ANS Service Número 5

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IV ASAMBLEA DE LAS IUS
Ante el reto del “Programa Común II”
Intervención del Rector Mayor
Salesianum – 8 julio ‘03
La aprobación, por unanimidad, que, en la sesión plenaria del pasado 7 de
enero, el Rector Mayor con su Consejo dio a los documentos, «Entidad de las
Instituciones Salesianas de Educación Superior» y «Políticas para la
presencia salesiana en la Educación Superior» ha señalado un punto
importante del camino de reflexión en las presencias universitarias surgidas en
la Congregación, presencias que la fidelidad a nuestra misión de educadores de
jóvenes nos ha hecho crear y que deberemos desarrollar y mejorar.
Este camino se inició por voluntad personal de mi predecesor, don Vecchi, que
también en esto se mostró estratégico y con perspectivas de futuro. En efecto,
su Carta Circular, "Yo por vosotros estudio", en la que trazaba la política
cultural de la Congregación, ya hacía notar la necesidad de tomar en vuestras
manos, acompañar y gobernar las Instituciones Universitarias, que por una y
otra parte se estaban desarrollando en distintas áreas de la Congregación. Lo
que en un principio se planeada solamente como una toma de datos para
conocer mejor esta realidad, con el nombramiento del don Carlos Garulo como
Delegado personal de don Vecchi, se ha convertido en un proyecto
significativo, tanto desde el punto de vista del conocimiento de las "obras
universitarias salesianas" como de la clarificación y la definición de la identidad
de nuestras universidades, del proyecto institucional y de distintas iniciativas
de formación, como el curso “on line" sobre el Sistema Preventivo, y de
colaboración.
Hoy las IUS ya tienen carta de identidad en la Congregación y en las
Inspectorías. Se ha pasado del “fait accompli” a obras que forman parte del
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proyecto de las Inspectorías, y se ha ido más allá, gracias a la voluntad de una
mayor coordinación y sinergia.
En estos momentos nos encontramos reunidos, una vez más, para mirar juntos
al futuro. Os digo, ya, que el futuro próximo de nuestras presencias en el
ámbito universitario encuentra, pues, en estos dos documentos verdaderos
instrumentos de dirección y gobierno para todos nosotros: la definición de la
salesianidad de estas obras, la descripción de las líneas fundamentales, la
identificación de las nuevas metas y los objetivos que hay que alcanzar. Por
esto lo primero que quisiera hacer es animarnos, el primer lugar, a conocer
bien estos dos documentos, para, posteriormente, poner en práctica las
políticas que en ellos están definidas.
Se debe comenzar, os escribía, un proceso de creciente cualificación de las
IUS, favoreciendo - entre nosotros y vosotros, y entre vosotros - el consenso,
la colaboración y la responsabilidad, ya desde hace mucho tiempo
experimentadas con éxito. Desearía que lograrais poneros de acuerdo en un
nuevo programa común que determine el modo y los tiempos para la puesta
en práctica las políticas ya promulgadas.
Pienso que sería útil recordar todo lo que decía a este respecto: "todavía
durante un cierto tiempo se requerirá un trabajo especial de los responsables
de las IUS - Inspectorías y Autoridades Académicas - para poner los cimientos
y crear las condiciones para que las orientaciones de la "Identidad" y las
"Políticas" lleguen a impregnar la vida ordinaria de cada una de las
instituciones. A este compromiso se deberá incorporar todo el personal de las
IUS. Estoy convencido que en esta tarea de las personas confluirán los
resultados de la acción ya emprendida por medio de un curso virtual orientado
a la formación educativa y salesiana de los profesores. De esta forma la
Congregación
Salesiana
construirá
firmemente,
dentro
del
ámbito
universitario, una tradición educativa que apenas hemos comenzado".
Y dejadme que ahora os proponga alguna idea más profunda y con
perspectivas de futuro.
El compromiso universitario
La Cultura es un sector estratégico de la Congregación y las IUS un
instrumento primario de esta estrategia.
Hacer explícita esta opción implica no sólo aceptar lealmente ciertas formas
estructurales propias de cada centro universitario, sino entrar dentro de la
responsabilidad y de la evolución viva de la realidad universitaria, más
dinámica y más exigente de cada estatuto, con las profundas necesidades de
cambio que en este aspecto exigen la historia del hombre, la vida de la Iglesia
y la vocación de la Congregación.
¿Cuáles podrían ser estas exigencias?
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1. Vínculo orgánico con la vida
El motor que mueve una universidad es la ciencia, pero la mayor preocupación
de una verdadera universidad es la cultura humana. El esfuerzo científico debe
ser incorporado a la cultura humana como un servicio a la persona y a su
vocación.
