El camino de la vida

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“El camino de la vida”
Obispo H. David Burton
¡Aloha, hermanos y hermanas! La hermana Burton y yo estamos muy
contentos de pasar algunos minutos con ustedes en este hermoso día
de reposo aquí en el campus de la Universidad Brigham YoungHawai junto con jóvenes adultos de muchas naciones. Es
emocionante ver y saber de las muchas culturas representadas en este
recinto y en esta audiencia. La Hermana Burton y yo desearíamos
poder ver personalmente a las muchas otras personas que están en los
centros de estaca e institutos por todo el mundo que se han reunido
para participar de esta transmisión vía satélite del SEI.
¡Me encanta el sonido y el significado de la palabra aloha! Sabrán que aloha en el idioma
hawaiano significa una variedad de cosas, cosas como afecto, amor, paz, compasión,
afinidad, piedad, misericordia, amabilidad o gracia. En los últimos 150 años también se ha
empleado en el mismo contexto que las palabras hola y adiós en inglés. Esos sentimientos
hacen que sea un saludo amoroso y una expresión profunda de despedida.
Vivimos en tiempos de valores contradictorios
El concepto de aloha es tan importante en Hawai que el ―Espíritu Aloha‖ se define y
aparece en los estatutos del estado de Hawai. Aloha significa demostrar calidez y afecto sin
esperar retribución. Significa reconocer la importancia de cada persona para la existencia
colectiva de la comunidad. También significa escuchar lo que no se dice, ver lo que no se
puede ver, y saber lo desconocido. 1 El espíritu aloha abarca hermosos principios del
Evangelio, principios de fe, principios que implican ―no juzguéis, para que no seáis
juzgados‖ (Mateo 7:1). Destaca la importancia de la persona y de la compasión. ¿No sería
maravilloso si todo el mundo abrazara de lleno el espíritu aloha?
Hace poco, el General David H. Petreus habló en la Universidad Brigham Young–Provo.
Mostró su maravilloso sentido del humor cuando comenzó su mensaje mencionando 10
razones por las cuales los egresados de la Universidad Brigham Young forma buenos
soldados. Algunas de las razones que incluyó fueron: ―No es un problema si no saben qué
rango tiene una persona, simplemente lo llaman Hermano o Hermana…‖. ―Nunca están
ausentes sin permiso; ellos simplemente llaman a esto estar menos activo‖. ―Aceptan
cualquier desafío rápidamente si les dicen que habrá refrigerio‖. ―Tienen ideas innovadoras
para tratar a los insurgentes—como el asignarles maestros orientadores‖. Y por último, son,
y al pensarlo quizá sea lo más importante, ―los conductores designados más confiables del
mundo‖.2 Hay algo terapéutico en sonreírse de las propias debilidades.
Es un privilegio singular el ser hijos e hijas de un Padre Celestial que vive y de que se nos
haya dado la oportunidad de comunicarnos con Él y de ese modo invocar Su espíritu en
nuestras reuniones y en nuestra vida personal. Estoy seguro de que todos reconocemos que
hay una gran diferencia entre hacer una oración y orar. Se dice que San Agustín aconsejó:
―Ora como si todo dependiera de Dios y trabaja como si todo dependiera de ti‖.3 Un dicho
antiguo que me gusta mucho es: ―El ponerte de rodillas a menudo te mantendrá de pie‖. No
puedo creer que apenas hace unos días un juez federal de los Estados Unidos decretó que
pedir la observancia voluntaria de un Día Nacional de Oración era un hecho
inconstitucional.
En muchas partes del mundo, incluso en los Estados Unidos, el orar en reuniones públicas y
mostrar cualquier tipo de símbolo religioso en lugares públicos se considera
inconstitucional o contra la ley. Teniendo en cuenta esto, encuentro muy interesante un
hecho conocido: en Washington, D.C., no puede haber ningún edificio que sea más alto que
el monumento a Washington. La punta de aluminio del monumento se encuentra
exactamente a 169,16 metros y 13,03 centímetros por encima del suelo. Grabadas en la
parte superior del monumento, en el revestimiento de aluminio, donde pocos la pueden ver,
están las palabras en latín Laus Deo. ¡Laus Deo! Dos palabras aparentemente
insignificantes y desapercibidas ubicadas en la parte más alta con vistas a la ciudad capital
de una importante nación. ¿Qué significan en realidad esas dos palabras en latín, de sólo
cuatro sílabas(en inglés) y sólo siete letras? Simplemente significan: ―Alabado sea el
Señor‖. Muchas otras referencias a la deidad y a nuestro Padre Celestial adornan esa
magnífica estructura.
