartir el espacio urbano, donde la comunidad receptora se
mostraba renuente a las influencias argelinas y estereotipos que catalogaban a los
nuevos habitantes. Por lo tanto, la opinión del gobierno francés resultaba importante, al
igual que la voz de los ciudadanos que opinaban acerca de la presencia argelina en sus
urbes. Fue así como empezó una marginación hacia los argelinos, debatiendo acerca de
cómo debía ser la comunidad verdaderamente y percatándose de que un enfrentamiento
de identidades podría traer consigo la presencia de conflictos sociales para la comunidad
francesa (Doty, 2003:19), la cual se sintió amenazada por estos “extraños” que podían
perturbar su orden social, así como la homogeneidad cultural (Brinker-Gabler, 1995:9).
El gobierno y la sociedad francesa emplearon como recurso de exclusión la
“marginación al interior”, haciendo a un lado al “falso elemento” (Doty, 2003:30). A su
36
vez, esta situación obstaculizaba la asimilación behavioural-receptional, debido a la
discriminación ejercida hacia los inmigrantes.
De esta forma, la fase de “alojamiento” definía la extensión territorial ocupada
por la comunidad argelina y era concentrada en los guettos. Un ejemplo de ello es el
conjunto habitacional llamado Cité Zolá, ubicado en las afueras de París, donde gran
parte de los pobladores son argelinos; este barrio es calificado como “sensible”, ya que
la administración pública debe dedicarle una atención especial con el fin de prevenir y
reprimir la violencia (Pérez-Díaz, 2004:20). El gobierno indudablemente se percata de
la segregación que se realiza hacia los residentes de las HLM y afirma que esta
separación espacial influye y remarca las consecuencias en la exclusión social que
tengan las clases más modestas (La Documentation Française, 2004).
Las Habitations à Loyer Modéré representan un pequeño cosmos, siendo un
sector en donde habitan individuos de etnias y culturas similares, en donde se hace una
separación entre extranjeros y no extranjeros, entre el grupo dominante y la minoría. De
hecho, Doty (2003:29) afirma que ante el fracaso de medidas gubernamentales que han
pretendido provocar la partida de los argelinos, los guettos han sido utilizados para
dibujar barreras invisibles que retengan a dicha comunidad. Gisela Brinker-Gabler
(1995:45) afirma que el grupo beur –forma en que se denominan a los descendientes de
cuturas árabes y en donde se hallan los argelinos- presenta una característica similar a
los afroamericanos, quienes han sido también marginados en guettos.
Los conflictos sociales fueron básicamente iniciados a finales de los años 60,
cuando los inmigrantes dejaron de pertenecer a la periferia, sobrepasando sus límites,
conllevando a una respuesta de reclusión geográfica y social, creando los llamados
bidonvilles (Doty, 2003:60). Veinte años más tarde, cuando el movimiento beur tuvo un
gran empuje, la exclusión social se basó en la hostilidad a los jóvenes inmigrantes, idea
37
incitada por el temor hacia el integrismo, produciendo que los jóvenes ya no fueran
vistos como beurs, sino como musulmanes (Kepel, 1995:263).
El hecho de que se efectuara una marginación hacia los inmigrantes contribuía a
que no existiera una buena cimentación de lo que era la sociedad francesa ni se tuviera
un concepto concreto de ella; ante esta situación, el gobierno se vio en la necesidad de
deterritorializar, con el objetivo de estructurar la situación espacial de los inmigrantes y
crear mecanismos que balancearan las tensiones y garantizaran la protección social
necesaria para prevenir la destrucción de la sociedad en sí. El arribo de inmigrantes pero
sobretodo inmigrantes no europeos, instigó a que el gobierno francés redefiniera a la
población y reconstruyera a la sociedad francesa. La inmigración se fortaleció como un
problema social y se dio una mayor importancia a la integración y la asimilación de los
nuevos miembros de la sociedad (Doty, 2003:60-61).
La separación social realizada a los inmigrantes argelinos además de crear una
barrera social que los margina, también contribuye a la débil asimilación cultural que
éstos puedan tener, pues a pesar de que hablen francés, los símbolos, valores e
ideologías francesas no son aprendidos por todos, obstaculizando la “asimilación
estructural”.
2.2.2
La vivienda como elemento del proceso de asimilación.
En el debate público francés acerca de los problemas de integración de los
inmigrantes y de las diversas comunidades existe un punto recurrente: los problemas de
vivienda y urbanismo (Pérez-Díaz, 2004:23), lo que impide la mezcla cultural que
pueda haber en una población. Para que esta mezcla se realice debe existir un entorno
que propicie a la sociabilidad entre los individuos. De esta forma, si se habla de un
entorno como el que poseen los argelinos, se observa que las Habitations à Loyer
38
Modéré son círculos sociales en donde se desenvuelve el cotidiano de individuos que
comparten una composición étnica, lo que suele caracterizar al barrio en donde se
encuentren las HLM (Simon, 2004:2).
