SAN JUAN DE ORTEGA, PATRÓN DE LOS APAREJADORES Y

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SAN JUAN DE ORTEGA, PATRÓN DE LOS
APAREJADORES Y ARQUITECTOS TÉCNICOS
En este artículo se da repaso a la vida y milagros de nuestro Patrón, San Juan de Ortega, haciendo especial hincapié en el Monasterio construido por el santo en la provincia de Burgos y
en el curioso fenómeno equinoccial que se produce sobre uno de sus capiteles.
San Juan de Ortega nació en 1080 en Quintanaortuño (Burgos) y, tras elegir el camino de la religión, fue discípulo de fray
Domingo de la Calzada, quien ya brillaba con luz propia en
cuanto a santidad y como ingeniero constructor. Construyó en
un paraje deshabitado en los Montes de Oca una Capilla dedicada a San Nicolás y allí se retiró a hacer penitencia. Se entregó
entonces a la ruta jacobea, construyendo nuevos tramos de calzada y varios puentes, al objeto de facilitar resguardo y protección a los peregrinos que realizaban el Camino de Santiago.
Acceso a la Capilla de San Nicolás.
San Juan murió en Nájera el 2 de junio de 1163, a los 83
sucesión. Al año siguiente, la reina tuvo un heredero al que
años, y sus restos fueron trasladados a su capilla de San Nicopuso de nombre Juan, en tanto que otro después parió a una
lás, desde donde, con el paso del tiempo, se extendió la fama
niña, a la que bautizó como Juana.
de su santidad y fueron el pueblo,
los peregrinos y los devotos quieLa desamortización del XIX no pasó
nes, poco a poco, adoptaron para el
Los días 21 de marzo y 22 de
por
alto el Monasterio de San Juan de
Monasterio el nombre de San Juan
septiembre, coincidiendo con
Ortega y dejó también en él su huella,
de Ortega. A los dominicos, primelos equinoccios, a las cinco de
a pesar de la cual, tiempo después, en
ros moradores del monasterio, les
1931 fue declarado Monumento Nasiguieron los jerónimos, a quienes
la tarde (hora solar), los rayos
cional. En 1963, con motivo del octavo
hay que agradecer la reforma y amde sol entran por un vano e
centenario de la muerte del Santo, se
pliación de San Juan de Ortega que
iluminan lentamente las esceproyectó su restauración que incluyó la
llegó incluso a ser visitado en 1475
construcción de una cripta bajo el tempor la reina Isabel la Católica quien
nas de un capitel dedicado a
plo, a la que se trasladó inicialmente el
viajó hasta allí para ponerse el cila Anunciación, la Visitación y
sepulcro del Santo, colocando a la vez
licio del santo que, según cuentan,
el
Nacimiento
de
Jesús.
el baldaquino en el centro de su crucuraba la esterilidad y remediar así
cero.
su falta de hijos, tras siete años sin
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Arcángel Gabriel arrodillado ante María. A la derecha se representa la Visitación de la Virgen a su prima Santa Isabel, con
quien se funde en un abrazo. Y en el centro la culminación
de este ciclo, el Nacimiento, que se muestra con numerosos
detalles: María con actitud doliente, Jesús en el pesebre junto
a la mula y el buey, y José, adormecido y recibiendo en sueños
el mensaje de un ángel. Termina el ciclo con una alusión al
anuncio a los pastores, representando por las limitaciones de
espacio, tan sólo a uno de ellos y cuatro ovejas.
El fenómeno equinoccial
A lo largo de los siglos se ha mantenido una gran devoción
a San Juan de Ortega que se pone de manifiesto de un modo
especial cada 2 de junio. Ya en el siglo XVI, el cronista José de
Sigüenza relata (sic): “el día de la fiesta de San Juan de Ortega
se celebra con el mayor concurso de gente que se ve en toda
España en fiesta de algún santo. Concurren allí de los pueblos
de toda la comarca, que algunos vienen a mas de siete leguas,
mas de ciento y veynte cruces, espectaculo admirable que no
se i en Europa ay cosa semejante. La fe y el heruor es admirable
porque jamas fue parte para enfriarla ni las aguas, ni los fríios,
ni otro infortunio, que a dos de Iunio en aquella tierra fria no
faltan y otras veces haze estremado calor y ni lo uno ni lo otro
esrorua la devoción”.
