2 EL PAÍS, lunes 31 de octubre de 2011 INTERNACIONAL La fiebre de los cultivos perturba África La carrera internacional para explotar tierras fértiles en el continente amenaza el equilibrio en el reparto del agua y espolea protestas de comunidades campesinas ANDREA RIZZI Madrid Precio de los alimentos e inversión en tierras africanas PRECIO DE LOS ALIMENTOS La pugna por el acceso al petróleo, al gas y a los minerales es una fuerza subterránea que ha contribuido significativamente a plasmar el mundo moderno. En el siglo XXI, se hace cada vez más evidente que, para comprender las relaciones internacionales, a esos factores habrá que añadir otro: el acceso a tierras fértiles. La carrera por el control de superficies cultivables está en pleno desarrollo. La poderosa subida de los precios de los alimentos ocurrida en 2007-2008 impulsó el fenómeno. Muchos Gobiernos de países dependientes de las importaciones de alimentos se convencieron de la necesidad de reducir su vulnerabilidad comprando o alquilando tierra en otros países. En 2011, tras un par de años de relativa calma, los precios han estado constantemente por encima del pico de 2008, según el índice elaborado por la Organización para los Alimentos y la Agricultura de la ONU (FAO, por sus siglas en inglés). La fiebre de los cultivos sigue ardiendo y, según vaticinan los expertos, no hay visos de que vaya a remitir a corto y medio plazo. África es el principal escenario de la carrera. La falta de transparencia de muchos acuerdos y la ausencia de fiables registros públicos en varios países impide perfilar estadísticas exhaustivas a escala global acerca del fenómeno. Pero los datos disponibles indican que este es de amplísimas TIERRA COMPRADA O ALQUILADA POR EXTRANJEROS 100 hectáreas = 1 km2 Base 100= periodo 2002-2004 MALÍ 400 Sep. 2011 Azúcar 379,0 350 SUDÁN * 372.000 hectáreas propiedad de inversores extranjeros, un 286% más que en 2009. 872.000 Ha. ETIOPÍA * 607.000 Ha. 300 Cereales 245,1 General 225,0 250 200 LIBERIA * 1.490.000 Ha. Carne 175,2 150 MOZAMBIQUE * 1.255.000 Ha 100 MADAGASCAR * Datos correspondientes al periodo 2004-2009. 50 Intento de Daewoo para comprar 1.300.000 Ha. PRINCIPALES INVERSORES 0 1990 1995 2000 2005 2010 China India Emiratos Árabes Unidos EL PAÍS Fuente: FAO, Banco Mundial y elaboración propia. proporciones, con contratos que cubren extensiones de miles de kilómetros cuadrados. Tan solo en Etiopía, Mozambique, Sudán y Liberia, unos 43.000 kilómetros cuadrados fueron vendidos o arrendados a inversores extranjeros entre 2004 y 2009, según datos oficiales recopilados por el Banco Mundial. Se trata de una superficie equivalente al territo- Corea Arabia Catar del Sur Saudí rio de Suiza. Si se tiene en cuenta que son muchos los países que —en África, pero también en otros continentes— viven experiencias similares, la magnitud del asunto es evidente. El incremento de la población mundial, la dieta más rica de millones de personas en países emergentes y la creciente cantidad de cultivos destinados a bio- combustibles explican la subida del precio de los alimentos y, en gran parte, la consiguiente búsqueda de tierras. Más allá de su dimensión económico-social, este empuje tiene implicaciones geopolíticas. Una de ellas es el control del agua. “Estas grandes inversiones se sitúan en zonas con un acceso estratégico al agua”, comenta en conversación telefónica Michael Taylor, analista del International Land Coalition, una ONG que sigue de cerca el fenómeno. “Por ejemplo, varios países de las cuencas del Nilo y del Níger son grandes receptores de este flujo de inversiones. Muchos de los contratos firmados en estos países no regulan claramente la cuestión del uso del agua. La utilización del caudal del Nilo ya es motivo de tensión entre Egipto y otras naciones de la cuenca. Cuando todos estos proyectos estén en pleno funcionamiento, son de esperar crecientes extracciones de agua. Hay un alto potencial para que se generen conflictos”. Unos 200 millones de personas vivían en la cuenca del Nilo en 2005, y la ONU estima que serán 330 millones en 2030. Malí, uno de los países por los que pasa el río Níger, vendió o alquiló unos 2.400 kilómetros cuadrados de tierra a extranjeros tan solo en 2010, según datos recopilados por el Oakland Institute. Más de 100 millones de personas viven en la cuenca del Níger. Países que sufren escasez de agua —como Arabia Saudí, Catar o los Emiratos Árabes Unidos— figuran entre los mayores protagonistas de la carrera por la tierra. “Pero también hay otras clases de inversores: países como China o India, que tienen agua para cultivar pero temen que en el futuro su sector agrícola sea incapaz de abastecer a sus grandes poblaciones; y empresas de países occidentales, que quieren tierra para cultivar biocombusti- 3 EL PAÍS, lunes 31 de octubre de 2011 INTERNACIONAL ducción de esos terrenos daña países con mercados alimentarios muy precarios. Varias ONG han denunciado en los últimos años numerosos atropellos a los derechos de las comunidades locales. Para reducir esos riesgos, el Comité sobre la Seguridad Alimentaria (CSA) está impulsando un código voluntario de conducta internacional. El comité celebró una sesión en Roma del 17 al 22 de octubre, pero no logró terminar las negociaciones. Olivier de Schutter, relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación, alertó de que “está en marcha una carrera entre los inversores [que quieren obtener más terrenos] y la comunidad internacional, que