1 Factores predictores del riesgo en los agresores violentos encarcelados Factors imprisoned violent aggressors risk predictors Laura Navarro Serra (Centro Penitenciario de Jóvenes, España) y Xavier Carbonell (Universidad Ramon LLull, España) Correspondencia: Xavier Carbonell. Facultad de Psicología, Ciencias de la Educación y el Deporte Blanquerna. Universidad Ramon Llull.c. Císter 34. 08022 Barcelona (España). [email protected]; 2 Factores predictores del riesgo en los agresores violentos encarcelados RESUMEN. La finalidad de este estudio cuasi-experimental fue fue identificar los factores de riesgo para la reincidencia en los delitos violentos, sexuales y delitos de violencia doméstica y evaluar la eficacia del tratamiento. Se seleccionó una muestra de 120 internos del Centre Penitenciari Ponent condenados por delitos violentos, sexuales y de violencia doméstica que obtuvieron la libertad entre los años 2001 y 2006; el período de seguimiento osciló entre 3 y 8 años. Se analizaron veintisiete variables agrupadas en factores de riesgo y la reincidencia. Los datos se obtuvieron de la administración del HCR-20, de la SVR-20, de la S.A.R.A., de la PCL-R, del IPDE y del MMPI-2 y de las bases de datos del Departamento de justicia de Cataluña. Los internos con trastorno mental reincidieron más en delitos sexuales y de violencia doméstica y aquellos con trastornos de personalidad reincidieron más en delitos violentos. Una puntuación elevada en HCR-20, SVR-20, S.A.R.A. y PCL-R incrementó el riesgo de reincidencia. Al contrario, superar el tratamiento reduce la reincidencia pero presentar trastornos mentales, trastornos de personalidad, toxicomanías y puntuar alto en el HCR-20 y en la PCL-R dificultaron superar el tratamiento. A mayor período de seguimiento menor capacidad predictiva de los instrumentos de evaluación del riesgo y del tratamiento. PALABRAS CLAVE. Factores de riesgo; prisiones; reincidencia violenta; estudio ex post facto prospectivo factorial Palabras clave: factores de riesgo 3 SUMMARY. The purpose of this quasi-experimental study was to identify the risk factors favouring the violence of a group of 120 violent agressors imprisoned in catalan prisons. The sample was selected by sampling not probabilistic among inmates convicted of violent, sexual crimes and domestic violence which had left prison between 1998 and 2001; the follow-up period was between 3 and 8 years. It analyzed 27 variables grouped into risk factors and the recidivism. This data were extracted most of the administration of the HCR-20, SVR-20, S.A.R.A., PCL-R, IPDE, MMPI-2 and implementation of specific treatments. According to the results, inmates with mental disorder have more offence in sexual offences and domestic violence, those with personality disorders have offence more in violent crimes and a score high in HCR-20, SVR-20, S.A.R.A. and PCL-R has increased recidivism. Also, to overcome the treatment reduces recidivism and the personality disorders together with a score high in the HCR-20 and PCL-R make it difficults to overcome the treatment. And a greater follow-up period reduces the predictive capacity of prediction protocols. Keywords: Risk factors, 4 Factores predictores del riesgo en los agresores violentos encarcelados La violencia es una problemática de gran relevancia social que inquieta a ciudadanos y a poderes públicos. Ante la creciente alarma social, la comunidad científica y los responsables institucionales han aumentado su interés por el estudio de los agresores y por buscar medios para prevenir los comportamientos violentos (Martínez, Pérez y López, 2008). La investigación criminológica proporciona información sobre las variables individuales y ambientales relacionadas con cometer delitos violentos (Pueyo y Redondo, 2001; Torrubia, 2004): iniciar la carrera delictiva a una edad precoz (entre los 10 y 12 años), problemas de conducta en la infancia (antes de los 13 años), delincuencia paterna, padecer abusos físicos por parte de familiares, vinculación con grupo de iguales antisociales, distorsiones cognitivas minimizadoras de su responsabilidad y escaso control de la ira. Las variables de riesgo con un peso específico en la violencia sexual son la historia de delitos sexuales a una edad precoz, victimas niños, parafilias antes de los 18 años y abusos sexuales en la infancia (Soler y García, 2007). En relación al perfil del agresor doméstico, la literatura criminológica de las últimas tres décadas (Fernández y Echebúrua, 2005; Martínez, Pérez y López, 2008; Pueyo, 2005) refieren que las principales características del agresor doméstico son: ser víctima de violencia por parte de sus educadores durante la infancia, tener valores culturales patriarcales que favorecen el maltrato a la mujer como forma de mantener el orden familiar, presentar abuso de alcohol y trastornos de personalidad (sobre todo, paranoide, límite y narcisista). Afortunadamente, según los datos de la memoria del Departamento de Justicia de Cataluña del año 2008 las tasas de comisión y de reincidencia en la tipología de delitos violentos son bajas, especialmente si se les compara con la reincidencia de los delincuentes en general. En concreto, la tasa de comisión de delitos violentos es aproximadamente del 31%, la de comisión de delitos contra la propiedad es del 30% y para el resto de tipologías delictivas se aproxima al 40% (Capdevila y Ferrer, 2008). Hanson y Bussière (1998) y Hanson y Morton-Bourgon (2004) revisaron la literatura con la finalidad de detectar las características que diferencian a las personas reincidentes y mejorar la evaluación del riesgo. La principal conclusión de estas revisiones fue que la 5 reincidencia sexual y la reincidencia general no tienen la misma configuración de factores de riesgo. En la reincidencia sexual, los marcadores de riesgo de primer orden son una orientación sexual desviada, destacando el interés por los niños y la carrera delictiva sexual. En la reincidencia general, tienen mayor importancia aquellos factores vinculados con el estilo de vida criminal y la historia delictiva previa (Luque, Ferrer y Capdevila, 2004). El potencial de violencia que ha sido atribuido a las personas con trastorno mental ha causado una considerable controversia durante las últimas décadas. Wallace, Mullen, Burguess (1998) encontraron que los niveles de violencia son superiores entre pacientes con trastorno de la personalidad que con un trastorno mental como la esquizofrenia, en concreto en muestras de homicidas la prevalencia encontrada del trastorno mental osciló entre el 5% y el 9% (Echeburúa y Fernández-Montalvo, 2009). En el grupo de agresores violentos y sexuales psicópatas suelen encontrarse los asesinos y violadores en serie (cuatro o más