A N TO N I O S A R E L L I EN EL LATIFUNDIO DEL ARENAL HUMANO Retrospectiva “CONTRALUZ”, Óleo sobre tela enchapada, 75 x 100 cm. 1964 DE CAMPESINO A PINTOR Nacido en Mendoza en 1936 en el ceno de una familia de campesinos inmigrantes italianos, Antonio Sarelli parecía no tener otro destino que el del trabajo en el campo. Pero al terminar la escuela primaria, su maestro, percibiendo las aptitudes del pequeño para el dibujo, intercede ante sus padres para que le permitan ingresar en la Academia Provincial de Bellas Artes (en adelante APBA). Este fue el inicio del camino que lo llevaría de campesino a pintor. Su trayectoria es conocida. Tras egresar de la APBA fundará junto a un grupo considerable de compañeros el Grupo Numen, “fanal de la vida interior y eco de la comunidad que lo vio nacer”, cuya existencia se extenderá de 1963 a 1973 constituyendo un espacio importante para el desarrollo de la actividad de estos jóvenes artistas que no encontraban en el medio mendocino las condiciones adecuadas para ejercer su vocación. Años después Sarelli será director de una de nuestras galerías de arte más recordadas: Zulema Zoireff, que abrió sus puertas en 1977. La experiencia con esta galería se extendió hasta 1982, año en que junto a Ángel Gil, José Scacco y Alfredo Ceverino crearon la Galería-taller Alfa, que cerraría sus puertas en 1985. Desde entonces su pintura ha recorrido extensos caminos. El núcleo de su trayectoria, siempre presente, fue la APBA. Y no sólo nos referimos a la actividad en sus talleres, recordados como un espacio de libertad creativa por todos quienes tuvieron la oportunidad de asistir a ellos, sino además por lo que ocurría 1936. Nace en Russel, Maipú luego de los cursos nocturnos. Las noches de bohemia en el bar “Cívico” lo pusieron en contacto con personalidades relevantes del mundo artístico e intelectual mendocino: Dardo Retamoza, Roberto Azzoni, Sergio Sergi, Mario Vicente, Jorge Enrique Ramponi, Vicente Nacarato, Alberto Cirigliano y otros. Pero entre estas figuras habría una que se destacaría y que sería clave en la formación de Antonio Sarelli. Nos referimos a pintor Hernán Abal. EL MAESTRO HERNÁN ABAL La enseñanza de Abal caló profundamente en la formación de Antonio Sarelli y muchos de los artistas de su generación, compañeros de la APBA. Sus estudios en esa institución se desarrollan entre 1953 y 1960, pero tomará contacto con el maestro recién a partir de 1957. Estos datos son importantes para poder comprender cuál era la experiencia y las reflexiones de Hernán Abal en el momento en que fue profesor de Sarelli y las implicancias que ello tuvo. Abal había viajado a París en 1950, experimentado el ambiente existencialista de la posguerra y en ese contexto se consolidaron sus posturas artísticas, uno de cuyos fundamentos fue la defensa de la intuición como actitud primordial frente al mundo circundante. Esto forjó en el artista un modo de pintar y un sentido para la pintura, cuidando de no enrolarse irreflexivamente en esnobismos que lo despojaran de su autenticidad: “Yo tengo más bien una actitud intuitiva frente a lo que me rodea. Es decir, capto las cosas en su esencia, no exactamente de manera racional. Yo no razono lo que veo: lo intuyo por impactos emocionales. […] El rol del pintor es expresar lo que siente frente a lo 1953. Ingresa a la Academia Provincial de Bellas Artes "CHACRAS DE CORIA", óleo sobre tela enchapada, 60 x 100 cm. 1958 (detalle) 1954. Primer óleo “Fragmento obra Zurbarán” 1961-1962. Comienza a trabajar en Irrigación y es trasladado por 9 meses a Valle Hermoso para realizar trabajos de Hidronivometereología. Esta experiencia será volcada en varias obras por esos años. que se vive. […] lo que interesa en una obra de arte no es el efecto representativo sino la tensión y el misterio que ella nos transmite.”1. Este tipo de reflexiones debieron haber configurado el ambiente en que se formó Antonio Sarelli desde 1957: una primacía de lo sentido (intuición) sobre lo pensado (razón) en el trabajo del pintor. Fue Abal quien en 1964 presentaría la primera muestra individual de Antonio Sarelli (quien compartió sala con Pedro Zalazar) con las siguientes palabras, las cuales denotan una posición clara frente a la tarea del artista: “Se incorporan a la plástica mendocina con esta primera muestra individual dos jóvenes pintores. Se me ocurre que es inadecuado en esta ocasión entrar al análisis de corrientes plásticas o de técnicas. Tiene, pienso, un sentido mucho más profundo y trascendental, sobre