Iglesia de San Juan de Ortega
La Iglesia del Monasterio tiene planta de tres naves, de un
solo tramo, crucero destacado y tres capillas en la cabecera. El
proyecto original se atribuye al propio San Juan de Ortega, en
el siglo XII, aunque en esta época y en estilo románico sólo se
construyó hasta el crucero, siendo ampliado con un tramo de
naves, a mediados del siglo XV, por el obispo Alonso de Cartagena. Es por ello que aunque el planteamiento del edificio es
románico, en altura se advierte el cambio de estilo al encontrarnos un crucero cubierto con bóvedas de nervios. Además, en
las naves ya está claramente definido el gótico del siglo XV, con
su abovedamiento y coro alto que se prolonga con un alfarje
mudéjar de madera.
Pueden dar fe de ello, cinco siglos después, los cientos de
aparejadores y arquitectos técnicos que cada año, desde que
en 1971 fuese nombrado nuestro patrono, acuden al santuario.
Otras dos fechas concentran a una gran cantidad de personas
en el Monasterio de San Juan de Ortega: los días 21 de marzo y
22 de septiembre. Estos dos días coinciden con los equinoccios
y, a las cinco de la tarde (hora solar), los rayos del sol entran por
un vano e iluminan directamente un capitel románico, ubicado
en la parte interior del ábside septentrional que está dedicado
al ciclo de la Anunciación, Visitación y Nacimiento, y sobre
el que la luz va pasando, lentamente, de una escena a otra.
El efecto apenas dura diez minutos pero son suficientes para
que los numerosos asistentes, congregados para contemplar el
fenómeno equinoccial, sientan una emoción especial.
Dentro de la arquitectura de la Iglesia de San Juan de Ortega hay que destacar los capiteles románicos de última época,
algunos incluso con detalles típicos del protogótico castellano que podría haber surgido en este templo, por ser un punto
avanzado del Camino de Santiago. Si el lugar donde descansan
las reliquias del santo venerado es uno de los puntos de interés
de todo Santuario, en este caso este interés se multiplica ya que
San Juan de Ortega tuvo cuatro sepulcros que, por una parte,
ennoblecían el lugar, y por otra servían para confundir a posibles saqueadores de reliquias. El que realmente contiene sus
restos es un arca de piedra sin labrar que se ubica actualmente
en la cripta construida en la restauración de 1963. Además,
existe un sarcófago románico, de la segunda mitad del siglo XII,
sobre el que en su día hubo uno de madera policromada que
desapareció. En la tapa de este sepulcro puede verse la representación de la muerte del santo con su cuerpo yacente y, entre
nubes, dos ángeles portando su alma. Ya en el siglo XV se erigió
un gran baldaquino gótico realizado con piedra de Briviesca y
con una imagen yacente de San Juan de Ortega, en fino alabastro. Además, en los costados del basamento se representan seis
relieves con algunos de los milagros atribuidos al santo.
Con un estilo naturalista, de gran elocuencia descriptiva,
a la izquierda de este capitel aparece la Anunciación con el
Rodeando la base del baldaquino descubrimos a Juan
de Quintanaortuño rezando a San Nicolás en un temporal,
cuando volvía en barco de una peregrinación a Jerusalén, y
consiguiendo calmar las aguas. También se le atribuye haber
resucitado a un pobre sobre el que pasó una carreta que trabajaba en la construcción de un puente y, en varias ocasiones, se
El fenómeno equinoccial, conocido popularmente como “el milagro
de la luz” se produce cada 21 de marzo y 22 de septiembre.
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Detalle de la imagen yacente del santo, realizada en fino alabastro.
La capilla de San Nicolás y el claustro
Si la Iglesia de San Juan de Ortega conserva la grandeza
de otras épocas, en la capilla de San Nicolás, diseñada por
el santo de Quintanaortuño, el tiempo no ha pasado en balde
y clama al cielo, que ahora puede verse a través del boquete
producido por el hundimiento de la bóveda, su situación. Al
margen de ello, cabe señalar que a esta capilla se accede a
través de una envejecida verja de hierro y, una vez dentro, preside la estancia, ahora desde detrás de las láminas metálicas de
protección, un retablo barroco de mediados del siglo XVIII que
es relicario de San Nicolás de Bari, cuyas reliquias llevó allí
San Juan de Ortega tras ser salvado por su intercesión de morir
ahogado en el mar.