Alabado sea el Señor. ¡Laus Deo! ¡Al ofrecer nuestras alabanzas individuales y grupales a
un amoroso Padre en los Cielos, recordemos el verdadero espíritu de aloha al pedirle
sabiduría y discernimiento, y al expresarle nuestro agradecimiento por Su bondad y Su
misericordia que extiende como un sabio y amoroso Padre en los Cielos! El presidente
Thomas S. Monson a menudo nos recuerda esta cita: ―Si recordamos que cada uno de
nosotros es literalmente un hijo o una hija espiritual de Dios, no hallaremos dificultad
alguna para acercarnos a Él en oración. Él nos conoce, Él nos ama y desea lo mejor para
nosotros‖.4
Abraham Lincoln, el decimosexto presidente de los Estados Unidos, dijo una vez: ―Cuando
me preparo para hablarle a la gente, paso dos tercios del tiempo pensando qué quieren ellos
escuchar y un tercio pensando en lo que yo quiero decir‖.5 Utilizando el método de
preparación de Lincoln, he orado y preocupado sobre qué es lo que ustedes quisieran y
necesiten escuchar y en qué debería esforzarme por enseñarles. He tratado de ponerme en
sus zapatos e imaginar cómo es andar por los caminos que ustedes transitan en 2010.
Supongo que muchos de ustedes con razón pueden preguntar: ―¿Qué sabe este hombre que
tiene 50 años más que nosotros sobre los temas que enfrenta la juventud hoy en día?‖ ¡Esa
es una buena y muy apropiada pregunta! En realidad, la respuesta probablemente es ―no
mucho acerca de las actividades diarias y de las tentaciones y de todas las cosas que ustedes
atraviesan‖. Pero sin embargo, hay aspectos importantes de nuestra vida que son
constantes, siempre lo han sido y nunca cambiarán. Quizá mi experiencia dé crédito a
algunas observaciones aprendidas de la escuela de la vida. Cuando les pregunté a mis nietos
en edad universitaria de qué creían que debería hablar, me respondieron: ―Abuelo, que sea
simple‖. ―Abuelo, sé directo‖. Y quizá lo más importante: ―Abuelo, por favor, hazlo corto‖.
Haré lo mejor que pueda para satisfacer sus expectativas tan elevadas.
¿Me permiten compartir algunas percepciones que tal vez sean obvias prácticamente para
todos nosotros? Sin duda, estamos viviendo en un tiempo donde surge cada vez más
agitación entre naciones y culturas del mundo; ellas están en conflicto. El curso futuro de la
humanidad no es claro. Con demasiada frecuencia el miedo penetra las almas de los
jóvenes. Muchos pierden la fe en el Señor Jesucristo y para muchos otros la fe es sólo un
sueño efímero. La lucha eterna de Satanás en pos de los corazones y de las almas de los
hombres continúa sin disminuir. La llamada ―Generación-X‖, parece un poco incierta y
quizá un poco confundida debido a las señales encontradas que la sociedad en general le
brinda.
Conocemos el camino que debemos seguir
Luego de considerar lo que podría decir y consultar al Espíritu, el Espíritu me susurró, casi
me gritó, que los jóvenes Santos de los Últimos Días necesitan que se les asegure que son
literalmente hijos e hijas de un amoroso, comprensivo y benévolo Padre en los Cielos.
Necesitan que se les asegure que la fe en el Señor Jesucristo es importante. Necesitan saber
que no existe absolutamente ninguna razón para temer o desesperarse si seguimos la
palabra del Señor. Necesitan saber que la esperanza es y puede ser una realidad, que las
oportunidades abundan y la obediencia es un prerrequisito para la felicidad; que hay un
gran y eterno propósito en esta vida y Satanás y sus seguidores serán acallados. El
evangelio de Jesucristo es verdadero. Hay muchos profetas en la tierra.
Yo soy de la idea de que el vaso en realidad está la mitad lleno y no la mitad vacío. Mis
jóvenes amigos, este es un tiempo extraordinario para vivir. Ustedes y yo tenemos una gran
misión que llevar a cabo y un destino divino. Sabemos esto y mucho más porque hemos
sido bendecidos en entender el plan de nuestro Padre Celestial, el plan que Él diseñó
específicamente para nuestra felicidad a medida que nos compenetremos en el Evangelio de
Jesucristo.