quiere regular este proceso para evitar que tenga consecuencias pavorosas”. Crece en varios países la frustración de agricultores y pastores expropiados La pugna por el agua está detrás de muchas de las compras de tierra Cosechadoras en una plantación de soja en Zambia. / ian murphy (getty) bles, o simplemente vender más en el mercado internacional”, observa Taylor. No faltan tampoco inversores que simplemente buscan refugio de las turbulencias del mercado financiero. La pugna del agua no es la única evidente consecuencia geoestratégica en este fenómeno. También tiene un potencial desestabilizador en la política de Estados en los que la tierra es una cuestión vital, el medio de subsistencia directa de grandes porcentajes de la población. Madagascar es un caso premonitorio de lo que puede ocurrir. En 2009, el rechazo a un proyecto para conceder a la em- presa surcoreana Daewoo la explotación de una superficie de 13.000 kilómetros cuadrados —aproximadamente la mitad de Bélgica— fue el catalizador de un profundo malestar social que estalló con unos tremendos disturbios que dejaron decenas de muertos. El Gobierno que asumió el poder tras los desórdenes tumbó inmediatamente el proyecto. La frustración de campesinos o pastores expropiados o despojados del derecho de acceso a las tierras ha creado ya tensiones en otros países. Los defensores de esta clase de proyectos alegan que las inversiones permiten crear nuevas infraestructuras, puestos de trabajo y una mejora de la productividad agrícola. Los detractores alertan de que, en la mayor parte de los casos, suponen el desalojo de comunidades enteras, que la creación de puestos de trabajo es muy inferior al número de personas que han perdido su medio de vida, que la exportación de la pro- “La atmósfera en la negociación es constructiva”, señala en conversación telefónica Duncan Pruett, consultor de Oxfam que asistió a la sesión del CSA. “El problema es que incluso si se llegara a un acuerdo en los próximos meses, ese código voluntario no tocaría en todo caso los factores que impulsan el fenómeno”. Esos siguen ahí. “Nuestros análisis sugieren que nos espera una fase de volatilidad del mercado de alimentos”, explica George Rapsomanikis, economista de la FAO. “Además, varios casos de restricciones a las exportaciones —como las de India y Vietnam sobre el arroz en 2008, y la de Rusia sobre cereales en 2010-2011— parecen haber reforzado el deseo de autosuficiencia. Hemos pasado de una era en la que se impulsaba un mercado abierto, a otra en la que cada uno quiere protegerse”. Históricamente, actitudes semejantes han terminado a menudo causando graves tormentas en las relaciones internacionales. DAVID ANDERSON Profesor de Estudios Africanos de Oxford “Este fenómeno tiene un potencial conflictivo” A. RIZZI Madrid “África está siendo explotada otra vez. Sus tierras son la solución barata para los problemas de otros. Y es una situación con un potencial conflictivo”. Esta es la radiografía del gran acaparamiento de terrenos de cultivo en el continente africano por parte de inversores extranjeros que hace David Anderson, profesor del Centro de Estudios Africanos de la Universidad de Oxford, en una entrevista telefónica desde Reino Unido. Pregunta. ¿El arrendamiento de estas grandes superficies para cultivos puede dinamitar los equilibrios de reparto del agua? Respuesta. La cuestión del agua es central en toda esta historia. Gran parte de estos proyectos solo son viables si la tierra puede ser bien regada. Lo que me preocupa es que ninguno de los Gobiernos en cuestión está desarrollando adecuados estudios hidrológicos del impacto del arrendamiento de estas enormes superficies. Pese a que hay acuerdos internacionales sobre el uso del agua, los Gobiernos están actuando sin cuidado. En parte es porque creen que no todos los proyectos se desarrollarán realmente. Pero la falta de planificación, coordinación y análisis de las consecuencias es inquietante. P. ¿Cree que este fenómeno puede alimentar disturbios? R. Sí. Especialmente en el este de África. El agua ya es a menudo una causa de conflictos. Y a medida que se haga más escasa, inevitablemente se agudizarán las fricciones. En casos como estos, además, cuando lo que puede causar desabastecimiento es la introducción de proyectos con capital extranjero, es fácil para la gente local ver la David Anderson. intervención extranjera como el enemigo y considerar que el Gobierno local ha sido cómplice de esa situación. Entonces creo que este fenómeno tiene el potencial para ser conflictivo. En partes de Uganda y Etiopía, poblaciones locales ya han avisado de que si hay desabastecimiento de agua, lucharán. Pero los Gobiernos que están desarrollando estos proyectos tienen una visión muy autoritaria de la cuestión. Piensan que podrán sencillamente acallar estas protestas enviando el Ejército. P. ¿Piensa que el fenómeno se acentuará en el futuro? R. Es difícil hacer predicciones porque no hay datos fiables. Creo que los Gobiernos en cuestión han deliberadamente enmascarado algunas de las actividades. Es importante fijarse en el precio de los alimentos, que es uno de los mayores factores que han causado lo que está ocurriendo. Esto es una respuesta a la crisis global, en la que estas tierras africanas aparecen como una solución barata para los problemas de otros. África se convierte en el lugar en el que otras partes del mundo pueden producir de manera más barata lo que necesitan. África es explotada otra vez.