La sobrepoblación y sus problemas

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La sobrepoblación y sus
problemas
por Roger VEKEMANS, S. J.
-kJ (. í'inru ck> Investigación y Acción Social (CÍA?)
,li-l Centro Belaimiao — ^.nüiiei: de L'büe.
>c extraña si mi enfermo, para
curar sus dolencias, entra en el consultorio
de! médico \ no en 1.1 oficina del arquilecto. Al tomar e..sin determinación el entermo reconoce implícitamente 1H complejidad de su naturaleza humana y acepta
que diversos profesionales tomen cuidado
ilr su condición tít* hombre, <t• vidióntiost; el
trabajo. LH realidad del hombre y del
mundo que lo rodea es tmi compleja que
es imposible pretender captarla de un solo
\isi¿i/.n o encerrarla en los estrechos límites de IÍI ni ira inspección. De la necesidad
de comprender ¿i 1 universo han nucido la»
distintas ciencias. Un mismo problema puede ser encarado por distintas disciplinas y
on este respecto liay que cuidarse de confundir los métodos empleados por las distintas ciencias. El asunto so complica un
poco cuando el problema cu euestiún tiene
resonancias morales y prácticas, tomo sucede con la SOBREPÓBLACION. objeto de
este artículo. La Spb repoblación da lema
de diacusíóu a los eco no mis I as, <i los médicos, sociólogos y moralistas, para nombrar
sólo a unos pocos. Enfocaremos este proLjlema bajo el punto de vista sociológico y
moral mirando C.SÜI realidad tmjo aspectos
distintos. La sociología como ciencia empírica emite solamente juicios de hecho: "la
realidad es ¿isí y no <lt> otra manera"; no
se pronuncia sobre si esa realidad constatada i-s buena o mala, úiil o inútil, agraI *tj* pdffians reproducen sustaacittliaente ln oftiifrrí'ncía
que c-l r. Roger Vekemana dio el 1? de Octubre, ii6ft.
• iiiruD.il-
la
VI
Juriiiidn
<l.I
Mjlriiiiiunr.,
el .MKC. LMI íainiiipu de Chile!.
.TÜUIIIIUIIII
por
(hilile o desagradable. Por -n parte, La Moral emite juicios de I M valor: "esto está
hien o mnl" y da normas: "Esto debe ser o
no ilchr ser . Ks imprescindible, por lo
tanto, no confundir lo que dice el sociólogo
con lo que puede decir el moralista. Los
"hechos" que constata t'l sociólogo aceren
lie la sobrepoblación no pueden lomarse
como "norinas"' de conducta. Ks importante
además recordar que el sociólogo habla de
grupos, de conjuntos humanos —el país,
el continente, el inundo—, pero no entra,
como tal. u solucionar casos particulares.
Si el sociólogo afirma, por- ejemplo, que
existe el fenómeno de sobrepoblación en el
inundo, no se deduce de esio que cada familia se halle necesariamente superpoblada.
El concepto de sobrepoblación.
Muy a menudo la gente no se atreve ni
siquiera a locar el problema, siguiendo en
esto la política bien conocida del avestruz.
Pero en el fondo de este temor se halla
enraizada una confusión que tiene, sus orígenes en la falla de cultura o ignorancia de
las personas. Se contunde, a menudo, el
término "sobrepoblación" con el de "alta
densidad de población". Sin embargo, no
hay ni siquiera correlación entre ambos
conceptos. Un ejemplo disipará esta eonIlisian, [iél^icii posee una densidad basicinte alta de más de 300 habitantes por
kilómetro cuadrado, y. desde hace varios
años ya, los distintos gobiernos vienen preocupándose del problema de l¡i suii-poblnción. Por el contrario, en Chile tenemos
apenas 6 habitantes por kilómetro cuadrado y, aún cuando dejáramos de lomar en
cuenta la Cordillera o oí desierto de Tarapacá, la densidad de población en Chile
seguiría
siendo hajísinm.
Y. sin
se. Si la torta no crece 1<> bastante rápidamente para poder alimentar las hoca< que
están naciendo, entonces tenemos sobrepoblación.
embargo,
se puede, refiriéndose a ciertas capas de la
población, hablar de. sobrepoblación. ¿En
<|iié sentido?