Como consecuencia de ello, la sociabilidad que lleguen a tener será de tipo
comunitario medio (cuando se convive únicamente con integrantes de la comunidad), o
bien, extra-comunitario (cuando se entablan relaciones con personas externas al grupo,
pero sin ser de la clase dominante, en este caso, los franceses). Según la investigación
de Patrick Simon, los índices exponen que ésta última se impone con un porcentaje
mayor de 40, ante un 35 por ciento de la sociabilidad comunitaria (Simon, 2004:3). No
obstante, el hecho de entablar relaciones con personas no pertenecientes al grupo
significa “transgredir las fronteras interétnicas” (Simon, 2004:2). La siguiente tabla
servirá para mostrar el limitado contacto que tienen los magrebíes, turcos y asiáticos con
la sociedad francesa, pues su vida en las HLM se desarrolla con un alto número de
inmigrantes.
Tabla V.
Habitantes de barrios densamente poblados (50%) por inmigrantes, según
procedencia
Turcos
51%
Argelinos
44%
Marroquíes
41%
Surasiáticos
43%
Fuente: GELD,1996.
En comparación con los originarios de España y Portugal, quienes se ubican en
zonas de vivienda con un índice de inmigrantes menor de 18%.
39
Tabla VI.
Habitantes de barrios con poca densidad de inmigrantes (menos de 18%)
Españoles
60%
Portugueses
49%
Fuente: GELD,1996.
2.2.2.1 “Contacto inicial”: primera generación de argelinos.
En los años cincuenta y sesenta existió un incremento de los bidonvilles o
“chabolas”, sitios donde se ubicaban a los inmigrantes argelinos, y que en la región
parisina sumaban 119 poblados que tenían 46 287 habitantes. Esta situación cambió un
poco cuando en los años setenta surgieron las cités de transit, conjuntos de barrios
“construidos con materiales rápidos de ensamblar en terrenos periféricos apenas
urbanizados, con un horizonte de diez años de vida” (Pérez-Díaz, 2004:23) y que
posteriormente serían sustituidos por las viviendas de protección oficial, las Habitations
à Loyer Modéré.
A partir de la creación de las HLM comenzaron los flujos de las familias de
inmigrantes argelinos hacia dichas viviendas, siendo primero habitadas las que se
estaban en las ciudades dormitorio de las Zones à Urbaniser en Priorité (Pérez-Díaz,
2004:23) . Dichas zonas sumaban un total de 195, y estaban ubicadas en lugares como
Aix-en-Provence, Lyon, Cherbourg, Nîmes, etcétera. Los argelinos también se
localizaron en viviendas de calidad inferior al Standard a veces construidas
especialmente para ellos, como lo eran las de la Sociedad Nacional de Construcción
para los Trabajadores Argelinos, SONACOTRA (SONACOTRA, 2004), organismo que
recibió a los trabajadores inmigrantes luego de la Independencia argelina.
40
2.2.2.2 “Alojamiento”: segunda y tercera generación de argelinos.
Aparte de que muchos inmigrantes argelinos fueron localizándose en las HLM a
mediados de los ochenta, hubo otros que ganaron presencia en mejores categorías de las
viviendas de protección oficial, debido a que el Estado decidió demoler los bloques que
se encontraban en peores condiciones. De esta forma, la mayoría de la segunda
generación de argelinos se repartió en viviendas públicas construidas antes de 1975
localizadas en barrios que se apartan del centro municipal (Pérez-Díaz, 2004:23).
Este contexto da lugar a que la concentración poblacional sea protagonizada por
jóvenes generaciones de franco-argelinos, quienes describen sus relaciones de amistad y
vecindario como “una mezcla de orígenes étnicos”, entablando vínculos con
descendientes de inmigrantes de diversos países. En general, los franceses tienen un
papel reducido en la vida social de los argelinos (Pérez-Díaz, 2004:25), por lo que la
asimilación estructural se dificulta debido al contacto limitado con miembros de la
comunidad francesa, produciendo que los lazos de amistad sean orientados hacia
personas del mismo barrio.
Según los beurs, el sistema de integración a la francesa reprimía su sensibilidad
comunitaria, reaccionando con una reivindicación comunitarista ocurrida a inicios de
los años 90. Esta reivindicación fue incentivada por la crisis social y servía como
herramienta para una reafirmación de identidad en los jóvenes descendientes de
inmigrantes que se quejaban del esfuerzo realizado para ser franceses integrados (Kepel,
1995:291). Por lo tanto, si se toma en cuenta lo anterior, es debido afirmar que la
segunda y tercera generación de argelinos no alcanzan la asimilación de identificación,
ya que se sienten separados del resto de la comunidad francesa.