víctimas) que agreden buscando excitación y sentirse con poder. Además, Ogloff, Wong y Greenwood (1990) y Garrido (2003) encontraron que los psicópatas (puntuaciones superiores a 30 en la PCL-R) no pueden aprovechar los tratamientos para los delincuentes violentos (Garrido, 2003). En los centros penitenciarios de Cataluña se han diseñado programas de tratamiento específico para tratar las diferentes problemáticas de los internos relacionados con su etiología delictiva. Desde los años noventa se lleva a cabo un programa de tratamiento específico para las toxicomanías y el alcoholismo, desde el año 1996 se desarrolla un tratamiento específico para los internos que están cumpliendo condena por un delito de tipología violento y sexual y desde el año 2004 se realiza una intervención especializada para los internos que han cometido uno o más delitos de violencia doméstica. El objetivo principal de estos programas es reducir la probabilidad de reincidencia de estos internos cuando se encuentran en libertad con resultados esperanzadores (Pérez, Martínez y Redondo, 2007). Estos programas se basan en el modelo cognitivo conductual de Laws (1989) desarrollado en Canadá y Estados Unidos. Originariamente concebido para el tratamiento de las adicciones, este modelo se basa en la idea que los delincuentes reinciden porque no son capaces de detectar ni afrontar las situaciones de alto riesgo (Ross, 1999) y ha demostrado que disminuye la probabilidad de reincidencia (Pueyo y Redondo, 2001). 6 Los tratamientos específicos relacionados con la tipología delictiva son el Programa para los delitos violentos (DEVI), el Programa para los delitos sexuales (SAC), el Programa para los delitos de violencia doméstica (VIDO) y el Programa de Toxicomanías y del Alcoholismo. Todos ellos mantienen la misma estructura y trabajan los mismos contenidos, no obstante en cada programa se practican estrategias y habilidades para superar las deficiencias particulares asociadas a cada tipo de delito o problemática. Los cuatro tratamientos específicos se estructuran en tres niveles, el motivacional, el intensivo y la intervención externa (Secretaría de Servicios Penitenciarios, Rehabilitación y Justicia Juvenil, 1990; 1996; 1996; 2004). El primer nivel es el Motivacional que tiene como objetivo impulsar la motivación del interno para participar en el programa de tratamiento específico. Se interviene grupal e individualmente; el psicólogo ha de provocar un cambio en el estadio motivacional y se trabaja bajo las premisas de la entrevista motivacional. En el nivel de intervención Intensivo las sesiones son siempre en grupo, dos horas diarias durante aproximadamente un año. Constan de una presentación teórica introducidas a través de ejemplos que preferentemente formen parte de la experiencia de los sujetos, discusiones en grupo, ejercicios verbales y escritos, junto con escenificaciones de situaciones (role playing). El nivel Intensivo combina diversas técnicas cognitivo conductuales, adaptadas por Garrido y Beneyto (citado por Garrido, 2003), las cuales permiten mejorar variables que se encuentran implicadas en la génesis de la agresión: la consciencia emocional (identificar la ira y aumentar el autocontrol), empatía con el sufrimiento de la víctima, las distorsiones cognitivas, los mecanismos de defensa (asumir su responsabilidad en el delito) y la prevención de recaídas (entrenar a los internos para que anticipen las situaciones de riesgo y las afronten adecuadamente). Una vez superados los primeros meses de inclusión en el programa comienzan los contactos con el medio externo, de manera progresiva: salidas programadas a partir de los 3 o 4 meses, permisos ordinarios, tercer grado, sección abierta y la libertad condicional. Y el nivel de Intervención Externa se concibe como una continuación y soporte al programa de tratamiento, para conseguir los objetivos de prevenir y evitar las recaídas de los internos o de los ya excarcelados. 7 Teniendo en cuenta la alarma social que generan los delitos violentos y la importancia de poder prevenirlos, nos preguntamos ¿Qué variables predicen mejor la reincidencia violenta? En consecuencia, la finalidad de este estudio fue identificar los factores de riesgo para la reincidencia en los delitos violentos, sexuales y delitos de violencia doméstica y evaluar la eficacia del tratamiento. En concreto, se comprobaron las siguientes once hipótesis nulas: - Hipótesis 1: La presencia de trastornos mentales repercute en una mayor reincidencia delictiva de los internos que han cometido delitos violentos, sexuales y de violencia doméstica. - Hipótesis 2: La presencia de trastornos de la personalidad incrementa la reincidencia delictiva de los internos que han cometido delitos violentos, sexuales y de violencia doméstica. - Hipótesis 3: Una puntuación de alto riesgo en el HCR-20 aumenta el riesgo de reincidencia en la comisión de delitos violentos. - Hipótesis 4: Una puntuación de alto riesgo en el SVR-20 incrementa el riesgo de reincidencia en los delitos de violencia sexual. - Hipótesis 5: Una puntuación de alto riesgo en la SARA predice un mayor riesgo de reincidencia en la comisión de delitos de violencia doméstica. - Hipótesis 6: Una puntuación elevada en la PCL-R aumenta la reincidencia por nuevo delito violento, sexual y de violencia doméstica. - Hipótesis 7: Puntuar sólo en el factor 2 o en los factores 1 y 2 como predominantes en la PCL-R incrementa la reincidencia en delitos violentos, sexuales y de violencia doméstica. - Hipótesis 8: Superar el tratamiento específico (DEVI y/o SAC y/o VIDO y/o toxicomanías y/o alcoholismo) realizado en CP Ponent disminuye el riesgo de reincidencia en delitos violentos, de violencia sexual y de violencia doméstica. - Hipótesis 9: La presencia de trastornos mentales, de trastornos de personalidad, de toxicomanías y de psicopatía dificultan la superación del tratamiento específico (DEVI, SAC, VIDO y Toxicomanías) llevado a cabo en CP Ponent. - Hipótesis 10: Una puntuación de alto riesgo en el HCR-20, en el SVR-20, en la SARA y en la PCL-R dificultan superar el tratamiento específico de la etiología delictiva. 