Sobrepoblación significa, fundamentalmente, inadecuación entre recursos económicos y necesidades humanas o, por decir
lo mismo en una metáfora, entre una torta
y las bocas que ea necesario alimentar.
Hay. por lo tanto, sobrcpoblación cuando
la torta es demasiudo pequeña pa.ru alimentar todas las bocas que. tienen hambrePara establecer si liay o no problema de
sobrepoblación no basta tomar en cuenta
los recursos económicos puramente potenciales. Nadie puede vivir de una mina antes de que sea explotada. En osle sentido
se habla a menudo de la "riqueza" de América Latina. "Y os muy posible que Chile
posea, escondidos en las entrañas de su territorio, yacimientos de Uranio; pero mientras no se i nieto su explotación, nadie va ¡i
\ivir de esta "riqueza".
Más adelante hablaremos de una mejor
utilización do la tortu que tenemos, pero
es necesario tener en cuenta que nadie comerá de ella mientras no existe ahora actualmente. La definición establecida anteriormente sigue válida: Sobrepoblación es La
inadecuación entre los recursos económicos
actuales y las "necesidades humanas. Necesidades primordiales como la alimentación,
la vestimenta, la vivienda, la educación luivica, pero también necesidades de orí leu
superior, como las intelectuales, morales y
espirituales.
I\sui definición se aplica al momento
actual, pero posee un elemento estático que
es necesario superar: el mundo se transforma cada día: grandes y profundos cambios se realizan o se hallan cu perspectiva.
(!na definición más dinámica de sobrepoblación se hace, por lo tanto, necesaria.
Desde este punto de vista dinámico, la sobrepoblación puede definirse como un "desequilibrio cutre el ritmo de desarrollo económico y el ritmo de crecimiento demográfico. Si la población, que necesita comer, crece, la torta que se está produciendo
parn alimentarla, debo también agrandar-
El hecho de la sobrepoblación.
Establecida ya muí definición de sobrepoblación queda por snlier si, realmente,
en el inundo contemporáneo, se dn o nn el
fenómeno de la sobrepoblación. lodo parece indicar que la sobrepoblación es mi
fenómeno existente actualmente. Basta para esto revisar algunas estadísticas. Estas
cifras no serán muy precisas, pero como
órdenes de magnitud, sí, son valederas. Según ln última encuesta de la I AO sobre
el hambre en el mundo, un 38°/o de la humanidad contemporánea está sub-alimentadá. Y en los últimos trece años, esta cifra
ha ido subiendo en un t% cada año. Si
examinamos otra de las necesidades fundatnentalrs del hombre, la Vivienda, se comprueba (¡ue más del 25*/» de nuestras poblaciones Latino-americanas \¡vi-n en casas
insalubres, llámense ellas poblaciones callampas, sillas miserias, favelas. cantegrile»... Falta de alimentos, falta tle viviendas, falta también de educación mínima,
fundamental. Según el último informe de
la UNESCO, América latina tiene todavía
más de 40".n de analfabetos, en el sentido
estricto de la palabra: pobre gente que todavía no sabe ni siquiera firmar su nombre. Y eslas estadísticas son más aterradoras si se examinan estas mismas necesidades en Asiü y Afriqa,
Frente a estas estadísticas es difícil n e -
¡íur la existencia del problema de la sobrepoblacióu en el mundo.
Hemos, luisia ahora, distinguido los
términos "densidad de población" y "sobre|>oblación". Por lo demás, aún si aceptamos
la asimilación del concepto de aobrepoblación al ile pura densidad de población. llegamos a la conclusión que, si la humanidad
-¡jíiii' creciendo con I ti lasa de aumento demográfico actual, tendremos dentro de seis
•.¡•ílo- un babilanie p o r inelru c u a d r a d o en
el ¿ilnbo terráqueo.
Soluciones.
Frente n esic problema de sobrepoblación, actual 11 potencial, p r e s e n t e o liiiiiin.
se bos(|iiejan varias soluciones.
nen a romper las barreras, a reformar las
estructuras que impiden el desarrollo económico, están pecando, no solamente contra
la generación actual porque In condenan a
la pobreza, sino también contra la generación cpie, por su culpa, no podro ni siquiera
nacer.