Si esto es verdad para cualquier universidad, lo es, especialmente, cuando se
trata de institutos universitarios, como los nuestros, o que se dedican al
estudio de la presencia salvadora de Dios en la historia y de la participación
humana en este misterio, o que tienen una identidad y especificidad propios
por el hecho de ser salesianos.
Una Universidad no es auténtica sin un vínculo orgánico con la vida.
Si "investigación" y “docencia" son funciones complementarias inseparables de
la realidad universitaria, ésta deberá desarrollarse al servicio de personas
vivas, acompañadas de contingencias concretas.
Es necesario, pues, que la preocupación de "acción científica" se inserte en la
problemática vida de la comunidad humana y social viviente, a la que ofrece su
servicio.
2. Originalidad de especialización
Las IUS, como por otra parte todas las universidades católicas, deberán
distinguirse “más que por el número, por el compromiso cultural” (GE 10).
¡La calidad es un criterio perenne de renovación!
Las IUS deben aportar al compromiso universitario de los distintos países la
originalidad de intereses de la misión salesiana, garantizando una presencia
cualificada y especializada en el ámbito de la realidad juvenil y popular.
La Congregación ha fundado y quiere sostener las IUS no por motivos de
prestigio - si fuese así no se justificarían - , sino como una expresión
cualificada de fidelidad a la propia vocación en la sociedad y en la Iglesia. Es
necesario garantizar, pues, en las IUS una originalidad de especialización en
consonancia con nuestro carisma y nuestra misión en el mundo.
Interdisciplinariedad
La creciente especialización de las ciencias puede llevar a disgregar un
organismo universitario en compartimentos casi herméticos, sin comunicación
entre ellos. En este caso, una Facultad o un Instituto organiza unilateralmente
sus programas y pone en práctica su trabajo sin preocuparse del conjunto del
compromiso universitario global y de la importancia de converger todos en una
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visión de síntesis. ¡La Universidad no puede reducirse a una simple suma de
Facultades e Institutos!
El compromiso de la Congregación en el ámbito universitario va más allá de la
ciencia y se esfuerza por construir centros orgánicos capaces de elaborar una
cultura cristiana; por esto busca asegurar institucionalmente en sus
Universidades un diálogo interdisciplinar.
Cada Universidad tiene el grave deber y la obligación de precisar su propia
tipología: cómo se concibe a sí misma, qué misión específica pretende realizar
y de qué forma se dispone a alcanzar sus objetivos. Todo esto lo hemos
querido definir en los documentos que anteriormente hemos citado "Identidad
de las Instituciones Salesianas de Educación Superior" y "Políticas para la
presencia salesiana en la Educación Superior", que no son pues algo "opcional"
para cada una de las IUS, sino un cuadro normativo de referencia.
Lo que caracteriza a la Universidad debe ser la "pluri-disciplinariedad" y la
"inter-disciplinariedad" entre las ciencias, y - allí donde existen - la filosofía y
la teología, de tal forma que se tenga en cuenta una visión cristiana de
síntesis. Se trata de promover una inspiración cristiana no sólo incidental sino
comunitaria e institucional.
Peligros de una carencia de interdisciplinariedad
La falta de interdisciplinariedad en la Universidad lleva como consecuencia a
los así llamados compartimentos estanco. He aquí algunos de los posibles
peligros:
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Pérdida de la conciencia del fin específico de las IUS en cuanto unidad
institucional; y esto comportaría, poco a poco, la adulteración de su
carácter "universitario", "salesiano", si bien subsistirían zonas científicas
como fin en sí mismas.
Unilateralidad de formación intelectual, desequilibrio cultural, sentido de
naturalismo en ciertas zonas antropológicas, incapacidad de una traducción
científica de la fe en la elaboración de una visión de síntesis.
Alineación y anacronismo de la teología y de la filosofía, las cuales, si no
entran en diálogo con las nuevas ciencias y no se sienten en relación con los
problemas concretos del hombre de hoy, pueden tergiversar el realismo de
la razón convirtiéndose en creadoras de simple erudición y de
conceptualismo abstractos.
Dispendio inútil de energías, duplicados, clausura en posiciones ideológicas
defensivas y agresivas sin apertura al diálogo, incapaces de situarse por
encima de las así llamadas corrientes "conservadoras" o "progresistas".
Formalismo jurídico de una autonomía mal interpretada.
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Especificidad salesiana
Las IUS deberán fortalecer como su nota característica la dimensión
"pastoralista". Ésta no se puede limitar ni a una disciplina complementaria, ni a
un programa parcial, ni, simplemente, a un Instituto “ad hoc”, ni a una,
simple, Facultad.