8 - Hipótesis 11: La puntuación en el HCR-20, en el SVR-20 y en la S.A.R.A se reduce después de haber superado el tratamiento relacionado con la etiología delictiva. - Hipótesis 12: Un mayor período de seguimiento incrementa la reincidencia en los delitos violentos, sexuales y de violencia doméstica. Método Participantes La muestra la constituyeron 120 internos que cumplían condena en el Centro Penitenciari Ponent por un delito o más de agresión sexual, violación, homicidio, asesinato y violencia doméstica. Para su selección se utilizó el muestreo por conglomerados con dos fases. En una primera fase se seleccionaron los tres grupos establecidos por tipología delictiva: delitos violentos generales, delitos de violencia sexual y delitos de violencia doméstica. En una segunda fase, se seleccionaron cuarenta internos de cada uno de los tres grupos en tratamiento específico por la tipología delictiva: 40 internos que habían cometido delitos contra la libertad sexual, 40 internos que habían cometido delitos contra el derecho a la vida y 40 internos que habían cometido delitos de violencia doméstica. Todos obtuvieron la libertad definitiva o condicional entre el año 2001 y el 2006 y firmaron su consentimiento para participar en el estudio. Se excluyeron los internos: a) que realizaron el tratamiento en otro centro penitenciario; b) los extranjeros que tenían dificultades para entender las preguntas; c) los tratados por un miembro del equipo investigador; d) los que tenían una inteligencia por debajo de la norma poblacional evaluado por el Test de Inteligencia No Verbal (TONI-2) y los que cometieron delitos de corrupción de menores porque son actividades que implican a menores en la prostitución o en la pornografía, pero no suponen, necesariamente, un contacto sexual entre el agresor y la víctima. Esta muestra se considera representativa de los internos de la población penitenciaria catalana condenada por delitos violentos ya que las características de la muestra son similares a las de la población penitenciaria catalana (Soler y García, 2007). 9 Instrumentos Los datos se obtuvieron de las siguientes fuentes: 1. Sistema Informático Penitenciario Catalán (SIPC) que recoge una gran variedad de datos identificativos, penales y penitenciarios de todas las personas que están o han estado en alguno de los centros penitenciarios de Cataluña. 2. Expedientes de clasificación de la Secretaría de Servicios Penitenciarios, Rehabilitación y de Justicia Juvenil. En estos expedientes se archivan todos los informes que realizan los equipos técnicos de los centros penitenciarios, principalmente a efectos de clasificación, permisos y de la variable tratamiento específico y si el interno lo ha superado o no. 3. Los archivos de los programas de tratamiento del C P Ponent para conocer la variable presencia de toxicomanías y/o el alcoholismo. 4. Guías y protocolos de predicción de la violencia. 4.1. HCR-20 (History, Clinical and Risk- 20: Assessing Risk for Violence)(Webster, Douglas, Eaves i Hart, 1997, adaptada al español por Hilterman y Pueyo). Evalúa el riesgo de futuras conductas violentas basándose en informaciones recogidas a tres niveles: histórico-biográfico, clínicas y de gestión del riesgo. 4.2. SVR-20 (Sexual Violence Risk Assessment 20) (Boer, Hart, Kropp i Webster, 1997) es una guía de valoración (con formato de lista de revisión de 20 ítems) de factores de riesgo de la violencia sexual futura que han estado contrastados a nivel de su eficacia predictiva. 4.3. SARA (Spouse Assault Risk Assessment)(Kropp, Hart, Webster i Eaves, 1995) es un instrumento utilizado en el contexto penal de la violencia de género teniendo en cuenta que está diseñada para valorar el riesgo de violencia entre miembros de una pareja sentimental (actual o pasada). Actualmente, es el instrumento más preciso en la predicción del riesgo de violencia doméstica según diversos estudios empíricos que han demostrado su capacidad predictiva. 4.4. PCL-R (Psychopathy Checklist-Revised) de Hare (1991) se utiliza para diagnosticar la presencia de psicopatía o de rasgos psicopáticos. Por tanto, a pesar de que recoge algunos ítems de violencia no es un instrumento ideado específicamente para la predicción de la conducta violenta. De todas formas, está ampliamente demostrado la utilidad del diagnóstico de psicopatía para la predicción de la conducta violenta y la toma de decisiones en los ámbitos judiciales y penitenciarios (Arbach y Pueyo, 2007). 10 4.5. IPDE (International Personality Disorders Exam) conocido en Cataluña como el Examen Internacional de los Trastornos de Personalidad. Elaborado por la OMS, presenta un formato de entrevista semi-estructurada con 99 ítems para evaluar criterios diagnósticos de los trastornos de personalidad descritos en el CIE-10. La entrevista IPDE a partir del PDE de Loranger (1999) es en la actualidad el instrumento más desarrollado y utilizado. Existe una versión española llevada a cabo por López-Ibor, Pérez y Rubio. 4.6. MMPI-2 (Inventario Multifásico de Personalidad Minnesota-2) es una versión actualizada y revisada del MMPI llevada a cabo por Butcher, Dahlstrom, Graham, Tellegen i Kaemmer (1989). Es uno de los instrumentos más utilizados para evaluar la personalidad. Son preguntas sencillas para ser contestadas con Verdadero o Falso y proporciona una gran riqueza sobre la estructura de la personalidad y los posibles trastornos (Martina, 1999). Variables Se analizaron veinte y siete variables agrupadas en dos categorías: - Variables explicativas: Las veinticuatro variables se seleccionaron a partir de aquellos factores que, según la literatura, afectan al riesgo de reincidencia de los delincuentes violentos, de violencia sexual y de violencia doméstica: edad, presencia de trastornos mentales y de trastornos de la personalidad, el nivel de riesgo de reincidir en delitos violentos mediante la puntuación obtenida en el HCR-20 antes y después de realizar el tratamiento específico DEVI, el nivel de riesgo de reincidir en delitos contra la libertad sexual mediante la puntuación obtenida en la SVR-20 antes y después de realizar el tratamientos SAC, el nivel de riesgo de reincidir en delitos de violencia doméstica mediante la puntuación obtenida en el SARA antes y después de realizar el tratamiento VIDO, presencia de psicopatía mediante la puntuación obtenida en la PCL-R, factores predominantes en la PCL-R, las toxicomanías, tipo de actividad delictiva, el número total de delitos cometidos, el número de delitos diferentes, el número de delitos violentos, el número de delitos sexuales, el número de delitos de violencia doméstica, tipo de tratamiento específico realizado para cada tipología delictiva ( DEVI, SAC y VIDO) y las problemáticas relacionadas con la etiología delictiva (Programa de Intervención en toxicomanías y en el alcoholismo), haber 11 superado o no el tratamiento específico realizado, edad del primer delito y el período de seguimiento. - Variables explicadas: Este estudio ha tenido considerado tres variables de reincidencia: reingreso en prisión por nuevo delito violento, reingreso en prisión por nuevo delito sexual y reingreso en prisión por nuevo delito de violencia doméstica. La literatura especializada pone de manifiesto que existen diferencias en relación a los factores de riesgo que predicen la reincidencia en delitos de tipología