La hija del regimiento

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La fille du régiment
LA FILLE DU RÉGIMENT
La hija del regimiento
Páginas 3 - 4
Páginas 5
Páginas 6 - 9
Páginas 10 - 14
Ficha artística
Argumento
Artículo: Luz y simpatía,
por Jaume Radigales
Biografías principales
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La fille du régiment
La fille du régiment
La hija del regimiento
Gaetano Donizetti (1797-1848)
Opéra-comique en dos actos
Libreto de J. H. Vernoy de Saint-Georges y
Jean-François-Alfred Bayard
Estrenada en la Opéra Comique de Paris,
el 11 de febrero de 1840
EQUIPO ARTÍSTICO
Director musical
Director de escena y figurinista
Realizador de la dirección de escena
Escenógrafa
Adaptadora de textos
Iluminador
Coreógrafa
Director del coro
Ayudante de dirección de escena
Ayudante figurinista
Ayudante coreógrafa
Supervisora de dicción francesa
Bruno Campanella
Jean-Luc Tingaud (21, 31, 5)
Laurent Pelly
Christian Räth
Chantal Thomas
Agathe Mélinand
Joël Adam
Laura Scozzi
Andrés Máspero
Marcelo Buscaino
Victoria James
Karine Girard
Jeannine Bouché
REPARTO
Marie
La marquesa de Berkenfield
La duquesa de Krakentorp
Tonio
Sargento Sulpice
Hortensius
Un notario
Un caporal
Un campesino
Aleksandra Kurzak
Desireé Rancatore (21, 31, 2, 5, 9)
Ewa Podles
Rebecca de Pont Davies (21, 31, 2, 5, 9)
Ángela Molina
Javier Camarena
Antonino Siragusa (21, 31, 2, 5, 9)
Pietro Spagnoli
Luis Cansino (21, 31, 2, 5, 9)
Isaac Galán
Mathieu Bettinger
Pedro Quiralte-Gómez
Enrique Lacárcel / Pablo Oliva
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La fille du régiment
Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real
FIGURACIÓN
Tatán Selles, Mirko Corchia, José Luis Oliván, Paco Celdrán,
Javier Cabrera, Gabi Nicolás, Miguel Ángel Amor, Manu
Mencía, Ismael de la Hoz, Héctor Tomás, Germán Parreño, Luis
Romero, Javier Martínez, Jesús González
Coproducción del Metropolitan Opera House de Nueva York,
la Royal Opera House Covent Garden de Londres y
la Wiener Staatsoper
DURACIÓN APROXIMADA
Acto I: 1 hora y 17 min.
Pausa de 25 minutos
Acto II: 47 min.
20, 21, 23, 26, 29, 31 de octubre
1, 2, 4, 5, 7, 9, 10 de noviembre de 2014
20.00 horas; domingos, 18.00 horas
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La fille du régiment
ARGUMENTO
Acto I
En las cercanías de un pueblo de montaña, un grupo de campesinos observa al ejército napoleónico
mientras rezan a la Virgen para que acabe pronto la guerra. Entre la gente está la marquesa de
Berkenfield que, junto a su mayordomo Hortensius, huye de las batallas en el Tirol, camino de Austria.
Aparece el sargento Sulpice, quien al frente del 21º regimiento francés de granaderos asegura al
pueblo que la paz está cerca. Tras él llega Marie, una joven huérfana, de modales rudos, que ha
crecido acogida por la tropa desde que el sargento la encontrara en el campo de batalla tras una
escaramuza. Sulpice, sabedor de que ya está en edad de casarse, le pregunta por un forastero con el
que le ha visto, a lo que Marie le responde que se trata de Tonio, un tirolés que le salvó la vida en un
barranco, y al que ama pero con el que no se casará porque no es del regimiento. En ese momento los
soldados traen un extranjero al que acusan de espía. Es Tonio. Marie intercede por él y les convence
para que no le fusilen. Tras la retreta, el joven busca a Marie y le dice que se alistará en el regimiento
para poder desposarla.
Poco después llega al destacamento la marquesa de Berkenfield, quien pide a Sulpice que le escolte
hasta su castillo. Al escuchar el nombre, el sargento recuerda que cuando encontró a Marie, junto a
ella había un hombre muerto que portaba una carta en la que se explicaba que la niña era hija del
capitán francés Robert -miembro también del regimiento 21º- en camino con un sirviente hasta la casa
de su tía, la marquesa de Berkenfield. La aristócrata reconoce en Marie a la hija perdida de su
hermana, y decide llevársela con ella al castillo para educarla.
