8 ACTUALIDAD PROFESIONAL / TRAQUEOBRONQUITIS INFECCIOSA CANINA 9 Mi perro tiene algo en la garganta... Esta es una de las frases más habituales en la clínica cuando el veterinario atiende a un perro afectado de traqueobronquitis infecciosa canina, también llamada complejo respiratorio canino o tos de las perreras. Es una enfermedad respiratoria muy contagiosa que afecta a perros en colectivo. Su efecto es benigno y no suele dejar secuelas, pero el periodo de patencia puede ser aprovechado por otros agentes patógenos más virulentos. ¿Cuál es la prevalencia actual de este proceso en la clínica veterinaria? Este mes empieza la primavera, pero el periodo de frío todavía no ha concluido y tanto en medicina como en veterinaria hay ciertas patologías que se manifiestan con mayor frecuencia en las temporadas en las cuales las temperaturas son más variables. Una de estas dolencias es la traqueobronquitis infecciosa canina o tos de las perreras, cuya epidemiología está muy unida a determinadas características de contacto entre los animales, es decir, situaciones donde se agrupen varios perros como criaderos, tiendas de animales, residencias caninas, exposiciones y concursos, etc. Es una enfermedad respiratoria localizada aguda y muy contagiosa causada por uno o varios agentes infecciosos que pueden potenciar sus efectos. Si bien no es una enfermedad mortal, sí que produce malestar en el animal por la afección de laringe, tráquea y bronquios y también de forma indirecta en el propietario, ya que los ataques de tos seca son más frecuentes durante la noche. En los individuos que habitan en entornos de riesgo estaría indicado un plan profiláctico vacunal para evitar el proceso y limitar el contagio pero, fuera de estos ámbitos ¿es necesario vacunar a los perros de forma habitual frente a la tos de las perreras? Lo que hay que saber sobre la tos de las perreras 1. Etiología Agentes víricos • Virus de la parainfluenza canina: paramixovirus, muy contagioso por contacto directo. Se multiplica en el epitelio de las vías respiratorias altas produciendo rinitis, traqueítis, bronquitis y bronquiolitis. Produce desciliación del epitelio provocando tos y también puede observarse hipersecreción mucosa. Es un virus muy poco patógeno pero si aparece combinado con Bordetella bronchiseptica es más grave. Favorece las infecciones oportunistas. • Adenovirus canino 2: afecta a laringe y tráquea (laringotraqueítis infecciosa canina). Se multiplica en el epitelio respiratorio y en el pulmón. El cuadro clínico presenta conjuntivitis, secreción nasal serosa y tos aguda. Puede llegar a producir rinitis serosa, laringotraqueítis, traqueobronquitis y neumonía intersticial. • Virus del moquillo canino: paramixovirus presente en el cuadro de forma excepcional. • Otros virus: adenovirus canino 1, reovirus canino 1, 2 y 3, Mycoplasma spp. y herpesvirus canino. El significado de estos agentes en el síndrome no está del todo definido, pueden contribuir a agravar el cuadro. Agentes bacterianos • Bordetella bronchiseptica: patógeno primario y muy frecuente. Por sí mismo puede producir traqueobronquitis infecciosa, aunque sólo en determinadas ocasiones. El efecto patógeno que produce se resume en ciliostasis. La bacteria se multiplica y produce citotoxinas que actúan en la membrana de la célula produciendo parálisis de los cilios del epitelio traqueal. Favorece la implantación de otras bacterias oportunistas que complican el cuadro. • Otras bacterias: estreptococos o estafilococos pueden empeorar los síntomas. 2. Epidemiología 3. Cuadro clínico 4. Diagnóstico Afecta a perros de todas las edades, especialmente a los que se encuentran en criaderos, guarderías, hospitales veterinarios, tiendas de animales, concursos caninos, etc. Es una enfermedad altamente contagiosa, diseminada a través de la tos y estornudo, por aerosol y por contacto indirecto (utensilios, ropa o personal). Generalmente benigno. La morbilidad es variable (10-50%) ya que depende del estado vacunal, higiene de los animales, edad, etc. El curso es como mínimo de una a dos semanas. El signo clínico más constante es la tos paroxística, áspera y seca, que puede acompañarse de arcadas y ahogo. Se puede provocar con facilidad palpando los anillos traqueales o la laringe. Otros síntomas que pueden apreciarse son una ligera anorexia, secreción oculonasal o hiperemia de tonsilas. La temperatura corporal y el recuento de leucocitos se mantienen normales. Las formas graves, cuando aparecen, afectan a los animales más jóvenes y son indicativas de una complicación con infección sistémica. Los signos observados son secreción oculonasal mucopurulenta, tos productiva y húmeda, anorexia y fiebre. El curso clínico se alarga 3 semanas y puede llevar a una mortalidad del 10% de los afectados. Generalmente por los signos clínicos y el historial del paciente (colectividades de animales, otros perros cercanos afectados, etc.). Cuando se trata de un único individuo afectado hay que descartar otras causas de tos o rinitis (cuerpos extraños, tumores, parásitos...). El análisis laboratorial se efectúa para determinar la etiología y la profilaxis específica. Entrevista a Rosario Bergamín, Nova Clínica Veterinarios ¿Cuándo vacunar? ¿Cuál es la frecuencia de presentación de tos de las perreras en la clínica? La traqueobronquitis infecciosa es una patología muy frecuente en el perro. Nosotros diagnosticamos en la clínica muchos casos a lo largo del año, sobre todo en primavera y otoño. Después de los periodos vacacionales, cuando los perros vuelven de las residencias también notamos una mayor incidencia. ¿Qué