Charles Dodgson, un autor del siglo XIX, matemático y lógico, que escribió bajo el
pseudónimo de Lewis Carroll, es el autor de Las aventuras de Alicia en el País de las
Maravillas y la continuación, A través del espejo. También fue conocido por sus muchos
buenos dichos, uno de los cuales es ―Si no sabes adónde vas, cualquier camino te llevará‖.6
Mucho de la misma idea se expresa en el poema reflexivo de Robert Fross, ―El camino no
tomado‖:
―Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo, y lamentando no poder recorrer ambos
siendo un solo viajero, por largo tiempo me detuve y contemplé uno de ellos tan lejos como
pude, hasta donde se perdía entre la maleza; entonces tomé el otro, tan ameno y llano, y
dotado quizás de mayor atractivo, por su pasto suave que pedía ser hollado; aun cuando los
que por allí pasaran a los dos habrían gastado del mismo modo. Y ambos esa mañana
yacían igualmente, hojas que ninguna pisada habían ennegrecido. ¡Oh, guardé el primero
para otro día! Sabiendo que un camino conduce a otro, dudé si debía haber regresado sobre
mis pasos. Estaré diciendo esto con un suspiro De aquí a la eternidad: Dos caminos se
bifurcaban en un bosque, y yo— Yo tomé el menos transitado, y eso ha hecho toda la
diferencia‖.7
Debido a que hemos sido bendecidos con un conocimiento del plan de Dios para Sus hijos
eternos, nosotros, los Santos de los Últimos Días, sabemos nuestro destino final o qué
camino nos llevará para llegar de manera segura. Nosotros, más que otros, sabemos adónde
nos conducimos porque sabemos de dónde venimos y adónde vamos.
El plan de Dios es un plan de felicidad
Un breve repaso del plan de nuestro Padre Celestial tal vez nos sea de ayuda. Recuerden
que todos somos hijos de nuestro Padre en los Cielos y existíamos antes de venir a esta
tierra. El plan está diseñado para lograr la inmortalidad y la vida eterna. Solamente había un
plan eterno, y cuando el Padre presentó ese plan todos gritamos de alegría. El plan fue
presentado por Dios mismo. No hubo múltiples planes como a veces se nos quiere hace
creer. Los elementos del plan incluían la diferencia en el sexo. En verdad, la diferencia de
sexo es una parte esencial del plan. El plan fue ordenado antes de que este mundo fuera
creado y proporcionó una manera para que todos, potencialmente, pudiéramos ser
exaltados. La familia es ordenada por Dios y es primordial dentro del plan. Nuestro Padre
Celestial habla a Sus hijos por medio de profetas vivientes. Los templos, junto con sus
ordenanzas salvadoras, nos conectan con las eternidades. El plan requería que alguien nos
mostrara el camino y fuera nuestro abogado ante el Padre. El Salvador, Jesucristo,
respondió con fidelidad y se ofreció a Sí mismo a fin de que tuviésemos el albedrío para
actuar por nosotros mismos. Lucifer (o Satanás) se rebeló y buscó la compulsión en lugar
del albedrío para los hijos de Dios. En nuestro clamor de alegría, nos regocijamos cuando
se eligió a Jesucristo y cuando se nos dio la oportunidad de venir a la tierra, de tomar un
cuerpo, de adquirir experiencia y de ponernos a prueba.
Al transitar el camino de la vida, sin duda esperamos seguir las reglas y señales que están
en el camino. El profeta Alma, del Libro de Mormón explicó: ―por tanto, después de
haberles dado a conocer el plan de redención, Dios les dio mandamientos de no cometer
iniquidad, el castigo de lo cual sería una segunda muerte, que era una muerta eterna
respecto de las cosas pertenecientes a la rectitud; porque en éstos el plan de redención no
tendría poder, pues de acuerdo con la suprema bondad de Dios, las obras de la justicia no
podían ser destruidas‖ (Alma 12:32).
Si somos obedientes y fieles en aferrarnos a la barra de hierro y transitar por el camino
establecido, podemos esperar la gran y gloriosa oportunidad de regresar otra vez y vivir
eternamente con nuestro Padre Celestial, disfrutando de todas las bendiciones que Él ha
determinado para aquellos que se gradúen de su existencia mortal con excelencia. Al
aferrarse a las normas de la Iglesia, tendrán mayor felicidad en su vida y serán un ejemplo
positivo para quienes los rodean. Una cita de La familia: Una proclamación para el mundo,
dice: ―La felicidad en la vida familiar tiene más posibilidades de lograrse cuando se basa en
las enseñanzas del Señor Jesucristo. Los matrimonios y las familias que logran tener éxito
se establecen y se mantienen sobre los principios de la fe, de la oración, del
arrepentimiento, del perdón, del respeto, del amor, de la compasión, del trabajo y de las
actividades recreativas edificantes‖. 8 Curiosamente, estas simples verdades, fundadas
sobre el plan de felicidad de nuestro Padre Celestial, son en gran parte malinterpretadas por
muchos que no son de nuestra fe.
