Artículos de opinión sobre Sexualidad Proyecto Oroel de Salud Quino Villa Bruned Una Historia Vuelta al Revés Sinopsis: Artículo de opinión sobre la liberalización de la mujer con respecto a los estereotipos que la sociedad ha fabricado en torno a ella. En la parte final se incluye una reflexión sobre la celebración de Santa Águeda por ese colectivo. Acabo de ver un spot de publicidad en televisión que me ha dejado impresionado. Tras una jornada de trabajo, una mujer liberada llega a casa; su forma de vestir, los útiles domésticos de su nido dejan entrever un status medio-alto; no sólo trabaja sino que además debe ocupar un puesto de gran responsabilidad en la empresa, así que doblemente liberada. Ya no trabaja en el hogar... eso era antes. Ahora, cuando llega del trabajo, sólo aprieta los botones, y los electrodomésticos hacen el resto –fue éste uno de los primeros eslóganes de Kodak–. El compañero también llega del trabajo, pero como está cansado, el pobrecito, ya no puede sino desplomarse sobre el sofá, y allí se acerca al instante, y la princesa se deja caer el los brazos, portando la cena, que ha sido preparada en un santiamén. Los dos trabajan, pero –no nos engañemos– es la mujer quien debe apretar los botones, y también hacer el resto, porque ¿no te habrás creído eso de que las máquinas lo hacen todo con sólo programarlas? Con lo cual, ella asume ahora dos funciones: la que ya antes realizaba en el hogar –y que sigue haciendo–, y la del trabajo fuera de casa. Pero volvamos a mirar a esa mujer del spot, porque hay más que ver en ella: no sólo trabaja fuera del hogar, sino que está en forma, y además es realmente atractiva... un modelo auténtico de MUJER. Incluso hay más. Se muestra simpática, alegre, divertida, muy cariñosa... Y por si todo ello fuera poco, vive con un compañero; mantiene –diríamos– un tipo de relación de pareja liberal. Es bien sabido que cuando el grupo social mantiene unas expectativas determinadas sobre un individuo, éste tiende a actuar en ese sentido, porque así se verá más recompensado por ello. Eso precisamente le ocurre a la mujer –y cuando hablo de la mujer, me refiero a una gran parte de ellas–: se espera de ella que sea una persona sobre todo atractiva y bella, con una silueta de dimensiones perfectas 1 Artículos de opinión sobre Sexualidad Proyecto Oroel de Salud Quino Villa Bruned con respecto a los cánones establecidos. Luis Rojas Marcos afirma en su obra “La ciudad y sus desafíos” que apenas un 4% de las mujeres tienen la posibilidad, por su dimensión biológica, de aproximarse al físico idealizado por la cultura de Hollywood. Pero ello no importa. Apenas importa quién imponga las metas, o el significado último de ellas, sino tan sólo el cómo conseguirlas, o acaso cómo aproximarse a ellas desde la ilusión y la utopía. Sí, eso. Sólo la ilusión nos puede salvar de ser y sentirnos nosotros mismos. Tal como funcionan las redes sociales, es el varón quien fundamentalmente impone la dirección general de las expectativas sociales sobre la mujer. Por poner un ejemplo, el mundo de la publicidad y los medios de comunicación de masas están controlados muy mayoritariamente por varones, y son dichos medios quienes contribuyen profundamente a dicho fenómeno, a través de mensajes claramente estereotipados. Como ilustración de lo que digo, eh aquí una anécdota. Tras no pocos devaneos, los publicitarios encontraron la clave para vender los jabones de tocador. Descubrieron por qué las cremas de belleza se vendían tan bien a través de los mensajes publicitarios, y los jabones de tocador tan mal. Resulta que los jabones, y por una justificación racional, vendían olores y fragancias, mientras que las cremas prometían belleza; esta era la palabra mágica, BELLEZA. Y esta la realidad: la mujer demandaba belleza, muy por encima de fragancia. Y si ella estaba esperando esa promesa mágica, por qué no dársela. Conclusión: desde que los jabones vendieron belleza –y lo siguen haciendo hoy–, sus ventas aumentaron escandalosamente. Ah!, y detrás de estos mensajes estaban los varones. Pues así podríamos seguir, con un amplio anecdotario. Serían éstas unas maniobras para retrasar por los siglos de los siglos la muy contestada y menos