Las zonas en donde se concentran poblaciones de inmigrantes y sus
descendientes presentan incidentes de orden público que han ido degradando la
reputación de estos lugares. De hecho, la degradación de estos sectores fue más notable
41
a partir de los 80, cuando hubo una fuerte presencia de inmigrantes de Argelia que
provocó la salida de los vecinos franceses, originando movimientos de delincuencia en
los sectores que más tarde serían catalogados como “zonas sensibles”, donde la
presencia policial se volvió visible (Pérez-Díaz, 2004:26), como ocurrió en la ciudad de
Dreux, donde la inseguridad es el centro del debate político y se ve relacionada con la
segregación étnica a través de los barrios periféricos de inmigrantes. La inseguridad
aumentó durante los años 80 y 90, cuando los robos con violencia se multiplicaron,
suscitando que la opinión pública se centrara en los bloques donde habitaban
inmigrantes, los cuales se veían como foco de problemas, y que el gobierno decidiera
poner un alto a la violencia escolar, donde el Ministro de Educación firmó un protocolo
que previniera los abusos, la violencia y la discriminación en las escuelas (Primer
Ministro, 2004).
Las situaciones de violencia y malestar social que se vivían en los suburbios
donde habitan argelinos provocaron que la sociedad francesa impidiera una asimilación
attitude-receptional, donde se tendrían que ausentar los estereotipos –los argelinos se
ven como “sujetos que ocasionan problemas” (Creamean, 1996:3)-. Como
consecuencia, se ocasiona una visión negativa con respecto a esta comunidad, dando
como resultado su discriminación y la influencia que ello ejerza en la búsqueda laboral.
El proceso de asimilación se ve entorpecido para las jóvenes generaciones de francoargelinos, quienes se encuentran en la disyuntiva de una identidad que se apegue a sus
raíces, y otra que les vincule con el país donde nacieron, negándose a perder su
particularidad argelina.
42
2.2.2.3 La situación harki.
En los años 90 los harkis y sus descendientes eran entre 400 y 500 mil
individuos, de los cuales 154 mil eran de la primera y segunda generación; menos de la
mitad habían sido integrados a la sociedad francesa y permanecían en viviendas
proveídas por el Estado caracterizadas por un bajo nivel (Charbit, 2003:7). Agregada a
esta situación estaba la confrontación entre los harkis y los argelinos no harkis, lo cual
originaba violencia intercomunal. Sin embargo, la principal inconformidad de este
sector permanecía en el descuido que el gobierno francés tenía hacia ellos, ya que varios
gobiernos prometían una solución, pero aún faltaban acciones decisivas (Stone,
1997:225-226).
La situación harki llegó a su límite cuando entre 1989 y 1991 hubieron
numerosas protestas en diferentes ciudades francesas a causa del desempleo sufrido por
los jóvenes harkis. Las marchas giraban en torno al tema “Nous sommes français, pas
des beurs!” (Stone, 1997:226). Los problemas continuaron para los harkis, exigiendo
mejores condiciones laborales y de vivienda, al mismo tiempo que seguía la hostilidad
entre este grupo y los argelinos no harkis. Consecuentemente, la asimilación de este
sector de la comunidad argelina se convertía en un proceso más complejo, ya que su
identidad se dividía entre su propia identificación, la percepción de los demás y el
reconocimiento de éstos (Enjelvin, 2003:171). Sin embargo, la situación entre los harkis
y los no harkis cambió con las generaciones más jóvenes que fueron integrándose,
teniendo como objetivo común pelear contra la injusticia, el racismo y la provocación
en la sociedad francesa (Stone, 1997:227).
43
2.3
La situación laboral como elemento del proceso de asimilación.
De entre los inmigrantes, los argelinos son quienes sufren mayores dificultades
para estabilizarse laboralmente y por lo tanto económicamente, lo cual se debe a que las
oportunidades no son las mismas para todos, pues quienes reciben mayores ventajas
laborales son los originarios de la Unión Europea. Como resultado, los inmigrantes
argelinos registran las tasas de desempleo más altas (Pérez-Díaz, 2004:2) en donde entre
las causas está la exigencia de la nacionalidad, la adquisición de un diploma y un nivel
de estudios que los acrediten como personas calificadas, que cuenten con un dominio
del idioma francés y tengan una inserción social –querer ser enterrado en Francia,
apartar el prejuicio de que existe una discriminación en cuanto a los empleos, volver a
su país de origen regularmente, etc.- (Glaude, 2002:110-112).
Más de la mitad de los hombres argelinos dicen estar trabajando o bien,
dispuestos a hacerlo, mientras que una tercera parte de ellos se hallan desempleados. Si
se analiza la actividad laboral de los inmigrantes argelinos de la primera generación
conforme a los hogares que encabezan y según las cifras manejadas por el INSEE, de un
total de 322 112 hogares encuestados, 36 557 son unipersonales y están habitados por
inmigrantes argelinos inactivos; mientras que en los hogares familiares esta situación se
presenta en un número de 106 164 (Pérez-Díaz, 2004:1,3). Para observar dicho caso a
continuación se muestra una tabla que expone las cifras precisas.
Tabla VII.
Tasa de desempleo de personas nacidas en Francia, según origen, sexo y edad.
