FERNANDO DE HERRERA 1534-1597 Poema 2003 - Reservados todos los derechos Permitido el uso sin fines comerciales FERNANDO DE HERRERA 1534-1597 Poema Rojo sol, que con hacha luminosa coloras el purpúreo y alto cielo; ¿hallaste tal belleza en todo el suelo que iguale a mi serena Luz dichosa? Aura süave, blanda y amorosa, que nos halagas con tu fresco vuelo: cuando se cubre del dorado velo mi Luz, ¿tocaste trenza más hermosa? Luna, honor de la noche, ilustre coro de las errantes lumbres, y fijadas; ¿consideraste tales dos estrellas? Sol puro, aura, luna, llamas de oro: ¿oísteis vos mis penas nunca usadas?; ¿visteis Luz más ingrata a mis querellas? Mi bien, que tardo fue a llegar, en vuelo pasó, cual rota niebla por el viento; y fue siempre terrible mi tormento después que me cercó el temor y el hielo. Alzaba mi esperanza al alto cielo, pero en el comenzado movimiento cayó muerta, y sin fuerza y sin aliento llorando estoy desierto en este suelo, do, sólo satisfecho de mi llanto, huyo todas las muestras de alegría, ausente, aborrecido y olvidado. Membranzas tristes viven en mi canto, y puesto en la presente pena mía, descanso cuando estoy más lastimado. De los rayos del Sol por quien me guío llega la luz al alma, que la enciende, y las delgadas venas brava ofende y del presto calor destierra el frío. Miro la pura imagen del bien mío con aquella verdad que el alma entiende, y cuanto más la miro en mí se emprende la cierta luz que al corazón envío. Presente queda y vive en mi memoria, entrando por mis ojos de sus ojos, en los cuales Amor tiene más gloria. Por ellos bebe el bien y los enojos, que Amor dio a su belleza la victoria, como a causa mayor de sus despojos. Voy siguiendo la fuerza de mi hado por este campo estéril y escondido; todo calla, y no cesa mi gemido, y lloro la desdicha de mi estado. Crece el camino, y crece mi cuidado, que nunca mi dolor pone en olvido; el curso al fin acaba, aunque extendido, pero no acaba el daño dilatado. ¿Qué vale, contra un mal siempre presente, apartarse y huir, si en la memoria se estampa, y muestra frescas las señales? Vuela Amor en mi alcance, y no consiente en mi afrenta que olvida aquella historia que descubrió la senda de mis males. Sólo de unos honestos, dulces ojos tengo lleno mi alto pensamiento; sólo de una belleza cuido y siento que da justa ocasión a mis enojos; sólo me prende un lazo, que en manojos de oro esparce el amor al manso viento; sólo de una grandeza mi tormento procede, que enriquece mis despojos. No escucho otra voz, ni amo, y no me acuerdo de otra gracia jamás, ni espero y veo otro valor igual en mortal velo; si no fuese saber que ausente pierdo la gloria que se debe a mi deseo, ¡nunca más bien de amor me diese el cielo! ¡Oh, cara perdición! ¡Oh, dulce engaño! Suave mal, sabroso descontento; amado error del tierno pensamiento, luz que nunca descubre el desengaño; puerta por la cual entra el bien y el daño, descanso y grave pena del tormento, vida del mal, vigor del sufrimiento, de confusión revuelta cerco extraño; vario mar de tormenta y de bonanza, segura playa y peligroso puerto, sereno, instable, oscuro y claro cielo; ¿por qué, como me diste confianza de osar perderme, ya que estoy desierto de bien, no pones a mi afán consuelo? Alma bella que en este oscuro velo cubriste un tiempo tu vigor luciente y en hondo y ciego olvido gravemente fuiste escondida sin alzar el vuelo; ya despreciando este lugar, do el cielo te encerró y apuró con fuerza ardiente, y roto el mortal nudo, vas presente a eterna paz dejando en guerra el suelo; vuelve tu luz a mí, del centro tira el ancho cerco de inmortal belleza, como vapor terrestre desatado este espíritu opreso que suspira en vano por huir de esta estrecheza que impide estar contigo descansado. ________________________________________ Súmese como voluntario o donante , para promover el crecimiento y la difusión de la Biblioteca Virtual Universal. Si se advierte algún tipo de error, o desea realizar alguna sugerencia le solicitamos visite el siguiente enlace.