Procesal penal. Acusación, imputación y defensa

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SECCIÃ N III: LA ACUSACIÃ N, LA IMPUTACIÃ N Y LA DEFENSA
TEMA 8: LA ACUSACIÃ N Y LA IMPUTACIÃ N
1. LA ACUSACIÃ N
A. LA LLAMADA ACCIÃ N PENAL COMO PODER DE ACUSAR. LA ACUSACIÃ N.
El art. 100 LECrim dice que de todo delito y falta nace la acción penal para la persecución del culpable,
acusación que puede ser ejercitada por todos los ciudadanos (pues la acción penal es pública) y por el MF.
Por otro lado, el proceso se inicia a través de la querella (art. 270 LECrim) cuando se acepta la condición
de parte, o a través de la denuncia cuando no nos mostramos parte en el proceso.
De estos artÃ−culos parece desprenderse que los ciudadanos y el MF tienen la función de acusar. Ellos no
solicitan la imposición de la pena, sino que inician el procedimiento.
La pena no es titularidad de los ciudadanos, sino del Estado. El “ius puniendi” pertenece al Estado. El MF y
las partes inician el procedimiento, no piden una pena, sólo solicitan la iniciación de un proceso. Esta
acusación será la iniciación de un proceso y no el ejercicio de algún tipo de derecho, es el “ius ut
procedatur”, que imposibilita que se imponga una pena. Es decir, las partes solo tienen derecho a abrir un
proceso, no a imponer la pena.
Si seguimos la anterior filosofÃ−a hemos de distinguir entre proceso civil y penal, donde vemos que la
acusación es gradual.
PROCESO PENAL
FASE DE INSTRUCCIÃ N FASE INTERMEDIA FASE DE JUICIO ORAL
PROCESO CIVIL
FASE DE ALEGACIONES AUDIENCIA PREVIA JUICIO ORAL O VISTA
En el proceso civil el actor pide algo suyo. E el escrito de demanda solicita la pretensión.
En el proceso penal lo único que hacemos es iniciar el proceso, para que el juez investigue, para ver si a lo
largo del proceso penal podemos ir concretando una pretensión. Y, asÃ−, si se concreta que hay una
pretensión se realiza el “escrito de calificaciones”. Se concretará cuando en el juicio oral se realice la
prueba. Con la prueba las calificaciones ya son definitivas y la pretensión alcanza su máxima virtualidad.
B. EL PODER DE ACUSAR DEL MF. LA ACUSACIÃ N COMO FUNCIÃ N ESTATAL.
El art. 101 LECrim establece que la acción penal es pública, y que todos los ciudadanos españoles
podrán ejercerla con arreglo a las prescripciones de la ley. Esto da la posibilidad, en nuestro proceso, que
junto al MF exista el actor popular. Nuestro ordenamiento es de los pocos que conviven con estos dos actores.
El MF, conforme a lo que establece el art. 105 LECrim tiene la función de persecución de los delitos
públicos. Es un derecho- deber, una facultad para iniciar el proceso, ahora bien, esta actuación debe estar
sujeta al estricto cumplimiento del principio de legalidad, salvo, excepcionalmente, por supuestos que asÃ− lo
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prevean.
La idea principal aquÃ− es que la función del MF es la de iniciar el proceso. Puesto que sin partes no hay
proceso (nemo iudex sine actore), como se deja traslucir en los arts. 642 a 644 LECrim cuando todas las
partes renuncian al derecho:
ArtÃ−culo 642: “Cuando el Ministerio Fiscal pida el sobreseimiento de conformidad con lo dispuesto en los
artÃ−culos 637 y 641, y no se hubiere presentado en la causa querellante particular dispuesto a sostener la
acusación, podrá el Tribunal acordar que se haga saber la pretensión del Ministerio Fiscal a los
interesados en el ejercicio de la acción penal, para que dentro del término prudencial que se les señale
comparezcan a defender su acción si lo consideran oportuno.