Acto II
En el castillo, donde también se encuentra el sargento Sulpice, la marquesa se esfuerza –sin mucho
éxitoen inculcarle modales a Marie para casarla con el hijo de la estirada duquesa de Crakentorp. En
ese momento llega todo el regimiento para festejar la próxima boda. Tonio, que está entre los
soldados, le confiesa a la marquesa que sigue enamorado de Marie y le pide su mano, pero la
aristócrata le despide fríamente. Sin embargo, poco después, enternecida, le confiesa a Sulpice que la
chica es hija suya, y que lo había ocultado por miedo al rechazo social.
Al tiempo, aparece Hortensius para anunciar la llegada de la duquesa y su hijo. Marie se rebela contra
la boda, pero termina aceptando el compromiso cuando el sargento le confiesa que la marquesa es su
madre. Cuando los novios están a punto de firmar, llega el regimiento. Esto devuelve la alegría a la
novia y enternece a la marquesa de Berkenfield, quien accede al compromiso de Marie con Tonio. Es
entonces cuando desvela a los asistentes su secreto, lo que horroriza a la duquesa de Crakentorp, que
no puede creer que la que iba a convertirse en su nuera fuera, además, la cantinera del regimiento.
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La fille du régiment
LUZ Y SIMPATÍA
Jaume Radigales
Pocas óperas como La fille du régiment suscitan tanto interés por las peculiaridades de uno de sus
números. Por suerte, la más francesa de las óperas de Gaetano Donizetti –con perdón de La favorite–
es mucho más que los nueve “Do de pecho” que canta Tonio al final del primer acto. Para resumir: La
fille du régiment es una ópera deliciosamente inútil. O inútilmente deliciosa, según se mire. Y justifica
por sí sola la ópera como divertimento, como espectáculo de circo, con saltos, acrobacias, momentos
cómicos, sentimentales, exaltados, espontáneos, descarados, ingenuos, marciales, ligeros, amables...
pero nunca previsibles. Esta obra demuestra que la ópera también puede ser, en definitiva,
espectáculo para todos los públicos para pasárselo bien sin intentar encontrar metafísicas estériles.
Dos horas (cortas) de diversión, que es lo que pretendía Donizetti y que de vez en cuando se agradece.
Pasen y vean.
Donizetti en París
En 1838, Gaetano Donizetti se marchó de Nápoles para instalarse en París. Fue un año malo: el
abandono de la capital de la Campania estuvo marcado por el enfrentamiento con el Conservatorio,
del que nunca fue director. La amargura profesional se añadía a los desastres personales que
recientemente había sufrido el músico: había perdido mujer e hijos el año anterior y la sífilis que lo
llevaría a la tumba una década más tarde empezaba a presentarse en forma de migrañas y cambios
repentinos de humor. Nada, pues, unía ya a Donizetti con Nápoles.
Aparte del cambio de aires, vivir en París suponía hacerlo en una ciudad que acogía con éxito a los
músicos italianos. El Théâtre des Italiens estaba reservado precisamente a los músicos procedentes del
país mediterráneo, y Rossini reinaba desde su retiro, bendiciendo las nuevas hornadas y los nuevos
aires, fueran o no renovadores. Desde su atalaya crítica, sin embargo, un vigilante garante de la pureza
como Hector Berlioz fustigaba a menudo los aires excesivamente fáciles del melodismo italiano en
general y de Donizetti en particular, aunque ocasionalmente perdonaba la vida a algunos (pocos)
pasajes donizettianos. Pero, excepto por el remilgado Berlioz, Donizetti era apreciado y amado en la
capital francesa.
Aparte de la Ópera, la capital francesa acogía el Théâtre de La Renaissance (donde Donizetti estrenó la
versión francesa de Lucia di Lammermoor), el Teatro Lírico y el ya citado Théâtre des Italiens. Y
contaba también con la Opéra Comique, que había sido testigo de la aparición de un género nuevo, en
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La fille du régiment
el que hay que enmarcar estilísticamente La fille du régiment. Grétry, Auber, Boïeldieu, Adam,
Thomas y Halévy habían plantado (con no pocos italianismos, por cierto) la semilla que ahora
recogería con mano maestra el músico de Bérgamo.