todo para ellos, ya que es el principio de la aventura maravillosa. Parten con entusiasmo, fe y la necesidad de trasmitimos sus propias vivencias y esto es lo más importante. Lo demás lo dará el tiempo, la experiencia y la capacidad de trabajo si se logra mantener intacto ese bagaje. Son concientes, me consta, del destino que han elegido; saben también que el camino es largo y azaroso como la vida misma del hombre y que la soledad estará la más de las veces junto a ellos mientras sean fieles consigo mismos. Es el precio y no hay escapatoria. Lo sé. Comienza la dura lucha para hallar la armonía entre lo interno y lo externo que lo exprese. Sabemos también cuán huidiza y esquiva es. Esto trae angustia y desesperación, pero desesperación vital y creadora. Ahora deberán escudriñar en profundidad y sin concesiones frente al espejo que los refracta en este instante y nosotros oír este mensaje que es siempre, cuando se es sincero, la forma más desinteresada de dar. Aquí se inicia la aventura de dos hombres en procura del acto mágico. No hay final.” Abril de 1964 H. Abal 1963. Fundación Grupo Numen 1964. III Salón Bienal de Artes Plásticas, obtiene el premio estímulo por la obra “Diálogo de duendes” "Valle Hermoso", óleo sobre tela enchapada, 40 x 30 cm. 1961 1968. Bodas de Oro de la Unión Comercial e Industrial de Mendoza. Obtiene el primer premio con la obra “La hora del sueño”. Profesor reemplazante de Dibujo de 3º año en la Academia Provincial de Bellas Artes. 1969. XVII Salón de Primavera de San Rafael, Gran Premio de Honor “Cristeta González de Viñuela” por la obra “Después de la tormenta”. Muestra en Galería Rubinstein de Mar del Plata. La influencia de la obra y el pensamiento de Hernán Abal en la pintura de Antonio Sarelli entre fines de los años 50 y principios de los 60 es notoria. Y no sólo en lo que respecta a Sarelli, sino también en muchos de sus compañeros de la Academia que llegaron a ser calificados peyorativamente como “los abalitos”. La distancia histórica nos permite ahora percibir el significado que tuvo esa influencia. Y es que en este caso sería más provechoso comprenderla como una vía abierta por el maestro a su discípulo, vía que representó tantas soluciones como nuevos problemas de representación que, con las circunstancias, el tiempo y el trabajo, fueron resolviéndose bajo nuevas formalizaciones, aunque manteniendo los principios rectores asimilados en el proceso de formación. Así, por ejemplo, la importancia de la intuición como valor fundamental de la producción artística fue algo que Sarelli mantuvo. 1970. Primer Premio Salón Vendimia de Pintura 1970 con la obra “Detente escucha” 1971. Tercer Premio IX Salón Bienal Municipal de Artes Plásticas 1971 con su obra “La visita del duende”. "EL AIRE ME SABE BIEN", óleo sobre tela, 140 x 180 cm. 1994 LA INTUICIÓN COMO CAMINO Los métodos de formación artística de la Academia Provincial de Bellas Artes y la Academia Nacional de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Cuyo (ANBA) diferían en que ésta última contaba con una mayor carga horaria de materias teóricas, mientras que la primera privilegiaba las horas de taller, otorgando (tal como hemos indicado arriba) 1972. Certamen Valores Plásticos del Interior. Obtiene el segundo premio de pintura por su obra “Medioevo”. Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori. mucha importancia a la intuición como procedimiento. Estas condiciones parecieron ser suficientes como para que desde ciertos sectores de la Academia Nacional se tildara a los jóvenes artistas formados junto a Abal de “brutos intuitivos” (o “salvajes intuitivos” según otras versiones). No estaba claro si eran “brutos” y “salvajes” por su origen o porque, sencillamente, no contaban con el tiempo libre necesario para dedicarse a la lectura (Antonio 1973. X Salón Bienal Municipal de Artes Plásticas, 2o premio por la obra “El retorno de siempre”. "DESPUÉS DE LA LLUVIA", óleo sobre tela enchapada, 74 x 104 cm. 1966 recuerda que estudiaba para los exámenes en los ratos libres en que los animales con que araba el campo tomaban un descanso). Lo de intuitivos fue un halago y una afirmación de su formación en la APBA. Pero quienes introdujeron ese calificativo deben haberse considerado a sí mismos como lo opuesto, es decir como cultos, civilizados y racionales. 