Todos necesitamos tiempo para contemplar, tiempo para estudiar, tiempo para meditar y
tiempo para reflexionar acerca de ese maravilloso plan y pensar en la felicidad que nuestro
Padre en los Cielos tiene reservada para nosotros como se bosqueja en Su plan para Sus
hijos. Recuerden que el plan del Señor es en verdad un plan de felicidad. Me encanta la
manera en que el presidente Gordon B. Hinckley lo dijo: ―La vida será más llevadera, las
preocupaciones disminuirán y las tribulaciones serán menos difíciles de sobrellevar si
cultivamos el espíritu de la felicidad‖. 9
―En 2007, dos grandes organizaciones de Estados Unidos que se especializan en los medios
de comunicación entrevistaron a jóvenes de 12 a 24 años para saber qué los hacía felices.
El estudio presentó muchos resultados; entre ellos:
•
•
•
Los jóvenes ‗dependen de sus padres como la fuente principal de seguridad y
felicidad‘.
‗La juventud buscará cada vez más la felicidad en la espiritualidad y en la fe‘.
‗El resurgimiento del interés en la estructura familiar tradicional entre los jóvenes
adquirirá impulso‘.
―Una resumen de las declaraciones del estudio dice: ‗Mientras que nuestra investigación
inicial reveló que los jóvenes de la actualidad son más tradicionales que los de las
generaciones anteriores, nos sorprendió ver hasta qué punto la juventud espera
ansiosamente y con gran alegría su propio matrimonio y el formar una familia‘‖.10
Es posible recorrer el camino de la vida exitosamente
Me encanta viajar, en especial cuando hay suficiente tiempo para viajar en automóvil o
cruzar el país por tierra. Tal vez el ejemplo de un viaje nos ayudará a entender mejor el
camino de la vida que todos recorremos.
Si por ejemplo, ustedes decidieran que les gustaría viajar desde Vermont, al este o costa del
Océano Atlántico de los Estados Unidos, hasta San Francisco, al oeste o costa del Océano
Pacífico, y utilizar sólo la autopista interestatal, de acuerdo a la página MapQuest la ruta
más directa sería de 4.945,51 kilómetros y requeriría cerca de 48 horas de manejo en
automóvil. A lo largo del camino hay cientos de oportunidades para cambiar las rutas, y
cada vez que se desvíen se añaden más kilómetros al viaje. Para ayudarles a llegar de
manera segura a destino existen señales en el camino, advertencias, límites de velocidad,
marcas establecidas, y hasta quizá tengan un sistema de posicionamiento global en su
automóvil. Cada kilómetro recorrido se anota en el odómetro del automóvil y registra el
progreso kilómetro por kilómetro y hora tras hora. Al viajar es necesario descansar con
frecuencia, volver a llenar el tanque de gasolina, y buscar alimento para el cuerpo y la
mente.
En el viaje de la vida, desde el nacimiento hasta la muerte, también tenemos que tomar
muchas decisiones. Nuestro progreso se mide en parte por la edad y por los logros.
Tenemos las Escrituras que nos dan guía, advertencias y ánimo, y un mapa para modelar
nuestra vida. El presidente James E. Faust a menudo se refería al Libro de Mormón como el
―el texto para esta dispensación‖.11 Pienso que él estaba sugiriendo que el Libro de
Mormón era el manual de instrucciones para tener un viaje exitoso en la vida. Así como
necesitamos tener confianza en la validez de la información que obtenemos de las señales
en el camino a través de la carretera interestatal, necesitamos tener un testimonio personal
de las Escrituras.
Nefi nos recordó por qué son importantes las Escrituras para el viaje de la vida cuando
escribió para los lectores de nuestros días:
―Y sé que el Señor Dios consagrará mis oraciones para el beneficio de mi pueblo. Y las
palabras que he escrito en debilidad serán hechas fuertes para ellos; pues los persuaden a
hacer el bien; les hacen saber acerca de sus padres; y hablan de Jesús, y los persuaden a
creer en él y a perseverar hasta el fin, que es la vida eterna.