2.— Repartición más equitativa de la renta.
Supongamos cpie, por determinadas razones, ya nu sea posible acelerar más el ritmo fiel desarrollo económico; en otras
palabras, que es imposible conseguir una
segunda torta para saciar ¡t lodos los invitados. ¿Qué hacer en esta sil ilación? Adelgazar simplemente las tajadas de la torta
para que cada uno reciba algo. En términos económicos eslo se I la nía asegurar tina
repartición más equitativa de la reñía mundial, continental o nacional, según sen el
caso.
En el mundo contemporáneo, esia distribución d e la renta e-iü lijos de s e r equi-
el crecimiento demográfico y desarrollo
económico, la única actitud, no solamente
cristiana, sino sencillamente humana, es liac-or todo Id posible, \ a ú n lo imposible p o r
f o m e n t a r el desarrollo económico, a fin de
tativa. Kl ingreso anual per capita que. en
los Estados Luidos supera los !.>()() dólares.
en la India y el África Negra, ya no alcanza los 100 dólares. La ración alimenticia, que présenla un promedio de 3.00<) calorías en América del Norte, cae por debajo de los 2.000 en Sudasia y en varios
países de América Latina. Mientras la esperanza de vida del Europeo Occidental es
de (ñ años, las grandes masas humanas de
la China y la India no tienen 54 años por
delante.
Enfocando el problema más de cerca y.
ni i raudo la situación de nuestro país, es fácil dnrse cuenta cine nuestra situación está
lejos de ser halagadora. La distribución de
la renta nacional chilena no es equitativa.
El Wi de nuestra población goza (le un ingreso anual per capiía de 1.900 dólares.
Otro grupo, formado por el 3f)"/<> oscila entre los 300 y 330 dólares, V finalmente, la
conseguir que las disponibilidades de bienes y servicios económicos, que se necesitan para que viva lti humanidad, crezcali
por In menos tan rápido como la población.
A estas alturas del problema, la Moral
interviene para decir que indos los que no
cumplen con sus responsabilidades en el
fomento del desarrollo económico, y que
nqtiellos que poi cualquier motivo se opo-
Adora bien, suponiendo que cada uno
en su lujíar. el político como político, el
profesional como profesional v el científico
como científico, lian hecho lodo lo que se
podía para fomentar el desarrollo económico de su país y asegurar una distribución
más equitativa de la renta nacional, ¿qué
más se puede hacer?
1.— Desarrollo económico.
( iiiiridd la torta r¿itniliaij es demasiado
pequeña para el número de bocas que es
necesario aumentar, la primera reacción es
evidentemente comprarse otra torta. Es la
reacción normal de una dueña de casa que
de repeine se halle abocada al problema de
alimentar un numero de invitados mayor
que el previsto. V si In dueña de casa pudiera prever la situación, no invitaría a
nadie más. ¡mies de haber conseguido otra
torta.
I1'reine ni desequilibrio existente entro
mayoría, un ÍS0,'» d e b e arreglárselas con 110.
3.— Regulación de los nacimientos.
rece al marxista como un hermano mellizo.
La única diferencia estriba en que el IHHTSi, a pesar de todo, la toria sigue siendo xista no vacila en sacrificar la generación
pequeña, ya nú queda sino una solu posi- de hoy a la generación de niaiuuiii, mienbilidad: cancelar invitaciones. Í'.II términos tras el "birtheontrolista" no dada en sacrisimples eso equivale a "regular lo* naci- ficar la generación del Diañaua a la de hoy.
mientos". En el supuesto de que ya no El cristiano, en cambio, no si' resigna nunca
fuera posible acelerar más el riínio de des- H sacrificar alguien a nadie.
arrollo económico, ni distribuir mejor la
A esta diferencia fundamental cutre
renta mundial o nacional, es obvia i[iic ya
las dos perspectivas, la católica y la pacuno queda sino una solución: frenar el cre- na, en el nivel de las motivaciones, h¿)y
cimiento demográfico, es decir, recular los
que añadir otra, no menos fundamental,
nacimientos.
respecto a los medios preconizados.
Esta solución se presenta a nuicluis conciencias con una mezcla do temor y maldad.
