Por Amalá Saint-Pierre (México, abril 2012) La destacada especialista mexicana en Elena Garro y en temas de género, Lucía Melgar, hace una interesante retrospectiva sobre la agitada y controvertida vida de la dramaturga de Los Perros. Elena Garro, un oscuro camino entre magia y realidad. LA ESCRITORA En Chile, la figura de Garro es aún poco conocida, ¿quién es Elena Garro? Elena Garro en 1949 4 Elena Garro es una de las principales escritoras mexicanas, quizás una de las mejores escritoras del siglo XX. Ha abarcado diferentes géneros: la narrativa, con la novela y el cuento; el teatro, con obras en un acto y obras en tres actos; el ensayo; las memorias y algo de poesía. De alguna manera es testigo de lo que fue el siglo XX y, en ese contexto, crea un universo poético propio en el cual las figuras femeninas tienen un papel muy importante. Aunque pueda leerse desde una perspectiva feminista, podemos decir que su obra tiene una visión crítica y lúcida de lo que fue el siglo XX en lo que respecta, por ejemplo, a la historia de México: escribe sobre la Revolución, sobre otros movimientos sociales, campesinos, habla de la Guerra Cristera, que fue un episodio poco conocido hasta ahora de la historia mexicana, habla de la huelga de los ferrocarrileros a finales de los años ’50, trata el tema del ‘68 indirectamente y también tiene una visión muy interesante de lo que es la España de la guerra civil y de Europa en los años ‘80. Se interesa por los personajes marginados y en su obra se puede leer una crítica muy interesante de la violencia. Sin embargo, ella realmente trabaja la escritura, escribe con un lenguaje poético. Se la cataloga incluso como precursora del Realismo Mágico, aunque ese término no le gustara; pero digamos que se inscribiría dentro de lo que es la literatura fantástica. Es también precursora del teatro histórico y de alguna manera podríamos también decir que TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE LOS PERROS TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE LOS PERROS ELENA GARRO, HEROÍNA TRÁGICA ENTREVISTA A LUCÍA MELGAR tiene algunas influencias del surrealismo o de lo fantástico en su dramaturgia. En su escritura, el tiempo no es cronológico, es un tiempo cíclico y múltiple. Las cosas se pueden ver de muchos lados. La cosmovisión indígena está presente y esa cosmovisión implica hablar de la muerte, de fantasmas, también implica mezclar historia y ficción de una manera muy compleja, y lo que creo que hay que señalar por sobre todo es que vemos ahí un trabajo del lenguaje, que es un lenguaje poético… Hay un cuidado del sonido del lenguaje, con metáforas extraordinarias. La palabra de Garro tiene un peso propio; las palabras pueden transformarse en cosas, brillar o moverse. ¿Podrías hablarnos un poco de su contexto? Elena Garro es una escritora muy interesante en esta época en que hablamos de lo híbrido y lo multicultural. Es hija de un español y de una mujer mexicana oriunda de Chihuahua. Nació en Puebla en 1916, pero creció en Iguala, un pueblo que tenía una presencia importante de indígenas. Garro crece en contacto con el mundo campesino, el mundo indígena, con la naturaleza y desde luego con los cuentos de brujas, de fantasmas y de magia que se mentan en México en la tradición popular. Ella misma decía que su obra tenía una influencia del mundo indígena. Durante su infancia en Iguala, Elena Garro es muy consciente de la diferencia que hay entre los güeros -como llamamos a los rubios- y los morenos –en particular la población indígena. Por su físico rubio, elegante y muy atractivo, Garro dice que, en cierta medida, fue tanto marginada como destacada por ser gachupina, es decir, hija de españoles. ¿Cómo entra ella al mundo de la escritura? Garro viene a Ciudad de México a hacer sus estudios de