COMUNICADO DE PRENSA El Partido Democrático (PD) contra la foto fácil Dos dirigentes de la colectividad italoargentina han reclamado recientemente en un comunicado que el PD “tome partido” en la (falsa) controversia creada alrededor del emplazamiento de una estatua de Cristóbal Colón y que se pronuncie sobre la pesificación de las pensiones. No pensábamos hablar de momento, pero visto este ataque, hemos decidido aclarar nuestra posición. En cuanto a la pesificación, el PD de la Argentina ha mantenido reuniones, tanto técnicas como políticas, con el más alto nivel del Gobierno argentino. Ha sentado en una mesa también a ambos gobiernos para tratar el asunto, hecho que ninguna otra fuerza política está en condiciones de conseguir. Por tratarse de negociaciones entre dos países, ambas partes pidieron la debida reserva, que rompemos ahora sólo parcialmente, ante esta agresión gratuita que hemos recibido. No nos interesa la foto fácil, sino encontrar una salida a este delicado tema (sugerimos leer, al respecto, las –demasiado- optimistas declaraciones de la delegación del PD que acaba de visitar la Argentina). Por otro lado, los dos firmantes del comunicado a que hacíamos referencia tendrían que saber ya que el compromiso del PD con nuestros pensionados viene de lejos, y que la idoneidad y trayectoria de nuestros cuadros técnicos en materia previsional es reconocida por todos. La controversia por el emplazamiento de la estatua de Colón, en cambio, es una historia bien distinta. El tema no afecta a nuestra gente, ni a nuestra colectividad. Se trata de un conflicto generado entre el gobierno nacional y la oposición, enmarcado en los disputas de un año electoral en la Argentina, al que se ha sumado parte de nuestra colectividad “alentada” por algunos oportunistas. Aclarando desde ya que no acostumbramos juzgar a alguien por su sangre u origen, sino por sus actos, por su conducta, por sus ideales, debemos decir en primer término que los investigadores no tienen todavía claro el lugar de nacimiento de Colón, que pudo haber sido tanto Génova como Barcelona, Portugal, Mallorca, Marsella o alguna otra ciudad italiana. La polémica sobre su origen fue alimentada por el silencio del propio Colón al respecto, y sólo después de su muerte, su hijo Diego hace referencia a sus presuntas raíces ligures. Esto no nos debe confundir sobre el papel de Italia o los italianos en esta historia, Gramsci, citado por Carlos Masotta en Pagina 12 del 24 de julio ppdo, dice: ‘... puede reunirse toda la literatura sobre la patria de Cristóbal Colón. Se trata de una literatura completamente inútil y ociosa. ¿En qué consiste el elemento ‘nacional’ del Descubrimiento de América? El no se sentía ligado a ningún Estado italiano. Los intelectuales y especialistas italianos eran cosmopolitas no italianos, no nacionales’”. En ese sentido, no creemos de interés discutir la figura de Colón, una mezcla de “especialista italiano” (al decir de Gramsci) y condottiere cosmopolita al servicio de un imperio que nada tenía que ver con sus presuntos orígenes. Un imperio, el español, cuyas tropas, 35 años después de la llegada de Colón a América, saqueaban brutalmente Roma convirtiendo a la ciudad en un caos, con sus mujeres violadas, miles de civiles masacrados, torturados; muchos altos cargos del Vaticano, asesinados. Todas las iglesias atacadas, excepto las españolas; fueron robados todo tipo de objetos, joyas, dinero, piedras preciosas, obras de arte, y gran parte de Roma quedó destruida. De poco sirvieron las posteriores disculpas presentadas por el entonces monarca español Carlos V, nieto de aquella Isabel la Católica que había financiado los viajes de Colón. Roma se había convertido en lo más parecido al infierno en la tierra. Y todo eso mientras, al otro lado del Atlántico, otras tropas españolas sometían a sangre y fuego a las civilizaciones nativas, tomando toda riqueza que encontraran como botín de guerra. En este caso, con la excusa de la evangelización de esos pueblos. La llegada de Colón significó el inicio del saqueo a este continente. No nos interesa en este momento antagonizar la gesta de la Independencia y la conquista española, pero tampoco creemos que la conquista de América sea una proeza digna de reivindicar. Y mucho menos, que tenga que ver con la italianidad. Nosotros reivindicamos, en cambio, el proceso migratorio de los últimos 2 siglos que llevó a millones y millones de hombres y mujeres, empujados por la necesidad de nuevos horizontes, a poblar este vasto territorio. Reivindicamos la cultura del trabajo que trajeron nuestros padres y abuelos, y no la del saqueo que motivó la conquista española. Reivindicamos el proceso de “mestizaje” que dio origen a nuestras sociedades interculturales y multiétnicas. El protagonismo migratorio en la colonización y siembra de nuestros campos, en la construcción de nuestras ciudades; el aporte en la gestación de nuestra cultura. Reivindicamos el proceso con alto nivel de exogamia que llevó al entrecruzamiento de sangres, culturas y sueños en el sur del Nuevo Mundo. Somos producto de ese entrecruzamiento; queremos ser un puente entre nuestras dos pertenencias y no sumarnos a falsas antinomias entre ambas. En este marco general, creemos que el único hecho que liga a nuestra gente con la estatua de Colón es que ésta ha sido originariamente un obsequio de la colectividad a la Argentina, hace un siglo. Creemos también que es natural que el Gobierno argentino disponga de sus bienes como considere más apropiado, ya que de eso se trata: nadie habló de destruir el monumento, sino de cambiar su emplazamiento. Pensamos, sí, que las autoridades nacionales deberían haber hablado, antes de avanzar en su objetivo, con la dirigencia de la colectividad española (ya que a la conquista española se refiere la obra) y de la italiana (heredera natural de los donantes de la obra). Creemos que, ante esa falta de tacto, la derecha ítaloargentina ha encontrado un motivo para armar una campaña demagógica sobre bases falsas y conseguir así “prensa fácil”, quizás especulando con la posibilidad de una nueva campaña electoral. Latinoamérica, el continente más desigual del mundo, vive su mejor momento en los últimos 500 años. Europa, la Europa cuna de la democracia y la igualdad, en cambio, se halla inmersa en una crisis que está arrasando economías, soberanías nacionales, estilos y niveles de vida y vidas mismas. La colaboración entre los dos continentes podría abrir inmensas posibilidades para enfrentar los desafíos del presente y reescribir el futuro, que hoy, en el Viejo Mundo, aparece sombrío. Llamamos a nuestros connacionales a no caer en enfrentamientos estériles. Como italoargentinos, creemos que es importante que tratemos de valorizar en su justa medida este “conflicto” que tiene mucho de artificial, respetando al otro y tratando de entender también sus razones, con la convicción de que en nuestros dos países de pertenencia, el protagonista de la historia es un mismo pueblo. PARTITO DEMOCRATICO BUENOS AIRES 25 DE JULIO 2013