Legitiinidnd moral de. la rcgulnción
Detrás de ese temor se encuentra la contusión entre dos conceptos que Pío XII
de los nacimientos.
distinguiera claramente: "Control de la natalidad" (birth control) y la "ri'fíulavióii de
La legitimidad moral de 1¡I regulación
los nacimientos". A primera vista parece- de loa nacimientos debe ser juzgada en Fun1
ría que se trata de un puro juego di pala- ción de la concepción cristiana do la probras, pero no es así. El cristiana se resigna creación. Muchos católicos creen que, en
a la "regulación de nacimientos . después osta materia, la Iglesia tiene una posición
tic haber agotado las otras soluciones; "natulista que se traduce en la realidad
mientras lanío, el que propicia y favo- en "hijos, hijos y más hijos:':. Esta convicrece el "control de la natalidad" no se pre- ción es una creencia equivocada, que conocupa de proyectar su solución sobre el funde un concepto más bien animal de la
fondo de una jrrarquín de valores. En úl- procreación, con el concepto auténticatimo término, el "birthcontrolista" se pa- mente humano, espiritual que la Iglesia
t) Basta aplicar aquí la doctrina social de la Iglesia respecto a lo que se llama "el salario familiar". La lglcsii
i'^tiitüi imprescindible r-1 ftüliinu Familiar constituido por:
t?.— Ln subsistencia, t'-í di*e¡ r, todos estos recursos
económico! que hacen falta p;ir;i tulirir la* n . - - . I.. ?.
primordiales. Jales eomo alunenI.M iúu, vivienda, vt-Minir-nlii. i^lucBCiúli'fuiiil
inlol.
2'i.— Lo necesario a la vida decente, con sus etemcDtoí^ culturales intelectuales y de recreo.
El hombre no está oljlipurln. por ejemplo, a trabajar
14 liorus ¡il din. S¡ no, es i \ ¡drill;* que atj sn a pnni-r
i uidar ni n ÍU mujer ni a sus htjui? de IIUÍI mam ra
decente.
En este ronfr-ptn +li' vida il-'L^iiii. [ii Iglesia introduce
e] iurici:|»to de stutus social. Ñndie está obligado u. tener
tantos hijo» que !(• impidan mantener su status social.
En un Hngor de. nivel universitario, v.pr., no nary ocupación
de tener tantos hijos <JIK- normalmcnic no si1 les paeda
mandar a su tiempo a In U niversidad. 1 u otras palubrus: uu
UoiuLre que ocupa, rn 1¡i sociedad, una posición determinada — n o me [iitlan íuriuitln1- muli'iniiutas • - , *|iir
ocupa nn puesto con responsabilidad de tipo cultural.
Intelectual, sneíal, debe normalmente poder educar a
>ns hijoa dü mujiLTíi qiiL* ostos estén, por 1*» meaoi, eu
el mismo nivel social. Si pur Jo tiinln ¡il ttner 12 hijos
solo podrá numilin-hs a la escuela nriniurin y no i .
nllá r puede estimar que no tir-ne los recursos necesarios
parí, trnrr 12 hijos.
Un torcer elemento: Sa Iglesia uce¡)ta bcudccn la • .
denciu dt; cada liomlirc hacia ]>ue*tos más ultns en la
convivencia social. La Jgk-siu pide qu« SR integre al
salario Familiar H :ilifirrn neceíaiio puru permitir a
cada hogar d accesu a I» propiedad privada. Fur lo
tnnto la Iglesia atenía considerar no solamente al mauIcniniicntn de lns luios en el mismo nivel líe los pndrrs,
sino ademas unu edacacidn t|ue ra/nnahk-uicníe p
permita
ijne los hijos suban y e.slün mas iirrilw que ellos
en
ellos en
la
c
c
a
l
o
social.
Este
elemento
también
(.•uuslilu
ve un
la c a l o
l
ió
i i
rriterio para jtugíir J
Jr la
ecuación
i nirc
v rrcuTSos rennómicos
2) Lo q u e llevamos dicho de ninguna manera
significa
derrocar ríe sn sitio de honor .i l.i Fnmíliü numerosaEl niiitriiiiouiíi, i-ii efecto, tit'iiH: una Finalidad primordial,
no <IÍJÍ*I exclusivo, p r m si primordial: U procreación,
y l:i procreación iie¡
ridetih-tiiente, uu,i finalidad i•• —
rriii-M'tNL: Lu familia numerosa.