preparatoria y entra a la universidad. A ella le interesaban las letras, leía mucho. Leyó de todo: El Quijote, y mucha literatura del Siglo de Oro español –lo que va a alimentar su imaginación y que ella rescata como una de sus fuentes de inspiración. Entra a estudiar letras, pero lo que le interesaba en realidad eran dos cosas. Por un lado, el teatro y, por el otro, la danza. En ese contexto, se involucra con el poeta [Xavier] Villaurrutia y otros integrantes del grupo de poetas “los Contemporáneos” en proyectos de teatro en los años ’30. Fue también coreógrafa de un grupo teatral en la Universidad Nacional Autónoma de México (donde estaba estudiando letras). Entra al mundo de las letras principalmente como lectora y amante del teatro, y como coreógrafa. No termina sus estudios porque se casa en 1937 con Octavio Paz -el poeta mexicano que va a ser Premio Nobel en 1990. En ese momento, Octavio Paz es todavía un poeta 5 Nace en esa época Los recuerdos del porvenir, su primera novela, que será su gran obra maestra. Digamos que se trata de una de las obras maestras del siglo XX en Latinoamericana. Empieza a escribirla por el año ’52 y la guarda en un baúl. No la va a publicar sino hasta el año ’63 -cuatro años antes de la publicación de Cien años de soledad de García Marquez. Esa es su primera obra literaria, pero cabe destacar también la serie de obras de teatro que escribe para el grupo Poesía en Voz Alta. Después de estar en Europa por varios años, Garro regresa a México en el ‘53, pero no publica sino hasta los años ‘56-’57, cuando escribe tres piezas para Poesía en Voz Alta, entre las que destaca Un hogar sólido. LA CONTROVERTIDA Elena Garro tenía una personalidad muy controvertida que la condenó tanto en el ámbito intelectual como en el ámbito político, ¿quién es esta Garro secreta? Elena Garro y Octavio Paz recién casados Tardieu, T. S. Eliot, Jean Genet, o el propio Octavio Paz (La hija de Rappaccini). Elena Garro se anima a escribir tres obras: Un hogar sólido, que es una de sus obras más conocidas [junto con El árbol, 1958], Los pilares de doña Blanca y Andarse por las ramas. Garro va construyendo su mundo imaginario, su mundo dramático, todo lo que sería su imaginario literario. Escribe en ruptura con el realismo tradicional: hay una entrada de lo fantástico y una referencia a la tradición de la comunicación con los muertos. ¿Puedes contarnos un poco la importancia de Poesía en Voz Alta en la historia del teatro mexicano? Tú me contabas que Elena Garro publicaba sus textos años después que su escritura, ¿cómo influye eso en el impacto que pudo tener en su medio? Fue un grupo de teatro vanguardista surgido en México entre 1956 y 1963. Entre sus fundadores, estaba el cuentista Juan José Arreola, el poeta Octavio Paz y los artistas plásticos Juan Soriano y Leonora Carrington, que junto con dramaturgos, escritores, actores y escenógrafos (y muy pocas mujeres), tienen la idea de reanimar -o más bien de darle vida- al teatro, porque según ellos estaba muerto. En esos años, el teatro mexicano era básicamente comedia burguesa, un teatro anquilosado. De esta manera, se presentan obras de García Lorca, Valle Inclán, Ionesco, Jean Bueno, eso es algo muy importante y lo vemos en su primera novela, Los recuerdos del porvenir. Se escribe entre el ‘52 y el ‘53 y no se publica sino hasta el ’63. Si esa novela se hubiese publicado en su momento, hubiera tenido una repercusión mayor en el sentido de renovar en ese momento la narrativa mexicana. Lo mismo que hizo Juan Rulfo con Pedro Páramo, haciendo incluso una comparación temática entre ambas novelas. Ocurrió luego lo mismo con casi todos sus textos: se publicaron años después. Todo ello implica que, en muchos sentidos, ella es una innovadora Elena Garro es un personaje complejo, en parte