Donizetti fue muy bien aceptado en París, donde fue un autor muy representado y popular. Sin
embargo, los estrenos de sus óperas no siempre fueron un éxito: Les martyrs y La fille du régiment,
estrenadas con dos meses de diferencia, recibieron una discreta aceptación, aunque poco después,
especialmente la segunda ópera, fue seguida con fervor y devoción desde teatros de provincias. Tanto
es así, que La fille du régiment volvió a la capital en 1848 y desde entonces –y exceptuando algún año–
se fue representando de manera continuada cada 14 de julio (conmemoración del inicio de la
Revolución Francesa) en la Opéra Comique, donde se había estrenado en 1840. Su representación se
extendió por todo Francia y la Bélgica francófona, hasta la Primera Guerra Mundial. A pesar de ello, el
“Salut à la France” que canta Marie en el segundo acto conmovió a los soldados heridos en diciembre
de 1914, con ocasión de una representación especial para ellos, celebrada en la Salle Favart de la
misma Opéra Comique: se habían superado, con creces, las mil representaciones de la ópera.
Después, Donizetti estrenó en París La favorite (1840), y Dom Sébastien, roi du Portugal (1843), aparte
de Don Pasquale (1843), que fue destinada al Théâtre des Italiens. Con los títulos escritos en París,
Donizetti demostraba su versatilidad y, como había hecho Rossini con su Guillaume Tell, el dominio de
la grand opéra. Pero indudablemente la obra maestra francesa de Donizetti era y sigue siendo La
fille du régiment.
¿Una ópera francesa?
Por mucho que a veces se la quiera institucionalizar e incluso politizar, la música no tiene patria. Y
Donizetti no hizo música italiana ni francesa, porque se limitó a ser Gaetano Donizetti. Es cierto que
asumió y heredó estilísticamente los postulados de la tercera generación de la ópera napolitana (la de
Cimarosa y Paisiello, para entendernos), pero, como Rossini, siempre fue él mismo. A la hora de
escribir una ópera como La fille du régiment tampoco renunció a mostrar su personalidad, aunque
formalmente se amoldó a las líneas maestras de la opéra-comique, que pedía la combinación de
partes habladas (como el Singspiel alemán) con otras cantadas. Estas debían poseer espontaneidad y
sencillez melódicas, números de conjunto con coro, escenas marciales y estructuras cerradas como los
couplets. De estos últimos es forzoso citar “Pour une femme de mon nom” que canta la Marquesa o el
“Chacun le sait” de Marie, ambos en el primer acto. En este sentido, Donizetti parece preparar el
terreno en el que después se movería Jacques Offenbach con sus operetas, especialmente La GrandeDuchesse de Gérolstein y La fille du tambour-major, por sus resonancias militares. Tanto en una obra
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La fille du régiment
como en la otra, sin embargo, la marcialidad resulta de cartónpiedra y los soldaditos son de plomo, a
juzgar (en el caso de La fille du régiment) por la rima fácil de los versos de Jules-Henri Vernoy de SaintGeorges y Jean-François Alfred Bayard en pasajes como “C’est un traître / qui, peut-être, / vient
connaître / nos secrets”. En este sentido, la traducción de Calisto Bassi, que sirvió para las primeras
representaciones en italiano de la ópera en La Scala milanesa ocho meses más tarde del estreno
parisino, hace perder gracia y espontaneidad a una música que Donizetti escribió pensando
específicamente en la prosodia de la lengua francesa.
El estreno, el 11 de febrero de 1840 en la Opéra Comique, fue recibido con cierto escepticismo –tanta
marcialidad llegó a molestar a Hector Berlioz– pero pronto se impuso como uno de los títulos
predilectos del público francés. La época era propicia, en plena monarquía de Luis Felipe I, para un
tema que sitúa la acción durante la invasión napoleónica en Austria, aunque en un contexto tan
inocente como el Tirol de montañas, valles, ríos y lagos. Y sin embargo, Donizetti hizo con La fille du
régiment una obra que, aunque adscrita a los parámetros de la opéra-comique, no es una ópera
eminentemente francesa. Tampoco, claro está, tiene demasiado que ver con el Donizetti anterior, si
bien el estilo es especialmente reconocible en pasajes de cariz sentimental: por ejemplo, el dúo en
tres secciones “Depuis l’instant” que cantan Tonio y Marie en el primer acto; o la despedida de Marie
al final de este mismo acto (“Il le faut”), con el lamento del corno inglés como sutil acompañante de la
voz de Marie. Ella es el centro de la acción, un personaje vivo, alegre, humano y luminoso, que nunca
está solo. No es casual que su gran aria del segundo acto (“Par le rang de l’opulence”) cuente de
nuevo con la confidencialidad de otro instrumento solista, en este caso un violonchelo.