violenta, sexual y de violencia doméstica. Procedimiento La recogida de datos se inició en enero del 2006 y finalizó en febrero del 2009. El período para la selección de los casos duró prácticamente tres años. El período de seguimiento varía entre los tres y los ocho años. El período de seguimiento osciló entre los tres años y los ocho años. Análisis de los datos Los datos se analizaron mediante el programa estadístico SPSS para Windows … las pruebas estadísticas utilizadas fueron la Chi-cuadrado para … y la T de student para … El error estándar asumido en este estudio para verificar las hipótesis nulas fue del 5%. Análisis de los datos Los datos se analizaron mediante el programa estadístico SPSS 14.0 para Windows. Las pruebas estadísticas utilizadas fueron la Chi-cuadrado y la T de Student. La Chi- Cuadrado se realizo para conocer si: - Los trastornos mentales y los trastornos de personalidad aumentan la probabilidad de reingresar a prisión por nuevo delito violento, sexual y de violencia doméstica. - La predominancia del factor 1 o del factor 2 o de los dos factores incrementan la probabilidad de reincidir en delitos violentos, sexuales y de violencia doméstica. 12 - La superación del tratamiento específico (SAC y/o DEVI y/o VIDO y/o toxicomanías y/o el alcoholismo) reduce el riesgo de reincidencia en los internos que se encuentran presos por la comisión de delitos violentos, sexuales y de violencia doméstica. - Si la presencia de toxicomanías, de trastornos mentales y de trastornos de personalidad dificultan la superación del tratamiento específico para la actividad delictiva (SAC, DEVI, VIDO, toxicomanías y alcoholismo). Y la T de student para muestras independientes se llevo a cabo con el fin de saber si existen diferencias de medianas entre las siguientes variables: - Si una puntuación de alto riesgo en el HCR-20 intensificará el riesgo de reincidencia en la comisión de delitos violentos. - Si una puntuación de alto riesgo en el SVR-20 aumentará el riesgo de reincidencia en la comisión de delitos sexuales. - Si una puntuación de alto riesgo en la SARA crecerá el riesgo de reincidencia en la comisión de delitos de violencia doméstica. - Si una puntuación de alto riesgo en la PCL-R acentuará el riesgo de reincidencia en la comisión de delitos violentos, sexuales y de violencia doméstica. - Si una puntuación de alto riesgo en el HCR-20, en el SVR-20, en la SARA y en la PCL-R disminuye las posibilidades de superar el tratamiento específico para la actividad delictiva y problemáticas relacionadas con la etiología delictiva. - Si un mayor período de seguimiento posterior a haber salido de la prisión incrementará la reincidencia en los delitos violentos, sexuales y de violencia doméstica. La prueba T de Student se ha utilizado para muestras relacionadas con el objetivo de saber si existen diferencias entre las medianas de las siguientes variables: - Si la puntuación en el HCR-20, en el SVR-20 y en la SARA se reducirá después de haber superado el tratamiento relacionado con la etiología delictiva. 13 El error estándar asumido en este estudio para verificar las hipótesis nulas fue entre 0,1%, 1% y 5%. 14 Resultados Descripción de la muestra La edad media de los agresores violentos fue de 33 años, de los agresores sexuales de 36 años y de los agresores de violencia doméstica de 35 años, de hecho un 35,9% de la muestra tenía entre 31 y 40 años y el porcentaje disminuyó a partir de los 40 años (Tabla 1) El lugar de nacimiento y de residencia de los agresores violentos, sexuales y de violencia doméstica fue mayoritariamente Barcelona. El nivel formativo de los agresores violentos fue principalmente el nivel de certificado escolar con un 53% y de los agresores sexuales y de violencia doméstica el nivel de graduado escolar con un 45% y 43% respectivamente. A nivel laboral, los agresores violentos y de violencia doméstica trabajaban primordialmente en la construcción con un 48% y 38% respectivamente y los agresores sexuales trabajaban preferentemente en la hostelería con un 51%. Un 5% de los agresores violentos y un 3% de los agresores sexuales y de violencia doméstica no habían trabajado nunca. Respecto al estado civil, el 48% de los agresores violentos estaba soltero mientras que el 49% y 47% de los agresores sexuales y de violencia doméstica estaban casados. Tabla 1. Características sociodemográficas de la muestra Edad media Lugar de Barcelona nacimiento Lérida Tarragona Fuera de Cataluña Lugar de Barcelona residencia Lérida Tarragona Nivel Certificado formativo escolar Graduado escolar Bachillerato Estudios Universitarios Agresores violentos Agresores sexuales Agresores de violencia doméstica 33 años 47% 35% 5% 13% 36años 49% 36% 4% 11% 35 años 48% 33% 8% 11% 62% 30% 8% 53% 67% 28% 5% 39% 60% 31% 9% 38% 37% 45% 43% 7% 9% 11% 3% 7% 8% 15 Actividad laboral Estado civil Construcción Hostelería Seguridad privada No han trabajado nunca Soltero Casado Separado 48% 16% 31% 28% 51% 18% 38% 29% 30% 5% 3% 3% 48% 34% 18% 43% 49% 8% 15% 47% 38% Respecto las características psicopatológicas de la muestra, un 71% de agresores violentos, un 57% de agresores sexuales y un 61% de los agresores de violencia doméstica no padecían ningún tipo de trastorno mental. En concreto, los agresores violentos y de violencia doméstica presentan sobretodo el trastorno bipolar con un 17% y 21% respectivamente y los agresores sexuales las parafilías con un 20% (Tabla 2). En relación a los trastornos de la personalidad, un 38% de los agresores violentos, un 64% de los agresores sexuales y un 52% de agresores de violencia doméstica no presentaban ningún trastorno de la personalidad. La prevalencia de los trastornos de personalidad en los agresores violentos fue del 62%, en los agresores sexuales fue el 36% y en los agresores de violencia doméstica fue el 48%. El trastorno de personalidad más frecuente en los agresores sexuales y de violencia doméstica fue el trastorno límite con un 18% y un 20% respectivamente y en los agresores violentos el trastorno antisocial con un 30%. La presencia de psicopatía de los agresores violentos, sexuales y de violencia doméstica fue del 27%, 22% y 25% respectivamente, no obstante el 45% de los agresores violentos, el 42% de los agresores sexuales y el 43% de los agresores de violencia doméstica mostraron un nivel de psicopatía mediana, es decir, no fueron diagnosticados como psicópatas pero tenían rasgos psicopáticos como la frialdad emocional o un estilo de vida antisocial. En relación al factor que predomina en la PCL-R, en los agresores violentos, sexuales y de violencia doméstica fue el factor 2 con un 38%, 35% y 37% respectivamente. Sobre las toxicomanías, el 36% de los agresores violentos eran politoxicómanos y un 49% y 16 un 