ISMI i" la rn/tíi* por f.i
cual Crislo lia hecho del matriuionin un Sacramento, 1"
q a e le da preciasmente ¡il raatrimoniü un ln^ur de hooor
4'ii l a Í L ' l e - i i » . ( j u i í J l t i t i e n e n
n i \i>< v u l i h
d
l o s r l u í i - ••
¿hora biea, esta e-* la finalidad ¡iitrínfieca del matrimonio, su semillo, su aignificado ialeruo
^¡n embarco,
sabemos, y la Iglesia sabe, que toila vida llimiann se
desenvuelve, SÍ- desarrolla ^-n coiidiCiOBe^ terrenas, ti m|joralef. fu In* CUllles, e u un nif'nieiiln
iJereriiiíii.iHn.
jnitMÍe Hurpir el c o i i í h t t o c u t r e dos deberes. l \ i r rjem|ili>: entre el deber de procreación, inlrin^r-i.-o ni nialritnonio, por un l¡nlu, y por el otro, i'l rlebcr lie cuidar
la salud de la madre. Frente .i un conflicto de di'biTi's.
la solución moral siempre, da prioridad ul deber que
tienp preeminencia, l'or lo tanto Lo qnr dice ki l£lt>ju
injui. es qu<': v¡ bien es cierto que lu familia nnmerofia
-ÍL*I^- siendo un deber en la linea <te 1¡| liualiJiid del
matrirnnnio. por condiciono* temporales terrenas, peni
^í reales, pueden siirjrir otros deDtres. I reme ¡il fnnflicto de esto1* di
den i is, la [glesia dice que, un caso
tiiic el deber, extrínseco ¡il matrimonio, '!<• reíulacfrjn
ne los BachotentoR, jmr ni/nm*- IÍIH -iiluil rf^ir-a, n |i"
razones de salud psicológica, o por razones económica*.
es nui« importante que el deber dfl pro* reacion, — Kay
r|ne dar prioridad ¿i e^te otro decber. 1 sta es, exactameme, la posición de la Iplesij ea la materia. Tur lo
tanto, introduciendo una ui^rinci^n a nuestro planlramiento podeioos contesta* ul posible objetante de la
manera siguiente:
;llii tlerrofíidn de su sitio fie Imnor ,i l.i familia u irresponsableniciitc numerosaí Si ¿ \ In Futnilia "iriiponsahlemeiitc namerosa 1 '?: no. y de Dinpona uiiiurra-
tiene de ella. Raro l¡i Inicia "procrear" tvo
c-s ni ha sido nunca "dar a luz", echar niños
¡il mando", sino "dar l¡i ^ id¡i"'. ¡Cosa muy
distinta! l'iics la vida fio un sor humano
un es solamente \ ida material, biológica,
sino que vida (Ir un animal racional, con
todas las dimensiones esenciales do \ci naturaleza humana; intelectaales, culturales,
morales, religiosas. Se trata, pues, do un
ser que \u a necesitar, además de alimenlación. vestimenta, vivienda, ana "educación en el pleno te ni ido de la palabra.
^ v¡i que para la Iglesia, d a r vina
significa asumir l;i responsabilidad de llevar a la plena madurez el hijo que va a
nacer, es ol>\ io C)IU' la !frlesi¡i pide a lodos
Loa caalriniouios de no practicar sino una
procreación consciente y responsable. hs
claro, por lo tanto, que el sentido profundo
de la reculación <]<r los nttciinii'iito.s no es
luida negativo, antes por el contrario, se
inspira en el concepto mismo que Iti Iglesia
ik'iic del hundiré v de la vida humana*.