Hay, también, escenas puramente cómicas, como la autoparodia de la escena de la lección de canto
en el segundo acto, o los dúos y tríos con Sulpice (“Au bruit de la guerre”) y Tonio (“Tous les trois
réunis”), además de las escenas marciales (los “rataplan” un tanto groseros en su reiterada insistencia)
o eminentemente patrióticas (la cabaletta “Salut à la France” que cantan Marie y el coro de soldados
en el segundo acto), con aires eminentemente populares como el vals de “Il est là, morbleu!”. Y, claro
está, lucimiento del bueno para la soprano y el tenor protagonistas. Ya hemos hablado de Marie, y
ahora nos ocupamos de Tonio, de quien inevitablemente todos quieren oír los nueve “Do”
sobreagudos (Do4, el célebre “Do de pecho”) de “Pour mon âme”, una página que se canta después
de un pasaje anterior, como es la escena “Ah mes amis, quel jour de fête”. Tonio, sin embargo, todavía
tiene reservada otra página memorable en el segundo acto (“Pour me raprocher de Marie”) que no se
incluyó en la versión italiana.
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La fille du régiment
Generaciones de cantantes, desde la “Donizetti Renaissance” de mediados de los años 50 del siglo
pasado, se han cobijado a la sombra de los personajes del músico de Bérgamo. En el caso de La fille du
régiment, fue Joan Sutherland quien hizo memorables interpretaciones del personaje de Marie
cuando la ópera se reexhumó a finales de los años 60. Después vinieron Edita Gruberova, Natalie
Dessay y Patrizia Ciofi. Ellos también han tenido alguna cosa que ver: Luciano Pavarotti, Alfredo Kraus,
Rockwell Blake y Juan Diego Flórez para hacer frente a las mil y una acrobacias que propone una ópera
como esta. Lo que decíamos: pasen y vean (y, sobre todo, escuchen).
Jaume Radigales es doctor en Historia del Arte por la Universidad de Barcelona y crítico musical de La
Vanguardia
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La fille du régiment
BIOGRAFÍAS
BRUNO CAMPANELLA
DIRECTOR MUSICAL
Considerado como uno de los directores italianos más sobresalientes de su generación, trabaja
asiduamente en las principales plazas musicales del mundo. Experto en belcanto, especialmente en
Rossini, Donizetti y Bellini, su repertorio también incluye obras de Verdi, Stravinski, Britten y Rota. Fue
director de la Orquesta del Teatro Regio de Turín de 1992 a 1995, con la que dirigió títulos como Le
Comte Ory, I puritani, Lucrezia Borgia, La traviata y Anna Bolena, entre otros. Ha dirigido en la
Staatsoper de Viena, la Royal Opera House de Londres, la Scala de Milán, el Metropolitan de Nueva
York, la Opéra national de París, el Liceu de Barcelona, el Teatro La Fenice de Venecia y la Lyric Opera
de Chicago, obras como L’italiana in Algeri, La fille du régiment, Don Pasquale, La Cenerentola, Il
barbiere di Siviglia, ll pirata, Lucia di Lammermoor, Norma, Macbeth, Marino Faliero y La sonnambula.
Este año ha dirigido Il barbiere di Siviglia en Nápoles, I Capuleti e i Montecchi en París y La favorite en
Toulouse. Debuta en el Teatro Real.