pauta vacunal siguen en su clínica, y cuál ha sido el resultado? Nosotros aplicamos la vacuna intranasal, cada seis meses, haciendo coincidir su administración con las épocas del año en las que observamos mayor incidencia de casos. Hemos observado, que el porcentaje de perros que estornuda durante unos días después de la aplicación de la vacuna intranasal es muy bajo, quizá mucho menos de lo que esperábamos según la bibliografía consultada. Sin embargo, hemos tenido algún caso de pacientes con colapso de tráquea en los que sí hemos observado una exacerbación importante de la sintomatología característica durante algunos días. Estamos satisfechos de haberla incluido en nuestros programas de salud pediátrica y geriátrica y hemos observado que los pacientes que habían padecido anteriormente cuadros de traqueobronquitis tienen una incidencia menor de dicha patología. Redacción de Argos Imágenes archivo Argos ¿Incluye la prevención frente a esta patología en sus planes vacunales? Recomiendo la vacunación específica frente a la traqueobronquitis en cachorros, especialmente si su programa vacunal coincide con las épocas del año de mayor incidencia. También en perros geriátricos y en todas las razas caninas con mayor predisposición a enfermedades cardiorespiratorias como los braquicéfalos y las razas enanas. Así como en animales que hayan padecido tos de las perreras en años anteriores y muy especialmente en aquéllos que vayan asiduamente a residencias o exposiciones caninas. Al ser una patología producida por diferentes agentes etiológicos, ¿considera usted que vacunar frente a moquillo o parainfluenza es suficiente protección? En mi experiencia clínica, la mayoría de los animales que diagnosticamos de traqueobronquitis a lo largo del año estaban anteriormente vacunados contra moquillo y parainfluenza, por lo cual no creo que dichas vacunas confieran una protección completa frente a tos de las perreras. Habitualmente es un proceso que cursa en animales jóvenes pero, ¿cuál es la casuística en animales adultos? Si bien es verdad que la incidencia en cachorros, sobre todo cuando proceden de tiendas o criaderos masificados es importante, creo que en la clínica vemos más casos de traqueobronquitis en animales adultos. Me gustaría destacar la importancia de realizar siempre un diagnóstico diferencial en los pacientes que acuden a la consulta con un cuadro de tipo respiratorio. Todos sabemos que en cachorros con traqueobronquitis severa, está presente muchas veces el virus del moquillo, a pesar de que en muchas ocasiones la serología y la presencia de antígenos en leucoconcentración, orina o mucosas sea dudosa. Por otra parte, en animales adultos, especialmente los geriátricos, es frecuente que una traqueobronquitis sea el primer síntoma de una insuficiencia cardiaca izquierda, que como todos sabemos cursa con tos irritativa por compresión bronquial. 5. Tratamiento 6. Profilaxis ¿Cuál es el tratamiento que suele administrar a los perros afectados? Reposo para evitar situaciones de estrés. No hospitalizar a los animales afectados por el peligro de contagio. En caso de tos persistente no productiva, se puede aplicar tratamiento paliativo: • Glucocorticoides (prednisolona) durante 3-4 días. • Antitusígenos de acción central (hidrocodona o butorfanol). Contraindicado en neumonía bacteriana. • Broncodilatadores (aminofibrina, sulfato de efedrina, teofilina). • Antibioterapia, sólo en etiología bacteriana o complicación con bronconeumonía: polimixina B, kanamicina y gentamicina (por aerosol), cloranfenicol, doxicilina, trimetoprim+sulfonamida, amoxicilina+ácido clavulánico. • Rehidratación para fluidificar las secreciones y favorecer la ventilación. Separar los enfermos de los sanos. Mejorar las condiciones ambientales, desinfectar periódicamente alternando productos (lejía, clorhexidina, cloruro de benzalconio). Intensificar la vacunación en animales con riesgo de infectarse o en control específico: • Vía intranasal: B. bronchiseptica avirulenta y virus de la parainfluenza vivo modificado. Estimula la producción de inmunoglobulinas A locales. Se puede utilizar en perras gestantes y en cachorros a partir de las tres semanas de vida. • Vía subcutánea: contra el moquillo canino, parainfluenza y adenovirus. El tratamiento que aplicamos en Nova Clínica depende de muchos factores como la edad del animal, la raza, la intensidad de los síntomas, el tipo de tos, la presencia de hipertermia, etc. Como todos sabemos, la traqueobronquitis suele ser un proceso autolimitante. Muchas veces evitando durante unos días el ejercicio, los cambios de temperatura y las situaciones de estrés y excitación se podría controlar el proceso. Sin embargo, los episodios de tos suelen resultar muy incómodos para el perro y sobre todo para el propietario, por ello solemos emplear algún antiinflamatorio, broncodilatadores y antitusígenos, siempre que la tos sea improductiva. Somos conscientes 56 de que el uso, tanto de AINE, como de corticoides es bastante discutido en esta patología pero creemos que en algunas ocasiones son necesarios para reducir la inflamación durante los primeros días. En los cachorros y animales jóvenes aplicamos un tratamiento algo más agresivo, sobre todo para evitar complicaciones como las bronconeumonías bacterianas y secuelas como cor pulmonale y valvulopatías. Solemos emplear amoxicilina-clavulánico o cefalosporinas. En cachorros de razas braquicéfalas utilizamos incluso quinolonas, ya que su uso en pediatría, controlando las dosis y sobre todo la duración del tratamiento, es desde nuestro punto de vista satisfactorio. 56