F: nacidos de dos padres nacidos en Francia A: nacidos de al menos de un padre inmigrante argelino
H: Hombres
M: Mujeres
*(Se debe a la dificultad de estimaciones)
44
FH
FM
A* H
A* M
18-24años
22%
30%
39-48% 47-53%
25-29años
12
19
35-46
30-35
30-34años
8
14
30-40
30-38
35-54años
7
11
24-32
26-32
55-59años
13
15
-
-
Total
9
14
31-41
32-38
Fuente: Tribalat,2004.
2.3.1
Discriminación laboral: obstáculo para la asimilación behaviouralreceptional.
A pesar de que los inmigrantes argelinos son quienes encabezan la tasa de
desempleo, los hijos de éstos son quienes tienen mayores problemas. El motivo de esta
situación es la exigencia que muestran los jóvenes hacia los trabajos y los sueldos que
les ofrecen; no obstante, no hay que olvidar que también existen las discriminaciones
que llegan a ser perceptibles en cuanto al acceso laboral se refiere (Glaude, 2002:116118). Consecuentemente, si se lleva a cabo una discriminación hacia la comunidad
argelina, ya sea hacia los jóvenes o los padres de éstos, es indudable la intervención que
ello ejerce en el grado de asimilación laboral que pueda alcanzarse, dificultando al
mismo tiempo la asimilación behavioural-receptional.
Al respecto, en su artículo “Entreprises, encore un effort!” Hélène Constanty
(2001) menciona que la discriminación laboral se ejerce principalmente hacia la llamada
“minoría visible”, integrada por franco-africanos y franco-magrebíes. Esta situación se
presenta al realizarse los reclutamientos, así como con los salarios y las oportunidades
para una carrera profesional, midiéndolo mediante la existencia de obstáculos en los
contratos de empleo, la desvalorización de la que son sujetos los individuos ya
mencionados –aceptando trabajos poco exigentes y salarios modestos- y el reducido
45
campo laboral que permite el acceso a blacks et beurs, obedeciendo a una jerarquía
social (Benguigui, 2004).
Constanty (2001), también menciona que no todas las empresas contratan a
beurs titulados en informática, a pesar de que esta carrera sea altamente requerida,
mientras que los no titulados enfrentan dificultades para ingresar al sector de
restaurantes o de construcción. Sin embargo, Constanty (2001) cita que a mediados de
los años 90 un selecto grupo de empresas –entre las que se hallan IKEA, ZARA, GAP y
Club Internet- se dispusieron a emplear personas de diversas razas, contratando
preferiblemente a aquellos procedentes del Magreb y de África Subsahariana. Cada una
de estas comunidades ha decidido unir sus fuerzas y organizar redes que sirvan de
apoyo para desempeñarse laboralmente, como lo son las redes Unir y Averroès.
La discriminación laboral hacia los argelinos continua existiendo y
frecuentemente es realizado por empresas que prefieren ignorar la discriminación,
siendo fieles a sus normas establecidas (Constanty, 2001). Esta situación de exclusión
se interpone en el proceso de asimilación y “debe de ser castigada al representar un
atentado a la República” (Tribalat, 2002:6).
Existe la idea de que “la nación francesa ha asimilado individuos de razas, etnias
y orígenes diferentes. Sin embargo, la formación del Estado-Nación contemporáneo trae
consigo el tema de la inequidad basada en la raza y etnicidad” (traducción hecha por la
autora de esta tesis, basada en Brinker-Gabler, 1995:41). El frágil principio de igualdad
que se presenta en Francia refleja la condición en la que vive la comunidad argelina,
sintiéndose excluidos en la sociedad y en el mercado laboral, lo que provoca efectos
negativos, impidiendo que tengan una vida como el resto de la población francesa.
Además, este conjunto de experiencias desfavorables crean en la comunidad argelina un
sentimiento de rencor y disgusto hacia el país que habitan. Francia por su parte, había
reducido las exigencias para hacer posible la asimilación, actuando de forma tal que no
46
ofrecía un apoyo hacia los inmigrantes argelinos, quienes recibían la sugerencia de
abandonar sus particularidades culturales (Tribalat, 2004:6).
Más adelante se describirá lo que ha realizado el gobierno francés para cambiar
este sistema que hasta hace poco apartaba a la comunidad argelina; sin embargo, resulta
relevante hacer énfasis en que la discriminación laboral se ha apoyado en la percepción
que existe con respecto de los argelinos, quienes son sujetos de una reputación que
afecta la falta de oportunidades en el aspecto laboral y habitan en zonas habitacionales
marginadas, dando como resultado una comunidad inconforme con la sociedad francesa.
2.3.2
“Fase competitiva”: segunda y tercera generación de argelinos.
La segunda y tercera generación de la comunidad argelina integran un conjunto
que se halla en un marco notable de desempleo, teniendo dificultades particulares en el
mercado laboral (Tribalat, 2004:6). Esta situación es un foco de atención para algunos
sociólogos y demógrafos franceses, ya que consideran que este factor es el principal
inconveniente para que exista una integración social y por lo tanto una asimilación para
todos estos individuos (Pérez-Díaz, 2004:4), en donde una cuarta parte nunca ha
trabajado, o bien ha estado sin trabajar durante tres años (Glaude, 2002:110-111). Por
otro lado, los que laboran trabajan de forma temporal, recibiendo un sueldo menor al
resto de los empleados. El sector que ocupan es el obrero, trabajando en la construcción,
así como también en el campo de servicios personales –hoteles y restaurantes- y
domésticos (Glaude, 2002:114).
