Formación profesional: From the SelectedWorks of Prof. David Aníbal Ortiz Gaspar. Winter February 1, 2015 Cuarta clase: "Los elementos del Estado. El pueblo" David A Ortiz, Gaspar, Universidad de San Martín de Porres Available at: http://works.bepress.com/david_ortiz/21/ Prof. David Aníbal Ortiz Gaspar [email protected] La doctrina casi uniformemente asigna dicha condición al: 1. Pueblo. 1. Poder político. 1. Territorio. EL PUEBLO Tienen en común su vinculación político-jurídica con un cuerpo político soberano. Su génesis hace referencia a un grupo humano coexistente en una determinada zona geográfica, luego de un proceso de adaptación y una posterior presencia del fenómeno político. El pueblo de un Estado puede ser de composición étnica homogénea o heterogénea. En el primer caso se acredita sociológicamente la unicidad étnica. Al respecto, es citable el caso de Japón, Suecia, Portugal, Islandia, etc. En el segundo caso se acredita sociológicamente la existencia de una pluralidad de etnias. Al respecto, es citable el caso del Perú (quechuas, aimaras ashaninkas, etc.), España, Canadá, Bélgica, etc. Es usual que se confundan las nociones de pueblo y población, las mismas que difieren substantivamente. La expresión pueblo denota un concepto eminentemente político, donde aparece una relación jurídico-política entre un grupo humano y el Estado; así, se manifiesta en una unidad cuya conducta constituye el orden jurídico estatal. En cambio, la expresión población denota un concepto étnico-demográfico: designa una agregación mecánica de personas, carente de significado y consistencia política. La noción de pueblo comprende cuatro condiciones concatenadas: vínculo personal, vínculo principal, vínculo permanente y vínculo de correspondencia social. Al respecto, veamos lo siguiente: a) El vínculo personal El enlace de la persona con el cuerpo político debe atañer específica y propiamente a esta en sí misma; jamás en modo alguno debe fundarse en el mero lugar de ubicación de sus bienes, inversiones, etc. b) El vínculo principal El enlace personal con el cuerpo político debe caracterizarse por su accionar preferente, prevaleciente, preeminente, efectivo e importante en grado superior, en relación con el que pudiere tener establecido con otros estados. c) El vínculo permanente El enlace personal con el cuerpo político debe ser estable, constante, persistente, firme y duradero. Por ende, no puede tratarse de una relación incidental y meramente eventual. d) El vínculo de correspondencia social El enlace personal con el cuerpo político implica una recíproca interacción con los demás integrantes del pueblo de un Estado. EL PUEBLO, LA NACIÓN Y LA PATRIA Desde nuestra perspectiva, pueblo, nación y patria expresan conceptos distintos y claramente inconfundibles. La expresión pueblo tiene una connotación político-jurídica, en tanto que la expresión nación tiene, además de lo anotado, un sustento histórico y social. La noción pueblo carece de consideraciones sociológicas, culturales e históricas; se remonta a la unidad social por imperio de la ley. Por ende, tal integración es estrictamente normativa. En cambio, cuando hacemos referencia a la nación aludimos al pueblo unido y además vinculado, ya sea por factores históricos-culturales heredados de una vasta y larga sucesión de generaciones, o por razones político-sociales de forjar un destino común y mantener de manera libre, consciente y deliberada una continuidad gregaria. En lo relativo a la noción de patria, ella contiene connotaciones cívicosociológicas; implica una suerte de amor al suelo en donde uno ha nacido y a sus tradiciones. LA NACIONALIDAD Se encuentra comprobado históricamente que desde los primeros estadios de la coexistencia social el hombre sintió la necesidad de fortalecer su vínculo con la tierra que le viera nacer. La nacionalidad manera: se manifiesta de doble Es social porque representa un nexo con los usos y costumbres determinada. de una nación Es jurídico-política porque crea derechos y obligaciones entre las personas, amén de manifestar implícitamente un sometimiento al poder político establecido en el respectivo Estado. Para establecer el concepto de nacionalidad, la doctrina ha señalado los cuatro principios siguientes: a) Toda persona tiene el derecho a una nacionalidad Se busca evitar que se produzca la condición del apátrida, que es aquella persona que carece de una nacionalidad o ha sido despojada de ella. Es constatable casuísticamente que dicha condición emerge ya sea porque una persona no tiene una nacionalidad de origen o ha perdido esta sin posibilidad de adquirir otra por la vía de la naturalización, etc. b) Ninguna persona puede ser despojada arbitrariamente de su nacionalidad Con este principio se busca evitar que por razones inicuas se le prive del derecho a su nacionalidad. No debe olvidarse que durante el gobierno militar del general Juan Velasco Alvarado (1968-1975) se procedió –por la expeditiva y