50% de los agresores sexuales y de violencia doméstica respectivamente eran personas que abusan del alcohol. Características de la muestra Trastornos mentales Tabla 2. Características psicopatológicas de la muestra psicopatológicas Agresores Agresores Agresores de violentos sexuales violencia doméstica Trastorno 12% 16% 18% explosivo intermitente Parafilía 0% 20% 0% Trastorno 17% 7% 21% bipolar No presencia 71% 57% 61% Trastornos de Antisocial la personalidad Límite 30% 11% 19% 25% 18% 20% Narcisista 7% 7% 9% No presencia 38% 64% 52% 27% 22% 25% 45% 42% 43% 28% 36% 32% 22% 24% 21% 38% 35% 37% Factores 1 y 2 13% 12% 12% Ausencia de los factores Politoxicomanía Heroína Alcohol No consumidor 27% 29% 30% 36% 25% 13% 26% 18% 4% 49% 29% 22% 5% 50% 23% Puntuación en Alta psicopatía Media Baja Presencia de Factor 1 los factores de Factor 2 la PCL-R Toxicomanías Referente a las características criminológicas en la tabla 3 se advierte: en la predicción del riesgo de violencia del HCR-20 los agresores violentos puntuaron mayoritariamente alto con un 45%, no obstante los agresores sexuales y de violencia doméstica obtuvieron predominantemente una puntuación moderada con un 43% y 44% respectivamente. En la predicción del riesgo de violencia sexual del SVR-20 los agresores violentos y de violencia doméstica puntuaron básicamente bajo con un 98% y 17 79% respectivamente, pero los agresores sexuales obtuvieron mayoritariamente una puntuación alta con un 54%. En la predicción del riesgo de violencia doméstica del SARA, los agresores sexuales y de violencia doméstica puntuaron con un 47% y 59% respectivamente, y los agresores violentos tuvieron una puntuación moderada (42%). En cuanto al tipo de delito, los agresores violentos fueron condenados por delitos de homicidio (44%), de asesinato (14%) y de lesiones (42%), los agresores sexuales fueron condenados por delitos de agresión sexual (79%) y de violación (21%) y los agresores de violencia doméstica fueron condenados únicamente por delitos de violencia doméstica (100%). Relativo al número total de delitos, los agresores violentos fueron condenados mayoritariamente por dos delitos violentos (46%), los agresores sexuales fueron condenados por un delito sexual (73%) y los agresores de violencia doméstica fueron condenados por 2 delitos de violencia doméstica (48%). Acerca de los delitos de tipología diferente, el 51% de los agresores violentos fue condenado por dos delitos de tipología diferente, el 55%, los agresores sexuales fue condenado por una sólo tipología delictiva y el 53% de los agresores de violencia doméstica fue condenado por dos delitos de tipología delictiva. Por tanto, se podría decir que los agresores de violencia doméstica muestran una mayor versatilidad delictiva pero, en general, la versatilidad de esta muestra es baja. A dicusión Respecto al número de delitos violentos, el 62% de los agresores violentos fue condenado por dos delitos, en cuanto el número de delitos sexuales los agresores sexuales han sido condenados básicamente por un delito (77%) y sobre el número de delitos de violencia doméstica los agresores de violencia doméstica han sido condenados mayoritariamente por dos delitos (52%). La edad media de la primera actividad delictiva de los agresores violentos y de violencia doméstica fue 29 años y la de los agresores sexuales fue de 30. En relación a los programas de tratamiento relacionados con la etiología delictiva y problemáticas asociadas, el 26% de los agresores violentos participó en el programa 18 DEVI y un 74% en los programas DEVI y de Toxicomanías y Alcoholismo, un 29% de los agresores sexuales en el programa SAC y un 71% en los programas SAC y de Toxicomanías y de Alcoholismo y un 23% de los agresores de violencia doméstica en el programa VIDO y un 77% en los programas VIDO y de Toxicomanías y de Alcoholismo. A cerca de la superación del tratamiento específico, un 85% de los agresores violentos los superaron y un 1% se negó a realizarlo, un 95% de los agresores sexuales los superaron y un 4% se negó a llevarlo a cabo. Y, un 90% de los agresores de violencia doméstica los superaron y un 3% se negó a efectuarlo. En cuanto a la reincidencia delictiva, el 16% de los agresores violentos reincidieron en delitos violentos, el 6% de los agresores sexuales reincidieron en delitos sexuales y el 11% de los agresores de violencia doméstica reincidieron en delitos de violencia doméstica. Tabla 3. Características criminológicas de los 120 internos Características Agresores Agresores sexuales Violencia criminológicas de la violentos n = 40 doméstica muestra n = 40 n = 40 Puntuación Alta 45% 20% 22% en el HCRModerada 26% 43% 44% 20 Baja Puntuación Alta en el SVRModerada 20 Baja Puntuación Alta en la SARA Moderada Baja Tipo delito de Homicidio Asesinato Lesiones Agresión sexual Violación Delito de violencia doméstica 29% 37% 34% 0% 54% 0% 2% 36% 21% 98% 10% 79% 19% 47% 59% 42% 27% 22% 39% 26% 19% 44% 14% 42% 0% 0% 0% 0% 79% 0% 0% 0% 0% 0% 0% 21% 0% 0% 100% 19 Número total delitos 1 delito 2 delitos 3 delitos o más 1 delito 41% 46% 13% 73% 22% 5% 21% 48% 31% 46% 55% 43% 2 delitos 51% 43% 53% 3 delitos o más 1 delito 3% 2% 4% 27% 0% 0% 2 delitos 62% 0% 0% 3 delitos o más 1 delito 11% 0% 0% 0% 77% 0% 2 delitos 0% 19% 0% 3 delitos o más 1 delito 0% 4% 0% Número delitos de violencia 2 delitos doméstica 0% 0% 20% 0% 0% 52% 3 delitos o más Tipo de DEVI tratamiento SAC en CP VIDO Ponent Más de un tratamiento Superación Superación tratamiento No superación Negarse al tratamiento Edad media comisión primer delito Reincidecia Delitos delictiva violentos Delitos sexuales Delitos de violencia doméstica No reincidencia 0% 0% 28% 26% 0% 0% 74% 0% 29% 0% 71% 0% 0% 23% 77% 85% 14% 95% 1% 90% 7% 1% 4% 3% 29 años 30 años 29 años 16% 0% 0% 0% 6% 0% 0% 0% 11% 84% 94% 89% Número delitos diferentes Número delitos violentos Número delitos sexuales 20 Verificación de hipótesis: La relación entre la reincidencia y a) los trastornos mentales y de personalidad, b) la puntuación en los protocolos de predicción de la violencia, y c) el tratamiento específico se muestra en la Tabla +. Tabla +. Tabla Resumen de la influencia de las variables en la reincidencia delictiva. Variables Reincidencia delictiva Delitos Delitos violentos sexuales χ2 = 3.333, p = .068 Presencia de Trastornos de personalidad Sí Puntuación de alto riesgo en el HCR-20 t = 3.717, p< .001. Puntuación de alto riesgo en el SVR-20 Puntuación de alto riesgo en la SARA No Puntuación elevada en el PCL-R Sí Predominancia del factor 2 o de los Sí factores 1 y 2 en la PCL-R Superación del tratamiento específico Sí (DEVI, SAC, VIDO, Toxicomanías y Alcoholismo) Mayor período de seguimiento a haber Sí salido de prisión Presencia de Trastornos mentales