por su personalidad, por su condición de mujer en el México en los años ‘50 y ’60, y en parte porque es una heterodoxa en muchos sentido, entre otros, en el sentido político. Empezando por su personalidad, hay una anécdota que muchas veces se olvida o que se usa nada más como si fuera su rasgo característico: Garro estuvo casada con Octavio Paz más de 20 años y, hasta hace poco, los biógrafos de Paz daban por olvidado ese aspecto de su vida. Yo creo que Elena Garro se quejó mucho y hay textos de ella donde representa su matrimonio de manera muy desdichada: con infidelidades por ambos lados, violencias, y al mismo tiempo dos inteligencias deslumbrantes. Elena no era la típica mujer mexicana de su época, sumisa y obediente. Ella era independiente. Ya en 1937, Octavio Paz la regaña por salir en pantalones a la calle. Luego en los años ‘50 y ’60, estuvo involucrada en los movimientos campesinos. Había siempre en México problemas de tierras y ella los ayudaba a recuperarlas. Se lo tomaba como algo muy personal, lo que le generó conflictos políticos. Por otro lado, en los ’60 había gente a favor de EE.UU, y otros a favor de la Revolución Cubana. Garro no está a favor ni de uno ni de otro. Está por una tercera vía que define como una ruta independiente. En un sentido es innovadora. Era monarquista y anticomunista, pero a la vez defensora de Zapata y de Villa… Fue amiga de escritores cubanos como [Roberto] Fernández Retamar y escribió en una revista comunista en los años ’60: ¿Por qué? Elena Garro quería que la reconocieran y, por el año ’68, ya tenía un cierto reconocimiento en el mundo literario y cultural mexicano. Alejandro Jodorowsky dirigía una obra suya, La señora en su balcón (1966); [Arturo] Ripstein hizo la película de Los recuerdos del porvenir (1968); ya tenía dos libros publicados, así como colaboraciones en el suplemento cultural de la revista Siempre, que era el mejor suplemento cultural de la época, donde escribía gente como Carlos Monsiváis o Carlos Fuentes. A pesar de todo eso, Garro sentía que no reconocían su valor literario y, de alguna manera, tenía un cierto resentimiento. Eso la hizo pelearse con Fuentes, Monsiváis y otros intelectuales de izquierda. No pegaba con ninguna tendencia ideológica, no pertenecía a ninguna escuela ni a grupos literarios… No se muerde la lengua y dice lo que piensa. No olvidemos que además era muy estrafalaria. Ese tipo de cosas, la desmarca de todos los grupos y esto va a ser importante porque, en 1968, se va a dar un punto de quiebre entre Garro y el resto de los grupos culturales mexicanos. TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE ¿Cómo fue esa “condena”? LOS PERROS TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE LOS PERROS De esa época es su primera novela, ¿cierto? 6 de la literatura mexicana -y diría de la literatura latinoamericana-, pero no nos damos cuenta de ello por lo tardío de sus publicaciones. Por ejemplo, siempre se dice que García Márquez creó el Realismo Mágico. Aunque a Garro no le gustaba que la tildaran así, podríamos decir que Los recuerdos del porvenir ya es un texto que podríamos catalogar de Realismo Mágico. Es importante decir, eso sí, que Elena Garro es comparable con Juan Rulfo y con García Márquez en sus mejores momentos. joven y no muy conocido. Garro entra entonces en la escritura como periodista. Trabajó en los años ‘40 en la revista Así, donde publicaban destacados críticos y escritores, como por ejemplo Villaurrutia con críticas de cine. Esa fue su primera entrada a la escritura. Su segunda entrada -desde mi perspectiva- es su correspondencia. Paz obtiene una beca y se van a Estados Unidos, luego él inicia su carrera como diplomático y parten a Francia;, en esa época, en particular entre los años ‘47 y ’51, Elena cultiva una muy amplia