Y hablan ásperamente contra el pecado, según la claridad de la verdad; por tanto, nadie se
enojará con las palabras que he escrito, a menos que sea del espíritu del diablo‖ (2 Nefi
33:4–5).
Estas son las últimas palabras que Nefi escribió en su porción del Libro de Mormón. Estos
dos versículos en Nefi bosquejan al menos cinco razones para que nosotros estudiemos las
Escrituras, tal como estudiaríamos un mapa de ruta para prepararnos para un largo viaje a
través del país.
De manera similar, el último profeta que contribuyó al Libro de Mormón explicó cómo
podemos adquirir ese testimonio tan necesario concerniente a la veracidad del Libro de
Mormón cuando nos recordó: ― Y cuando recibáis estas cosas, quisiera exhortaros a que
preguntéis a Dios el Eterno Padre, en el nombre de Cristo, si no son verdaderas estas cosas;
y si pedís con un corazón sincero, con verdadera intención, teniendo fe en Cristo, él os
manifestará la verdad de ellas por el poder del Espíritu Santo‖ (Moroni 10:4).
El proceso que Moroni bosqueja incluye: primero, estudiar; segundo, hacer la pregunta
correcta. En este caso, la pregunta no es preguntar si es verdad, sino preguntar si no es
verdad. Tercero, manifestar un deseo genuino de saber la verdad. Cuarto, tener la fe
suficiente para saber que sus preguntas serán contestadas. Y quinto, prepararse para recibir
una respuesta del Espíritu Santo.
Debido a que nuestro viaje por la carretera nos lleva por varias ciudades grandes, con un
laberinto de caminos en distintas direcciones con mucho tráfico a toda velocidad, es fácil
tomar algunos giros equivocados y hasta perdernos o terminar en un camino sin salida. El
miedo, aun la desesperación, puede surgir a medida que buscamos el refugio seguro o el
camino seguro que queremos. Así es, mis jóvenes amigos con la vida: podemos
convertirnos en almas perdidas, podemos sucumbir a las tentaciones del adversario, y con
el tiempo perder de vista nuestro destino original.
A lo largo del camino de la vida, un Padre Celestial benevolente, en Su maravilloso plan,
previó estos desvíos. Mandó a Su Hijo Unigénito para ser nuestro Redentor y nuestro
Salvador. No se equivoquen acerca de esto, el pecado requiere penitencia. El profeta Alma
nos recuerda: ―el Señor no puede considerar el pecado con el más mínimo grado de
tolerancia‖ (Alma 45:16). Así como compramos el seguro para proteger nuestro automóvil
en caso de daños o accidentes que puedan ocurrir al viajar por la autopista, podemos
comprar, con un arrepentimiento sincero y completo, las bendiciones asociadas con la
expiación de Jesucristo. Él también proveyó de ―salvadores‖ divinos asignados, a quienes
llamamos obispos, para ayudarnos a que una vez más encontremos el curso correcto.
Recuerden que el Señor ha prometido que: ―aunque vuestros pecados sean como la grana,
como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser
como blanca lana‖ (Isaías 1:18). En esta dispensación el Señor dijo:
―He aquí, quien se ha arrepentido de sus pecados es perdonado; y yo, el Señor, no los
recuerdo más.
Por esto sabréis si un hombre se arrepiente de sus pecados: He aquí, los confesará y los
abandonará‖ (D. y C. 58:42–43).
Si han tomado un atajo o se han desviado del curso establecido de la vida, su maravilloso
obispo puede ayudarles. ¡Búsquenlo, él les ama!
A medida que cruzamos el país, varias agencias gubernamentales ofrecen incentivos y
privilegios si nuestros vehículos reúnen ciertas normas. Estas normas pueden ser de
rendimiento, incluso requisitos de seguridad, a veces, hay restricciones en el peso.
Obviamente tenemos que tener la matrícula del vehículo y en algunos lugares se da
preferencia si logramos ciertas cantidades de kilómetros por litro de gasolina en nuestro
vehículo. Al aceptar cumplir y demostrar responsabilidad, podríamos utilizar carriles
especiales para evitar congestionamientos, y no detenernos en las cabinas de peajes, o
recibir alguna otra consideración especial.
En la vida, nuestro Padre Celestial espera que aceptemos ciertos acuerdos a los que
llamamos convenios. A lo largo de la historia, nuestro Padre Celestial ha hecho acuerdos
con Sus hijos al hacer convenios. Recordarán que los convenios se hicieron con Adán,
Abraham y Moisés. Hoy en día, como parte de los convenios que se espera que hagamos,
nosotros hacemos convenios bautismales, convenios del sacerdocio y del templo. Nos
referimos a estos convenios, en forma colectiva, como el ―nuevo y sempiterno convenio‖.