Delitos de violencia doméstica 2 χ = 7.533, χ2 = 50.700, p< .001 p< .001 No No Sí No Sí No Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí 21 Discusión Nuestro estudio demuestra claramente que … Así, la presencia de trastornos mentales repercute en una mayor reincidencia delictiva de los internos que cometen delitos de violencia sexual y de violencia doméstica pero no influye en la reincidencia de los delitos violentos. De hecho, coincide con la mayoría de estudios de la bibliografía especializada (autor, año; autor, año), que encuentran que el trastorno mental favorece una mayor reincidencia en los delincuentes sexuales y de violencia doméstica. De hecho, en esta muestra los agresores de violencia doméstica presentan sobretodo el trastorno bipolar (21%) y los agresores sexuales, parafilías (20%). Martínez Cordero y Martínez Jarreta (año) encontraron resultados similares cuando observaron que un 25% de agresores sexuales presentaban parafilías y un 30% de agresores de violencia doméstica mostraban trastorno bipolar y trastornos del control de los impulsos (Pérez, Martínez y Redondo, 2007). Por el contrario, Gasque, Amorós y Pifarré (2000) demuestraron que padecer trastornos mentales no incrementa la reincidencia violenta en los agresores sexuales y de violencia doméstica ya que los internos con trastornos mentales no cometían un mayor número de delitos que la media de la población penitenciaria, pero la presencia de toxicomanías sí mostraba relación con el incremento de la reincidencia violenta. La presencia de trastornos de la personalidad incrementa la reincidencia delictiva de los internos que cometen delitos violentos pero no influye en la reincidencia de los delitos sexuales y de violencia doméstica. Del mismo modo, Sanmartin (2004) y Vicens (2006) concluyeron que los trastornos de personalidad incrementaban la reincidencia violenta en los agresores violentos encarcelados pero no en el caso de los agresores sexuales y de violencia doméstica. De hecho, aproximadamente un 50% de los agresores violentos reincidentes presentaban trastornos de la personalidad y de éstos un 30% trastorno antisocial de la personalidad pero la prevalencia disminuía en los agresores sexuales (20%) y de violencia doméstica reincidentes (30%) (Capdevila y Ferrer, 2007). Cabe decir que en este estudio las prevalencias de los trastornos de la personalidad de los agresores violentos (62%), de los agresores sexuales (36%) y de los 22 agresores de violencia doméstica (48%) eran similares, aunque más elevadas, a las prevalencias encontradas en los estudios anteriormente nombrados. Además, nuestro estudio coincidió con las investigaciones previas en que el trastorno de personalidad más frecuente en los agresores violentos era el trastorno antisocial con un 30%. Por el contrario, Rodríguez-Arrebola (2005) observaron que los trastornos de personalidad favorecían la reincidencia violenta en los agresores sexuales y de violencia doméstica ya que encontraron prevalencias elevadas (55%) de trastornos de personalidad en los agresores sexuales y de violencia doméstica reincidentes (citado en Pueyo, 2005). Se ha verificado que una puntuación de alto riesgo en el HCR-20 aumenta el riesgo de reincidencia en la comisión de delitos violentos. como en el estudio de Douglas, Webster y Wintrup (1996) se analizó una muestra de 72 internos federales encarcelados en prisiones de Canadá y en la investigación de Arbach y Pueyo (2007), se estudió una muestra de 114 pacientes ingresados en el hospital de Salud Mental Benito Menni y en ambos estudios las puntuaciones elevadas en el HCR-20 predecían con una elevada fiabilidad i validez la reincidencia en los delitos violentos (Raya, Villacorta y Medina, 2008). También se ha verificado que una puntuación de alto riesgo en el SVR-20 incrementa el riesgo de reincidencia en los delitos de violencia sexual lo que coincide con los resultados de Wintrup (1996) que evaluó 80 internos de un hospital psiquiátrico y Soler y Garcia (2007) que estudió 163 delincuentes sexuales que cumplían condena en CP Brians des de 1991 hasta el 2006 y, en ambos estudios mediante el SVR-20, y cabe remarcar que este instrumento demostró una excelente fiabilidad y validez ya que todos aquellos que ofrecieron una puntuación alta reincidieron posteriormente en delitos de violencia sexual (Redondo, Pérez y Martínez, 2007). La hipótesis 5 también se ha verificado totalmente, en la misma línea que un estudio de López y Pueyo (2007) y una investigación d’Arbach y Álvarez (2009) han verificado que las puntuaciones elevadas en la SARA ofrecen una fiabilidad y validez adecuadas para relacionarlas con una futura conducta de violencia doméstica (Arbach y Álvarez, 2009). 23 En relación a la hipótesis 6 se ha verificado en su totalidad. Diversas investigaciones corroboran los resultados de este estudio, por ejemplo un estudio de Pueyo y Redondo (2001), otro de Garrido (2003) y en una investigación de Cuquerella y Subirana (2003) han observado que los psicópatas suelen mostrar mucha violencia física hacia las víctimas. Cabe destacar que en este estudio un 27% de agresores violentos, un 22% de agresores sexuales y un 25% de agresores de violencia doméstica presentaban psicopatía con puntuaciones elevadas en la PCL-R, no obstante estos porcentajes se consideraban muy altos tratándose de sujetos psicópatas porqué si se comparaba con la población general la psicopatía sólo se encontraba en un 4%. No obstante, en esta muestra un 45% de agresores violentos, un 42% de agresores sexuales y un 43% de agresores de violencia doméstica mostraban un nivel de psicopatía mediana, es decir, no fueron diagnosticados como psicópatas pero mostraban rasgos psicopáticos como la frialdad emocional o un estilo de vida antisocial. La hipótesis 7 se ha verificado de forma parcial, estos resultados coinciden con los estudios de Cuquerella (2002) y de Pueyo (2005) que han detectado que los agresores violentos, sexuales y de violencia doméstica y, además, psicópatas puntúan más alto en el factor 2 que indica un estilo de vida antisocial. En contraste, otros estudios han encontrado resultados diferentes, Boer, Douglas y Yeomans (2005), Gray et al. (2004) y Belfrage, Fransson y Strand (2000) han detectado también en muestras penitenciarias unas puntuaciones elevadas y homogéneas en el factor 2 del comportamiento antisocial, y en consecuencia el factor 1 ganaba potencial predictivo para diferenciar entre los grupos de mayor o de menor riesgo de conducta violenta futura (Arbach y Pueyo, 2007). En este estudio un 38% de los agresores violentos, un 35% de los agresores sexuales y un 37% de los agresores de violencia doméstica también puntuaron más alto en el factor 2 de la PCL-R. Se ha verificado de forma total la hipótesis 8. En relación al tratamiento de los agresores violentos y sexuales Ross (1999) y Chelland, Firestone, Studer y Reddon en el año 1998 obtuvieron resultados muy similares a los de este estudio y otra investigación de Pérez y Martínez (2010) concluyeron que los agresores violentos y sexuales excarcelados que no finalizaron o superaron el tratamiento reincidieron casi el doble respecto al grupo que superó el tratamiento (Pérez y Martínez, 2010). 