FRANCISCANAS MISIONERAS DE LA MADRE DEL DIVINO PASTOR PROVINCIA “NUESTRA SEÑORA DEL PILAR” / ARGENTINA - BOLIVIA “La belleza salvará al mundo…” esta afirmación ya ha resonado bajo el sol y, aunque parezca atravesada por cierta ingenuidad, creo que no es tan cándida. Mirando a nuestro alrededor, mirando más allá y más acá de nosotr@s mism@s, tod@s tendremos una experiencia que nos pone en contacto con la belleza. Pero de qué belleza estamos hablando. Creo que de aquella que se hace visible en cada obra de arte; en cada tejido de sentido que se va entrelazando a través de la tinta de tantos autores y autoras, desde el delicado trabajo de urdir las experiencias más vitales y deseos más hondos de la humanidad, corporeizándolos en esos textos entrañables; textos que permanecen en el tiempo porque nos conectan con nuestros propios deseos y vivencias fundantes. Esa belleza le da color a nuestros días, va tonalizando lo cotidiano, evitando que la monotonía y mediocridad decolore tanta vitalidad que atraviesa, a veces tan silenciosa, toda la existencia. Qué tragicidad la de quien es incapaz de escuchar el susurro de la poesía que fluye a lo largo de los tiempos, recordándonos que todos y todas tenemos un mismo origen y un mismo horizonte; la suavidad de la fragancia que sigue llenando la casa, la Casa Grande, cuando alguien entrega el mejor de sus perfumes en la escucha comprensiva o en el amoroso cuidado reverenciando el misterio de la otredad; la intensidad de los colores, aquellos que surgen de la policromía de miradas y sonrisas o de la multiplicidad de tonos que maternalmente nos regala nuestra hermana Tierra… Qué belleza incomparable la que emerge cuando podemos contemplar un cuadro viviente de quien se abre a lo diverso o se ofrece gratuitamente en el sueño compartido de un mundo mejor… Qué belleza inaudible la que surge de un “te amo”, “perdón”, “gracias”, aquella que brota de las risas de los niños cuando ceden a lo gratuito del juego o de aquellos proyectos que se gestan en comunidad buscando otro mundo posible… Qué belleza inapreciable la que crea nuevas historias, aquellas que se escriben cuando somos capaces de mirar la vida de frente y no temerle a los sueños, a los deseos o la bendita insatisfacción que nos lleva a ser autores de nuestro presente y de nuestro futuro… Esa es la belleza que salvará al mundo… desde no hace mucho, soy testigo del milagro del amor que embellece los días difíciles de una familia que acompaña la enfermedad de un hijo adolescente. Lo mejor, que estaba latente en muchos, FRANCISCANAS MISIONERAS DE LA MADRE DEL DIVINO PASTOR PROVINCIA “NUESTRA SEÑORA DEL PILAR” / ARGENTINA - BOLIVIA comenzó a dinamizar una corriente de afecto y solidaridad. El cariño trascendió las paredes de la casa, del aula, del colegio, para llegar a toda la Comunidad y, lo que es más importante aún, llegó a ese lugar donde habita lo mejor de nuestro ser, donde la belleza y la bondad hacen morada. Esta es la belleza que salvará al mundo… Hna. Silvia A. Duarte Cdad. km2 Eldorado, Misiones