aclamada liberación de la mujer, en el completo sentido de la palabra. Y ¿quién puede estar interesado en ello? Está claro que los varones. A ello podría ayudar el desengaño de cada vez más mujeres que, conviviendo en estructura tradicional de grupo familiar, se encontraron de pronto con dos trabajos, el de siempre del hogar, y otro remunerado, y con frecuencia de menos responsabilidad que el de la modelo del spot que me sorprendió hace un rato. Tal 2 Artículos de opinión sobre Sexualidad Proyecto Oroel de Salud Quino Villa Bruned vez ahora tienen algo más de ayuda del marido que antes, pero aún así no encuentran en ello suficiente compensación. Seguramente es que no se puede justificar el tanto por el tan poco. Aún hay más; sigamos concluyendo. Es que, ahora, ese modelo estereotipado de mujer que se nos vende a diestra y siniestra ya no es el de mujer casada sino liberada, que vive con compañía, o con quien bien le viene en gana: es el prototipo de mujer profana. Más a mi favor. Y no sólo eso, sino que además es una persona simpática, alegre, cariñosa... Resulta que de alguna manera el grupo social de referencia –el que crea las expectativas– ya no se conforma con demandar un modelo de cuerpo bonito y bello, incluso perfecto –extraño calificativo en nuestros días–, sino que ha de determinar el ser y actuar, la forma de comportarse de la mujer. Todo ello implica, nuevamente y con más motivo, seguir respondiendo a dichas expectativas sociales, por aquello de las recompensas, y más en una sociedad como la nuestra. Y esto ya empieza a resultar grave. Después de todo, ¿qué interés me puede mover a mí, como varón, a hacer esta reflexión en voz alta, e incluso con tono de denuncia? Una importante: estamos perdiendo un gran potencial de valores humanos, de inteligencia, de creatividad; el que aportaría la mujer en una sociedad más facilitadora del SER, y menos promocionadora del PARECER. Así que, de momento, seguiremos creyéndonos que el modelo social controlado por los varones es el mejor; indirectamente está legitimado incluso hasta por buena parte de mujeres liberadas, que por ahora siguen teniendo más fuerza que las de los movimientos progresistas y feministas. Y seguiremos repitiendo, hasta la saciedad: este modelo es el mejor. También yo estoy de acuerdo. Claro que es el mejor; no hay otro!. Una bella historia, pero vuelta al revés. Epilogo. Está ya a la vuelta de la esquina la celebración de Santa Águeda, festividad de las mujeres. Imagino que, como cada año, muchas de ellas saltarán a la calle, algunos maridos por unas horas tendrán que hacerse cargo del hogar; los hijos tal 3 Artículos de opinión sobre Sexualidad Proyecto Oroel de Salud Quino Villa Bruned vez tengan que despabilar y manos a la obra con la cena y el fregote. No me parece mal. Sólo que se puede hacer una lectura con más profundidad. Veo extrañas coincidencias con la festividad del Carnaval. En la sociedad tradicional, en la que el joven estaba sometido al clan patriarcal, donde apenas tenía poderes, y donde debía aportar su trabajo y dedicación sin recibir apenas nada a cambio –sistema ecológico duro–, el Carnaval suponía un paréntesis, y una especie de relajación momentánea del sistema establecido –sólo momentánea–. Ésta sólo duraba unos pocos días, en los que naturalmente el joven podía hacer todo cuanto le viniera en gana –por algo era el rey de la fiesta–, pero en el fondo era falsa y transitoria, pues pronto volvería todo a la normalidad. Esto puede pasar con la celebración de Santa Águeda, muy respetable por otra parte. Puede que no sea mas que un chispear momentáneo de la varita mágica del hada madrina. Al día siguiente, todo volverá a ser como antes. Y del rito, ¿qué me dices? Pues sí que es importante el rito, y más en una sociedad como la nuestra. Pero si éste sirve tan sólo como un mecanismo de escape, y lo que hace es –permitiendo durante unas horas la ilusión de que todo es diferente– contribuir a perpetuar el sistema establecido... pues deja que me lo piense. Creo que seguimos con aquella bella historia de antes, pero vuelta al revés. Quino Villa Bruned. Maestro y Psicólogo Clínico. Proyecto Oroel de Salud. Jaca. Programa Joven de Sexualidad Eros. Diciembre, 1992. 4