Si no comparecieren en el término fijado, el Tribunal acordará el sobreseimiento solicitado por el
Ministerio Fiscal”.
ArtÃ−culo 643: “Cuando en el caso a que se refiere el artÃ−culo anterior fuere desconocido el paradero de
los interesados en el ejercicio de la acción penal, se les llamará por edictos que se publicarán a las
puertas del Tribunal mismo, en los periódicos de la localidad o en los de la capital de la provincia, y
podrán publicarse también en la Gaceta de Madrid.
Transcurrido el término del emplazamiento sin comparecer los interesados, se procederá como previene
el artÃ−culo anterior”.
ArtÃ−culo 644. “Cuando el Tribunal conceptúe improcedente la petición del Ministerio Fiscal relativa al
sobreseimiento y no hubiere querellante particular que sostenga la acción, antes de acceder al
sobreseimiento podrá determinar que se remita la causa al Fiscal de la Audiencia Territorial respectiva si
se sigue en una Audiencia de lo criminal, o al del Supremo si se sustancia ante una Audiencia Territorial,
para que, con conocimiento de su resultado resuelvan uno u otro funcionario si procede o no, sostener la
acusación. El Fiscal consultado pondrá la resolución en conocimiento del Tribunal consultante, con
devolución de la causa”.
C. EL DERECHO DE ACUSAR DE LOS CIUDADANOS. LA ACUSACIÃ N COMO DERECHO.
El hecho de que, efectivamente, el derecho de la tutela judicial efectiva esté reconocido por la
Constitución significa, según el TC, la posibilidad de acceder a la Administración de Justicia para ejercer
el derecho.
AsÃ−, el derecho a la acción es el derecho a acceder al proceso. Cualquier ciudadano, puede iniciar junto
con el MF la acción, haya sido o no perjudicado.
AsÃ−, la acción penal es pública, por lo que existe la figura del actor popular, aunque con restricciones,
recogidas por el art. 102 LECrim que establece que no podrán ejercitar la acción penal:
• El que no goce de la plenitud de los derechos civiles.
• El que hubiere sido condenado dos veces por sentencia firme como reo del delito de denuncia o querella
calumniosas.
• El Juez o Magistrado (el cual por el principio acusatorio no puede iniciar el proceso).
Además, también se recoge en la Ley la posibilidad de quedar exento de ejercicio penal cuando se cumple
lo dispuesto en el artÃ−culo 103 (Modificado por Ley Orgánica 14/1999) entre:
• Los cónyuges, a no ser por delito o falta cometidos por el uno contra la persona del otro o la de sus hijos y
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por el delito de bigamia.
• Los ascendientes, descendientes y hermanos por naturaleza, por la adopción o por afinidad a no ser por
delito o falta cometidos por los unos contra las personas de los otros.
Por último señalar que el actor popular solo podrá actuar en el caso de los delitos públicos, en ningún
caso en los privados, y si estamos ante un delito semi público, necesitaremos de la previa denuncia por el
agravio del perjudicado por el hecho.
D. LA RENUNCIA DEL DERECHO DE ACUSAR Y EL NO MANTENIMIENTO DE LA
ACUSACIÃ N.
Una vez puesto en conocimiento el hecho delictivo no podemos retirar nuestra acusación, en virtud del art.
106.1 LECrim: “La acción penal por delito o falta que dé lugar al procedimiento de oficio no se extingue
por la renuncia de la persona ofendida.” Esto es, en los delitos privados si se admitirá la renuncia. En los
públicos, aunque te apartes de la acusación, el proceso sigue porque lo seguirá sosteniendo el MF.
Pero el art. 106.2 LECrim establece “pero se extinguen por esta causa (la renuncia) las que nacen de delito o
falta que no puedan ser perseguidos sino a instancia de parte, y las civiles, cualquiera que sea el delito o
falta de que procedan.” Refiriéndose aquÃ− al hecho deque la denuncia no depende únicamente del
perjudicado, sino que también pertenece al MF y a la acusación popular.