La finalidad pastoral debería ser un criterio de totalidad o una unidad de
medida para las IUS, como una norma de programación para todas las
Facultades e Institutos, como la razón motriz de la inter-disciplinariedad, como
el alma del diálogo científico, como la fuerza aglutinante de las muchas
actividades universitarias y del compromiso común hacia una visión de
síntesis.
¿Porque existen las IUS? ¿Qué se ha querido lograr con su presencia? ¿Qué
espera hoy de su actividad la Congregación y la Familia Salesiana?, y ¿la
misma Iglesia?, y ¿hasta la sociedad?.
A estas preguntas han querido responder los ya citados documentos
«Identidad de las Instituciones Salesianas de Educación Superior» y
«Políticas para la presencia salesiana en la Educación Superior», que
hay que considerarlas cada vez más importantes para decir quiénes somos,
qué hacemos, cuáles son nuestros objetivos, y a través de qué sistema
pedagógico.
Debemos, pues, convencernos de no alimentar utopías en la orientación de la
Universidad, o una sección de la Universidad, o una Facultad, o un Instituto,
hacia un tipo de autonomía o una tarea de investigación y actividad académica
absolutamente independientes y con fin en sí misma, desligada de la
preocupación vital de la comunidad social y eclesial, y de la orientación de la
Congregación.
Bajo este perfil, insistiría en una visión de fe que sepa prestar una atención
especial, dentro del diálogo de las ciencias, a la realidad juvenil y popular:
precisamente porque en ella se encuentra el campo humano en el que nosotros
nos proponemos servir a la sociedad a través de las IUS.
En el sector juvenil y popular hay una presencia más que centenaria de
servicio, inventada, digamos, por Don Bosco, o más bien querida por el Señor
a través de Don Bosco, que tiene un espíritu, una criteriología pastoral, y un
método de relación concretos.
El saber cuidar la visión salesiana comportará la creación de una orientación
científica y un clima de vida, una atmósfera, que dan preferencia a los
destinatarios de los Salesianos como los sujetos que mejor expresan el tipo de
investigación científica y de formulación intelectual que nuestras Universidades
pretenden ofrecer a todos.
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Finalmente, otro elemento que aparecerá en la consideración de la finalidad
específica de las IUS, es el compromiso especial que debe ejercer sobre ellas la
Facultad de Ciencias de la Educación.
Las IUS deben ser concebidas como una institución lo más orgánica posible,
con una naturaleza de verdadera "Universidad Católica", pero caracterizada por
su originalidad. Y las IUS son originales porque los Salesianos con su misión
pedagógico-pastoral imprimen en ellas una fisonomía inconfundible.
Esta originalidad de las estructuras, del modo de realizar todo el conjunto del
trabajo universitario, se manifiesta particularmente en el campo pastoral y
pedagógico. Este campo está representado sobre todo por la Facultad de
Ciencias de la Educación.
Por tanto, el campo pedagógico y pastoral debería ser considerado no como el
sector de un grupo que se pone al lado de otro, si no como el vértice de todo.
Esta afirmación implica:
- una opción por la Facultad de Ciencias de la Educación.
- una apertura especial de los intereses de esta Facultad hacia los de las
otras Facultades.
- finalmente, que las otras Facultades abran, cada vez más, su sensibilidad al
crecimiento de las ciencias del hombre y a iniciativas de interdisciplinariedad.
Lo más importantes es que nuestras Universidades sepan presentar como su
aspecto más característico la originalidad de la vocación salesiana en la Iglesia.
Naturalmente, vosotros, los Profesores y los Estudiosos, sois el punto central y
quienes tenéis la posibilidad de llevar adelante la identidad y el crecimiento
universitario. ¡En vuestras manos está la responsabilidad para hacer funcionar
bien todo esto!
Esperanza
Concluyo con un pensamiento esperanzador.
La Congregación os contempla y espera mucho de vosotros. Vosotros sois, en
cierta forma, indispensables: no individualmente, sino como estructuras
comunitarias de estudio y de reflexión, para que, desde dentro de la
Congregación, podáis iluminar muchas exigencias de la misión salesiana al
servicio de la juventud y del pueblo. Tenéis espacio y libertad de acción; se os
ha encomendado una tarea concreta; se os la ha dado con total confianza; la
habéis recibido como misión.
Vivís un momentos providencial: el comienzo de un nuevo milenio, los
profundos procesos de cambio especialmente en todo el mundo, y un Capítulo
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General que ha tomado decisiones bien concretas. ¡He aquí un reto cultural,
eclesial y carismático!.
Pascual Chávez V.
Roma, julio2003
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