24 Se ha verificado parcialmente la hipótesis 9. Swanson et al. (1997), Pueyo y Redondo (2001) y Arroyo, Leal y Marrón (2007) han corroborado los resultados de este estudio cuando observaron que la presencia de trastornos mentales, trastornos de la personalidad como el antisocial, el límite i el histriónico y las toxicomanías provocaban el abandono o no poder superar el tratamiento específico realizado en los centros penitenciarios. Además, el resultado de este estudio donde los trastornos mentales, los trastornos de la personalidad y las toxicomanías dificultan la superación del tratamiento coincide con los resultados encontrados en la mayoría de bibliografía especializada (Martínez y Pérez, 2009). Es importante destacar que en esta muestra un 36% de los agresores violentos son politoxicómanos y un 49% de los agresores sexuales y un 50% de los agresores de violencia doméstica son personas que abusan del alcohol. También se ha verificado parcialmente la hipótesis 10. El resultado de este estudio coincide con otras investigaciones de la bibliografía especializada, como el de Arbach y Pueyo (2007) donde se ha observado que puntuaciones elevadas en el HCR-20 y en la PCL-SV indican el fracaso en el tratamiento específico realizado en las instituciones. Se verifica la hipótesis 11. Resultados similares observaron Arbach y Pueyo (2007) y López y Pueyo (2007) cuando han encontrado que la puntuación del HCR-20, de la SVR-20 y de la SARA y el nivel de riesgo de los agresores violentos disminuye si estos agresores realizan un tratamiento específico relacionado con la etiología delictiva. Resultados contrarios a este estudio, Douglas, Grant, Nicholls y Ogloff (2004) concluyeron que el tratamiento específico apenas modificaba el nivel de riesgo de los agresores violentos (Pérez, Martínez y Redondo, 2007) Finalmente, se verifica la hipótesis 12, de hecho, resulta un hecho claramente constatado con la literatura que a medida que el intervalo de seguimiento es más largo, también aumentan las tasas de reincidencia. En la revisión de Harris y Hanson de 2004 se observaron tasas de reincidencia violenta, sexual y de violencia doméstica cada vez más grandes para períodos de seguimiento más largos y la capacidad predictiva de los instrumentos de evaluación del riesgo disminuye (Johnson, Jones, Penn y Waldheter, 2005, citado en Soler y García, 2008). 25 Conclusiones 1. Los internos que presentan un trastorno mental han reincidido más en la comisión de delitos sexuales y de violencia doméstica, pero no en delitos violentos. En concreto, un porcentaje de agresores sexuales presentan parafilías que favorecen la comisión de delitos de tipología sexual y un porcentaje de agresores de violencia doméstica muestran trastornos del control de los impulsos. 2. Los internos que presentan trastornos de personalidad reinciden más en delitos violentos, pero no en delitos sexuales y de violencia doméstica. 3. Aquellos internos que han obtenido una puntuación elevada en el HCR-20 han reincidido en delitos violentos. 4. Aquellos internos que han obtenido una puntuación elevada en el SVR-20 han reincidido en delitos de tipología sexual. 5. Las puntuaciones altas en la SARA ofrecen una fiabilidad y validez correctas para predecir un mayor nivel de riesgo de una futura conducta de violencia doméstica. De hecho, aquellos internos de la muestra que han obtenido una puntuación elevada en la SARA han reincidido en delitos de violencia doméstica. 6. Una puntuación elevada en la PCL-R predice con una alta fiabilidad y validez la reincidencia en los delitos violentos, de tipología sexual y de violencia doméstica. Por tanto, la presencia de psicopatía es un factor de riesgo robusto para predecir la reincidencia violenta. Además, los sujetos psicópatas muestran una elevada versatilidad criminal, tanto cometen delitos violentos, sexuales como de violencia doméstica en su estilo de vida antisocial. 7. Los internos que puntúan alto en psicopatía reinciden más en delitos violentos, sexuales y de violencia doméstica y han empezado su carrera delictiva a una edad muy precoz. 8. Puntuar en los dos factores o en el factor 2 de la PCL-R obstaculiza aprovechar el tratamiento y predice una mayor reincidencia en los delitos violentos, de violencia sexual y de violencia doméstica. 9. Los internos que han superado el tratamiento reinciden en menor medida o no reinciden en la comisión de delitos sexuales, violentos y de violencia doméstica. 26 10. Los internos que no han superado o han rechazado realizar el tratamiento presentan una elevada reincidencia en la comisión de delitos violentos, de violencia sexual y de violencia doméstica. 11. La presencia de trastornos mentales, de trastornos de la personalidad y de las toxicomanías dificultan el aprovechamiento y la superación del tratamiento específico relacionado con la etiología delictiva. 12. Una puntuación de alto riesgo en el HCR-20 y en la PCL-R dificultan la superación del tratamiento específico llevado a cabo en CP Ponent. 13. Una puntuación de alto riesgo en la SVR-20 y en la S.A.R.A. no influye en la superación del tratamiento. 14. El nivel de riesgo de los agresores violentos, de violencia sexual y de violencia doméstica disminuye si superan el tratamiento. 15. Un mayor período de seguimiento reduce la capacidad predictiva de los instrumentos de evaluación del riesgo y aumenta la tasa de reincidencia en los delitos violentos, en los delitos sexuales y en los delitos de violencia doméstica. 16. En una futura revisión de este estudio, vale la pena obtener más información de la base de datos del Ministerio de Interior con la finalidad de obtener registros de nuevos delitos que han motivado ingresos en las prisiones fuera de Cataluña. 17. Teniendo presente la elevada fiabilidad y validez de los instrumentos de predicción del riesgo, el HCR-20, la SVR-20, la SARA y la PCL-R, sería conveniente generalizar la aplicación de estos instrumentos en la práctica clínica y forense de los psicólogos en prisiones y hospitales psiquiátricos con el fin de poder tomar decisiones de forma más precisa y fiable en la evaluación y la gestión del riesgo de la violencia, por ejemplo en el sistema penitenciario cuando los equipos valoran la concesión de permisos, el cambio de régimen penitenciario o emiten un pronóstico de libertad condicional. 