JEAN-LUC TINGAUD
DIRECTOR MUSICAL
Después de estudiar piano y dirección de orquesta en el Conservatorio Nacional de París, fue elegido
por Manuel Rosenthal, alumno de Ravel, para ser su asistente. Fue una influencia formativa en su
pasión por la música francesa. En 1997 fundó OstinatO, una orquesta de cámara con base en París,
compuesta de jóvenes titulados, con la que se han presentado en muchos lugares de Francia (la Opéra
Comique de París, la Opéra National de Bordeaux, el Théâtre des Champs-Elysées, el de l’Athénée, el
Impérial de Compiègne y varios festivales franceses). La ópera ha sido uno de sus grandes intereses y
ha dirigido obras del repertorio más conocido (Madama Butterfly en Pittsburgh, Carmen en Toulon,
L’elisir d’amore en París, entre otros) y otras tan inusuales como Pénélope de Fauré, Manon Lescaut de
Auber, L’île de Tulipatan de Offenbach, Ciboulette de Hahn o Le roi malgré lui de Chabrier. En el año en
curso ha dirigido óperas en Londres (Les pêcheurs de perles), París (La bohème) y Verona (Roméo et
Juliette). Debuta en el Teatro Real.
LAURENT PELLY
DIRECTOR DE ESCENA Y FIGURINISTA
Es uno de los creadores escénicos más sobresalientes en el panorama internacional de la actualidad.
Entre 1997 y 2007 dirigió el Centre Dramatique National des Alpes (Grenoble). En 2007 fue nombrado
codirector del Théâtre National de Toulouse, junto a Agathe Mélinand, en el que ha dirigido
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La fille du régiment
escénicamente una gran lista de obras de grandes autores (Goldoni, Hugo, Bennet, Shakespeare,
Marivaux). Sus puestas en escena de óperas han sido aplaudidas en el Metropolitan de Nueva York, la
Opéra national de París, la Royal Opera House de Londres, la Staatsoper de Viena, el Gran Teatre del
Liceu de Barcelona, la Ópera de San Francisco, y otros centros líricos internacionales. Entre los
numerosos títulos que le han granjeado el reconocimiento del público y de la crítica se cuentan Platée,
Giulio Cesare in Egitto, Les contes d’Hoffmann, L’elisir d’amore y Manon. Recientemente ha dirigido
nuevas producciones en Milán (Le comte Ory), París (I puritani) y Ámsterdam (L'etoile). Debuta en el
Teatro Real.
ALEKSANDRA KURZAK
MARIE
Nació en Polonia y estudió canto en los conservatorios de Wroclaw y Hamburgo. En 2009 se doctoró
en Música. Miembro del conjunto estable de la Staatsoper de Hamburgo, ha cantado en escenarios
internacionales como la Scala de Milán, el Metropolitan de Nueva York, la Staatsoper de Viena, la
Royal Opera House de Londres, la Ópera de San Francisco, la Ópera de Los Ángeles y el Festival de
Salzburgo. De su amplio repertorio sobresalen personajes como Violetta (La traviata), Norina (Don
Pasquale), Adina (L’elisir d’amore), Fiorilla (Il turco in Italia), Donna Anna (Don Giovanni), Rosina (Il
barbiere di Siviglia), Juliette (Roméo et Juliette), Fiordiligi (Così fan tutte) y la protagonista de Lucia di
Lammermoor. Recientemente ha cantado Gilda (Rigoletto) y La Comtesse de Formoutiers (Le comte
Ory) en Londres y Milán respectivamente. En el Real ha cantado Le nozze di Figaro.
(aleksandrakurzak.com)
DESIREÉ RANCATORE
MARIE
Una de las sopranos más reconocidas del momento, nació en Palermo y debutó muy joven en el
Festival de Salzburgo (Barbarina en Le nozze di Figaro). En su repertorio ocupa un lugar destacado su
interpretación del personaje de Olympia (Les contes d’Hoffmann), así como Gilda (Rigoletto), Adina
(L’elisir d’amore), Norina (Don Pasquale), Elvira (I puritani), Amina (La sonnambula), Leïla (Les pêcheurs
de perles), Violetta (La traviata), Sémele (L’Europa riconosciuta, de Salieri) y las protagonistas de Lucia
di Lammermoor y Lakmé. Ha sido invitada a cantar en escenarios como la Scala de Milán, la Staatsoper
de Viena, la Royal Opera House de Londres, la Opéra national de Paris y el Teatro La Fenice de
Venecia, entre otros. Recientemente ha interpretado a La Comtesse Adèle (Le comte Ory) en Lyon y a
Marie (La fille du régiment) en Palermo. En el Real participó en El rapto en el serrallo (Mozart) y en Les
contes d’Hoffmann. (Offenbach). desireerancatore.com
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La fille du régiment
EWA PODLES
LA MARQUESA DE BERKENFIELD
Con su inconfundible timbre y extensión de su registro vocal, está considerada como una de las
auténticas contraltos de nuestro tiempo. Fue ganadora de importantes concursos, incluyendo el
Chaikovski, y se formó en la Academia Chopin de Varsovia. Su repertorio abarca obras desde el
Barroco a Penderecki, pasando por el belcanto rossiniano, personajes verdianos y straussianos, de
compositores rusos y románticos. Ha actuado en los principales escenarios del mundo, desde el
Metropolitan de Nueva York hasta la Staatsoper de Viena pasando por la Royal Opera House de
Londres y los festivales de Aix-en- Provence y Edimburgo. Ha participado en más de una docena de
grabaciones de audio y vídeo. En el Teatro Real ha cantado en Un ballo in maschera (Ulrica), Cantos y
danzas de la muerte de Musorgski, Alexander Nevski de Prokofiev y Tancredi de Rossini.