Inclusive, la segunda generación de argelinos que nació en Francia y son hijos
de una pareja de argelinos, presenta una competencia en la inserción laboral con
respecto a los que tienen la misma edad pero emigraron a Francia desde pequeños. Esta
condición se debe a que estos últimos son portadores del “impulso de la inmigración”
47
que les motiva a un mayor esfuerzo y que se desvanece con la estancia en el país, a
pesar de las ventajas que representa poseer una educación más prolongada. Lo anterior
se suma a un “fenómeno de desconcierto” que resulta del aumento de las expectativas
de vida de los jóvenes argelinos, deseando superar la escasa valoración donada a sus
padres -quienes sirvieron como obreros y mano de obra de su antigua colonia- y
buscando un incremento en los deseos del proyecto migratorio (Pérez-Díaz, 2004:4-6).
Los jóvenes argelinos que se encuentran en el sector que sí está empleado no se
sienten satisfechos ni con su trabajo ni con su empleador, responsabilizando de ello a la
discriminación de la que se sienten sujetos en el mercado laboral. De esta manera los
jóvenes de origen magrebí, -agrupando argelinos y marroquíes- son los más afectados
por el desempleo, además de que atraviesan por un menor aprendizaje con respecto a los
hijos de europeos y se ven menos favorecidos por la movilización social familiar
(Glaude, 2002:118-119). Sin embargo, Víctor Pérez-Díaz (2004:5) afirma que ni la
educación por sí sola, ni la convivencia por sí misma, ni las dos reunidas, explican la
anterior condición.
No obstante, aún para los jóvenes argelinos titulados, la tasa de desempleo en el
que se encuentran es dos o cuatro veces mayor que el resto de los jóvenes. De esta
forma, las particularidades que Michèle Tribalat les atribuye a las jóvenes generaciones
de argelinos se integran por el alto desempleo y la carencia de oportunidades, la
existencia de empleadores racistas y la influencia que tienen los medios al promover a
esta comunidad como “desempleados” y “delincuentes” (Tribalat, 2004:6).
La experiencia vivida por las nuevas generaciones de argelinos ha empujado a
que numerosos de ellos busquen en el comercio una forma de inserción laboral en la
sociedad francesa, ya sea como dueños de un negocio o como empleados de éste; de
esta manera los “negocios étnicos” se han concentrado en lugares específicos de las
ciudades, transformándose en “el espacio donde se desarrolle la vida pública de la
48
comunidad argelina” (Pérez-Díaz, 2004:7). En lo concerniente al grupo femenino, es
conveniente mencionar que ocupan un lugar importante en los niveles medios y bajos de
la administración pública francesa, así como en los empleos comerciales, los puestos de
administración de empresas privadas (Pérez-Díaz, 2004:8).
Para conocer más ampliamente las actividades realizadas por los miembros de la
comunidad argelina correspondiendo a su sexo se presenta la siguiente tabla que se basó
en cifras del censo de 1999.
Tabla VIII.
CATEGORÍA SOCIOPROFESIONAL DE LOS INMIGRANTES ARGELINOS EN FRANCIA, SEGÚN
SEXO
En porcentaje
Total
Hombres
Mujeres
Agricultores
0,2
0,2
0,9
Artesanos
2,4
3,2
1,0
Comerciantes o similares
3,7
4,7
1,8
Empresarios con más de 10 asalariados
0,3
0,3
0,1
Profesionales liberales
0,8
0,8
0,7
Altos funcionarios, intelectuales y artistas
2,6
2,9
2,1
Directivos de empresas
2,2
2,8
1,3
4,5
3,3
6,5
Profesiones intermedias de la administración
pública, la enseñanza, la sanidad y similares
Profesiones intermedias administrativas
y comerciales en empresas
3,3
2,9
4,1
Técnicos
1,8
2,6
0,4
Capataces y supervisores
1,2
1,7
0,3
Funcionarios
8,9
5,2
15,5
Administrativos de empresas
4,5
1,6
9,8
Empleados de comercio
3,6
2,0
6,6
21,4
Personal de servicios directos a particulares
10,0
3,7
Obreros cualificados
24,3
35,4
4,2
Obreros no cualificados
19,4
23,1
12,9
Obreros agrícolas
0,8
0,9
0,5
Parados que nunca han trabajado
5,4
2,5
10,6
Otros activos (entre ellos, militares de contingente)
Total
0,2
0,2
0
297.143
191.219
105.934
Fuente: INSEE,1999.
49
2.3.3
Emancipación del sector femenino argelino.
Las mujeres argelinas se encuentran en un sistema que combina la dominación
social, sexual y cultural, llevando a cabo diferentes conductas sociales que se relacionan
con la escuela, los jóvenes, el matrimonio, la religión y la familia, hallándose en la
disyuntiva de decidir entre seguir con las costumbres y negarse a sí mismas, o romper
con las tradiciones a fin de alcanzar sus proyectos, arriesgando la aceptación en la
propia sociedad (Guénif, 2000:2).