En el siglo XV se erigió un gran baldaquino gótico, realizado con piedra de Briviesca y con una imagen yacente de San Juan de Ortega. En
1963 el baldaquino se situó en el centro del crucero.
relaciona a San Juan de Ortega con la recuperación de la vista
y curación de la ceguera e incluso en otra escena se pone de
manifiesto el “milagro del pan”, similar al de las bodas de Caná
pero con alimento para los numerosos peregrinos jacobeos que
pasaban por el Santuario. Son también numerosos los milagros
que, según la tradición, se han llevado a cabo ante el sepulcro
del Santo, así como la creencia de que su cilicio curaba la esterilidad de las mujeres pero, sin duda, uno de los milagros más
conocidos es el ocurrido precisamente tras la construcción del
baldaquino. En aquel momento los restos de San Juan de Ortega se ubicaban en la capilla de San Nicolás y, al querer trasladarlos a la iglesia principal, ésta se llenó de pequeñas abejas
blancas y un olor divino.
La desoladora imagen actual de la capilla de San Nicolás
se prolonga hasta el claustro del Monasterio que recuerda a
tantos y tantos lugares que han llegado hasta nuestros días en
un deficiente estado de conservación, medio derruidos, como
uno de los laterales de este cuadrilátero de gran sobriedad arquitectónica, con dos alturas y arcos de medio punto en sus
cuatro lados y, tras ellos, galerías a donde, en su día, daban las
celdas de los monjes. Alrededor del claustro, que comunica
con la iglesia y con la capilla, se desarrollan una serie de dependencias monásticas como la sala capitular y el refectorio
que actualmente se encuentran sin uso.
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Desde el claustro, por el que un día pasearon los monjes
jerónimos, la imaginación es capaz de diseñar lo que ya se ha
plasmado en varios proyectos de futuro para el Monasterio, uno
de ellos realizado por el Colegio de Aparejadores y Arquitectos
Técnicos de Burgos, que todavía permanecen sobre el papel de
los planos, a la espera de decisión por parte de las administraciones competentes.
Esperamos que una pronta decisión de las administraciones competentes permita recuperar el antiguo esplendor de este santuario.
El Monasterio de San Juan de Ortega es visitado por numerosos peregrinos que realizan el Camino de Santiago
Más información
El Monasterio de San Juan de Ortega está ubicado a 25 kilómetros de la ciudad de Burgos y a tan sólo 5 de los yacimientos
arqueológicos de la sierra de Atapuerca, lo que hace doblemente interesante su visita.
Este artículo está basado en el texto que publica en su página
web el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos
de Burgos. También se han incluido datos extraídos de las páginas web del Colegio de Málaga y de Guiarte, así como de la publicación “San Juan de Ortega, Santuario del Camino Jacobeo”.
ß COAAT de Burgos:
www.coaatburgos.com/santo_patron.htm
En la capilla de San Nicolás se ha producido el hundimiento de la
bóveda.
ß COAAT de Málaga:
www.coaat.es/profesion/patron.asp
El futuro del Monasterio
ß GUIARTE:
www.guiarte.com/pueblos/muestrapueblo.asp?id=113
Actualmente el Monasterio de San Juan contiene, como a
lo largo de toda su historia, un albergue de peregrinos. En un
futuro podría añadirse a ello un centro de convenciones, con
salas de reunión y alojamiento, recuperando para el uso una
parte importante de este lugar, pero esto, de momento, es sólo
un sueño de quienes llevan el Santuario en el corazón y quieren que recobre su antiguo esplendor, entre los que, cómo no,
se encuentra su párroco, Don José María, así como los compañeros del Colegio de Burgos.
ß “San Juan de Ortega, Santuario del Camino Jacobeo”.
Autor: Salvador Andrés Ordax.
Editado por Edilesa. ISBN: 84-8012-097-5.
La fotografía del fenómeno equinoccial es obra de
Moreno Gallo y nos ha sido cedida por gentileza de Guiarte
(www.guiarte.com).
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