La conclusión del artÃ−culo es que en los delitos públicos, y en los delitos semipúblicos- públicos la
renuncia no extingue el proceso. Como confirma a continuación el artÃ−culo 107 LECrim cuando establece
que “La renuncia de la acción civil o de la penal renunciable no perjudicará más que al renunciante;
pudiendo continuar el ejercicio de la penal en el estado en que se halle la causa, o ejercitarla nuevamente los
demás a quienes también correspondiere.” Pasando la parte renunciante en estos casos a poseer cualidad
de testigo.
2. LA IMPUTACIÃ N
A. EL RECONOCIMIENTO JUDICIAL DE LA ACUSACIÃ N: LA IMPUTACIÃ N.
La imputación es la atribución a una persona de la comisión de un hecho delictivo. La imputación en el
proceso penal también se gradúa porque a lo largo del proceso va tomando virtualidad, ya que según se
avanza en los medios de investigación van cobrando más fuerzas esas sospechas surgidas con la denuncia.
La imputación se va poniendo en evidencia a través de una serie de resoluciones judiciales que ponen de
manifiesto la certeza de la existencia del hecho delictivo.
AsÃ− el juez con el auto de admisión declara implÃ−citamente la existencia de un indicio de sospecha,
asÃ− como el auto de identidad que también nos traslada una mayor sospecha de esos indicios iniciales.
Es decir, si se da auto de apertura de juicio oral suponemos que el juez considera que existen indicios
racionales de criminalidad.
Sin embargo, los escritos de calificación tienen más bien consideración de acusación que de
imputación.
Luego, vemos que la existencia del hecho delictivo va teniendo visos de verosimilitud hasta que llegamos al
escrito de calificación donde pasamos a considerar al anteriormente imputado como acusado.
Los medios, llevados a cabo por el juez de instrucción, a través de los que se realiza la imputación son:
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• La admisión de la querella a trámite supone el primer trámite de imputación.
• La determinación subjetiva mediante reconocimiento en rueda.
• La detención, prisión o libertad provisional.
La imputación termina cuando existen medios suficientes para formular la acusación. Con la imputación
(es decir, con el auto de procesamiento) se concreta el hecho delictivo y la persona que se va a investigar pues
hasta ese momento la investigación se dirige contra todo y para todo.
B. EFECTOS DE LA IMPUTACIÃ N. REMISIÃ N.
Los efectos de la imputación son:
• El principal efecto es la certeza de que a alguien se le imputa la comisión de un hecho delictivo
determinado. Es beneficioso en el sentido de que nos va a facilitar la defensa (sabemos qué es lo que se
nos imputa y asÃ− podemos defendernos).
• Supone también la obligación de respetar el derecho a la defensa, que nacerá desde las primeras
diligencias policiales, es decir, su nacimiento es extrajudicial.
• Comunicación de la resolución judicial de imputación, aunque este auto de imputación es exclusivo de
los procedimientos ordinarios.
C. COMUNICACIÃ N DE LA RESOLUCIÃ N JUDICIAL DE IMPUTACIÃ N.
AsÃ−, cualquier resolución judicial que afecte al sujeto pasivo, que implique el reconocimiento de un hecho
deberá serle comunicado personalmente, dada la gran trascendencia de estos autos y resoluciones.
En el procedimiento ordinario hay una resolución judicial caracterÃ−stica, a través del cual se imputa el
hecho delictivo, es el auto de procesamiento, que como hemos señalado es exclusivo del procedimiento
ordinario. Viene regulado en el art. 384 LECrim que establece:
“Desde que resultare del sumario algún indicio racional de criminalidad contra determinada persona, se
dictará auto declarándola procesada y mandando que se entiendan con ella las diligencias en la forma y
del modo dispuesto en este TÃ−tulo y en los demás de esta Ley.