Las argelinas permanecen cerca de las tradiciones islámicas, respetándolas aún
(Simon, 2004:3). Un ejemplo de ello es la existencia de normas religiosas que se hallan
en el código de familia argelino, el cual prohíbe que las mujeres contraigan matrimonio
con alguien que no sea musulmán, reduciendo la posibilidad de que pudiese existir una
asimilación marital, pues las jóvenes argelinas continúan siendo controladas por la
estructura que impera en su entorno; los matrimonios entre argelinos y franceses no son
tan comunes como pudiera parecer, haciendo perdurar en muchas ocasiones la
endogamia. Las chicas franco-argelinas están más apegadas a sus costumbres, dando
lugar a un estrecho círculo para desenvolver sus relaciones de tipo marital. El contraste
que se observa a partir de esta situación y que difiere del marco normativo occidental
“origina tensiones en las familias de inmigración antigua, en que los hijos han sido
educados en una mezcla de ambos tipos de valores en torno al matrimonio y la familia”
(Pérez-Díaz, 2004:11), interviniendo en el proceso de incorporación y asimilación.
Ante este apego a las prácticas matrimoniales tradicionales surgen dos
situaciones que indudablemente influyen en el proceso de asimilación: a)resistencia a
enfrentar el conflicto familiar, ocasionando que haya un retraso en la edad para realizar
una unión conyugal; b)surgimiento de un “mercado matrimonial”, es decir, pedir una
dote considerable al de casarse con un francés o francesa de padres argelinos, con el
50
objetivo de entrar y permanecer en Francia, consiguiendo la nacionalidad (Pérez-Díaz,
2004:15).
Sin embargo, poco a poco se ha ido modificando esta situación, pues de las
parejas de inmigrantes argelinos que se censaron en 1999, 16% eran encabezadas por
una inmigrante argelina casada con un francés (Pérez-Díaz, 2004:11). Por su parte,
Patrick Simon (2004:3) maneja un porcentaje de un 21% de uniones mixtas. Asimismo,
a través del censo de 1999 se puede analizar que ha habido una disminución en los
matrimonios en donde los padres escogen al cónyuge, cuestión que se ve reducida a
causa del período de estancia de Francia.
Por otro lado, si se examinan las relaciones de cohabitación, las características
cambian, ya que una cuarta parte de las chicas argelinas de origen nacidas en Francia
deciden experimentar una vida de pareja con un francés de origen. Esta práctica supone
una transgresión a las normas religiosas por parte de las mujeres (Pérez-Díaz, 2004:13).
En febrero del año 2003 una congregación de mujeres habitantes de barrios se
manifestó en Narbonne para discutir sus problemas en las ciudades, expresando que
para ellas la mezcla social y el alojamiento son garantía para una integración y
emancipación femenina. Un ejemplo de estos problemas es lo que se vivió en Vitry-surSeine en octubre de 2002, cuando Sohane, una niña de 17 años fue quemada viva en un
basurero.
Los testimonios de cincuenta mujeres provenientes de la inmigración estuvieron
en contra del comunitarismo, la ghettoización, los conflictos familiares, los pequeños
espacios en donde se desenvuelve la vida familiar y que provocan que los más jóvenes
se vuelvan callejeros -dando pie a la violencia – y rechazaron especialmente a las
“miradas inquisidoras y tiránicas que pesan sobre las jóvenes y las mujeres, quienes a
menudo son juzgadas y condenadas” (Traducción propia Aude, 2003:1). Con la frase de
“Ni putes, ni soumises” (“Ni putas, ni sumisas”) estas mujeres desearon reivindicar su
51
emancipación, pidieron “fundirse” en la población, crear una mezcla social (Aude,
2003:2).
2.4
La educación, otro elemento en el proceso de asimilación de los argelinos.
En la escuela ocurren relaciones interpersonales que moldean a los individuos, es
un escenario que funciona como integrador de la sociedad y cuyo rol, afirmó Jacques
Chirac, “es integrar y combinar jóvenes de todos los horizontes” (Thomas, 2000:180).
Sin embargo, para los niños argelinos o hijos de argelinos las condiciones son un poco
más complejas, ya que sus carreras educativas se ven influidas por el analfabetismo y la
desprovista experiencia escolar de sus padres, quienes se sienten incapaces de incentivar
los estudios de sus descendientes y suelen conformarse con resultados mediocres de
parte de éstos (Pérez-Díaz, 2004:19).
Otros factores son la falta de escolarización que poseen los padres inmigrantesque da pie a que en su nuevo hogar tengan que aprender la lengua francesa-, los
sentimientos de desarraigo ante el movimiento migratorio, ocasionando cierta dificultad
en cuanto a la dedicación al estudio, así como el carácter problemático que suele
desarrollarse en los barrios suburbanos y que provoca una disminución en las
expectativas de los jóvenes argelinos (Pérez-Díaz, 2004:18). Enseguida se muestra una
tabla en donde se localizan los niveles de estudios de los jóvenes argelinos.