Cada convenio mencionado está asociado con una ordenanza sagrada, necesaria para
nuestra exaltación. Al honrar los convenios sagrados, nuestro Padre Celestial extiende
bendiciones como Él ha prometido. Nosotros no debemos tomar nuestras ordenanzas y
convenios livianamente.
El élder Russell M. Nelson nos recuerda la promesa de nuestro Padre en los Cielos: ―Lo
que Él espera para nosotros es la vida eterna. Nos hacemos merecedores de ella mediante la
obediencia a los convenios y a las ordenanzas del templo— para nosotros, para nuestras
familias y para nuestros antepasados. No podemos ser perfeccionados sin ellos. No
podemos llegar a la presencia de Dios con sólo desearlo, debemos obedecer las leyes sobre
las cuales esas bendiciones se basan‖.12
Mis jóvenes amigos, no sabemos la duración del camino de la vida, pero sólo perseverando
hasta el fin con vidas que hayamos plantado firmemente en la tierra del Evangelio, el estar
en la corriente de la Iglesia, sirviendo humildemente a nuestro prójimo, viviendo vidas
cristianas, y guardando los convenios sagrados, tendremos éxito en encontrar felicidad
dentro del marco del plan de nuestro Padre en los Cielos.
Para obtener el máximo placer de un largo viaje en automóvil, debemos hacer algunas
paradas, disfrutar la cultura local y los puntos de interés, todo ello agrega conocimiento y
entusiasmo y realzan el viaje. Las maravillas de la naturaleza han sido creadas para
nosotros a fin de apreciarlas y disfrutarlas. A medida que observemos más podremos
aprender.
Para transitar exitosamente el camino de la vida, tómense el tiempo para servir y ayudar a
los demás. La ex primera dama, Bárbara Bush a menudo decía: ―Al final de su vida, nunca
se arrepentirán de no haber pasado una prueba más, no haber ganado un veredicto más, o no
haber cerrado un trato más. Lamentarán el tiempo que no pasaron con su esposo, sus hijos,
amigos, o padres‖.13
Así como necesitan una licencia para conducir un automóvil, ustedes necesitan una
recomendación para disfrutar de las bendiciones disponibles al servir en la Casa del Señor.
Las pautas de Dios nos permiten lograr el éxito
Albert Schwitzer, un notable teólogo, misionero médico y filósofo dijo: ―El éxito no es la
clave para la felicidad. La felicidad es la clave para el éxito‖. 14 La felicidad sólo viene
como resultado de seguir los preceptos que se encuentran en el plan eterno de nuestro Padre
Celestial para Sus hijos. En nuestro diario vivir, tengamos en mente el propósito divino de
nuestra creación.
Hace poco una madre muy sabia de nuestro barrio ayudó a entender a la congregación por
qué el Señor pone límites para dirigir nuestra vida. En una reunión sacramental, ella nos
pidió que cerráramos los ojos e imagináramos una escena muy tranquila. Les voy a pedir a
cada uno de ustedes que haga lo mismo. Cierren los ojos. Ahora piensen en una hermosa
escena: Es un día soleado en una playa muy hermosa, con olas deslizándose suavemente
sobre la arena blanca. Es primavera y la arena no está demasiado caliente. Pueden correr
descalzos y deslizar la arena entre los dedos de sus pies. Sopla una hermosa brisa, perfecta
para volar cometas. El cometa es artesanal, hecho de papel de seda, palitos e hilo. Una cola
de colores brillantes está pegada a la cometa para darle estabilidad. Han elegido muy
cuidadosamente el hilo de la cometa, es una linda cometa y no desean perderla. También
desean que vuele lo más alto posible.
Ahora sostengan la cometa en alto y comiencen a correr por la playa, dejando que el viento
atrape el papel de la cometa y lo eleve hacia el cielo. Al principio está un poco inestable así
que se inclina y cae un poco hasta que pueden tenerlo lo suficientemente elevado para que
agarre una buena brisa, luego comienza a subir fácilmente a medida que sueltan el hilo. De
pronto está tan arriba que es simplemente una manchita en el hermoso cielo azul.
¿Pueden verla? ¿Pueden sentir el tirón del hilo a medida que el viento la atrapa una y otra
vez? Ustedes pueden hacer que caiga, que gire, que se incline y se remonte al manipular el
hilo. Ese delgado y fuerte hilo controla y sujeta la cometa al suelo. Disfrutan sentir el
control y la belleza del día.