y muy rica correspondencia no solamente con su familia, sino con escritores e intelectuales. Entre ellos, podemos nombrar a José Bianco -el escritor argentino que fue editor de la revista SUR- y también a Adolfo Bioy Casares -el escritor argentino con el que tuvo un affaire en el año ‘51 en Francia. En esas correspondencias ya se puede entrever a la escritora: en la forma en que ella cuenta sus viajes, cómo habla de los libros que está leyendo, cómo describe a las personas, etc. En esa estadía en Francia fue amiga de [Jean] Genet, conoció a [Benjamin] Péret, André Breton, a Picasso, a María Zambrano… o sea, toda una serie de grandes artistas e intelectuales. ¿Qué ocurrió? En el año ’68, Elena Garro está escribiendo en la revista ¿Por qué?, dirigida por Mario Menéndez, un periodista con tendencias comunistas. Ahí escribe una serie que se llama “Caudillos de la Revolución” (que luego se publica como “Revolucionarios mexicanos”) y, según ella, deja de escribir porque la amenazan de muerte. No se sabe con certeza qué fue lo que pasó (no hay documentos), pero en junio del ‘68 empieza en México el Movimiento Estudiantil, que se inició como una reivindicación política contra el régimen. El presidente era Gustavo Díaz Ordaz; hubo un enfrentamiento sangriento entre grupos de estudiantes y los granaderos (la policía) que derivó en la organización del movimiento estudiantil en julio y sobre todo en agosto del ‘68, hasta el 2 de octubre cuando ocurrió la tristemente célebre “matanza de Tlatelolco”. Todo esto fue leído por el gobierno como un complot comunista. El gobierno empieza entonces a reprimir de manera muy brutal. Ante este movimiento, Garro no toma la misma posición que la mayoría de los intelectuales, como Rosario Castellanos, Juan Rulfo, Carlos Monsiváis, Luis Villoro, etc. Se constituyó un comité de maestros e intelectuales que apoyaban el movimiento y ella tuvo una posición ambigua y decidió no firmar ningún documento. Se justificó diciendo que no había firmado desplegados por sugerencia de Carlos Madrazo: “usted no firme nada, acá todo está muy confuso y son todos vasos comunicantes muy turbios que no podemos entender”. Supuestamente él le da este consejo a Garro. 7 Carlos Madrazo es un político mexicano que fue presidente del PRI -que de diferentes formas gobernó a México desde 1929 hasta el año 2000-, un partido ya bastante anquilosado a principios de los años ‘60 y que él trató de democratizar, lo que atrajo a Garro. Cuando ella vuelve a México en el ’63, se hace amiga de algunos políticos del PRI, entre ellos, Carlos Madrazo. Pero Madrazo no logra cambiar al PRI, renuncia en el ’65 y por el ´67 empieza a formar un nuevo grupo político. Por algunos documentos, se sabe que Garro estuvo cerca de esa organización política, pero, a mi parecer, no la veo participando activamente en ningún grupo político. Por un lado, Garro asiste a algunas asambleas del movimiento en la UNAM, pero, por otro, publica dos artículos donde critica de una manera muy fuerte y radical al movimiento estudiantil, acusando a los maestros de irresponsables, porque están mandando a sus estudiantes como carne de cañón. Aquí vamos a entrar en un periodo que es un poco complicado, pero básicamente hay que señalar dos fechas: una es el 2 de octubre, cuando el gobierno ordena la matanza estudiantil en la plaza de Tlatelolco. Se calcula que se produjeron unas 300 muertes. México está, en ese momento, a 10 días de las Olimpiadas. Las cárceles se llenan de jóvenes, estudiantes, maestros, líderes sociales que son encarcelados y algunos de ellos van a permanecer en la cárcel hasta el año ’71. El 6 de octubre sale un encabezado en los periódicos de la Ciudad de México donde se dice que Madrazo, Elena Garro y otros políticos habían sido denunciados y descubiertos como