;ll¡iy (¡iie saber, por lo menos, contnr! \¡i
hemos señalado lo* altos índices de analfabetismo que presenta el innnekj acttitil. l'.-nmétodo pidr. además, mi nivel ascéfiro de
autodominio bastante ¡rito. Pero, ¿ct'i
\i;rir rsic control de sí mismo al hambriento,
condenado « la miseria, al pobre qup se r-mborraehn todos los fines de semana paro
escapar unas horas al asco de su chozi
igrienta? Finalmente, este método exige un
mínimo de convicción religriosn. V salta a
la \ istu t|no las jiraiules masas humanas
son paganas, aún en nuestros países católicos, y no tienen ninguna preocupación
moral ¿il respecto.
¿Quiere decir esto que. para estas grandes masas humanas, no hay solución? ll¡i\
pjue confesar «pie. a coito plazo, no se ve
ninguna solución que .sea a I» vez "técnicamente eficaz y inoralinenle aceptable.
Impulsado precisamente por esi¿i angustia
Mgr. J. Suenens, obispa auxiliar de Malinas, en su famoso libro "Amor y Autodominio**, ha lanzado «u apremiante llamado
n iodos los científicos tlel mundo para que
l'l problemu de los medios, niiiin sus esfuerzos y busquen alguna manera de poner al alcance del pueblo un
¿COJI i ] 110 medios cuenta el hombre método todavía reserrado a la "élite".
l>¡ini realizar e«ia regulación de los uariA I arpo plazo, basta insistir en las somiento»? I a posición de la Iglesia en eMc luciones ya preconizadas, <lc desarrollo ecopunió es nítida y ciar». Están condenados nómico y distribución más equitativa de la
sin apelación todos los medios llamados riqueza, ya que ellos implican precisacontraceptivos. 1.1 único medio aceptado mente la creación paulatina de las condipor la Iglesia
establecida ya ia legitimi- ( ¡OIIes indispensables para la aplicación de]
dad de la regulación <le los nacimientos
método de la continencia periódica.
es el méiodo de La continencia periódica.
Desde el punió tie vista puramente soi tológico la aplica* ion de este método ap.iProblemas d**l "Birthcontrolismo".
rece sumamente difícil, especialmente en
aquellos ambientes que más lo necesitan.
Muchos católicos, penosamente consLa continencia periódica presupone condiciones culturales, morales, religiosas, que cientes de la dificultad del método que.
sencillamente mi se verifican en las gran- aceptau, se sienten, a menudo, acomplejades masas de los países subdesari-üllado-;. dos trente ¿ti optimismo fáiil de los "birthl.n primer lugar, el método de continencia (joutrolistas', que se creen en posesión de
periódica exige un nivel cultura] mínimo. ' técnicas tail efectivas" (según su propia
(erniinologíu). A este respecto es necesario
¡jasar
,,,,, 16J3 tenemos un decreto *l»- la Sagrado
Prmniiit••i;iria, que proclama !¿i legitimidad di1 la rrjrulacióo de loa aacnmcnlra. Hace más (kc an sigla ^oe
• !>•( reto B V g i t i ¿< ríiiV di-I p r mei d i- > r ii I) r i m i r ii t <
,1,
I 1 ' l i l i ' í -í • 111( • 11 I 11 I I
(|!.l;i M T precdsO) r x a c -
lamente í> uüos deapoéáj SL los fu vlicos ignoran ¿oov
ificnío* tan n>!emnes de la Iglesia, ]]<»> t i L - i i i - t i ]¿i c u l p a
que 1J
de
MI
i L : i i n i . i i i i i.i,
|M-M. un
b«3
-ii r pretender
Iglesia luiya cambiado i|i- rumbo poi el hecha de qu.o la
eiayorfa Ig-nore cual es este rumbo.
ir\¡M;i
ci
algunos
de
lus
priihlcm.!-
con los que se lopa Lnevitablemente toda
limitación de la natalidad. Luiré otros, el
problema que Francia sufrió tanto entic
las dos pitorras inuisdiales \ (pie está sufriendo hoy dia el Japón: la "depresión
demográfico y el correlativo cnvcjecimicn-
lo d e la p o b l a c i ó n . A l s u p r i m i r b o c a s cjno
a l i m e n t a r , ca o b v i o q u e la l i m i t a c i ó n de Ins
nacimientos t i e n d e a establecer una ecna-
i jt'iii equilibrada cutre bocas y lorias, pero
.1 menudo so olvida que. al suprimir Ixfjs.
también so suprimen brazos y que, por lo
tanto, «MU cuando en un momento determinado la limitación de los nacimientos
puede restablecer la adecuación entre bota
\ torta, viene otro momento en que Faltan
brazos para producir la toria que se necesita; y vuelve a producirse el desequilibrio,
> ii que, necesariamente la torta se achica
I ii pirámide demográfica snnn que permito a un país no solamente viví? decentemente, sino aún desarrollarse, es una pirámide en forma de triángula perfecto, con
mía base anclui de numerosos niños y una
cumbre delíradua de ancianos, relativamente muy poco numerosos.