52
Tabla IX.
NIVEL DE ESTUDIOS DE LOS JÓVENES DE 25-29 AÑOS , HIJOS DE ARGELINOS
En porcentaje
Hombres
Primaria
1
Prueba de nivel
3
Secundaria
11
Formación profesional de ciclo corto
54
Liceo general o profesional
14
Universidad
17
Mujeres
Primaria
1
Prueba de nivel
8
Secundaria
11
Formación profesional de ciclo corto
50
Liceo general o profesional
Universidad
9
21
Fuente: Víctor Pérez-Díaz,2004:20
Entre los jóvenes de origen argelino hay un 30% de ellos que empiezan sus
estudios superiores, sin que ello ocasione altos niveles de estudios finalizados, ya que
repiten cursos más frecuentemente que los hijos de franceses, lo que se suma al menor
éxito escolar del que son dueños los jóvenes nacidos en Francia de origen argelino
(Pérez-Díaz, 2004:19). La relevancia que puedan tener las escuelas en estas zonas
franco-argelinas se debe a que los padres se muestran poco interesados en cuanto al
logro educativo de sus hijos, permitiendo un fracaso escolar y problemas de
comportamiento. Estas problemáticas no son enfrentadas y reflejan una ruptura en la
autoridad de los adultos argelinos a causa del debilitamiento en la comunicación padreshijos y la imagen de los patrones de éxito que promueve la televisión francesa, haciendo
que los hijos de argelinos menosprecien el status social de sus padres obreros y les
critiquen a causa de su inferioridad lingüística en el francés (Pérez-Díaz, 2004:21).
A dicha descripción se relacionan las dificultades presentadas en ciertos barrios
habitados por argelinos, como lo es la Cité Zolá. Los centros educativos también han
sido clasificados como “sensibles”, siendo centros de atención especial para las
53
administraciones públicas con el fin de prevenir y reprimir la violencia que ocurre en las
aulas escolares (Pérez-Díaz, 2004:20). Las escuelas de este sector urbano ejercen apenas
una acción aglutinante para los estudiantes, ya que la sociabilidad descansa
principalmente en el barrio, donde se realizan lazos de amistad con gente de otras razas
y edades que habitan estas zonas suburbanas.
Por lo tanto, es conveniente concluir en este punto que al contrario de como se
había afirmado, la escuela no predomina como escenario de las relaciones
interpersonales, sino que esta función es desplazada hacia el conjunto habitacional, lo
que argumenta el impedimento ocurrido en el proceso de asimilación de los argelinos,
quienes se ven limitados a un espacio geográfico para alcanzar su aculturación y en
donde únicamente conviven con individuos que suelen compartir las mismas
condiciones sociales. De esta forma, las nuevas generaciones de argelinos nacidos en
Francia se sienten rechazadas en el aspecto laboral, no teniendo las mismas
oportunidades que el resto de los jóvenes, restringiendo un sentimiento de igualdad que
daría origen a la asimilación de identificación con el resto de la sociedad.
Consecuentemente, tampoco se alcanza una asimilación cultural, ya que no existe un
respeto a la ideología y los valores franceses.
2.5
El modelo de integración francés y los argelinos.
A lo largo de esta investigación se ha analizado la trayectoria que han seguido
los argelinos a partir de su llegada a Francia y los elementos que se relacionan con su
asimilación. La comunidad argelina encara una fuerte competencia laboral que
disminuye el alcance de una asimilación behavioural-receptional (Park, 2004:1).
Asimismo, la ausencia de asimilación attitude-receptional -al realizar prejuicios hacia
54
los argelinos, anteponiendo el hecho de que son musulmanes- se vincula con el
impedimento al alcance de la asimilación.
Los problemas de una seguridad urbana amenazada con la presencia magrebí
son una de las causas que han provocado que partidos como el Front National emitan
propuestas entorno al peligro que representan las diferencias culturales y raciales para el
futuro de Francia (Creamean, 1996:7). Sin embargo, las ideas “lepenistas” no son las
más acertadas debido a que no contribuyen a la solución de la controversia, al contrario,
sería ignorar un tópico que indudablemente se encuentra palpable en Francia, y que es
parte integrante de ella.
Sin embargo, cada nación se integra por diferentes elementos raciales que logran
una composición cambiante con el paso del tiempo (Hertz, 1943:52). Esta composición
puede ser estable si se alcanza “una política de integración en donde los inmigrantes
puedan conservar su personalidad, sin cuestionar las reglas impuestas por la sociedad de
acogida, que permite una cierta unidad dentro de la diversidad” (Ferrer, 1999:3).
El proceso de asimilación ha sido generalizado como un fenómeno negativo,
sinónimo de la exclusión ejercida hacia los inmigrantes, ya que se les presenta como
una clase problemática de la población que necesita integrarse (Tribalat, 2002:1).