Ahora, deseo hacerles una pregunta. ¿Qué es lo que está sosteniendo esa cometa? ¿Es el
viento? Así parece. Ahora les voy a pedir que hagan algo que puede ser un poco difícil para
ustedes. Rápidamente corten el hilo. Dejen que la cometa se vaya. Déjenla en libertad para
que vuele más lejos y más alto. El viento seguro que tiene el control y la cuidará.
¿Pero qué está ocurriendo ahora que el hilo se cortó? La cometa comienza a caer y a
inclinarse, a menearse y a moverse, y al final cae de vuelta a la tierra. El viento la lleva por
la tierra, a medida que pierde altura ustedes la pierden de vista pero saben que el resultado
final es que está cayendo a tierra. Esa hermosa cometa que pasaron tanto tiempo armándola
ya no está en los límites del cielo, sino que ha caído a la tierra y ningún viento la levantará
otra vez. ¿Tienen un sentimiento de desilusión y pérdida?
Ahora pueden abrir sus ojos. La realidad es que aunque parece que el hilo está realmente
controlando la cometa, en verdad le está dando la habilidad de remontarse y ser lo que tiene
que ser.
He tratado de dibujar en sus mentes con palabras una verdad del Evangelio que es la clave
para nuestra salvación. La cometa representa a cada uno de nosotros. Dios nos ha creado a
Su imagen, y somos hermosos a Su vista. Él hizo un gran trabajo, pero no nos fuerza a
hacer nada. Lo que sí nos dio fue un lazo fuerte hacia Él, como el hilo lo es para la cometa.
El hilo representa las pautas para la felicidad y la vida eterna como se hallan en Su
maravilloso plan.
Mantengan la mira en la meta primordial, la vida eterna
Cada viaje tiene un comienzo, un final y, por lo general, existen algunas paradas a lo largo
del camino. Con suerte, las roturas y fallas mecánicas serán pocas y esporádicas. En
cualquier lugar del camino de la vida que se encuentren en este momento, podría ser útil y
aún sabio evaluar objetivamente la salud y vitalidad de su vida tal como verificarían la
presión de aire en sus llantas y el nivel de su combustible antes de comenzar su viaje. Si su
bienestar espiritual está obstaculizado por el pecado, desidia, indiferencia, lujuria, drogas,
inmodestia, o cualquier otro mal, ahora es el tiempo de tomar una determinación. Me gusta
el consejo de la Madre Teresa, ella dijo: ―El ayer se fue, el mañana aún no ha llegado sólo
nos queda hoy. Así que comencemos‖.15
Así que todos comencemos. ¡Comencemos ahora! No demoremos la oportunidad de
participar completamente de la felicidad que nos trae el vivir una vida recta y servicial.
A lo largo de los años, he tenido el gran privilegio de jugar al golf en diferentes
oportunidades con Jack Nicklaus, Johnny Miller, Mike Weir y Arnold Palmer. Cada uno de
ellos es un hombre muy impresionante y un golfista magnífico. Un hecho aparentemente
sin importancia ocurrió mientras jugábamos con Arnold Palmer, lo cual ha tenido un efecto
profundo y duradero en mí. Quizás algunos de ustedes recuerden esta historia que he
compartido antes acerca de mi misión en Australia.
Luego de hacer nuestros golpes, me encontraba parado cerca de la bola del Sr. Palmer a
medida que su joven ayudante estaba describiendo algunos de los obstáculos en el hoyo que
estábamos jugando. La conversación fue algo así:
El joven ayudante le decía al Sr. Palmer: ―Señor, cerca de la pradera y hacia la izquierda
hay un pequeño arroyo que no se ve, y también han dejado crecer la maleza cinco
centímetros de más a la derecha‖.
El señor Palmer responde al ayudante de una manera firme y concisa, pero amablemente:
―Por favor, joven, no siembre en mi mente que hay a la izquierda y que peligro podría tener
a la derecha. La única información importante es la distancia que hay entre esta bola hasta
el palo de la bandera‖.
A menudo en la vida nos enfocamos en lo que hay a la izquierda y lo que hay a la derecha
en vez de lo que hay justo en el medio. El ex secretario de Salud y Educación y Bienestar,
John W. Gerdner indicó: ―Todos nos enfrentamos a una serie de grandes oportunidades
disfrazadas como problemas sin solución‖.16 Solucionar nuestros desafíos espirituales es
una oportunidad que todos debemos lograr satisfactoriamente.