1975. Muestra en Galería Witcomb, de Buenos Aires ¿Percibe el lector en estas categorías contrapuestas los ecos de la férrea división socio-cultural introducida desde el siglo XIX por nuestros intelectuales liberales entre civilización y barbarie? En efecto, tales calificativos se remontan a los modos en que fue organizándose nuestra cultura nacional. Si Antonio Sarelli era parte de estos “salvajes intuitivos”, entonces eso marcaba una posición cultural. No sólo en las artes, sino en toda 1976. Salón de Cuyo. Premio 50 Aniversario por la obra “Hombre de la cuarta luna” "A NADA NADAS", óleo sobre tela enchapada, 105 x 75 cm. 1968 1977. · Apertura de la Galería Zulema Zoireff. Sarelli se convierte en su Director. · Muestra en Galería Arthea, Buenos Aires. 1979. Salón de Artes Plásticas Vendimia 79. Primer Premio por la obra “Domingo en la tarde”. nuestra historia cultural que aparecía así, nuevamente, escindida en dos: salvajes y civilizados, intuitivos y racionales, brutos y cultos. En otras palabras, este pequeño episodio que bien podría haber sido olvidado como otras tantas anécdotas, fue significativo por las implicancias culturales que acarreaba. Pues no se trataba sólo de una ofensa en términos personales. Era la expresión del rechazo a una institución popular como la APBA que daba posibilidad a los sectores populares de acceder a la formación artística y en el mismo movimiento implicaba un claro desprecio a toda una corriente cultural que había posibilitado la formación y consolidación de dicha institución, con un trabajo arduo dirigido a la democratización de la cultura desde por lo menos 1915 en adelante. Esta contraposición, a nuestro entender, tiene profundas implicancias en la obra de Antonio Sarelli. En ella hay una crítica a la racionalidad que ha escindido al ser humano, y esto bien puede ser comprendido como una transposición del conflicto cultural local que venimos describiendo a un plano universal en la simbólica del artista. La intuición aparece como una forma de conocimiento que puede revelar la crisis de la racionalidad moderna. Como si la historia de la humanidad hubiera extraviado el camino a pesar de su culto a la lógica y la racionalidad, o quizás precisamente como si ese culto nos hubiera hecho perder el sentido de totalidad, conduciéndonos a la desunión. Es notorio: la acusación de brutos intuitivos desemboca en un cuestionamiento a la culta razón que ha construido el mundo moderno que habitamos. En obras como “Resurrección”, del año 2000, esto es notorio. Esta pintura aparece en el conjunto de la producción de Sarelli como una obra 1980. Muestra “Cinco plásticos mendocinos en el Fader: Hernán Abal, Zdravko Ducmelic, Ángel Oliveros, Dardo Retamoza, Antonio Sarelli.” manifiesto, como una condensación de concepciones dispersas en varias obras anteriores y posteriores. Obsérvese la división en dos partes de la composición, opuestas, una inferior oscura y una superior luminosa. En la parte inferior la humanidad lastimándose, en lucha, es decir la Historia; en la parte superior, luminosa, el equilibrio de las formas geométricas básicas, es decir símbolos de una totalidad que, a su vez, se encuentra recortada del cuadro (véanse los bordes) como si se tratara de una realidad que no respondiera al orden del mundo terrenal y de la historia. O como ocurre con la obra “Evocación” de 1995, otra de sus síntesis, donde la figura del lector (la Razón) que aparece entre sombras en el ángulo superior izquierdo tiene sobre su regazo un cadáver cuya sangre salpica al artista (la figura central que es claramente un autorretrato) quien con su paleta busca la pureza y la belleza, el amor de hombre y mujer que se contraponga a la oscuridad de aquella racionalidad. La salida de esta contradicción parece estar, y con esto nos acercamos al núcleo de la obra de Antonio, en la religión, en el sentido de re-ligar lo que la razón y la cultura han escindido. Así también pueden comprenderse los símbolos plasmados en otras de sus pinturas. Se trata de toda una ideología acerca de la vuelta a una comunidad perdida cuyos valores permanentes habrían sido olvidados por la soberbia humana. De allí el contraste entre lo temporal y lo eterno, formalizado, por ejemplo, en la serie “Constelaciones” de 1998, donde el mapa estelar representa esa eternidad que contrasta con las figuras temporales y pequeñas que observan la inmensidad inabarcable del cosmos. Resaltar nuestra pequeñez ante lo eterno e inmutable que sería, a su vez, la fuente de una verdad extraviada. 