Cuando la prensa internacional convirtió a Hitler en una auténtica

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Cuando la prensa internacional convirtió a
Hitler en una auténtica celebrity
A pesar de su difícil carácter y trato antisocial, la maquinaria propagandística nazi supo
vender al exterior la cara más amable de Adolf Hitler, consiguiendo que la prensa de
medio mundo publicase artículos alabando al Führer al mismo tiempo que en Alemania
ya había dado inicio la feroz campaña xenófoba y antisemita. (Fuente: El Mundo-España)
La prensa mostraba una cara amable y desconocida de Hitler. Todo aquel que trató a Adolf
Hitler en la intimidad sabía que se trataba de un sociópata cuya personalidad distaba mucho de
ser la del líder carismático que acabó siendo para millones de personas que lo siguieron y
apoyaron enfervorecidamente.
Estaba lleno de complejos, inseguridades, fobias y manías, pero, a pesar de todo eso, en
cuanto se ponía frente a un atril y estaba rodeado de público (y cuanto más mejor) se
venía arriba, mostraba una asombrosa seguridad y aparecía en él un carisma y verborrea
que dejaba boquiabiertos a todos los presentes.
Ese aspecto de su personalidad fue el que quisieron aprovechar y explotar todos aquellos
que rodeaban a Hitler y que ayudaron a encumbrarlo, primero en lo más alto del Partido
Nacionalsocialista, después en alcanzar la cancillería del gobierno de Alemania y
posteriormente lo intentaron en el propósito de conquistar Europa.
Para ello contaron con una perfecta maquinaria propagandística que convirtió la imagen
del Führer en una de las celebridades más importantes y admiradas de su época.
Amable reportaje sobre Hitler en The New York Times del 20 de agosto de 1939 (The
New York Times) Durante la segunda mitad de la década de 1930 medio planeta estaba
intentando recuperarse de la feroz crisis padecida tras el crack del 29, Hitler había llegado
al poder en Alemania y el resto del mundo miraba con expectación qué era lo que traería
este singular personaje. Era una época en la que las películas comenzaron a ser sonoras y
la prensa sensacionalista y del corazón estaba en un momento álgido al publicar noticias
sobre escándalos hollywoodenses.
Entre todos esos personajes del papel cuché comenzó a asomar reportajes, en los diarios
y revistas de más prestigio y fama, sobre la cara más amable y seductora de Adolf Hitler.
La revista Times, en su número publicado el 2 de enero de 1939 declaraba a Hitler
como ‘el hombre del año 1938’, apenas dos meses después de los trágicos sucesos de la
noche de los Cristales Rotos, en la que fueron atacadas prácticamente todas las sinagogas
de Alemania, destruidos y quemados infinidad de negocios pertenecientes a personas
judías que además recibieron palizas o fueron detenidas en un número superior a 30.000
personas.
A pesar de todo ello, y de la política xenófoba que se estaba llevando a cabo en Alemania
bajo su consentimiento, el Führer se estaba convirtiendo en una auténtica celebridad que
era admirada por infinidad de personas. Por aquella misma época incluso llegó a ser
candidato a ganar el Premio Nobel de la Paz.
Hitler junto a la hija de Joseph Goebbels. Ese mismo mes de noviembre de 1938, la revista
británica ‘Homes & Gardens’ (Casas y jardines) publicaba un extenso reportaje en el que Hitler
los recibía en sus diferentes villas y mansiones y era fotografiado junto a valiosísimos elementos
arquitectónicos o de decoración, como si de una celebrity de hoy en día se tratase. Alaban su
buen gusto y lo describían como alguien afable, cercano y amante de los animales y los niños.
The New York Times, muy en la línea de las anteriores publicaciones, también publicó
algún que otro artículo donde mostraba el lado más humano de Hitler y lo curioso es que
uno de los números en los que mejor hablaban de él fue el que publicaron el 20 de agosto
de 1939, tan solo doce días antes de que el Tercer Reich invadiera Polonia y se
desencadenase la Segunda Guerra Mundial.
Varias fueron las personas que tuvieron mucho que ver en el encumbramiento mediático
de Hitler y su gran proyección internacional, pero cabe destacar entre todas ellas a Joseph
Goebbels (máximo responsable de la propaganda nazi y su mano derecha), la cineasta
Leni Riefenstahl (directora de las películas que mostraron lo mejor del Tercer Reich), y
la arquitecta alemana Gerdy Troost, una de las grandes artífices de la decoración,
construcción y remodelación de las viviendas del Führer.
Hitler junto a Gerdy Troost y Joseph Goebbels en 1937
Está previsto que salga a la venta en los próximos días el libro ‘Hitler at home’ de la
historiadora Despina Stratigakos y publicado por la editorial de la Universidad de Yale,
en la que explica pormenorizadamente cómo la prensa internacional convirtió a Adolf
Hitler en una auténtica celebrity.
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