arbitraria vía de los Decretos Leyes Nº 18309 y Nº 19003– a despojar de la nacionalidad a los periodistas Manuel D’Ornellas y Eudocio Ravines. c) Ninguna persona puede simultáneamente dos o nacionalidades ejercer más Con este principio se busca evitar que una persona ejerza en un mismo lugar y momento de los beneficios y derechos emanados de dos nacionalidades. Tal el caso ocurrido a mediados de la década de los 90, cuando la cantante Ángela Carrasco luego de un fallido ingreso a Lima como nacional del Estado español, intentó inmediatamente conseguir dicho propósito utilizando un pasaporte dominicano. d) Toda persona tiene derecho a cambiar de nacionalidad Con este principio se reconoce el derecho a la libertad del sujeto, así como la verificación del fundamento básico de la nacionalidad, la que descansa en la aspiración de querer compartir un destino y una vida en común con una determinada nación. LOS MODOS DE ADQUISICIÓN DE LA NACIONALIDAD En lo que se refiere a los tipos o modos de adquirir la nacionalidad, la doctrina reconoce como tales al originario y al derivado. Al respecto, veamos lo siguiente: a) Modo originario Dicha adquisición se sustenta en el nacimiento de una persona. Este modo admite tres posturas jurídicas: el sistema de ius sanguini, el sistema de ius soli y el sistema dual. -El sistema de ius sanguini Este sistema radica en la aplicación del: “derecho de sangre”. Que consiste en otorgar al infante la nacionalidad que tienen los padres en el momento que se produce su nacimiento (sistema auspiciado con el auge de la Roma antigua). La filiación determina la vinculación con un Estado. En este caso es irrelevante, para los efectos y adquisición de la nacionalidad, el lugar donde se produjo el nacimiento. Este sistema es el de mayor antigüedad y es un rezago del derecho personalista de los romanos. Es aplicado preferentemente por los estados de Europa y Asia, inspirados en el propósito de conservar el vínculo con aquella parte de su población que reside en el extranjero. - El sistema de ius soli Radica en la aplicación del denominado “derecho a la tierra”, haciendo abstracción de la filiación (sistema auspiciado con el auge del feudalismo). Consiste en el otorgamiento de la nacionalidad del Estado en cuyo territorio se produjo el nacimiento. En este caso resulta irrelevante, para la adquisición de la nacionalidad, la que tengan los padres en el momento en que se produjo el nacimiento. - El sistema dual Radica en la aplicación simultánea y paralela de los anteriores sistemas dentro de un mismo Estado; empero dicha aplicación sucede en casos específicamente establecidos y diferenciados. Este es el sistema que se aplica en nuestro país. b) El modo derivado Dicha adquisición se sustenta en hechos o circunstancias posteriores al nacimiento de una persona. Este modo admite dos posturas: la adquisición de la nacionalidad con expresión de voluntad y la adquisición de la nacionalidad sin expresión de voluntad. - La adquisición de la nacionalidad con expresión de voluntad En esta modalidad se produce la manifestación de voluntad de una persona de adquirir una nueva nacionalidad. Es el caso de la naturalización. Esta requiere también la emisión de un acto estatal de avenencia a admitir a un extranjero como nacional. - La adquisición de la nacionalidad sin expresión de voluntad En esta modalidad una persona adquiere una nueva nacionalidad sin haberse producido ni manifestado exprofesamente una voluntad en ese específico sentido. La nueva nacionalidad la adquiere sin haber existido preexistencia de voluntad de desearla. Dicha nacionalidad surge como simple consecuencia de la realización de un acto diferente, que no tiene ninguna relación directa con la nacionalidad como status jurídico (tal el caso del acto jurídico del matrimonio). LA PÉRDIDA Y LA RENUNCIA DE LA NACIONALIDAD La pérdida implica la privación jurídica de la condición de nacional. Es usual que las causales que la generan se encuentren señaladas en una ley especial. Más aún, existen casos como el de la vigente Constitución chilena, que establece expresamente que dicha pérdida se genera como consecuencia de la adquisición de otra nacionalidad, por la prestación de servicios en guerra exterior a ejércitos enemigos, etc. En nuestro país no existe posibilidad alguna de privación de ella; ergo, no cabe, en modo alguno, el despojo de la nacionalidad peruana. La renuncia de la nacionalidad implica el abandono voluntario de la condición de nacional, por manifestación expresa ante una autoridad estatal competente. LA RECUPERACIÓN DE LA NACIONALIDAD Alude a la facultad de recobrar la nacionalidad a la cual anteriormente se había renunciado. Esta recuperación se produce cuando el interesado acredita cumplir con los requisitos que la legislación ordinaria de su primigenio Estado dispone para tal efecto. Resulta obvio que dentro de estas exigencias se establezca la previa renuncia a la nacionalidad que se adquirió voluntariamente.