¿Qué sucede cit luía perspectiva neoinalthttsiana? Por una limitación drástica
de los nacimieiutis la base de la pirámide
se estrecha. Pero. ¿qué pasa 15 años después? La pirámide demográfica pierde su
sana forma triangular y se pono hidroeefálica: la base queda estrecha. 1.a base e.sI lecha de líate 1> años disminuye más aún.
l.o único crecido es la '"cumbre" de los
¿mcianos, que se pone a pesar sobre el
cuerpo demográfico como una cabeza hidrópica.
Pero, eso no es todavía lo peor. Casi
en lodas paries^del mundo, viene por parte
tlr las poblaciones sometidas a la presión
nco-mahlnisiana, una reaeción espontánea,
que a veces se iraduce en un verdadero
"baby boom".
Ll resultado inmediato es un ensanchamiento brusco de la base demográfica. Pero,
¿la consecuencia':'Peor todavía que en el caso
de una pirámide triangular que crece demasiado rápido. La razón es evidente: la única
tapa de la pirámide que queda estrecha
es la de la "cintura", la capa de la poblución activa, encardada de producir la torta
indispensable a toda la población v que
ahora sucumbe bajo el peso de la población
puramente pasiva, bocas que hay que alimentar sin que rayan acompañadas de brazos capaces de producir.
Esta es nnn de las dificultades con las
que tropieza todo programa de control de
nacimientos. Hay muchas más. Por ejem-
plo, se ha calculado en los Estados luidos
que, un programa clebirlli control,tipo Punto
d i a r t o , pero dedicado tínicamente ¡i I control de nacimientos, costaría, para ser realmente eficaz, más de dos mil millones de
dólares. En este caso sería infinitamente
mejor dedicar una suma tan fabulosa al
desarrollo económico del país. Por lo tanto, no hay motivo para que los católicos se
acomplejen frente al celo candidamente
proselitisia de los "birthenntrolistas" de
pacotilla.
Objeciones.
Quien leu estas líneas podrá, tal vez.
preguntarse si en la reculación de los nacimientos, cúmo solución al problema de la
sobrepoblaeióu, no habría una falta de confianza en la Divina Providencia. Esta objeción es más corrienre de lo que a simple
vista parece y también tiene su origen en
una ignorancia de las virtudes cristianas.
Toda virtud, por sobrenatural que sea. para
ser cristiana, debe ser humana y racional.
Por lo menos, debe ser razonable. Ahora
bien, en la hipótesis aquí formulada, la regulación de los nacimientos puede fundamentarse, no sólo en un derecho razonable,
sino en un deber racional. Es obvio, piulo lauto, que la virtud de confianza no
puede contradecirlo. Sería introducir la
contradicción en Dios mismo, quien, además de ser Providencia, es el Creador que
dota al hombre de razón. El pmvideneialismo". herejía bien caracterizada, trata de
introducir esa contradicción, pero su acción
es semejante a la del hombre que ¿tim un
cheque sin fondos, lo que no implica razonable confianza, sino simple y pura estufa.
Aludíamos más arriba a la carencia de
una solución moral y efectiva para las
grandes musas humanas, por lo menos n
corto plazo. Eso hace decir a ¡dennos que
la ley de la Iglesia en esta materia es injusta y que, por tanto, debiera ser abrogada. En esta aserción se hallan varias confusiones latentes. En primer lugar, la le\
ti la cual se alude no es "de la Iglesia".
sino de Dios mismo. Siendo ley natural,
esta ley ha sido impresa por Dios mismo
en la naturaleza del hombre. La Iglesia no
(Sigue a la Pág. 93).
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