El procesado podrá, desde el momento de serlo, aconsejarse de Letrado, mientras no estuviere
incomunicado, y valerse de él, bien para instar la pronta terminación del sumario, bien para solicitar la
práctica de diligencias que le interesen, y para formular pretensiones que afecten a su situación. En el
primer caso podrá recurrir en queja a la Audiencia, y en los otros dos apelar para ante la misma si el Juez
instructor no accediere a sus deseos.
Estas apelaciones no serán admisibles más que en un solo efecto.
Para cumplir lo determinado en este artÃ−culo, el Juez instructor dispondrá que el procesado menor de
edad sea habilitado de Procurador y Abogado, a no ser que él mismo o su representante legal designen
personas que merezcan su confianza para dicha representación y defensa.
Contra los autos que dicten los Jueces de instrucción, decretando el procesamiento de alguna persona,
podrá utilizarse, por la representación de ésta, recurso de reforma dentro de los tres dÃ−as siguientes al
de haberlo sido notificada la resolución; y contra los autos denegatorios de la reforma podrá ser
interpuesto recurso de apelación en un efecto dentro de los cinco dÃ−as siguientes al de la notificación del
auto denegatorio a la representación recurrente. También podrá ser interpuesto el recurso de apelación
en un efecto subsidiariamente con el de reforma, en cuyo caso, el Juez instructor declarará admitido
aquél al denegar éste. Si se diera lugar a la reforma, quedando sin efecto los procesamientos antes
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acordados, se estará a lo preceptuado en el párrafo siguiente, en cuanto a la reproducción de la solicitud
del procesamiento ante la Audiencia.
Contra los autos denegatorios de procesamiento, sólo se concederá a quien haya solicitado éstos el
recurso de reforma utilizado dentro de los tres dÃ−as siguientes al de notificación. Contra los autos
denegatorios de la reforma asÃ− pretendida, no se podrá utilizar recurso de apelación ni ningún otro
recurso; pero podrá reproducirse ante la Audiencia correspondiente la petición de procesamiento
formulada por la parte a quien le haya sido denegada, cuando personada ante dicho Tribunal, si hace uso de
tal derecho, evacúe el traslado a que se refiere el artÃ−culo 627 de esta misma Ley, precisamente dentro del
término por el cual le haya sido conferido dicho traslado. El Tribunal, en tales casos, al dictar el auto que
ordena el artÃ−culo 630, resolverá fundadamente lo que proceda; y sin que pueda dejar al criterio del
instructor la resolución, cuando estime procedentes las declaraciones de procesamiento solicitadas,
mandará al Juez instructor que las haga. Los procesados a quienes estas resoluciones del Instructor se
refieran podrán utilizar directamente el recurso de apelación en un efecto, sin necesidad de que utilicen
previamente el de reforma.
Cuando la resolución del recurso de reforma interpuesto contra un auto denegatorio de procesamiento sea
favorable al recurrente, y por tanto, se acuerde el procesamiento primeramente solicitado contra la
resolución en que asÃ− se declara, podrán las representaciones de los procesados a quienes afecte utilizar
los mismos recursos de reforma y apelación otorgados a los procesados directamente en este mismo
artÃ−culo.
ArtÃ−culo 384 bis. Modificado por la Ley Orgánica 4/1988
Firme un auto de procesamiento y decretada la prisión provisional por delito cometido por persona
integrada o relacionada con bandas armadas o individuos terroristas o rebeldes, el procesado que estuviere
ostentando función o cargo público quedará automáticamente suspendido en el ejercicio del mismo,
mientras dure la situación de prisión.”
AsÃ− tenemos el auto formal de imputación, que sólo existirá en el procedimiento ordinario y no en el
procedimiento abreviado al considerar el legislador que, dado que se dicta en la fase de instrucción, se da
como un estigma sobre el imputado, que en estos supuestos el legislador quiso evitar (sin embargo, no
eliminó la prisión preventiva). Esto ha supuesto un inconveniente, pues en estos procesos no podemos
determinar cuando el juez exterioriza la idea de imputar con exactitud. Esto implica un esfuerzo interpretativo
para ver la intención del juez.
Tema 8 PP
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