Inclusive, gracias a la difusión poco informada de los medios, se tiene una concepción
universalizada de los argelinos, siendo objeto de una creencia de superioridad francesa,
engendrando discriminación (Hertz, 1943:54). No obstante, el gobierno francés
actualmente está consciente de la problemática que tiene en sus manos, pues si existen
problemas sociales “es debido al fallo de la asimilación, o bien, a la intolerancia hacia la
diferencia cultural” (Brinker-Gabler, 1995:50). De esta forma, se observa que al llegar a
Francia los argelinos causaron una cadena de cuestionamientos y juicios negativos que
los hacen experimentar mayores dificultades con respecto al resto de los inmigrantes,
como señala Michèle Tribalat (Tribalat, 2004:8).
55
Por otro lado, cuando en los años 80 hubo un menor enfoque de las políticas de
ciudadanía y migración, se reforzó el modelo de “no políticas étnicas”. No obstante,
tanto el sistema político como el Estado Francés se orientaron hacia un manejo de las
particularidades culturales y religiosas de sus inmigrantes, en donde los francomagrebíes fueron agrupados mediante las políticas étnicas previamente rechazadas,
usando al Islam como elemento de identidad (Feldblum, 1993:52).
El caso del foulard de Creil (Anexo 1) sirvió como pauta para reorientar las
políticas utilizadas por el gobierno francés, al mismo tiempo que suscitó debates
nacionales. Las opiniones se dividían entre las que alegaban por un respeto extremo a la
secularidad y las que buscaban una mayor tolerancia; quienes apoyaban esta última
opinión se manifestaban a favor del derecho a la diferencia –droît à la difference-. De
esta forma, el centro de la discusión se orientó hacia la integración de los musulmanes
magrebíes, decidiendo entonces incorporarlos en la comunidad nacional (Feldblum,
1993:53).
El gobierno francés rechazó la existencia de grupos minoritarios debido a que en
los textos legales y legislativos no está contemplado considerar a la minoría, es decir,
realizar un modo asimilacionista de integración que sea insertado en la comunidad
nacional. Como consecuencia, el inmigrante es marginado en Francia bajo las políticas
de inmigración, y sus diferencias son externalizadas, o asimiladas, o hasta ignoradas. De
esta manera, la asimilación sirve para diferenciar y construir una concepción de “otro”,
quien es representado como amenaza y peligro (Doty, 2003:66), el inmigrante argelino
no existe con sus características étnicas. A pesar de ello, las políticas de ciudadanía y de
inmigración han adoptado la ideología asimilacionista (Feldblum, 1993:55).
Analizando lo anterior, es conveniente hacer un recuento del proceso de
asimilación en el que participa la comunidad argelina. El entorno en donde se ubica su
hogar y donde sus vínculos sociales se ven reforzados es en las Habitations à Loyer
56
Modéré, dificultando que los argelinos alcancen una asimilación cultural satisfactoria,
pues además de querer conservar sus particularidades culturales, no se ven
profundamente involucrados con la sociedad francesa, conllevando al débil aprendizaje
de valores.
Por lo tanto, si la política de inmigración y ciudadanía aplica la ideología
asimilacionista, los argelinos deben de aceptar los símbolos y valores de Francia, lo cual
se hace complicado al no compartir una vida diaria con los franceses de origen. Este
factor se suma con el hecho de que la comunidad argelina no tenga un fácil acceso al
mercado laboral, contribuyendo que gran parte de ella se sienta centro de
discriminación, como lo asevera Michèle Tribalat (Tribalat, 2004:6).
Por otro lado, se observa que la intención del gobierno francés es practicar una
política que tolere las diferencias, pero sin institucionalizarlo; a la vez que el Haut
Conséil à l’Intégration ha designado que los grupos de inmigrantes y grupos étnicos se
integren a la sociedad francesa mediante su aprendizaje de valores, símbolos y
principios de la República (Feldblum, 1993:58). De este modo, es puntual señalar que
“el universalismo en donde se basa el sistema sociopolítico francés no puede sobrevivir
sin apartar particularidades culturales” (Tribalat, 2002:1); debido a lo anterior, las
asimilaciones lingüística y cultural son importantes, ya que reducen los conflictos de la
secularidad e igualdad entre hombres y mujeres. Sin embargo, Michèle Tribalat asevera
que la asimilación lingüística ha sido un elemento fácil al cual incorporarse, pues las
jóvenes generaciones de argelinos nacidos en Francia opinan que el francés es su lengua
materna (Tribalat, 2002:2).
Finalmente, otra situación que experimentan las nuevas generaciones de francoargelinos es querer dejar atrás la imagen que tienen sus padres y las representaciones
negativas que les caracterizan, pero esto aumenta las dificultades, y la movilidad social
ascendente es en la mayoría de los casos inalcanzable (Tribalat, 2002:4). La actual
57
comunidad argelina en Francia ha vivido excluida socialmente, pero ahora atraviesa por
un cambio que podría cambiar su proceso de asimilación al facilitar el aprendizaje de
los modos y normas franceses, una transformación que está en manos del gobierno.
58
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