los líderes de un complot comunista contra el gobierno. Es una sorpresa que se acuse a alguien como Elena Garro, que públicamente no apoyó el movimiento estudiantil. ¿Qué fue lo que pasó? Hubo un líder estudiantil, Sócrates Campos Lemus, quien se supone habría sido espía del gobierno y denunció a muchísima gente, entre ellos a Garro y Madrazo. En ese momento, Elena estaba escondida en el centro de la ciudad en una pensión, lo que también es un episodio oscuro de su vida. Ese mismo 6 de octubre, Garro convoca a la prensa y desmiente su participación en el complot y, en un momento de nerviosismo, llama a la Dirección Federal de Seguridad, que era la policía secreta de la época. Aquí hay varias versiones de cómo continuaron las cosas; 8 pero al preguntarle los periodistas quiénes fueron entonces los que apoyaron el movimiento, ella supuestamente acusa a 500 intelectuales. O eso fue lo que dijo la prensa luego. En el fondo, ella les responde que sólo basta con que lean las cartas abiertas que habían firmado los intelectuales. Y efectivamente, había unas 500 firmas. Pero en el fondo eso no quiere decir que ella los haya acusado -tal como se plantea hoy-, sino que les dice “si quieren saber quiénes apoyan el movimiento, vayan a leer las actas, ahí están los nombres”. TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE En ese punto de quiebre, Carlos Madrazo es un actor relevante, ¿quién era él?, ¿cómo influye en Elena Garro y qué consecuencias trae? LOS PERROS TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE LOS PERROS Elena Garro con sus amigos Roberto Garza y Pablo Picasso, 1949 Sí, exacto. ¿Cómo se toman los 500 firmantes esta pseudo acusación? Nunca lo he podido encontrar, pero dicen que esas declaraciones pasaron por televisión y que Garro sí nombró a algunas personas. En todo caso, sus pares tomaron ese hecho como una traición. Hay que pensar que estamos en un momento de muchísima represión, donde hay gente encarcelada desde hace varios meses. Luego de esto, el escritor Carlos Monsivais la nombró “la cantante del año”. A partir de ese minuto, Garro va a ser rechazada y marginada por el mundo intelectual mexicano progresista, porque interpretaron sus palabras como un apoyo al gobierno. ¿Cómo influye este rechazo en su carrera de escritora? Va a ser muy importante. Primero, porque ella se va a sentir muy sola después de estar en México, digamos del ‘69 en adelante. Parte a Estados Unidos en ’72 y luego a Europa el ’74. ¿Hay una especie de autoexilio? Hay una especie de autoexilio. Ella huye de México, de hecho habla de un exilio. Cuando yo decía “autoexilio”, su hija me decía que no, que era un exilio. Hay una combinación de ambos. En el ’68, mucha gente se fue de México. Garro se queda en este exilio más de 20 años y eso va a influir primero en sus publicaciones (del ‘68 al ’79 Garro no publica nada en México). Vive con miedo, sobre todo del ‘74 en adelante. En sus cartas se leen grandes problemas económicos y mucho miedo. Hasta los ’80, en México se sigue hablando de ella como de una conspiradora. 9 LOS PERROS Son 20-25 años de autoexilio donde Elena Garro pasa por FRANCIA, ESPAÑA, EE.UU… Digamos que está en constante movimiento, no escribe, no publica, entendemos que entra en paranoia. Hay una especie de desierto literario. ¿En qué minuto vuelve a ser reconocida en México? Elena Garró con los campesinos de Oaxtepec, Morelos, 1968 10 A fines de la década del ’70 publica Andamos huyendo Lola, que es una colección de cuentos donde retoma sus experiencias en EE.UU. y España. Luego tenemos Testimonios sobre Mariana, que va a ganar el Premio Grijalbo en México en el año ‘81. En ese momento ella vuelve a tener presencia en México -por lo menos en las librerías- y se vuelve a hablar de su obra. Hay que decir que tiene algunos