1982. · Salón Nacional de Pintura “Centenario del Diario LosAndes”. Obtiene Mención Honorífica por la pintura“Dos Imágenes y el silencio”. · Apertura de Galería Taller Alfa. "DOS IMÁGENES Y EL SILENCIO", óleo sobre tela, 110 x 100 cm. 1982 1985. En el LXXIV Salón Nacional de Artes Plásticas se le otorga el Premio Cecilia Grierson por la obra “Dimensión del silencio”. 1988. · Espacio de Arte Deck, Mataró, Barcelona. “Cuatro Artistas Argentinos” Alfredo Ceverino, Ángel Gil, Antonio Sarelli, José Scacco. · Exponen Alfredo Ceverino, Ángel Gil, Antonio Sarelli y José Scacco en el Museo Emiliano Guiñazú Casa de Fader. "UNIVERSOS DE SILENCIOS", óleo sobre madera, 160 x 140 cm. 1987 1990. Galería de Arte Gran Via, Logroño, La Rioja. Alfredo Ceverino, Ángel Gil, Antonio Sarelli, José Scacco 1991. · Sala Jaimes, Barcelona. Alfredo Ceverino, Ángel Gil, Antonio Sarelli, José Scacco. · “Cinco Plásticos Mendocinos en el Fader.” Fausto Caner, Alfredo Ceverino, Ángel Gil, Antonio Sarelli, José Scacco. En medio de todo esto el artista aparece entonces como revelador de una verdad, como quien está en condiciones de poner a la vista lo esencial que se ha ido perdiendo en el camino de la historia humana. Véase si no el autorretrato del artista como pastor titulado “Timonel de quimeras” de 2006. Ese es el sentido de la producción de imágenes para Antonio, el de la revelación. Si uno observa su obra en conjunto, desde aquellos primeros paisajes hasta las pinturas recientes, más clásicas en su composición y rebosantes de símbolos, puede comprender el modo en que está atravesada por su origen campesino, por la experiencia de una familia inmigrante con sus costumbres y sus memorias, por los calificativos peyorativos que lo colocaron en una posición del campo cultural escindido, por su búsqueda de una unidad extraviada, por la fe en que el arte puede mostrarnos lo que ha salido de nuestro horizonte, por la tensión entre razón e intuición. Curadores: Pablo Chiavazza / Rebeca Sarelli 1993. Muestra de Antonio Sarelli en Sala Jaimes, Barcelona. La obra de Antonio Sarelli es religiosa, en el sentido de que anuncia insistentemente la existencia de un orden superior de armonía y belleza que la historia humana ha desestimado, como si lo hubiera perdido de vista y al hacerlo hubiera ingresado a la violencia, la lucha y la muerte. Su obra aspira a recuperar una totalidad que supone perdida, fuera del tiempo, que pueda volver a unir lo desunido por la Historia. ¿Tendrá acaso esto relación con la trayectoria cultural que hemos esbozado más arriba? Sea como sea esta es su solución simbólica a la tragedia humana y en esto reside el valor cultural que su obra nos propone. 1996. Reconocimiento de la Presidencia de la Nación a su labor artística. Realiza una muestra en el Museo Municipal de Arte Moderno de Mendoza. Participa de la muestra “Sis Artistes de Mendoza” junto a Fausto Caner, Raúl Capitani, Ángel Gil, Roberto Rosas y José Scacco, realizada en el Patronat Municipal de Cultura y luego en el Museu de la Marina de Vilassar, Mataró, Barcelona. "PRIMERA LECCIÓN", óleo sobre tela, 160 x 180 cm. 1998 1997. Su obra “Ofrenda” es escogida como obsequio del Gobierno argentino al Papa Juan Pablo II. Actualmente se encuentra en el Museo del Vaticano. 1998. Realiza la muestra “Constelaciones” en el Palais de Glace, Buenos Aires. "EVOCACIÓN", óleo sobre tela, 145 x 154 cm. 1995 2000. Participa en el Certamen Internacional “Jubileo 2000” Cárita Política Vaticano con la obra “Entre el silencio y la ternura”, actualmente en el Museo del Vaticano. - Es invitado a la VIII Bienal de Arte Sacro pintura 2000, donde obtiene una mención por su obra “Resurrección”. 2004. Realiza una muestra retrospectiva en el Espacio Contemporáneo de Arte de Mendoza. "RESURRECCIÓN", mixta sobre tela, 170 x 114 cm. 2000 2006. 2007. · Integra la muestra “Otoño” organizada por Galería Zurbarán, Buenos Aires. Junto a obras de Carlos Gorriarena, Leopoldo Presas, Guillermo Roux, Clorindo Testa, Nicolás García Uriburu, Rómulo Macció, Ary Brizzi, Carlos Alonso, entre otros. · Participa de la Muestra “El Desnudo” en Centro de Arte Contemporáneo Chateau Carreras, Córdoba. Junto a obras de Héctor Basaldua, Leopoldo Presas, Carlos Alonso, Fernando Fader, Francisco Vidal, Raúl Soldi, entre otros. Participa de la muestra “100 Años de Pintura Mendocina” en el Espacio Contemporáneo de Arte,Mendoza. "TIMONEL DE QUIMERAS", mixta sobre tela, 100 x 120 cm. 2006 "LA CARTA", mixta sobre tela, 200 x 360 cm. 2013 2008. Su obra integra el libro por el 50º Aniversario del Consejo Federal de Inversiones. “Plástica y Letras en las Provincias Argentinas”. 16 DE OCTUBRE AL 8 DE NOVIEMBRE DE 2015