(www.podles.pl)
REBECCA DE PONT DAVIES
LA MARQUESA DE BERKENFIELD
Inició sus estudios en la Guildhall School of Music and Drama de Londres, su ciudad natal, y debutó en
la English National Opera como Emilia (Otello), donde fue miembro del conjunto de artistas estables.
Esta mezzosoprano ha interpretado a Ulrica (Un ballo in maschera), Mistress Quickly (Falstaff),
Geneviève (Pelléas et Mélisande) y Annina (Der Rosenkavalier). Otras de sus actuaciones
internacionales incluyen personajes como Klytämnestra (Elektra) en la Opera North, Mrs. Sedley (Peter
Grimes) en la Deutsche Oper am Rhein de Dússeldorf y en el Liceu de Barcelona, Herodias (Salome) en
Bielefeld y La madre de Prakriti (Wagner Dream de Jonathan Harvey) en la De Nederlandse Opera de
Ámsterdam. También es muy apreciada como cantante de conciertos y recitales. Recientemente ha
interpretado a La tía Kay en Anna Nicole de Mark-Anthony Turnage en el Covent Garden de Londres.
Debuta en el Teatro Real.
ÁNGELA MOLINA
LA DUQUESA DE CRAKENTORP
Tras sus comienzos cinematográficos, que incluyen trabajos para Buñuel y Gutiérrez Aragón, esta
actriz madrileña se convirtió en una de las más representativas de la transición española. Después
amplió su trayectoria a Francia e Italia, con incursiones en el cine alemán, estadounidense y
latinoamericano. Ha actuado en más de un centenar de películas y ha sido galardonada con premios
como el David de Donatello (Academia de cine italiana) a la mejor actriz protagonista por Camorra:
Contacto en Nápoles (1986) y la Concha de Plata del Festival de San Sebastián a la mejor Actriz por La
mitad del cielo (1986). Ha sido nominada en cinco ocasiones a los premios Goya (Luces y sombras,
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La fille du régiment
1988; Las cosas del querer, 1989; Carne trémula, 1997 y Blancanieves, 2012). También ha desarrollado
una reconocida carrera en teatro y televisión. En el 2013 fue galardonada con la Medalla de Oro de la
Academia de cine española. Debuta en el Teatro Real.
JAVIER CAMARENA
TONIO
Este tenor mexicano nació en Veracruz y estudió en la Universidad de Guanajuato. Tras ganar varios
concursos internacionales, entre ellos el premio Juan Oncina del Francisco Viñas (2005), fue
contratado como solista en el conjunto de artistas de la Ópera de Zúrich. En su repertorio sobresalen
sus interpretaciones de personajes como Nemorino (L’elisir d’amore), Ernesto (Don Pasquale),
Ferrando (Così fan tutte), Don Ottavio (Don Giovanni), Il conte Almaviva (Il barbiere di Siviglia), Don
Ramiro (La Cenerentola), así como también Elvino (La sonnambula) y Fenton (Falstaff). Ha cantado en
grandes escenarios como el Metropolitan de Nueva York, el Liceu de Barcelona, la Staatsoper de
Viena, la Opéra national de Paris, la Staatsoper de Berlín y el Festival de Salzburgo. Recientemente ha
interpretado a Belmonte (Die Entführung aus dem Serail) en la Bayerische Staatsoper de Múnich.
Debuta en el Teatro Real. (javiercamarena.com.mx)
ANTONINO SIRAGUSA
TONIO
Este tenor nació en Messina y estudió con Antonio Bevacqua. En 1992 ingresó en el coro del Teatro
Bellini de Catania y cuatro años más tarde ganó el primer premio en el Concurso Giuseppe di Stefano.