Se ha dicho que ―lo que hacemos en la vida tiene eco en la eternidad‖. 17 Mis jóvenes
amigos, que podamos tener éxito al viajar por la carretera de la vida y ser receptores de la
felicidad que proviene de confiar totalmente en el plan que nuestro Padre Celestial tiene
para nosotros. ¡Es un tiempo maravilloso para vivir!
Expreso mi amor y respeto por cada uno de ustedes y aprovecho esta oportunidad para
invocar las bendiciones del Cielo para que sean bendecidos con felicidad en su vida
personal a medida que sigan fielmente el plan de Dios, que sean bendecidos con
discernimiento para identificar lo que es bueno y rechazar lo que es malo, que puedan tener
esa habilidad y reciban un gozo perdurable al servir en Su Reino como así también al
encontrar éxito en sus carreras educativas y vocacionales.
Sé que Jesús vive. Sé que Él es nuestro Salvador. Sé que Él expió nuestros pecados. Estoy
agradecido de que Él es nuestro defensor ante nuestro Padre en los Cielos. Sé que las
palabras que se encuentran en las Escrituras, y en especial en el Libro de Mormón, nos dan
dirección a nuestra vida para que podamos negociar el viaje de nuestra vida y regresar a
nuestro Padre Celestial con una felicidad plena. Estoy agradecido y expreso gratitud por los
profetas vivientes. Sé que somos bendecidos con un profeta viviente, Thomas S. Monson.
Sé de estas cosas y las testifico en el sagrado nombre de Jesucristo, nuestro Redentor y
Salvador. Amén.
Notas:
•
Véase
―Aloha
Spirit,‖
Hawaii
Revised
Statutes
5-7.5,
http://capitol.hawaii.gov/hrscurrent/vol01_ch0001-0042f/hrs0005/hrs_00050007_0005.htm.
•
Véase General David H. Petraeus, en Sara Israelsen-Hartley, ―General Petraeus:
Top 10 Reasons BYU Grads Make Great Soldiers‖, Deseret News, 26 de marzo
de 2010, http://deseretnews.com/article/print/700019691/General-Petraeus-Top10-reasons-BYU-grads-make-great-soldiers.html.
•
Véase
St.
Augustine
http://quotationsbook.com/quote/31904/.
•
Véase Thomas S. Monson, ―Three Ways to Build a Strong Testimony‖, Friend,
mayo de 2009, pág. 2.
•
Véase Abraham Lincoln, ―UpLifts: Motivation in Thought‖, abril 20 de 2010,
http://uplifts.us/?cat=5.
•
Véase
Lewis
Carroll
http://quotationsbook.com/quote/46342/.
•
Véase Robert Frost, ―The Road Not Taken‖ (1915), en The Poetry of Robert
Frost, edición Edward Connery Lathem, 1970, pág. 105.
•
Véase ―La familia: Una proclamación para el mundo‖, Liahona, junio de 1996,
págs. 10–11.
•
Véase Gordon B. Hinckley, Liahona, noviembre de 2002, pág. 99.
•
Véase ―Dieciocho formas para mantenerse fuertes: La familia‖, Liahona,
octubre de 2008, pág. 28.
•
Véase James E. Faust, ―José Smith y el Libro de Mormón‖, Liahona, febrero de
1996, pág. 7.
•
Véase Russell M. Nelson, ―Ahora es el tiempo de preparación‖ Liahona, mayo
de 2005, pág. 16.
•
Véase Barbara Bush, ―Remarks of Mrs. Bush at Wellesley College
Commencement,‖
http://www.wellesley.edu/PublicAffairs/Commencement/1990/bush.html.
•
Véase
Albert
Schweitzer,
http://quotationsbook.com/quote/37770/.
•
Véase Madre Teresa, In the Heart of the World: Thoughts, Stories, and Prayers,
edición Becky Benenate, 1997, pág. 17.
•
Véase John W. Gardner, en Lee S. Shulman, ―A Response to the Final Report of
the
Commission
on
the
Future
of
Higher
Education,‖
http://carnegiefoundation.org/print/6068.
―QuotationsBook,‖
―QuotationsBook‖,
―QuotationsBook,‖
•
Véase James E. Faust, Liahona, julio de 2002, pág. 51.
© 2010 por Intellectual Reserve, Inc. Todos los derechos reservados. Aprobación del
inglés: 10/09. Aprobación de la traducción: 10/09. Traducción de The Road of Life.
Spanish. PD50021016 002
(Charla fogonera del SEI para jóvenes adultos • 2 de mayo de 2010 • Universidad Brigham
Young–Hawai).
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