amigos en México que la ayudan, por ejemplo Humberto Batís -que va a ser director del suplemento cultural de Unomásuno-, Emmanuel Carballo, Emilio Carballido; en Estados Unidos Gabriela Mora, impulsa su obra desde la perspectiva feminista… Pero realmente vuelve a ser un nombre en México en el año ’91, cuando una serie de escritores deciden homenajearla. Ahí se presentan sus obras, hay congresos, sale en los periódicos, durante más o menos un mes. Ahora, yo creo que realmente se la empieza a reconocer a finales de los años ’90. Nunca quisieron darle el Premio Nacional de Literatura. Según mis fuentes, se dice que hubo gente que se opuso por cuestiones políticas: tanto por la condena del ’68 como para no quedar mal con Octavio Paz, a quien ya le habían dado el Premio Nobel. Garro vuelve a México primero el ‘91 y se regresa a Francia. Sus condiciones materiales no eran muy buenas, su hija trabajaba en la embajada de México en Francia y ella recibía un dinero de Octavio Paz por el divorcio. Nunca fue muy buena manejando sus finanzas, se lo gastaba todo… Cuando vino a México el ’91, le prometieron una casa y, cuando volvió el ’93, no había nada. Entonces se fue a vivir a Cuernavaca en un departamentito que había heredado de una hermana. Elena tenía un problema pulmonar. Tenía enfisema. Pero siguió fumando hasta el final de su vida, ¡viviendo con más de 12 gatos! TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Garro y Paz se separan hacia el ’59. Él se va a la India en el año ‘62 y en octubre de ’68 renuncia a su cargo de Embajador en protesta por la masacre de Tlatelolco, y se queda fuera de México hasta el año ’71. Octavio Paz aparece ante la opinión pública como un hombre que toma partido por el movimiento y es visto como un intelectual progresista. Háblame brevemente del final de Elena Garro, porque tiene un final de vida muy especial. LOS PERROS TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Ella ya se había separado de Octavio Paz hacía tiempo, ¿qué postura toma él frente a este hecho? Yo creo que se sintió muy aislada. Creo que le entró depresión y no había acabado de resolver cierta paranoia que tenía desde el ’68. Vivió toda su vida con su hija Helena en una relación muy complicada. Es un final no muy feliz, donde ella nunca acabó de recibir los homenajes que hubiera querido, con una salud deteriorada. Y como muchos de sus personajes ¿no? Elena Garro, una heroína trágica. Sí, muchos de los personajes de Garro tienen un final infeliz. Cuando escribió Los recuerdos del porvenir (donde se condena a los que se oponen al gobierno) el ‘52, dice que, de alguna manera, ella predijo su destino, la fatalidad de su destino. La idea del destino está muy presente en su obra. Yo creo que el destino se lo hizo en alguna forma: su relación con Octavio Paz era muy compleja, su relación con su hija era muy complicada y, si bien de alguna manera restauró algunos lazos de amistad con algunos intelectuales que la respetaban, a fin de cuentas sí quedó muy sola al término de su vida. Murió en Cuernavaca en 1998. LUCÍA MELGAR es crítica cultural y profesora de literatura y estudios de género. Doctora en literatura por la Universidad de Chicago, ha publicado acerca de temas literarios y políticos, en particular sobre la obra de Garro. Entre otros, coeditó con Gabriela Mora Elena Garro. Lectura múltiple de una personalidad compleja (2002) y es autora de la Introducción al volumen de Cuentos en Obras reunidas de Elena Garro (FCE, 2006). AMALÁ SAINT-PIERRE. Encargada del Departamento de Comunicaciones y Públicos del Teatro UC. Investigadora teatral y gestora cultural por la Universidad Paris III, Sorbonne Nouvelle. Esta entrevista se realizó en abril del 2012 en la Ciudad de México gracias a la beca de Residencias Artísticas Chile-México. 11