Pétain, la caída del héroe de guerra

Anuncio
66
LATERCERA Domingo 25 de mayo de 2014
Sociedad
Cultura
[HISTORIA] Héroe de la I Guerra y condenado a muerte por
traición, Philippe Pétain encapsula la idea de la colaboración
francesa con el III Reich. Pero las cosas son más complejas,
dice el historiador Marc Ferro en su nuevo libro. Por Pablo Marín
Pétain, la caída del
héroe de guerra
E
l 23 de julio de
1945, Philippe Pétain entra al recinto de la Corte Suprema en el Palacio
de Justicia de París. Se le acusa de
alta traición y de complot contra
la República. Con 89 años en el
cuerpo, su decisión fue guardar
silencio luego de leer algunas líneas de defensa: “Es el pueblo
francés, a través de sus represen-
tantes reunidos el 10 de julio de
1940 en la Asamblea Nacional, el
que me ha confiado el poder. A él
he venido a rendir cuentas. (…) He
dado a mis defensores la misión
de responder a acusaciones que
sólo quieren ensuciarme, pero
que no salpican sino a quienes
las profieren”.
El proceso seguido a Pétain terminó el 15 de agosto con una sentencia de muerte, que la propia
corte conmutó, dada la edad del
inculpado. Encuestas de la época
hablan de un 75% de los franceses a favor del dictamen y un 18%
en contra. Como si todo lo que
Francia tuvo de abdicacionista,
de negadora y de colaboracionista en esos años, se encapsulara en
la figura del mariscal.
Sólo cinco años antes, cuando
aceptó el armisticio propuesto
por Hitler y pretendió evitar así
una “polonización” de Francia,
Pétain asomó para miles como el
salvador del país. Como un héroe
en la medida de lo posible.
¿Quién fue Henri Philippe Benoni Omer Joseph Pétain (18561951)? ¿Cómo revaluar históricamente su figura? Si hay alguien
a la altura del desafío es Marc Ferro (1924), autor de una biografía
sobre el militar (ver recuadro) y
quien publicó hace unos meses
Pétain en vérité, texto vertebrado por una entrevista que le realiza Serge de Sampigny, a su vez
autor del documental Pétain, un
héros si populaire (2010).
El volumen arranca con un personaje que al momento de estallar
la I Guerra se acercaba a los 60
años y estaba a dos del retiro. Un
tipo sin rasgos sobresalientes al
que se conocía como “Pétain el
seco” y que, en lo tocante a estrategias de combate, prefería la defensa criteriosa al ataque febril.
Sólo uno de sus alumnos, apunta Ferro, supo valorar sus cualidades: un militar más joven llamado Charles de Gaulle. La estrechez del vínculo entre ambos
llevó, por ejemplo, a que De Gaulle bautizara a su primer hijo Philippe y que en 1945, cuando la
amistad era un lejano recuerdo,
el antiguo discípulo interviniera
para que se le perdonara la vida.
El quiebre, en tanto, se origina en
los 20, cuando Pétain encarga a su
subalterno la redacción de una
historia del Ejército francés. De
Gaulle, conocido por su buena
pluma, acepta la tarea, pero un
puesto en el extranjero lo lleva a
abandonar el manuscrito. Una
década más tarde, De Gaulle lo retoma y termina pariendo un libro… con su firma (Francia y su
Ejército). Pétain se indigna, por
más que le hayan dedicado el volumen. Fue la ruptura.
Nombrado general “por defecto” el 14, tuvo Pétain su momento estelar para la extensa batalla
de Verdún (1916), la segunda en
número de bajas de la I Guerra.
Consciente de que los alemanes
tenían más cañones, optó por
multiplicar las trincheras, no
para atacar al enemigo, sino para
acercársele lo más posible e impedirle así usar sus cañones. La
táctica era suya y le fue reconocida. La “leyenda rosa” de Pétain,
como la llama Ferro, arranca con
una imagen suya que ocupa toda
la portada del diario L’Illustration, en marzo del 16. Al mes siguiente se da a conocer un comunicado suyo que termina con
unas palabras que resonaron en
las conciencias patrióticas: “Valor. ¡Los venceremos!”.
El libro deja claro que lo del
“vencedor de Verdún” es una
chapa que no todos le ponen a Pétain. Sin embargo, este es nombrado mariscal y asoma, con su
Descargar