Mantiene una brillante carrera internacional que le ha llevado a escenarios como el Teatro alla Scala
de Milán, el Metropolitan de Nueva York, la Staatsoper de Viena, la Opéra national de Paris, la
Staatsoper de Berlín y el Festival Rossini de Pésaro. De su amplio repertorio podemos mencionar sus
interpretaciones de Argirio (Tancredi), Lindoro (L’italiana in Algeri), Il conte Almaviva (Il barbiere di
Siviglia), Don Ramiro (La cenerentola), Nadir (Les pêcheurs de perles) y Nemorino (L’elisir d’amore),
entre otros. Recientemente ha interpretado a Lindoro en Valencia, Argirio en París y a Rinaldo
(Armida) en Pésaro. En el Teatro Real ha cantado en Semiramide y L’elisir d’amore.
(antoninosiragusa.com)
PIETRO SPAGNOLI
SARGENTO SULPICE
Tras ganar en 1987 el concurso de canto Pergolesi en Roma, este barítono italiano ha desarrollado una
importante carrera internacional y es un reconocido intérprete de obras de Mozart, Rossini y
Donizetti. Su repertorio incluye Don Giovanni y Leporello (Don Giovanni), Figaro (Il barbiere di Siviglia),
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La fille du régiment
Dulcamara (L’elisir d’amore), Don Magnifico (La cenerentola), Malatesta (Don Pasquale) y Marcello (La
bohème), entre otros. Ha participado en diversos festivales y prestigiosos teatros de ópera en todo el
mundo, y ha trabajado con prominentes directores musicales y escénicos. Recientemente ha cantado
en el Festival de Aix-en- Provence (Prosdocimo en Il turco in Italia), en el Metropolitan de Nueva York
(Dandini en La cenerentola) y en el Covent Garden de Londres (Sulpice en La fille du régiment). En el
Real ha participado en L’Orfeo, Così fan tutte, Il barbiere di Siviglia, La pietra del paragone y Le nozze di
Figaro.
LUIS CANSINO
SARGENTO SULPICE
Este versátil barítono madrileño realizó su formación musical en los conservatorios de Vigo y Madrid.
De su amplio repertorio sobresalen los papeles protagonistas de Rigoletto, Simon Boccanegra y
Nabucco, así como Leporello (Don Giovanni), Dulcamara (L’elisir d’amore), Germont (La traviata) y
más de cuarenta personajes principales de zarzuelas. Se ha presentado en los más importantes teatros
del panorama nacional (el Liceu de Barcelona, el Palau de les Arts de Valencia, la Ópera de Oviedo, el
Maestranza de Sevilla…), así como en escenarios de Italia, Alemania, la República Checa e
Iberoamérica. Recientemente ha interpretado a Barnaba (La Gioconda) en el Teatro São Carlos de
Lisboa, Amonasro (Aida) en el Teatro Nacional de Brno, y Simon Boccanegra en los teatros nacionales
de Praga y Bratislava. En el Teatro Real participó en Andrea Chénier e I vespri siciliani.
(luiscansino.com)
ISAAC GALÁN
HORTENSIUS
Nació en Zaragoza y estudió con Teresa Berganza, Manuel Cid y Tom Krause en la Escuela Reina Sofía
de Madrid. Amplió su formación en la Ópera de Zúrich y en el Centro de Perfeccionamiento Plácido
Domingo de Valencia, y fue premiado en los concursos Francisco Viñas, Gayarre y Manuel Ausens. Ha
sido solista en el Landestheater de Linz durante tres temporadas y ha cantado bajo la dirección de
Maazel, Mehta, Zedda, Dantone, López Cobos y Ros-Marbá. Últimamente ha actuado en La vida breve
(Manuel) en el Palau de les Arts de Valencia, en L’incoronazione di Poppea (Mercurio) en la Opéra de
Montpellier, en Cendrillon (El Rey) en el Liceu de Barcelona, en El juramento (El marqués) en el Teatro
de la Zarzuela y en Don Pasquale (Malatesta) en la Ópera de Oviedo. En el Real ha participado en Don
CarIo, Poppea e Nerone, Il barbiere di Siviglia, Alceste, Lohengrin y Les contes d’Hoffmann.
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