18. Los datos obtenidos en este estudio pueden servir en el futuro para mejorar los programas de tratamiento mediante la inclusión de contenidos distintos junto con establecer criterios de individualización de la intervención. Referencias 27 Alvaro-Brun, E. y Vegue-Gonzalez, M. (2008). Validez del Cuestionario International Personality Disorder Examination (IPDE) en una muestra de población penitenciaria. Revista española de sanidad penitenciaria,10 (2),12-17. Arbach, K. y Álvarez, E. (2009). Evaluación de la violencia psicológica en la pareja en el ámbito forense. Barcelona: Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada. Arbach, K. y Pueyo, A. (2007). Eficacia predictiva del HCR-20 y del PCL-SV en contextos institucionales. Barcelona: Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada. Arroyo, A., Leal, M.J. y Marrón, T. (2007). Influencia de los tratamientos médicos y psicoterapéuticos en la disminución del delito en población adicta a las drogas. Barcelona: Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada. Capdevila, M. y Ferrer, M. (2007). Salud mental y ejecución penal. Barcelona: Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada. Capdevila, M. y Ferrer, M. (2008). Tasa de reincidencia penitenciaria. Barcelona: Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada. Cuquerella, A. (2002). Validación y cuantificación del trastorno psicopático de la personalidad en el ámbito de la medicina forense de Cataluña. Barcelona: Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada. Cuquerella, A. y Subirana, M. (2003). Evaluación del maltrato a los animales y la violencia doméstica mediante los cuestionarios RACA y BOAT en la población médico forense con diagnóstico de psicopatía. Barcelona: Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada. De Corral, P. (2004). El agresor doméstico. En José Sanmartín, El laberinto de la violencia, (pp. 239-250). Barcelona: Ariel. Echeburúa, E y Fernández-Montalvo, J. (2009). Evaluación de un programa de tratamiento en prisión de hombres condenados por violencia grave contra la pareja. International Journal of Clinical and Health Psychology, 9 (1), 5-20. Fernández, J. y Echeburúa, E. (2005). Hombres condenados por violencia grave contra la pareja: Un estudio psicopatológico. Análisis y modificación de conducta, 31 (138), 451-475. Garrido, V. (2003). Psicópatas y otros delincuentes violentos. Valencia: Tirant lo blanch. 28 Gasque, J., Amorós, E. y Pifarré, J. (2000). Psiquiatría y delincuencia. Barcelona: Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada. Hare, R.D. (1991). The Hare Psychopathy Checklist-Revised: PCL-R. Toronto: MultiHealth Systems. Loinaz, I. (2010). Estudio de las tipologías de agresores de pareja en los centros penitenciarios. Barcelona: Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada. Loranger, A. W. (1999). International Personality Disorder Examination (IPDE). Ginebra: Organización Mundial de la Salud. López, S. y Pueyo, A. (2007). Predicción de la violencia contra las mujeres. Adaptación de la S.A.R.A. Barcelona: Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada. Luque, E., Ferrer, M. y Capdevila, M. ( 2004). La reincidencia penitenciaria a Cataluña. Barcelona: Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada. Martina, M. (Comp.).(1999). Aplicaciones del MMPI-2 en los ámbitos clínico, forense y laboral. Buenos Aires: Paidós. Martínez, M., Pérez, M. y López, J.M. (2008). Evaluación del programa de tratamiento de los agresores domésticos. Barcelona: GEAV Martínez, M. y Pérez, M. (2009). Evaluación criminológica y psicológica de los agresores domésticos. Barcelona: Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada. Pérez, M. y Martínez, M. (2010). Evaluación de los programas formativos aplicados des de la ejecución penal a la comunidad en delitos de violencia de género. Barcelona: Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada. Pérez, M., Martínez, M. y Redondo, S. (2007). Evaluación y predicción del riesgo de reincidencia en agresores sexuales. Barcelona: Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada. Pueyo, A. (Coord.)(2005). Predicción del riesgo del tipo de violencia contra las mujeres: SARA y SVR-20. Barcelona: Publicaciones y Ediciones UB. Pueyo, A. y Redondo, S. (2001). Aportaciones psicológicas a la predicción de la conducta violenta: Reflexiones y estado de la cuestión. Barcelona: Publicaciones y Ediciones UB. Raya, D., Villacorta, E. y Medina, P. (2008). Validación cruzada en población penitenciaria de criterios psicométricos y técnicos para la predicción de 29 conductas adaptativas y factores de riesgo. Barcelona: Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada. Redondo, S., Pérez, M. y Martínez, M. (2007). El riesgo de reincidencia en agresores sexuales: Investigación básica y valoración mediante el SVR-20. Papeles del Psicólogo, 28, (3), 187-195. Rodríguez-Arrebola, E. (2005). Abordaje psiquiátrico de los trastornos de personalidad en el medio penitenciario. Revista Española de Sanidad Penitenciaria, 7, 134141. Ross, R.R. (1999). ¿Tiene la psicopatía algún tratamiento eficaz?. Barcelona: Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada. Sanmartín, J. (Coord.). (2004b). El laberinto de la violencia. Barcelona: Editorial Ariel Secretaría de Servicios Penitenciarios, Rehabilitación y Justicia Juvenil. (1990). Programa marco de intervención en les toxicomanías. Barcelona: Generalitat de Catalunya. Secretaría de Servicios Penitenciarios, Rehabilitación y Justicia Juvenil. (1996). Programa marco de intervención en los delitos violentos (DEVI). Barcelona: Generalitat de Catalunya. Secretaría de Servicios Penitenciarios, Rehabilitación y Justicia Juvenil. (1996). Programa marco del control de la agresión sexual (SAC). Barcelona: Generalitat de Catalunya. Secretaría de Servicios Penitenciarios, Rehabilitación y Justicia Juvenil. (2004). Programa marco de intervención en los delitos de violencia doméstica (VIDO). Barcelona: Generalitat de Catalunya. Soler, C. y García, C. (2007). Análisis de las variables relacionadas con la reincidencia de los agresores sexuales. Barcelona: Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada. Soler, C. y García, C. (2008). Evaluación de las variables estáticas y dinámicas predictivas del riesgo de reincidencia en delincuentes sexuales: estudio de una muestra de los internos de las prisiones de Cataluña. Barcelona: Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada. Torrubia, R. (2004). El delincuente. En José Sanmartín, El laberinto de la violencia, (pp. 267-282). Barcelona: Ariel. Vicens, E. (2006). Violencia y enfermedad mental. Revista Española de Sanidad Penitenciaria, 8, 95-99.